3ra Jornadas Internacionales
Estado y Sociedad

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ESFERA PÚBLICA

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Octubre de 1998

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
https://www.equiponaya.com.ar/
info@equiponaya.com.ar
Trabajo presentado en las III Jornadas internacionales sobre Estado y Sociedad, la reconstrucción de la esfera pública. Centro de Estudios Avanzados (CEA), Bs.As. 30 de septiembre 1 y 2 de octubre de 1998.

¿Sin lugar en el tablero ? El rol del Tercer Sector en el nuevo espacio público

Sergio De Piero
Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Buenos Aires
depiero@datamarkets.com.ar

1. Introducción*

De hace un tiempo a esta parte todo estudio, análisis o investigación, pareciera estar obligado a comenzar explicando que se trata de una época de cambios y por lo tanto la introducción se expande en una génesis, para luego derivar en el fenómeno que se intenta describir o comprender o criticar o justificar. Numerosos, y algunos excelentes, trabajos nos ahorran esta tarea.

Entonces, el mismo nombre de estas jornadas nos anuncian que el cambio ya se ha producido, de modo que la cuestión es intentar dilucidar las dimensiones y alcances del mismo. Nuestras pretensiones, por otra parte, son acotadas. Aquí queremos desarrollar unas pocas pero a nuestro entender centrales cuestiones vinculadas al espacio público, la sociedad civil, y el rol de las Organizaciones no Gubernamentales (ONG's) dentro de ambos.

La creciente importancia que estos organismos han empezado a tener en la sociedad, exige que ello esté acompañado de una reflexión sobre sus alcances, sus límites, el rol que pueden jugar en el ámbito de lo político, lo económico y lo social. Si bien en la Argentina, las ONG's, cuentan con una larga tradición, en la actualidad parecería que su numero y su participación han aumentado considerablemente. Porque al mismo tiempo las dimensiones que el Tercer Sector adquiere en la actualidad, lo convierte en una tela de araña compleja de descifrar, donde se atraviesan demandas socioeconómicas, nuevos clivajes, búsqueda de identidades, etc. Esta dimensionalidad múltiple del sector hace que su análisis deba incorporar diversas visiones. Por una parte, la resignificación que la sociedad civil ha ganado en los últimos tiempos en el debate académico. Los diagnósticos, como veremos pueden ser diversos, pero todos (o la mayor parte) no duda en sostener que la sociedad civil ha variado su aspecto en relación a lo político y a lo cultural. En segundo lugar, nos parece importante recorrer las diversas nuevas formas de socialización que en la sociedad civil han comenzado ha generarse; en particular ellas se han encaminado en la búsqueda de la reconstrucción de sentidos colectivos y espacios de pertenencia.

Pero también, por último, estas nuevas expresiones y el nuevo protagonismo que generan, + es posible pensarlas bajo una nueva relación con lo político ? En este sentido + puede esperarse del Tercer Sector una nueva dinámica y vinculación, con aquellas decisiones de carácter público, o únicamente se trata de expresiones de relación social que se agotan en ese ámbito ? Porque si asumimos que el fin de siglo, conlleva una serie de cambios, podemos permitirnos pensar que el "tablero" de lo público y de lo político, incorpore no solo nuevas movimientos, sino incluso, nuevos actores.

El objetivo es, entonces, recorrer el mundo del Tercer Sector, para descubrir algunas pautas de este fenómeno social.

2. Cambios en la sociedad argentina y en la sociedad civil.

Como ya se dijo, son muchos los cambios producidos al interior de nuestras sociedades en el fin de siglo: paradigmas, modelos de desarrollo, formas de Estado, sistemas políticos, instituciones políticas y sociales, la propia sociedad, etc., etc. Sin embargo aun cuando se perciben algunos rasgos, algunas pinceladas fundamentales del porvenir, el reemplazo de este paisaje por uno nuevo no aparece en el horizonte cercano, particularmente porque, como dijera Gramsci "lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer".

De ese vasto mundo en transformación, queremos en primer lugar centrarnos en la sociedad civil.

El debate sobre las transformaciones en la sociedad civil se inaugura en nuestra región juntamente, aunque en menor medida primero, con los debates sobre las transiciones pos - dictadura. Primariamente el debate estuvo centrado en los cambios en las formas de participación y los nuevos rasgos que asumía la sociedad civil. En los '80 ganó terreno, frente a la amenaza de continuar con el "péndulo cívico - militar ", la concertación. La centralidad o no de un acuerdo entre los actores políticos, en particular entre los partidos políticos, pero también extendido a toda la sociedad, fue claramente manifestado por varios autores (Señalado como dilema: Portantiero,1988; estimulado por algunos: O'Donnell y Schmiterr, 1989; dos Santos y Grassi, 1988; condicionado por otros: Palermo:1985).

De este modo la sociedad civil desde la primera mitad de los '80, fue caracterizada con nuevos rasgos, donde la categoría de pueblo comenzó a perder su peso específico y tendió a reemplazarse por "la gente" o la sociedad civil, ya que aquel implicaba un marco ideológico - político aparentemente desaparecido.

Como señala García Canclini : "Todavía se escucha en manifestaciones políticas de ciudades latinoamericanas : si este no es el pueblo, +el pueblo dónde está ? ...

la crisis de los modelos liberales, populistas y socialistas, el agotamiento de las formas tradicionales de representación y la absorción de la esfera pública por parte de los medios masivos volvieron dudosa aquella proclama"1. Parece oportuna esta cita por la complejidad que implica la cuestión de la sociedad civil. En general la literatura ha abundado en destacar el "resurgimiento" de la sociedad civil, en contraposición al Estado. Con la reinstalación de las democracias en el cono sur comenzó a destacarse por parte de los teóricos "las pretensiones de autonomía de la sociedad civil, frente al Estado y la sociedad política, con éxito variado en América Latina"2, lo cual implicaba la manifestación de una ruptura de un tipo de relación entre el Estado y la sociedad civil.

Ahora bien con el transcurso de los años y la consolidación del sistema político, el conflicto cívico - militar fue lentamente diluyéndose, trasladándose a otras instancias vinculadas a la crisis económica y social. El impacto de esta se percibió en términos sumamente duros: "un primer escenario socio - político a mediano plazo es de caos societal, donde uno de los rasgos principales es la desagregación extrema y anómica de conflictos y la desestructuración estatal"3. En otros términos, estos procesos de transformación se tradujeron en un cambio "de la cultura igualitaria al individualismo competitivo, del compromiso al estar bien, del trabajador al consumidor, de lo público a lo privado, el individuo"4. Por último un proceso en el cual "al perderse gradualmente el espacio de la solidaridad y el interés general, desaparece el magnífico edificio de una sociedad organizada según una pirámide de poderes, que encajan los unos a los otros"5. Al mismo tiempo la creciente centralidad del mercado parece condicionar fuertemente la capacidad decisoria de los estados - nación, donde el eje parece trasladarse hacia una matriz socio - céntrica, reemplazando un modelo Estado - céntrico (Cavarozzi, 1997) En este proceso el mercado es ubicado enfrentado al Estado, por lo tanto cercano a la sociedad civil. Por otro lado el creciente condicionamiento de los estados nacionales, frente al "orden global", en particular en el campo financiero (Held, 1997).

En el caso del conflicto cívico - militar, este se constituía claramente como un conflicto político, que afectaba en particular al sistema político y a las instituciones de la democracia. Ahora la sociedad civil está directamente vinculada al nuevo conflicto central, porque él ha estallado en su propio seno.

Es en este contexto social y político que la gran mayoría de los autores no duda en afirmar la creciente importancia de la sociedad civil en el fin de siglo, paradójicamente en una época despojada de proyectos populares de transformación y de caída de las ideologías, de individualismo y de amenazas de creciente dualismo social. Sin embargo quizá no sea "a pesar de ello", sino como respuesta a esta nueva dinámica. Como señala nuevamente García Canclini, la sociedad civil se convierte "en una nueva fuente de certezas en este tiempo de incertidumbres"6.

Estas certezas alcanzan diversas dimensiones, convirtiéndola en un espacio de solución de conflictos múltiples; donde lo social y lo individual, la política y el ámbito de la familia o tantos otros conflictos pueden canalizarse, expresarse y lograr un desarrollo, constituyendo un nuevo universo de significados variables sujetos a las distintas dimensiones que atraviesan. Incluso en la sociedad civil, sostiene esta tendencia, todos estos conflictos pueden llegar a encontrar una solución.

Ahora bien, esto ha afectado la participación de los ciudadanos en la vida pública y en la política. Sobre todos estos cambios se han realizado una serie de diagnósticos, que decidimos reducir a dos centrales : a) La sociedad civil habría crecido amparada, o más aún "colonizada", por el Estado ya que este "impidió la diferenciación entre lo social y lo estatal...

mediante una extrema labilidad de la esfera de lo privado, y un intenso sentido de lo colectivo (cuando no corporativo)"7. Esto sucedió además porque "al faltar autonomía del mercado, las chances de vida de la mayoría de la población dependieron, de un modo u otro, del Estado"8. En esta concepción se percibe una visión de la sociedad civil cercana a los desarrollos del pensamiento clásico, de Europa desde el siglo XVIII, donde "se entiende por sociedad civil - según Bobbio - la esfera de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre clases sociales que se desarrollan fuera de las relaciones de poder que caracterizan a las organizaciones estatales" 9. En términos políticos, como ya se dijo esto se tradujo en la constitución de una matriz Estado - céntrica, donde las diversas lógicas sociales se sometían a la del Estado.

Bajo esta concepción el individuo se había visto cercado por la lógica de lo político en detrimento de su esfera individual, ya que las opciones públicas eran de carácter holístico. De este modo el individuo solo podía hacerse oír en tanto se lo "permitiesen" las lógicas partidarias y movimientistas, de manera que sus propias aspiraciones quedaban subsumidas a esta realidad.

A partir del cambio estructural en la Argentina, básicamente el proceso que se denominó de retiro del Estado, la sociedad civil recupera un espacio de libertad y autonomía frente al Estado, retomando la esfera individual como propia. El individuo ya no es "inducido" a actuar de determinada manera en el espacio público, orientado por un sentido colectivo, mas o menos uniforme. Ahora prevalece la esfera de lo individual, mayor autonomía y libertad de creación, entre otros aspectos. Esta corriente que si bien reconoce que el retiro del Estado genera algún peligro para los más desprotegidos, ello puede subsanarse con el fortalecimiento de la sociedad civil. Porque el Estado más que estructurar la sociedad, la limitaba al imponerle un estructura estática. Hasta aquí la primera visión.

b) Una segunda concepción, en cambio, sostiene que la fuerte vinculación Estado - sociedad civil, se inscribía al interior de un proyecto político de condiciones más amplias : la concepción de sociedad civil identificada con la de pueblo.10 Si la anterior concepción se sostiene en J. Locke, esta segunda lo construye desde J.J. Rousseau De esta manera la realización del ciudadano se efectivizaba mediante su inserción en el pueblo. La expresión del ciudadano, su participación e influencia en lo público, era identificado (o se expresaba mediante) su participación política, fuese a través de los partidos políticos o los sindicatos. El quiebre o la constitución de un nuevo modelo en la Argentina es asumido, para esta corriente, en particular por la instauración del individuo en detrimento de lo "social". El nuevo modelo hecha por tierra las aspiraciones de transformación, radical o no, que el anterior suponía o planteaba. Frente a los proyectos colectivos aparece el triunfo, de la cultura del éxito, el individualismo competitivo y el desencanto11.

El movimiento participativo, luego de un paso "fugaz" por los partidos políticos en el período de reinstalación de la democracia, parecería volcarse a los nuevos movimientos sociales.12

Como hemos visto estas dos corrientes diferencian el proceso instalado: la primera sostiene los beneficios del fin de un modelo que "estatizaba" la vida de los individuos, negándoles a estos espacios de libertad, por lo cual el retiro del Estado significa mayor autonomía. Para la segunda, el modelo anterior construía una concepción abarcativa de la sociedad, privilegiando la inclusión de la mayoría, por lo que en el modelo actual esas formas de inclusión deben buscar nuevas alternativas.

Llegados a este punto, estas concepciones refuerzan nuestra visión respecto a la revalorización de la sociedad civil como espacio donde los ciudadanos pueden actuar motivados por sus propias organizaciones. Incluso, se señala la posibilidad de pensar una "sociedad civil mundial".

Parecería estar claro también, que hablar de sociedad civil, es hablar de participación. Sin embargo esto no es "automático", porque se señaló que este proceso implicaba un regreso al individuo. Sin embargo las concepciones señaladas, y muchas otras, refuerzan la idea respecto a que este "regreso" a la sociedad civil implica una nueva dimensión de la participación, mediante una creciente reforma institucional que lo acerque en favor de la sociedad civil De todos esto, algo queda claro: debemos pensar a la sociedad civil como un "espacio nuevo" (o que es asumido como tal). La amenaza puede ser que nuevamente se construya un mito: como antes fue el mito del Estado de Bienestar, luego el del mercado, hoy esa concepción se traslade un mito a la sociedad civil, que luego puede traducirse en decepción y consecuente fracaso, por haber depositado en él falsas posibilidades. Pero también esta nueva valorización puede convertirse, como decíamos, en un espacio que genera la construcción de nuevas certidumbres, bajo una lógica comunicacional, donde la sociedad civil adquiere una dimensión de construcción y de relaciones sociales.13 .

3. El nuevo espacio público y la participación

Este mismo proceso ha implicado la transformación del espacio público. De este proceso de transformaciones y a los efectos de este trabajo, queremos rescatar dos dimensiones.

En primer lugar pareciera que la relación entre lo público y lo político se ha diluido, en donde lo público no implica que necesariamente se convierta en cosa política. Habíamos señalado que la defensa del espacio público en los primeros años de la nueva democracia, significaba básicamente la recuperación del estado de derecho y de las libertades públicas, por una parte, y el recupero del poder decisional por parte de los partidos y otros actores políticos (en detrimento de las Fuerzas Armadas) por el otro. Como señalamos algunos años después no parece ser este el conflicto. Con el desplazamiento de la centralidad del conflicto hacia lo económico - social, la heterogeneidad que hoy compone lo público es muy alta.

De este modo podemos observar que el espacio público se ha transformado en un espacio laxo en donde pueden convivir reclamos tanto políticos como sociales e incluso individuales. Lo público ha sufrido transformaciones centrales vinculadas al tipo de sociedad que parecería configurarse hacia fines de siglo : de estos rasgos pareciera ser eje el movimiento pendular de lo público hacia lo privado, como ya señalara Hirschman hace algunos años, donde este movimiento se explica por la búsqueda de satisfacción y su posterior decepción, volcándose la sociedad de un ámbito hacia el otro.14 Sin embargo la revalorización de la vida privada no parece unicamente encerrarse o aislarse en el interior de los hogares, (aunque ello efectivamente ocurra) sino que la vida privada también adquiere un carácter público, formando parte de un debate social. Frecuentemente asuntos referidos a la vida privada toman carácter público y no es extraño observar que programas televisivos y formadores de opinión sometan al debate público hechos de la vida privada. Sin duda aquí podríamos detenernos largamente (cosa que no vamos a hacer) en el denominado "sexgate" protagonizado por el presidente Bill Clinton. Pero como señalara Fitoussi cabe preguntarse si la confesión pública sobre asuntos privados, cualquiera sea la calidad de las personas involucradas en ella ¿participa de la práctica de la democracia ?15 En segundo lugar, y en parte gracias al primer fenómeno, el espacio público a sido centralizado por (o se ha trasladado a) los medios de comunicación masivos, en particular por la televisión. En los medios se determina que es y que no es público, de modo que lo aparecido o no en la televisión puede legitimarse inmediatamente como asunto de "interés público". Por ello claramente lo ha definido Jean-Marc Ferry: "El espacio público es el marco mediático, gracias al cual el dispositivo institucional y tecnológico propio de las sociedades posindustriales es capaz de presentar a un público los múltiples aspectos de la vida social"16. La geografía y el temario que la televisión es capaz de abarcar no tiene límites, "abre a las personas nuevos caminos para ver y participar en los desarrollos globales. La gente pudo leer lo que sucedió en Polonia en 1968 y lo que pasó en Chile en 1973; pero varios miles de millones vieron lo que sucedía en China en la Plaza de Tiananmen en 1989"17. El avance de la tecnología en este sentido, permite que mayor cantidad de gente "participe" de un fenómeno aun cuando no le interese, porque el acto de mirar televisión es altamente pasivo frente a la lectura de el diario o un libro.

Entonces, ausente de un protagonista o sujeto convocante o movilizador, el nuevo espacio público ha perdido su eje dinamizador que la modernidad le había impuesto.

La participación de los ciudadanos, bajo un espacio público de este tipo, tiende a extenderse y diversificarse, quizá indefinidamente, ya que, como se indicó mas arriba, el límite entre aquello que pertenece al ámbito privado o al público, comienza a volverse sinuoso.

Por ello, por el alto grado de mediación entre el ciudadano y lo público, lo cual provoca no simplemente que el individuo reciba lo que sucede, sino fundamentalmente que se establezca una brecha entre él y el espacio público, pareciera que la participación está condicionada a que sus motivos o fines estén vinculados a una realidad que el individuo perciba como inmediata. Por eso en este sentido, el Estado de Bienestar pareció presentarse en su etapa de crisis, como un gigante al que todos creían alimentar, y al mismo tiempo sentían que nada recibían a cambio. Pero no debe confundirse, limitarse o reducirse el espacio público a medios.

Muchos acontecimientos que afectan a toda o la mayor parte de la sociedad, pueden llevarse a cabo en secreto o a espaldas de los medios. Nos parece que deberíamos considerar lo público a aquello que afecta a la sociedad como colectivo y no solo al grado o cantidad de personas que participen en el proceso de una decisión.

Podríamos hablar en este sentido de acción pública por un lado y de efecto público por el otro.

Entonces siguiendo esta línea, podemos distinguir dos dimensiones del espacio público: según la cantidad de gente que participe del proceso comunicativo, aunque sea pasivamente; y en segundo lugar el alcance que un acontecimiento tenga en la vida de los individuos, en tanto comunidad.

En cuanto al primero como bien señala Ferry : "...las manifestaciones autónomas aunque parciales, de una opinión pública que se moviliza sola mediante movimientos sociales, agrupaciones sindicales o asociaciones, manifiestos políticos y acciones públicas. Esa opinión es auténticamente más pública que el conglomerado estático de opiniones individuales bautizado opinión pública por los institutos de encuestas".18 La apreciación del autor nos remite a una discusión, que no abordaremos aquí, sobre la opinión pública que nos recuerda al debate abierto por Pierre Bordieu con aquello de "la opinión pública no existe". Mas allá de esa discusión entonces, es necesario señalar la estrecha vinculación entre lo público y la participación. La llamada opinión pública es una masa de individuos indiferenciados, pasivos y anónimos, que expresan en forma "tabulada" su pensar sobre temas puntuales. Las tendencias que ella genera son particularmente difíciles de medir, y en el fondo suelen orientarse por el tipo de consulta realizada. Participar, en cambio, exige que el individuo se convierta en ciudadano, mas aun, su grado de anonimato es menor al de una encuesta, porque implica la presencia física, un compromiso frente a otros y una pertenencia mas o menos importante a un espacio, mientras que la encuesta se contesta desde "ningún lugar".19 Entonces no se trata unicamente de una cuestión numérica sino particularmente del tipo de participación que estamos hablando. "La recuperación y ampliación de lo público en lo social se rige en un proyecto que adopta una visión de la ciudadanía como perspectiva, a través del cual no sólo la sociedad produce al Estado, ejerciendo sobre él una función de crítica y control, sino que se expresa a demás como trabajo común y acción común, tras un proceso que incluye tanto la deliberación política como la adopción de decisiones públicas en espacios autónomos. Llevada a su expresión más radical la propia política puede ser definida como la concreción del valor universal de la libertad en el dominio público20. Es decir : lo público debe pensarse particularmente como un proceso de creación y participación, de construcción social. Esto no implica desconocer o ignorar el impacto de los medios en el espacio público, importancia que ya fue mencionada. Pero pareciera que la participación directa, no mediatizada, sigue constituyendo un principio central para la sociedad civil y por lo tanto para la democracia. En torno a la crisis del espacio público se han despertado diferentes posturas. Una de ellas expresa que es necesario "preservar el espacio público".

Ahora bien ello parece posible cuando nos referimos a un lugar público, a una plaza, pero no parece viable que encapsulemos el espacio público preservándolo de los conflictos que la sociedad le puede deparar, pretendiendo una construcción ahistórica y estática del mismo. Por el contrario pareciera que la orientación debería tender a reconstruirlo, a someter en el espacio público las nuevas manifestaciones del conflicto, caracterizado por la fuerte crisis de lo social. En este sentido no parecen ser los medios los agentes de este cambio, sino formas de representación y participación vinculadas y reconstruidas, a partir de la nueva realidad. Adelantándonos al siguiente punto, que en definitiva es el eje central de este trabajo, pareciera que existen otras orientaciones en pos de reconstruir una esfera pública. si como ya se indicó, en lo público ubicamos los intereses colectivos de la sociedad en su conjunto, existen espacios donde se generan nuevas respuestas a la solución de estos intereses. Las Organizaciones no Gubernamentales, pueden ser creadoras de espacio público, en la medida que se convierten en canales de participación, demanda y construcción de alternativas y soluciones a los problemas que antes mencionábamos. Porque en este sentido el espacio público "puede ser interpretado como un ámbito específico distinto a la esfera política y a la esfera estatal: el lugar de la deliberación colectiva de los ciudadanos y la modalidad en que la preocupación ciudadano por el orden social puede actualizar lo político en la política" 21. La autora diferencia lo político ( las instituciones de gobierno, los procedimientos) de la política (creación social histórica que atañe a los miembros de una comunidad). De este modo el espacio público no necesariamente deba construirse únicamente desde lo político - estatal, sino que la política, en tanto espacio social de la comunidad, puede generar a través de la participación nuevas modalidades de asumir lo público.

Nos hallamos entonces ante tres aspectos centrales del espacio público : por un lado el condicionamiento impuesto por los medios, los cuales generan un doble proceso ya que como nunca antes en la historia son capaces de penetrarlo todo haciendo público todo lo que sucede, inmediatamente; pero al mismo tiempo, y fruto de esta nueva realidad, someten todos los hechos a una mediatización entre estos y los ciudadanos. "Lo que pasa" primero debe pasar por (e incluso en) los medios.

En segundo lugar la constante reducción de espacios de intervención de los ciudadanos para decidir sobre los asuntos públicos, aquellos que van a modificar sus condiciones sociales de vida.

Por último, las nuevas modalidades que adquiere lo público en el fin de siglo, donde estas nuevas formas incluyen la participación de actores nuevos, por una parte y de lógicas diversas, donde el mayor vuelco, parecería darse desde lo estatal hacia lo societal.

4. El Tercer Sector en el debate de lo público

Mas allá del debate que señaláramos en el punto uno, lo cierto es que las pautas de participación se modificaron en nuestra sociedad. Los grupos de movilización colectiva como los partidos y los sindicatos, en particular en su constitución propia del Estado de Bienestar, han sufrido una profunda erosión que reconoce diversas fuentes, principalmente la crisis del propio Estado de Bienestar y la nueva centralidad de la economía por sobre la política. Es decir se puso a prueba "la política en cuanto a su capacidad para orientar la marcha de la sociedad...perceptible en la confrontación del poder político no sólo con otros poderes, sino también en la subjetividad ciudadana - el comportamiento electoral, el cuestionamiento de los partidos por parte de diversos movimientos y actores sociales y las nuevas lógicas de lo público, sobre todo en lo que se refiere a combinaciones diferentes entre la representación formal y la informal, con incidencia de la revolución comunicacional"22. De esos "otros poderes" que jaquean a la política, el continuo ascenso de la lógica del mercado, y los procesos de globalización, son sin duda los de mayor importancia; en parte porque introducen otras lógicas que las del tiempo político, generan un nuevo dinamismo internacional que implica la creciente importancia de diversos actores, los cuales se colocan por encima de la política nacional (en particular el campo de los "expertos" y el mundo financiero) (Held, 1997) Todos estos cambios, mas los procesos de fragmentación y exclusión social que generan las políticas neoliberales, transforman el campo de la representación y la participación política. Ya hemos señalado que esta etapa parecía caracterizase por el paso de los partidos políticos al protagonismo de otro tipo de organizaciones sociales, los nuevos movimientos sociales. Parecen responder a un viejo comportamiento de maneras nuevas: los ciudadanos se agrupan para defender sus intereses, pera este agrupamiento es planteado, la mayor de las veces, en términos estrictamente "sociales". Mucho se ha discutido sobre el alcance político y social de los NMS, en particular a partir de la década del '70, discusión que deambuló entre el escepticismo y la esperanza. La primer línea afirmaba que eran expresiones secundarias, de manera que no necesariamente debían ser explicadas, incluso pueden constituir lo "irracional" de lo político (ciertamente esta postura no cuenta hoy con demasiados defensores). En el segundo grupo estaban quienes sostenían que los NMS, a través de los pequeños espacios de resistencia, solidaridad, etc., probablemente constituyen la reconstrucción de un nuevo "sujeto histórico"23. Lo que parece estar claro es que los NMS, surgen como canales de demanda o de expresión frente a nuevas realidades y "saturación" de las instituciones existentes. Reduciremos a cuatro realidades centrales, estas transformaciones que generarían su aparición:

1. La transformación de los partidos polìticos en partidos catch all, es decir la desideologización del partido y la desaparición de las plataformas "duras" de gobierno.

2. La aparición de nuevas demandas, ligadas tanto al ámbito de la vida privada que afectan en la actuación pública (por ejemplo género) como a demandas macro (por ejemplo ambientalismo).

3. Los límites del propio sistema político cuya dinámica no permitía la apertura a nuevas realidades, sin poner en riesgo al propio sistema. (autorreferenciado) 4. Por último, la aparición de nuevas expresiones culturales, desvinculadas de lo político, con características, en algunos casos, antisistémicas.

En este contexto y fines en que surgen, son organizaciones que no se plantean ser el reemplazo de los partidos políticos, ni están en condiciones de hacerlo, como veremos en el epílogo. Ellos no se plantean la transformación de la sociedad capitalista, sino que en líneas generales intentan adaptar antes que transformar, la sociedad a la vida de los individuos. Sin embargo este trabajo no es sobre los NMS sino acerca del Tercer Sector.

Pertenece a otro debate y quienes lo conforman son agrupaciones aún mas heterogéneas que los NMS. Pero es probable que muchas ONG's tengan como antecedente un NMS que la generara. De este modo nosotros los distinguiremos en este sentido: los NMS son precisamente "movimientos", lo que hace que, por una parte es mas probable que se muevan en el campo de la informalidad, y por la otra designan una valor o un fin de carácter general que incluso puede agrupar a otros (los "derechos humanos", el "ecologismo", etc.) Mientras que el Tercer Sector, se constituye de organizaciones con fines específicos y con bajo nivel de agregación de intereses (juntas vecinales, asociación de consumidores, etc.) El Tercer Sector, lleva en sí mismo una concepción residual : lo que no es Estado ni mercado compone su esencia, si es que la tiene. Este criterio parece ser el mismo que frecuentemente se utiliza respecto a la sociedad civil. Por ello es importante introducir en el espacio del Tercer Sector, el espacio de las relaciones de los individuos entre sí, y a la vez un lugar de creación, que en principio, no está sometida a la lógica del Estado o del mercado.24 Por ello una amenaza latente al intentar describirlo es colocar dentro de esta categoría a todas las asociaciones, intereses y relaciones sociales, que en principio no puedan definirse como estrictamente políticas (orientadas al poder estatal) o capitalistas (en tanto orientadas a la acumulación de capital). Con el objeto de evitar esta generalización aquí seguiremos un criterio diferencial: lo central en la configuración del Tercer Sector, tiene que ver con los procesos motivacionales que llevan a los individuos a configurar este tipo de asociaciones.

Incluiremos el criterio de asociaciones registradas como de aquellas que no lo estén en un registro público25.

Max Weber afirmaba que los hombres realizan acción social , cuando actúan orientados por las acciones de los otros, y cuando ellas tienen un sentido para los destinatarios. A su vez ellas podían estar orientadas por cuatro motivos distintos, que denominó tipos de acción social. Ellos son: las racionales con arreglo a fines o a valores, las tradicionales y las afectivas26. En particular cuando nos referimos acciones de carácter teleológico estamos pensando, como afirma Habermas, en "un mundo que por razones categoriales es idéntico para el actor y para los espectadores, esto es, que resulta accesible a ambos en los mismos términos cognitivo - instrumentales"27. Ciertamente sería enriquecedor detenerse en la perspectiva habermasiana y en su acción comunicativa, sin embargo aquí sólo quisimos hacer referencia a la necesidad de compartir categorías de procedimientos comunes por parte de los actores para que exista relación social, en los términos weberianos.

Ahora bien, ¿qué sucede con aquellas acciones que no son estrictamente de carácter teleológico? Para que este segundo grupo de acciones (aquellas ligadas a los valores, la tradición e incluso los afectos) adquieran un sentido necesitan, además, de un contexto espacial, el cual "desempeña un papel activo, definiendo, en cierta manera, el sentido y el límite de ciertas acciones, a los actores participantes y el tipo de acción que realizarán"28. En este sentido "la comunidad del mundo de vida es una experiencia compartida de interacciones sociales cotidianas, frecuentes, que van desde la intimidad hasta la vecindad en un espacio social común"29.

Ahora bien, ello no contesta, aún, la siguiente pregunta: ¿Porqué la gente decide vincularse ? ¿Qué busca en estas organizaciones ?. Las múltiples respuestas a estas preguntas, es la respuesta a la gran variedad de ONG's que existen en nuestra sociedad. Criterios racionales en pos de obtener un beneficio, o bien en torno de un valor. El apego a una tradición o los vínculos afectivos, constituyen buena parte de esto.

Pero por sobre todo, pareciera, que estas vinculaciones intentan reconstruir la pérdida de sentidos colectivos, pautas comunes de integración social y cultural bajo nuevas formas, pero ahora segmentadas. A. Mons afirma que en las sociedades modernas (o posmodernas) de fin de siglo, "las significaciones se vuelven móviles, se entrelazan...el dispositivo simbólico ya no es estable"30. De allí se pregunta si es posible que los sentidos reboten permanentemente de imagen en imagen, si es necesario que en algún punto se fijen; o bien si es posible encontrar algún sentido a este movimiento permanente. La "muerte" de los grandes relatos, trae consigo una incertidumbre sobre la construcción de lo social y lo político pensado colectivamente. Esta crisis no se reemplaza con un mercado que funcione exitosamente o con un Estado que sea un buen administrador. Existen certidumbres, ligadas incluso a la vida diaria, que sufren una constante descomposición. Si los sentidos no están fijos (en un proyecto, en una ideología) la pregunta es +puede el individuo fijar sentidos en aquello que permanentemente cambia?.

Recapitulando, establecimos que entre otros elementos, la aparición de nuevas demandas en contextos de fuertes cambios, generaron la formación de diversas expresiones de demanda y de vinculación. En segundo lugar, frente al Estado y el mercado, el Tercer Sector, adquiría una dimensión residual. En tercer lugar la aparición de estas expresiones, tendían a reconstituir la compleja trama de sentidos y pertenencias, en el sentido instrumental y en el de comunidad de vida.

En este contexto y bajo las realidades que describimos, entonces, es que debemos pensar al Tercer Sector. Parecería que en esta nueva realidad, y como veremos en el punto siguiente de acuerdo a los diversos tipos de ONG's, se mueven en un espacio que implica tres crisis diferentes: económicas, de representación política y de sentidos colectivos. A nuestro entender lo que aun está en proceso de definición, es que tipo de organizaciones, o que perfil asumirán para responder a esta triple crisis.

Remitiéndonos de alguna forma al punto primero, una primer aproximación desde el liberalismo clásico, afirma que los individuos se vincularán en las sociedades modernas, básicamente para defenderse de males comunes, en particular de la amenaza del poder del Estado. En esta concepción la participación aparece como un espacio de libertad del individuo, frene a los "condicionamientos" que existían en el anterior modelo. En este sentido "el concepto de participación que predomina es el eje estructurante de los valores vigentes: estado subsidiario, repliegue hacia la dimensión privada para la satisfacción de necesidades sentidas, sociabilidad en el marco de la vecindad geográfica", e incluso en algunas ocasiones "amnesia de experiencias de participación política sindical de los marginados"31. Esta visión asume al Tercer Sector principalmente como defensa frente al Estado, o bien supliendo sus "incapacidades", es decir las ONG's, están llamadas a cubrir las zonas críticas que surgieron ante el retiro del Estado de Bienestar : "entre el achicamiento del Estado y el ajuste, la sociedad civil tiene cada vez más responsabilidades",32 con lo cual se sostiene que la solución de los fenómenos de fragmentación y exclusión no debe esperarse de la política, sino de la sociedad y del mercado, de la eficiencia y las organizaciones de la sociedad.

Esta visión, cuya postura es sostenida por diversos grupos33, apunta a la confluencia de las organizaciones de la sociedad civil y las empresas, bajo el supuesto que si las empresas ayudan a la comunidad mediante la ayuda a las ONG's, estas elevarán la imagen de la empresa, construyendo una imagen positiva por su grado de responsabilidad social. De este modo el perfil construido se aleja de la vinculación con los NMS, construyendo un perfil político muy bajo para las organizaciones, prevaleciendo un discurso más bien al margen de lo político (en ocasiones con una fuerte crítica al Estado) asumiendo un discurso público que no desea ser político. Por ello las "zonas de influencia" del las ONG's, son siempre definidas en sentido acotado, puntual, sobre demandas inmediatas y aunque propongan también soluciones que ataquen los orígenes de los problemas (por ejemplo mayor infraestructura en el caso de las inundaciones) difícilmente estas demandas adquieran un carácter político.

El fuerte impacto de las ONG's en el mundo de lo social, en particular bajo la visión recién señalada, alcanzó incluso a influir en las posturas del Banco Mundial y otros organismos de financiamiento internacional. De este modo principios de los '90 Banco Mundial adhirió a este cambio dando una mayor participación a las ONG's, en primer lugar haciéndolos partícipes de la información que la institución manejaba y luego habilitando canales de demandas contra la propia institución por parte de asociaciones o particulares. (Esto surgió en particular en torno a las luchas ambientalistas)34. Mas tarde la propuesta del BM se trasladó directamente a la aplicación de planes por parte de las ONG's. Una de las motivaciones centrales que impulsó esta política, fue el diagnóstico respecto a los reiterados casos de corrupción en órbitas de gobiernos.

Frente a esta realidad estas organizaciones, parecían brindar un marco de transparencia.

Si bien todos estos aspectos ayudan al fortalecimiento de las instituciones de la sociedad civil, parece relevante asumir una postura en donde el Tercer Sector sea asumido como protagonista de la participación y valorando lo que el mismo proceso de participación genera. "La experiencia es colectiva precisamente porque la viven compartidamente un conjunto de actores que pueden resignificar esos sucesos o eventos cotidianos y extra - cotidianos como colectivos, y recordarlos en el porvenir como nuestros y no simplemente como mios" 35. Si bien es cierto que las organizaciones de la sociedad civil pueden estar llamadas a trabajar allí donde lo hacían las políticas asistenciales, creemos que el Tercer Sector, también puede estar convocado para reconstruir la desilachada trama social. No sabemos si puede ser constructor de un nuevo sujeto histórico, pero sí parece ser capaz de generar espacios de comunicación y socialización democrática, de construir espacios del nosotros, como bien señala Estrada Saavedra. Porque articular la participación de la sociedad civil, puede tener diversos fines, y algunos pueden ser no muy virtuosos, como señalan Cardarelli y Rosenfeld, recordando las políticas de Ongania36. Por ello tampoco debe sobrevaluarselos, ya que por un lado se ven afectadas por diversas debildades referidas a su acción37. Y por el otro porque las ONG's, parecieran adquirir un perfil característico de esta época acompañando los cambios sociales, por eso no son ni movimietistas, ni radicales; mas que transformar el mundo intentan cambiar el medio que los rodea y los afecta, o afirmar su existencia. Difícilmente puedan radicalizarse en una época caracterizada por la ausencia de planteos revolucionarios.

Lo que nos parece importante rescatar es que la participación en y a través del Tercer Sector se alimenta de una tradición participativa y popular, como una nueva forma de reclamar o de vincularse a lo público, o incluso de construirlo. Eso es lo nuevo. En una época caracterizada por un alto elitismo, en lo político y lo económico, estas asociaciones pueden hacer reconocible lo desconocido, palpable lo lejano.

Por último, creemos que es importante establecer algún tipo de criterio para contar.

No parece tratarse solo de un juego de matemáticas, porque contar implica diferenciar, estableciendo niveles diversos de relación de las ONG's con la dimensión política, económica y cultural. En este trabajo, por otra parte, se argumentó que un factor decisivo en la formación de las ONG's, estaba relacionado con las motivaciones de las personas. Ello nos orientará en el criterio para contar que utilizaremos.

Solo a modo tentativo y en toda caso para contribuir a los diversos criterios para contar ya desarrollados, queremos finalizar proponiendo un modo particular de tipificación al interior del Tercer Sector.

Realizando un breve repaso podemos hallar los siguientes criterios:

a) En primer lugar encontramos un grupo que tematiza en torno a los movimientos sociales (diferencia con el Tercer Sector ya especificada) Los autores coinciden en afirmar que los NMS responden a la generación de nuevas demandas de parte de la sociedad que no pueden ser respuestas por los actores colectivos existentes (partidos políticos, sindicatos, iglesias). En este sentido distinguimos los movimientos pos - materiales: ecologistas, género (C. Offe:1981); Raíz multidimensional (F. Calderón: 1986) Mujer, rock, vecinalismo, ecologístas (E. Jelin:1985); De resistencia al ajuste, de calidad de vida, religiosos (Garcia Delgado: 1994)

b) Ya en el campo propio de las ONG's, Filmus, Arroyo y Estébanez, sostuvieron en su trabajo un criterio orientado a los fines que cumplían estas organizaciones. De este modo podemos hablar de tres categorías: las organizaciones volcadas a programas de asistencia directa a la población (OPAD); a aquellas que desarrollan programas de asistencia técnica a las primeras (OPAT); y por último a las que desarrollan programas de estudio e investigación (OPEI)38.

c) El Centro Nacional de Organizaciones Comunitarias (CENOC) en su informe referido a los perfiles de las ONG's, distingue mediante una encuesta realizadas a las propias organizaciones para que definieran su área de influencia crea el sigueinte detalle: Asesoramiento; asistencia, la cual puede ser directa, financiera o técnica; capacitación; investigación; promoción o desarrollo39.

d) A. Thompson construye una tipología relacionada a diversas etapas de la historia argentina40. Así encontramos hacia fines del siglo XVIII, organizaciones de caridad surgidas en el interior de la Iglesia Católica, en particular las congregaciones. Luego de la Revolución de Mayo y la instauraciones de gobiernos locales, la ayuda caritativa comienza a trasladarse hacia organizaciones laicas con mayor control estatal, en particular durante la gestión de Rivadavia. Ya en la época de este último pero con mayor auge después, se produce la denominada "feminización de la beneficiencia" con instituciones del tipo "Damas de la Caridad". Para el autor esto se extiende a toda la participación de la mujer en lo público. A fines del siglo XIX, detalla dos movimientos: el social catolicismo y la filantropía iluminista. Con el comienzo del siglo XX, comienzan a multiplicarse las instituciones de beneficiencia de origen laico y religioso. Por último, en particular en el siglo XX, las organizaciones solidarias y las autogestionadas.

Allí ubica las siguientes: las sociedades de socorros mutuos y las organizaciones barriales. En resumen las ONG's están vinculadas a distintas etapas y períodos de la sociedad argentina, precisamente en respuesta a esta cambiante realidad.

e) El trabajo de Cardarelli, Kessler y Rosenfeld41 es el que, de los aquí citados, especifica su deseo de establecer un "criterio para contar". Orientados por un criterio de lógicas de acción (como reacción frente a la crisis del Estado de Bienestar; para el desarrollo de la democracia; como estrategias de fortalecimiento y capacitación; o como altruismo) los autores dividen a las ONG's en dos grandes grupos : las universalistas y creadoras de sentido, por un lado y las particularistas o efectoras por el otro.

Como hemos visto, las diversas tipificaciones se entrecruzan. Sin embargo difieren los criterios de relevancia para la distinción: algunos apuntan al fin perseguido, otros a la lógica de acción, otros al proceso histórico. Aquí, como hemos intentado hacerlo a lo largo de todo el trabajo, queremos orientarnos por los motivos que llevan a las mujeres y hombres a asociarse, es decir entender a las ONG's como producto de procesos motivacionales a la vez colectivos e individuales.

Por ello el resultado quizá no difiera radicalmente de los hasta aquí expuesto.

Porque de hecho se alimenta de estos trabajos. El criterio es que para contar debemos partir de las expectativas y razones que las personas tuvieron al momento de asociarse y el que sostienen para permanecer unidos.

De este modo distinguimos ocho tipos de ONG's :

1. Autorresolución de demandas: frente a la crisis del Estado asistencial (lo que implicó la reducción del gasto público y la suba del desempleo) han surgido numerosos proyectos en pos de resolver las demandas por lo propio receptores ante el retiro del Estado y la complejidad o imposibilidad de ingreso en el mercado.

Aunque su fin central es de carácter económico, la dimensión social y cultural no les es ajena, ya que implica un alto grado de colaboración mutua cuando se trata de varios miembros. (cooperativas, clubes de trueque, microemprendimientos).

2. Intermediación - canal de demandas: se constituyen principalmente en el ámbito de lo social y lo económico. Surgen en un espacio geográfico reducido como el barrio, y tienen una larga tradición en la Argentina. Su vinculación con lo político está ligado al gobierno local, pero no alcanza vinculaciones intensas (sociedad de fomento - partido político). Intentan vehiculizar las demandas de los vecinos hacia el gobierno local y en ocasiones pueden ser organismos de ejecución de políticas públicas como de control sobre las municipalidades. ( sociedades de fomento, Juntas vecinales)

3. Acción social: Son organizaciones nacidas con criterios de solidaridad integrativa ( hacia abajo) Sin embargo creemos que es necesario distinguir dos tipos que parecen lentamente diferenciarse :

En primer lugar encontramos aquellas inspiradas en un "neofilantropismo", vinculadas a las fundaciones empresarias, o asociaciones de caridad ligadas a las clases dirigentes. A nuestro entender dos motivos pueden orientar su acción: una cuestión de márketing de la empresa o bien motivos de orden personal - altruismo.

En el primer caso está orientada por el mercado, con lo cual se sostiene en una ética autorreferenciada. El segundo no parece atravesar la esfera de lo privado, porque depende de la acción de individuos que se asocian para la ayuda, pero su vinculación no se extiende a otros ámbitos y la relación con los destinatarios es distante, cuando no inexistente.

En un segundo lugar ubicamos a las organizaciones que, compuestas en mayor medida por sectores no destinatarios, logran mayor vinculación con la población receptora y en algunos casos estos forman parte de la organización. En este grupo se encuentran algunas experiencias de Caritas o de otras instituciones religiosas, donde el receptor no siempre es un agente pasivo.

4. Demandas pos materiales: La mayor parte de ellas surgieron en Europa a fines de la década del '60, y en nuestro país de manera creciente en los '80. Sus miembros por lo general gozan de un nivel de vida regular. Puede vincularse a nuevas formas de hacer política, o a la búsqueda de nuevos horizontes mas allá del mundo de la reproducción. Su objetivo es demandar al Estado un marco jurídico que proteja sus derechos. Estamos pensando en los movimientos ecologistas, feministas y en experiencias novedosas como por ejemplo, la de padres separados que no pueden ver a sus hijos, etc.

5. Afectados - Lazo biológico/afectivo : surgen a partir de experiencias traumáticas vividos por ellos o por familiares, lo cual se convierte, de hecho, en la condición de pertenencia. En primer lugar construyen un espacio de solidaridad horizontal entre los afectados para superar el impacto anímico. En segundo lugar buscan que la sociedad reconozca el daño recibido y en muchos casos aunque no exclusivamente, la ley los resarza frente al daño recibido. Familiares de víctimas del terrorismo de estado o de la acción de la policía, muertos en accidentes de tránsito, de víctimas de atentados.

6. Construcción de identidad: responden a las nuevas formas de marginación. Pero también en la búsqueda de nuevas identidades, en particular ligado a las minorías sexuales.

7. Control : nacen con el objeto de influir a modo de "control" sobre las instituciones centrales de la sociedad : los poderes públicos y el mercado. El objetivo central que persiguen es que estas instituciones cumplan las reglamentaciones y los procedimientos en su accionar, impidiendo que se extralimiten en su poder. Por esta características se las puede vincular a las demandas posmateriales, pero su acción es de carácter mas particularista: apuntan a la clase política (del tipo Poder Ciudadano, Conciencia) o al proceso de consumo (asociaciones en defensa del consumidor) Vinculadas a la visión americana (democracia pluralista) demandan del Estado y del mercado acciones de respeto a normas y no positivas o afirmativas como en otros casos.

8. Por último el sector que quizá ejerció mas influencia en la categorización como ONG's: aquellas asociaciones fuertemente vinculadas a lo social y lo político, en tanto poseen un discurso reflexivo en torno a la realidad y ello forma parte sustantiva de la ONG. Trabajan con un mayor perfil técnico apoyando mediante formación y asistencia, iniciativas de base como las ya nombradas autorresolución de demandas, cooperativas, etc. En general mantienen una actitud de distancia respecto del Estado y del mercado.

5. Conclusiones

Este trabajo ha recorrido un camino. Se describió algunos aspectos de la revalorización de la sociedad civil; de la configuración del nuevo espacio público, de los nuevos actores que lo atraviesan; y por último de la conformación del Tercer Sector. Quisimos demostrar que existen múltiples influencias en su conformación y en sus expresiones y que pareciera representar una realidad y un tipo de manifestación social que debe ser evaluado correctamente, evitando del mismo modo sobredimencionarlo como dejarlo en el olvido.

Ahora bien, ¿Por qué el título de este trabajo ha sido la pregunta sin lugar en el tablero ? Porque a nuestro entender el Tercer sector no ha sido aun valorizado para ocupar un lugar en el proceso de toma de decisiones, o simplemente se lo ha convoca para los sitios "blandos" de la política, aplicando planes de alimentación o de tipo focales, marginándolos de los espacios de decisiones centrales, como políticas de vivienda o privatizaciones (García Delgado, 1998).

Si hoy tiene un lugar en el tablero de lo público, este sólo parece semejarse al del peón. En el juego del ajedrez, el peón es la única pieza cuyo movimiento está limitado a un casillero y en una dirección (salvo cuando "come") y por sobre todo es la única pieza que no puede aspirar a definir una partida : el peón no tiene poder de jaque. No está llamado a amenazar el poder.

Dejando a un lado esta metáfora, y aun reconociendo que no son grupos llamados a constituirse en alternativas a las instituciones políticas existentes, sí cabría preguntarse si el Tercer Sector, en su variada y heterogénea composición, no puede constituir una fuerza representativa de los social, articular demandas, participar de la agenda pública, en fin, lograr construir y traducir en términos políticos, un palabra que estuvo ausente en todo este trabajo, escondida detrás de los ejes centrales : una nueva y activa solidaridad pública.

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NOTAS

* El autor agradece al Dr. Daniel García Delgado, las observaciones y recomendaciones hechas a un primer borrador de este paper. Ello en modo alguno lo compromete con los contenidos de esta versión final.

1 N. García Canclini, Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la Globalización. Grijalbo, 1995, pág. 27.

2 A. Flisfich, N. Lechner y T. Moulian " Problemas de la democracia y la política democrática en América Latina" en A.Cuevas (comp.) Ensayos sobre una polémica inconclusa. La transición a la democracia en América Latina, CNCA, México 1994 (el articulo citado se publico originalmente en 1985)

3 F. Calderón y M. Dos Santos. Hacia un nuevo orden estatal en América Latina. Veinte tesis sociopolíticas y un corolario. F.C.E. - CLACSO, Bs. As., Tesis 17,pág. 42

4 Daniel Garcia Delgado Estado y Sociedad. La nueva relación a partir del cambio estructural, Flacso - Grupo Norma, Bs. As. 1994, pág. 211 - 245

5 O. Oszlak "Estado y Sociedad : las nuevas reglas del juego" en O. Oszlak (comp.) Estado y sociedad : las nuevas reglas del juego Volumen 1Colección CEA - CBC, Bs. As., 1997, pág. 31

6 Garcia Canclini op. cit. pág. 29

7 I. Gonzalez Bombal , "+Entre el Estado y el mercado ? ONG's sociedad civil en la Argentina" , en A. Thompson Comp. Público y Privado. Las organizaciones sin fines de lucro en la Argentina, UNICEF -Losada, Bs. As., 1995, pág. 68.

8 Idem, pág. 69

9N. Bobbio, N. Matteucci. y G. Pasquino, en Diccionario de Ciencia Política, Siglo veintiuno editores, décima edición, México, 1997. Tomo II , página 1523

10Por ejemplo : A. Colombo y V. Palermo, Participación política y pluralismo en la Argentina Contemporánea, CEAL, Bs. As. 1985 o D. García Delgado Raíces cuestionadas : la tradición popular y la democracia, Vol. I y II CEAL Bs.As. 1989.

11D. Garcia Delgado, Op. Cit. 1994, pág. 238.

12F. Calderón (comp.) Los movimientos sociales ante la crisis, UNU, CLACSO, IISUNAM, Bs.As., 1986

13 La formulación del peligro del mito y la visión alternativa, pertenecen a D. García Delgado, en Estado-Nación y globalización. Fortalezas y debilidades en el umbral del tercer milenio, Planeta, Bs.As., en prensa

14 Albert Hirschman Interés privado y acción pública. Fondo de Cultura Económica, Méjico 1986.

15 Jean Paul Fitoussi Confesión y tempestad, en Clarín 13/09/98, suplemento Zona.

16 Jean -Marc Ferry, "Las transformaciones de la publicidad de la política" en El Nuevo espacio Publico, AA.VV. Gedisa, Barcelona 1992, pág. 19

17 D. Held La democracia y el orden global. Del estado moderno al gobierno cosmopolita. Paidós, Bs. As. 1997, pág. 156

18 J.M. Ferry op.cit., pág. 22

19Ahora bien, estas dos dimensiones no tiene que ser per se incompatibles. Se ha dicho también que una Plaza de Mayo repleta de gente equivale tan solo a un punto de rating en la televisión. En una época estructurada por lo mediático, ese punto (o más aun cuando se trata no de uno sino de varios puntos) es seguramente vital en la instalación de un tema o personalidad en la agenda de lo público. Sin embargo, movilizar una cantidad considerable de personas e instituciones, no es en absoluto un dato menor : la cobertura periodística de una Plaza de Mayo llena de gente, puede interrumpir cualquier programa de televisión y consecuente impacto posterior en la agenda política es de gran importancia.

20 N. Cunill Grau, Repensando lo público a través de lo social . Nuevas formas de gestión pública y representación social, CLAD - Nueva Sociedad, Carácas, 1997, pág. 144.

21 N. Cunill Grau, op. ct. pág. 145.

22 M. dos Santos (comp.) ¿Qué queda de la representación ? CLACSO - Ed. Nueva Sociedad, Caracas, 1992, Prólogo, pág. 7

23 F. Calderón, op. cit. pág. 329 y ss.

24 Entiéndase bien que no nos referimos a este sector como un espacio de autodeterminación o al margen del poder estatal o de la lógica del mercado, sino que en principio no se constituyen bajo las lógicas de ellos (la violencia legítima y a acumulación respectivamente)

25 Esta aclaración es necesaria, debido a que por los costos que implica mantener una asociación, muchas se ven obligadas a permanecer en la "ilegalidad". (Ver Filmus, Arroyo, Estébanez 1997).

26 M. Weber Economía y Sociedad, FCE, Bs.As. 1992, pág. 20 y ss.

27 J. Habermas Teoría de la Acción comunicativa Ed. Taurus, Madrid 1980, Tomo I, pág.148.

28 Marco Estrada Saavedra Participación Política. Actores colectivos. Plaza y Valdés Editores, México, 1995, pág. 73. La visión de este autor se encuentra emparentada con la de Agnes Heller.

29Idem. Pág. 70

30 A. Mons La metáfora social. Imagen, territorio, comunicación, Ed. Nueva Visión, Bs.As., 1992 pág. 213

31 G. Cardarelli y M. Rosenfeld : Las participaciones sociales de la pobreza. Programas y proyectos sociales, Paidós Bs.As., 1998, pág. 35

32 "Busco mi destino," en Revista Tercer Sector, N+ 10, junio 1996, pág. 7

33 Entre otros la revista Tercer Sector.

34 P. Nelson "Transparencia, fiscalización y participación. La implementación de los nuevos mandatos en el BM y en el BID" en D. Tussie (comp.) El BID, el Banco Mundial y la sociedad civil : nuevas formas de financiamiento internacional, FLACSO - CBC, Bs.As., 1997, pág.35 y ss.

35 M. Estrada Savedra, op. cit. Pág. 79.

36 G. Cardarelli y M. Rosenfeld, op. Cit., pág 40 y ss.

37 Fransisco Suárez "Las debilidades de las ONG's", en Revista Enoikos, N+ 12 Bs.As., 1997.

38 Como aclaran los autores se refieren a la actividad principal no exclusiva. En D. Filmus y otros op.cit. pág. 38.

39 CENOC, Primer informe sobre los aspectos relativos al perfil institucional de las organizaciones inscriptas en el CENOC. Secretaría de Desarrollo Social, Buenos Aires, 1996

40 Andrés Thompson, "Beneficiencia, filantropía y justicia social. El tercer sector en la historia argentina". En A. Thompson (comp) op.cit. pág. 20 - 63

41 G. Cardarelli, G. Kessler y M. Rosenfeld "Las lógicas de las asociaciones del altruismo y la promoción de derechos" . En A. Thompson, op. Cit. Pág. 151 - 177

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