Un fenómeno llamado Alto Comedero
Crisis económica y crecimiento demográfico en San Salvador de Jujuy
Revisión bibliográfica y diagnostico preliminar
Liliana Bergesio* y Laura Golovanevsky**
1. Introducción
El Barrio Alto Comedero 2 está ubicado en el sur de la ciudad de San Salvador de Jujuy, ciudad capital de la Provincia de Jujuy, en el extremo norte de la República Argentina. Es un barrio de más de 50.000 habitantes que se ha desarrollado y crecido en la década de los noventa, fundamentalmente, en la etapa de desarrollo del modelo neoliberal en la Argentina.
Sintéticamente podemos decir que, si bien hubo diversos intentos por implementar este modelo desde 1976, fue recién con el Plan de Convertibilidad, a partir de abril de 1991, cuando se logró su instalación plena. El modelo neoliberal en la Argentina tiene tres aspectos básicos: la privatización de empresas públicas; la desregulación de la economía; y la apertura externa. Si bien los tres se venían desarrollando desde 1989 fue con el Plan de Convertibilidad que tomaron un carácter orgánico. La privatización de empresas públicas dio lugar a despidos masivos de personal, a la vez que la desregulación afectaba seriamente a las economías regionales a través de la desaparición de entes reguladores de distintas producciones. En tanto, la apertura externa, al eliminar las barreras proteccionistas, produjo una fuerte competencia de productos extranjeros, más baratos, que obligó a la reorganización de la producción local para reducir costos. La apreciación del tipo de cambio, producto de la fijación de la paridad cambiaria originada en la convertibilidad, actuó también en el mismo sentido. Esta reestructuración involucró, entre otras medidas, la introducción de tecnología ahorradora de mano de obra. Así, los tres aspectos básicos del Plan de Convertibilidad tuvieron como consecuencia la generación de fuertes desequilibrios en el mercado de trabajo, cuya representación más elocuente fue la explosión de las tasas de desocupación a mediados de los noventa. Otra de las consecuencias observadas fue el crecimiento de grupos de población relegados a la posición de excluidos (Golovanevsky 2002).
La provincia de Jujuy, como es de suponer, no ha sido ajena a lo ocurrido en el marco nacional pero con sus propias características. Mientras que la privatización de empresas públicas reducía los puestos de trabajo, la desregulación afectaba a cultivos fundamentales en la economía provincial, como el tabaco y la caña de azúcar. Esta última también sufría la amenaza de la apertura externa, a la vez que reducía el empleo debido a la tecnificación, en especial de las tareas de cosecha. Por otro lado, la economía de la provincia, que había tenido un fuerte dinamismo en las décadas de los setenta y ochenta, mostró en los noventa una trayectoria decreciente. A lo largo de las tres décadas tanto el producto bruto geográfico como el empleo por sectores muestran un importante proceso de terciarización de la economía, basado en el crecimiento del sector público, debido a contratación de personal. Esta forma de desarrollo tiene entonces un límite muy concreto, que son los recursos del sector público (Golovanevsky ob.cit.). Cuando dicho sector se vio imposibilitado de continuar con esta política, las tasas de desocupación crecieron sin cesar, y surgieron los movimientos piqueteros, con su metodología de cortes de ruta y movilizaciones permanentes, siendo Jujuy una de las provincias pioneras en esta temática.
El barrio Alto Comedero refleja, de manera paradigmática, esta crisis de los ´90 porque se fue habitando en base a, fundamentalmente, migrantes internos desocupados y familias con trabajadores precarizados. Aunque se han dado fenómenos similares en distintas ciudades del norte argentino (Boleda 1999; Bolsi 2000) el crecimiento de Alto Comedero es particularmente interesante por su magnitud sin precedentes en la provincia de Jujuy. 3 Su crecimiento es tan notable que se lo denomina comúnmente “nueva ciudad”, ya que su tamaño es equiparable al de la ciudad toda, al menos en la percepción de los habitantes de San Salvador de Jujuy y en su representación en los croquis de la ciudad. 4
Entonces, en algo más de diez años ha surgido en Alto Comedero una verdadera concentración urbana paralela, con más de 50.000 habitantes. Y aunque no se puede hablar de la creación de una ciudad en el sentido tradicional del término debido a la carencia de numerosas funciones urbanas o la insuficiencia de los servicios públicos, y sobre todo a su dependencia administrativa, legislativa y financiera de la ciudad de San Salvador de Jujuy, es posible que se trate de un nuevo tipo de organización urbana periférica (geográfica y socio-económica) producto no planificado de las políticas neoliberales implementadas durante las últimas décadas en la Argentina y cuyas consecuencias no dejan de influir (y afectar) en la vida de todos los días (y el futuro) de sus habitantes.
Los años ´90 en la Argentina estuvieron caracterizados por un contexto económico con desempleo creciente, precarización laboral y empobrecimiento también en aumento, que se reflejaron en Alto Comedero, donde el desarrollo de ferias de venta y reventa de productos de la canasta básica (frutas, verduras, carnes y alimentos) e industrializados (ya sea en grandes empresas o más artesanalmente como puede ser la fabricación local de muebles rústicos) representó y representa en la actualidad (mediados del año 2004) la única posibilidad de un ingreso para numerosos hogares, que logran su supervivencia cotidiana merced a su inserción en este tipo de actividades económica por cuenta propia o microempresariales. Este tipo de inserción laboral (Bergesio ms), como en todo el país, representa una posible alternativa laboral para importantes grupos de población que no logran ocuparse en otros sectores (Nun 2001). Este mismo contexto de crisis económica convirtió a Alto Comedero en un posible lugar de residencia para numerosos migrantes de otras zonas de la provincia, especialmente del norte, de donde fueron expulsados por la falta de oportunidades laborales (Bertoni et al 2000).
Este artículo representa un primer avance de investigación, que refleja la recopilación de material e información acerca del origen, desarrollo y situación reciente de Alto Comedero, con énfasis en principio, en los aspectos demográficos. En base al material recuperado hasta el momento surge la hipótesis de implosión 5 de población, esto es, que el barrio va quedando sumido bajo una marea de inmigración proveniente de los barrios y localidades que la circundan 6 como producto de la crisis socio-económica que afectó a la Argentina durante la década de 1990 y que aún continúa.
2. Origen del barrio: clientelismo, orden colonial y desorden urbano
El Barrio Alto Comedero, 7 al sur de la ciudad de San Salvador de Jujuy, se ha desarrollado y crecido en la década de 1990. Tiene su origen en un plan de viviendas desarrollado a partir de 1986 con el propósito declarado de dar respuesta al déficit habitacional en la capital provincial. En ese año, el gobernador peronista de la provincia de Jujuy de aquel entonces, con el objetivo explícito de poner fin a las denominadas invasiones ilegales de los terrenos privados en el entorno de la ciudad y suprimir las zonas de viviendas precarias (junto con el desorden social que esto representaba), decide expropiar 600 hectáreas en el lugar denominado Alto Comedero, a cinco kilómetros de San Salvador de Jujuy, para destinarlas a la construcción de viviendas. 8 El 17 de septiembre el gobernador firmó el decreto de expropiación, lo que constituyó un acto contrario al orden jurídico, ya que las expropiaciones, sobre todo de esta magnitud, deben normalmente ser hechas por ley votada por la Asamblea legislativa de la provincia. Pero el gobernador buscaba ganar tiempo porque su mandato finalizaba en 1987 y perseguía su permanencia en el cargo. En esta ambición, la adjudicación de terrenos y/o viviendas era clave en términos electorales (sin duda, el objetivo no declarado que está en el origen del barrio Alto Comedero) (Fournier 2000).
Los discursos de este gobernador/candidato son explícitos sobre su ambición, su sueño de crear una ciudad, “otra Jujuy”, proponiendo: “...una operación integral de urbanización cuyo objetivo central es el mejoramiento de la calidad de vida de la población y la satisfacción de sus necesidades básicas contando con la acción solidaria de pueblo y gobierno” (Gobierno de la Provincia de Jujuy 1987:5). El ordenamiento del espacio geográfico, su puesta en orden, es un medio de intervención social, es decir, se trata de construir un nuevo orden urbano para suprimir el desorden tanto espacial como social de las periferias urbanas (Fournier 2000). Pero también, se elige un momento político importante, y la construcción del barrio persigue además un fin reeleccionista del cual es inseparable a lo largo de toda su breve historia. En situación de entrevista un ex presidente de un centro vecinal de Alto Comedero nos dijo: “No hay ningún proyecto de Alto Comedero, no hay nada… Va creciendo, cada cuatro años, cada vez que hay elecciones, se puede hacer alguito. Pero no porque alguien estudió, sino porque a alguien le parecía bien en ese momento hacer eso y lo hacen.” Y cuenta que la avenida principal del barrio era preparada para ser pavimentada antes de cada elección, se cavaba todo, y después se volvía a tapar. “Cada cosa que se hace en Alto Comedero es para las elecciones”, concluye.
En aquel año de 1987, en unos cuantos meses, un equipo de arquitectos elaboró un plan para Alto Comedero con la ayuda de normas de urbanismo mexicanas. En esta “operación integral de urbanización”, todo estaba calculado, codificado, ordenado: el tamaño de las parcelas, de las calles, de las plazas, una zona para funciones, las densidades, la altura de las viviendas, las redes de vialidad, la jerarquía de los ejes de transporte, los parques verdes, etc. El urbanismo del plan en damero se impuso como por todos lados en América Latina, como una herencia del orden colonial, con un centro con funciones administrativas, religiosas, comerciales y de servicios (hospital, escuelas, etc.) y “módulos básicos de planificación” que se descomponen en “unidad elemental” para la clase popular, en “unidad mediana” para la clase media y en “unidad superior” para la clase dominante. El ensamble de estos módulos debía estar en condiciones de acoger a 45.000 personas. La división social del espacio estaba así perfectamente planificada (Gobierno de la Provincia de Jujuy 1987).
Para conocer la importancia de la demanda, el equipo de arquitectos llevó a cabo un reempadronamiento de habitantes que necesitaban una vivienda. Una selección se organizó para atribuir los terrenos gratuitos dando prioridad a los más necesitados. Cerca de 16.000 personas acudieron a llenar el formulario. El sistema sólo estaba parcialmente informatizado y los parámetros de selección no estaban claramente anunciados, ni siquiera definidos. Pese a todo una primera lista fue publicada para la atribución de 3.000 terrenos. Inmediatamente fueron denunciadas irregularidades porque muchos de los postulantes habían hecho declaraciones falsas. Familias ya propietarias de viviendas y que en principio deberían ser descartadas del programa son vistas con terrenos asignados; otras familias han logrado obtener dos terrenos en la esperanza de revender uno; en algunos casos un mismo terreno ha sido concedido varias veces y a personas diferentes; etc. A pesar de las rectificativas la confianza se pierde, es difícil separar a los especuladores. Al orden del plan de urbanización le correspondió el desorden de su puesta en práctica y de su apropiación social (Fournier 2000).
La asignación de los terrenos tuvo lugar cuando la campaña electoral para la gobernación ya había comenzado, por lo que el proceso de urbanización y el acceso a los terrenos urbanos fue directamente asociado al clientelismo político. 9 La mezcla social que el proyecto preveía no fue respetada, sólo fueron asignados los lotes para las personas de, en teoría, recursos limitados. A pesar de la distribución masiva de terrenos, el gobernador no es reelegido. El nuevo gobernador buscó entonces reimponer el orden en el proyecto, y la asignación de terrenos fue reorganizada.
Entre 1987 y 2001 nueve gobernadores han estado en el poder en la provincia de Jujuy, aunque un mandato dura normalmente cuatro años. Cada uno de los nueve gobernadores proyectó a Alto Comedero su concepción personal del orden urbano. El orden político, inestable, ha dictado medidas puntuales, realizadas según el día a día, el grado de financiamiento disponible y el calendario electoral; lo cual se refleja en el resultado final del proceso.
3. El resultado del proceso de urbanización
Alto Comedero conoce en el curso de los años noventa un crecimiento urbano ligado a cinco grandes mecanismos:
- las viviendas del sector público construidas por el Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IVUJ);
- barrio construido en base al financiamiento del Banco Hipotecario Nacional.
- los lotes o terrenos llamados fiscales que son terrenos viabilizados y para los cuales la construcción de viviendas está a cargo de los propios habitantes (auto construcción legal); y
- las ocupaciones de terrenos llamados ilegales a lo largo del curso del Río Las Martas (auto construcción ilegal);
- loteo privado construido sobre el contorno de la zona expropiada por el sector público.
El centro de Alto Comedero está ocupado por un aéro-club con una pista de aterrizaje de 1,5 km de longitud. Se trata de la zona más plana y más propicia para la urbanización que el resto del barrio. Las alturas encierran el lugar. Los carteles indican que se trata de una propiedad privada donde la entrada está estrictamente prohibida. Esto se explica en función de la disputa por la ocupación de esos terrenos. En 1986 cuando surge el proyecto de construir las viviendas, se preveía expropiar toda la zona y reconstruir el aéro-club en otro lugar, más alejado de la ciudad. Los dirigentes del aéro-club reaccionaron vivamente. 10 Finalmente, no sólo los terrenos no son expropiados, sino que en 1995 los miembros del aéro-club logran hacer votar una Ley Provincial Suplementaria prohibiendo a futuro la urbanización de esos terrenos. La presencia del aéro-club en el centro mismo del barrio impide toda organización racional del transporte, y en general de Alto Comedero (Fournier 2000). Por otro lado, son frecuentes las disputas por el uso de este espacio, dado que, por ejemplo, la grilla es cortada por los habitantes de distintos sectores de Alto Comedero, y es posible franquear a pie esta zona prohibida sin mayores obstáculos materiales.
Algunos años después la construcción de los loteos del Instituto de Vivienda, en función de los ingresos y de los proyectos de las familias, aparece una intensa diversificación arquitectónica en altura o por extensión horizontal en la medida que el terreno lo permite. La decoración de las fachadas varía con la utilización de colores, de materiales y de formas casi infinitamente: enrejados, rejas, muros, lozas decorativas, árboles, etc. permiten la personalización de las viviendas. Una casa ampliada con decoración burguesa (rejas trabajadas en hierro negro y dorado; puertas en madera ricamente decoradas; terrazas en ladrillos rojos lustrados; columnas; etc) puede estar rodeada por una casa donde el frente ha sido transformado en rotisería mientras que, del otro costado, se encuentra una casa que no ha sufrido ninguna transformación, ni una mínima decoración, y donde el aspecto degradado transmite un cierta abandono. Arquitecturas y vecinos se entremezclan, signo de la movilidad social tanto ascendente como descendente (Fournier 2000).
El loteo típico del Instituto de Vivienda, que constituye lo esencial del norte de Alto Comedero, está formado por cinco grandes calles. Para cada calle, en los dos costados, se alinean casi 40 casas. De un solo golpe de vista se puede observar las idas y venidas de al menos 80 familias. En las intersecciones, y en los loteos situados en altura, esta posibilidad se multiplica. En ciertos lugares, la rectitud de las calles permite observar todo movimiento a más de un kilómetro de distancia. Ni el anonimato, ni la intimidad de un jardín privado son posibles. Al sur de Alto Comedero, en la zona de las viviendas auto-construidas y de los terrenos ocupados sin permiso oficial, los contrastes son también importantes, aunque ciertos materiales utilizados, tales como la madera, el cartón, los palos, son menos durables. Muchos de los lotes no están aún edificados, un gran número de viviendas están aún en los cimientos; algunas calles no están pavimentadas, lo que acentúa la dimensión inactiva de la urbanización. Alto Comedero alterna vacíos y llenos, los espacios libres, vastas extensiones desiertas y loteos muy densos. Si el modo de apropiación de estos terrenos, la urbanización y las condiciones jurídicas son contrarios al orden urbano oficial, allí reina otro orden, popular, que denota una firme voluntad de edificar un hogar perdurable. Los numerosos hornos de barro en el exterior de las viviendas indican la reproducción de un orden rural de la vivienda, mientras que un orden comunitario asegura una cierta solidaridad (Karasik 1992). En efecto, numerosas estructuras de organización comunitaria han sido creadas en Alto Comedero. Los centros vecinales, los comedores infantiles, los hogares colectivos donde es posible bañarse, cocinar, lavar, son numerosos (Fournier 2000).
Este barrio comenzó a consolidarse en la década pasada y esta formado mayoritariamente por planes de viviendas del Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy que suman un 65% del total de las viviendas existentes en el lugar, y el resto se distribuye en loteos y asentamientos. 11 El barrio esta formado por aproximadamente 60 sub-barrios o sectores, algunos de los cuales son: La Nueva Ciudad, Loteo Calsina, 281 Viviendas, Virgen del Rosario, El Exodo Etapa I, El Exodo Etapa II, 117 Viviendas, 200 Viviendas, Libertad (370Viviendas 1º Etapa), 300 Viviendas (Banco Hipotecario Nacional), 203 Viviendas, 55 Viviendas, 84 Viviendas, 20 Viviendas, Espacios verdes, 69 Viviendas, 128 Viviendas (BIRF), 78 Viviendas, 128 Viviendas, 370 Viviendas, 370 Viviendas Etapa II, 370 Viviendas Etapa III, 122 Viviendas, 42º Viviendas, Sector La Loma, Sector Los Mineros, Sector B1, Sector B4, Sector Viviendas (ADMA), Sector B5, Sector B3, Sector B6, El Jardín (B2), 308 Viviendas, 337 Viviendas, 284 Viviendas, Loteo Finca Perovic, Loteo Pablo Perovic, Balcón de San Salvador y Sargento Cabral (Municipalidad de San Salvador de Jujuy 2001).
En lo que respecta a las infraestructuras observamos que las viviendas construidas por el Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy (IVUJ) cuentan con un alto nivel de infraestructura, pero en cambio las viviendas pertenecientes a los loteos y asentamientos presentan una escasez de las mismas. El crecimiento del barrio esta condicionado por sus límites (autopista, accidentes topográficos) que lo llevan a que su expansión se realce hacia la zona sur del mismo barrio, pero por falta de organización y planificación en el crecimiento del barrio, este se expande dejando zonas vacías, y no solamente desperdician las infraestructuras existentes, sino también encarecen el costo de las mismas al tener que trasladarlas más lejos.
“Es una realidad que el aéro-club del lugar no puede funcionar por razones de seguridad en el sector, y debido a su ubicación casi central en el barrio se podría utilizar este sector para la creación de un gran parque, que actúe de pulmón principal en el lugar y como centro recreativo de todo el barrio, además su ubicación estratégica es una ventaja y comodidad para todos sus vecinos” (Diario Pregón 11/03/2004).
Otro problema importante en el lugar es la falta de pavimento, que ocasiona serios inconvenientes para el movimiento dentro del barrio. Se observa también un desmedido crecimiento de las viviendas, esto no solamente afecta a la calidad de vida ya que en algunos casos no cumplen con las exigencias municipales de habilitación, por ejemplo patios mínimos de superficie que garanticen una ventilación e ingreso de sol. Pero también este descontrolado crecimiento provoca una imagen urbana deteriorada ya que las viviendas no respetan los retiros obligatorios.
Un inconveniente adicional, el mayor según algunos (Diario Pregón 11/03/04), es que en él influyen diferentes organismos, como ser el municipio de San Salvador de Jujuy y el Instituto de Vivienda de Jujuy, cada uno de estos lo hace en forma individual, cuando lo correcto debería ser trabajar en forma conjunta y planificada, aprovechando mejor los recursos disponibles.
4. El “lugar” de Alto Comedero en San Salvador de Jujuy
Alto Comedero queda al sur de la ciudad. En el extremo sudeste del barrio están situadas las lagunas de oxidación para el tratamiento de las aguas servidas. Ellas desempeñan los órdenes repulsivos. En el oeste se yuxtaponen la prisión provincial, forma espacial y convencional del orden represivo penitenciario, y un cementerio privado, que palia el defecto de la función pública. Allí se localiza también una discoteca, lugar del orden festivo, rodeada por dos hoteles de alquiler de cuartos por hora, señalados por carteles luminosos sumamente explícitos. Pero al mismo tiempo se trata de lugares disimulados por la vegetación y situados al final de un largo camino bordeado por altos árboles. Lugares visibles e invisibles, estos hoteles pueden también ser considerados como el lugar del libertinaje, del orden erótico, por no decir que ciertos grupos lo interpretan como un cierto desorden moral (Fournier 2000).
El orden de la división social de San Salvador de Jujuy combina tres tendencias. La primera es una segregación de tipo centro periferia, el nivel socio-económico de los habitantes desciende a medida que uno se aleja del centro. Este primer círculo está físicamente limitado por dos grandes cursos de agua que atraviesan la ciudad (el Río Grande y el Río Xibi-Xibi), formando una especie de isla. Estos cursos de agua, de 500 y 800 metros en su mayor largo, son también importantes barreras sociales.
La importancia de este rasgo topográfico en la vida de la ciudad puede resumirse relatando que el logotipo de su Municipalidad durante la década de los ´90 se limita a una pequeña cuadrícula rodeada por dos trazos que los representan. Ese mismo logotipo nos pone ante la evidente valoración del sector que estos ríos rodean. Otro ejemplo es el actual folleto turístico elaborado por la Municipalidad de la Capital y distribuido a través de su Dirección de Turismo el cual comienza señalando que: “La capital provincial se asienta entre los ríos Grande y Xibi-Xibi” (además en el esquema que muestra el “Acceso a San Salvador de Jujuy” este deja fuera a todo Alto Comedero).Y, finalmente, una alta proporción de los habitantes de San Salvador de Jujuy, al referirse a la ciudad, en realidad hacen mención excluyente a esta parte central (Bergesio y García Vargas 1999).
Si consideramos entonces a los ríos Grande y Chico como líneas demarcatorias, podemos proponer en principio una zonificación de la ciudad en tres áreas: un área central, ubicada entre ambos ríos; un área que se extiende hacia el Norte del río Grande; y una tercera que, a partir del río Chico, se extiende hacia el Sudeste. En adelante nombraremos a estas zonas Central, Norte y Sur, respectivamente. Brevemente, podemos decir que las representaciones e interpretaciones de los habitantes de San Salvador caracterizan a la zona central como lugar de trámites y transacciones financieras, como un centro político, histórico y turístico. La zona norte se considera predominantemente residencial, con buenas visuales y alta calidad de vida 12 La zona sur es percibida como la más populosa y popular. Hay representaciones diferenciadas, altamente marginales, para los barrios y asentamientos que, si bien se ubican dentro de los dos ríos considerados, ocupan el lecho del río Grande (Bergesio y García Vargas 1999).
Más allá de estas consideraciones acerca del imaginario de los habitantes de San Salvador, y yendo a la descripción demográfica, según datos del censo de 2001, la zona central cuenta con 26.795 habitantes (un 12% de la población) distribuido en el 20% del territorio. La zona norte es habitada por 39.037 personas (17% de la población) que ocupan el 32% del territorio; y, finalmente, la zona que se extiende hacia el Sudeste del río Chico, tiene 163.849 habitantes (71% de la población) distribuidos en 1.481 hectáreas, representativas del 48% de la superficie. La zona sur es la más poblada, tiene 110.6 habitantes por hectárea, mientras ocupan la misma extensión 43.4 personas en la zona central y 39.6 en la zona norte. 13
Una segunda tendencia es una división social norte-sur. Al norte, al lado del Río Grande, habita la población más acomodada, sea segregada con la construcción del primer barrio privado cerrado por muros, sea mezclada con poblaciones diversas. En oposición, al sur del Río Xibi-Xibi, el estandar social decrece. Se trata igualmente de una barrera étnica, la población de origen indígena, aunque de orígenes muy lejanos, se encuentra sistemáticamente al sur de este curso de agua (Stumpo 1992). Más al sur, a cinco kilómetros de la ciudad, se encuentra Alto Comedero, lugar geográfica y socialmente periférico.
La tercera tendencia es una división convexa y cóncava: las poblaciones socialmente desfavorecidas se instalan en las viviendas precarias en los contornos de los lechos de los ríos, en los límites de las zonas inundables, a un nivel inferior del centro de la ciudad, mientras que las residencias de la burguesía ocupan las alturas al oeste y las laderas de las colinas al norte (García Moritán y Echenique 1990).
La combinación de estas tres tendencias define el orden socio-espacial de San Salvador de Jujuy. En este orden segregativo, cada uno tiene asignado su lugar (García Moritán 1997). Curiosamente, se reencuentra el mismo esquema global de división en el interior mismo de Alto Comedero, que forma en cierta medida un desdoblamiento, un espejo del orden socio-espacial de San Salvador de Jujuy (Fournier 2000).
Por lo tanto, al atender a las formas de estas estrategias, se puede decir que los ciudadanos jujeños encontraron en los ríos que atraviesan su capital, en la distinción norte/sur y centro/periferia una clave para su estilo de imaginarla. Así, el espacio que en los planos se gestiona y se valoriza se ubica dentro de proyectos que los enlazan con una tradición histórica otorgadora de derechos para algunos habitantes y no para otros (García Vargas 2003).
Por otro lado, después de algunos años, el aislamiento geográfico de Alto Comedero ha dado la ocasión para los contestatarios de poner en su lugar las barreras en el camino. En ocasión de cortes de ruta, la comunicación entre Alto Comedero y el resto de la ciudad queda bloqueada. Estas nuevas formas de protesta social representan, de algún modo, el miedo al abandono por parte del Estado, que ha permanecido significativamente ausente en las regiones periféricas en momentos en que los niveles de pobreza crecían.
Alto Comedero es así una zona periférica de una provincia periférica de un país periférico: es un espacio separado de los grandes circuitos económicos de la “mundialización”. De cierta manera, Alto Comedero ilustra la fragmentación de los territorios ligado a la acentuación de las desigualdades sociales en América Latina.
Alto Comedero es sobre todo un lugar de relegación para las clases populares donde algunas personalidades locales y regionales conservan la iniciativa y el control de los espacios. Si el orden económico es modificado, el orden de algunas familias, que sacaron partido de la herencia colonial, prevalece aún sobre el orden de la planificación pública (Fournier 2000).
5. Alto Comedero hoy ...
Resumiendo, en algo más de diez años ha surgido en Alto Comedero una verdadera concentración urbana paralela, con casi 48.000 habitantes según el último censo de población. 14 El crecimiento puede calificarse de impactante, y para justificar este calificativo presentamos a continuación la comparación del este crecimiento intercensal:
Crecimiento intercensal 1991 - 2001
- Barrio Alto Comedero: 181 por mil
- Ciudad de San Salvador de Jujuy: 25.4 por mil
- Departamento Dr. Manuel Belgrano: 23.9 por mil
- Provincia de Jujuy: 17.9 por mil
- República Argentina: 10.6 por mil
Hay que tener en cuenta que al momento de hacerse el Censo de 1991 Alto Comedero estaba en plena instalación, y cuentan las anécdotas que mientras que el censista iba por un lado la gente se instalaba por detrás, con lo cual su población puede haber sido subestimada en aquel momento, y por ende la tasa de crecimiento intercensal 1991-2001 resultar sobreestimada. De todas maneras, el crecimiento ha sido tan grande que inclusive sigue siéndolo aún si estas versiones fueran ciertas.
Como ya dijimos, no se puede hablar de la creación de una ciudad en el sentido tradicional del término debido a la carencia de numerosas funciones urbanas y a la insuficiencia de los servicios públicos. Esto genera viajes cotidianos al centro de la ciudad capital, además de prácticamente no contar el barrio con lugares de trabajo fuera de los trabajadores por cuenta propia (fundamentalmente servicios de reparación) y comercios minoristas (almacenes, quioscos, mercaditos, bares, etc.) (Bergesio 2000a). Alto Comedero ha quedado entonces bajo el dominio tanto político como económico del municipio capitalino (Universidad de Caen 2000). Aunque cuenta con una Delegación Municipal, los servicios de la misma se han visto notoriamente reducidos en los últimos años debido a problemas presupuestarios del municipio de la Capital.
Esta “presencia reducida” del Estado en el barrio, que debe ser investigada más en profundidad, también ha propiciado, al menos en una primera apreciación, el surgimiento de numerosas organizaciones no gubernamentales que trabajan en aquellos espacios que el Estado ha descuidado (Bergesio y Pereyra 2000; Bergesio 2000b). Alto Comedero es el segundo barrio (el primero es Barrio Centro) con mayor número de Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) registradas ante el Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad (CENOC) de la ciudad de San Salvador de Jujuy (Municipalidad de San Salvador de Jujuy 2001).
Una estrategia de los habitantes del barrio para mejorar sus condiciones de vida ha sido, según apreciación de una ex directora de la Escuela Municipal en situación de entrevista, la demanda permanente hacia el Estado: “La gente le exige mucho a todos, a la escuela, al hospital, a los políticos, exigen mucho y lo consiguen, consiguen sus objetivos”. En esta suerte de relación clientelar Alto Comedero sigue creciendo, como si fuera el centro de una ”implosión” de población, esto es, el barrio va quedando sumido bajo una marea de inmigración proveniente de los barrios y localidades que la circundan. Y podemos encontrar similitudes con lo que planteaba Kumar Bose para el caso de Calcuta. Esto es: “Un tipo de urbanismo tan imperfecto como el que acabamos de estudiar, dentro del marco de una economía de escasez –por no decir de hambre-, no tiene por menos que contribuir a aumentar las tensiones entre los grupos étnicos; tensiones que en efecto afloran, de tanto en cuanto, a la superficie con resultados desastrosamente divisorios” (Kumar Bose 1987:96).
En nuestro caso, no se trataría de tensiones entre grupos étnicos (aunque el desprecio hacia “lo boliviano” está muy presente en muchos sectores), sino de la presión que significa el afrontar la supervivencia cotidiana en medio de la falta de oportunidades, el olvido del Estado y la amenaza siempre latente de la llegada de nuevos grupos, igualmente pobres y vulnerables, en busca de un lugar donde vivir.
En un barrio tan heterogéneo, el malestar con el Estado, por su ausencia, es también difícil de resolver, puesto que más allá de la desatención implícita en el Estado mínimo propugnado por el modelo neoliberal, se trata de problemáticas diferenciadas que requieren respuestas distintas. Mientras que algunos grupos responden a la trayectoria de los nuevos pobres, otros son pobres estructurales 15, que a través de los asentamientos, de la venta ambulante o de las ferias pelean el día a día, con la lógica del cazador de Merklen (2000). Más allá de la precariedad del empleo se plantean toda otra serie de obstáculos para quienes viven “en los márgenes”. Por ejemplo, las lluvias que vuelven intransitables las calles, el colectivo que inesperadamente deja de pasar, episodios de violencia, el colectivo demasiado lleno para poder subirse y volver a casa, los trámites en el municipio, el PAMI o el hospital que demoran largos períodos. Pero si bien esta inestabilidad se expresa en la vida cotidiana, en realidad “tiene su origen en la forma de las instituciones que organizan la cohesión social” (Merklen 2000), es la ausencia o el mal funcionamiento de las instituciones lo que da lugar al desarrollo de una cultura de la periferia. Y esto no tiene que ver específicamente con la pobreza, sino con la vulnerabilidad e inestabilidad con las que cotidianamente convive esta población.
Como dice Raúl, habitante del barrio, aludiendo a la gran cantidad de firmas que consiguió en Alto Comedero el petitorio de Blumberg, y enfatizando que muchos de los que firmaron tienen a sus propios familiares presos por algún delito:
“Y ustedes que van a investigar se van a enfrentar a una sociedad así, dispuesta a firmar, a hacer lo que le digan, dispuesta a encubrir un montón de cosas, que ni saben qué hacen, ni les interesa qué hacemos en esta vida, para qué estamos. Tenemos parece que tener hijos y que se críen como puedan, nada más. El futuro a nadie le interesa. A nadie nos importa el futuro, no nos importa nada, hay que tratar de vivir el momento. Ese es el gran problema que tenemos en esta sociedad. Y especialmente ahí, en Alto Comedero, a pocos les interesa que se pueda hacer algo. Una que no tienen esperanza y otra que ya el gobierno les ha quitado… nos bajó la autoestima, nos hizo creer que no podemos hacer nada por sí solos. Ya van a ver, gente tranquila, chicos medio agresivos, pero nadie tiene adonde ir, nadie tiene nada en Alto Comedero”.
Bibliografía citada:
AUYERO, Javier (2000) “Cultura política, destitución social y clientelismo político en Buenos Aires. Un estudio etnográfico”. En: SVAMPA, Maristella (editora) Desde abajo. La transformación de las identidades sociales. Buenos Aires: Universidad Nacional de General Sarmiento/Editorial Biblos.
BERGESIO, Liliana (2000a) Ganarse la vida. Trabajadores cuentapropia del sector familiar en la estructura socio-económica de San Salvador de Jujuy, FUNDANDES-FHyCS-UNJu, Jujuy.
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NOTAS
* Mg. en Teoría y Metodología de las Ciencias Sociales, Lic. en Antropología. FHyCS-UNJu. E-mail: dlmontial@arnet.com.ar
** Mg. en Teoría y Metodología de las Ciencias Sociales, Lic. Economía, FCE-UNJu/CONICET. E-mail: lauragolo@arnet.com.ar
2 Este trabajo forma parte de un proyecto mayor cuya denominación es: “La situación social en el conurbano ´jujeño´ en los albores del siglo XXI. El caso de Alto Comedero y Palpalá”. Este proyecto está cofinanciado por la Secretaría de Ciencia y Técnica y Estudios Regionales de la U.N.Ju. y la Universidad Católica de Santiago del Estero.
3 Aunque las autoras no han realizado todavía un estudio exhaustivo al respecto, en conversaciones informales con especialistas en el tema, la excepcionalidad de la magnitud del crecimiento de este barrio se puede extender, al menos preliminarmente, al resto del país.
4 Esta fuente no es totalmente reflejo de las zonas habitadas porque se van conformando “loteos” (viviendas autoconstruidas de tipo precario) que son incorporadas en los croquis de la ciudad por lo general con posterioridad a su conformación. Y se suelen organizar entre dos y cuatro loteos nuevos por año (de entre 200 a 400 viviendas con un promedio de 5 a 6 personas por vivienda). Comunicación personal Dirección de Planificación Urbana de la Provincia de Jujuy.
5 Implosión: explosión desde fuera hacia adentro.
6 Esta imagen de “implosión de población” fue utilizada por Kumar Bose (1982) para el caso de Calcuta.
7 El nombre “Alto Comedero” le fue dado porque queda en una parte alta de la ciudad y la composición de su suelo, que es arcilla expansiva, según los relatos populares, provocaba que, cuando era campo de pastoreo “en el suelo se hundieran los animales, como si se los comiera”. En una versión menos mítica, se refiere que allí eran tierras altas (en relación a la ciudad) dedicadas al pastoreo, donde el ganado comía.
8 Los terrenos a expropiar en Alto Comedero servían a la ganadería extensiva. Pertenecían a la familia Bárcena, quien se repartió a principios de siglo con la familia Tramontini los terrenos en las afueras de la ciudad. De origen español, la familia Bárcena llegó al noroeste argentino en el siglo XVIII, y representa el orden colonial, y particularmente la dominación social por medio de la posesión de la tierra. Esta familia se enriqueció gracias al comercio e invirtió en la compra masiva de tierras. De una generación a la otra, las estrategias matrimoniales permitieron mantener o agrandar las grandes propiedades. El crecimiento urbano de los últimos decenios le dio por fin un valor a la tierra. Hoy, por la reventa de lotes urbanos, algunos herederos pueden construir verdaderas fortunas.
9 El clientelismo político es entendido aquí como el intercambio personalizado de favores, bienes y servicios por apoyo político y votos entre masa y elites. Auyero (2000) plantea que, en los barrios pobres, asentamientos y villas, una de las maneras de satisfacer las necesidades básicas de alimentación y salud de los pobres es a través del partido político con acceso directo a los recursos estatales. Siendo en esos espacios donde encontramos a los mediadores, conocidos como punteros o referentes políticos.
10 Buscaron viejos documentos salidos de los archivos, encontrando una ley de 1907 expropiando los terrenos y reservando el lugar a las actividades del que era, en la época, el aeropuerto provincial. Paralelamente, obtuvieron el apoyo nacional para validar el argumento de guardar una pista de aviación de seguro. El club propuso también extender sus actividades a diversos deportes a fin de obtener una garantía social para su mantenimiento. Aún las instalaciones, por entonces decaídas y sin una arquitectura remarcable, fueron presentadas como un patrimonio de la ciudad, un lugar altamente prestigioso. La historia del aeropuerto fue publicada en la prensa; se mencionó el nombre de todos los personajes importantes que lo habían transitado. La elite regional tenía la ocasión de reencontrar el bar, el restaurante y la infraestructura deportiva: pileta, cancha de base-ball, de tennis, etc.
11 Diario Pregón, 11/03/2004.
12 Esta representación es reforzada por el mercado inmobiliario, como ocurre con el slogan de un complejo habitacional construido en la zona norte, que dice: “Cruzar el río es vivir a pleno” (se refiere al río Grande).
13 Este proceso de concentración de la población en la zona sur es fortalecido desde la planificación por distintos ordenamientos, como el Plan Director Municipal (Ordenanza 628/86) y el Código de Planeamiento Urbano de la ciudad de San Salvador de Jujuy (Ordenanza 2363/96) que reglamentan el uso del suelo de las distintas zonas.
14 Esto representa casi el 21% de la población total de San Salvador de Jujuy, de 231229 habitantes según el censo 2001.
15 Temas tratados para Argentina por, entre otros, Minujin y Vinocur (1989), Minujin (1992 y 1997), Minujin y Kessler (1995). Una aproximación para Jujuy se encuentra en Golovanevsky y Sala (2001).
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