49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

Eduardo Deves Valdes.

49 CONGRESO INTERNACIONAL DE AMERICANISTAS - QUITO, 7-11 DE JULIO DE 1997. SIMPOSIOS HISTORIA - NRO. 18: Ideas, cultura e historia en la creación intelectual latinoamericana, siglos XIX-XX.

TITULO:

El proyecto modernizador cepalino: antecedentes en el pensamiento latinoamericano

Dr. Eduardo DEVES VALDES.

Instituto de Estudios Avanzados,

Universidad de Santiago de Chile.

Román Díaz 89, Providencia, Santiago, Chile.

Fonofax: (56-2) 235-8089

Email: edeves@lauca.usach.cl

RESUMEN DE LA PONENCIA :

A partir de una periodización del pensamiento latinoamericano basada en la preeminencia de factores modernizadores e identitatios, puede señalarse que en los años 40 de este siglo se inicia un nuevo ciclo modernizador. Este viene a cerrar el ciclo identitario que se había abierto a comienzos del siglo con el arielismo, el nacionalismo y el indigenismo.

A fines de los años 40 y durante los 50 se destaca la presencia del planteamiento cepalino, con su propuesto de industrialización sustitutiva, que va a impregnar el ámbito de las ciencias sociales, de la educación y de la política.

En esta ponencia se profundiza en los antecedentes proporcionados por el pensamiento latinoamericano a la configuración del paradigma cepalino. Está compuesto, además de su concepto clave de industrialización sustitutiva, por otros como relaciones centro-periferia, deterioro de los términos del intercambio, presencia del estado en la planificación y en la economía en general, desarrollo hacia adentro, integración económica regional. Se concluye la existencia en las décadas anteriores a 1950 de un conjunto de aproximaciones a estos temas que convergieron y cristalizaron en la formulación cepalina clásica entre 1949 y 1963.

- INTRODUCCION .

La Comisión Económica para América latina (CEPAL) nació a instancias del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, siguiendo la idea que se había llevado a cabo con la creación de instituciones regionales para la Europa y el Asia Lejano Oriente de postguerra.

Se creó inicialmente un comité compuesto por Chile, China, Cuba, Estados Unidos, Francia, Líbano, Perú y Venezuela, que debía estudiar el asunto y en el marco del cual Hernán Santa Cruz, delegado chileno, tuvo importancia decisiva para impulsar esta iniciativa.

Se decidió entonces, en 1947, dar origen a la CEPAL, con sede en Santiago, y se nombró como primer Secretario Ejecutivo al mexicano Gustavo Martínez Cabañas, con el cual debería colaborar el cubano Eugenio Castillo. Fue este último quien contrató a Raúl Prebisch.

Hay una serie de conceptos e ideas que circularon profusamente en los años 50 y que fueron identificados como el discurso clásico de la CEPAL. Conceptos como industrialización, deterioro en los términos del intercambio, relación centro-periferia, desarrollo hacia adentro, sustitución de importaciones, configuraron un nuevo léxico económico y pusieron en el tapete la idea de una economía del desarrollo.

Estos conceptos se configuraron en una propuesta que llegó a constituirse incluso en una ideología (en el sentido neutro del término, aunque porqué no también en el buen y en el mal sentido). Se configuró una posición que en síntesis y simplificando decía que América latina no se había desarrollado porque había orientado su economía a la exportación de productos primarios; porque tenía una gran masa subocupada con niveles bajísimos de productividad, con un escaso nivel de tecnología y que todo ello, en parte, era producto de una antigua división internacional del trabajo. Este modelo podría revertirse con un proyecto de desarrollo hacia adentro en que la industrialización fuera la clave: ésta provocaría un mejoramiento de la producción y la productividad y se transformaría en motor de un cambio que a la postre repercutiría sobre toda la sociedad. Para ello era necesaria una planificación y acción estatal que protegiera criteriosamente algunas manufacturas.

En general, para los estudiosos de la CEPAL y de sus ideas estos conceptos parecen emerger por generación espontánea, al menos al interior del ámbito latinoamericano. Para ellos, Prebisch y otros simplemente los inventaron (o los descubrieron) o los extrajeron parcialmente desde las corrientes extranjeras de la ciencia económica.

Nos parece, en cambio, que estas ideas tienen un importante componente latinoamericano y representan la maduración de un proyecto de modernización que, sin dejar de extraer numerosos elementos de la ciencia económica no-latinoamericana, los filtra de acuerdo a criterios que maduraban claramente al menos desde los años 20. Diversos autores, así como el propio Prebisch antes de ingresar en la CEPAL, habían contribuido al desarrollado ideas de dichas ideas.

Con esto pretendemos mostrar cómo el cepalismo es una formulación que se encuentra claramente interconectada con una tradición de ideas y que debe ser incorporada cabalmente a nuestra historia del pensamiento.

- CAPITULO 1. Presentación bibliográfica.

Existen numerosos escritos, libros y artículos que han sido producidos al interior de la CEPAL o en su inmediata periferia y que se han ocupado del origen y evolución de sus ideas. Se trata de un círculo diferente al que ha hecho tradicionalmente la historia del pensamiento y del ensayo en nuestro continente, lo cual ha derivado en un tipo de aproximación específica.

Una obra muy citada, precisamente por ser pionera y haber logrado una síntesis importante, es la de Octavio Rodríguez, La teoría del subdesarrollo de la CEPAL . Allí el autor persigue dos objetivos principales: revisar y sistematizar los distintos componentes del pensamiento cepalino y sobre esa base, intentar criticarlo, señalando cuáles son y de qué dependen sus alcances y limitaciones. Por esto mismo, no se encuentra dentro de sus objetivos o perspectivas el realizar referencias a las raíces latinoamericanas de este movimiento.

De un carácter similar es el texto de Adolfo Gurrieri en Introducción. La economía política de Raúl Prebisch. Se exponen allí los conceptos e ideas fundamentales de Prebisch a través del tiempo pero, tratándose de un estudio inicial a la obra de Prebisch, no se abordan prácticamente las ideas de otros autores coetáneos ni menos la de autores que antecedieron a la CEPAL o a su líder.

Carlos Mallorquín, por su parte, en La idea del subdesarrollo: el pensamiento de Furtado , obra de calidad tanto por la cantidad de información como por el elaborado tratamiento del tema, pone particular énfasis en el carácter fundacional de Furtado o de la CEPAL en la medida que - sostiene - durante los años 1940 existía una total ausencia en el discurso dominante convencional de proponer y elaborar concepciones más próximas a las condiciones estructurales específicas de los países entonces llamados atrasados. Insiste en que el discurso económico convencional previo al 45, no poseía un aparato conceptual para explicar el funcionamiento de las naciones más que a semejanza de su propia imageny cita a numerosos autores para refrendar estas afirmaciones. Es el caso de Osvaldo Sunkel, quien afirma que difícilmente algún libro publicado antes de 1950 contenía la palabra desarrollo en su título, las universidades no ofrecían cursos sobre la materia y no existían institutos especiales de desarrollo ni expertos en ese campo; incluso reproduce las palabras del propio Furtado quien señala que la ciencia económica enseñada en las universidades tanto en Europa como en Estados Unidos, difícilmente ofrecía punto de partida alguno para abordar la materia. Por otra parte, Mallorquín que tanto énfasis hace en la inexistencia de un discurso sobre el desarrollo y la periferia en la economía convencional, como él la denomina, ni siquiera se detiene en si habría o no antecedentes en América latina para la aparición de las tesis de Furtado y la CEPAL.

Carlos Rafael Rodríguez en su breve texto Vida y obra de Juan Noyoladestaca la presencia de las ideas cepalinas en la formación del mexicano cubano pero fuera del marxismo clásico no reconoce en éste otros elementos de formación. Ciertamente tampoco conecta las posiciones de Noyola con la de los propios marxistas cubanos, aunque señala que éstos ya habían descubierto algunos elementos que estarían después presentes en Noyola o la CEPAL; aunque no señala que Noyola los haya tomado de allí.

Felipe Pazos, en su Prólogo a Jorge Ahumada: obras escogidas , presenta someramente las ideas de este autor y realiza una breve semblanza intelectual. No hace, sin embargo, una sola alusión a relaciones entre Ahumada y las ideas en América latina, más allá de la propia CEPAL.

Víctor Urquidi en su Introducción. Jorge Ahumada 1917-1965 al mismo libro que acabamos de mencionar, vuelve sobre las ideas y la semblanza del cepalino chileno y agrega una buena cantidad de información sobre las actividades de éste. Nuevamente queda un vacío total respecto a las interconexiones entre Ahumada y el pensamiento no cepalino latinoamericano.

Celso Furtado mismo en La fantasía organizada aporta abundante información sobre su propia evolución intelectual, sobre los orígenes de su preocupación por el desarrollo y sus primeros años en la CEPAL. No deja, por otra parte, de entregar información y reflexión sobre el ambiente intelectual brasileño de los años 40 y 50, pero poco y nada señala sobre los antecedentes latinoamericanos de las ideas de la CEPAL así como de él mismo.

Idéntica cosa ocurre con Carlos Bazdresch quien en El Pensamiento de Juan Noyola señala que dejará de lado tanto la evolución de estas ideas en los escritos del propio Noyola y las influencias que inspiraron dichas ideas.

Sin duda, el autor que mayores relaciones intenta sobre la CEPAL y el contexto latinoamericano de ideas es Joseph Hodara. Este en su Prebisch y la CEPAL establece conexiones entre la figura de Prebisch y el caudillo estudiado por Sarmiento; señala también que Prebisch rompe con la tradición del liberalismo manchesteriano que se había desarrollado en nuestro continente y alude a Alberdi, elementos ambos que para nuestro efecto no interesan. Realiza también ciertos paralelos entre el organicismo de Prebisch y el de Ingenieros y Juan B. Justo, citando la frase preséntanse con frecuencia en la economía fenómenos análogos a los del organismo viviente, cuestión que ya comienza a interesarnos; conecta al Prebisch de la CEPAL (1949 en adelante) con el Prebisch presidente del Banco Central argentino (1935-1943), señalando a ese propósito que en estos escritos se encuentran gérmenes de las ideas que incorporó en su teoría general del desarrollo latinoamericano: la sensibilidad de los ciclos, las medidas compensatorias y la industrialización sustitutiva, cuestión que nos interesa aún más. Pero sobre todo enuncia una tesis en extremo interesante, aunque apenas aporte algunos elementos; que estas ideas se encontraban ciertamente en el clima intelectual de la economía como profesión, en particular en Argentina.

- CAPITULO 2. Los antecedentes del cepalismo en el pensamiento latinoamericano .

1. En el pensamiento latinoamericano han coexistido acentuándose cíclicamente una perspectiva modernizadora y una perspectiva identitaria. La perspectiva identitaria que destaca el reforzamiento y la defensa de lo propio, sea como cultura, pueblo o economía, que pone énfasis en los valores continentales, que destaca lo mestizo o lo no blanco, que acentúa la distribución o la justicia por sobre la productividad, que apunta a un autorreconocerse o encontrarse consigo mismo más que a la salida hacia el mundo, entre otros factores, predominó en el pensamiento latinoamericano entre 1900 y 1940.

La perspectiva modernizadora, sin desaparecer, fue menos destacada en esa época pero empezó a retomar fuerza luego de la crisis del 29 y alcanzó su cenit a fines de los años 40. Esta perspectiva pone en relieve a la ciencia y a la tecnología como los grandes instrumentos para solucionar los males del continente, insiste en la necesidad de imitar las experiencias de los países ricos, destaca la importación de ideas o personas (inmigrantes) de dichos países para enseñarnos, propicia por ello la apertura y la salida hacia el mundo, acentúa la importancia de la producción y la productividad por sobre la distribución.

2. Este esquema modernizador se había hecho hegemónico en nuestras ideas hacia 1850 y hacia 1890; nuevamente lo sería en 1950, con las peculiaridades correspondientes. Particularmente después de la gran crisis del 29, pero incluso desde antes, existía en América latina un grupo de personas que venían poniendo énfasis en la necesidad de la industrialización. Se trata de mostrar cómo el paradigma cepalino posee una serie de antecedentes que se perciben en relación a cada uno de los elementos de dicho paradigma; sin desconocer que Prebisch y sus colaboradores les dieron nuevos significados y los articularon de una manera original.

a - Con respecto al tema de la industrialización hemos detectadoun conjunto de autores como Gabriela Mistral, Leopoldo Lugones, Assis de Chateaubriand, Roberto Simonsen, Pedro Aguirre Cerda, Azevedo Amaral, Alejandro Lipschutz, Raúl Simón, Rómulo Betancourt, Adolfo Dorfman, Oscar Gajardo, Manuel Germán Parra y el mismo Prebisch antes de ingresar a la CEPAL, que están proponiendo desde los años 20 la alternativa de la industria y la industrialización.

Por cierto, ello no significa que se haya elaborado un cepalismo cabal antes de la aparición de la CEPAL pero sí que hay antecedentes importantes que Prebisch, Furtado, Ahumada, Pinto, Medina Echavarría, Noyola u otros no podían desconocer absolutamente.

Autores como Azevedo Amaral, Adolfo Dorfman y Prebisch en 1944 han llegado a formulaciones como las siguientes: El desenvolvimiento de las industrias es un estímulo a las actividades agrarias; la industrialización habría disminuido la crisis mundial; la industria es el eje, el nervio, el coronamiento de la actividad económica; se ha encontrado en la industria el medio para seguir creciendo. El conjunto de estas y otras aseveraciones prueba la existencia de una conciencia industrialista y de una teorización sobre las ventajas que ésta traería para las economías latinoamericanas.

b - Con respecto al tema centro-periferia se ha señalado en primer lugar que el propio Prebisch lo utilizó antes de ingresar a la CEPAL. Una cuestión como la dependencia cíclica que se articula directamente con las relaciones centro-periferia ya había sido expuesta claramente por Hernán Santa Cruz en 1947 en las deliberaciones de la Comisión que abrió cauce a la CEPAL. Más en general, Raúl Scalabrini Ortiz había publicado en 1940 su Historia de los ferrocarriles argentinos donde sin utilizar las palabras centro o periferia alude con fuerza a la manera cómo los capitales y la diplomacia británica habían utilizado la economía argentina para sus fines; aunque no es menos cierto que Scalabrini puede acercarse más a la teoría del imperialismo y la dependencia que al cepalismo.

Antes todavía, el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre había publicado El antiimperialismo y el Apra , libro que fue vastamente conocido en los círculos intelectuales y políticos latinoamericanos desde México a Chile. Los aspectos centrales del programa de los primeros años del aprismo han sido sintetizados por Harry Kantor como la abolición de todo imperialismo en Latinoamérica; unificación económica y política de toda la región y nacionalización progresiva de todas las riquezas.

c - Con relación a la cuestión del deterioro de los términos del intercambio, muy relacionada con centro-periferia, el ya citado Scalabrini Ortiz en su texto Política británica en el Río de la Plata , había alcanzado una formulación en extremo cercana a la de Prebisch, varios años antes. Al referirse a la situación de la economía argentina luego de la crisis del 30 señala que dado el desprecio de la moneda y de los precios, el ganadero se encontraba acorralado por sus obligaciones. Por un gramo de oro prestado por Inglaterra en 1928, el ganadero hubiera debido entregar 6 kilos de carne. Para saldar ese mismo gramo de oro prestado en 1928, debía entregar en 1933, 23 kilos de la mejor carne que más apetece al público inglés. El desequilibrio equivalía, pues, a una cuadriplicación de las deudas, y el ganadero argentino experimentaba la indignante impresión de que aquel prestamista de ultramar lo estaba estafando.

d - Con respecto al tema del Estado y su rol en la planificación, fomento o dirección de la actividad económica, el ya citado Joseph Hodara señala que para atenuar las repercusiones negativas del ciclo, Prebisch asigna un papel decisivo al Estado, conforme a la teoría que Keynes había difundido en los años 30, aunque en relación al empleo y comenta un poco más adelante que Prebisch se aleja del liberalismo manchesteriano que caracterizó a sobresalientes analistas argentinos del siglo pasado y concluye pues comienza a dispensarle al Estado mayor latitud económica dentro de la sociedad civil.

Se desprende del texto de Hodara que Prebisch habría sido el pionero o al menos el primer autor significativo que planteó este cambio de perspectiva respecto del Estado. Es obvio, sin embargo, que cuando se incorpora a la CEPAL ya había un importante movimiento, con décadas de antiguedad, que tendía a elevar la presencia del Estado de diversas formas en la actividad económica en América latina y de ningún modo puede señalarse a Keynes como la clave, aunque sus obras hayan coincidido y contribuido a este punto.

En el nacionalismo que se desarrolló con diferentes matices desde la primera década del siglo fue apareciendo ese nuevo rol del Estado y en las décadas del 30 y 40 es manifiesto; tradición que obviamente no proviene de Keynes. A este respecto ha dicho Maria Helena Capelato que en Brasil el nacionalismo revivió cuando el movimiento tenentista de los años 20 se bifurcó, dando origen a grupos orientados por ideologías de derecha (el integralismo) o de izquierda (el ala prestista). En ambos el nacionalismo se fortaleció evidenciando el desdoblamiento de las ideas de Alberto Torres y redundó en la defensa del intervencionismo del Estado.

Para Chile, Adolfo Ibáñezha mostrado cómo se gesta al interior del gremio de los ingenieros y técnicos actuantes en diversos organismos estatales y privados un conjunto de ideas que ligan Estado y economía. Ibáñez muestra cómo las ideas de progreso o modernización se confunden con la industrialización, puesto que la actividad fabril sería la única capaz de incrementar la producción y desligarla del contexto externo. De aquí que ésta deba ser preocupación preferente del Estado, el cual debe asegurar condiciones básicas y estables para su desarrollo.

En Argentina también en el ámbito nacionalista había aparecido la idea que el Estado debía defender la economía nacional de los embates provenientes de los países más ricos y poderosos. La inspiración fascista en algunos casos es evidente aunque no en todos los casos. Buchrucker muestra cómo en el nacionalismo de los años 30 la polémica antiimperialista, antibritánica, se convirtió en un tema popularísimo y ello indirectamente empalma con la importancia asignada al Estado: el liberalismo y el librecambismo habían fracasado; su predominio había convertido al país en una colonia; esta dependencia se hacía palmaria en la vida económica o comercial; esto debía transformarse con una lucha en pro de la independencia, de la reconquista o de la liberación económica. Muchas medidas propugnadas mostraban una clara tendencia al dirigismo estatal.

Demás está recalcar que el socialismo, post Revolución Rusa, por todas partes estaba asignándole al Estado un rol importante en la economía, sea como defensor, como planificador o promotor así como insistiendo en su papel de mediador en el juego de luchas laborales entre trabajadores y empleadores. A todo esto se sumó, luego de la gran crisis, la constatación de que la URSS había sufrido notoriamente menos sus efectos que los países cuyos estados tenían una presencia débil en lo económico.

e - Otros temas que se han atribuido a la CEPAL, por ejemplo, la idea de integración económica regional, de desarrollo hacia adentro, de modernización del agro, cuentan también con antecedentes en el pensamiento latinoamericano, aunque menos nítidos que los anteriores.

Es el caso de la Unión Democrática Centroamericana, que floreció durante los años 40 liderada por el costarricense Vicente Sáenz, y con la que tuvieron relación Juan José Arévalo, Rómulo Betancourt y el ya citado Haya de la Torre. Esta entidad postuló la unidad de los países centroamericanos aludiendo, aunque no en primer lugar, a la posibilidad de acuerdos y convenios en el ámbito económico.

También es el caso de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en Chile, fundada a fines de los años 30, uno de cuyos objetivos fue el fomento de las industrias, teniendo en cuenta que los recursos provenientes de la exportación del salitre se habían reducido drásticamente luego del descubrimiento del nitrato sintético, de la primera guerra mundial y de la crisis del 30. De este modo, el fomento de la industria representaba, avant la lettre, una propuesta de desarrollo hacia adentro.

Es el caso también del pensamiento agrarista mexicano, cuya época de oro se extendió entre 1910 y 1940, que expresó una intención de cambio en las relaciones de producción en el campo.

- CONCLUSION .

a - Se ha mostrado cómo en el pensamiento latinoamericano previo a 1949 se barajan una serie de temas y tópicos que luego estarán en el planteamiento cepalino: la industrialización; las diferencias y formas de poder entre países ricos y pobres; la importancia del Estado en la actividad económica, etc.

Una prueba más fuerte de la existencia de estos antecedentes podría ser la indicación de la presencia explícita en la obra de Prebisch del conocimiento de algunos de los autores que antes que él pusieron en relieve estos temas o, por lo menos, la comprobación de que en su biblioteca se encontraban obras de algunos de éstos. En todo caso, el mismo Prebisch afirma haber recibido una fuerte influencia de parte de Juan B. Justo, el líder socialista argentino, así como haber leído a Lenin y Trotsky que ejercieron en mí una atracción tremenda. Valga, sin embargo, como prueba general el hecho de que en el ambiente en que se desenvolvía Prebisch no era posible no conocer el socialismo, el nacionalismo, el aprismo y que por ello este clima de ideas le debió ser familiar.

Ahora bien, las novedades de Prebisch y la CEPAL son al menos dos. La primera, se refiere a la capacidad de articular de una determinada manera (nueva) estos factores intuidos apenas y/o desordenados en otros autores así como darles una formulación y una solidez técnica que otros no les habían dado.

En segundo lugar, transformar una serie de reivindicaciones que habían sido concebidas más bien en el marco de un paradigma identitario, en un nuevo paradigma modernizador; es decir, su capacidad para cambiarle el sentido o el carácter a la industria, al rol del Estado, a la denuncia del imperialismo, transformándolos en un proyecto que ponía la cuestión tecnológica en el tapete y ya no la idea de defensa de lo propio, acentuando el crecimiento por sobre la justicia y la tarea económica por sobre la política (todo ello en el cepalismo clásico: 1949-1963).

b - Si el cepalismo es analizado desde un punto de vista técnico referido a los conceptos y propuestas económicas, a la fundamentación de las políticas y a las explicaciones entregadas para dar cuenta de ciertos fenómenos, puede acordársele una mayor originalidad. Esta es menor, en cambio, si nos ocupamos del proyecto que representó para América latina: planificación estatal, industrialización, énfasis en el rol de la tecnología, relativo antiimperialismo, relativo proteccionismo económico.

Conceptualizado de esta manera el proyecto de la CEPAL no es sino la cristalización y estructuración o el afianzamiento de un conjunto de tópicos que hemos visto desenvolverse en el nacionalismo, en el aprismo, en el socialismo de diverso cuño. En otras palabras, el cepalismo selecciona dentro de la oferta ideológica existente un conjunto de propuestas y les otorga una articulación coherente como un proyecto de modernización que recoge una serie de elementos identitarios del período inmediatamente anterior.


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