1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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LAS PRACTICAS POLITICAS DE LA EXCLUSION SOCIAL.

UN ESTUDIO DE CASO

El objetivo de esta comunicación es contarles brevemente tramos de una experiencia de investigación etnográfica que estoy desarrollando desde marzo del corriente año en una ciudad de la zona oeste del Gran Buenos Aires. Si bien el problema central de la misma es de carácter empírico, las cuestiones conceptuales y epistemológicas constituyen puntos axiales que van siendo examinados conjuntamente al trabajo de campo. Dejar en claro este "estado de gestación" de mi trabajo, justifica en gran medida el carácter tentativo y provisorio de las afirmaciones que me permitiré plantear aquí.

La redacción de este proyecto fue sin duda una de las tareas más arduas. No el hecho de reconstruir el estado del arte en lo referente al tema de la exclusión social, tampoco el de buscar un marco teórico adecuado para articular las preguntas y objetivos sino que la dificultad radicaba en algo aún más básico: cómo pensar y definir mi problema de investigación con los términos y conceptos presentes en la bibliografía y, a la vez, como escoger un abordaje metodológico en este contexto inicial de incertidumbre. Mi problema tenía que ver indudablemente con las palabras (y con los respectivas situaciones empíricas que éstas pretendían referenciar ) que debían "decirse" para nombrar y pensar a la exclusión social.

Tomar conciencia de esto implicó dos cosas. Primero, una gran complicación que surgía del hecho mismo de no coincidir ya desde el inicio con los abordajes cuantitativos al fenómeno de la pobreza propuestos por algunos exponentes de la sociología urbana. Segundo, un gran esclarecimiento en tanto vislumbré que la cuestión de la construcción de las nominaciones y de los conceptos para dar cuenta de lo que está ocurriendo en la empiria iba a constituir en sí misma un interrogante central. Esto es, mi investigación consistiría en primera instancia, en analizar los procesos sociales de comprensión (de asignación intersubjetiva y publica de sentido) que los agentes del universo de la exclusión producen en relación a su propia vida y a la de sus contemporáneos. En otros términos, indagar los relatos inherentes a las experiencias de erosión de la inscripción en el espacio social reconstruyendo las historias biográficas y sociales con especial énfasis en las trayectorias de desestabilización, en los procesos de vulnerabilidad.

Otro punto importante, como ya anticipé, fue la elección de la mirada y el posible acceso metodológico a este universo -cuya definición era justamente el punto de llegada (y no el de partida) de la investigación. Decidí encarar el estudio de la exclusión social desde su dimensionalidad subjetiva, esto es, centrándome no en los procesos de empobrecimiento individual y social en ella involucrados, sino en el impacto que los mismos tienen en la vida de los agentes. Evitando así, focalizar el interés en el devenir de esas fuerzas que actúan objetivamente, independientemente del sentido que los agentes les confieren, (dirección ligada a los tratamientos economicistas) y recuperando el registro de sus prácticas cotidianas, las vivencias, percepciones y experiencias subjetivas y colectivas.

Las entrevistas en profundidad, las historias de vida y otras técnicas etnográficas como la descripción densa (Geertz C; 1991) posibilitarían recuperar la perspectiva de los agentes involucrados, las autointerpretaciones que sobre su propia situación objetiva de exclusión los agentes producen. En síntesis realizaríamos un trabajo exploratorio-descriptivo del escenario donde han actuado mecanismos objetivo-estructurales de exclusión y, a la vez, emprenderíamos un análisis hermenéutico de las estructuras de significación, de las representaciones sociales, del sentido común orientador de la vida pública política inscriptos en los contextos motivacionales de estos agentes.

Esta relación simbiótica entre la definición del universo de investigación y la definición del problema central de la misma, exigía proponer una hipótesis de trabajo que planteara entre otras cosas una definición operativa de exclusión a modo de respuesta a la pregunta ¨quiénes son los excluidos? Así quedó enunciada: (a) Son sujetos excluidos quienes están en proceso de padecer (o han padecido) la acción de determinantes objetivo-estructurales de exclusión cuyos efectos transforman (o transformaron) el escenario de desempeño de sus prácticas cotidianas, posicionándolos dentro de un espectro variable de situaciones de precariedad laboral/ocupacional y vunerabilidad relacional/social. (Castel R; 1991b) (b) la comprensión subjetiva e intersubjetiva de la situación estructural de exclusión no es ni unívoca, ni categórica, ni irreversible. Por el contrario, implica operatorias de definición social dinámicas y polisémicas. Antes que sostener una linealidad concomitante, una imagen especular, entre lo acaecido estructuralmente, lo vivenciado subjetiva e intersubjetivamente y lo producido en la acción política, hay que problematizar esta articulación, que ya en la superficie no es transparente. (c) la apropiación biográfica de los procesos objetivos de exclusión ocurridos en el escenario está impostergablemente mediada por diferentes operatorias de percepción individual y de significación social.

A mi modo de ver, esta apuesta - escuchar lo que los agentes de la exclusión tienen para decir acerca de sí mismos- implica constatar desde el inicio la fuerte violencia semántica que suele ejercerse desde la posición del cientista social. El hecho de que los agentes padezcan- o hayan padecido- la acción de fuerzas de exclusión no implica mecánicamente (y esto es lo que puede desconcertarnos) que se autodenominen "excluídos" o que caractericen a la vida cotidiana colectiva de exclusión.

Realizadas estas puntualizaciones explicitaré rapidamente el resto de la estrategia de investigación. El objetivo central es: (a) reconstruir las distintas dimensiones de la vida política, en términos de las prácticas propugandas efectivamente por estos agentes. Intento evitar así la violencia objetivizante presente en ciertos enfoques, que se expresa tanto en la demarcación ontológica de la exclusión ("estos son los excluidos") como en la tematización de sus acciones en relación al sistema político. Vale la pena aquí hacer una suscinta referencia a este línea explicativa que enfatiza la situación sistémica (responsabilizándome de que al ser una caracterización rápida no hace justicia con la complejidad de ciertos argumentos). Básicamente esta línea trabaja buscando relaciones de causalidad entre la aplicación continuada de políticas de ajuste estructural y la emergencia de reclamos protagonizados por sujetos de acción colectiva con distintos niveles de organización y capacidad para permanecer en el tiempo y para negociar. Por diferentes razones (tal vez la más importante es que los procesos de constitución de identidad y de nominación no sean el eje de su interés teórico) la exclusión social es conceptualizada como si fuese un fenómeno objetivamente homologable esto es, como si fuese pasible de una lectura unívoca. En otras palabras, los sujetos excluidos son tematizados como agentes guiados por intencionalidades definidas y la acción política de los mismos es concebida como un hecho que si aún no se ha efectivizado existe potencialmente en sus proyectos, como si los atravesara una identidad sociopolítica común en estado de latencia; a la vez que se declara como un hecho (del presente o del futuro próximo) el protagonismo de ésta, cuyo impacto sobre el sistema político es predecido, sin más aclaraciones, como crecientemente disrruptivo.

Ahora bien, el presente estudio de caso que no podía ser abordado con una pregunta contrafactual es decir, buscando las causas por las cuales los habitantes de Villa Tesei no propiciaron manifestaciones de protesta social o no articularon demandas masivas y urgentes al sistema político utilizándo las vías sindicales, partidarias o asociativas barriales, cuando fueron cerrándose y desactivándose las fábricas, ya que esto hubiera implicado seguir pensando en los términos del enfoque del que pretendía despegar. Más aún, lo ocurrido en Villa Tesei podía proponerse como un caso que refutaba la hipótesis en él sostenida (a saber: ajuste estructural, sobrepaso del límite social de tolerancia, irrupción del reclamo vía la proliferación de protestas sociales). Por el contrario, la intención fue y es: explorar, describir e interpretar la vida política de los agentes de Villa Tesei a instancias de las fuerzas excluyentes que actuaron en el escenario - desde el reestablecimiento democrático, con particular énfasis en el primer gobierno de Menem.

Explorar, describir e interpretar lo que efectivamente ocurrió a partir de indagar la naturaleza y características de las acciones políticas emprendidas individual y colectivamente. Es importante anclar la mirada en este punto. Mi investigación no solo intenta analizar las prácticas propositivas - tanto consensuales como disrruptivas-, (por ejemplo, el enrolamiento en movimientos sociales y asociaciones intermedias, la militancia formal e informal en partidos o sindicatos, la participación en protestas sociales o en manifestaciones de apoyo, en síntesis cualquier modalidad de petición, demanda o expresión pública dirigida a llamar la atención de las autoridades del sistema); sino que, además, pretende indagar las prácticas reproductivas, las que implican un estado aparente aparente de no-acción, de "omisión", pero que a la luz de anteriormente expuesto conllevan toda una producción de sentido, de centralidad fundamental en la articulación de la vida pública cotidiana. Por ejemplo, la apatía o desafección política, el desinterés intencional en relación a todo lo que tenga que ver con la política (temas como: la responsabilidad de los gobernantes, la aplicación de políticas públicas que los afectan directamente, la sanción de leyes y su legitimidad, el programa de gobierno en general, los discursos de las autoridades etc.) restringiéndo su participación al hecho obligatorio de votar cada vez que así sea estipulado.

Finalmente, se desprende de lo que acabo de plantear que la dimensión de la cultura política de este universo constituye una parte nodal del trabajo de campo. Esto es, las operatorias de interpelación, las preguntas dirigidas al caso girarán centralmente en torno a cuestiones tales como: la construcción social e histórica de un sentido común orientador de las prácticas, las formas de socialización, la constitución y mutación del entramado relacional (redes de pertenencia e identidad) que los posiciona, nuclea y define.

Explorando un escenario de exclusión social

Para establecer un diagnóstico de la situación estructural de exclusión presente en el estudio de caso trabajé con los conceptos y lineamientos teóricos de la sociologia urbana.

No es este el lugar para explicarlos detalladamente teniendo en cuenta que existe cierto consenso acerca de la pertinencia y operatividad de los mismos. Sintetizando puntualizaré que Villa Tesei ha padecido los siguientes procesos macro: (a) de modernización excluyente, (Barbeito A. y Lo Vuolo R.; 1995) en tanto sufrió las transformaciones ligadas a la cristalización de una sociedad dualizada, donde actúan criterios selectivos de integración y marginación y (b) de empobrecimiento, teniendo en cuenta los efectos sociales de las siguientes transformaciones: (i) reestructuraciones en el mercado de trabajo y cambios en la estructura productiva; (ii) caída y dispersión generalizada de los ingresos; (iii) contracción del estado y retiro de sus funciones redistributivas; (iiii) extensión y complejización de las formas de pobreza urbana.

A lo largo de la investigación concentro el interés en describir las mutaciones del mundo del trabajo (aumento del desempleo abierto, cambios en la estructura ocupacional - terciarización, empleo a tiempo parcial-, aumento de la precarización en las relaciones de trabajo -trabajo desprotegido- y de empleos de escasa productividad, bajos salarios, ocupaciones marginales al interior del cuentapropismo y del empleo asalariado, pérdida de su dinamismo, incapacidad para generar nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, considero interesante introducir aquí otro tópico más global que fue tenido en cuenta también en la elaboración del diagnóstico situacional: el doble proceso transformativo de polarización y heterogeneización social dentro del ámbito de la pobreza. "Si bien todos los sectores experimentan una caída del ingreso y un consecuente deterioro del nivel de vida, éste no es un descenso compacto u ordenado, sino un encadenamiento de cambios desintegradores al interior de los diversos grupos sociales." (Minujín A; 1992 pag.16) En términos generales, los autores señalan la configuración del universo de la pobreza urbana en dos grupos: los pobres estructurales y los pauperizados. Los primeros sufren un estado crónico de pobreza, que se mantiene y retroalimenta por causas endógenas y exógenas y se visualizan por no poder satisfacer todas las necesidades catalogadas como básicas.

El segundo grupo está integrado por todos los sujetos que sufrieron procesos de empobrecimiento objetivo como consecuencia de la recesión y crisis del mercado de trabajo y del deterioro general de sus condiciones de vida. Este último es el responsable mayoritario del aumento global de la pobreza. Dada la diversidad de orígenes de estos hogares estamos en presencia de un segmento social polifacético, heterogéneo, de alta diversidad de carencias, que se resiste a una homologación. La manifestación visible estaría en que los mismos no pueden acceder al consumo de bienes y servicios que componen la canasta familiar y quedan por debajo de la llamada "línea de pobreza".

El fenómeno de la nueva pobreza es multiforme. Al punto tal que un observador se vería tentado de abandonar cualquier intento de generalización que anule su complejidad. "La tres categorías de pobres: pobres estructurales, es decir, aquellos que no conocieron otra cosa que la pobreza; nuevos pobres de los dos tipos, es decir, los hoy rigurosamente pobres y antes no y los empobrecidos -quienes cayeron pero sin perder el acceso a los bienes y servicios básicos, presentan puntos en común y profundas diferencias."(Minujin A. y Kessler G; 1995 pag. 41) Se asemejan en que todos han perdido algo; ya sea de índole individual o familiar logrado años atrás (bienes y servicios a los que se accedía por su propia cuenta) o de tipo social (bienes y servicios que pertenecían a toda la comunidad y que ahora está desarticulados, privatizados o deteriorados (como los servicios públicos, la salud y la educación). Pero el rasgo central que posibilita definirlos en una categoría común es que todos ellos han sufrido procesos de "dispersión" (salarial, ocupacional etc.) "La heterogeneidad actual se origina en que no es solo el ingreso lo que define las condiciones de vida de los nuevos pobres: también entran en juego factores de tipo económico, cultural, social vinculados con el pasado de cada uno, con su vida de no pobres. Una diversidad de recursos, distintos del capital económico ya esfumado, se transformarán en herramientas principales una vez en la pobreza." (pag.43) El universo de la pobreza es complejo en tanto los procesos de exclusión que lo configuran son relativos a cada segmento social y abarcan un amplio espectro de situaciones y trayectorias de vida (Murmis M. y Feldman S; 1995) Por otra parte, parece ser invisible, ya que no tiene una localización espacial clara sino que se presenta difuso y en este sentido difícil de asir. "Mientras que los viejos pobres viven en barrios y enclaves reconocibles por todos, los nuevos pobres no. Casi cualquier barrio, prácticamente cualquier edificio de clase media puede albergarlos. Es una pobreza privada, de puertas adentro." (Minijín A. y Kessler G.; 1995 pag. 48)

Génesis y apogeo de un micromundo fabril 1

La ciudad de Villa Tesei formó parte históricamente del Partido de Morón. Desde mediados de 1995 pertenece al Partido de Hurlingham, uno de los recientemente fundados en el conurbano bonaerense y cuenta con una población aproximada de 60.000 habitantes. La génesis de este núcleo urbano debe entenderse atendiendo a dos fuerzas constitutivas: (a) la radicación de industrias básicamente en los años 30 y 40 a partir de la inversión de capitales de riesgo de orígen europeo (b) las oleadas imigratorias de extranjeros (de fin de siglo pasado y del período de entreguerras) y las migraciones del interior de nuestro de país, ocurridas en los años 50, que acudían a la zona por la demanda de mano de obra a gran escala de estas industrias.

Además de esta historia de la ciudad ligada a la construcción objetiva de un mundo fabril (que es posible rastrear en algunos escritos de circulación restringida), es interesante recuperar lo que aparece en los relatos de sus habitantes, como momento fundacional, como mito de orígen. En estos puede apreciarse como la ciudad está entrañablemente ligada al "trabajo" y al "esfuerzo de hombres". "Santos Tesei, fue un hombre, uno de los primeros que monta un almacén de ramos generales, una posta de paso para los reseros en su ida o vuelta del matadero, almacén que luego constituyó en agencia de trabajo y depósito de dinero, correo, restaurant, allí donde no había más que campo". Si bien el modo en que se estructuran los relatos y los contenidos sobre el orígen y la historia del lugar denuncia evaluaciones contradictorias sobre el perfil de este pionero, hay algo que aparece siempre con el status de un valor innegable : el esfuerzo y el tesón de este sujeto y de los otros -en su mayoría dueños de tierras dedicadas a la ganadería.

La radicación de capitales productivos en Villa Tesei ocurre mayoritariamente en los años `30. En el '28 la Compañia Bemberg instala FERMOLAC una fábrica de levadura de gran volúmen. En el '36 comienza a funcionar la que en su momento de gloria llegará ser la fábrica textil más grande de latinoamérica, ITALAR, cuya participación en la consolidación de la villa no se restringe solo a lo económico sino también a la vida social y comunitaria. En el '40 se levanta CIDEC, una curtiembre que alcanzó prestigio internacional y que hoy, aunque minimizada, todavía funciona. Las industrias que se radican en la década siguiente no alcanzan una magnitud similar-en cuanto a capital invertido, y a mano de obra contratada- a las recien mencionadas. En el '42 se construye una fábrica de gelatina, STAUFFER, hoy planta de fabricación de productos bioindustriales. En el '42 se instala UBYCO, fábrica de productos químicos que funciona en la actualidad. Existe una excepción, SCHCOLNIK, industria celulósica que fabricaba papel, cartón y otros artículos y que tuvo una importancia socioeconómica similar a las textiles y a la curtiembre, hoy desaparecida.

Lo importante es destacar el impacto demográfico y cultural ocurrido por la radicación de estas fábricas. Forjaron un núcleo urbano donde había quintas. En cierto modo inventaron este lugar. Tesei surgió del trabajo industrial.

Sus barrios fueron asentamientos obreros que se montaron en gran medida por el apoyo crediticio empresarial y en parte por el ahorro doméstico que surgía de la estabilidad de los ingresos. La villa no fue, por esta causa, un ciudad "dormitorio" en tanto los obreros cumplían una jornada de trabajo a pocas cuadras de su casa y compartían los momentos de esparcimiento y recreación a la misma hora y en los mismos sitios que construyeron a tal fin para la vida pública: un club social y deportivo y múltiples sociedades de fomento, una por cada barrio. Además, el ahorro doméstico se trasladó a la pequeña y mediana inversión comercial. Paralelamente al desarrollo industrial, Tesei construyó un centro de compras importante donde los obreros gastaban sus ingresos; a la vez que creció institucionalmente, con el afincamiento de iglesias, escuelas, bancos, servicios etc.

Ahora bien, a los fines de esta comunicación comentaré brevemente el caso de una de estas industrias que posibilita referirnos a esta ciudad en términos de sociedad laboral-salarial. Textil ITALAR tuvo una enorme gravitación en la vida de la villa, llegó a emplear a 2500 obreros y a pesar de tener una visión humanista de la producción, multiplicó en gran medida sus ganancias e inversiones. La acción concertada de los empresarios y de los sindicalistas textiles propició la construcción de varios barrios organizados de obreros textiles. Desde el inicio se promovió un pacto de crecimiento y convivencia entre capitalistas -por lo menos la faz visible de la patronal- y trabajadores. En los relatos de los protagonistas puede apreciarse la evaluación que éstos últimos realizan respecto de las iniciativas de los empresarios. "En Tesei todos sabían que ITALAR ganaba mucho pero a la vez todos sentían que ganaban también". "Todos fueron propietarios en Tesei". Estos dichos aparecen recurrentemente en las entrevistas y se vuelven especialmente significativos a la hora de interpretar las respuestas políticas posibles.

Si bien los obreros cobraban salarios medios o bajos según su calificación, es importante destacar la posibilidad que tenían de capitalizarse (compraban o alquilaban telares a bajo costo para producción y venta propia). Otra cuestión fundamental que refuerza en cierto modo el sentimiento de propiedad y que aparece reiteradamente en los discursos, es el hecho de que los obreros protagonizaban todo el proceso de producción, al recibir el algodón en bruto y entregar las telas teñidas o incluso prendas listas para la venta.

Una de las manifestaciones más ilustrativas del nivel de organización y de autonomía industrial y comercial de la villa fue la creación de una financiera, una cooperativa de ahorro, promovida por pequeños y medianos inversionistas que funcionó muy bien en los años de gloria de las plantas fabriles. Además, las redes de consumo se extendieron con eficacia. Existían algunas tiendas grandes donde se extendían créditos personales a sola presentación del recibo de sueldo.

El pacto mencionado estipulaba que era correcto que cada parte se llevara la ganancia proporcial a lo que había invertido. Por eso no se generaron divisiones claras entre clases. El obrero trabajaba su turno de 8 horas puntualmente, pero estaba comprando su casa sin ahorcarse y podía ahorrar y consumir bienes y servicios a crédito también. Es por esto que el trabajar significaba tanto para cada trabajador, y era un bien tan preciado por sus familias. Constituía en cierto modo motivo de culto y en torno a él circulaba lo importante de la cultura del lugar.

Considero pertinente pensar este estilo de las relaciones al interior de la fábrica a partir de la tipología construida por Nun (1994). "Para estos trabajadores la sociedad aparece como un orden fáctico no problematizable; y esta naturalización de las relaciones sociales vuelve muy débil - y muy convencional- la imagen que forman de ellas".

Según este autor, el tipo particular de integración particularista es la que explica la resistencia de estos obreros a la acción colectiva, a la representación sindical y a la vida política en general. Además, Nun señala que "...la integración particularista se puede refractar tanto en la imágen optimista de un orden de progreso como en la visión resignada de un órden estático, si bien ésta última parece potencialmente mucho más vulnerable. Pero, en ambos casos, esa integración circunscribe el espacio en el que se mueven y cobran sentido las opiniones (...) ." 2 (pag. 32/33). La ausencia de conflictos entre empresarios y trabajadores tenía que ver fundamentalmente con que, al decir de sus protagonistas, ambos sectores tenía intereses no antagónicos sino complementarios. Si la fábrica producía artículos de 1§ calidad no solo ganaba el mercado de consumo interno sino que también exportaba. A esto le correspondía un aumento en concepto de premio a la productividad. Era un triunfo de todos. Los relatos adquieren sentido cuando intentamos leerlos en función de una misma imágen de mundo. Si ITALAR tenía problemas todos sentirían trastornos. Por eso se abonaba la práctica de la responsabilidad y del agradecimiento. Esta es la razón por la cual los líderes sindicales tuvieron poco protagonismo.

No había en principio necesidad de mediación alguna. "Si un obrero quería discutir un aumento de sueldo lo hacía tomando mate con el capataz". Los mismos compañeros discutían cual era el umbral de petición y ellos mismos legitimaban o desestimaban que ésta fuera elevada.

Otra prueba de la imagen de mundo compartida, de convivencia no antagónica, era la vida pública. El tiempo de esparcimiento, como ya anticipé, se efectuaba en los edificios de las asociaciones intermedias, pero existía un lugar en particular que aparece evocado por todos los entrevistados. Era el Cine construido por la empresa, (conocido como Cine ISA) para que los obreros, sus familias, la patronal y el resto de la comunidad vieran películas y espectáculos a bajo costo o gratis. Ubicado estratégicamente en un terreno del centro de la villa comercial constituyó en gran medida el espacio donde se hicieron masivas y públicas las prácticas asociativas barriales.

Finalmente, mencionaremos que la filiación político partidaria era casi exclusivamente peronista. Si bien Tesei no produjo ni propició la militancia formal en él, uno puede reconstruir los aspectos más generales de este imaginario presente en casi todas las culturas populares urbanas del conurbano bonaerense. Había una imbricación entre la identidad política de ser peronista y la identidad social de ser trabajador. "Hacer política era trabajar" o "Lo único que podíamos hacer era trabajar y esto era una muestra de apoyo al gobierno del General". Los obreros asociaban los pormenores de sus vidas laborales y comunitarias cotidianas a la gran política de Perón. Esto es, trabajar bien, era una práctica política, de apoyo a la política nacional. Sólo algunos consideraban importante tener otra militancia al interior del partido. De hecho, Tesei no produjo practicamente líderes de ningún tipo, ni políticos, ni sindicales. Y las únicas formas de liderazgo se vieron en las asociaciones intermedias e intituciones públicas pero ligadas a la labor silenciosa y anónima de quien hace cosas por la gente.

Asimismo, la relación entre la empresa y el poder político nacional era una cuestión percibida y evaluada por todos los sectores como una causa fundamental del éxito y del crecimiento urbano de la villa. En otras palabras, si ITALAR financiaba la construcción de los barrios obreros era por la decisión y voluntad política del gobierno de Perón de mantener un clima económico favorable a los créditos hipotecarios (de fácil acceso y cuotas bajas).

En síntesis, el trabajo industrial, estable y protegido fue: el que transformó el espacio creando la villa; el principal dador de sentido biográfico y comunitario; la práctica estructurante y axial de la experiencia colectiva de estos agentes; el motor de los vínculos identitarios ligados al "trabajar"; el impulsor y sostenedor de las redes de consumo y de las redes de sociabilidad y pertenencia de la vida asociativa institucional.

De la estabilidad de la integración a la inquietud de la vulnerabilidad. La exclusión en el desmoramiento de la sociedad del trabajo industral.

Dice Castel (1997, pag. 389/90) "Durante mucho tiempo, el sector asalariado acampó a los márgenes de la sociedad; despúes se instaló en ella, pero siguiendo subordinado, y finalmente se difundió hasta envolverla desde un extremo a otro, para imponer su marca en todas partes. Pero precisamente en el momento que parecían haberse impuesto los atributos ligados al trabajo para caracterizar el estatuto que ubicaba y clasificaba al individuo en la sociedad, en detrimento de los otros sostenes de la identidad (como la pertenencia familiar o la inscripción a una comunidad concreta), precisamente en ese momento, decimos, la centralidad del trabajo ha sido brutalmente cuestionada." La propuesta teórica de Castel, como ya señalé en otro lugar (Soldano D.; 1997), es en si misma propositiva pero más aún en las interpretaciones que potencia para la lectura de casos. No pretendo aquí analizarla exhaustivamente sino simplemente destacar algunos pasajes que echan luz sobre la decadencia de este micro mundo industrial y sus repercusiones sociales. Más adelante intentaré pensar las manifestaciones experienciales e identitarias que se produjeron (y producen) en el cono de sombra de este desmoronamiento.

En el transcurso de la década del 80 y lo que va de los 90 especialmente, gran parte del cordón industrial de Tesei y Morón se desactivó y desarticuló abruptamente volatilizándose las inversiones de capital productivo de la zona. Desnacionalización, privatización, vaciamiento de la planta de trabajadores, despidos en masa y cierres definitivos, dejaron sin trabajo al grueso de la población económicamente activa de Tesei y alrededores y a sus familias con posibilidades de consumo y bienestar restringidas. Donde antes se erigían las plantas textiles hoy se han montado megasupermercados.

Sin pretender extrapolar las conclusiones que Castel extrae tras examinar la sociedad francesa, considero pertinente analizar este caso en particular haciendo uso de lo que constituye una variable de su hipótesis explicativa de la exclusión, a saber: la precarización del empleo; cuyas manifestaciones -contratos por tiempo determinado, trabajo provisional, trabajo parcial, becas, pasantías- a las que ya hemos hecho referencia, se contraponen violentamente con la naturaleza del trabajo y de las relaciones laborales en aquella sociedad de integración y estabilidad, donde hegemonizaba el contrato por tiempo indeterminado. El autor no pretende trivializar la gravedad del desempleo, sino que pone particular énfasis en estos procesos que son los que nutren la vulnerabilidad. "El desempleo no es una burbuja que se ha formado en las relaciones laborales y que podría reabsorberse. Empieza a estar claro que la precarización del empleo y el desempleo sa han inscrito en la dinámica actual de la modernización. (...) Lo que corre riesgo de ser cuestionado totalmente es la estructura misma de la relación salarial." (pag. 406)

Es interesante y pertinente para el análisis del caso ITALAR las apreciaciones de este autor respecto de las mutaciones en la función organizativa de la empresa. En el devenir de los procesos de precarización y desempleo, la misma ha ido perdiendo su potencial integrador y estructurador de los agrupamientos humanos estables, hasta convertirse en "una máquina de vulnerabilizar, en incluso de "excluir" (pag. 408) no solo invalidando a los trabajadores que envejecen sino también poniendo cada vez más requisitos para los jóvenes que intentan incorporarse al mercado. Pero aquí hay que destacar la sensata advertencia de este autor, las empresas no son las exclusivas responsables de los procesos, ya que el comportamiento de las mismas es coherente con la lógica del mercado y la tendencia a dominar los cambios tecnológicos.

La viabilidad y eficacia de los procesos que ensanchan la zona de vulnerabilidad, tiene que ver indudablemente con el retiro de las funciones redistributivas del estado y el desfinanciamiento de los servicios e instancias de asistencialismo públicos.

Así, la exclusión como nueva cuestión social, desde el punto de vista de las transformaciones del mercado de trabajo, tiene tres puntos de cristalización: (a) la desestabilización de los estables (esto es, la antigua clase obrera integrada y los asalariados de la pequeña clase media); (b) la ya aludida instalación de la precariedad como modalidad de erosión de la isncripción y cuyo impacto "corrosivo" posibilita hablar de una "cultura de lo aleatorio", de un "vivir al día por el riesgo del desempleo permanente", de "un neopauperismo" y (c) la aparición en escena de los supernumerarios, "los inútiles para el mundo", que no pueden ocupar un lugar en la estructura social y permanecen en estado de flotación descalificados para cualquier protagonismo.

Experiencias subjetivas en el cono de sombra del desmoramiento. Una propuesta para pensar la exclusión

¨Qúe ha pasado con los trabajadores de Tesei en estos últimos años a partir de estas mutaciones?. ¨Qúe efectos de estas fuerzas "corrosivas" pueden constatarse en relación a sus identidades sociales?. ¨Han cambiado los entramados barriales asociativos, resquebrajándose o fortaleciéndose o, por el contrario, han permanecido inmutables? Cuando camino las calles de Tesei, su avenida principal -en la que transcurrió lo relevante de su historia industrial, comercial, comunitaria-, cuando entro a las casas de su gente para realizar las entrevistas, cuando observo asambleas en los clubes y asociaciones de fomento, es recurrente la visualización de una imagen de erosión, de crisis, de pérdida, de desgaste. Lo importante, y en relación a esto volveremos luego, es que esta imágen no aparece asociada a una explosión, a un grito, a un reclamo, sino que hasta en la geografía de la villa se preserva cierto estilo de orden. Es como si el derrumbe, la desactivación de la inscripción social, la agonía del mundo del trabajo industrial, la retracción de las tradicionales redes de consumo, hubieran ocurrido silenciosamente, como una implosión paulatina que reabsorve sus propios desechos en el interior de las casas con el sesgo de lo que apenas puede postergarse porque es inevitablemente irreversible.

Los habitantes de Tesei, aún con la diversidad existente en sus formas de vida, han sufrido procesos de empobrecimiento que se tornan visibles no solo en la pérdida de su capacidad adquisitiva sino además en la invención de estrategias conductuales cuya misión es contrarrestar los efectos de la crisis. Por citar la más extendida: la extensión y complejización de las formas de cuentapropismo doméstico -remiserías, kioscos, fabricación de comida casera etc.

Ahora bien ¨qué ha pasado con la identidad del trabajador de Tesei una vez que éste ha sido llevado a la inactividad forzada? Es casi obvio proponer que la misma no pudo desaparecer instantaneamente, entre otras cosas porque aún el hecho de haber sido el trabajo "el gran motor de integración", las importantes redes de pertenencia que se entretejieron circundándolo subsisten y las formas de nominación -aunque transformadas- todavía operan interpelando a estos agentes.

Es pertinente introducir aquí la otra variable tomada en cuenta por Castel para explicar los procesos de exclusión: la vulnerabilidad relacional social . Con esta noción intenta analizar las diferentes densidades de la inscripción en redes familiares y de sociabilidad, noción que admite tres momentos: la plena inserción, la fragilidad y el aislamiento social. La conexión de los dos ejes de inscripción que componen la apuesta del autor determinan diferentes zonas: de integración, de vulnerabilidad, de asistencia, de desafiliación. No me detendré en la caracterización de cada una de ellas, simplemente mencionaré que la correlación entre ambos ejes es más clara en los casos extremos donde opera una expulsión total del orden del trabajo y a la vez, un aislamiento de la persona.

En las zonas intermedias las relaciones entre los ejes es más compleja y no admite generalizaciones. De hecho, mi hipótesis es que Tesei puede pensarse como una zona de vulnerabilidad, en donde la degradación del trabajo (del industrial al terciario y/o precario informal recién planteado) no aparece en principio acompañada por una degradación del capital relacional. Por el contrario, lejos de "enfriarse", las redes de sociabilidad (vínculos entre vecinos, participación en asociaciones barriales) parecen haber adquirido mayor protagonismo a la hora de explicitar y de resolver las cuestiones públicas. Esto podría proponerse como la razón por la cual no se producen situaciones de "desafiliación", en tanto dichas instancias relacionales son de algun modo estructuras dadoras de sentido y articuladoras de proyectos colectivos.

Ahora bien, a mi modo de ver esta apropiación de ciertos tramos del argumento casteliano no alcanza para captar lo que he propuesto en la primera parte de esta comunicación como la problemática central de mi investigación, a saber: los mecanismos de apropiación biográfica subjetiva e intersubjetiva de la situación estructural de exclusión, las operatorias de percepción individual y de significación social inherentes a este universo. A tal fin, introduciré suscintamente algunos criterios teóricos que son tenidos en cuenta también en el trabajo de campo.

El meollo de la cuestión es, como es percibida por los agentes la inestabilidad objetiva de los ejes de inscripción o estatutos . Dadas ciertas peculiaridades del caso lo que era el marco conceptual inicial ha sido considerablemente ampliado. En el comienzo, yo articulé las diferentes preguntas y objetivos a partir del concepto de habitus, "sentido práctico" y "estrategia" tal como los plantea P. Bourdieu (1991). Desplegaré someramente esta red conceptual.

En tanto principio de generación y estructuración de las prácticas el habitus puede ser metaforizado como una "bisagra" entre las estructuras objetivas y las subjetivas.

Este recurso análitico permite comprender que tanto éstas como aquellas, lejos de ser extrañas por naturaleza y de excluirse recíprocamente, son por el contrario, dos estados de la misma realidad. Si bien habitus remite a aquello estructural y exterior que se ha internalizado históricamente en forma de disposiciones a percibir, valorar, actuar, sentir y pensar (y en este sentido se ha convertido en una segunda naturaleza socialmente constituida) también es capital, matriz a partir de la cual el agente será capaz de redefinir, innovando y organizado nuevas situaciones. Habitus es estructura estructurante en tanto implica necesidad y limitación -impuestas a través de los procesos de internalización de las disposiciones durables- y, a la vez, posibilidad de invención, recurso para alterar y reestructurar esquemas y disposiciones de percepción individuales y sociales.

El sentido práctico o "saber hacer" en el contexto de una situación determinada es el resultado de la incorporación de una práctica que enseña al agente el sentido del juego.

En otras palabras, es el juego social incorporado. Ahora bien, que el habitus constituya un sistema de disposiciones estructurales internalizadas durables no implica que sea inmutable. El concepto de estrategia como modalidad de la acción -en tanto escapa de su identificación con la idea de cálculo racional y del peligro de sumerger la potencialidad innovadora de la práctica en el determinismo de las estructuras-, permite pensar momentos en los que a partir de la presión contextual la intervención se vuelve creativa. El agente social puede encontrarse frente a situaciones nuevas que le exijan reformular sus disposiciones e incluso puede someterlas (pero esto solo si va acompañado de un interés más generalizado a todo el sistema) a un monitoreo reflexivo. Pero nuevamente, para Bourdieu, éstas parecen ser situaciones muy esporádicas en tanto en el transcurso de sus vidas cotidianas los agentes están constantemente expuestos a encontrarse (tienden a hacerlo) frente a situaciones homólogas y semejantes a aquellas en las cuáles se formaron sus disposiciones reforzando, así, sus mecanismos experienciales.

Cuando avancé en la etnografía noté que rastrear la genealogía de estos esquemas de percepción, valoración y acción era meterme cada vez más en cuestiones de índole biográfica y familiar; de experiencia y memoria colectiva.

Era necesario un enfoque que priorizara la dimensión cultural -sus prácticas de producción, reproducción y transmisión-, es decir, que tematizara la constitución de identidades sociales a partir de estudiar las formas de apropiacióan y resignificación de la historia colectiva.

Empecé a evaluar cuál podía ser el aporte tanto de los sociólogos de la vida cotidiana como el de los autores emparentados con el concepto fenomenológico de "mundo de la vida". La apropiación de la noción de lebenswelt no es una estrategia teórica fácil de explicitar. No entraremos aquí en detalle en el debate que ha girado en torno a las características de de la misma, sino que construiremos un argumento operativo desde el aporte de Habermas y Schutz.

En Habermas (1987) "Acción comunicativa" -la interacción dialógica orientada al entendimiento- y "mundo de la vida" son nociones en impostergable imbricación. Esta última, remite a un tipo especial de saber implícito, práctico y no reflexivo; un "saber de fondo", precientífico, no cuestionado pero siempre cuestionable que conforma la normalidad mundana. Lo central aquí es el carácter de externalidad, coerción y lingüisticidad inherente a las estructuras del mundo de la vida. En la caracterización del lebenswelt, Habermas sigue muy de cerca a Schutz quien incorporó los fundamentos fenomenológicos a la sociología comprensiva weberiana. Las reflexiones de Alfred Schutz enfatizaron el análisis en los circuitos del "sentido común" . "Quiero que se entienda por 'realidad social', a la suma total de objetos y sucesos dentro del mundo sociocultural, tal como los experimenta el pensamiento de sentido común de los hombres que viven su existencia cotidiana entre sus semejantes, con quienes los vinculan múltiples relaciones de interacción" (Schutz A.; 1967 pag.

74/75) En suma, el mundo institucional en el que los hombres se mueven, aquel que se inscribe como un mundo no privado sino intersubjetivo y que presupone la intercomunicación y el lenguaje. Lo central aquí es la noción de Verstehen - forma de conocimiento experiencial de sentido común-, mecanismo de conocimiento preteórico que posibilita la comprensión del mundo y de las acciones de los hombres en él. "El mundo es experimentado desde un principio, en el pensamiento precientífico de la vida cotidiana, a la manera de lo típico. Los objetos y sucesos singulares que se nos dan en un aspecto singular son singulares dentro de un típico horizonte de familiaridad y conocimiento previo por trato directo". (pag. 80).

La comunidad requiere de un espacio de convivencia, de un territorio geográfico, que se constituya escenario de las prácticas cotidianas y sea reconocido como un lugar común y compartido de expresiones afectivas, culturales, sociales, políticas, económicas. El espacio social es el lugar de la experiencia común.

La noción de experiencia colectiva adquiere centralidad singular en esta investigación, porque no solo da cuenta de la historicidad del mundo de vida comunitario, sino que posibilita reflexionar acerca de los mecanismos por los cuales los agentes se reconocen como participando en una misma situación estructural. La experiencia colectiva puede pensarse como constituída por estratos temporales que se sedimentan y resignifican publicamente a partir del impacto de sucesos internos o externos a la comunidad. La misma otorga sentido a las vivencias individuales y a las acciones colectivas y permite recordarlas y resignificarlas como sucesos pertenecientes a un "nosotros" y no simplemente a un "yo". "Se expresa en el lenguaje (chistes, refranes, historias, leyendas, fotografías, recortes de periódicos, diarios y cartas, grabaciones, libros, días conmemorativos, fiestas, monumentos y también en los discursos a manera de tipificaciones tales como "cuando sucedió tal cosa..."; "el día en que nosotros...") (Estrada Saavedra; 1995 pag. 78) y en las prácticas que pueden adquirir un importante nivel de rutinización, cristalizándose, así, en instituciones.

Ahora bien, decentrañar la instancia de la experiencia colectiva posibilita pensar los mecanismos de producción de las prácticas políticas en general y de las acciones colectivas en particular llevadas a cabo por miembros de la comunidad. "La experiencia colectiva es el factor que media entre las condiciones estructurales, la forma en que el mundo de vida es vivido comunitariamente, y la manera en que dicha comunidad se moviliza para la acción organizada".

(pag.81) Es importante destacar que esta mediación es un proceso complejo cuyo desevolvimiento debe problematizarse en cada caso.

Otro concepto clave que estoy utilizando -subsidiario del anterior- es el de redes de pertenencia.. El mismo es hoy bastante corriente en la bibliografía sobre las formas de acción colectiva3 y refiere a los entramados de las interacciones sociales cotidianas que posibilitan el sostenimiento de identidad, la cohesión comunitaria, la solidaridad y la resocialización sobre la base de cierta visión del mundo compartida.

La memoria colectiva -registro del que también pretendo dar cuenta y que he presentado como vertebral en los procesos de apropiación biográfica de las fuerzas de exclusión- se hallaría inmersa en esas redes como "un conjunto de experiencias y saberes históricamente alcanzados a través de conflictos y sedimentados en creencias y prácticas sociales (...) en tradiciones que reciben los miembros por medio de la socialización.(...) La memoria, como temporalidad histórica, hace referencia al mundo, lo explica y lo llena de sentido. Se expresa, pues, en experiencias de significados compartidos en que la comunidad se autocomprende y que tales experiencias se traen al presente y se fijan intencionalmente en actos y proyectos comunitarios y biográficos" (pag. 85)

La experiencia se sedimenta, pues, en la memoria colectiva y necesita reactivarse a través de la reflexión, del recuerdo y de la tematización cada vez que sea necesario orientar la acción. Así, la memoria colectiva es la base de la identidad social y, a la vez, en ella se manifiesta y permanece (pag. 86)

Llegamos de este modo al último de los conceptos de esta estrategia teórica. La identidad social "es un estado subjetivo generalizado y compartido por la comunidad que se expresa aunque no únicamente, en la solidaridad intersubjetiva cotidiana refrendando su pertenencia a ésta." "Se manifiesta visiblemente en los compromisos de los actores a movilizarse en vista a intereses colectivos (...); lo que no significa, necesariamente que fuera de dichas movilizaciones la identidad no exista sino que se halla como "transfondo no actualizado", puesto que se expresa además a través de prácticas cotidianas que reproducen no sólo la particularidad del actor sino al conjunto de esa vida cotidiana compartida." (pag. 86) "No es un estado permanente de cosas, es una realización constante que también puede fracasar.(...) Como realización, pues, es un proceso histórico de autocomprensión (necesariamente limitado) a través de la , como por ejemplo, otros actores colectivos, comunidades, grupos sociales, etc, que funcionan como horizonte, medio y fin de sentido." (pag.89)

Finalmente, la identidad provee de un nombre en primera persona del plural que en tanto reconocido intersubjetivamente, sirve para autorreferenciarse dialógicamente.Así, conseguimos concatenar esta red conceptual que en principio resultó suficente para ampliar la mirada hacia lo que en la investigación aparece como especialmente significativo: el modo en cada persona ubica y signfica su propia vida en el contexto más amplio de experiencias colectivas.

Planeando una hermenéutica de la vida política

En el transcurso de esta comunicación he planteado algunas cuestiones propias de la vida política de Villa Tesei, entendiendo por esta el amplio espectro de elementos explicitados al inicio. Resumiendo podríamos decir que: (a) la principal práctica social pública ha sido y es, la asociativa barrial; (b) que las biografías urbanas denuncian una importante imbricación entre la identidad social ligada al mundo del trabajo industrial y la práctica política reproductiva consensual ("ser peronista es ser trabajador").

De más está decir que estas afirmaciones no pretenden clausurar el análisis. Por el contrario operan como disparadores para profundizarlo cada vez más. En el desarrollo de las entrevistas intento poner en funcionamiento todo el herramental conceptual recién descripto. El objetivo básico en cada una de ellas es reconstruir la trayectoria biográfica/familiar en los dos momentos claves de la historia del lugar (génesis/auge y decadencia/crisis del mundo fabril). Además, intento captar la percepción y evaluación subjetiva que los agentes entrevistados producen respecto de esta trayectoria, que es lo mismo que decir (dadas las puntualizaciones conceptuales que realicé más arriba) intento una hermenéutica de las estructuras de significación (los entramados simbólicos) presentes en los registros de la experiencia y memoria colectiva.

El camino a recorrer es, por una lado, interpretar la vida política a partir de sus modalidades propositivas (prácticas asociativas comunitarias; militancia formal e informal en movimientos sociales, partidos y sindicatos; compromiso activo en redes clientelares) y por el otro, concentrar la atención en la producción mayoritaria de la política reproductiva, esto es, en las tipificaciones y representaciones del sentido común que orientan la apatía (el desinterés político) y que, en cierto modo, pueden proponerse hipotéticamente como razones que explican la inexistencia de protestas sociales en el período 83/95.

Añadiré algo más en relación a esto último y volviendo a la imagen de implosión paulatina que propuse antes. Las evaluaciones acerca de la crisis no son idénticas; sin embargo, hay algo recurrente en lo "ánimos", que denominaré: aceptación pasiva del carácter inevitable de la realidad. Si bien se han suscitado comentarios de disconformidad, los mismos operaron más bien en un registro atomizado que consiguió (o pretende conseguir) una solución privada a la angustiante desestabilización sufrida.4 Finalmente, arriesgando una lectura en perspectiva, diría que Villa Tesei ha invertido sus tiempo y sus recursos materiales y simbólicos en la construcción de la resignación.

Daniela Soldano UBACyT / CECyP

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NOTAS

1 El desarrollo de esta sección se basa en los resultados preliminares de los primeros meses de investigación. La información que aquí presento fue extraida de fuentes formales tales como cuadernillos del Centro de Estudios Bonaerenses (que procesó los datos del Censo económico `94), el Informe económico trimestral, la Encuesta Permanente de Hogares.. Para reconstruir la historia de Villa Tesei he utilizado: Pumiere J., 1971 Historia de Hurlingham , Editorial " Diario El Progreso"; la obra: Partido de Morón, una pujante realidad Edición de la Municipalidad. Año 1981; archivos de los diarios locales: "El progreso", "El espejo", "Nuestras noticias"; boletines informativos de Asociaciones intermedias, gacetilla de la Asociación de industriales, comerciantes y prefesionales de Villa Tesei (ACIPT). También relato algunos pasajes de las entrevistas que aparecen en el texto indicados en cursiva.

2 En la investigación, la lectura se complejiza al integrar también el "Tipo 2" como herramienta de interpretación - "integración deferente", conciencia de pertenecer a un orden moral del trabajo.

3 Ver Melucci A. (1986) y Tilly C. (1978)

4 Un ejemplo ilustrativo de este tipo de estrategias de salvación individual es el modus operandi de los Programas de generación de empleo impulsados por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires en convenio con las municipalidades. Estos programas surgen de proyectos presentados por las asociaciones intermedias y estipulan contratos de trabajo precarizado destinado a desocupados jóvenes. Sin aportes previsionales, ni cobertura social, los trabajadores desempeñan durante 6 meses tareas de baja calificación tales como picar cordones, asfaltar, desmalezar etc.

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