1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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1 CONGRESO INTERNCIONAL DE POBRES DE POBREZA

Organizado por: La Universidad Nacional de Quilmes y el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales. CONICET

Las jóvenes y el trabajo doméstico

Autora: Lic. Nora Goren*

*Sociologa. Becaria de Perfeccionamiento del CONICET con asiento en el CENEP Año: 1997

INTRODUCCION

El objetivo del trabajo es describir y analizar, la situación de las jóvenes en la organización del trabajo en la unidad doméstica.

Particular atención se prestará a las distintas modalidades que asume la misma en relación a la situación socioeconómica de sus familias de origen.

La ponencia presenta parte de los resultados de una investigación sobre "la ubicación de la mujer joven en el arreglo familiar de dos sectores sociales" desarrollada con Beca de Iniciación otorgada por el CONICET en abril de 1994.

Para este propósito se efectuaron 40 entrevistas a un conjunto de jóvenes seleccionadas intencionalmente en las que estuvieron representadas jóvenes pertenecientes a hogares de distintos "sectores de pobreza", aquellas que eran integrantes de familias que podrían ser incluidas en los a menudo denominados "pobres estructurales"1, según la clasificación usada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en sus estudios de pobreza y de aquellos sectores sociales que como consecuencia del proceso de empobrecimiento desencadenado desde mediados de los años setenta han ingresaron al universo de la pobreza2.

Se realizaron entrevistas semiestructuradas en profundidad a las jóvenes, donde se indagó sobre distintos aspectos referentes al trabajo doméstico: a) el tipo de trabajo o servicio producido, b) el carácter usual o coyuntural de los mismos y c) los aspectos referentes a la división sexual del trabajo (Torrado, 1982).

Las entrevistas se realizaron en un área urbana marginal.

Un barrio del Partido de José C. Paz3.

Buscamos asimismo en el análisis de la situación de las jóvenes en la división del trabajo en la unidad doméstica, profundizar en los cambios que están teniendo lugar en las relaciones entre mujeres jóvenes y hombres en el interior de las unidades domésticas, para lo cual buscamos identificar situaciones que den lugar a transformaciones, como sería la participación no esporádica de los varones en las distintas tareas domésticas -cocinar, limpiar, cuidar a los hijos y/o hermanos.

SITUACION DE LAS JOVENES EN LA DIVISION INTRAFAMILIAR EL TRABAJO DOMESTICO

Los hogares, espacios de residencia de la población, son el ámbito donde se toman una serie de decisiones referidas a quienes desempeñan las actividades laborales para el mantenimiento del grupo y como se dividen las responsabilidades domésticas. Es en su interior donde se presentan distintas formas en lo que respeta a la división intrafamiliar del trabajo doméstico y distintas formas en que se asumen las responsabilidades domésticas, todas ellas condicionadas por las disponibilidades existentes y por las distintas formas de relaciones de genero y generacionales4.

Entendemos por actividades domésticas a las tareas que se desarrollan al interior de la unidad, ligadas al mantenimiento de sus integrantes y a las tareas de socialización y cuidado de otros miembros de la familia (Jelin, 1980).

En el análisis, se tendrá en cuenta, como se señalara anteriormente, el sector social de pertenencia, el tipo de tarea o servicio que realizan, con quien comparten las tareas realizadas, el carácter habitual o cuyuntural de los mismos, así como aquellos aspectos referentes a la división sexual del trabajo.

Del análisis de las entrevistas se pudo detectar, que más allá del sector social de pertenencia, la ubicación de las jóvenes en la estructura de parentesco de sus hogares condicionaba las tareas desarrolladas por ellas al interior de la unidad doméstica. Así, debe tenerse en cuenta las diferencias entre jóvenes que se encuentran en distintos momentos de su ciclo de vida, ubicándose como hijas o madres al interior de la familia5.

Por lo tanto, para la presentación de nuestros hallazgos hemos dividido la población juvenil femenina en dos grandes grupos -hijas y madres- que tienen por objetivo identificar y profundizar en el reconocimiento y análisis de las distintas formas en que la joven se sitúa en trabajo doméstico.

Las jóvenes hijas Del análisis sistemático de las entrevistas en profundidad, pudimos detectar situaciones, que atravesando el espectro social analizado -jóvenes de "pobreza extrema" y de "nueva pobreza"-, condicionaban el accionar de las jóvenes al interior de la unidad doméstica. La dimensión que se observó como clave para comprender la situación de las jóvenes de ambos grupos sociales, en la división intrafamiliar del trabajo doméstico, fue la de las actividades desarrolladas en el mercado laboral por sus padres. Pudiéndose identificar las principales diferencias a partir de:

a) Aquellos casos en los cuales tanto la madre como el padre se hallaban desarrollando alguna actividad laboral fuera del hogar.

b) Aquellos casos donde sólo uno de los padres es el que desempeña una actividad en el mercado de trabajo.

a) Cuando ambos padres trabajan fuera de la unidad doméstica

Un aspecto común a este grupo de jóvenes, es que frente a la ausencia del padre y la madre de la unidad doméstica, las tareas que ellas desarrollan al interior de la misma, adquieren singular importancia, debiéndose encargar de las tareas "específicas"6 del hogar, estando estas signadas por una importante carga de "responsabilidad".

. Las tareas que desarrollan las jóvenes, más allá del sector social de pertenencia, está en algunos casos en función de la edad de los distintos miembros del hogar. Se pudo observar que en los casos en que la joven es una de las hijas mayores de la familia, la mayor responsabilidad recae sobre ellas en el desempeño de las tareas doméstica.

Marina, de 18 años, hija mayor de una familia compuesta por el padre, la madre y cuatro hermanos menores nos relata las actividades que desarrolla habitualmente. Dichas tareas son compartidas con su hermana:

"Me levanto a las 8 o 9 de la mañana, mi papá ya se fue a trabajar y mi mamá se esta yendo. Los chicos ya están levantados, los calzamos -con la hermana-, les lavamos la cara, después empezamos a limpiar la casa, la ordenamos y lavamos los platos. Anteriormente desayunamos, los chicos se van al patio y seguimos ordenando, lavamos la ropa, baldeamos, miramos a todo momento que los chicos no se golpeen porque son tremenedos. Bueno después a la hora de comer compramos y cocinamos -compran la comida por día-, después mi hermana lleva a los dos más grandes al colegio y yo lavo los platos y después seguimos toda la tarde lo mismo, cuidando los chicos, después nos bañamos, vamos a buscar a los chicos , merendamos algo y yo después me voy al curso de computación y cuando vuelvo vamos con mi hermana a comprar algo para cocinar y después cocinamos ella o yo, después viene mi madrastra a las 9 de la noche.

Tratamos que la comida no este lista hasta las 11 que llega mi papá porque no queremos que coma solo".

Frente a la presencia de hermanos varones de similar edad en la unidad doméstica se pudieron hallar dos patrones de comportamiento en la forma de compartir las tareas: 1) En tres de los casos analizados las jóvenes mujeres no son las únicas "responsables" de desempeñar las tareas domésticas, las mismas son compartidas con otro hermano varón de similar edad. Siendo interesante destacar que se pudo observar como las tareas realizadas por el hermano varón no eran las tareas consideradas menos "femeninas".

Como lo muestra el siguiente ejemplo:

"con mi hermano nos distribuimos todas las tareas, los dos cocinamos, los dos barremos, cuidamos a nuestros hermanos, lo que si a el no le gusta lavar así que lo hago yo"
"......por suerte hacemos las cosas entre los dos, el cocina mientras yo limpio, o el barre y yo cuido a mis hermanitos, así siempre".

2) Diferentes son dos de los casos analizados, en los cuales las entrevistadas a pesar de tener hermanos varones de similar edad no cuentan con ellos para el desempeño de las tareas domésticas. En los casos en los cuales ellos participan lo hacen en carácter de "colaboradores". Carmen, de 20 años, vive con su papá, su mamá y dos hermanos de 17 y 8 años y nos cuenta:

"Nosotros somos tres hermanos, mis viejos los dos se van de casa muy temprano, así que yo me levanto y mi ocupo de mi hermano, el más chiquito -8 años-. .....Mi otro hermano tiene quince años, el no hace nada si le pedis algo te contesta mal. Aunque a veces es diferente, si se levanta bien me ayuda y hacemos las cosas juntos. Si las hacemos los dos es rápido y me queda más tiempo libre para hacer otras cosas y si no igual me arreglo. El nene más chiquito es bastante tranquilo por suerte, así que no me da tanto trabajo".

Las tareas que ellas realizan al interior de la unidad domésticas son claves en la división del trabajo en estas familias, dado que sus padres, por estar todo el día fuera de la unidad, necesitan de su trabajo para el desempeño de las tareas de reproducción cotidianas que hacen al mantenimiento del hogar y de sus miembros.

En esta dirección, pudimos detectar en el análisis de las entrevistas a estas jóvenes, una importante fuente de conflicto que trae aparejada esta asunción de responsabilidades. La misma está basada en el cuestionamiento por parte de las jóvenes a la responsabilidad que sus familias les asignan al interior de la unidad doméstica.

En este aspecto, a diferencia de los hasta ahora analizados, sí se presentaron diferencias sustanciales de acuerdo al sector social de pertenencia de las jóvenes:

Entre las jóvenes que proceden de sectores sociales medios, esta situación está acompañada de un doble proceso, por un lado la "aceptan", esperando que esta asunción de responsabilidades sea transitoria, aunque están dispuestas -resignadas- a asumirlas mientras "sea necesario". Esta situación, la visualizan como la forma de ayudar a sus padres. Por el otro lado, ponen en cuestión su posición al interior del hogar, cuestionan la asunción temprana de responsabilidades que el cambio de situación socioeconómica les ha impuesto. En algunos casos las expresiones de las jóvenes son más que elocuentes:

"Yo tengo 17 años, soy joven todavía, yo no debería tener que cuidar a mis hermanos yo tendría que salir con mis amigos, mi hermana, pero no esto, pero igual me la banco es la forma que tengo de ayudar".

"Yo ayudo a mis viejos pero yo quisiera hacer algo de acuerdo a la edad que tengo, así a mi ya no me quedan ganas de tener hijos....imagínate si a los 18 años me hago cargo yo de mi casa, ya no tengo ganas de hacer mi familia.......a veces me quedo pensando que esta mal lo que te digo porque ellos necesitan que yo los ayude pero que te puedo decir"

Por su parte entre las jóvenes de orígenes sociales carenciados, esta asunción de responsabilidades, potencia una situación preexistente asociada a la historia de los sectores de pobreza estructural. No obstante, el relato de las jóvenes nos estaría indicando -a diferencia de lo que sucede entre las jóvenes que proceden de los sectores medios bajos que cuestionan su asunción temprana de responsabilidades-, que este grupo de jóvenes cuestiona el no reconocimiento7 por parte de sus padres de la tarea desarrollada. Lo cual nos estaría mostrando como esa "naturalidad" implícita en el desarrollo de las tareas domésticas pasa a un plano de cuestionamiento. Las jóvenes de este grupo consideran la actividad que desarrollan al interior de la unidad doméstica como un trabajo que no es reconocido como tal por sus mayores. El relato de Claudia es un claro ejemplo del mismo:

"Yo me ocupo de la casa, siempre supe que era mi tarea porque soy la única que lo puede hacer, entonces es como mi trabajo hacer eso, no me molesta hacerlo, lo que sí me molesta es que no se queden conforme con lo que hago, siempre me dicen que no hice lo que debía hacer o que lo que hice estaba mal.....yo creo que ellos no saben que a mi me lleva tiempo hacer las cosas de la casa"

Otro punto importante es que las situaciones antes señaladas, les confiere a las jóvenes un espacio de poder relativamente importante en el sentido que son ellas las que deben tomar las decisiones que atañen a la unidad doméstica en ausencia de los padres, teniendo poder de decisión en lo referente a la organización cotidiana del hogar. En este contexto aparece la dimensión "orgullo" presente en las entrevistas.

" Soy como la dueña de casa, mi mamá no está en todo el día o sea ellos - sus cuatro hermanitos- son como mis hijos, yo los crío, yo les doy de comer".

"En casa se hace lo que yo digo, yo hago y deshago lo que me parece".

b) Cuando uno de los padres trabaja fuera de la unidad doméstica

b.1) Cuando el que sale es el padre

Cuando en el seno de la unidad doméstica es el padre quien desempeña una actividad económica en el mercado laboral -en su mayoría son trabajos precarios-, la madre que permanece en el hogar es la responsable de las tareas domésticas. Las jóvenes de este grupo, sin distinción del sector social de procedencia, realizan sus actividades en carácter de "ayuda" a su madre.

En estos casos se reproduce el patrón tradicional, que asigna a la mujer, en este caso a la madre ayudada por una hija, la responsabilidad del trabajo doméstico cuando es el hombre el que realiza una actividad remunerada.

"En casa las cosas las hace mi mamá, a mi me da fiaca, la ayudo lo más que puedo, hay días que compartimos todo lo que hay que hacer y otros día que no, que estoy haragana. A veces mis hermanitos también ayudan".

"Yo soy la que más ayudo en casa a mi mamá a cocinar, limpiar, pero muchas veces ella me regaña porque no quiero hacer nada y me la paso tirada".

En este caso la carga de la "responsabilidad" doméstica de las jóvenes es mucho menor que en el caso anterior, dado que las actividades que ellas realizan responde a demandas puntuales de ayuda. No ocupan, como en el grupo anterior, un lugar clave en la reproducción cotidiana de su familia.

No obstante de ser un solo caso que se halló, en el cual es la hija, en presencia de la madre, la que se responsabiliza de las tareas domésticas, resulta interesante la presentación del mismo. La adolescente, de 15 años, perteneciente a una familia de extrema pobreza es "explotada" por su familia de origen, debiéndose ella hacer cargo de todas las tareas del hogar.

"Me levanto conmunmente a las 8 de la mañana, desayuno con mis padres, después cocino, mientras hiervo las cosas ya tengo a mis hermanos listos para que se vayan a la escuela, después sirvo la comida, después lavo los platos, me siento con mamá a tomar mate, me baño y me voy al curso de computación y cuando vuelvo tomamos mate ya que no cenamos......Mi mamá me ayuda a mí. Ella no trabaja fuera de casa porque mi papá quiere que se quede en casa, pero me manda a mi a hacer las cosas......Mis hermanos ayudan poco -10, 9, 6 y 5 años- pero mi mamá a ellos no les regaña".

b.2) Cuando es la madre la que sale al mercado

Dentro de este grupo de casos podemos distinguir dos subgrupos, aquellos casos en los cuales: a) el padre permanece en la unidad doméstica y b) los casos en los que el padre está ausente.

a) Cuando el padre permanece en la unidad doméstica

En los casos en los cuales son las madres las que realizan tareas fuera del hogar que les reportan un ingreso al grupo familiar y el padre permanece en la unidad doméstica8 son las jóvenes, sin distinción de sector social de origen, las que realizan las tareas domésticas.

Se presentan diferencias en la carga de las tareas que realizan las jóvenes al interior de la unidad doméstica, entre aquellos casos en los cuales las tareas son compartidas con el padre y algún otro integrante del hogar y aquellos casos en los cuales van a ser ellas las que asuman por completo el quehacer de las mismas.

En el primer caso, la carga de "responsabilidad" es mucho menor dado que la actividad es compartida con otros miembros del hogar. No obstante los casos analizados se acercan bastante a la división tradicional de tareas entre hombres y mujeres.

"Con mi papá y mi hermano más grande nos encargamos de las cosas de la casa porque mi mamá no está en todo el día....Mi papá casi siempre se ocupa de barrer y llevar a mi hermano más chico al colegio y yo de cocinar y lavar......Mucho no me gusta hacer eso pero ahora que mi mamá no está quien va a hacerlo..... Si mi viejo un par de veces cocinó pero a él no le gusta".

Por su parte en los casos en que las jóvenes se hacen cargo por completo de las tareas domésticas, la misma adopta características similares a las señaladas en los casos en que ambos padres desarrollan actividades en el mercado de trabajo. En estos casos se reproduce por completo el patrón tradicional respecto a la división de tareas femeninas y masculinas.

"Si desde que mi viejo se quedó sin laburo y mi mamá es la que trabaja, yo me hago cargo de las cosas de la casa, lavo, limpio, cocino, plancho, salgo a comprar mercadería....Mi viejo hace lo que a el le gusta, arregla alguna radio que este rota, a veces corta el pasto o va a lo de los amigos....Si es muy raro que haga algo de la casa, es de esos que piensan que la casa es para la mujer" El conflicto que esta situación trae aparejada, proviene de la visión que las jóvenes tienen de este cambio de los roles tradicionales, en los cuales el padre permanece en el hogar y la madre sale al mercado de trabajo. Apareciendo la dimensión de la "responsabilidad no asumida".

"Me molesta que mi papá esté sin hacer nada para que tengamos algo de plata y trabaje mi mamá nada más, mi mamá tiene que tomar un remedio siempre y no lo podía comprar por eso de que no alcanzaba la plata, y mi papá no busca trabajo, salvo cuando consigue alguna changuita por ahí, pero nada más".

"Yo entiendo que a mi viejo lo despidieron, salió un tiempo a buscar trabajo pero ahora se queda todo el día en casa, escuchando música, con amigos, a veces arregla algo si hace falta y así. Yo soy la que hago las cosas".

b) Frente a la ausencia del padre en la unidad doméstica

. En estos casos se presenta la ausencia del padre, en los cuales las jóvenes se hallan viviendo con su madres y sus hermanos y en algún caso con algún otro familiar.

En las situaciones analizadas, este tipo de familias fueron el producto de separaciones, el hombre hizo abandono del hogar y no realiza ningún tipo de aporte monetario, siendo la madre el principal sostén del hogar.

En estos casos, las jóvenes se hacen cargo del desarrollo de las tareas domésticas que son compartidas con los demás integrantes del hogar, pudiéndose ser estos hermanos o parientes. Lo que nos dice Irene es ilustrativo al respecto:

"mi papá, no existe, desde que se fue no nos alcanza ni para comer, mi mamá trabaja en una casa dos veces por semana.....Cuando ella sale yo me quedo con mi hermanita - de 3 años- y trato de ayudarla lo que puedo, limpio, lavo, voy a buscar la leche del plan-Vida..."

"........ Yo me encargo de la casa junto con mi tía que vive con nosotros... Cuando mi hermano no esta trabajando hacemos las cosas de la casa juntos, el no tiene drama de nada, limpia, cocina.....Los dos más chiquitos dan bastante trabajo, pero entre todos nos ayudamos".

En este tipo de familias se pudo observar, lazos de solidaridad diferentes a los que presentan los casos antes presentados, basados en una fuerte unión entre sus integrantes producto de haber atravesado por una situación que requirió de una redefinición de las relaciones familiares.

"Cuando mi viejo nos abandono tuvimos que tirar todos juntos, es duro pero así es más fácil. Así que mi hermano y yo -ella tiene 15 y el hermano 13- la ayudamos a mi mamá en lo que podemos, yo la ayudo en la casa y mi hermano ahora esta haciendo una changuita con mi tío, colocando unos papeles".

LAS JOVENES MADRES

Este grupo esta compuesto por mujeres jóvenes que han formado su familia de procreación y viven con sus "parejas" e hijo/os.

Las jóvenes entrevistadas no llevan más de seis años viviendo con sus respectivos cónyuges. Las mismas, han atravesado por una transición decisiva en sus vidas: han pasado de ser hijas a ser madres y compañeras, han debido asumir una serie de roles como es el de ser "compañera", madre y "ama de casa", aunque esta última no es una tarea desconocida por la mayoría de las jóvenes de estos sectores sociales como fuera expuesto anteriormente. Por la etapa del ciclo de vida por el que se hallan, el tiempo que demanda el cuidado de sus hijos es importante.

Entre las jóvenes de pobreza extrema, la mayoría de las uniones, fueron realizadas como consecuencia de un embarazo no previsto. No obstante, coinciden, en señalar, en varios casos, la existencia de un proyecto previo con el padre de su hijo/os de vivir juntos en "algún momento". Se hallo un solo caso en el cual la pareja se fue a vivir junta un año antes de tener su primer hijo.

Por su parte entre las jóvenes que provienen de sectores sociales medios, en su mayoría previamente se han unido con sus parejas y luego han tenido hijos. No obstante en los casos analizados el período que medió entre la unión de las jóvenes con sus respectivas parejas y el nacimiento de su primer hijo no superó los dos años.

Del análisis de las entrevistas se detectó que atravesando el sector social de procedencia, la principal dimensión que influye en la forma que adopta la distribución de las tareas domésticas, es el lugar de residencia de la pareja, presentándose las principales diferencias entre:

a) Aquellas que se han establecido en un hogar separado al unirse y

b) Aquellas que han permanecido en el seno de su familia de origen o en la de su pareja.

a) Las que se han establecido en un hogar separado

Este grupo esta formado por mujeres jóvenes que se establecieron en un hogar separado al casarse o unirse, lo cual significa asumir una serie de cambios en lo que hace a la actividad doméstica, a las responsabilidades económicas y al aprendizaje del uso del ingreso, entre otros aspectos.

En esta dirección, se pudo observar que, sin presentar diferencias según el origen social de la jóvenes, hay dos grupos: a) el de las jóvenes que comparten la "responsabilidad económica" y "las responsabilidades domésticas" con sus respectivas parejas, b) otro grupo de jóvenes que considera que el responsable de la manutención de la unidad domética es el hombre para que ellas puedan dedicarse a las tareas del hogar.

La pregunta que nosotros trataremos de responder es cómo se distribuyen las tareas domésticas en la práctica cotidiana las parejas jóvenes y si efectivamente se puede visualizar algún tipo de cambio respecto a la división tradicional de roles.

Del análisis de las entrevistas surge que la división de las tareas domésticas están condicionada por la carga laboral de cada uno de los cónyuges, más allá de los deseos implícitos en los discursos de las jóvenes acerca de como desearían que fuera la misma.

En los casos en los cuales ambos salen al mercado de trabajo, la distribución de las tareas que hacen al cuidado de los hijos y demás tareas domésticas, adquiere formas diferentes según sea la carga laboral de cada uno de los cónyuges.

Cuando ambos realizan actividades esporádicas9 en el mercado de trabajo, las parejas se distribuyen las tareas del hogar de acuerdo a los trabajos que "vayan surgiendo".

Se desprende del discurso de estas jóvenes cómo estas parejas han incorporado como práctica cotidiana el compartir las tareas "doméstica" independientemente de estar realizando o no alguna actividad en el mercado. Estas jóvenes, que comparten, con sus parejas, las responsabilidades económicas y domésticas, presentan un fuerte grado de conformidad frente a esta situación.

"Con mi marido compartimos el cuidado de los chicos, el le cambia los pañales igual que yo o le da la mamadera, cuando yo salgo a trabajar, cuando tengo trabajo -ahora trabajo tres tardes por semana-, los chicos se quedan con él, no hay problema, nosotros hablamos todo o si justo ese día los dos salimos a trabajar mi mamá nos ayuda y con las cosas de la casa es igual, si yo cocino el limpia.....Siempre fue así".

Diferente son dos de los casos analizados en los cuales es el hombre el que está todo el día fuera de la casa y ellas atienden un pequeño comercio que funciona en una habitación de sus vivienda, lo cual les permite articular el trabajo comercial y el trabajo doméstico.

Estas jóvenes manifiestan que cuando sus maridos se hallan en las casas "colaboran" con la crianza de los chicos y en algunos casos se "hacen cargo" de alguna tarea del hogar.

" Mi marido no esta en todo el día, se va a la mañana y vuelve a la noche. Yo me arreglo bien con la casa y el negocio porque cuando alguien necesita algo me toca el timbre, mientras tanto hago las cosas de la casa y estoy con los chicos. Los fines de semana si el no trabaja me ayuda con el negocio y los chicos".

Por su parte en los casos en los cuales sale uno solo de los dos integrantes de la pareja al mercado laboral debe distinguirse: 1) cuando es la mujer y 2) cuando es el hombre.

1) Frente a la imposibilidad de conseguir trabajo por parte del hombre, es ella la única que genera los ingresos para la unidad familiar, y es su compañero el que debe hacerse cargo de las tareas domésticas en su ausencia. Frente a esta situación se hallaron dos casos en los cuales las jóvenes se manifestaron conformes frente a esta situación, mientras otras tres manifestaron que ellas preferirían quedarse en sus casas y ocuparse de las tareas domésticas.

"Cuando yo salgo a trabajar -tres o dos veces a la semana, porque no hay más trabajo que ese, el se queda con los chicos, los cuida, les hace algo de comer, y después hacemos entre los dos el resto de las tareas yo casi siempre soy la que lavo, plancho, trapeo y el se queda mientras tanto con los chicos".

"A decir verdad yo estoy trabajando porque no nos queda otra pero yo preferiría quedarme en casa, no es lo mismo, cuando yo estoy en casa, me ocupo yo y el me ayuda. Yo estoy más tranquila si los chicos están conmigo y yo me encargo de todo"

2) En los casos, en que es el hombre, el que sale al mercado laboral y la mujer debe hacerse cargo de las tareas domésticas, se pudieron observar dos situaciones: a) en una las jóvenes se hacía cargo de las tareas domésticas en ausencia y en presencia del marido, reproduciéndose la división tradicional de roles sexuales y b) en otros casos si bien ellas se hacía cargo de las distintas tareas del hogar en ausencia del marido, las mismas no las consideraban como tareas que debieran ser realizadas exclusivamente por ellas.

" El sale a trabajar y yo me hago cargo de los chicos y de la casa .Cuando el está en casa igual yo me ocupo de todo.

El hombre es el que tiene que trabajar y traer la plata y la mujer ocuparse de la casa, por lo menos yo creo que las cosas así están bien. El aveces los fines de semana arregla algunas cositas"

"El que sale a trabajar afuera es mi compañero, porque por ahora los chicos son chiquitos y además yo no consigo nada. Cuando el no esta yo me ocupo de todo, me parece lo mejor, pero cuando el está en casa, lo hacemos juntos, aunque aveces me cuesta convencerlo. Yo no pienso quedarme siempre haciendo lo mismo que hacía mi vieja. Las cosas cambiaron, lo bueno es que el también piensa eso"

b) Las que viven con sus familias

Este grupo esta formado por jóvenes que frente a la imposibilidad de acceder a un unidad habitacional separada a la de sus familias de origen, permanecen en el hogar de su familia de procreación o se integraron a la de sus maridos.

El no haber podido establecerse en una unidad habitacional separada es una importante fuente de conflicto y de frustración. Se pudo observar como el patrón residencial potencia la división tradicional de roles, todas las jóvenes de este grupo manifiestan compartir con madres y/o suegras las tareas domésticas y que son los hombres los responsables de realizar los aportes económicos.

"Yo con mi vieja me llevo bien, las dos tomamos mate a la mañana, después limpiamos y cocinamos..... Yo me encargo de los chicos con mi suegra, mi marido trabaja en la construcción y cuando está sin trabajo nos arreglamos, yo voy todos los días a retirar la leche -del plan vida- pero ir a trabajar no quiero prefiero quedarme con los chicos, que el salga a trabajar. El con los nenes se lleva bien, pero dice que no los entiende, alguna vez ayuda, pero es muy raro".

Algunas diferencias presentan dos de los casos en los cuales las jóvenes no se resignan a esta situación y manifiestan un fuerte deseo de poder modificarla. Se desprende de sus discursos que ellas no se resignan a la imposibilidad de acceder a un espacio propio y poder construir "su propia familia". Por su parte este grupo de mujeres presenta un fuerte cuestionamiento a quedarse recluidas a realizar las tareas domésticas.

"Cuando nos casamos pensé que íbamos a vivir con mis suegros poco tiempo, yo trabajaba en una casa y mi marido no me dejo seguir trabajando. El cambio mucho ahora que estamos aquí. Yo apenas crezca un poco más la nena voy a salir a trabajar no me importa lo que el quiera, yo se que si no nos vamos de lo de mis suegros nos vamos a separar, ya aquí estoy bien, pero no lo aguanto más. "

Reflexiones finales

La división sexual del trabajo en la familia encuentra sus raíces en la diferenciación de tareas que siempre existió entre las categorías de género en las distintas formas de organización social. La naturaleza de la división sexual del trabajo ha variado históricamente en los distintos tipos de sociedad, la cual se hizo más marcada a partir del desarrollo de la economía capitalista.

Investigaciones nacionales y de otros países dan cuenta en los últimos años de algunos cambios en los patrones de comportamiento femeninos y masculinos al interior de la unidad doméstica.

Del análisis de las entrevistas en profundidad, a un grupo de mujeres jóvenes pertenecientes a familias de distintos sectores de pobreza, en relación a la ubicación de las mismas en la división del trabajo al interior de la unidad doméstica, nos permitió observar diferentes situaciones.

Hemos podido ubicar patrones, que cruzan el espectro social analizado, en relación a las tareas desarrolladas por las jóvenes al interior de la unidad doméstica. Los mismos, estaban condicionados por la ubicación de las jóvenes en la estructura de parentesco de sus hogares.

Debiendo tenerse en cuenta las diferencias entre las jóvenes que se encuentran en distintos momentos de su ciclo de vida, ubicándose como hijas o madres al interior de sus familias.

Entre las jóvenes que se ubican en la estructura de parentesco en tanto hijas se pudo observar que, sin distinción del sector social de pertenencia su ubicación en la división intrafamiliar del trabajo doméstico, estaba condicionada por las actividades desarrolladas en el mercado laboral por sus padres.

Por su parte entre las jóvenes que se sitúan en el hogar en tanto madres, se pudo observar, sin distinción de sector social, que la dimensión que influye en la forma que adopta la distribución de tareas domésticas, es el lugar de residencia de la pareja, presetandose las principales diferencias entre a) aquellas que se han establecido en un hogar separada al unirse y b) aquellas que han permanecido en el seno de su familia de origen o en la de su pareja.

En relación a la distribución del trabajo doméstico, se pudo visualizar en algunos casos algunos indicios de cambio respecto a la división tradicional de roles, en los que la pareja comparte, la "responsabilidad económica" y la "responsabilidad doméstica", mientras que en otros casos se mantiene la división tradicional de roles.

Un último aspecto que nos interesa señalar, es que encontramos en algunos casos un patrón más igualitario de ayuda doméstica entre hijas mujeres e hijos varones. Se detectó que algunas jóvenes, demandaban por relaciones más igualitarias en la distribución de las tareas domésticas a los miembros masculinos de la unidad doméstica.

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NOTAS

1 Utilizaremos de manera indistinta los términos "pobres estructurales" y "sectores de orígenes carenciados" para referirnos a este grupo.

2 Para referirnos a este grupo lo haremos de manera indistinta con los términos "nuevos pobres" y como proveniente de los "sectores medios bajos".

3 Si bien el barrio seleccionado, aparentemente respondía a las características de un barrio de "pobreza estructural", la primera característica que encontramos como peculiar, fue detectar, la coexistencia en ese mismo espacio geográfico, de ambos grupos de pobreza, motivo por el cual decidimos realizar la totalidad del trabajo de campo en el mismo barrio

4 Para un mayor desarrollo de esta temática, ver Jelin, 1995 y Oliveira, 1994.

5 Sin desconocer la diferencias entre el término familia y unidad doméstica, usaremos los términos de forma indistinta.

6 Por tareas específicas se entiende a aquellas que se realizan en forma rutinaria al interior de la unidad.

7 Por no reconocimiento se entiende a la no valoración de la tarea que ellas desempeñan.

8 En los casos analizados los padres que no se encuentran en el mercado laboral es por hallarse desocupados, presentándose además dos casos de invalidez producto de accidentes laborales.

9 Es de destacar que en los casos analizados se hallaron pocos casos en que las jóvenes logren insertarse en el mercado laboral en alguna ocupación estable, siendo lo más frecuente la realización de trabajos temporales y las "changuitas".

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