SISTEMA DE PRODUCCION AGRICOLA DE BAJO DEL COYPAR
Informe preliminar

Silvina Vigliani (1), Josefina Peña (2), Alejandra Elías (2), Leonardo Paulides (2), Solange Fernandez Do Río (2), Andrea Runcio (2), Mariano Orcurto (2)

INTRODUCCION

Este trabajo se inscribe dentro de un proyecto, iniciado en el año 1993, destinado a investigar el sistema agrícola de Bajo del Coypar (3). El mismo persigue dos objetivos principales: a) Estudiar las características de funcionamiento del sistema agrícola prehispánico y b) Establecer la factibilidad de reactivar dicho sistema para ser utilizado por los pobladores actuales.

Centraremos la investigación en el primero de ellos y específicamente en el análisis de las muestras de material cerámico provenientes de los conjuntos de estructuras asociados a los campos agrícolas.

Area de estudio

El departamento de Antofagasta de la Sierra esta ubicado al NO de la provincia de Catamarca, en el sector más meridional de la Puna Argentina. Se trata de un desierto de altura recorrida por numerosas cadenas montañosas y su red hidrográfica depende casi exclusivamente del régimen de deshielo (noviembre a marzo) y de las aguas subterráneas. Las precipitaciones son de régimen estival (diciembre a marzo) con una gran amplitud térmica y baja presión atmosférica. Se trata de un bolsón fértil que corresponde a una cuenca hidrográfica endorreica, la cual esta definida por el sistema de los ríos Calalaste, Toconquis y Punilla. El área que nos ocupa se ubica en el fondo de cuenca con una altitud de 3450 a 3500 msnm. (Olivera 1989, 1991)

EL SISTEMA AGRICOLA DE BAJO DEL COYPAR

Existe un complejo conjunto de vestigios arqueológicos que se ubican siguiendo la ladera inferior de los Cerros del Coypar, al frente en lo que corresponde a la terraza aluvial del Río Punilla y al sur coincidiendo con la presencia de abanicos aluviales, conos de deyección y taludes. Estos vestigios corresponden a estructuras agrícolas, habitacionales, funerarias y de funcionalidad aún indeterminada.

Denominamos Bajo del Coypar I al reticulado irregular de estructuras de aparente funcionalidad agrícola. Dentro de este conjunto se identificaron dos sectores que presentan una capacidad diferencial para ser regados artificialmente. El primer y más amplio sector (397 Has.) corresponde a la terraza aluvial y limita al este con la margen del río Punilla .Toda la superficie esta cubierta por estructuras rectangulares e irregulares limitadas por elevaciones de terreno de 50 cm. de alto (bordos). El segundo sector, que abarca unas 33 Has. , esta cubierta por cuadros de cultivo construidos en piedra y presenta, en la ladera norte del cerro, una serie de escalonados de piedra que contienen derrumbes y facilitan el recorrido del canal de riego. El mismo corre siguiendo la ladera en una dirección aproximada N-S. (Fig. 1)

Figura 1  (29329 bytes)

En una saliente del faldeo e inmediatamente relacionado con los campos esta el conjunto que denominamos Bajo del Coypar II (Plano 1). Este esta compuesto por un grupo de estructuras que, en algunos de los casos, afectan planta de Rectángulo Perimetral Compuesto. El canal atraviesa al sitio por el sector oeste.

Plano 1 (21816 bytes)

Otro conjunto de estructuras de menores dimensiones y atravesado por el mismo canal de riego se encuentra a 1 km. al norte del anterior y lo denominamos Bajo del Coypar III. El último conjunto detectado hasta el momento, Bajo del Coypar IV, se ubica a 1 km. al norte del anterior. También aquí el canal atravesó o fue adyacente al conjunto estructural. En ese caso el conjunto se encuentra muy alterado debido a la existencia de un puesto agrícola actual.

El antiguo canal de riego se extiende desde el Arroyo Los Colorados hasta el abanico aluvial de la Coypa por un tramo de 3700 metros. Presenta un gradiente medio de 0,37 %, un ancho que varía entre 1 y 1,20 m y en algunos sectores alcanza hasta 10 metros de desnivel relativo con respecto al nivel aterrazado y los conos aluviales. (Tchilinguirian y Barandica 1994)

Características generales de la arquitectura de Bajo del Coypar II

El conjunto que denominamos Bajo del Coypar II, ubicado en una saliente del faldeo de los Cerros del Coypar, se compone de un grupo de estructuras. En su parte central y más elevada (sector II y III), un muro perimetral rodea, parcialmente, el conjunto de estructuras. En algunos casos las estructuras aparecen adosadas al muro, mientras que en otros (sector II) es posible que constituyan un RPC actualmente muy destruido.

La situación del conjunto en el espacio topográfico, y la arquitectura que aprovecha al mismo, permite dividir al conjunto en sectores. En primer lugar y en el sector más elevado se concentran tres estructuras o unidades simples, dos rectangulares de no más de 20 m2, contiguas entre sí y adosadas al muro perimetral, y una circular de 1,50 m de diámetro. Este sector, denominado sector III, reúne la mejor visión sobre el resto del conjunto y su construcción es un poco más cuidada y al parecer, más maciza que el resto. Sus muros tienen una base sólidamente constituida formada por grandes bloques y siguiendo una doble hilera con relleno de ripio. Los sectores I, II y IV son espacios de mayores dimensiones subdivididos en algunos casos (sector II y IV) por muros simples y de factura descuidada.

El sector II ubicado al sur y a un desnivel aproximado de 2m por debajo del sector anterior pero contiguo al mismo, presenta un espacio más amplio aunque subdividido en cuatro subsectores por la presencia de una serie de muros internos que afectan planta de Rectangulo Perimetral Compuesto.

Cabe destacar que dada la constante extracción de piedras de los muros arqueológicos para la construcción actual, se hace cada vez más difícil poder determinar las características de los muros, su prolongación y altura, así como la presencia de accesos y vías de circulación. Esto restringe la posibilidad de hacer un análisis más preciso acerca tanto de la técnica constructiva como del uso social del espacio construido.

El sector IV ubicado al norte de los anteriores aunque directamente asociado a los mismos, se encuentra a un desnivel aún mayor de aproximadamente 5 m por debajo del sector III. Este sector afecta una planta rectangular de aprox. 200 m2 aunque esta dividida en dos partes por una construcción de adobe (4), que encierra una de ellas (Recinto b) y del cuál solo sobrevive una pequeña porción. Es posible que la pared de adobe corresponda a una segunda etapa de construcción del sitio.

Hacia el S-SE del conjunto, recostado sobre la ladera de la saliente sobre la que se asienta el sitio se ubica el sector IX en donde se distribuyen, de manera dispersa, una serie de estructuras circulares y subrectangulares de pequeño tamaño.

Aproximadamente a unos 20 m al sur de este conjunto, sobre la ladera y al pie de la misma, asociado al escalonado de piedra de los campos de cultivo, esta el que denominamos sector X. Este sector presenta estructuras subterráneas que podrían corresponder a tumbas saqueadas. Aquí se recolectó material de superficie en una franja definida arbitrariamente de 6 m por 21 m perpendicular a la pendiente de la ladera.

La saliente sobre la que esta construido el conjunto consiste en un afloramiento del periodo terciario que se caracteriza por una arenisca amarillenta y blancuzca bastante disgregable.

Se realizaron recolecciones del material de superficie (cerámico y lítico) y se comenzó a excavar en los sectores: III recinto b, IV recinto b (adobe) y IX recinto a.

A continuación daremos un resumen de los resultados que aportó la excavación y describiremos brevemente los hallazgos y los contextos asociados. Finalmente intentaremos una conclusión de tipo preliminar que posteriormente pondremos a prueba con los resultados de laboratorio.

Sector III recinto b

Los trabajos de excavación en el sitio comenzaron en la campaña de diciembre de 1997. En esa ocasión se comenzó a excavar el sector III, recinto b, continuado los trabajos en abril de 1998 y posteriormente en noviembre del mismo año. Los dos primeros trabajos arrojaron datos interesantes con respecto a los métodos de construcción y a la cronología. En el primer caso es notable la construcción del recinto sobre la superficie nivelada de la roca de base. Esta consiste en una arenisca de característica friable y de color blanco con matices amarillos. La misma, como se señaló más arriba, forma parte del afloramiento del periodo terciario sobre el cual esta asentado el sitio. La característica irregular pero al mismo tiempo friable del afloramiento permitió la nivelación mediante excavación (superando en algunos casos los 50 cm) de los espacios a utilizar.

La situación final del asentamiento refleja, por lo tanto, un escalonamiento artificial acomodado al terreno asociándose espacialmente con el aterrazado de los campos contiguos al sitio (Bajo del Coypar I sector 2). La construcción de los muros presenta algunas variantes a lo largo del asentamiento, pero en los recintos del sector III y en particular en el recinto b se trata de muros dobles con relleno. La planta del mismo es rectangular con una posible vía de acceso en su flanco NO. El muro SE, en cambio, presenta un alto grado de derrumbe.

Por otro lado, el resultado de los primeros fechados fueron 790 + 60 y 700 + 60 BP (5) provenientes de un fogón cavado en la roca de base del recinto b (componente "e"). Si bien el margen cronológico es bastante amplio permite plantear interesantes interrogantes acerca de la profundidad temporal de un sistema de producción agrícola que implicó altos conocimientos de ingeniería hidráulica y una cantidad importante de mano de obra.

La tercera campaña arrojó nuevos datos aunque en este caso se relaciona con las prácticas funerarias. Al ampliar la excavación hacia el centro del recinto quedó expuesta el techo de una tumba que sobresale del nivel del piso. Su construcción que habría ocurrido en algún momento posterior a la desocupación del recinto, implicó la excavación en la roca de base de un pozo de más de 1 m de alto y de al menos 2 m de diámetro. El interior de la tumba, cuyo diámetro es de 1,20 m, esta revestido de enormes bloques de piedra (10 en total) dispuestas en forma circular y soportando grandes lajas de piedra que forman la techumbre. Toda la estructura esta unida por una argamasa de color rojizo.

Por desgracia la tumba se hallaba saqueada. Sin embargo se han podido recuperar algunos elementos que otorgan información de importancia Entre los restos óseos humanos parece haber al menos dos individuos, 1 adulto y 1 infante (según datos preliminares). El resto de los materiales incluyen cerámica fragmentada, tanto ordinaria como decorada, esta última característica del momento tardío del proceso cultural y tal vez de la época de contacto incaico. También se halló calabaza decorada negro sobre rojo, fragmentos de cesta bastante deteriorada, dos puntas de obsidiana apedunculadas, numerosas cuentas, restos vegetales y un tortero de madera tallada.

La estratigrafía de la excavación ofrece un panorama acerca de los eventos tanto de la construcción de la tumba como de la sedimentación posterior. Se definieron 4 estratos o niveles naturales: el cuarto nivel apoya directamente sobre la roca de base. Aquí se detectaron tres pequeñas cubetas (componentes "e", "f" y "g") con cenizas y carbones dentro y fuera de cada una, interpretándose esto último como limpieza de fogón. De una de ellas provienen los fechados mencionados. Excavado en este mismo nivel, sobresaliendo unos 25 cm del piso y hacia el centro del recinto esta la tumba. El tercer nivel consiste en una capa de arena, que es más potente contra el muro NO del recinto y apenas detectable en el resto, que apoya directamente sobre el piso aunque no sobre el techo de la tumba encontrándose limitado por la misma. Sobre este último nivel y en forma más pareja y uniforme descansa el segundo nivel. Este se caracteriza por una matriz de arenisca y arena de gran potencia y características internas variables por lo que fue dividido en tres extracciones. Las dos primeras extracciones estaban atravesadas por lo que denominamos componente "a" consistente en un sedimento arenoso revuelto con gran cantidad de cuentas, fragmentos de calabaza y huesos humanos entre otras cosas. Este componente tendrá luego una relación directa con la entrada de la tumba (nivel IV), sector por donde fue saqueada la misma. La matriz del nivel II, a excepción del componente "a", contiene escaso material. Este nivel es claramente posterior a la construcción de la tumba y tal vez contemporáneo, en sus últimos momentos de depositación, al saqueo de la misma. Finalmente el primer nivel es un sedimento arenoso, eólico con material orgánico y arqueológico.

Podemos concluir, de manera preliminar, que hubo, al menos, dos eventos de uso de este espacio que estarían separados en el tiempo: el primero y más temprano consistió, tal vez, en la construcción del recinto y la ocupación del mismo como tal, durante el cual se produjeron los eventos de fogón. Luego, y tras la desocupación del recinto, se produjo el segundo momento del uso de este espacio con la construcción de la tumba en el centro del mismo.

Para determinar si estos hechos ocurrieron solo en este recinto o, por el contrario, afectaron a todo el asentamiento deberíamos encontrar en otros sectores evidencias que indiquen dos momentos de ocupación contemporáneos con los mencionados. Sin embargo deberíamos ser cautos en la interpretación hasta no contar con más fechados correspondiente a los momentos de ocupación y con la información procesada del material arqueológico asociado.

Sector IV recinto b

Este sector se comenzó a excavar en la campaña realizada en abril de 1998. La elección de este sector se debió a la presencia, poco habitual, de un muro de adobe, bien visible en los lados N-NE y que limitaría un área de aproximadamente 100 m2, lo que sugería ubicarnos cronológicamente en un momento muy tardío del proceso cultural, incluso asociado al contacto hispano. Si bien aún no contamos con fechados, la excavación (de 3 m2) en este sector ofreció una compleja e interesante problemática que suma interrogantes a los ya planteados acerca del rango temporal de las expresiones culturales que estamos estudiando. Al parecer, se trata de un área en donde se habrían realizado sucesivos eventos de fogón a lo largo del tiempo lo que generó una compleja estratigrafía. Paralelamente estaríamos frente a dos eventos de construcción del recinto (al menos en la esquina NE, única excavada). El primero esta asociado a la excavación de la arenisca, que constituye la roca de base, ya sea para nivelar el terreno o con la intención de construir a bajo nivel. En los bordes de la arenisca excavada no hay indicios de que se haya construido un muro como ocurrió en el sector III. Por el contrario, es posible que la misma arenisca excavada haya sido colocada a los costados o bordes del pozo generando, al compactarse, una mayor profundidad. Al menos dos piedras planas aparecen recostadas contra la pared interna de la arenisca excavada demarcando y/o conteniendo la caída del sedimento externo (arenisca, arena). Hacia fuera, bordeando el sector anterior a una distancia de no más de 1 m, se ubica el segundo evento de construcción. Este corresponde al muro de adobe. Su construcción requirió la excavación de una zanja para la ubicación de enormes bloques de piedra que, a manera de zócalo, afectan la cara externa del muro, mientras que del lado interno la zanja fue rellenada artificialmente con arena y piedra para lograr un mejor soporte. La franja intermedia entre el primer y segundo evento, de entre 0,60 y 1 m, con concreciones de arenisca de forma y distribución irregular, aparece rellenada con un sedimento arenoso de color rojizo. Este sector, que fue excavado como un componente aparte (componente "d" del nivel IV), resultó ser de gran potencia pero de escaso material cultural.

Si bien aún no conocemos las dimensiones exactas del espacio excavado en la arenisca (ya que pudo ser mucho más pequeño que el que demarca, a la vista actual, el muro de adobe) es claro que la actividad en este sector fue muy intensa. Las paredes naturales de la arenisca excavada, que corresponden al primer evento de construcción, contienen una matriz de cenizas (donde se intercalan fogones, limpiezas de fogones y sedimento rubefaccionado de diferente compactación) que alcanza casi 40 cm de profundidad (y que aún puede ser mayor pero por motivos de tiempo debimos cerrar la excavación). En apariencia los eventos de fogón estarían asociados a esta etapa de construcción. Sin embargo la presencia de componentes que parecen introducirse desde los niveles superiores nos acerca, tal vez, a la segunda etapa de construcción. No obstante, es posible que los dos eventos mencionados estén relativamente cercanos en el tiempo o incluso correspondan a dos etapas sucesivas de un mismo evento.

La estratigrafía permitió definir 4 niveles, con sucesivas extracciones y componentes. El nivel inferior, correspondiente al nivel IV, consiste en una matriz de cenizas de entre 30 y 50 cm de grosor (según el sector) que fue dividida en 5 extracciones de 10 cm aproximadamente cada una. En la primera extracción apareció un evento de fogón de gran potencia y cubierto por una camada de paja quemada (componente "a"). En cambio, tres pequeños hoyos aparecieron cavados en la arenisca (roca de base) en un sector donde la misma queda al descubierto en la tercera extracción. Uno de ellos estaba repleto de carbones (componente "c"). Al comienzo de la quinta extracción comenzó a definirse otro evento de fogón que aún queda por excavar. Todo el nivel IV esta contenido dentro del sector excavado de la arenisca y contiene abundante material arqueológico. Hacia afuera, entre éste y el muro de adobe se ubica el componente "d" de este nivel el cual, como señalamos más arriba, contiene un sedimento arenoso y rojizo que rellena la superficie irregular que dejan las concreciones de arenisca sin presentar casi material cultural. Este componente apoya directamente sobre la roca de base. (Fig. 2)

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Los hallazgos del nivel IV (cenizas) corresponden a restos óseos fragmentados entre los que se destacan fragmentos de mandíbula de camélido, costillas, etc. La cerámica es, en su mayoría, ordinaria, aunque también la hay decorada (negro sobre rojo, negro sobre marrón). Algunos tiestos presentan evidencias de exposición al fuego. En cuanto al material lítico, se hallaron para este nivel, dos puntas apedunculadas de obsidiana y gran cantidad de desechos, en su mayoría de cuarcita. El resto lo completan un grano de maíz y un pequeño trozo de metal. Asimismo se tomaron muestras de carbón de los distintos eventos, de la concentración de paja quemada que caracteriza a uno de ellos (componente "a") y de las concreciones de cenizas acumuladas contra el costado nordeste de la arenisca.

El nivel III caracteriza una matriz de arena y arenisca de compactación y grosor variable que cubre tanto el sector de cenizas como el sedimento arenoso externo a aquel (componente "d"). Este nivel es más potente cuanto más cerca estamos del muro y disminuye a medida que nos alejamos, llegando incluso a desaparecer en algunos sectores. Esto significa que el componente "d", más cercano al muro, esta cubierto por esta matriz de arena y arenisca la cual disminuye notoriamente hacia el centro (sobre el sector con cenizas) mezlándose allí con el nivel superior. Los hallazgos en el nivel III consisten en astillas óseas, gran cantidad de lascas, poca cerámica y cáscara de huevo. La mayor densidad de hallazgos se concentra sobre el componente "d". La apariencia general de este nivel es la de un sedimento de relleno post-ocupación que se acumula mayormente contra el muro y se confunde, por mezcla gradual, con el nivel superior.

El nivel II corresponde al derrumbe del muro en forma de coladas sucesivas por lavado del adobe. A mayor cercanía del muro más enteros se conservan los bloques de adobe. Estos descansan, a un nivel regular, sobre la cumbre del nivel III y van adoptando formas de coladas a medida que nos alejamos del muro entre mezclándose ambos niveles. Por otra parte, dentro de la matriz del nivel II se incluyen una cantidad considerable de piedras de formas planas que fueron apareciendo en posición horizontal siguiendo la inclinación natural de las coladas de adobe. Esto sugiere no solo el uso de piedras en el muro sino también que el derrumbe del mismo ocurrió en forma de lavado en sucesivas etapas. La presencia de material cultural en este nivel es abundante. Sin embargo consideramos que en su mayoría, provienen del material con que se construyó el muro. Entre los materiales se destacan una punta apedunculada de obsidiana además de gran cantidad de desechos de material lítico, fragmentos de cerámica ordinaria y una decorada (negro sobre rojo), restos vegetales y material óseo generalmente astillado.

Por último, el nivel I consiste en el sedimento eólico de relleno. Cerca del muro desaparece inmediatamente dejando expuesto el nivel II, aunque a medida que se aleja se hace más potente.

A modo de conclusión preliminar, podemos distinguir dos eventos de construcción: la excavación de la arenisca y la construcción del muro de adobe. El último, visible en superficie, parece delimitar un área de aproximadamente 100 m2, mientras que el primero posiblemente abarque un área más pequeña aunque esto solo podrá ser confirmado mediante una excavación sistemática.

Es difícil determinar aún si hay una relación entre ambos eventos o si, por el contrario, pertenecen a momentos separados en el tiempo. Tanto la excavación como la construcción del muro (que incluye también excavación) producen alteración de la estratigrafía previa, sobre todo al estar tan cerca una del otro. Sin embargo, no hemos detectado hasta el momento una evidencia clara que indique tal alteración y, por ende, la remodelación del espacio. Los fechados radiocarbónicos permitirán establecer el rango temporal de ocupación y las posibles alternancias de los eventos de fogón. A partir de ello podremos formular nuevas conjeturas acerca de la contemporaneidad o no de los eventos de construcción.

Sector IX recinto a

Este sector se encuentra por afuera del muro que, en la cumbre del afloramiento, encierra la mayor concentración de estructuras. Abarca, en cambio, la ladera S-SE del mismo en donde se presentan, de manera dispersa, una serie de estructuras de diverso carácter arquitectónico y funcional. El recinto "a" se ubica inmediatamente por detrás del muro mencionado, en dirección SE. Es de forma subcircualar, de aproximadamente 1,50 m de diámetro y se conecta, mediante una pequeña abertura al N, con un recinto rectangular de forma irregular abierto al E.

Las características de construcción del recinto también incluyen aquí la excavación de la arenisca para nivelar el terreno, sobre todo considerando que el mismo se asienta sobre la ladera. Si bien la excavación aquí no ha concluido, la densidad de hallazgos ha sido muy limitada, lo cual no deja de ser significativo.

La estratigrafía revela, hasta el momento, 4 niveles naturales: el nivel IV corresponde a una matriz de arenisca y arena incluyendo, en algunos sectores, sedimento rojizo proveniente de la argamasa. El nivel III consiste en una capa de sedimento rojizo compacto que, en algunos sectores, adopta características que lo asemejan a un piso preparado. Sin embargo, dado que en algunos sectores tiene una nivelación bastante irregular será necesario ampliar el área excavada. El nivel II consiste en capas intercaladas de la argamasa rojiza proveniente del muro y de sedimento eólico. El nivel I es sedimento eólico de relleno.

CONCLUSION

Dentro de lo que denominamos el sistema agrícola de Bajo del Coypar, se había considerado al sector de bordos (Bajo del Coypar I, sector 1), el cual sería regado desde el bajo, como perteneciente a momentos previos a la presencia incaica. Mientras que se había adjudicado a la presencia imperial la construcción del sistema de cuadros de cultivo y canales de la ladera (Bajo del Coypar I, sector 2), cuya técnica resolvía el problema del resalto erosivo del terreno. Los conjuntos de estructuras que, ocupando un espacio discreto y a más o menos, 1 km de distancia cada uno, se disponen a lo largo del canal (Bajo del Coypar II, III y IV) formaban parte de esta segunda etapa de construcción del sistema, ya que dada la ingeniería utilizada para solventar problemas de riego y la organización que ello demanda en la construcción, se lo consideraba propio de un sistema estatal (Olivera et. al., 1994).

La presencia de fechados previos a la ocupación incaica para un contexto que pensábamos contemporáneo al mismo nos alerta acerca, no solo de la adscripción cronológica de todo el sistema agrícola sino también de la posibilidad de que sistemas de producción de considerable envergadura hayan sido desarrollados por las poblaciones locales de la puna meridional antes de la influencia efectiva de la organización estatal.

Por otra parte, la recolección de superficie ofreció una altísima densidad de material. Entre la cerámica sobresale la cerámica Belén en sus variados tipos, luego la santamariana en menor proporción y, en tercer lugar, la incaica. Esta última aparece notoriamente más concentrada, junto con la santamariana, en el sector X de BC II.

Si bien debemos esperar el resultado de los nuevos fechados, además de analizar más exhaustivamente el registro material asociado, la información disponible hasta el momento nos permite establecer las siguientes conclusiones preliminares:

  • Si bien pudo haber remodelaciones posteriores, ya existía antes de la presencia incaica un conjunto de estructuras (BC II) construidas sobre una saliente de la ladera de los Cerros del Coypar. Estas construcciones aparecen asociadas espacialmente a una serie de cuadros de cultivo los cuales solo podían ser regados desde el canal que corre sobre la ladera. Por el momento sería muy prematuro adscribir la construcción de estos últimos (cuadros y canal) a momentos preincaicos sin realizar estudios más completos de los mismos.
  • Las técnicas de construcción de las estructuras excavadas en BC II incluyeron el cavado de la roca de base para nivelar el terreno, naturalmente irregular, logrando una construcción a bajo nivel. Luego se construían los muros siendo, en los casos comprobados, de doble hilera y relleno de ripio.
  • La excavación demostró ciertas modificaciones estructurales que podrían responder a un cambio en el patrón del uso del espacio. Tanto la presencia de una enorme cista dentro de un recinto de aparente uso habitacional (S III, recinto b) como la presencia de un muro de adobe que parece encerrar un espacio (S IV, recinto b) dentro de otro de mayor tamaño así lo demuestran.
  • Pensamos que estas modificaciones tienen significación cronológica y corresponden a la última etapa de ocupación, pudiendo coincidir con la ocupación incaica en la región.
  • Dado la ubicación relevante en relación a los campos de cultivo y al sistema de canales y dado la situación elevada respecto del espacio circundante, pensamos que en Bajo del Coypar II pudieron concentrarse en buena medida tareas de administración de la producción. Por otra parte, el almacenamiento en grandes vasijas debió ser una de las principales tareas, al menos durante un periodo importante de su ocupación, debido a la alta densidad de fragmentos cerámicos que, por su composición, podrían responder a esa función. Esta aseveración requiere, sin embargo, de un examen más minucioso del material, el cual esta en curso.

Hasta aquí solo presentamos las conclusiones que surgen de los trabajos realizados entre diciembre de 1997 y diciembre de 1998 en Bajo del Coypar II. Estas espectativas, sin embargo, deberán ser confrontadas con el analisis de nuevos datos.


NOTAS

  1. Tesista de la carrera de Antropología orientación Arqueología, UBA. Integrante del Proyecto Arqueológico Antofagasta de la Sierra - INAPL – Buenos Aires, Argentina.
    (e-mail: valececi@yahoo.com  )
  2. Estudiantes de la carrera de Antropología, orientación Arqueología, UBA.
  3. "Arquelogía aplicada a reactivación de sistemas agrícolas prehispánicos en la Puna Argentina" (Directora general: Diana Rolandi, Director científico Arqueología: Daniel Olivera). Cuenta con el apoyo del CONICET (Programa PIP – 1997/99) y del Instituto Nacional de Antropología y pensamiento Latinoamericano (Secretaría de Cultura de la Nación)
  4. Se realizó un cateo para precisar las características constructivas del muro. Esto determinó que se trataría de un muro de tapia y no de adobe. No obstante, en el presente trabajo aparecerá definido como muro de adobe. (Fig. 2)
  5. "The University of Georgia – Center for Applied Isotope Studies". Los fechados fueron hechos sobre muestras de carbón y corregidos con delta C 13.

Date (YBP+ 1) Corrected Date D C 13
790 + 60 840 -21.90 +50
700 + 60 780 -19.81 +84

 

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(foto 1) Campos agrícolas prehispánicos ubicados al pie de los Cerros del Coypar. Al fondo, se observa la reutilización de los antiguos campos por los pobladores actuales. Sobre la ladera se ve el antiguo canal de riego, hoy abandonado.


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(foto 2) Tumba hallada en el interior del recinto b (Sector III). Su construcción requirió del cavado en la roca de base. El interior esta revestido de enormes bloques de piedras dispuestas en forma circular mientras que la techumbre la forman grandes lajas unidas con argamasa.


arq01_foto3.jpg (27369 bytes)
(foto 3) Interior de la tumba, de 1,20 m de diametro y poco más de 1 m de altura,
que al momento de su hallazgo estaba saqueada.

 

 


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