V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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Comunicación:

INVESTIGACIÓN Y GESTIÓN: UNA ARTICULACIÓN POSIBLE.

V CONGRESO ARGENTINO DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL
La Plata, 29 de julio al 1 de agosto de 1997.

Lic. María Cecilia Scaglia (Municipalidad de Florencio Varela).
Claudia Marcela Woods (Becaria de investigación UBA, categoría estudiante).

Presentación del trabajo.

Esta comunicación intenta mostrar algunos de los vínculos y articulaciones que pueden existir entre el ámbito de la investigación académica y el ámbito de la gestión pública a partir de la experiencia conjunta en el análisis de un caso.

Por otra parte nos interesa rescatar la administración municipal como un espacio institucional que por sus dimensiones ofrece algunas ventajas para la intervención de un antropólogo ya que se trata de una instancia del Estado que posibilita el análisis de los procesos sociales e institucionales desde una perspectiva propia de la antropología, y permite así mismo una intervención institucional apropiada para la disciplina.

Esta comunicación sintetiza un trabajo previo de consulta e intercambio, que se fue generando en marcos sumamente informales pero justamente por eso de una gran riqueza y espontaneidad motivo por el cual aprovechamos la formalidad que ofrece este congreso, para transferilo como experiencia de generación de conocimientos.

Antropología: ciencia vs. profesión.

Resulta imposible ignorar la discusión existente entre lo que se dió en llamar "la academia"y "la gestión". A partir de nuestra propia experiencia consideramos que en muchas ocasiones el debate se plantea en términos que lo hacen estéril.

No pretendemos discutir planteos de tipo ideológicos o éticos respecto de para quién se trabaja cuando se está en la gestión; creemos que los objetivos institucionales son supra disciplinarios y determinan la actividad de cualquier profesional inserto en la administración Consideramos mucho más interesante plantearnos vinculaciones posibles entre el investigador y el profesional, entre la academia y la administración, reflexionando acerca de los aportes que puedan ofrecerse mutuamente. En este sentido, y sin pretender generalizar, pensamos que la propia experiencia de trabajo ofrece material para la reflexión.

El antropólogo inserto en la administración municipal.

El caso del Muncipio de Florencio Varela, ofrece una particularidad en este sentido. Con la gestión del gobierno peronista electo en 1983 ingresa una antropóloga en la Dirección de Tierras y Regularización Dominial. El trabajo desarrollado por esta profesional a lo largo de casi diez años (con las interrupciones a que obligó el proceso político) hace que en Varela la acción de un antropólogo sea no solamente aceptada sino que se tenga claro "para que sirve".

Este "para que" del antropólogo, que resulta casi un interrogante karmático para todo antropólogo inserto en la gestión, parecería estar resuelto para los funcionarios de la institución. Y podría resumirse en las siguientes funciones: intérprete y escriba de los funcionarios políticos, coordinador de distintos ámbitos de participación, generador de ámbitos de capacitación informal de distintos tipo de sujetos (militantes sociales y políticos, funcionarios, y empleados públicos en general), planificador institucional con capacidad de interpretar e incluir en su planificación las demandas de los distintos sujetos sociales.

Estas capacidades pintan un funcionario de tipo polivalente y altamente valuado para la gestión de todo tipo de políticas sociales y de gobierno en general en el nivel local.

Esta práctica pernite y a su vez se funda en una visión globalizadora, propia de la formación disciplinar, tanto de los procesos sociales, como de los procesos institucionales. Tal vez, si intentáramos encontrar un común denominador a estas funciones sería la posibilidad de entender, y conciliar intereses diversos, y esto es en los hechos una demanda de la institucion para distinto tipo de tareas.

En ese sentido el enfoque antropológico parece proveer un marco adecuado para estas funciones al intentar acceder a las prácticas y representaciones de los sujetos, que operan a nivel de las interacciones cotidianas, a través de relaciones personalizadas con ellos, y comprender sus vinculaciones con niveles o instancias sociales más inclusivos (Hintze; 1996).

Sin embargo no se trata de una propuesta que tenga sentido sólo para nuestra disciplina, así como el requerimiento de profesionales de las ciencias sociales para la gestión no se limita a los antropólogos. Más allá de las imágenes o prejuicios , que puedan formarse las instituciones empleadoras acerca de la especificidad de la antropología, no estamos en condiciones de afirmar que se trate de un enfoque o trabajo que sólo puedan brindar los antropólogos. Por el contrario, dejando a un lado la discusión en torno a las incumbencias profesionales, abogamos por un desarrollo de las ciencias sociales que no produzca compartimientos estancos, sino que favorezca la posibilidad de la interdisciplinariedad, en el sentido de poder sumar los diferentes enfoques y controles epistemológicos en las problemáticas encaradas.

En el caso de una de estas ponentes, el antecedente en el municipio citado antes, le posibilitó insertarse en la municipalidad y circular por distintas áreas de gestión en las que siempre estuvo claro cuál era su rol. Sin intentar hacer de esto una historia personal, su recorrido institucional manifiesta cómo se fueron delimitando las funciones antes mencionadas, y el origen de las fuentes de información que nutren la investigación en común .

En el período 92-94 fue parte del Programa de Gestión Local, un programa de planificación participativa que intentó modificar la gestión de gobierno, y fue abortado por los condicionamientos políticos que se manifestaban en la estructura política del gabinete municipal. La tarea consistía en coordinar talleres de planificación participativa en los distintos barrios de los cuales participaban todo tipo de organización comunitaria y los funcionarios municipales de segunda línea. Para la implementación de estos talleres fue preciso un relevamiento de campo de las organizaciones existentes (formales y no formales) y construir una tipología de barrios que permitiera la elección de cinco barrios para la 1ª etapa. Luego del proceso de planificación y capacitación que eran el objetivo de estos talleres se pasaba a una instancia de sistematización y regionalización del programa, punto en el cual este fue levantado.

Esta profesional pasa luego a trabajar en el proyecto de creación del Instituto Muncipal de Tierras y Viviendas, que significó un intento de descentralización de esta dependencia. La tarea consistía tanto en la planificación institucional de las distintas actividades del área, así como específicamente en la clasificación de la demanda y la adecuación de los programas habitacionales a los distintos perfiles de los demandantes.

Actualmente esta profesional se encuentra trabajando en el área de empleo, desde donde coordina el Programa Microempresas, y los programas de empleo de emergencia Barrios Bonaerenses, Servicios Comunitarios y Trabajar ll. Si bien su convocatoria fue referida a su especialización en temas de la antropología económica, su tarea concreta implica capacitación en la formulación de proyectos a los beneficiarios; formulación de proyectos de mejoramiento barrial conjuntamente con las organizaciones vecinales para el programa Barrios Bonaerenses; formulación de proyectos conjuntamente con otras áreas de política social para los programa Servicios Comunitarios y Trabajar II, y selección de beneficiarios para estos programas. Además de tareas administrativas de seguimiento y tareas de control de gestión y administración del presupuesto de la dependencia.

Sin embargo, y pese a ser personal especializado en una problemática, la del empleo, se le han demandado trabajos adicionales, y discímiles entre sí, a saber: Coordinar Tallleres de un curso de Capacitación a distancia destinado a jóvenes en situación de riesgo; participar de la coordinación general de los Talleres del Plan Trienal en los que participaron todas las organizaciones populares del distrito; participar en equipos intersectoriales para la formulación de proyectos integrales. Uno de ellos fue el proyecto de creación de una planta de reciclado de residuos, y otro el proyecto de ampliación de una ruta con utilización de mano de obra intensiva. Si bien estas dos últimas tareas pueden estar comprendidas en su especialización en la gestión, las dos anteriores responden al perfil de un planificador capacitador con habilidad para la planificación participativa y la coordinación de ámbitos en los que convergen distinto tipo de actores con intereses diferentes. También se los podría denominar espacios en los que el Estado articula sus políticas con las demandas de la comunidad.

El profesional y el científico: una articulación posible y necesaria.

La experiencia de trabajo conjunto para el análisis de los modelos de gestión nos demuestra que la inserción de la antropología en la gestión pública local ofrece una fuente de información cualitativamente diferente para la investigación antropológica respecto de los modelos de gestión municipal de las políticas públicas.

El ámbito de la gestión municipal suele ser de difícil aprehensión para la investigación antropológica. Notamos que en general las dificultades en el acceso a la información en las organizaciones gubernamentales desalientan encarar el análisis desde una metodología antropológica en el nivel de lo local en su totalidad. Muchos trabajos de investigación en general se centran en la implementación de algún programa , o en el análisis de algún caso delimitado estrechamente por el territorio (determinados barrios o villas), o bien, si se trata de un recorte más amplio, se utilizan otras metodologías (análisis del discurso, análisis cuantitativo, etc.)

Es nuestra intención mostrar que el intercambio con un antropólogo que trabaja en la institución municipal facilita un abordaje global de los modelos de gestión municipal. El aporte de un colega a la investigación contituye un punto de vista cualitativamente diferente al de cualquier "ïnformante clave" ya que se comparte una formación común que promueve una relación diferente. Por esto decimos que es una cuestión de posicionamientos metodológicos: una posición es considerar al colega en términos de "informante clave", con lo que su aporte se desdibuja (o se reduce en sus posibilidades, lo cual no es en principio negativo); y otra cosa es trabajar conjuntamente con un colega entendiendo que el aporte es mutuo y otorgándole un lugar particular al profesional en la construcción del conocimiento científico.

Esa información que aporta el profesional es altamente valorada desde el espacio académico, debido no solamente al grado de inserción institucional del "antropólogo informante" sino también por el análisis antropológico que realiza de su propia intervención en el seno de los procesos sociales.

Sin embargo las formas en que se obtiene esta información son asistemáticas y necesitan de la academia para poder realizar una reflexión crítica para su sistematización y su convalidación en términos de conocimiento antropológico.

En el caso del análisis del modelo de gestión de la Municipalidad de Florencio Varela nos interesa también mostrar como fué relevada la información de la que se nutre este análisis.

El trabajo en un programa de planificación participativa permitió al profesional reconocer la historia de participación de las distintas organizaciones vecinales en la gestión de gobierno. La constitución de los Consejos de la Comunidad y del COPOSO (Consejo de Política Social) fueron el antecedente para la creación del PROGEL (Programa de Gestión Local).

En este trabajo de reconstitución histórica es cuando se empiezan a identificar los vínculos existentes entre la estructura política local, las organizaciones barriales, y el gobierno municipal.

Por otra parte, ya en la implementación de este programa, y a partir de un relevamiento sistemático de organizaciones vecinales, es que se verifica la existencia de organizaciones formales y no formales, así como también la existencia de múltiples organizaciones generadas a partir de la implementación de distintos programas sociales (comisiones de tierras, comisiones de asentamientos, clubes barriales, grupos de mujeres a cargo de comedores, etc.).

El pasaje por el área de Tierras y Viviendas permitió distinguir lo que denominamos demandas colectivas y demandas individuales. Esta distinción se funda en la percepción de las obligaciones del Estado local y de los derechos individuales por parte de los demandantes. Todo lo referido a demandas de mejoramiento urbano es considerado una obligación del Estado, aún aquellos servicios que "no entran" dentro de las funciones de los municipios, y se manifiestan a través de organizaciones vecinales; mientras que todas las necesidades que entran en la órbita de lo doméstico son considerados "problemas personales", y se expresan en términos de demanda individual. Este último es el caso de la demanda de tierras o viviendas.

Es preciso recordar que esta área fue la primera en imlementar sistemáticamente una metodología de planificación participativa y capacitación en todos sus programas a través de la creación de las Comisiones de Casa de Tierras y Asentamientos creadas a los efectos de la implementación de sus propios programas. Este antecedente reafirma lo dicho anteriormente respecto de los vículos entre áreas específicas y organizaciones comunitarias, y respecto del tipo de participación entendida tanto como estrategia por parte de la comunidad como de la institución municipio.

El último período en la Unidad de Generación de Empleo permite reconocer nuevamente que la demanda de empleo, así como la de tierras y vivienda, es considerada y se manifiesta en términos individuales. Sin embargo se fomenta desde esta misma dependencia la creación de consorcios vecinales para la construcción de redes (viales, de agua, y cloacas). La participación de estos consorcios resulta indispensable para la implementación de los emcanismos financieros que permiten el recupero de la inversión a realizar.

Los distintos trabajos realizados en la coordinación de talleres permitió mantener un diagnóstico actualizado respecto de las distintas redes de organizaciones vecinales, sus demandas, y su articulación con los distintos programas. También posibilitó analizar la correlación de fuerzas de la estructura política del distrito, el permanente juego de alianzas, y cómo esto se manifiesta en el seno de la institución municipal así como explica la profundización de los vínculos con las organizaciones populares.

Este recorrido muestra la procedencia de la información para el trabajo de investigación en común, a partir de la inserción de la profesional en la gestión.

Otro momento consistió en el análisis conjunto de un corpus de información. A esta decisión se llegó luego de un período de intercambios y discusiones informales sobre el tema a partir de los objetivos de información y trabajo empírico de la otra ponente en este municipio.

Para el investigador (de acuerdo al punto de vista de esta otra ponente) tomar contacto con un colega que trabaja en el ámbito de investigación elegido resulta casi natural pues se intuye un encuentro fructífero, ya que como dijimos, se comparten códigos y una formación común. En general, se espera colaboración en el sentido de facilitar "contactos", acceso a información, y un análisis sintético del ámbito de inserción del profesional. Sin duda, este tipo de relación resulta de utilidad para el investigador, pero creemos también que se pueden explorar con provecho otras posibilidades.

En nuestro caso la decisión de profundizar estos intercambios sacándolos de ese espacio casi secreto significó un gran aporte para la investigación.

Las discusiones en torno a la problemática eje encuentran de este modo un espacio reflexivo distinto al que se tiene con otros investigadores y en una relación diferente a la que se tiene con los informantes. Resulta significativo poder contrastar la información obtenida y las conversaciones mantenidas con los informantes, con la visión de un colega que trabaja cotidianamente en ese mismo ámbito, ya que no se trata de reemplazar el trabajo de campo sino en todo caso de construir un nuevo espacio de producción de conocimientos.

El hecho de que el antropólogo inserto en la gestión maneje un gran caudal de información sobre la problemática considerada y en particular que mantenga una relación de trabajo con los mismos informantes consultados por el investigador, pero "en la cocina" de los discursos y las prácticas de los funcionarios, otorga otro punto de vista. La discusión entonces pone en tensión los supuestos del investigador ya que se encuentra con un informante que como tal tiene una visión construída desde su espacio, y a la vez con un antropólogo que maneja más información primaria que la que el investigador ha recolectado.

A la inserción en el medio que supone el trabajo del profesional, se suma además la profundidad temporal propia de la antigüedad en el cargo en la mirada de los procesos socioinstitucionales de su entorno.

Comentarios finales.

Nuestra intención ha sido exponer algunas razones por las que creemos conveniente poner a un lado los prejuicios y considerar ésta como una opción más entre las que ofrece nuestra disciplina de relaciones posibles entre ámbitos de investigación y de gestión.

Existen como todos sabemos numerosos casos de investigadores que son consultados por instituciones gubernamentales, agencias internacionales, etc; o que cumplen contratos temporarios en esos espacios, pero cuyo ámbito privilegiado de reproducción sigue siendo el medio académico, del cual se nutren del prestigio y la experiencia en los que se fundan estas solicitudes.

No es el caso de aquellos profesionales que se desarrollan como trabajadores de la administración. Para estos el riesgo está dado en la pérdida de una perspectiva crítica y reflexiva de sus propias prácticas como antropólogos, y que éstas se diluyan en la dinámica del aparato burocrático del Estado. La exigencia que significan para un profesional los ritmos que impone la administración, y el trato directo con los actores sociales aportando (o intentándolo) en la resolución de sus problemáticas, hacen que muchas veces se pierda de vista la importancia de una mirada más profunda respecto de la lógica institucional en la que se halla inserto. Esto puede resultar en que, que en definitiva, contribuya a la reproducción de esta misma dinámica. En este sentido resulta oportuno el comentario de Coraggio acerca de que "...una orientación para la acción que no se funda en un conocimiento producido críticamente, según las normas del trabajo científico, corre el riesgo de tomar las apreciaciones de sentido común que orientan las acciones de la vida cotidiana, como conocimiento válido sobre los fenómenos sociales, cuando tales prosiciones pueden estar contribuyendo a ocultar esos fenómenos." (Coraggio;1996: 105 ).

Paradójicamente, estos mismos profesionales no encuentran un ámbito desde el cual posicionarse para tomar distancia de sus prácticas cotidianas, y que a la vez sirva para la trasmición de experiencias, ni en los ámbitos comunmente denominados académicos, ni en sus propios espacios de reproducción.

Esta experiencia intenta constituírse en una posibilidad y un llamado más en la búsqueda de esos ámbitos.

Bibliografía citada:

CORAGGIO, José Luis: "Diagnóstico y política en la planificación regional: Aspectos metodológicos" en HINTZE, S. (Organizadora): Políticas sociales Contribución al debate teórico-metodológico, Buenos Aires, Colección CEA -CBC, 1996.

HINTZE, Susana: "Problemáticas, enfoques y técnicas en el estudio de las políticas sociales" en HINTZE, S. (Organizadora): Políticas sociales. Contribución al debate teórico- metodológico, Buenos Aires, Colección CEA - CBC, 1996.

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