V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
https://www.equiponaya.com.ar/
info@equiponaya.com.ar

LA MEMORIA COLECTIVA

Cármen Guarini[1]

La memoria colectiva es una construcción social que define identidades comunes para todos. Pero en primer lugar, no es una construcción "inocente". En ella intervienen intereses de grupos sociales, economicos, tradiciones religiosas o culturales. Cada sector lucha por imponer sus visiones al resto de la sociedad.

En segundo lugar la memoria colectiva es algo más que una abstracción. En una sociedad se pueden identificar  lo que P. Nora (1984) define como "lugares de memoria", elementos que condensan y simbolizan acontecimientos o experiencias que son parte de la identidad colectiva.

Considero que los filmes forman parte de esos "lugares de memoria". En ellos, a diferencia de otro tipo de acontecimientos o experiencias,  la memoria se transforma en relato, se torna un discurso visible. Ese relato, en tanto lugar de significación cultural, tiene un rol mediador con las relaciones sociales y con el poder.

Para nosotros los argentinos, la elaboración del "relato" acerca de lo sucedido durante los años de la última dictadura militar (1976-1983) es todavia una tarea pendiente Desde la antropología la construcción de este relato se ha venido realizando en campos sectorizados temáticamente: la salud, la educación, el rol del Estado, la  Justicia. Todos estos temas se vinculan (con mayor o menor énfasis) con la problemática de los derechos humanos como un eje clave de las nuevas demandas sociales que cobraron mayor fuerza y legitimidad a partir de la reinstauración del proceso democrático (aunque muchas de estas demandas se inician en plena dictadura militar),

Desde diversos campos, tanto académicos como políticos y culturales, existía (y aún podemos decir que existe) la necesidad de recuperar lo que quedaba de nuestras identidades colectivas como intento por superar el horror de esos oscuros años.

Mi trabajo de formación e investigación en el campo de la Antropología Visual comienza hacia fines de los años de la dictadura. Los temas que iré abordando a lo largo de estos años fue en parte resultado del momento histórico que estábamos viviendo, y se articuló principalmente alrededor de algunos de los "nuevos actores/sujetos sociales y de las demandas" emergentes en este período.

Así me fui acercando progresivamente a los sectores protagonistas de las luchas sociales que caracterizaron este período (1980 en adelante). Los "desaparecidos"; los militantes políticos presos; las Madres de Plaza de Mayo; la otra iglesia (Jaime de Nevares) fueron los principales temas sobre los que poco a poco fui  trabajando. Todo esto se inscribía en la necesidad de mostrar a los "militantes del olvido y de la desmemoria" que la única posibilidad de reconstruir nuestra identidad era y es analizar nuestra historia reciente.

Ya desde los primeros trabajos fílmicos que realicé comencé a preguntarme  ¿de qué manera la Antropología Visual podría colaborar en esta tarea? ¿Cómo trabajar desde un punto de vista tanto teórico como metodológico la problemática de los derechos humanos y su representación audiovisual? ¿Cuáles dispositivos debíamos desplegar para filmar este nuevo movimiento social y las nuevas relaciones sociales que generaba?

NUEVOS ACTORES, NUEVAS PRACTICAS, NUEVOS REGISTROS

Tal como afirma E. Jelin, (1995:123) "Mucho más que en otras transiciones en América Latina, los derechos humanos fueron un ingrediente fundante de la nueva democracia."  Pero, como también explica esta autora, el tema de las desapariciones de personas no fueron inmediatamente reconocidas como parte de la lucha por la defensa de estos derechos. No obstante gracias a la enérgica batalla librada por los organismos no gubernamentales que comienzan a emerger como modo de enfrentar a la dictadura militar, el tema de los derechos humanos (entendido en un primer momento como el derecho a la vida y más tarde expresado en el conjunto de otros derechos como la salud, educación etc.) va a  convertirse en un "elemento clave de la propuesta de construcción de una cultura democrática, humanista, tolerante y pluralista" (ibid).

Los organismos participantes de esta lucha, se darán múltiples y variadas tareas, generando novedosos mecanismos de acción. El movimiento en defensa de los derechos humanos comienza a expresarse con mayor fuerza y visibilidad hacia fines de la dictadura militar (1982-83) alcanzado un nivel de máxima participación en todo el país hacia fines de esta década y expresado sobre todo a través de movilizaciones en las calles y de actos contra las leyes de amnistía de los crímenes cometidos por el gobierno militar, la última de las cuales fue a fines del ano 1989. El objetivo y la consigna principal que sostienen desde un primer período (que tal vez podamos situar cuando surge en 1977 el movimiento de las Madres de Plaza de Mayo) fue el reclamo por la "Aparición con vida" de los detenidos-desaparecidos. Comenzaron a recuperarse así poco a poco, diversas formas de participación y resistencia provenientes de los sectores más variados del movimiento popular (barriales, estudiantiles, gremiales, religiosos, de género, etc) que habían estado temporariamente silenciados durante la dictadura militar.

Estas nuevas formas de militancia que cruzaban diversas instituciones ( partidos políticos: gremios; centros de estudiantes; algunos sectores de iglesias) estaban conformadas por diferentes sectores sociales. Esto gener nuevos tipos de "actor o sujeto social": por un lado el militante de organismos de derechos humanos y por otro sus líderes o representantes de estos reclamos. Madres, Esposas, Abuelas, Familiares y actualmente Hijos de desaparecidos componen principalmente este sector ([i][2]).

La fuerza de estas expresiones despertó desde sus comienzos no sólo el interés de muchos de participar sino una nueva manera de realizar militancia política (sin caer en estructuras partidarias cerradas e intransigentes) Como parte de la estrategia que esa misma militancia se da, aparece la necesidad de registrar con medios audiovisuales las manifestaciones emergidas del seno de este movimiento, que fueron por cierto numerosas y de muy variado tono durante estos últimos quince años.

Nuestro propósito fue explorar fílmicamente los alcances de estas demandas, pero al mismo tiempo comunicar los resultados de esta exploración a una audiencia lo más amplia posible. Desde un comienzo el planteo que nos hicimos fue de dar a conocer nuestra interpretación de estas demandas a un público también extra-académico. (Ver también el film "UNA SOLA VOZ" realizado con motivo de los 15 años de la Asociación Madres de Plaza de Mayo)

Esto generó en mi la necesidad de explorar  un tipo de film que debía superar los límites de un trabajo audiovisual de investigación (lo que C.de France llamaría un film de exploración o de investigación ([ii]). Casi todo mis filmes fueron co-dirigidos con un director de cine, lo que me posibilitó ir superando condicionamientos de tipo académico. Esto  permitió que mi trabajo tuviera mayor libertad formal y al mismo tiempo múltiples alcances de públicos y de lecturas interpretativas. Al acompañar demandas sociales concretas (reclamos por la libertad a los presos políticos; actos de Madres de Plaza de Mayo; etc.) los filmes iban pasando a formar parte del proceso de construcción de esa memoria colectiva que comenzó a gestarse como dijimos, de manera mucho más sistemática, finalizada la dictadura militar.

Un breve comentario sobre el surgimiento del movimiento por los derechos humanos en la Argentina se hace imprescindible para contextualizar nuestro análisis.

LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ARGENTINA

El movimiento de DDHH surje en Argentina como un sujeto novedoso en la práctica social. El régimen autoritario instalado en marzo de 1976 intentó militarizar la esfera política con el fin de anular la protesta social. A tal fin clausuraron los canales de participación popular apuntando a través del "terrorismo de estado" a desmovilizar y atomizar a la sociedad en su conjunto.

Dentro de este marco, este movimiento supo articular en nuestro país un espacio de participación que operó, mediante la reformulación de sus demandas, como eje de oposición ante el gobierno militar, definiéndose como un punto de ruptura frente a la dominación autoritaria.

A partir de ello resituó la conflictividad social, señalando nuevas interacciones, reinscribiendo posiciones y encarnando actores novedosos. Como principio aglutinador de su práctica política apeló a un sistema de valores fundamentales: la vida, la verdad, la justicia, planteando una exigencia ética de fundamentos humanitarios. Marcó así la posibilidad de reflexionar acerca de los modos de hacer política y las instancias de construcción de poder y creación de hegemonía.

Experiencias como esta, gestadas en sus inicios como intentos defensivos ante una situación de agresión de los derechos humanos elementales, y que por ende se caracterizó por una relación negativa con el poder, presentó una dimensión más expresiva que instrumental. No obstante, se revelará como una brecha en la estructura de poder que va a modificar algunos aspectos del rumbo ulterior. De este modo se propone en determinado momento de la correlación de fuerzas como un polo aglutinador, permitiendo el grado mayor de oposición al régimen militar, al cuestionar su misma legitimidad.

El silencio y el terror se aduenan no sólo de los medios de comunicación, sino de toda actividad política instaurando incluso un silencio social en múltiples niveles. Esto se ve facilitado por la existencia de un vacío dado por un lado por la derrota del movimiento popular, y por otro por los intereses de los partidos políticos quienes delegarán en el movimiento de derechos humanos toda responsabilidad.

En este contexto, "el reclamo por la vida", se instauró como discurso fundamental del movimiento de derechos humanos. Abrió un proceso de recuperación histórica de la memoria de una lucha, ya que padres y familiares de las victimas del régimen militar asumieron directa o indirectamente junto a la demanda por la vida, la valorización de esa vida, su trayectoria y su proyecto. Esto generó un consenso en el conjunto de las organizaciones de derechos humanos, en los inicios del movimiento, partiendo de postulados éticos y principistas.

La legitimidad de sus reclamos: "la aparición con vida de los desaparecidos", "la verdad y la justicia", generaron masivo apoyo y desenmascararon el discurso de las Fuerzas Armadas y la ilegalidad de su accionar.

Desde la perspectiva de la mise en scene el movimiento se expresó multiplicando su presencia pública. Así las calles, las plazas, fueron (y aún lo son) los escenarios principales donde desplegaron su actividad. Aparecen nuevas modalidades de protesta como las rondas de las Madres de Plaza de Mayo, marchas de la resistencia (de una duración de 24 horas), misas, concentraciones sistemáticas semanales, petitorios para juntar firmas, radios libres instaladas en lugares públicos, murales colectivos, huelgas de hambre en lugares públicos también y todo tipo de demostraciones callejeras.

A partir de una acción inicialmente defensiva, el movimiento de derechos humanos surge como un polo de construcción de poder que reclama para sí la verdad, la ética y la justicia. La consigna mayor "Aparición con Vida" condensa el sentido de la lucha de este movimiento y permite establecer su dinámica interna y su accionar hacia el exterior.

Todas estas estrategias y planes de acción se continúan aún hoy y se han hecho extensivas a otras demandas sociales (ecológicas, por el derecho a la salud; a la educación; a la diferencia; etc.). Los derechos humanos no son sólo lo que está antes y hay que respetar, sino aquello que está también después y hay que construir. Desde esta perspectiva el reclamo por los derechos humanos se presenta también como horizonte, como utopía.

¿NUEVA UTOPIA ?

Esta dinámica generó como ya dijimos, gran cantidad de nuevos "actores sociales", algunos de los cuales comenzarán a aparecer como representantes destacados de estas demandas.

De todos los que hemos filmado tomaremos como "caso"  para el presente trabajo el proceso de elaboración y realización del film JAIME DE NEVARES, ULTIMO VIAJE, Dos razones nos llevan a ello. La primera y más evidente es que se trata de mi último trabajo fílmico, sin embargo no se relaciona con un orden cronológico de filmación ya que los primeros registros videográficos que realizamos del obispo datan de 1989  ([iii]).

La segunda razón es que por su historia personal, el Obispo de Nevares, se sitúa como una de las figuras más particulares y quizás hasta paradójica de la historia del movimiento de derechos humanos en la Argentina: por ser un representante de la Iglesia Católica (que a nivel oficial estuvo siempre del lado de la dictadura militar) y por su extracción social (la alta burguesía de Buenos Aires). ([iv])

No nos detendremos aquí en la descripción de la figura de Jaime de Nevares, para ampliar consultar el film mencionado y San Sebastián, P. J. (1997).

¿FILM BIOGRAFICO O  HISTORIA DE VIDA ?

Es sabido que en las ciencias sociales las técnicas biográficas tienen una larga historia y dentro de ellas podemos distinguir claramente dos opciones: el relato de vida, que incluye el testimonio oral o escrito del individuo sobre el que se elabora la biografía; y la historia de vida, que se construye con materiales como documentos escritos, testimonios orales y entrevistas efectuadas también a otros sujetos. (Saltalamacchia, 1983)

Todo sujeto es pensado como portador de conocimientos relevantes; en sus relatos (y el de otros) podemos encontrar las significaciones y representaciones compartidas, los fundamentos del orden social plasmados en el sentido común. El investigador se enfrenta a un discurso de una persona que se piensa a si mismo frente a otro. (Pina, C. 1986).

Si bien existen unanimidad acerca del valor de los conocimientos resultantes de tales relatos , encontramos diferentes posturas acercas del análisis del material biográfico, ya que mientras para algunos es posible reconstruir no sólo el sentido de la acción sino también datos factuales que no es posible obtener por otros medios otros discuten la confiabilidad de tales testimonios. Mientras para algunos confiaran la solución a la coherencia del discurso y su confrontación con otras fuentes, para otros interesa la singularidad de tales datos, es decir el rol que juegan en la construcción del personaje que realiza el propio sujeto entrevistado. (Padawer, A. 1997)

Es aquí donde se inscribe nuestro film ya que si bien, obtuvimos el cruce de algunos datos factuales, nos interesamos por profundizar en la representación que tanto el sujeto biografiado como quienes lo conocian construían durante nuestras conversaciones. Sabemos que "el sujeto construye un si mismo, una representación que hace ante si de su propia identidad como persona" y este fue el camino seguido por nuestra investigación. Profundizar la dimensión de la representación que el obispo hacía de su vida y confrontarla al mismo tiempo con nuestra representación sobre ella, a partir de los elementos que fuimos relevando en el tiempo.

Si bien partimos de un esquema biográfico muy simple, los primeros contactos permitieron ir dimensionando un aspecto generalmente poco referido en cualquier texto: los sentimientos tales como calidez, sensibilidad humana, humores, respuestas emocionales ante el otro. Aún no conocemos trabajos sobre algo que podríamos llamar una  "Antropología de los Sentimientos", pero este aspecto se hacía evidente como una variable que debíamos incorporar a nuestra investigación y desde luego a nuestros resultados.

Todo esto nos permitió alejarnos de un filme clásico de carácter biográfico, generalmente plagado de citas factuales y de documentos incorporados a manera de ilustración de los datos. Nos preocupamos más por los elementos de carácter cualitativo de los hechos representados en el film  antes  que por los aspectos cuantitativos de los mismos.

Desde el punto de vista de la temporalidad, que sin duda era necesario considerar, teníamos también al menos dos opciones que aparecían claramente; o bien trabajarlo por etapas biográficas o bien por hitos. Entendiendo por esto último aquellos "sucesos internos o externos narrados por el personaje, que son presentados como cruciales en el transcurso de su vida.".  Estos "hitos" que nosotros denominamos en principio: "momentos claves", implican ciertamente momentos generadores de cambios profundos en la vida del sujeto, que produjeron modificaciones tanto en el modo de accionar, como en el modo de pensar la realidad..

Asé seleccionamos, para ordenar nuestra comprensión tanto de una vida pasada que fuimos descubriendo progresivamente a lo largo de seis años, como de un presente que se fue construyendo durante el mismo rodaje del film, tres momentos claves: 1) la llegada del obispo a su nueva diocesis y consecuentemente el descubrimiento de una nueva realidad de país; 2) el contacto con los conflictos sociales de su provincia; 3) su participación en el movimiento de derechos humanos a nivel provincial y nacional.

OPCIONES NARRATIVAS

Para poder diacronizar el relato fílmico decidimos utilizar el recurso narrativo de incorporar parte del proceso de construcción  del film al film. De este modo el espectador es invitado a recorrer junto a nosotros no sólo la geografía del personaje filmado sino los modos mediante el cual fuimos llegando -a través de nuestra propia investigación- a conocer los momentos claves o hitos de su vida.

Así por ejemplo filmamos el momento en que encontramos en el Archivo Histórico de la Ciudad noticieros  o informes provinciales filmados durante los años 60, que luego utilizamos para confrontar las imágenes de su pasado  (material fílmico blanco y negro de los años 60 y material videográfico en color de los años 80); nuestros viajes a Neuquén explicitamente señalados; nuestras dudas; nuestros interrogantes fueron incorporados en imágenes como parte del relato.

MacDougall (1995) nos preguntaria "¿de quién es la historia? , ¿de quien es el relato? " es decir, ¿qué historia cuenta el filme, la del obispo o la nuestra?". Introduciendo una cualidad más cercana a la narración cinematográfica que a la investigación antropológica, nos acercamos a una de sus conclusiones más actuales: "los antropólogos son ahora más conscientes de que también ellos cuentan historias". Desde otro camino, estábamos deslizándonos por algunos de los temas de más reciente  discusión en la teoría antropológica: la discusión acerca de la generación de "relatos" por el científico social (Geertz, C.  1989)

La realización del film ( que llevó siete años) fue parte de un proceso social más amplio. Este proceso llevó no sólo a modificar nuestro conocimiento e interpretación respecto de las relaciones entre la iglesia y el movimiento de derechos humanos en nuestro país, sino a producir imágenes que serían muy rápidamente re-significadas y re-apropiadas por la gente (las imágenes de los primeros viajes fueron usadas durante la campaña de Jaime de Nevares para las elecciones de convencionales constituyentes en Neuquén por el partido que lo postulaba) .

ULTIMAS REFLEXIONES

Durante los casi 6 años  que estuvimos filmando al obispo Jaime de Nevares, se fueron sucediendo importantes cambios políticos y económicos a nivel social, y también importantes transformaciones en las relaciones de los organismos que forman parte del movimiento de derechos humanos  entre sí y con el poder.

Cuando a fines de 1989 y principios de 1990 comenzamos la filmación de los viajes del  obispo por algunos pueblos y comunidades del interior de su  provincia, que él hizo con el propósito de despedirse de la gente, ya habia finalizado lo que podríamos denominar "el  periodo de intervención de los organismos de derechos humanos en las primeras decisiones políticas del nuevo gobierno constitucional del país."

En efecto, como forma de dar alguna respuesta a los reclamos por los desaparecidos el gobierno democrático de Raúl Alfonsín toma, presionado por los organismos de derechos humanos una de las primeras medidas importantes: la creación de la CONADEP (Comisión Nacional de Desaparición de Personas). Esta fue una comisión compuesta por figuras de notables y personalidades del movimiento de derechos humanos convocados con el propósito de relevar la mayor cantidad de información posible acerca de los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado durante el gobierno militar.  Con la información y pruebas que esta Comisión recabó durante un año se llevó adelante el Juicio a las Juntas Militares.

Muy pocos fueron los sectores que quedaron conformes con estas medidas y se enfrentaron dos posiciones: quienes clamaban por una Comisión de Investigación formada por ambas Cámaras del Congreso (Madres de Plaza de Mayo) y quienes aceptaron (peor era nada) la Comisión de Notables que permitiría un posterior juicio aunque sólo a los militares de más alta responsabilidad de mando durante la dictadura militar. Se dictan condenas a los militares, que lejos de calmar los ánimos, deterioraron aún más la relación del gobierno con los organismos de derechos humanos. Aún así el discutido fallo de la justicia enfrentó a este poder con la estrategia del gobierno, ya que abrió la posibilidad de nuevos procesamientos a otros militares de menor jerarquía, pero responsables también de torturas, crímenes y desapariciones.

Ante esto, los pactos previamente establecidos con las cúpulas militares por el gobierno de Alfonsín determinaron la rápida sanción de las llamadas Leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, que desencadenaron las primeras movilizaciones verdaderamente multitudinarias de protesta en todo el  país. Por último, durante el gobierno de Menem, la decisión de un Indulto presidencial a fines de 1989 a los responsables militares del genocidio argentino que estaban en cárceles especiales cumpliendo sus condenas, confirmaron la sensación de derrota que venía preanunciándose.

A pesar de ello, continuaron las manifestaciones de todo tipo: solicitadas en los diarios, denuncias internacionales, movilizaciones multitudinarias.

Las imágenes del Juicio a las Juntas Militares recorrerán el mundo, así como de las numerosas marchas de protesta que se fueron sucediendo, pero serán de muy controlada difusión en los medios masivos de comunicación del país. Se realizaron entonces algunos videos financiados por los organismos de derechos humanos con el propósito de acompañar las campañas de denuncia contra los gobiernos democráticos (el de Alfonsín y el de Menem).

Los derechos humanos comenzaban a tener imágenes, aunque en principio éstas fueran informes de noticieros televisivos, sobre todo extranjeros. Cada vez con mayor presencia, aparecen cámaras de video de militantes particulares y anónimos, en las marchas. No debemos olvidar que es recién a comienzos de los años 80 que las cámaras hogareñas de video comienza a entrar el país y a difundirse su uso entre los sectores medios.

En este marco, es evidente que filmar al  Obispo de Nevares, participante de la CONADEP, se presentó en un primer momento como  un desafío. Sabíamos de su oposición a todas estas leyes, pero no sabíamos cuál había sido su compromiso con el gobierno que lo convocó y si a través de su figura podríamos expresar el malestar de injusticia e impotencia sentido por vastos sectores de la sociedad.  ¿Ante la actitud cómplice de la jerarquía mayor de la iglesia católica argentina, qué representaba el pensamiento de Jaime de Nevares, quien por otro lado nunca se había enfrentado abiertamente con sus pares? Este tipo de preguntas rondaban de manera más o menos conciente previo a nuestros primeros contactos con él.

Con poco tiempo para un trabajo de campo previo y con escasa información y lecturas (recién en 1994 se publica un primer libro con sus más importantes documentos y este ano 1997 se publicará un primer libro biográfico) [v][3]se comenzó la filmación como ya dije, por un momento clave en su vida: su retiro de la Iglesia como obispo activo.

Los primeros registros se limitaron a escenas que mostraban el carácter y el tono de su relación con el mundo indígena, una relación intercultural  que marcó toda su línea política y su trabajo dentro de la iglesia. La presencia cuantitativamente importante de comunidades aborígenes mapuches en la zona del país bajo su jurisdicción (la provincia de Neuquén) lo obligó a tomar posiciones muy tempranamente en su gestión denunciando las condiciones de vida y el aislamiento al que estaban sometidos.

La intensidad de la relación que él había  logrado con estas comunidades aborígenes era fácilmente observable en el afecto de los mapuches hacia él, en su contacto corporal con ellos, en la emoción de los que lo despedÌan y de los numerosos gestos del obispo (como por ejemplo el de participar de una plegaria mapuche con los brazos en alto y las palmas hacia la tierra,  posición habitual durante el ritual de las rogativas mapuches). Todo esto, además de las mismas expresiones verbales del obispo, denotaban su respeto y aceptación de las diferencias culturales.

En cada viaje fuimos variando la estrategia fílmica:  pasamos poco a poco de  un registro "exterior" (de lo que ocurría) a un registro "interior" del personaje (de lo que pensaba y sentía). A través de testimonios de pobladores (tanto criollos, como mapuches) de sacerdotes que estaban bajo su gobierno, de amigos que trabajaron muy cerca de él y de algunos enemigos, fuimos profundizando el contexto histórico de sus años de actividad.

El proceso de construcción del film "Jaime de Nevares, último viaje" significó un abierto camino de exploración y reflexión constante sobre la manera en que "un personaje" expresa y pone en acción a partir de su propia vida, los mensajes que elaboran y promueven los movimientos de derechos humanos.

Nuestra preocupación fue también dar cuenta de cómo todo ésto se inscribe en la cotidianeidad de las personas, de qué modo algunos "discursos" son no sölo emitidos sino aceptados y vividos.

Esta primera aproximación a reflexionar sobre  nuestras estrategias y dispositivos tanto teóricos como metodológicos y técnicos es un mero comienzo.

Nos interesa seguir pensando acerca de cómo el movimiento de derechos humanos (en lo general y en lo particular) reactualiza sus demandas no sólo desde sus expresiones discursivas o verbales sino a través de expresiones que tienen un despliegue gestual, escenográfico y diría también coreográfico.

Tales expresiones, habilitan de manera particular a la  Antropología Visual como especificidad desde la cual análizar y dar cuenta de las "nuevas demandas sociales" y de sus "nuevos actores".

Por último nos interesa destacar la importancia del film como un elemento que pone en circulación significaciones que  participan  a través de sus múltiples usos, del proceso de construcción de la memoria histórica en la que estamos embarcados

BIBLIOGRAFIA

DUSSEL, Y. y otros. Haciendo memoria en el país del Nunca Más. Eudeba, 1997.

GEERTZ, Clifford. El antropólogo como autor. De. Paidos, Barcelona, 1989.

JELIN, Elisabeth.  La política de la memoria: el movimiento de derechos humanos y la construcción democrática en la Argentina. En: Acuña, C.H. y otros. Juicio, Castigos y Memorias. Derechos humanos y justicia en la política argentina. Nueva Visión, BsAs,  1995.

MAC DOUGALL, David. De quién es la historia? En: Ardevol, E. y Perez Tolon, L. (eds.) Imagen y Cultura. Perspectivas del CineEtnográfico. Diputación Provincial de Granada, 1995.

NORA, Pierre. Les lieux de la mémoire. Gallimard, Paris, 1984.

PADAWER, Ana. La desigualdad social y la escuela primaria: una perspectiva antropológica sobre propuestas pedagógicas alternativas. Informe Anual - UBA, De. mimeo. 1997

PINA, C. Sobre las historias de vida y su campo de validez en ciencias sociales. Rev. Paraguaya de Ciencias Sociales. Ano 23 N67. Asuncion, 1986.

SALTALAMACHIA, H. y otros. Historias de vida y movimientos sociales: la propuesta para el uso de la técnica. Rev. Iztapalapa. Ano 4 N9. Junio/diciembre 1983.

SAN  SEBASTIAN, P. Juan. Don Jaime de Nevares. Del Barrio Norte a la Patagonia. De. Don Bosco, Buenos Aires, 1997.

FILMOGRAFIA

JAIME DE NEVARES, ULTIMO VIAJE.  1995. Dir: M.Céspedes,  C.Guarini

LA VOZ DE LOS PAÑUELOS, 1992. Dir: C.Guarini, M.Céspedes


NOTAS

[1] Miembro del Programa De Antropología Visual (UBA) Realizadora entre otras: ¨Hospital Borda, un llamado a la razón¨, ¨Jaime de Nevares. Ultimo viaje¨.

[i] Los organismos de DDHH se dieron variados nombres tales como Madres de Plaza, Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, y más recientemente apareció la agrupación  HIJOS (de desaparecidos). También tuvimos un Premio Nobel de la Paz, el Sr, Adolfo Perez Esquivel, fundador y miembro de la ONG "SERPAJ" (Servicio de Paz y Justicia) quien fue distinguido durante la dictadura militar.

[ii] C.de France -  Les fondements pour une anthropologie filmique. Cuadernos de la FRC-Nanterre, Paris. 1970

[iii] El rodaje se realizó en etapas sucesivas y distanciadas unas de otras por períodos de meses, entre septiembre de 1989 y marzo de 1995.

[iv] Debemos destacar que no fueron muchos los representates de la Iglesia, en sus estamentos más importantes, los que alzaron su voz contra los horrendos crímenes cometidos durante la dictadura. Jaime de Nevares fue uno de los tres o cuatro obispos que denunciaron estos atropellos a la vida.

[v] Ver San Sebastián, P. Juan, 1997 y  Jaime de Nevares.  La verdad nos hará libres. La Crujía, Bs.As. 1992.

Buscar en esta seccion :