1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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Universidad Nacional de Quilmes Centro de Estudios e Investigaciones Laborales- CONICET

PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL:
POBRES Y POBREZA EN LA SOCIEDAD ARGENTINA

Ponencia:

LA PRODUCCION DE LA POBREZA:
REFORMA DEL ESTADO Y CONCENTRACION ECONÓMICA

Autores:

CARDELLO, Mabel N.;
CORTESE, Carmelo;
LLANO, María del C.;
y equipo de investigación.

Carrera de Sociología
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Universidad Nacional de Cuyo
Mendoza, setiembre de 1997

1. Riqueza y pobreza en Mendoza

La existencia de la pobreza no es discutible en nuestro país ni en Mendoza. Sí aspectos metodológicos para determinar su magnitud, aunque el debate fundamental se da sobre su naturaleza y origen. ¨Debe actuarse sobre los pobres mediante políticas sociales? ¨O sobre el proceso de producción de la pobreza mediante políticas económicas globales?

1.1. Trabajo: empleo y desempleo en Mendoza

Las tasas de actividad, empleo y desempleo se constituyen, desde nuestra perspectiva, en centrales, dado el carácter fundante del trabajo en las relaciones sociales de producción y apropiación del excedente económico; en su determinación sobre la trama vincular social que se expresa en la vida cotidiana como condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo y del capital (acceso al consumo de bienes y servicios). Incluso cuando la crisis es profunda, como ocurre actualmente, impacta en el psiquismo de las personas (Petri. 1995: 10).

El análisis de las tasas de actividad, empleo, desempleo y subempleo desde 1974 hasta la última medición de la EPH (mayo 1997) para el Gran Mendoza arroja importantes conclusiones. La tasa de actividad oscila entre un valor mínimo de 35% en abril de 1985 y valores máximos que fluctúan en el 40% en abril 1975, abril 1976, octubre 1992 y el período octubre 1978/abril 80. La tasa de empleo alcanza su valor máximo en abril de 1980 con 40,2% y los valores mínimos en abril 1985 (33,7%), abril 1987 (34,7%), mayo 1995 (34,8%), octubre 1985 y mayo 1997 (34,9%). La serie histórica indica para abril 1974 y mayo 97 respectivamente: 38,1 y 37,8 para la actividad; 36,2 y 34,9 para el empleo. Las cifras permiten contrastar los discursos con una realidad palpable: en poco más de 20 años ni siquiera existe tendencia al estancamiento sino declinación en ambas tasas.

La tasa de desempleo tiene un valor mínimo de 1,4% en abril 1980 y uno máximo de 7,9% en mayo 1997. La tasa de subempleo muestra un crecimiento espectacular de valores promedio 6% en 1974/75 a valores superiores al 15% en 1996/97. Las tendencias, en este caso contrarias a las anteriores, son de nítido crecimiento de la población afectada por problemas laborales.

Es importante señalar el número de personas afectadas por el comportamiento de las tasas. El Cuadro N§ 1 presenta los valores absolutos de las personas activas, ocupadas, desocupadas y subocupadas, a partir de tasas promedio anuales y proyectadas a la población de toda la provincia.

Las cifras son válidas por conservadoras, ya que el porcentaje de personas con problemas laborales tiende a crecer fuera del Gran Mendoza.

Puede observarse nítidamente, para el período en estudio, el crecimiento de la población afectada con problemas de trabajo (202%) en una proporción mucho mayor que el incremento de la población total (42%) y la población económicamente activa (40%) y que el logrado por las personas con empleo (36%).

CUADRO N§ 1:
EVOLUCION DE LA POBLACION ACTIVA, OCUPADA Y CON PROBLEMAS LABORALES

Nota: Promedios anuales de tasas del Gran Mendoza expandidas a la población total. La población con problemas laborales equivale a desocupados más subocupados.

(*) Mayo 1997 Fuente: Elaboración propia sobre datos INDEC y EPH (DEIE).

La disminución de personas con problemas laborales en mayo de 1997 se explica por la disminución en la población activa y ocupada. Más de 130.000 personas de la PEA con problemas laborales constituyen una cifra absoluta que supera en mucho inclusive los peores momentos de los últimos doce años (96.000 personas en 1990). Dadas las discusiones acerca de la verdadera magnitud de la pobreza en la provincia (y en el país), estas cifras disipan cualquier duda, ya que es ilógico suponer que estos niveles de desempleo originen mejoras en la calidad de vida de las personas.

El tema laboral se ubica entonces como explicativo de la creciente pobreza, como así también de la desigualdad en la distribución del ingreso, y sobre él volveremos más adelante en la sección dedicada a la interpretación de la problemática.

1.2. Distribución del ingreso

El ingreso per cápita familiar aparece como el indicador disponible más apropiado para un análisis comparativo de la situación de los hogares de Mendoza. Permite aproximarse a las condiciones de cada familia a partir del ingreso para cada miembro. En contraste, el ingreso total familiar oculta las diferencias al ubicar los hogares en un mismo decil aunque tengan tamaños absolutamente dispares.

I. Ingreso medio per cápita familiar por estrato: La población se dividió en estratos conformados por quintiles (20% de los hogares en cada uno). Los ingresos (promedio para cada estrato) se actualizaron a pesos de setiembre 1996 para las ondas de octubre de los años 1985, 1989, 1991 y 1996. Los años seleccionados son representativos de los ciclos y coyunturas económicas vividas en el país (plan Austral, hiperinflación, convertibilidad y momento actual).

GRAFICO N§ 1: INGRESO MEDIO PER CAPITA FAMILIAR POR ESTRATOS Ondas octubre 1985 - 1989 - 1991 - 1996 del Gran Mendoza(en pesos setiembre 1996)

Fuente: Elaboración propia sobre datos EPH (DEIE- Mza).

El gráfico N§ 1 muestra claramente la disminución en los ingresos de los tres estratos más bajos (60% de los hogares) y el incremento de los dos más altos al comparar los extremos 1985-1996. Es importante destacar que la medición de 1996 debiera reflejar el impacto de la recuperación económica, sin embargo ningún estrato mejora su ingreso respecto a 1991. Se impone entonces una primer pregunta: ¨dónde fueron a parar los éxitos del plan de estabilización y crecimiento? Incluso las diferencias de ingreso en cualquier estrato, comparadas contra cualquier año no son significativas en términos de cambio cualitativo de nivel de vida; parecen más bien reflejar un estancamiento general y un empeoramiento particularizado para algunos sectores. Sí impactan las diferencias entre estratos: el V tiene un ingreso diez veces superior al I.

II. Comparaciones entre estratos: Se dividió a la población en cuatro estratos: I (deciles 1 a 3, 30% de los hogares), II (deciles 4 a 6, 30%), III (deciles 7 a 9, 30%) y IV (decil 10, 10%). Permite apreciar el "despegue" del 10% más alto. Se ha incorporado el año 1993 a la serie temporal.

Los gráficos 2 a 5 presentan para cada estrato el tamaño medio del hogar, el porcentaje de población correspondiente y el porcentaje de participación en el ingreso total, para cada año. Dada la composición de los hogares (familias más numerosas en los estratos bajos, familias más pequeñas en los estratos altos) el 30% de los hogares más pobres siempre representa más del 35% de la población, mientras el 10% de los hogares más ricos no supera nunca el 8%.

Tomando el año 1996 al pasar del estrato I al IV se reduce el tamaño medio de los hogares de 4,9 a 2,6; disminuye el porcentaje de población en cada estrato de 38,6% a 6,9% y se incrementa notoriamente la participación en el ingreso de 13% a 25,7%.

La dimensión temporal permite ver entre 1985 y 1996 el incremento de personas afectados por la regresiva distribución del ingreso, mientras se reduce la cantidad de personas beneficiadas; proceso graficado en la ya popular expresión más pobres cada vez más pobres y menos ricos cada vez más ricos.

III. Poder adquisitivo de los ingresos: Existe un gran debate sobre los criterios para fijar las líneas de pobreza. Se suele trabajar con el criterio de pobres respecto a una determinada línea de ingresos necesaria para satisfacer ciertas necesidades. Una línea aún inferior indicaría la categoría de indigentes. La combinación de N.B.I. y línea de ingresos arroja las categorías de pobres crónicos, nuevos pobres y pobres inerciales.

Hemos preferido realizar una comparación entre los ingresos de las familias y ciertas líneas referidas a diversas canastas sin entrar a polemizar sobre la declaración real de los ingresos, sobre el ingreso necesario para no ser pobre o sobre las diversas categorías de pobres.

Simplemente creemos que los investigadores deben preguntarse: ¨desde dónde se sobre o subvalora la pobreza?; ¨cómo medir la real angustia cotidiana de experimentar necesidades no satisfechas? El gráfico N§ 6 indica la magnitud de hogares y personas, siempre aproximada, que alcanzan a cubrir un ingreso que opera como referencia. Se trabajó con el ingreso per cápita familiar de octubre 1996, y con el total de hogares divididos en quintiles. Las líneas de referencia han sido ingresos per cápita equivalentes en forma aproximada al valor de diversas canastas: las dos GRAFICOS N§ 2, 3, 4, 5: TAMAÑO MEDIO DEL HOGAR, PORCENTAJE DE PERSONAS Y PARTICIPACION EN EL INGRESO PER CAPITA FAMILIAR, SEGUN ESTRATOS.

Ondas Octubre 1985-1989-1991-1993-1996 del Gran Mendoza

Fuente: Elaboración propia sobre datos EPH (DEIE-Mza.).

primeras confeccionadas por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza: una básica de alimentos ($75) y otra básica de bienes y servicios ($150).

La siguiente toma como referencia la canasta mínima de subsistencia calculada por FIDE en $1000 por familia ($250 per cápita). La última es la canasta familiar para familia tipo calculada por el INDEC en $1580 ($395 per cápita).

GRAFICO N§ 6: COMPARACION DEL INGRESO PER CAPITA FAMILIAR POR ESTRATOS CON CANASTAS Octubre 1996 Gran Mendoza

Fuente: Elaboración propia sobre datos EPH (DEIE-Mza.).

Se observa que el 20% de los hogares (más del 26% de la población del Gran Mendoza, alrededor de 220.000 personas), con $61 promedio per cápita, no cubren el ingreso per cápita equivalente a una canasta básica de alimentos. El estrato siguiente (alrededor de 180.000 personas) cubren un mínimo de $75 per cápita, pero con su promedio de $122 no llegan al ingreso equivalente a una canasta de bienes y servicios. El 20% de los hogares siguientes (un 18% de la población) promedia los $190 sin alcanzar la línea de los $250. El siguiente tramo de hogares (un 17% de la población, aproximadamente 150.000 personas) tiene un ingreso promedio per cápita de $305: supera todos los límites anteriores, pero no cubre una canasta familiar tipo. Sólo el 20% superior de los hogares (que representa un 15% de la población, alrededor de 125.000 personas) cubre holgadamente todas sus necesidades, duplicando en su ingreso promedio al estrato anterior y concentrando un 41,7% del total de los ingresos.

Cabe la pregunta: ¨cómo calificar las condiciones de los hogares que viven con menos de $150 mensuales por persona? Estos constituyen más del 40% de los hogares del Gran Mendoza y superan la mitad de la población.

IV. Población ocupada e ingresos: A partir de los datos disponibles de la E.P.H., demostrativos de la magnitud de la pobreza y de la persistencia de la misma, y a pesar del "crecimiento económico", puede ahondarse en el análisis de la relación ocupación-pobreza. O sea vincular el fenómeno de la pobreza al proceso de abaratamiento de la fuerza de trabajo logrado vía desocupación-precarización.

El gráfico N§ 7 presenta la distribución del ingreso según la escala de ingresos de la ocupación principal, confeccionado sobre datos de la onda octubre 1996 de la EPH. El tabulado usado registra la población ocupada con ingresos sin discriminación de categorías ocupacionales: obreros, cuentapropistas, patrones.

GRAFICO N§ 7: POBLACION SEGUN INGRESOS DE LA OCUPACION PRINCIPAL Gran Mendoza Octubre 1996

Fuente: Elaboración propia sobre datos EPH (DEIE-Mza.).

El primer estrato recibe un ingreso medio de $173, que representa solo el 14,4% del total de los ingresos. El estrato siguiente, con un ingreso promedio de $397 totaliza el 24,9%. Ambos suman el 70% de la población ocupada (en su mayoría trabajadores asalariados y cuentapropistas) y perciben en su ocupación principal ingresos de hasta $500.

El ingreso medio de todo el tramo es de $269.

El 20% siguiente percibe el 28,6% del ingreso total, promediando $683. Este estrato representaría una suerte de sector intermedio entre el 70% anterior, que refleja el gran deterioro de los trabajadores, y el 10% más alto. En la vida cotidiana se produce el "enfrentamiento" entre estos dos sectores aislando al sector más alto de estas contingencias.

El estrato superior percibe casi el 32% del ingreso total con un promedio de $1518 (en la escala es el decil con más de $ 1000). En el Gran Mendoza representan alrededor de 30.000 personas ocupadas y se corresponden en la medición del ingreso per cápita familiar con el 10% de hogares que totalizaban un 7% de la población total, aproximadamente 60.000 personas. En realidad no constituyen los verdaderos dueños de la economía de la provincia. Dado el sistema de medición son empleados superiores, funcionarios, que administran y gerencian el funcionamiento general político y económico.

1.3. Ante una realidad incontrastable -incluso admitida oficialmente- de creciente pobreza surge la necesidad de investigar en sus causas, en su proceso de producción, con el fin de determinar las políticas adecuadas (correctas) para su erradicación. En ese sentido ¨es posible pensar en éxitos económicos acompañados de algunos efectos no deseados como la pobreza?; cuáles son las transformaciones económicas positivas si el desempleo sigue en clara tendencias ascendente?. Si el desempleo, el subempleo y la pobreza no dependen del funcionamiento macroeconómico ¨a qué atribuirlos?. Según los análisis y diagnósticos podrá pensarse en las soluciones del tipo "modelo más asitencialismo", "modelo más transparencia y eficiencia en el gasto social". O encarar por el lado de lo que fue una tibia sospecha en algunos -¨podrá resolverse la pobreza con este modelo?- y pasó a ser una certeza "sospechosa" -¨acaso puede producir otra cosa el funcionamiento del modelo?

2. Reforma del estado: garantía para el control monopólico del mercado

Han sido decisiones políticas (decretos y leyes sobre "reforma del Estado") -y no el funcionamiento autónomo del mercado- las que reforzaron el proceso económico-social vigente nacionalmente de reducción del aparato estatal, reconversión del personal (despidos, retiros, tercerización), sometimiento a pautas elaboradas por los organismos internacionales de crédito (PRESSAL, Crédito BID, etc).

2.1. La falsa opción "estado - mercado": base de la Reforma del Estado

Entre los argumentos más difundidos para justificar los cambios sociales y políticos de los últimos años se halla la contraposición "Estado vs. Mercado". La misma tiene variantes pero es aceptada tanto por el neoliberalismo ("la libertad garantiza el crecimiento", "el mercado es el más eficiente asignador de recursos", "el estado como factor de corrupción y déficit fiscal") como por la socialdemocracia ("equilibrar las desigualdades del mercado con la intervención estatal", "políticas activas en lugar de un Estado ausente").1 Desde sus inicios el gobierno nacional usó este tipo de argumentos. Se culpó a un estado deficitario, desplegando multitud de funciones impropias, de la crítica y crónica situación argentina, y se planteó como objetivo una economía popular de mercado integrada al mundo (Ministerio de Economía. 1993: 3). Y se puso en marcha la intervención estatal más activa y profunda para lograr una "economía abierta, desregulada, libre, competitiva y en crecimiento", supuestamente al servicio del pueblo argentino.

Las principales medidas adoptadas por el Gobierno del Dr. Menem para garantizar este rumbo fueron: I. La ley 23696 de Reforma del Estado (agosto de 1989), la cual autorizó el procedimiento para la privatización o liquidación de empresas y sociedades de propiedad parcial o total del Estado Nacional.

II. La ley 23697 de Emergencia Económica (setiembre de 1989). Este cuerpo legal apuntó a los problemas fiscales, a la apertura económica y al mercado de capitales.

III. La ley 23928 de Convertibilidad (marzo de 1991). Con Cavallo en el Ministerio de Economía de la Nación, el Congreso sancionó esta ley. "El nuevo gabinete económico anuncia la decisión inquebrantable de generar un superávit primario suficiente para pagar los intereses de la deuda interna y externa" (Ministerio de Economía. 1993: 15) [cursivas nuestras].

IV. El decreto 2284 de Desregulación (noviembre de 1991).

Este decreto de necesidad y urgencia limitó o suspendió una serie de leyes nacionales (Ley de Abastecimiento entre otras) en virtud de principios generales y abstractos como "la instauración de una economía popular de mercado", "el interés de los consumidores", "la libertad de comercio" y "el resguardo del interés general".

V. La firma del Acuerdo Brady (abril de 1992) con el Comité de Bancos acreedores, consistente en una reestructuración de los atrasos de intereses y del capital adeudado, mediante una operación de canje de la deuda exigible por dos tipos de Bonos.

Esta sintética enumeración 2 de los hitos principales recorridos por la política global de ajuste revela un supuesto omnipresente: considerar al déficit fiscal como la causa de la inflación y de las recurrentes crisis en la estructura. El otro supuesto es el cierre y rigidez de la economía como factores de ineficiencia. Se fue delineando así el escenario "abierto y libre" para que las fuerzas del mercado actuaran "premiando a los eficientes". En rigor, un discurso hegemónico que oculta una política económica dirigida a través del programa de privatizaciones y las medidas desreguladoras a facilitar el control monopólico, en especial por el capital extranjero, de las condiciones de producción.

Se ratifica "que el neoliberalismo precisa de cualquier cosa, menos de un estado débil. Nada más falso, entonces, que el discurso antiintervencionista que fascina a neoconservadores y neoliberales de todas partes del mundo.

El estado ejerce violencia para garantizar la violencia del mercado" (Gentili. 1997: 126).

2.2. La reforma del Estado de la Provincia de Mendoza

Debe ubicarse el desarrollo del proceso político provincial como una modalidad específica de la dinámica nacional, sobre todo porque es en este ámbito donde se tomaron las principales decisiones políticas de reconvertir el régimen de acumulación social en clave neoliberal.

En este marco, la reforma del Estado provincial reconoce particularidades que ubicaremos a través de momentos clave o hitos que pueden distinguirse desde 1987, año de inicio de la primera gestión gubernamental de signo justicialista.

I. En la campaña de ese año para elegir gobernador, el candidato del PJ, Bordón, plantea como una prioridad la necesidad de transformar el Estado provincial: en su plan de gobierno (popularmente conocido como Libro Verde) se propone la reestructuración y/o la transferencia de entes públicos a la órbita privada, bajo el criterio de la subsidiariedad. Ya en el gobierno, se concretó la privatización de Giol, bajo los argumentos de reducir el déficit público y de incrementar la participación de los productores, organizados en cooperativas.

II. Bajo el liderazgo de Bordón habría de conformarse una élite dirigencial que hegemonizará el PJ mendocino y accederá a los principales puestos de gobierno desde entonces a la actualidad. Con matices, puede hablarse de una continuidad en el tema que aquí interesa, expresada en el plano discursivo y en las políticas implementadas3.

III. El acceso del menemismo al gobierno y el despliegue del modelo neoliberal repercutieron en el espacio provincial con gran intensidad, sobre todo a través de la privatización de empresas nacionales y de la reformulación de la relación nación-provincias (transfiriendo nuevas responsabilidades a las provincias y reduciendo a la vez sus recursos).

IV. En la gestión Gabrielli se constituye, con el producido de regalías mal liquidadas, el Fondo para la Transformación y Crecimiento, con el propósito declamado de apoyar el desarrollo económico y social de la Provincia. Con el denominado efecto tequila (en realidad agotamiento del plan económico) la Provincia sufrie un desfinanciamiento que va a ser sostenido con esos fondos. Se comienza a impulsar el proceso de privatización de OSM SE, mientras toman estado público algunos casos de corrupción en los bancos provinciales, relacionados con el uso político de los mismos y con prácticas de nepotismo.

V. La denominada Segunda Reforma del Estado, coincidente con la nueva gestión presidencial de Menem, va a avanzar en la privatización (solicitada por el FMI) de las empresas públicas provinciales. El nuevo gobernador Lafalla, pese a sus promesas públicas, realizadas durante la campaña electoral, de no transferir la Caja de Jubilaciones de la Provincia y de no privatizar EMSE, argumentando razones de necesidad, no sólo hizo lo contrario, sino que además privatizó los bancos provinciales y se apresta a culminar la privatización de OSM.

Además le dio carácter institucional (aunque por decretos, el más importante de ellos el N§ 889/96) a este proceso, ordenando próximos pasos, relacionados con la dimensión administrativa del aparato estatal, avanzando en la precariedad laboral de los trabajadores del sector, a través de la tercerización4.

Decretos como el 167/96 de creación del "Comité Ejecutivo para la reforma administrativa y Modernización del Estado", el 889/96, las gestiones de créditos internacionales, etc., parten de los supuestos de eficacia, eficiencia, equidad, racionalización, gerenciamiento, capacitación y calidad.

Dichos decretos sustentan la implementación del Programa de Reforma del Estado financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (crédito del orden de los 100 millones de dólares), orientado a racionalizar el ya reducido aparato estatal.

VI. Ante el hecho inocultable de la pobreza creciente, el Estado provincial ha puesto énfasis en las políticas sociales. En los decretos mencionados ha asignado un lugar especial a las mismas, particularmente a las de promoción y de asistencia social, a través de estrategias de focalización, compensación, descentralización y transferencia a la iniciativa privada. A comienzos de 1997 el gobernador Lafalla sostuvo la necesidad de políticas activas de empleo y de correcciones al modelo económico.

Sin embargo a la hora de evaluar la desnutrición y otros fenómenos similares (o sea las manifestaciones visibles que caracterizan la vida cotidiana de los pobres) atribuyó sus causas en forma tautológica "a la pobreza".

Es decir, se ha consolidado, a tono con el Estado nacional, una reformulación del aparato estatal provincial. Por un lado empuja una determinada política económica de crecimiento que genera fragmentación y polarización social, y por otro lado pretende, desde las políticas sociales, paliar los costos de desempleo y pobreza, sin lograr resultados significativos estructuralmente.

3. La concentración y desnacionalización económicas

Esta política estatal denominada de "transformación y modernización" propició y logró la creciente concentración y desnacionalización económicas. Empujó reformas laborales tendientes a "abaratar" el trabajo como medio para incrementar la productividad y lograr mayor competitividad internacional de los grupos económicos concentrados.

La reforma del Estado, a través de la apertura económica, las privatizaciones y la desregulación, instrumentó un gigantesco proceso concentrador y desnacionalizador de la economía. El interjuego de los instrumentos nacionales y provinciales señalados en el capítulo anterior ha sido desvastador. Dadas las condiciones estructurales de funcionamiento de la economía argentina, la desregulación no ha sido un instrumento al servicio del consumidor, en abstracto, por medio del "libre juego del mercado" (modelo sólo teórico y utópico de los economistas del siglo XVIII y XIX). En concreto, o sea en el mercado de esta Argentina de fines de siglo, ya altamente oligopolizado, facilitar la competencia es: disolver algunas viejas "barreras proteccionistas", remover algunas disposiciones de "privilegio" para la pequeña y mediana empresa nacional, para que compitan "libremente" con los grandes grupos económicos nacionales y del extranjero. Los resultados de tal libre competencia no podían ser indeseados o inesperados. La única competencia real se estableció -y hoy sigue siendo así- entre grandes grupos por apoderarse de porciones mayores del mercado.

El resultado del programa de privatizaciones ha beneficiado en primer lugar a grupos monopolistas, privados y estatales, del extranjero. Se han entregado áreas claves de la economía nacional al control directo de países centrales. Empresas transnacionales de origen estadounidense y europeo son las principales beneficiarias.

También grupos nacionales (terratenientes o de burguesía nacional), fundamentalmente por sus posiciones políticas en el Estado, usaron el proceso para su propia acumulación.

Para indagar sobre el proceso de concentración económica y su real magnitud en la provincia pueden seguirse varios caminos. Uno consiste en indagar en mercados particulares y verificar el grado de participación de algunas empresas en los mismos. Por ejemplo, en el mercado vitivinícola, dos bodegas mendocinas Fecovita y Peñaflor controlan el 27% de las ventas de vinos comunes. Otra vía es el análisis de los grandes grupos empresarios. Este camino permite ubicar la importancia del grupo en función del lugar que ocupan cada una de sus empresas integrantes. Puede reflejarse la importancia global del grupo a través del patrimonio, la facturación y las ganancias totales. Las comparaciones deben hacerse con precauciones aunque son válidas para los patrimonios empresariales y las ganancias.

Una de las dificultades para precisar un índice de concentración a nivel provincial se da porque por un lado existen empresas provinciales que operan a nivel nacional e internacional; y por el otro, actividades desarrolladas en la provincia por empresas extranjeras o cuya composición de capital es difícil de determinar. O sea que el escenario provincial se restringe a algunos tramos de las operaciones económicas de las empresas que operan en un mercado nacional, regional o mundial.

Una fuente importante para avanzar sobre el tema lo constituye el Operativo Especial del Censo Nacional Económico 1994, realizado sobre 1000 grandes empresas, entre las cuales aparecen 29 de Mendoza. Otra está contituída por revistas especializadas en el tema. En un sentido aproximativo (ya que algunas empresas importantes no aparecen) puede tomarse el ranking publicado en julio de 1997 por Mercado, ubicar las empresas mendocinas y contrastar su peso en relación al PBI provincial.

El Cuadro N§ 2 está mostrando que 10 empresas facturan el equivalente al 10% de la producción total de la provincia (tomando como válida la "estimación" de 11.000 millones realizada por la ministro de Economía A. M. Mosso, dado que no hay datos oficiales actualizados del PBI 1996). La suma también iguala al total del presupuesto provincial 1997. Si se tiene en cuenta que entre las empresas tomadas faltan algunas muy importantes y otras forman conglomerados más amplios se puede ir alcanzando una idea de la magnitud de la concentración económica.

CUADRO N§ 2: RANKING DE EMPRESAS SEGéN FACTURACION DEL AÑO 1996 (en millones de pesos) EMPRESA FACTURACION Peñaflor S.A. 250,8 Pedro López e Hijos S.A. 163 Pescarmona S.A. 153,9 Distribuidora de Gas Cuyana S.A. 121 Coop. Farmaceútica de Mza. 104,7 Fecovita 100,7 Resero S.A. 90 T.A.C. 79,4 B. Chandon S.A. 72 B. Santa Ana S.A. 58,6 Total 10 empresas 1.194,1

En cuanto a los grupos económicos se destacan claramente dos de origen provincial: I. José Cartellone Construcciones Civiles S.A.: Esta empresa fundada en 1960 se ha constituído en la controlante del Grupo de Empresas Cartellone, expandiendo sus actividades a diversas ramas económicas y a nivel transnacional, ocupando posiciones líderes en algunas de ellas. En su rubro de Obras, como contratista único o en consorcio, ha desarrollado tareas en todo el país y en el exterior en Honduras, El Salvador, Costa Rica, Chile, Ecuador, Bolivia y en Emiratos Arabes Unidos. Según la Memoria y Estado Contables (35 ejercicio al 31/12/94) el grupo presentaba los siguientes resultados: Ventas totales del Grupo: $ 366.714.569 Ganancias de J.Cartellone C.C.S.A.: $ 4.328.604 Activos consolidados: $ 569.770.390 Patrimonio Neto: $ 306.841.751 II. Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A.I.C. y F.: Fundada en 1965, hoy es la controlante con el 99,88% del patrimonio y los votos del grupo Pescarmona, el cual ha expandido sus actividades y ganado licitaciones y obras importantes en Europa, Asia, región andina y central de América, EE.UU. y Brasil. Los resultados del Ejercicio N§ 29 según la Memoria y Estados contables al 31/1/94 fueron: Ventas Netas: $ 198.299.676 Ganancias: $ 10.130.869 Activos consolidados: $ 522.022.000 Patrimonio neto: $ 352.808.829 Es importante destacar las diferencias existentes entre los empresarios que aparecen en la provincia en un plano destacado. Por ejemplo los supermercadistas López y Angulo en los balances de 1994 exhibían patrimonios de 28 y 19 millones respectivamente, lejos de las cifras de 300 millones de los grupos mencionados anteriormente. Pero, a su vez, estos resultan chicos frente a los verdaderos "peso pesado" de la Argentina. El grupo Techint, de la familia Rocca, factura alrededor de $ 5.000 millones y su patrimonio supera los $2.000 millones. El grupo Pérez Companc S.A., controlado en un 53,3% por la familia Pérez Companc y la Fundación del mismo nombre, durante 1996 vendió por 1.413 millones, ganó 328 y su patrimonio redondea 1.730 millones (Clarín, 9/3/97). Dos empresas, YPF y Telefónica, ganaron $ 1.200 millones en 1996, aproximadamente lo facturado por las diez primeras de Mza.

Sin embargo la última palabra en concentración no está dicha. En los últimos años lentamente, y durante 1997 en forma acelerada, se ha dado un proceso de adquisiciones, fusiones, asociaciones y absorciones, que implica mayor concentración y un acelerado cambio de manos de las empresas y del control de los diversos mercados.

Gigantescos bancos internacionales como el Bilbao Viscaya y el Santander de España, el británico Honk-Kong Shanghai B.C., el holandés ABN AMRO y otros fondos de inversión, han "desembarcado" en la Argentina.

Estos movimientos repercuten en la provincia y exigen un estudio diario debido a su dinámica. El proceso se observa en las finanzas, por ejemplo con las ventas del BUCI y del Bco.Crédito de Cuyo, que se suman a la privatización de los Bancos Mendoza y Previsión. En las AFJP la concentración continúa. Empresas tradicionales mendocinas mantienen sus nombres pero ha cambiado la tenencia del capital accionario5.

En el país la ola de inversiones viene creciendo de $3.000 millones en 1994 a poco más de $4.000 durante 1995 y 1996, para proyectarse una cifra de $8.000 para el presente año.

Consideramos que este gigantesco movimiento de capitales (en lo fundamental colocación de capital financiero internacional en búsqueda de mejores oportunidades de ganancias) es sólo contrapartida de activos físicos en plena capacidad de funcionamiento productivo y grandes posibilidades de expansión a nivel Mercosur. A su vez es compra de mercados cautivos, como ocurre con los servicios no transables con el exterior; o altamente beneficiosos como el área de recursos energéticos no renovables. Estas inversiones de capital -motor del crecimiento como suele señalarse- no sirvieron (no pueden hacerlo) para reducir la deuda externa, ni para disminuir el déficit fiscal, ni para paliar el desempleo, y en consecuencia tampoco para combatir la pobreza. No se trata de un problema moral o ideológico, sino de la imposibilidad de tal tipo de economía de ofrecer perspectivas ciertas de desarrollo al conjunto de la Nación. Desnacionalización y concentración aparecen así como contrapartida de la pobreza, y signos claros de la fragilidad de todo el modelo.

4. ¨Resultados necesarios o efectos no deseados?

La desocupación, la precarización laboral, los bajos salarios, el empobrecimiento creciente, son el resultado necesario de un "modelo" de crecimiento concentrado y desigual: la fragmentación y degradación social es la contracara del éxito económico de un reducido grupo. No hay excluídos de un sistema económico-social exitoso sino un sistema que incluye polarizadamente, en una estructura única, a ricos y pobres.

Detrás de la pobreza y la riqueza polarizadas (tanto a nivel mundial "globalizado", como en cada sociedad nacional "central" o "periférica") el tema-problema clave es el trabajo en la moderna sociedad "pos-capitalista". Previo a la exitosa (¨interesada?) difusión de las tesis de Forrester sobre la falta de explotación como peor a la propia explotación, Claus Offe señalaba en 1995 que el desempleo no es un problema porque no se le puede encontrar solución, por lo menos la del pleno empleo. Acorde a los nuevos vientos de la izquierda "racional" que procura aplicar los programas de la derecha con mayor sensibilidad e inteligencia (como afirmara hace tiempo Regis Debray) declara sin ambajes que "simplemente tenemos que habituarnos a la idea de que una gran parte de nuestra población adulta de ambos sexos no encontrará ni pan ni trabajo en empleos "normales". La cuestión fundamental sigue siendo de qué manera es dable estructurar esta situación, en caso de que sea posible hacerlo, a fin de reducir al mínimo sus efectos sociales y políticos" (Offe.1996:143) [cursivas nuestras].

De modo que lo que está en juego es "no sólo la distribución equitativa de la riqueza social sino también la supervivencia de las instituciones y de los procedimientos políticos democráticos" (Offe.1996:147) No se requiere entonces el aumento de puestos de trabajo sino la "reducción del volumen de trabajo disponible". Para esto postula que los ciudadanos no gozan del "derecho a trabajar" sino del "derecho a competir por un empleo"; luego, los que se retiren de la competencia "tendrían que ser compensados durante todo el tiempo que no participen en el mercado laboral". El artículo concluye claramente:"el reordenamiento sistemático del trabajo según estos principios no eliminará el desempleo, pero como es improbable que lleguemos a tener alguna vez suficiente trabajo para todos, convendría fomentar esta clase de acuerdo social, capaz de generar condiciones tolerables y así disminuir la probabilidad de un conflicto social"(Offe.1996:151)[cursivas nuestras].

En nuestro país, la misma preocupación de un conflicto social inmanejable, la perspectiva de un Buenos Aires similar a Río de Janeiro, ha impulsado un estudio (encargado por el Consejo Empresario Argentino) que contiene estremecedoras revelaciones: ochenta mil jóvenes del conurbano bonaerense, de 15 a 24 años, no estudian, no trabajan ni buscan trabajo (ver artículo Clarín, 11 mayo 1997, 2a sección) ¨Cómo hacer para que el producto del sistema -riqueza y pobreza- no atenten contra la dinámica propia del modelo? El FMI, el BM, la CEPAL vienen encargándose de esto procurando convencer a los "fundamentalistas del mercado" de no "matar la gallina de los huevos de oro". Por esto comienzan a difundirse los temas del "gerenciamiento social eficiente." O traducido en términos estrictamente políticos: hacer asistencialismo para conservar el modelo.

"El razonamiento es que si uno no hiciera esto, habría un mayor grado de conflictividad y por ende este esquema económico podría hacer agua durante la transición" (Reportaje a Jorge Remes Lenicov, ministro de Economía de la provincia de Bs. As., Página 12, Suplemento Cash, 25/5/97, p. 3).

Ahora bien, el objetivo declarado del "modelo" es la competitividad internacional de la economía nacional.

Competitividad que exige producir a costos más bajos que el resto del mundo, o al mismo pero con mayor calidad. En definitiva todo apunta al costo unitario por producto. Y en igualdad de condiciones tecnológicas la ventaja se obtiene por el lado del costo laboral. No hay mayores secretos en esto. Pero a la vez este camino lleva a la paradoja de una economía que "no cierra" por el lado político-social, salvo que se instrumenten medidas dictatoriales abiertas (hoy no bien vistas por las grandes potencias mundiales). La lógica del funcionamiento económico, al perseguir la competitividad, produce pobres día a día; y luego debe distraer fondos (ganancias acumuladas por el abaratamiento del trabajo "nacional" y realizadas al colocar los productos en el mercado "globalizado") para atenderlos.

Este círculo virtuoso/vicioso (la calificación depende del lugar desde el que se observe este fenómeno) amenaza constantemente con romperse: la respuesta electoral, el estallido social. Además, esta situación descripta, afecta los objetivos declarados: el crecimiento económico, la estabilidad de precios, el equilibrio fiscal, la competitividad externa.

Desde la óptica del desarrollismo se ha alertado sobre la precariedad de la situación económico-social argentina, puntualizando lo que venimos sosteniendo como resultado de nuestras observaciones: "No hay -no puede haber- una política social separada de la política económica" (R.Frigerio, Clarín, 18/7/97, p 15); y los problemas sociales se originan en el modelo, allí está "la fábrica de pobres y desocupados". Estas críticas no provienen de la izquierda sino de ciertos sectores de gran burguesía industrial, tanto mercado-internista como exportadora, que creen haber llegado al límite posible de explotación de la fuerza de trabajo (límite político social) y de innovación tecnológica rentable. Por lo tanto requieren de alguna forma de subsidios fiscales, sin apelar a la devaluación, para hacer frente a la avalancha de importaciones (subsidiadas o producidas con mano de obra semiesclava y con salarios de 30/80 dólares), y para colocar sus propios productos en el exterior 6.

Carola Pessino, la polémica asesora del Ministerio de Economía, ha expresado con claridad la situación real: la reducción de los costos laborales ha beneficiado a los empresarios y permitió incorporar personal a las empresas; los nuevos puestos creados son más baratos que los anteriores, y no cubren la totalidad de los puestos perdidos. Sin embargo, para ser competitivos respecto a EE.UU., el costo salarial necesitaría una reducción del 40% (UNO, 27/7/97, p.30). Visto así, son totalmente incompatibles los objetivos de la competitividad internacional y el mejoramiento de los niveles de vida de la población trabajadora. Según demuestran estadísticas oficiales con este tipo de crecimiento económico no se garantiza una mejora en el empleo ni en el ingreso. Las posibilidades de creación de puestos de trabajo señalados por el equipo económico en el poder son expresamente "baratos" y requieren de dos elementos: ser totalmente "flexibles" (precarios) y más competitivos (un descenso mayor de la remuneración).

El "Informe de Coyuntura Laboral" del Ministerio de Trabajo correspondiente al mes de mayo de 1997 confirma este panorama al indicar que de los nuevos puestos de trabajo creados, solo un 15% adoptó la modalidad del contrato de tiempo indeterminado. También señala que hubo estancamiento del empleo formal y bajo costo laboral unitario.

Las recetas "flexibilizadoras" son un instrumento claramente disciplinador de la fuerza de trabajo argentina, que presenta una fuerte tradición sindicalista de lucha por obtener conquistas y defenderlas. Se argumenta el problema de las rigideces laborales, pero la flexibilización existe de hecho dada la presión de la desocupación, y de derecho a partir la Ley de empleo y otras leyes y decretos. Se plantea el objetivo del crecimiento pero no se utiliza el recurso abundante del "trabajo". Contradictoriamente se llega a decir que no hay suficiente trabajo para todos. Se abusa de la fundamentación de la falta de calificación de la fuerza de trabajo cuando en realidad la mayoría de los puestos de trabajo creados son no calificados. Las diversas explicaciones aparecen como contradictorias porque se intenta disimular lo esencial del funcionamiento económico propio del sistema capitalista en general y de un país dependiente-latifundista-atrasado en particular como el nuestro. Pero finalmente aparece en el lenguaje técnico de aquellos economistas que expresan la práctica gremial- lobística de los grandes empresarios: "Centralmente el problema es que a Ud. le está sobrando gente y tiene impuestos al trabajo altos. Digamos, usted tiene algo que le sobra y al mismo tiempo le cobra impuestos al uso de esa cosa. Es claramente ridículo"(J.L. Bour, UNO, 20/7/97, p.2/3) [Cursiva nuestra].

Para Bour (y claramente para los grandes grupos monopólicos) sobra gente. A ellos les está sobrando gente.

Se autoconsideran los únicos sujetos de la vida social que utilizan a los otros seres humanos como "cosas". Los argentinos están de más para estos empresarios exitosos (y sus representantes intelectuales); aunque a la vez los necesitan para poner en claro que deben pagar menos "por el uso de esa cosa" y porque si faltaran se encarecería su compra-venta. Se trata del tema precio de la fuerza de trabajo (salarios directos, indirectos y diferidos). La "gente" es una mercancía que valoriza el capital empresarial, con un valor determinado que pretende además pagarse por debajo del mismo porque es "abundante". A Bour le parece ridículo que esta mercancía no se adecúe a la ley de la oferta y la demanda y no baje su precio ante el exceso de oferentes.

Lo ridículo (aunque el término exacto no es ese) es considerar que la "gente", los seres humanos, sobran. La cantidad de personas existentes en un espacio geográfico y en un tiempo determinados son un dato inapelable. Esas personas simplemente son los sujetos de su propia vida y deben resolver necesidades de todo tipo a partir de los recursos naturales y de las interacciones entre ellos. El objetivo de la actividad productiva (sustento de toda la vida social) es satisfacer las múltiples necesidades materiales y espirituales de los hombres. Si un determinado ordenamiento de las relaciones sociales de producción pone a la productividad (disminuir costos-aumentar ganancias) y a la competitividad (desplazar al competidor) como objetivos centrales del funcionamiento económico-social, no es por responder a un designio natural, sino a las necesidades de una clase social dominante. Desde esa perspectiva es lógico calificar de exitoso y eficiente al modelo ante el notorio incremento de la productividad y las fabulosas ganancias de un puñado de grupos económicos. Que en el mismo período hayan disminuído los salarios reales y aumentado la desocupación no se analiza como intrínsecamente ligado, sino en el mejor de los casos "una asignatura pendiente" -que piensa dejarse como materia previa-, simplemente "efectos no deseados".

Los economistas apologéticos del modelo repiten tesis tan anticuadas que Marx las discutió y refutó demostrando que en todo caso responden a la lógica del capitalismo, específicamente a lo que llamó "Ley general de la acumulación capitalista". Señaló el grave error de los economistas que interpretaban los fenómenos de los movimientos absolutos, ascendentes y descendentes, en la acumulación de capital, como movimientos relativos en la masa de la fuerza de trabajo: "en un caso existen menos asalariados que los necesarios y en el otro demasiados asalariados." En definitiva, en esta lógica se excluye la disminución de la explotación o el aumento salarial que amenaze la reproducción ampliada. "No pueden ocurrir las cosas de otra manera en un modo de producción donde el trabajador existe para las necesidades de valorización de valores ya existentes, en vez de existir la riqueza objetiva para las necesidades de desarrollo del trabajador" (Marx.1986: Tomo I, cap.23).

Como se observa, nada nuevo. Lo que hoy se presenta como novedoso ocurría en el siglo XIX y puede ser sintetizado del siguiente modo: "a medida que se acumula el capital empeora la situación del obrero, sea cual fuere su remuneración. La ley que mantiene un equilibrio constante entre la sobrepoblación relativa o ejército industrial de reserva y el volumen e intensidad de la acumulación, encadena el obrero al capital. Esta ley produce una acumulación de miseria proporcionada a la acumulación de capital. La acumulación de riqueza en un polo es al propio tiempo, pues, acumulación de miseria, tormentos de trabajo, esclavitud, ignorancia, embrutecimiento y degradación en el polo opuesto" (Marx.1986: Tomo I, 805).

Por último cabría reflexionar sobre los "modelos de crecimiento económico" dignos de ser imitados. México se derrumbó con la crisis, denominada "efecto tequila" (fines 1994); los "tigres del Sudeste Asiático" están rediscutiendo su orientación ante los problemas del sistema financiero y los déficits de cuenta corriente (en junio de este año algunos tuvieron que devaluar); Chile, sobre 14 millones de ciudadanos, tiene 3,3 millones de chilenos viviendo debajo de la línea de pobreza (CEPAL: " La brecha de la equidad", citado en Clarín, 10/8/97, pág. 27).

En E.E.U.U., el paradigma de estos modelos, el desempleo y subempleo actuales alcanzan al 13% de la población activa.

Además "en un período de 20 años entre 1973 y 1993 los trabajadores americanos de cuello azul han perdido un 15% en su poder adquisitivo".También la brecha de la desigualdad se amplió en este "modelo": "Hacia finales de la década (80) el 0,5% de las familias más ricas de América era propietaria del 30% de las rentas patrimoniales netas, lo que representaba un incremento del 4,1% sobre el dato equivalente de 1983. En 1989 el 1% de las familias ingresaba el 14,1% de los ingresos totales de los Estados Unidos y era propietaria del 38,3% de las rentas totales netas y del 50,3% de la totalidad de los activos financieros netos del país." (Rifkin, 1997: 32 , 210).

Estados Unidos, en el contexto internacional "globalizado", a pesar de su crecimiento en competitividad y el "bajo" desempleo, muestra dos claras tendencias: "el estancamiento o la disminución de la ganancia real de la mayoría de los trabajadores y la creciente desigualdad de sus ingresos" (Laura D'Andrea Tyson: "Una sociedad desigual", Clarín, Suplemento Económico, 27/7/97, pág. 16).

Del análisis de los distintos países tomados como ejemplo se deduce que este "modelo de crecimiento", cuyo objetivo es la competitividad internacional y cuyo motor es el incremento de la productividad laboral, no puede generar otra cosa que crecimiento desigual, sería ilógico que generara un crecimiento igualitario. Este crecimiento exige el descenso del precio de la fuerza de trabajo (que apuntala a la tasa de ganancia) y se concreta con el instrumento disciplinador del desempleo y su "correctivo": la flexibilidad laboral, que crea trabajos precarios y de bajos salarios.

Este mecanismo básico "globalizado" se agudiza en los países periféricos por el peso del latifundio, de la deuda externa y de la desnacionalización de la economía. Como bien señala el vicepresidente primero de la Academia de Ciencias Económicas, Adolfo Buscaglia, la paridad de convertibilidad es un "espejismo" estadístico. Existe un aumento de la disparidad entre el peso y el dólar con importantes consecuencias: "el crecimiento económico se tornó dispar... Esto ocasionó un fenómeno inédito: un crecimiento económico de baja calidad social, con desempleo estructural y pobreza en ascenso, que no es sustentable por mucho tiempo, en condiciones normales. La única respuesta a esa desocupación estructural es ampliar considerablemente la base productiva de la economía nacional para estar en condiciones de absorber no solo esa masa de desempleados sino también ofrecer oportunidades de trabajo a los jóvenes que se incorporan cada año a la población activa." ("Una economía en apuros", Clarín Económico, 25/5/97, pág. 16)

El actual modelo económico asegura crecimiento y modernización para unos pocos, ajenos a la suerte del resto. El puesto de trabajo, la remuneración digna, la vivienda, la educación, salud y recreación no son elementos de una ideología utópica del pasado sino necesidades concretas del presente. Si la actual política económica no las resuelve, sencillamente no es productiva, ni modernizadora, ni eficiente. Y el gobierno deberá apelar continuamente a las políticas sociales de asistencia y emergencia, no sólo por razones éticas sino de control social ante la previsible ola de violencia individual y de conflicto social emergente. Continuar con el actual "modelo" equivale entonces al crecimiento de la fragmentación, la polarización y la degradación social. Es, simplemente, el producto necesario del ajuste permanente.

Mendoza, setiembre 1997

NOTAS

1 El sustento teórico de ambos es una concepción de la independencia del avance tecnológico, lo cual implica un determinismo mecánico que borra el conflicto social y el juego político. Esto es sostenido desde viejas y nuevas teoría apologéticas del capitalismo hasta una vertiente antidialéctica del marxismo que postula la determinación absoluta de las fuerzas productivas sobre las relaciones sociales de producción.

2 Para un análisis más detallado de las medidas del plan de ajuste-reestructuración, vease nuestro trabajo Las políticas de ajuste: impactos socio-económicos en la provincia de Mendoza, CIUNC, Mza.,1996.

3 El ministro de Economía de Bordón, Rodolfo Gabrielli, gobernó durante el período 1991-95; le sucedió Arturo Lafalla, vicegobernador durante 1987-91.

4 No sólo coincide con el estilo "decretista" del Gobierno Nacional sino que avanza aún más al intentar privatizar encubiertamente los organismos culturales provinciales (Museo C. Moyano, Museo E. Guiñazú, Teatro Independencia, Biblioteca Pública Gral. San Martín).

5 En vitivinicultura, por ejemplo, Santa Ana vendió el paquete mayoritario al grupo chileno Larrain (Bodegas Santa Carolina); Peñaflor vendió 50% de Villa del Sur al grupo francés Danone; Navarro Correas y Rodas pasaron a depender de Cinzano, controlado a su vez por Pillsbury Co. de Inglaterra; Bodegas Martins hizo un acuerdo de comercialización con el grupo español Berberana (Bodegas Hispano-Argentina S.A.). Angulo, propietario de Supermercados VEA, acaba de vender al grupo Velox-Disco. En minería se han producido importantes anuncios de inversiones extranjeras. Se menciona la posibilidad de venta de los recientemente privatizados Bancos de Mendoza y Previsión.

6 Declaraciones públicas de Rocca y Macri, dos poderosos empresarios argentinos, avalan nuestra hipótesis. La tensión Menem-Duhalde también expresa en parte esta contradicción entre distintas fracciones que componen el bloque en el poder, lideradas en lo fundamental por el capital financiero internacional por un lado, y la gran burguesía industrial y terratenientes por otro.

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