49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

Gaspar Félix Calvo Población

49 CONGRESO INTERNACIONAL DE AMERICANISTAS

SIMPOSIO HISTORIA

HIST.10: Familia y educación en la historia Iberoamericana

TITULO DE PONENCIA:

Valores y contravalores del mundo indígena

AUTOR: Gaspar Félix Calvo Población

VALORES Y CONTRAVALORES DEL MUNDO INDIGENA:

RESUMEN:

Analizar los valores que el mundo indígena tiene, y ver aquellos otros que ha perdido y estan en vías de extinción para evitar su desaparición. El mundo occidental también juega un papel importante en todo este proceso.

Gaspar Félix Calvo Población

Universidad de Extremadura

Cáceres

España

VALORES Y CONTRAVALORES DEL MUNDO INDIGENA

Introducción

En el pensamiento de todo hombre aparecen los valores, y con frecuencia todos emitimos juicios de valor. Pero también es cierto que la escala de valores que se establece difiere de unas culturas a otras. El hombre aprende los valores desde su propia realidad cultural, pero también es un hecho que algunos de éstos van variando con las sucesivas generaciones. La interculturalidad es uno de los fenómenos que producen estos cambios, pues no debemos olvidar que las escalas de valores son abiertas y por lo tanto dinámicas y unos se consideran más importantes que otros. Mientras que en el mundo occidental los valores materiales, o contravalores, van subiendo puestos, en las culturas indígenas todavía priman los llamados valores morales.

Sin duda ninguna la trasmisión de los valores ha sido el método más antiguo de educación informal y no formal que todas las culturas han desarrollado. Es un hecho que la escuela cada día se va ampliando más en el mundo indígena, y los gobiernos también van mostrando una mayor preocupación por la educación multicultural y bilingue. Pero esto no nos debe hacer olvidar que existe un tipo de educación que la escuela no realiza, no porque no le competa, sino por falta de tiempo o por una mala priorización. Entre estos temas relegados injustamente estarían los valores. Y es la familia, prioritariamente, quien realiza esa educación, apoyada en ocasiones por los jefes y dirigentes del grupo.

Lo cierto es que los valores del mundo indígena son el resultado de su particular modo de ver el mundo y el impuesto por el frecuente contacto con el mundo misionero y occidental. Pero también es cierto que uno y otro, en muchos casos, fueron afines o complementarios. A pesar de esto, tuvieron que pasar por momentos de descrédito total, intentando la supresión de los mismos por considerar que todo lo que tuviera que ver con el indígena era bárbaro y no debía tenerse en consideración. Sin embargo, las acciones más repulsivas para la mentalidad occidental tenían una explicación para el mundo cultural indígena, donde el valor social estaba por encima de la vida misma.

Si como piensan algunos autores caminamos hacia una monocultura esto presupondría que también nos dirigimos hacia la uniformidad en los valores; más, si se tiene en cuenta que los valores actúan como elementos de cohesión de la cultura y además permiten al individuo identificarse con la misma. Los valores que se impondrán en primer lugar en esa cultura única serían los materiales.

También es cierto que los valores defendidos por los antiguos filósofos: la bondad, la verdad y la belleza han sido una trilogía constante en casi la totalidad de las culturas. Desde el mundo occidental hoy se ve a las culturas indígenas como un modelo de valores no materiales que nuestro mundo ha perdido y que intenta rescatar, tal es el caso del respeto y uso racional de la naturaleza, el compartir, o la felicidad sustentada en el ser y no en la ambición desmesurada del poseer. Con frecuencia hacemos el pregón de los valores prioritarios pero nos olvidamos o no queremos saber nada de aquellos que están íntimamente relacionados con aquellos y que solo se dan si existen éstos. Un ejemplo es la amistad que exige renuncia y sacrificio.

El reconocimiento de los valores del mundo indígena se ha producido desde todos los ámbitos; y los organismos nacionales e internacionales han querido preservar su desaparición, prueba de ello es la extensa legislación referida al tema de un modo implícito o explícito. No debemos olvidar la admiración causada en los primeros misioneros y los elogios que hicieron de las virtudes indias desde Las Casas hasta las misiones del último siglo, aunque es obvio que también se ha dado la postura opuesta.

Debemos echar una mirada hacia el mundo indígena, pero no de un modo romántico; para ver qué valores se han perdido en el mundo occidental, y también, para ver qué valores del mundo indígena siguen el camino del olvido y la desaparición. Nosotros no somos quienes para frenar su progreso y su desarrollo, pero sí tenemos responsabilidad en lo que les ofertamos, ya que esto ha de ser para mejorar sus vidas y no para que desemboquen en la destrucción de su cultura.

Los valores contribuyen a la autonomía personal y moral, al mismo tiempo que capacitan al individuo para participar de un modo responsable en el medio que tiene que desenvolverse. Pero el gran reto que tienen que vivir ellos en muchas ocasiones es que están a caballo entre dos culturas, la autóctona y la foránea, y está última está representada por los mineros y explotadores de todo tipo de recursos naturales. Y en otras ocasiones por la deslumbrante vida de la ciudad o de las zonas de trabajos que más que ofrecer unos valores sólidos presentan los contravalores y lacras sociales, o esto es lo que más asimilan la mayoría de los individuos de las etnias que entran en contacto con ellos.

Consecuentemente los contravalores hacen referencia al polo opuesto del valor. Podemos decir que todos los valores se mueven en una frecuencia amplia que abarca desde el punto más positivo del valor hasta el concepto negativo del mismo, o lo que sería igual el contravalor.

Los valores hacen referencia a cuestiones actitudinales del individuo consigo mismo, con los demás y con el medio que le rodea, por ello analizaremos los valores y contravalores desde estos epígrafes.

VALORES RELACIONADOS CON EL INDIVIDUO.

Este parece el punto de partida más lógico a la hora de analizar los valores, ya que de la consideración que se tenga de uno mismo dependerá su relación con los demás y con el medio.

La primera consideración a este respecto es el término con el que el indígena se nombra a sí mismo. Curiosamente comprobamos que ese nombre hace un reconocimiento explícito de que es "persona" u "hombre", como contraposición a todo aquello que le rodea, incluso otros grupos indígenas. Desde el norte al sur de América se reconoce como el ser por antonomasia, designando a los otros como extranjeros o incluso seres inferiores. Por lo tanto es patente la propia aceptación y sienten un sano orgullo de la condición indígena. Se puede decir por otra parte que esta aceptación de la condición étnica se vio reafirmada con la celebración del V Centenario del encuentro de los dos mundos.

Sin embargo no todo es tan positivo en aquellas culturas más desfavorecidas, que se averguenzan de su condición indígena e incluso reniegan de ella, más, cuando emigran a la ciudad o salen de su entorno. Llegando a prefiere aprender la lengua nacional y olvidar la suya porque aquella cree que le dará más posibilidades y además tiene más consideración socilamente.

Frente a la imagen del indígena que se acepta y se respeta está la otra estampa del indígena degradado por las lacras sociales, dedicado al contrabandoy sirviendo en los trabajos más bajos para poder sobrevivir fuera de su comunidad, y que en ocasiones forma el número mayor de las cárceles fronterizas.

También ocurre con frecuencia que el indígena vende su imagen adulterada para satisfacer el ansia de exotismo de los turistas que tienen contacto con ellos. Adoptan comportamientos, vestimentas o usos que no tienen nada que ver con su cultura y su tradición. En una palabra deja de ser él mismo para ser lo que quieren los otros.

La libertad, posiblemente sea uno de los valores que más identifican al mundo indígena, entendida esta como la falta de ataduras y ausencia de estructuras que agobien al individuo. Sus responsabilidades y vínculos son muy elementales comparados con los del mundo occidental; y la organización tribal responde a estructuras básicas. Pero también hay que reconocer que el aumento de sus contactos con el mundo capitalista les afecta en sentido negativo, ya que esa libertad se ve menguada por adoptar comportamientos, o copiar esquemas, que tienen poco que ver con su mundo, o que no mejoran en nada sus vidas. Esa libertad degenera en una esclavitud de los vicios como las drogas, y en la que más destaca el alcoholismo.

En lo concerniente a la madurez y responsabilidad de los individuos es fácil observar que si la adquisición de responsabilidades es un signo de madurez, ellos son considerados como responsables a una edad más temprana, deben cuidar de sus hermanos pequeños, trabajar en el campo y pescar para conseguir alimento. Lo que no podemos hacer es entender este desempeño de responsabilidades como una explotación de los menores; serían cuestiones distintas.

Tal vez por imposición del medio en que viven, o por la falta de progreso, lo que si es cierto, es que son un ejemplo de austeridad llevado hasta sus últimas consecuencias. Viven con lo imprescindible, y muchas veces ni con eso. Pues no tienen afán de guardar y tener, tanto si viven asentados como si son nómadas, sus pertenencias se reducen a unas herramientas de trabajo, alguna ropa y unos útiles de cocina, que en la mayoría de los casos se llevan a la tumba y no pasan a sus descendientes. Esta austeridad, podemos decir que sirve así mismo de nivelador social, ya que nadie es más que los demás en posesiones, y evita las desigualdades, las envidias y las luchas, manteniendo la unión en el grupo.

El consumismo como contravalor o polo opuesto de la austeridad va creciendo entre las poblaciones indígenas; no todo lo que se hace imprescindible en el mundo moderno lo es para las etnias que viven en la selva, el monte, la llanura o la costa; con temperaturas tropicales o gélidas. Y en muchas ocasiones se hace una copia de útiles y usos cuando no tienen ningún sentido. Esto les supone ataduras y dependencias más que el desarrollo de su propia libertad.

En todas las culturas el hombre ha tenido un valor de la trascendencia, y por lo tanto ha desarrollado algún tipo de espiritualidad, aunque a los ojos de los conquistadores esta fuera obra diabólica. Ciertamente, hoy tampoco es demasiado bien vista ésta espiritualidad, ya que son bombardeados por un sin fin de sectas y religiones queriéndoles hacer renegar de sus creencias, para sustituirlas por las foráneas. Para ello se emplean técnicas psicológicas estudiadas y se recurre a formar individuos de la propia etnia que tendrán más credibilidad ante su comunidad. Pero el efecto último es que esto crea divisiones y enfrentamientos entre los grupos y las comunidades. Y ese valor que había perdurado durante siglos se vuelve contra ello. No falta quien acepta novedosas creencias para obtener beneficios materiales, prestigio social o por presiones externas.

La fundamentación de sus valores se justifica por esa creencia de la divinidad, que mediante preceptos o mitos impone las normas de un recto comportamiento del individuo. Esa espiritualidad en la mayoría de los casos preside la vida del indígena, no como una faceta más de los distintos campos de la vida humana, si no como una totalidad integrada por distintos ámbitos.

Entre los mitos y relatos de cada pueblo indígena se encuentra siempre el nacimiento del indio como la creación directa o indirecta de una divinidad. Poseer este origen divino dignifica al individuo, aumenta su autoestima y autoafirmación, y el respeto por sus congéneres.

Posiblemente la calma y la paciencia sean valores más propios de sociedades donde no existe una presión impuesta por el reloj; y por consiguiente, es difícil encontrar estrés, prisa o nerviosismo. Entre los indígenas es frecuente el uso de la expresión "no ser bravo" para referirse a ese ser paciente y tranquilo. Por eso dentro del mundo indígena estos valores son más comunes y naturales. La vida se vive sin tensiones y en sus comunidades se respira tranquilidad y paz. Esto les lleva a vivir en armonía con la naturaleza y sus vecinos. A disfrutar de la vida y de las pequeñas cosas que presenta y ofrece cada día.

Si debe haber un valor que cierre este apartado sería el de lal muerte, como expresión de la fe y la esperanza en un mundo más allá, morada de los espíritus, que hace ver el acto de la muerte no como un fin, sino como un paso hacia el gozo o el descanso. La muerte no es una tragedia, en muchos casos es un tránsito deseado libre y voluntariamente de modo sereno.

VALORES SOCIALES

La familia es el primer y principal centro de educación. Y los valores se empiezan a asimilar en este primer núcleo social. La familia en sí misma es un valor, bien sea entendida ésta como nuclear o más extensa, cosa más frecuente entre las etnias indígenas; ya sea monógama o polígama. Sin embargo, el abandono de la esposa, bien sea por motivos de trabajo u otros, se va haciendo cada vez más frecuente. El hombre emigra a los núcleos urbanos o zonas de trabajo temporales, quedando con el peso de la familia y el campo la mujer. Pero junto a esto, también van apareciendo otras manifestaciones que son vejatorias para la familia; tal es el caso del intercambio arbitrario de hermanas por parte de los muchachos para desposarse con ellas, o el aumento de prostitución de las indígenas que viven en urbes o en zonas próximas a explotaciones mineras y forestales. Hoy día la educación de los hijos está pasando de ser una tarea familiar a ser la responsabilidad de la escuela y los internados implantados en sus territorios. Cuando no se debería olvidar que en la educación indígena raramente aparece el castigo corporal como método de modificación de conducta infantil.

El respeto por los mayores del clan familiar o por la autoridad elegida se ve menguar a medida que va creciendo la implantación de la escuela. Los mayores eran y son los depositarios de la sabiduría y las tradiciones de los pueblos. En ellos residen los conocimientos de las propiedades de las plantas, de las técnicas de caza, cultivo y pesca; y cada día les resulta más difícil encontrar jóvenes que tengan interés en ser los portadores de su acervo cultural; por lo que en la mayoría de las culturas su tradición se ve abocada al olvido a medida que van muriendo los mayores. Los abuelos representan el conocimiento y son los encargados de iniciar a los jóvenes en la vida adulta de su cultura.

La organización social de los grupos indígenas es muy variada, desde los clanes familiares hasta los grandes poblados, pasando por pequeñas comunidades, pero en todos se puede percibir su actitud de compartir, el valor de la generosidad frente al egoismo. Existen normas que regulan este valor hasta sus últimas consecuencia. Si en el día de caza se conseguía un animal pequeño y su carne no era suficiente para todos los del grupo, entonces se hacía una sopa para que alcanzara para todos.

La hospitalidad se extiende a todo individuo que llega hasta su comunidad, recibir al forastero con amabilidad. Siempre ofrecen un lugar para el descanso y alimento para reponer fuerzas. Tampoco abandonan al que se queda huérfano, a pesar de que las las familias sean muy numerosas siempre harán un lugar para el desafortunado; mientras que nuestra sociedad ha tenido que crear instituciones que solucionen estos problemas, entre ellos son las propias familias las que suplen estas carencias.

Desde el medio selvático al altiplano o la costa, la ayuda y la colaboración se han impuesto como un modo de identificación de las culturas amerindias. La precariedad de sus casas con corta vida hasta el trabajo del campo pasando por las celebraciones festivas, todas ellas se han desarrollado basados en la ayuda mutua. Pero a medida que los indígenas empiezan a participar del ritmo de la vida occidental, este valor va perdiendo vigencia. El poseer unos ingresos fijos implica una capacidad adquisitiva mayor que el resto de los individuos del grupo, y por ello no se necesitará su ayuda, y en caso de necesitarla se podrá pagar. El individualismo se manifiesta en el mundo indígena desde hechos tan concretos como la construcción de una vivienda con ladrillos, o la posesión de un motor para la lancha o de instrumentos más sofisticados para la caza. Tal vez esto le proporcione un sentimiento de seguridad, al mismo tiempo que de superioridad, lo que le hace prescindir de los demás.

Sin duda ninguna el valor de la educación podría hacer referencia a los valores personales, pero realmente la educación adquiere su máxima expresión en el proceso de socialización, que permite al individuo integrarse de un modo adecuado en su medio, y por lo tanto mantener una conducta normalizada en referencia a su cultura. Hoy día la educación occidental está llegando hasta los rincones más apartados de la selva y el indígena percibe la necesidad de la misma, pero un gran número de líderes se queja de que ésta es una de las causas de que el indio abandone su cultura, y que en algunos casos incluso la desprecie.

Como respuesta también a la celebración de 1992 se vio aumentar de modo considerable las organizaciones indígenas. Se puede decir que estas organizaciones son en su mayoría con carácter reivindicativo; desde la lucha por la comarca hasta cuestiones de salud, educación o vías de comunicación. La creación de cooperativas como medio de comercializar sus productos y de que las ganancias sean para ellos, han sido una muestra del valor de la comunidad

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VALORES DEL MEDIO

Sin ninguna lugar a duda el mundo indígena ha sido reconocido por su respeto al medio ambiente. Este ha sido el valor más identificativo para el mundo occidental de hoy. Desde los Yanomamis de la amazonia hasta los de las tierras del norte de Canadá todos ellos han abogado por el respeto a la naturaleza y el uso razonable de sus recursos. Ese respeto cuasi sagrado por la naturaleza de los indígenas, lo encontramos desde la declaración del jefe Sealth hasta los Kunas que elevan una oración antes de cortar la planta con usos medicinales, en señal de respeto hacia ésta.

Consumir y usar lo necesario de la naturaleza ha sido el sabio lema que ha guiado a los pueblos indígenas. Pero en la actualidad se enfrentan a la explotación desmedida de las grandes multinacionales, desde los minerales del subsuelo o el petróleo a las explotaciones madereras o hidráulicas, todo ello supone una amenaza para la armonía del indígena y la naturaleza. En muchas ocasiones los gobierno actúan de un modo arbitrario sin tener en cuenta a los indígenas, y en otras ocasiones los propios líderes del pueblo, dejándose llevar por intereses particulares o prevendas, son capaces de vender a su pueblo, olvidando el espíritu y filosofía de su comunidad.

Se ha extendido la noción de desarrollo sostenible como un modo de progreso que reduzca al máximo todos los efectos perniciosos sobre el medio, así como la utilización de los desechos con fines productivos y una tecnología que haga posible todo esto. Pero sin olvidar la paz y la seguridad como medio de coexistencia; y aquí se encuentran siempre en desventaja los grupos indígenas.

Un punto a parte, y también es un valor reivindicativo, es la posesión y disfrute de un territorio o comarca. Es este un valor muy defendido por los indígenas y poco entendido por los occidentales, la posesión de las tierras en común y los derechos colectivos. Se quiere que todos los gobiernos hagan un reconocimiento de este derecho a partir de un texto redactado por la ONU. Pero frente a este valor y como resultado de un exacerbado celo ha aparecido una lucha despiadada por las tierras individuales que enfrenta a los propios indígenas y crea divisiones internas. Pero tampoco hay que olvidar que las reservas en muchas ocasiones suponen pobreza y falta de oportunidades para los propios nativos. El mantenimiento de bienes comunales frente a la propiedad privada es un claro exponente del alto valor que las comunidades dan a la colectividad. Pero ya vimos anteriormente que este espíritu se ve roto desde las individualidades que se sienten más fuertes que el resto de los individuos.

La mayoría de los estados reconocen de alguna manera los territorios de los indígenas, pero a la hora de la verdad no dudan en vender o ceder la explotación de aquellas tierras a las compañías tododopoderosas que pueden aumentar los ingresos del estado. Y los indígneas sufren mientras las tasas más altas de paro o de mortalidad sin que los beneficios tengan ninguna repercusión positiva en ellos. Y sí, muchas veces tienen que sufrir ellos mismos la contaminación de las aguas, la escasez de animales de caza y la desaparición de plantas básicas para sus vidas.

CONCLUSIONES

Creo que podremos finalizar con algunas reflexiones sobre el mundo de los valores de los indígenas:

1- El respeto por la identidad indígena es algo que aun está por conseguirse a pesar de los reconocimientos nacionales e internacionales incluso en algunos paises donde la mayoría es población indígena. El reconocimiento debe pasar del papel al hecho y los gobiernos deben considerarles como ciudadanos con todos los derechos y deberes.

2- La familia indígena debe ser reconocida por los estados cuando ésta se haya consolidado por el rito tradicional de la comunidad con los mismos efectos de los matrimonios civiles. Y en la medida de lo posible se mantendrá su tradición y sus costumbres que suelen ser reconocidas como una riqueza cultural nacional.

3- La educación escolar deberá ser un complemento de su educación tradicional impartida de modo no formal por la propia familia y los ancianos o jefes. O lo que es más, los conocimientos tradicionales se deberían integrar en el sistema escolar o tratar como temas trasversales, teniendo en cuenta el uso de la lengua materna.

4- El uso de los recusos naturales debe ser más racional, y no ejercer una explotación indiscriminada, pues la naturaleza también tiene sus límites. La armonía entre el indígena y el medio debe ser una constante que no se debe romper bajo pretexto de que el gobierno es propietario de las tierras.

Notas

Gonzalbo Aizpuru, 1996, p.30.

2 Este sería el caso en que se sacrificaban a los seres más débiles cuando resultaban una carga para la sociedad. Sirva como ejemplo el caso de los Kunas que mataban nada mas nacer a los albinos, que no toleraban los rayos del sol y que ciertamente eran una carga para el grupo que tenía que vivir en un clima tropical.

3 Entre otros cabría mencionar el Convenio 107 sobre poblaciones indígenas y tribales de la O.I.T. en el Art.4b. También la Declaración de los Principios de cooperación cultural internacional, UNESCO 1966; art. 1.1.1. Declaración de Argel de los Jefes de Estado de los Paises No Aliados, 1973. art. I.18. A nivel nacional los distintos paises también han ido reconociendo los valores que representan las distintas etnias.

4 M.E.C. 1993, p.33

5Aunque en la frontera de Canadá y EEUU lo hacen impunemente por tener doble nacionalidad y poder pasar la frontera sin ningún problema.

6 Ciertamente es difícil delimitar el campo de lo que sería útil o inútil para el mundo indígena, pues nosotros tampoco seríamos quienes para establecer las normas y criterios de las cosas.

7 Siempre hay excepciones a las reglas y aquí no iba a ser menos. El ejemplo de los Mohawks del sur de Canadá y norte de EEUU no corresponde en nada a este modelo de austeridad. Tienen sus lujosas casas, coches, piscinas... y como ellos todos aquellos que se han integrado de un modo pleno en el capitalismo. De su espíritu de pobreza y austeridad ya nos habla Bartolomé de las Casas en la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, p. 38.

8 Para nuestra sociedad es normal dormir en una cama, pero para la mayoría de los grupos indígenas crearles esta necesidad es un grave error, pues sus condiciones de espacio son muy reducidas, no poseen tampoco sábanas, la humedad impregna el colchón y la suciedad se almacena en éste. Lo mismo ocurriría con el uso de electrodomésticos, cuando no tienen un fácil acceso a la energía...

9 La separación que el mundo occidental hacemos de lo religioso, político, civil, militar..; no suele darse en el mundo indígena, están más interrelacionados o forman una unidad.

10 Tal vez el exponente más destacado de este valor sean los Kogi de Colombia. En alguna ocasión he oído comentar a los indígenas que los latinos es que tenemos una naturaleza más airada y velicosa.

11 Esta práctica se va extendiendo entre los Ngobes por ejemplo, sin que las jóvenes puedan decidir en su futuro.

12 Hablando con un sahila, autoridad comunitaria, de los Kunas me comentaba que se iba perdiendo este respeto y autoridad.

13 Tierno, 1992, 198.

14 El Exponente más claro tal vez sean los Otavaleños, que ellos mismos venden sus productos en la mayoría de los países de Europa.

15Son múltiples las conferencias y acuerdos al respecto. Conferencia de la Naciones Unidas, Belgrado 1972; Carta de Belgrado 1975; Conferencia de Tbilisi 1977; Congreso de Moscú 1987...

16 Se podrían señalar múltiples ejemplos, pero baste a modo de selección el caso de los Algonquinos de Canadá que han visto deponer a su jefe por no doblegarse a intereses nacionales y de compañías madereras.

17 Carta de Belgrado 1975.

18 Baste señalar el país más desarrollado, EEUU que no reconoce los derechos colectivos de los pueblos indígenas.

19 Esto ocurre cuando se les da tierras valdías o su modo de vida exige el nomadismo, como ocurre con los pueblos del norte de Canadá, y se les restringe su campo de movilidad.

20 Sería muy larga la lista, pero hagamos mención de la Exxon que en 1975 descubrió una mina de cobre en la reserva de los Dene; las explotaciones petrolíferas en la selva ecuatoriana por parte de Texaco; o la tala de árboles en la selva del Darién.

BIBLIOGRAFIA

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