1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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I CONGRESO INTERNACIONAL de " POBRES Y POBREZA

NIÑOS, POBRES Y TRABAJADORES.

LA NECESIDAD DE UNA ESTRATEGIA MÚLTIPLE PARA EL ABORDAJE DE UN FENÓMENO SOCIAL CRECIENTE.

Alicia Lezcano1

I. INTRODUCCION

El trabajo infantil, o sea todas aquellas actividades que desempeñan los niños menores de 14 años a fin de obtener una retribución material o simbólica, ha tenido una significación diferente a lo largo de la historia y de las condiciones políticas, económicas, jurídicas propias de distintas sociedades. Sin embargo, las últimas dos décadas han presentado un importante incremento de esta población trabajadora que es parte de la realidad cotidiana en los centros urbanos de los países latinoamericanos. La Organización Internacional del Trabajo estima que, en algunos países de la región, el 50% de la población vive dentro de los niveles de pobreza absoluta. América Latina cuenta con una población de 450 millones de habitantes, de los cuales 150 millones constituyen la población económicamente activa. Los niveles de desempleo y subempleo trepan a una media del 28% (en algunos países de la región los índices alcanzan el 50 %) y el 13 % (aproximadamente 58 millones de niños) de la población trabajadora, está integrada por niños de entre 5 y 14 años. En nuestro país, solo en el grupo etáreo de 10 a 14 años, hay más de 200.000 trabajadores infantiles2. Una estimación cualitativa indicaba que solo el 14,1 % de esta población estaría trabajando en las calles (Rodríguez, 1993). Con ello el 85,9 % de este segmento de la población económicamente activa trabaja bajo una condición particular que implica su ocultamiento. De ellos poco se sabe, dada que es escasa o nula la producción de investigaciones que describan, analicen o caractericen este problema.

En nuestro país existen dificultades para el registro y creemos que parte de estos inconvenientes se basan en que este fenómeno social no es tenido en cuenta en su total magnitud. En este sentido una de las interpretaciones más comunes, es aquella que tiende a subestimar o a negar su importancia real, atribuyéndole, así, un carácter secundario y reducido. Esto es, no se lo define como trabajo sino como actividades subalternas con pocos rasgos comunes con el trabajo adulto. Desde esta perspectiva, el trabajo es aquel que se incorpora y se desempeña en el sistema productivo formal y bajo un régimen de asalarización regular (G. Schibotto 1990). Con lo cual este tipo de problemáticas (trabajo infantil), se analiza desde una perspectiva social pero se desprecia su valor económico y estadístico. Esto hace que se lo trate marginalmente, sobre todo a la hora del relevamiento censal o muestral tal y como lo hace la Encuesta Permanente en Hogares. Si bien es cierto que existe un problema de percepción entre algunos actores implicados en el relevamiento,-"...muchos padres no reconocen que sus hijos trabajan, porque en realidad quien es subcontratado y quien perciben ingresos es él (padre) ..." "...o bien tienen miedo de porque están contraviniendo disposiciones legales que prohiben el trabajo de los niños..." Entrevistas con equipos responsables técnicos del INDEC/EPH.- también, es cierto que este mismo carácter marginal que se le atribuye, impide profundizar el conocimiento acerca de aspectos deben ser tenidos en cuenta para la captación.

El presente trabajo tiene como objetivo presentar una descripción acabada de los procedimientos metodológicos - cualitativos-, seguidos durante la etapas previas y en la misma selección de casos, la recolección y análisis de datos que se hizo para la investigación que se llevo a cabo durante el periodo 1995-1997 "El Trabajo Infantil Urbano en Argentina Caracterización y Comprensión. Estudio comparativo" - correspondiente al plan de tesis presentado y aprobado para el Doctorado de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires-.

II. CONSIDERACIONES GENERALES

A partir de 1989, en nuestro país se impulsa un cambio en el patrón de acumulación prevaleciente hasta la fecha.

Algunos de los factores que impulsan este cambio son: el retiro del Estado en la producción de bienes y servicios, una promoción desigual de actividades, regiones y actores sociales, y de la provisión de economías externas al capital privado, se suma a esto la desregulación de la economía y una importante retracción del Estado en su función redistributiva. En este contexto se observan: altas tasas de desempleo y subempleo, falta de generación de empleos genuinos y la creciente incorporación de trabajadores "adicionales" en sectores de la economía con alta propensión a la informalidad como comercio y servicios. Parte de esos trabajadores "adicionales" son niños de menos de 14 años.

El ingreso precoz de los niños al mercado de trabajo ha estado y está determinado por la multipresencia de factores que dependen, fundamentalmente, del contexto socioeconómico, histórico, cultural y jurídico. Este fenómeno social que crece día a día en los países latinoamericanos, aunque no debe vincularse directamente a las situaciones de pobreza ancestrales o nuevas como un aspecto cultural o educativo, tiene a la marginalidad, la pauperización y la exclusión económica y ecológica como escenario principal.

El trabajo infantil tiene distintos ámbitos de realización3 y en cada uno de esos ámbitos -calle, barrio, taller, pequeño comercio, etc.- los niños interactúan con otros actores sociales y en contextos que "influyen y determinan" sus decisiones, intenciones, actitudes y creencias y por lo tanto definirán desde la edad en que se involucra con el trabajo hasta el tipo de actividad económica o extraeconomica que realizara. Estos ámbitos definen, en principio dos espacios de observación y análisis. Uno de ellos hace ostensible el trabajo de los niños dado que es fácil visualizar su presencia cotidiana en lugares de gran concentración y exposición pública, la calle. El otro, menos manifiesto, si se quiere más privado, es el que "oculta" al trabajo infantil, son los espacios microsociales que encontramos cotidianamente en la ciudades colindantes a los grandes centros urbanos. Son estos mismos espacios los que determinan a los trabajadores infantiles como "visibles" o "invisibles u ocultos".

Más allá de la visibilidad o la invisibilidad que asumen las diferentes practicas socilaborales que realizan los niños, nosotros comprobamos, entre otras cosas, que no existe un conocimiento profundo y con ello una interpretación acabada de esta problemática tanto a nivel micro como macrosocial, ya no solo de los significados que se le atribuye al trabajo infantil sino más bien de las características esenciales que asumen estas practicas.

Como queda expresado este es un fenómeno social de alta complejidad, dado que nos encontramos frente a dos cuestiones esenciales: Por un lado, los sujetos bajo análisis son niños. A su vez estos niños se encuentran enmarcados en contextos donde se construyen relaciones sociales que son fuertemente determinadas, aunque no en forma excluyente, por situaciones de extrema pobreza, constituciones familiares particulares, altos grados de violencia social y formas culturales ancestrales diferentes. Por otro lado, tienen una condición común que los define como trabajadores y es la necesidad de fijar estrategias individuales o colectivas que le permiten ingresar al mercado de trabajo urbano, a fin de satisfacer necesidades vitales. En estos espacios los niños formalizan diversas estrategias sociolaborales y esto hace que ellos deban vincularse con "otros sociales", esto pueden ser pares o adultos. Cuando hablamos de adultos nos referimos no solo a aquellos con los que los niños pueden establecer una relación laboral, sino, también a aquellos que influyen , estimulan (parientes, conocidos, amigos, empleadores, etc.) o penalizan4 su actividad y que en definitiva son quienes conforman un complejo entramado de relaciones que constituyen el "mundo social" del niño trabajador.

La complejidad de estas relaciones no pueden ser aprendidas a partir de registros estadísticos que no incluyen criterios adecuados. Por ello, planteamos analizar la problemática desde distintos niveles de observación, cada uno de estos niveles representan ámbitos de interacción, del niño con otros niños, con adultos y entre adultos entre sí, y el medio en el que desarrollan las actividades laborales, como así los contextos sociales, jurídicos, políticos y económicos que los implican.

Para esta investigación propusimos como objetivo central: comprender y caracterizar el significado que asume el Trabajo Infantil a partir de un estudio comparativo entre los posibles sentidos que le asignan al mismo los distintos actores sociales involucrados en la problemática, esto es niños e "instituciones". A tal fin planteamos tres objetivos específicos: El primero, es el de estudiar el significado que le asignan al trabajo infantil los propios niños trabajadores a partir del reconocimiento de algunas características constitutivas que lo determinan como trabajador. El segundo, es el de examinar el sentido que le conceden las "instituciones", que están implicadas directamente con los niños y su actividad laboral. Y en tercer lugar, reconocer los contextos políticos, jurídicos, sociales y económicos que "influyen", de manera "negativa o positiva", al trabajo infantil.

Este estudio se ha desarrollado en tres concentraciones urbanas: Gran Buenos Aires, Rosario, y Neuquén, en el período comprendido entre 1985 y 1995. Hemos utilizado una estrategia metodológica cualitativa.

En primer lugar, diremos que la elección de contextos diferentes nos permitió, por un lado, ampliar la posibilidad de análisis y comparabilidad a fin de establecer regularidades más generales. Y por otro, aumentar la confiabilidad y la validez de nuestra investigación "en la medida que esta regularidad de aparición de los datos se produce sin importar como quiera y donde quiera que sea llevado a cabo" (Kirk 1986) En segundo, lugar, en nuestra búsqueda -selección de los casos- advertimos que las transformaciones a nivel macrosocial operaban, en cierto sentido, transformaciones en las relaciones microsociales. Indices elevados de desocupación, administraciones gubernamentales ausentes, violencia y abuso eran algunas cuestiones que aparecían en las escenas cotidianas.

En tercer lugar, para poder comprender los significados que tanto niños como adultos conferían al trabajo infantil era imprescindible conocer y reconocer las prácticas constitutivas de dicho sentido.

Para emprender esta tarea y por lo antes expuesto era esencial, entonces, orientar nuestra investigación desde una perspectiva teórica-metodológica que nos permita reconocer en profundidad este tipo de problemática y con ello avanzar hacia un nivel de conceptualización mayor a partir de la integración de variadas observaciones, perspectivas teóricas, fuentes de datos y metodológicas (Denzin 1978, Fielding 1986).

III. PRESENTACION DE LA ESTRATEGIA METODOLOGICA

En este apartado intentaremos presentar y justificar tanto la elección de la estrategia metodología, las técnicas utilizadas, las dificultades encontradas y las estrategias de análisis que se aplican para esta investigación.

3.1. La necesidad de un conocimiento en profundidad.

Decíamos en párrafos anteriores, que estamos abordando un tipo de problemática complicada tanto en su reconocimiento como en los intentos de explicación que se pueden hacer dadas la características de la constitución que implica la unidad de análisis bajo estudio, niños trabajadores. Para nosotros solo fue posible conocerlo a partir de la practica etnográfica.

La etnografía es un método de investigación social que trabaja con una amplia gama de fuentes de información.

Quien adopta ese tipo de metodología participa activamente de la vida cotidiana de las personas durante un período de tiempo relativamente extenso recogiendo todo tipo de datos accesibles para poder reconocer prácticas sociales que son difíciles de visualizar en el marco de entrevistas de corta duración (Hammersleym, Atkinson 1994). Sabemos que es la forma más básica de investigación social, pero que también , la misma, genera una interacción entre convertir lo familiar en extraño y lo extraño en familiar (R. Rosaldo 1991). Guarda una estrecha semejanza con la manera como la gente otorga "sentido" a las cosas de la vida cotidiana.

Inicialmente, el trabajo de campo etnográfico es el método que sigue siendo inusualmente sensitivo. La observación participante obliga a sus practicantes a experimentar, a un nivel tanto intelectual como corporal, las vicisitudes de la traducción. Requiere de un arduo aprendizaje del lenguaje, y a menudo un desarreglo de las expectativas personales y culturales (J. Clifford 19 ). Efectivamente en nuestro caso estos que aparecen como principios básicos para el método debieron ser aplicados una y otra vez para poder acercarnos al conocimiento.

En cualquier circunstancia cuando el investigador se acerca al campo debe estar "preparado" para establecer un buen "rapport". Sin embargo, en este caso el acercamiento y la relación implican una especial habilidad, ya que no solo se trata de niños, sino que es una porción de la niñez que trabaja. Se trata en general de niños muy introvertidos, temerosos y con una fuerte propensión a la sumisión, aunque la percepción generalizada sea la contraria. Causan aprehensión, se los piensa como los hijos de familias inescrupulosas que envían a sus hijos a trabajar a las calles para satisfacer sus necesidades personales, o bien, que la pobreza extrema de las familias se relaciona inexorablemente con la promiscuidad, la negligencia y la incapacidad de constituir hogares ejemplares que les permitieran brindar protección y abrigo a la prole.

Prejuicios y percepciones provocan en los niños una especial aversión al acercamiento de personas ajenas a su entorno más próximo. Con lo cual, el investigador debe poder además de fijar estrategias múltiples de acercamiento lograr la confianza de los niños. Esto impone por un lado cierta amplitud de criterio para dejar de lado tanto prejuicios como preconceptos y por otro una especial disposición para poner a prueba nuestra propia confiabilidad, con respecto a ellos.

Lo interesante del relato aparece vinculado a como fue posible el acceso a la información y bajo que condiciones se hizo tanto el reconocimiento de las practicas sociolaborales de los niños que trabajan en la calle como entre aquellos que lo hacen en ámbitos de escasa visibilidad.

Los primeros contactos en los ámbitos callejeros presentaron una especial dificultad dado que la observación participante entre los grupos no solo alteraba el comportamiento de los mismos, sino que generaba mucha desconfianza entre ellos. Debe pensarse que estos grupos habitualmente son perseguidos por organismos de seguridad o del patronato de menores como por ejemplo , policía, policía de menores, asistentes sociales, etc.. De este modo fue que decidimos otras formas de acercamiento.

Desde 1984 en nuestro país se impulsaron programas especiales de atención para este tipo de poblaciones. Los programas cuentan desde entonces con lo que se conoce habitualmente como operadores callejeros o educadores callejeros o populares. En general se trata de jóvenes, no necesariamente profesionales, que a través de un tiempo y una modalidad determinada logran establecer una relación afectiva con los niños en la calle. Para vincularnos con este tipo de actores entonces fue necesario relacionarnos primero a los proyectos y programas, pasar una suerte de evaluación a cargo de los miembros del mismo5 para que se nos habilitara el contacto con los operadores y muy posteriormente con los niños. Una de las experiencias mas complejas pero simultáneamente más enriquecedoras para la investigación, fue la de hacer callejeada durante noches y días con los operadores en los distintos centros urbanos.

La callejeada es una metodología de trabajo en la que se recorren los mismos circuitos espaciales de encuentro y laborales que tienen los niños. Por lo general se hace en horarios en que se estima que el niño puede estar más expuesto al peligro, es decir por la noche y entrada la madrugada. Se recorre avenidas, plazas, centros comerciales, vagones de trenes, estaciones terminales de transporte público, etc. Allí los niños puede estar desde abriendo puertas de autos o mendigando, - trabajando- hasta compartiendo el consumo de inahalantes u otro tipo de adiciones. La intervención nunca es compulsiva y los contactos se evalúan desde el sentido común y entendiendo las necesidades del niño. En este tiempo no solo el investigador debe demostrar su disponibilidad de tiempo sino su capacidad para establecer una buena relación con los niños de lo contrario se termina la relación tanto con niños como adultos. Este aprendizaje nos permitió reconocer lugares y ámbitos espaciales de circulación, tipos de actividad conformación de grupos, relaciones afectivas, de poder/dominación y especialmente percepciones que tienen ellos mismos y los otros sociales con respecto a esta porción de población.

La inmersión profunda nos ha llevado comprobar que este fenómeno social, en primer lugar no representan un todo homogéneo y en segundo lugar que no hay una correspondencia entre las causas que originan el trabajo infantil con los prejuicios o preconceptos enunciados.

En cuanto a la heterogeneidad constitutiva hemos podido determinar que en el caso de los niños que trabajan en la calle existen actividades, formas de relación afectiva, de organización, reclutamiento, condiciones de vida preexistentes y lugares o espacios laborales que nos permiten distinguirlos en dos grupos. Existe entonces dos divisiones principales entre los trabajadores infantiles callejeros: 1.- La primera es la que los define como niños de la calle, o sea son niños que viven y trabajan en las calles y que por un conflicto familiar han sido excluidos de su hogar o han tomado la decisión particular de autoexcluirse del grupo primario. La conducta, los hábitos y los comportamientos, formas de entablar relación con otros sociales, modos de organización de los grupos (más asimilables a la estructura de organización familiar) que los distingue de aquellos que solo recurren a las calles para realizar una actividad económica. Entre estos se observa una libertad mayor de movimientos, gestual y verbal , un dominio particular del espacio y una forma especial de protección del grupo frente a peligros externos. Son niños muy lúdicos aunque esto se ponga de manifiesto en forma violenta. 2.- Los niños que solo trabajan en la calles tienen por el contrario movimientos controlados, poca capacidad de entablar relación con extraños, gestual - pocas veces se ríen- y corporal, el tiempo de entrevista se duplica con respecto a los primeros. Estos niños nunca juegan cuando trabajan6.

Existe por otro lado, una segunda condición que permite definir a un tercer grupo de trabajadores infantiles que no trabaja en las calles y que esta determinada por la invisibilidad de las actividades laborales emprendidas por los niños.

La invisibilidad es una de las formas de encubrir al trabajo infantil. En estos caso al mismo se lo vincula con estrategias esenciales de subsistencia, a la precariedad y la informalidad. Entendiendo lo precario y lo informal como condiciones que trascienden los procesos económicos sino que se vinculan con el progreso de la exclusión social. Se trata de niños que realizan actividades económicas en ámbitos restringidos como el hogar, el taller, centros comunitarios, etc. El limite lo impone el lugar de residencia, el barrio. La invisibilidad esta definida por esta forma de ocultamiento espacial.

En estos casos el acercamiento debió necesariamente hacerse con instituciones secundarias como la escuela, la entidades intermedias - centros comunitarios, sociedades de fomento- ya sea tanto por el grado de ocultamiento que existe frente a la probable sanción legal que implica el trabajo infantil, como por la no percepción de la acción. Esto es, el reconocimiento que el niño trabaje. Se puedo advertir que las "comunidades" de origen de los trabajadores infantiles no solo influían y determinaban los sentidos que les atribuían a su actividad sino que además compartían una importante cantidad de códigos, formas simbólicas, modos de organización, instituciones- en el sentido amplio de la palabra-, costumbres, comportamientos y una apropiación territorial particular y poco habitual. No se trataba entonces de imaginarnos o interpretar rápida y falazmente lo más íntimo de cada noción o de asimilarnos y pensar como uno de ellos. "...las verdaderas concepciones varían de un grupo social a otro y con frecuencia las divergencias son muy tajantes, así como las supuestas interpretaciones...." ( C. Geertz ,1991) 7. La descripción densa nos permitió entonces una perspectiva muy enriquecedora en esta dirección, sobre todo si tenemos en cuenta que era una de las pocas veces que accedíamos a otro tipo de trabajadores infantiles que no fueran trabajadores callejeros.

En cuanto a la visibilidad diremos que parece claro que es la posibilidad de verlos, incluso, en "momentos" que los "otros" sociales simulen no percibirlos. Es habitual que un niño entre a un bar, pase vendiendo su mercadería por un tren y que haya personas que dirijan sus miradas al vacío.

Aún en esos casos la presencia de los niños se hace perceptible en la incomodidad, movimientos estereotipados o forzados de los "otros" sociales. Como vemos todos pertenecen a un mismo universo simbólico. Sin embargo, en el sondeo profundo se pueden observar las diferencias que los constituyen y como las mismas varían de un grupo a otro.

Por último diremos, que este tipo de estrategia nos permitió acercarnos y con ello reconocer las prácticas sociales que se establecen con adultos relacionados con los niños en distintas instituciones - familias, redes sociales, clandestinas, publicas, etc.- que constituyen el mundo simbólico de los niños y que conforman los ámbitos estimuladores, facilicitadores o penalizantes del trabajo infantil. Es importante aclarar que, no obstante la ocurrencia de estas diferencias, encontramos similitudes frente a realidades, grupos y contextos cambiantes.

La utilización de métodos no estandarizados convirtieron a los objetos de estudios en sujetos de la investigación.

Ellos son quienes nos permitieron plasmar la realidad que los cobija. Por tanto pensamos que este tipo de alternativas metodológicas permiten la generación de teorías sustantivas y contribuir a la teoría general desde una perspectiva singular (Glaser y Strauss 1967). Además de ampliar la posibilidad de enriquecer el aporte que se hace desde las perspectivas metodológicas tradicionales.

3.2 Selección de los casos

Dado el dinamismo que impone este tipo de investigaciones - va y viene desde la recolección y el análisis sucesivamente- y sabiendo que el mismo nos podría llevar por diferentes caminos y con ello que el trabajo apareciera viciado por datos de escaso valor, tomamos la decisión de imponer ciertos requisitos de control. La forma más adecuadas para controlarlo lo generaba la posibilidad de hacer una sistemática organización en la selección de los grupos. Una de las perspectivas metodológicas que permiten esta modalidad de organización sistemática es el muestreo teórico.

3.2.1. Criterios y características que se tuvieron en cuenta para la selección de los grupos de comparación.

Existen criterios básico a seguir para la selección de los grupos que será sometidos a la comparación permanente en este método:

1. El primer criterio se basa en la necesidad de comparar un amplio rango de grupos independientemente de las similitudes o diferencias que se presente en los observaciones. La estrategia es poder entonces captar la mayor cantidad de datos pertinentes a una categoría o una propiedad similar. Esta flexibilidad del método impone buscar un aspecto entre los grupos que sea el elemento guía sin que esto signifique una restricción. En nuestra investigación la elección de los grupos para la comparación se hace teniendo en cuenta, en cada nivel de análisis y observación, que se cumplan condiciones mínimas. En el nivel que incluye a los niños la condición es que sean trabajadores potenciales8.

Esta claro que se fija un requisito mínimo, lo que no parece tan exacto es como se realiza esta selección empíricamente. En nuestro caso necesitamos hacer dos tipos de exploraciones: una in situ, a partir de la observación participante y no participante focalizada. Esta técnica nos posibilito captar información a la que difícilmente se podía acceder con la aplicación, en esta instancia, de otro tipo de técnicas, como por ejemplo la entrevista o la historia de vida (Good y Hatt; Taylor y Bogdan 1986). En primer lugar, realizamos un reconocimiento general en los espacios laborales con mayor visibilidad, o sea , la calle.

En la calle los ámbitos de realización laboral están estratégicamente determinados, dado que no todos los lugares tienen el mismo valor económico, ni todos lo horarios son iguales en relación con este último requisito o con el grado de riego que implica para el niño.

En los centros urbanos esta combinación entre espacio tiempo nos permitió focalizar la atención en distintas zonas como bancos, iglesias, bares y restaurantes, avenidas o calles principales, centros comerciales, etc.. Y con ello determinar que no solo varia la actividad que los niños desarrollan, sino además con quien comparten su trabajo - otros niños o adultos-, la cantidad de actividades, la extensión de las jornadas laborales, los ámbitos de circulación del trabajador infantil, las relaciones que establece con sus potenciales "clientes" , sus compañeros de trabajo u otros que influyan en la actividad.

Mientras que esta técnica en la calle nos amplia la posibilidad de registro, nos restringe las probabilidades de captación, eficaz, en los ámbitos donde se ubican los trabajadores infantiles con escasa o nula visibilidad social. Recordemos que estos espacios se localizan en los barrios colindantes a los grandes centros urbanos, son los barrios del GBA, de Rosario o de Neuquén. El ocultamiento del trabajo infantil en estos, nos llevó a una segunda forma de exploración complementaria a la observación. En estos casos recurrimos a la entrevista en profundidad con informantes claves. Esta técnica, cuya característica es la escasa rigidez, nos permitió establecer un modo de relación inmediata, con un tipo de informante particular que en general, esta vinculado a actividades sociales en el barrio como por ejemplo, las maestras, asistentes sociales, líderes barriales o comunitarios, médicos, etc..

Es necesario decir que la complementariedad en este tipo de exploración entre entrevista y observación es fundamental dado que en estos ámbitos son pocas las personas que reconocen espontáneamente el hecho de que en ese barrio haya niños trabajadores. Por lo general la primera respuesta que se obtenía de nuestros entrevistado era una respuesta inequívoca: "...te equivocas en este barrio los chicos no trabajan" seguida y casi automáticamente el entrevistado comienza a enumerar " hay algunos cirujas....ah! si tenemos un chico que esta en la verdulería... Juan, ayuda en el taller..." Incluso nos sucedió que en un barrio del gran Buenos Aires en oportunidad de entrevistar a una líder comunitaria y después de varias horas de entrevistas nos dijo...Nosotros en mi taller (de costura) tenemos una chica que cose que tiene 13 años....

Aunque no tratamos de establecer regularidades estadísticas, pero si de aparición de sucesos significativos, diremos que uno de los efectos de la aplicación combinada de esta estrategia y el tiempo dedicado a estar en los barrios - en muchos casos llevamos más de un año- nos ha permitido detectar a los trabajadores infantiles domésticos. Es un tipo de trabajador infantil de difícil captación y observación. Verificamos que, en estos casos, existe un suceso de habitual concurrencia y que tiene relación con la actividad de los adultos a cargo del hogar. En general, se trata de una relación directa entre la actividad de la madre -laboral, social, comunitaria, etc.- con el trabajo de los niños9 y aunque ella no reconozca a las actividades como trabajo los niños si lo hacen.

Es interesante ver como ya en la exploración previa a la selección de los grupos estos dos ámbitos de observación y análisis, se presentan aspectos, características, atributos y propiedades que van definiendo una estructura mínima de los mismos. Queda definidos para la selección en principio dos grupos visibles u ocultos (ver gráfico 1).

1. Entre estos grupos se establecen formas de relación diferentes, dado que cada ámbito de realización incluye otros sociales que no solo comparten la actividad sino que definen formas de organización, de reclutamiento, tipos de actividades, constituciones familiares y condiciones medio- ambientales. Estas relaciones variables son sometidas a la observación y al análisis simultáneamente (ver gráfico 2).

2. Una de las reglas que se establecen para establecer regularidades, en los métodos de comparabilidad tradicionales, es tener bajo control todas la variables, para que estas no alteren la calidad de los resultados. Sin embargo Glasser y Strauss destacan que los cambios en las condiciones "habilitantes" permiten al investigador visualizar como pueden variar las categorías y propiedades y como se mantienen o no las diferencias y las similitudes fundamentales que se tienen en cuenta para la comparabilidad. Diremos en este sentido, que efectivamente existen condiciones preexistentes y que tiene que ver con aspectos macroestructurales que determinan la cotidianeidad de los trabajadores infantiles en cada lugar, como por ejemplo:

a. El impacto diferencial que ha tenido el proceso de reestructuración, económico y social en cada una de estas regiones, con bases preexistente, económicas, productivas y de generación de empleo diferentes. Uno de los ejemplos que pueden graficar más claramente esta situación es como el aumento progresivo del desempleo, en una ciudad como Rosario estimula singularmente la incorporación de los niños al mercado de trabajo. Mientras que este mismo efecto de la desocupación en los barrios trabajados en el Gran Buenos Aires se pone en evidencia la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo. Y aunque por supuesto, este, no es un indicador directo del trabajo infantil, en muchos casos es un indicio de que sobre todo en los hogares monoparentales con jefaturas femeninas los niños son los encargados de asegurar las condiciones materiales para la reproducción.

b. Los marcos sociales y jurídicos. Existe per se una percepción diferencial que hacen que las actividades de los niños trabajadores sean consideradas ilegales (robo, hurto) o ilícitas (mendicidad, venta ambulante, etc.) ya que contravienen o transgreden una serie de normativas que van desde las leyes de Patronato de Menores en cada provincia o la ley de Contrato de Trabajo Nacional. Con ello el trabajo infantil adquiere diferentes grados de visibilidad y aceptación o penalización social o legal. En este sentido no es lo mismo, en la percepción social, una niña que trabaja en una taller de confección que una niña dedicada a la mendicidad, aunque entre ambas la primera sea sometida a un alto grado de explotación medido en términos de la relación salarial/jornada de trabajo.

Lo social y legalmente aceptado esta estrechamente vinculado a los proceso de precarización, informalidad y exclusión social. En nuestro estudio hemos podido comprobar que, esta relación (entre la actividad y la mirada social legal y social) es otro de los factores que determinan la percepción de la sociedad pero especialmente de los propios trabajadores infantiles.

Para poder identificar percepciones similares o diferentes debimos trabajar en otro nivel de observación y análisis donde se ubicaban las instituciones que iban desde las más simples - la familia- hasta las más complejas como los son aquellas que representan el entramado jurídico estatal de la minoridad. En estos niveles trabajamos con dos técnicas que nos permitieran combinadamente acceder al reconocimiento de las percepciones: la observación -sobre todo para poder establecer las formas de interacción entre niños y adultos- y las entrevistas semiestructuradas. Estas últimas, requieren de una estructura mínima de organización en función de los objetivos centrales y específicos de la investigación y fueron de gran utilidad para confrontar la estructura discursiva y los comportamientos objetivos observados. La aplicamos especialmente entre los adultos, familiares, líderes comunitarios, funcionarios judiciales, políticos, técnicos responsables de programas de atención o asistencia vinculados a los niños. El producto de estas interacciones e interrelaciones de actores sociales diferentes nos han permitido la comparación de las unidades (ver gráfico 3).

c. Otra de las condiciones microsociales de alteración son las históricas y culturales. En general, son las que nos permiten visualizar específicamente las causas o los motivos que impulsaron la incorporación del niño al mercado de trabajo. En este sentido nosotros partimos del supuesto de que no existe una razón única. En la exploración previa a la selección de los grupos advertimos que esta decisión de incorporación puede ser individual o colectiva. Que no necesariamente la misma tiene relación directa con una estrategia de supervivencia combinada a fin de una mejor captación de ingresos para la familia. De hecho observamos que el niño puede incorporarse o ser estimulado a insertarse en el mercado laboral: a. porque es una tradición ancestral en su familia, b. como una forma de salvaguardar su integridad física y mental frente al abuso, el maltrato o la violencia familia, c. por una situación coyuntural como la desocupación de los miembros adultos a cargo del grupo familiar, d. como necesidad interna de la familia de asegurar la reproducción material de los miembros - es el caso de los trabajadores domésticos, e.

como forma de autoexcluirse del hogar frente a un conflicto intergeneracional, etc. Vemos como estos ejemplos nuevamente nos están hablando de que bajo diferentes condiciones la relación entre el motivo o causa del ingreso e incluso la "elección" del ámbito de trabajo varían y amplían la posibilidad de seleccionar grupos diferentes de la misma clase sustantiva. Para el abordaje de estos grupos nosotros recurrimos a dos técnicas que se presentaban como más adecuadas: entrevistas en profundidad e historia de vida. "Los significados solo pueden ser alumbrados desde adentro", pues la realidad simbólicamente preestructurada constituye un universo incomprensible a los ojos del observador exterior incapaz de comunicarse; y para lograr el acceso hermeneutico a tal potencial de saber solo es posible si participamos de la red comunicativa cotidiana a partir de sus interacciones lingüísticas (Habermas, 1987).

Por ello, es que recurrimos a este tipo de técnicas (historia de vida). La misma nos permitió captar distintos momentos históricos y del ciclo vital, las condiciones externas, los procesos de toma de decisiones y las consecuencias de las mismas que a su vez se encadenaban con otras (Gallart, 1993), fundamentalmente con la incorporación al mercado de trabajo. Este tipo de técnicas las aplicamos en los dos niveles de observación. En el caso de los niños lo hicimos con los que viven y trabajan en la calle, con aquellos que solo trabajan en la calle y vuelven a su hogar y con los niños que trabajan en ámbitos laborales ocultos. Cuando la aplicamos en el segundo nivel de observación -instituciones- lo hicimos fundamentalmente en grupos familiares y en algunas instituciones dedicadas al trabajo con niños, especialmente los que viven en la calle.

3. El tercer criterio básico que impone el muestreo teórico es el de controlar la relevancia teórica de la recolección de datos. En este sentido la comparación de grupos provee un control sobre dos escalas de generalidad: a)nivel conceptual y b)en cuanto alcance de la población. El control del que hablamos solo puede efectivizarse en esta técnica a partir de un proceso continuo en el que se reducen o se amplían las diferencias en la aparición de sucesos, acontecimientos, costumbres, relaciones, etc., entre grupos de comparación. O sea todos aquellos atributos y propiedades que van a definir las características esenciales y que nos permitirán ir generando nociones teóricas sobre grupos sustantivos. Este proceso continuo es lo que Glasser y Strauss (op.cit) denominan "minimización" y " maximización".

Minimizar -es reducir al mínimo- la condición diferencial que se impone entre los grupos que teníamos en la primera selección nos reducía la posibilidad de tratarlos discriminadamente como trabajadores infantiles visibles - callejeros- o trabajadores infantiles "ocultos" - domésticos, informales o precarios- o sea ampliábamos el rango al tratarlos, solo, como niños trabajadores. Reducir estas brecha en la condición, nos permitirá obtener una mayor cantidad de información asimilable entre los diferentes grupos y de este modo descubrir nuevos atributos y propiedades, comunes y diferentes que en la primera etapa de observación y análisis no aparecieran. Por otro lado, la minimización nos permitía discernir si bajo la restricción de tres condiciones ocultamiento o invisibilidad y la región, persistían o no estas características y atributos, a partir de la comparación. Esto es si las acciones, las actitudes y las percepciones de los trabajadores infantiles adquirían ciertos rasgos comunes y generalizables o no (Glasser, Straus 1976).

La aplicación de esta técnica, por ejemplo, en la constatación de los datos recogidos en las historias de vida laboral, la observación, y las entrevistas mantenidas con todos los grupos nos otorgó la posibilidad de determinar, entre otras cosas, que: * Las causas que motivan el ingreso al mercado de trabajo, están determinadas tanto por situaciones económicas altamente desfavorables como por situaciones conflictivas entre niños y adultos. Entre los grupos familiares que mantienen la constitución original las que predominan son el maltrato y el abuso sexual. Mientras que entre los grupos familiares reconstituidos prevalecen los conflictos intergeneracionales.

* Cuando los niños ingresan al mercado de trabajo lo hacen en el marco de grupos que construyen su identidad a partir de la necesidad. Puede ser una necesidad económica, de solidaridad, de apoyo mutuo frente al peligro externo o el amparo estrictamente laboral. En el caso de los trabajadores infantiles que trabajan solos o sea sin compañía y sin relación de dependencia - Trabajador Iinfantil por cuenta propia- hemos podido determinar que lo hacen por un imperativo de personalidad. Podemos decir asimismo, que entre los primeros - los niños que socializan su trabajo con otros niños o adultos- luego de un periodo en el que él (el niño) adquiere experiencia laboral opta por buscar grupos que le aseguren estrategias sociolaborales que les reporten una mayor captación de ingresos.

* En cuanto al tipo de actividad podemos decir que se observó en todos los casos una estrecha relación entre la elección con la forma de reclutamiento y las modalidades que adquiere la conformación de grupos de trabajo.

* La comparación en esta instancia nos permitió establecer que existe una consecuencia fundamental que produce el ingreso precoz al mercado de trabajo de los niños y es que el mismo impide completar "eficientemente" el desarrollo psico-físico-intelectual de los mismos.

* Que existe una mirada diferencial que implican altos grados de penalización social y legal entre grupos de niños y desde el resto del conjunto social con respecto a ellos.

La maximización de las diferencias en las condiciones consiste en considerar no solo a los niños trabajadores como un conjunto homogéneo e indiferenciado, sino que se trata, entonces, de niños que trabajan y que su trabajo se hacía ostensiblemente visible o invisible y en realidades y contextos distintos. De este modo pudimos poner en evidencia la más extensa y probable cobertura sobre las características preestablecidas por nosotros y las nuevas que emergían en este proceso continuo. Así se hicieron más manifiestas las diferencias o similitudes entre: * causas, por ejemplo en las que son determinadas por la desocupación,

* condiciones de vida preexistentes de pobreza extrema,

* el descubrimiento de otro tipo de modalidades de organización del trabajo,

* mecanismos estructurales de penalización social como, por ejemplo, el grado de sujeción a tradiciones ancestrales o el mayor o menor grado de penalización penal a partir de la leyes de patronato, e incluso la disputa que se pone de manifiesto en su aplicación que aparece como un procedimiento anticonstitucional10,

* y la percepción micro o macro social de grupos o sociedades.

Lo que nos interesa mostrar es que este tipo de aproximación en pasos sucesivos y continuos desde la consideración unidades simples - familia, grupos de niños, etc.- hasta unidades de comparación más complejas - centros urbanos- nos has permitido ampliar la posibilidad de descubrir regularidades pero también nuevos datos. Esto es importante si tenemos en cuenta que sobre todo la observación y el análisis en distintos contextos permite visualizar la evolución de cuestiones influidas por procesos estructurales o coyunturales que modifican la realidad.

4. El cuarto criterio es el de la comparabilidad. La elección de contextos y condiciones diferentes nos permitió: por un lado, ampliar la posibilidad de análisis y comparabilidad a fin de establecer regularidades más generales. Y por otro, aumentar la confiabilidad y la validez de nuestra investigación "en la medida que esta regularidad de aparición de los datos se produce sin importar como quiera y donde quiera que sea llevado a cabo" (Kirk 1986).

Siguiendo a M. A. Gallart (1993), "el análisis comparativo sistemático implica el examen minucioso de cada caso, y en particular aquellos grupos de casos que tienen características comunes y muestran regularidades en su comportamiento, así como de los casos desviados de los comportamientos esperados".

Este tipo de análisis se basa en un método comparativo que enfrenta casos similares entre sí, pero que contienen diferencias cruciales, tratando de formular interpretaciones que incluyen conceptos teóricos. Estos últimos se van construyendo en ese mismo proceso de análisis y comparación, a partir de un continuo ir y venir de la información empírica a la construcción teórica (Glasser y Strauss, 1969; Strauss 1987). En tal sentido, estos autores, "utilizan" este tipo metodología para generar dos tipos de teorías: "la sustantiva, desarrollada para un área empírica de la investigación sociológica y la formal elaborada para un área conceptual de investigación".

Los elementos de la teoría que se generan mediante el análisis comparativo son : categorías conceptuales con sus propiedades conceptuales e hipótesis o relaciones generalizadas entre las categorías y sus propiedades" (Vasilachis de Gialdino 1992).

5. El último criterio que exige esta técnica de muestreo es el de la saturación teórica. " Saturación significa que ninguna información adicional se hallará y con ello se altere la posibilidad por la cual el sociólogo pueda desarrollar propiedades de la o las categorías. La saturación se alcanza a partir del este proceso continuo que se genera entre la recolección y el análisis de los datos, en forma permanente. Solo cuando una categoría esta saturada corresponde ir hacia nuevos grupos para obtener datos sobre otras categorías....Al tratar de alcanzar la saturación, el analista maximiza las diferencias en sus grupos para maximizar las variedades de datos contenidos en una categoría y así desarrollar tantas propiedades al interior de las mismas como sea posible". (Glasser, Strauss op. cit.)

El gráfico 4 muestra como fue el proceso, que fue llevado a cabo en etapas sucesivas. En nuestro caso cada etapa esta indicando que se alcanzaba cierto grado de saturación y que una vez superada por una etapa posterior volvíamos a revisar la anterior para observar algunas brechas que aparecían en el análisis. Se podrá observar (gráfico 4) como fuimos seleccionando los grupos a partir de las evidencias de exploraciones anteriores. Nos encontramos, como fue mencionado anteriormente, con dos niveles de observación y análisis cuando consideramos que las interacción y la interrelación que establecían estos niños trabajadores con adultos influían -positiva o negativamente, directa o indirectamente- en su constitución como tales. Los adultos, sus prácticas, sus costumbres, políticas y percepciones fueron ubicados en el nivel que nominamos como instituciones de primer, segundo y tercer orden - visualizadas en el gráfico con el color fucsia-.

Los niños trabajadores constituyen el otro nivel de observación y análisis. Entre ellos construimos subgrupos por características esenciales.

El hecho de contar con atributos y propiedades diferentes y similares nos permitió construir algunas nociones teóricas que se iban saturando a medida que se intensificaba la recolección y el análisis de datos que se registraban en el Gran Buenos Aires. Entonces tomamos la decisión de aumentar la comparación y así incorporamos dos centro urbanos que, podría decirse, eran unidades más complejas, sobre todo, si se tenía en cuenta las diferencias macroestructurales que las definían en lo económico, político, social, demográfico y cultural. Esto evidentemente nos confirió la posibilidad de ampliar el rango de datos y de constatar que muchas comenzaban a generalizarse tanto los atributos como las propiedades que aportaban a nuestras nociones conceptuales.

Debemos recordar que esta técnica - el muestreo teórico- fue de gran utilidad, no obstante, debimos recurrir a la etnografía como forma de ampliar el conocimiento sobre aspectos o cuestiones subyacentes en el comportamiento que de otra manera sería casi imposible acceder, como por ejemplo el maltrato o el abuso como factores explicativos del ingreso al mercado de trabajo por parte de los niños.

Otro ejemplo, era el de poder reconocer las restricciones que impone la supresión de lo lúdico en la constitución de la identidad y la vida adulta posterior del niño.

Podríamos decir para concluir este capitulo que aplicar alternativamente ambos métodos nos permitió profundizar el concepto de triangulación. De explicar el procedimiento y los resultados nos ocuparemos en el apartado siguiente.

3.3. La triangulación

Si bien es cierto que nuestra investigación tiene un sesgo predominantemente cualitativo intentamos superar esta limitación recurriendo a la triangulación. La triangulación es un plan de acción que le permite al sociólogo superar los sesgos propios de una determinada metodología. El proceso de múltiple triangulación se da cuando los investigadores combinan en una misma investigación variadas observaciones, perspectivas teóricas, fuentes de datos y metodologías (Denzin 1978, y Vasilachis de Gialdino 1992).

Sin embargo, la única forma de superar el sesgo es integrando las distintas aproximaciones (Fielding 1986 en Vasilachis op. cit).

Siguiendo a Denzin (1978) existen cuatro tipos de triangulación y son las que hemos utilizado en esta investigación: * de datos primarios y secundarios - Aquí la mirada se centra en los datos secundarios obtenidos, a partir de censos y encuestas aplicadas masivamente como la EPH o por muestras intencionales o sea sobre poblaciones específicas como lo son de trabajadores infantiles.-. Este tipo de triangulación comprende a su vez tres subtipos

a) de tiempo;

b) de espacio;

c) de personas que comprende tres niveles: grupos; interacción y colectividad. En nuestro caso hemos triangulando los datos obtenidos en los dos niveles de observación - niños y adultos, a estos últimos los hemos referido sobre todo en la mirada de instituciones-.

* de investigadores: implica la observación de distintas personas del mismo fenómeno. Este tipo de traingulación la hemos realizado a partir de la comparación de experiencias similares llevadas a cabo por grupos de investigadores.

Estos han seguido perspectivas teóricas metodológicas análogos a los nuestros en distintos centros urbanos de América Latina - México, Brasil, Costa Rica, República Dominicana, etc.11-.

* teórica: consiste en el uso de múltiples perspectivas o enfoques en relación a una situación o acontecimiento dado.

El trabajo infantil, lejos esta de ser un fenómeno social novedoso. Si se observa la historia de la humanidad sobre todo luego de la irrupción de la Revolución Industrial, esta cuestión esta presente en la vida cotidiana de antepasados y contemporáneos. A pesar de esta continuidad, casi siempre el mismo ha sido tomado como un fenómeno colateral consecuencia de situaciones macroestructurales definidas por la evolución del capitalismo12. Este tipo de interpretaciones no alcanzan a explicar aspectos constitutivos del mismo y como ellos influyen en la vida psico/física/intelectual del niño presente y futura. Así como este tipo de explicaciones no alcanzan , tampoco lo hacen por si solas, las grandes perspectivas teóricas metodológicas -paradigmas- que han influido diferencialmente a las ciencias sociales. Con ello hemos recurrido a analizar desde el lugar que se le atribuye al niño, en la estructura familiar hasta la funcionalidad y la rentabilidad económica que le cabe como trabajador infantil entre las distintas disciplinas de las ciencias sociales - economía, sociología, psicología, derecho, etc.- enmarcadas en posturas teóricas diferentes.

* metodológica, que puede ser:

a)intrametodológica se realiza utilizando el mismo método o estrategia metodológica en diversas oportunidades

b) intermetodológia, cuando se aplican diversos métodos en una relación mutua explícita son aplicados a los mismos objetos, fenómenos o situaciones (Denzin 1978 y Fielding,1986 en Vasilachis op. cit.). La complejidad de este fenómeno social nos llevo a buscar información más completa como la que especialmente se obtiene con la etnografía. La triangulación de distintos métodos nos fue de gran utilidad dado que la aplicación de un solo tipo de procedimiento metodológico no alcanzaba para explicar cuestiones subyacente en los comportamientos, por ejemplo el maltrato, el abuso, las restricciones que impone el trabajo en las etapas de socialización primaria del niño y como esto implica una dificultad de relación y de proyección en la vida adulta.

A los fines de la presente investigación se utilizaron los cuatro tipos de triangulación. Diremos finalmente que esta experiencia parece indicar un enriquecimiento en tanto se trata de "un camino de construcción artesanal del conocimiento que permite ir creciendo en amplitud y profundidad en la comprensión de conductas sociales" (Gallart 1993), en este caso vinculadas al Trabajo Infantil.

IV. SANTESIS, AVANCES Y REFLEXIONES FINALES

A modo de síntesis diremos que en cada uno de los aglomerados seleccionados para la comparación se sometieron a los distintos procedimientos metodológicos y en dos niveles de observación y análisis (ver gráfico 5)

Para terminar queremos decir que, la aplicación de este procedimiento -recolección análisis y comparación entre unidades simples y complejas- nos ha permitido alcanzar cierto grado de saturación y con ello ha ocurrido la aparición regular de sucesos similares y diferentes. Esto ha significado una avance importante en tres sentidos.

En primer lugar, este método nos permitió caracterizar este fenómeno a pesar de su alta heterogeneidad y así comenzar a comprender desde las causas que lo motivan hasta las consecuencias que implica para su desarrollo futuro la incorporación de los niños al mercado de trabajo a edades tempranas.

En segundo lugar, pudimos empezar a construir algunas nociones conceptuales que guiaron la construcción de un instrumento con el que medimos - en aglomerado Rosario13- la magnitud y la intensidad, las condiciones de vida y las estrategias sociolaborales del trabajo infantil callejero.

En tercer lugar, lo que hemos podido determinar, a partir de este estudio, además de las características esenciales que constituyen las distintas modalidades que adquiere el trabajo infantil es que este tipo de fenómeno se esta produciendo en el marco de transformaciones en la estructura social que implican modificaciones profundas en las relaciones sociales de la familia y la comunidad. A modo de ejemplo diremos que hemos observado como en constituciones familiares regulares el niño, aunque pequeño, puede ubicarse como el principal proveedor. Esto no solo afecta la estructura económica doméstica sino que impone cierta conflictividad a nivel generacional -entre padres e hijos- en la identificación, la socialización y con ello en la estructuración de identidades.

Este ejemplo mínimo se observa en un contexto de modificación mayor en el que comienzan a ponerse en juego el cambio de reglas y ordenamientos culturales más importantes. Es dable pensar entonces que las ciencias sociales se encuentran frente a un desafío aún mayor. Con lo que las formas de abordar la realidad y el análisis de esta nuevas formaciones sociales imponen un cambio profundo tanto en la aplicación de métodos como en la revisión teórica y en la generación de nuevos supuestos.

V.BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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NOTAS

1 Socióloga, candidata al Doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Miembro del grupo de Estudio e Investigaciones sobre Infancia Adolescencia y Juventud.

Instituto Gino Germani 2 Estas cifras son subestimadas por la propia OIT, dado que este es uno de los indicadores más difíciles de registrar.

Las dificultades principales son por un lado el ocultamiento de actividad (laboral) prohibida para menores de 14 años, y por otro las características de poblaciones "golondrina" que adquieren el trabajador infantil urbano.

3 Por ámbitos de realización de la actividades entendemos a los espacios de localización urbana en los que se desarrolla la actividad laboral. En general, se piensa que en los proceso de mayor informalidad y precarización el espacio de la reproducción y producción no se encuentran segregados. Veremos como este supuesto puede modificarse dado que ámbitos laborales y hábitat pueden o no coexistir, lo que dependerá de las redes vinculares que tiene el niño.

4 La penalización puede ser social o legal. La rotulación, la discriminación son las formas de penar, socialmente, al niño que trabaja. Cuando la penalización es legal, los trabajadores infantiles pueden ser tutelados por el Estado o sea los padres pierden la patria postetad , o pueden ser institucionalizados - detenidos en comisarías o institutos de menores-.

5 Una de las dificultades constante con las que nos enfrentamos es que dentro de este complejo entramado componen programas o proyectos de atención estatal y privado, es el prejuicio que se tiene con respecto a los investigadores. Se acusa al investigador de invadir estos territorios tal como si apropiara de muestras de laboratorio. Se recrimina, en otras, falta de compromiso, cuando en la mayoría de los caso el compromiso se entiende como la convivencia.

6 Para nosotros tener en cuenta el juego es muy importante dado que el mismo, especialmente en estos casos, cumple algunas funciones especificas en su rol de dinamizador social:

- le permite representar roles y jerarquías,

- el niño es capaz de resolver conflictos y ansiedades,

- puede proporcionar una vía de escape ante las presiones de la realidad cotidiana.

7 El subrayado es nuestro. En cuanto a la diversidad de comportamiento se pueden comparar con los trabajos llevados a cabo por A. Ameigeiras en otros barrio de J.C.Paz, prácticamente para el mismo periodo de estudio. Ver Dialógica Vol. 1 N§ 1 1996.

8 Recordemos que para nosotros son trabajadores infantiles todos aquellos niños menores de 14 años que desarrollan actividades a fin de lograr una retribución material o simbólica.

9 Pueden observarse en estos casos, que pude tratarse de hogares monoparentales con jefes mujeres como de hogares reconstituidos - en general familias ensambladas- también con jefes mujeres. Cuya actividad -laboral, social o comunitaria- les demanda largas jornadas fuera del hogar.

10 Es interesante ver como se pone en disputa entre la vieja legislación de menores- leyes de Patronato que datan desde principios de siglo- con la nueva doctrina de la protección integral, que alcanza rango constitucional a partir de 1994. Y como este mismo debate influyen directamente entre los niños que son considerados en riego social aquellos que están en conflicto con la ley y los propios trabajadores infantiles.

11 Myers 1990; Bequele/Boyden 1990; Llomovate 1991/94; Córtes/Richards 1992; Salazar 1992; Krichevsky 1993; Rodríguez 1993 Castillo 1994; López Faguendes 1995; Fletes Corona 1995; Oliveira Barboza 1995; Sochaczewaki 1995; Seefo Luján 1995; De Toni 1995.

12 (Cuovreur 1964; Verlinden 1955; Quijano, 1968; Nun, 1969; Cardozo y Faleto, 1969; Quijano, 1968; Ariès 1973; Jelin, 1976; Donzelot 1979; Flandrin 1979; Cunningham; Mendelievich 1980. Torrado, 1981; Standing/Rodgers 1981; Meillassoux 1985; Hobsbawn; Ariés 1987; Telles/Abramo, 1987; Boyden 1990; Salazar 1992; Schibotto, 1990).

13 En Rosario durante 1995 se encuestaron un total de 829 trabajador infantiles. La medición se realizo durante una semana en Junio y otra Noviembre. Las cuestiones metodologicas y los resultados son parte de dos capítulos de la tesis. Parte de los resultados corresponden al artículo:Condiciones de Vida y Estrategias Laborales de los Niños en Situación de calle. Estudio de caso en profundidad, en referato para su publicación en la Revista Estudios del Trabajo. Asociación Argentina de Especialistas de Estudios del Trabajo.

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