1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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VEJEZ Y POBREZA EN EL AREA RURAL.

ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE UNA UNIDAD PASTORIL Y UNA AGRICULTORA

María Julieta Oddone
- Investigadora Adjunta s/d - Conicet - Flacso Dora Jiménez
- Profesional Principal - Conicet - CEIL

Introducción

Esta investigación se realizó utilizando una metodología cualitativa, especialmente con estudio de casos en profundidad e historias de vida de ancianos que habitan en un contexto de pobreza en áreas rurales. Privilegiamos el punto de vista de los actores quienes describen su realidad en relación a sus necesidades concretas y las estrategias que desarrollan para resolverlas. Si bien los resultados de este tipo de investigaciones no son generalizables -por la técnica de selección de la muestra- permiten describir las necesidades diferenciales de la población de referencia lo que da información diagnóstica para la acertada formulación de políticas y programas

Las comunidades estudiadas se encuentran en las provincias de Santiago del Estero y Catamarca. En el primer caso se trata de una economía de subsistencia predominantemente agrícola y en el segundo, casi exclusivamente pastoril.

Focalizaremos el análisis teniendo en cuenta el hábitat o ambiente natural, el hombre y su cultura, ya que: "El hombre, a diferencia del resto de las especies animales, se relaciona con su ambiente natural o hábitat... creando un ambiente artificial... lo hace movido por las necesidades y finalidades, poniendo en marcha determinadas capacidades específicas propias de lo humano. De esta forma, la influencia que el hábitat ejerce sobre el hombre es sólo condicionante... e indirecta (se ejerce a través de la cultura"). i

Es precisamente en las zonas geográficamente marginales donde se hace sentir más la influencia del hábitat, requiriéndole al hombre un esfuerzo mayor, la superación de los innumerables obstáculos que le presenta. Por otra parte, en estas áreas, a la hostilidad del medio, generalmente, se suele sumar también la marginalidad económica y social de su población. Son -como dice Reboratti- ..."poblaciones que están físicamente marginadas, pero que de ninguna manera están totalmente aisladas del proceso económico, sino que participan en él, si bien de forma irregular, como áreas productoras de mano de obra estacional y ocasionalmente de algunos productos naturales."ii Se trata de poblaciones que han quedado excluidas del desarrollo de la sociedad global, lo que no implica la falta de integración al proceso nacional. Su marginalidad social y económica queda al descubierto al analizar ciertos rasgos críticos que no pueden ignorarse: el escaso acceso a la educación, las precarias condiciones sanitarias y de la vivienda, el nivel de ingresos que sólo permite la subsistencia, la precariedad con que desarrollan sus actividades productivas, etcétera.

El envejecimiento poblacional

La composición por sexo y edad de una población, concebida en términos de porcentaje de cada grupo etáreo en relación al total de la misma, es el resultado del comportamiento que han tenido las variables demográficas. Los cambios en las tendencias de la fecundidad y, en menor grado, de la mortalidad y de la migración producen, en los diferentes grupos de edad, efectos que se manifiestan en el envejecimiento o el rejuvenecimiento de esta población.

A partir de la Asamblea Mundial del Envejecimiento (Viena, 1982) una estructura demográfica es envejecida cuando el grupo de las personas mayores de 60 años superan el 7% del total de la población.

Ambas comunidades estudiadas presentan el envejecimiento de las poblaciones motivado por la emigración de la Población Económicamente Activa. Esta es la principal causa de envejecimiento de las poblaciones en zonas rurales y un motivo esencial para elegir estas localidades a fin de realizar el presente estudio, ya que el desbalance entre los grupos etáreos conlleva a una situación de mayor fragilidad para el grupo de los ancianos y de la comunidad en su conjunto.

Una característica de la distribución por edades de la población revela un marcado índice de dependencia que se puede explicar por la migración de los jóvenes (en apariencia ligeramente superior en los varones pero marcada en ambos sexos) y la alta natalidad para la población residente (son comunes familias con seis o más hijos).

Existen formas de organizaciones familiares en que los abuelos crían (a veces en simultaneidad con la crianza de sus propios hijos menores) nietos -especialmente de sus hijas-; hijas residiendo con sus hijos en la casa paterna y hogares cuyo jefe es una mujer.

Una figura interesante en esta comunidad es la correspondiente al vínculo de crianza, sea este "criado" pariente o no.

Es destacable, en las localidades catamarqueñas, que la comunidad -si bien es muy pobre- se hace cargo, de alguna manera, de las necesidades de niños y ancianos, lo que no implica que aquéllas correspondientes a una calidad de vida deseable se encuentren satisfechas.

La pirámide de población de esta comunidad nos indica que el 14,4% (373 personas) de su población es mayor de 60 años y de ellos el 64% (242 personas) tiene sus necesidades básicas insatisfechas. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta que, en veinte años, perderá el 30% de su población (PEA). Con características semejantes, la pirámide del departamento santiagueño nos indica que el 11,7% (1.881 personas) de su población es mayor de 60 años y, de ellos, el 65% (1.223 ancianos) tiene sus necesidades básicas insatisfechas.

Modo de vida en las comunidades

En Catamarca se visitaron las localidades de Anquincila e Ipizca ubicadas en un departamento del este de la provincia caracterizado por una geografía serrana, pedregosa y cruzada por arroyos. Los caminos de acceso al mismo se tornan intransitables en épocas de lluvia o de seca.

La población se encuentra dispersa por esa geografía componiendo lo que la literatura define como una población rural aislada dadaiii la naturaleza pastoril de su actividad

En Santiago del Estero se trabajó en las localidades de Caspi Corral y La Invernada de un departamento ubicado en el área agrícola de riego de esta provincia. Las producciones más importantes de esta zona son: algodón, maíz, tomate y cebolla, siendo estos mismos rubros los demandantes más importantes de empleo en el área. Esta región presenta un alto parcelamiento de la tierra y coexistencia de las limitaciones productivas y económicas propias del minifundio -que caracterizó a la población entrevistada en este trabajo- con las de la mediana y grande explotación. En la actualidad parece mostrar un cierto estancamiento debido, entre otras razones, al deterioro de los suelos, escasez de agua, problemas en la comercialización de la producción, etcétera.

La actividad principal de los entrevistados es el cultivo de algodón y la zona donde se desarrolló el trabajo de campo es un área marginal de manera que la falta de agua conjuntamente con la salinización de las napas hace que el rendimiento sea escaso. Estos minifundistas crían animalitos: cabras, ovejas, excepcionalmente algunos vacunos y algún caballo que se utiliza para el trabajo de la tierra y el acarreo de zorras para transportar leña o bidones con agua desde el río.

Las estrategias de ingreso que desarrollan estos productores (sean éstos visibles o invisibles) incluyen proporciones diferentes de trabajo de los miembros que componen el grupo familiar, condicionadas a su vez, por el tamaño y composición de la familia y su etapa del ciclo vital. Integra su presupuesto con el aporte de su propia producción de subsistencia, con los ocasionales ingresos que les proporciona la venta de aquéllo que producen, con los ingresos que envía parte de su grupo familiar migrante -ocasional o permanente- plasmado en paquetes de ropa, alimentos o dinero.

Estas unidades familiares desarrollan una estrategia económica consistente en maximizar los ingresos -monetarios y no monetarios- minimizando los egresos en moneda -que es muy escasa-. La estrategia de subsistencia consiste en tener una familia extensa y numerosa donde los miembros aporten, tanto desde adentro como desde afuera, a la unidad doméstica. En el caso de los ancianos -que integran una familia en reemplazo (hijos que se han ido de la unidad) el mantenimiento del cerco es, definitivamente, un serio problema para la resolución de la vida diaria.

En cambio, en el área catamarqueña trabajada, la economía se basa en una producción básicamente pastoril y extensiva.

Se desarrolla en algunas estancias o fincas mayores y pocas propiedades de menor dimensión. En estos establecimientos mayores una parte de la producción se organiza a través de puesteros. Se cría ganado bovino de raza criolla rústica, actividad que está en decadencia porque la carne proveniente de Córdoba y de Santa Fe, más tierna, ha copado el mercado de la ciudad de Catamarca.

El ganado menor está compuesto por cabras, cerdos y ovejas.

Esta actividad pastoril se caracteriza por la cría a campo abierto (a monte) dado que los predios no están delimitados por alambrados.

La cría de caprinos y aves de corral es relevante para la economía de la población ya que la alimenta, le permite obtener dinero (por la venta que es circunstancial) u otras mercaderías a través del trueque.

En general, los comerciantes de los pueblos, que recorren la zona vendiendo mercadería (sobre todo frutas y verduras) son los principales compradores de cerdos, cabras, cueros, etcétera. Muchas de estas actividades se realizan sin mediar dinero en efectivo, como un mero intercambio de productos. Se observa que tanto en el caso de las transacciones con los compradores de ganado como en el caso de los comerciantes locales es escaso el poder de negociación del productor (lo que él ofrece se subvalúa mientras que lo que compra siempre tiene sobreprecio).

La disponibilidad de agua (muy escasa en la zona) es la determinante fundamental de esta actividad. Los patrones de asentamiento son dispersos, dependen de la localización de aguadas naturales. La escasa presencia de huertas se debe, no tanto a la falta de agua como a la dificultad para roturar la tierra en el terreno montañoso.

En ambas comunidades la población habita en tierras fiscales o bien es ocupante de tierras privadas.

Las viviendas en Santiago del Estero comparten las formas edilicias y el material con que son construidas y se distribuyen espacialmente en forma dispersa. Por lo general, los vecinos cercanos son parientes.

Las casas, generalmente, constan de dos habitaciones y una galería donde transcurre la mayor parte de la vida de esta gente. Allí se está, se come y se duerme. La pared es de barro entreverado con pasto (lo que se llama barro crudo).

El piso es de tierra, el techo es de suncho (planta del lugar), pasto y tierra. El mobiliario es escaso y rudimentario, las camas son de madera y tiento.

Al lado de la casa está la cocina, separada. Hacen un fogón en el suelo, algunos lo techan, y se cocina con leña.

Suelen tener un horno para hacer pan y un torno de madera para amasar.

Un poco más lejos están los corrales, hechos con postes o con ramas. El baño es sólo un pozo en la tierra.

La vivienda típica de la zona serrana catamarqueña presenta una planta uniforme. Habitaciones en donde se duerme (y se come cuando hace frío) y galería en donde transcurre la vida durante el día. La cocina, con fogón a leña a ras del piso, está siempre separada de las habitaciones y el baño (letrina), cuando existe, se encuentra bien alejado.

Generalmente, las construcciones rodean un espacio abierto que oficia de patio.

Las paredes se hacen de materiales variados. Algunas son de paja y barro y otras son de piedra. Los techos son de paja o de chapa.

La subsistencia

En este aspecto también se notan dos lógicas diferentes.

Como ya señalamos en la introducción, la comunidad pastoril tiene un alto grado de dependencia de acopiadores y comerciantes que les compran sus animales y les venden todo aquello que ellos no producen.

En cambio, los agricultores, si bien dependen de la venta del algodón a los acopiadores, con el cerco pueden cultivar frutos resistentes a la sequía; hacen el pan y obtienen ingresos de los aportes que les envían aquellos miembros de la familia que han migrado.

A. A pesar de las dos lógicas diferentes, ambas comunidades tienen algo en común: su hábitat lleva a que la subsistencia se logre a través de la posesión y manejo del cerco o la majada.

Si esto funciona se resuelve la subsistencia del grupo familiar.

En Santiago del Estero entrevistamos a una mujer de 83 años que vivía con su hija y su yerno. La anciana tenía algo de tierra y de eso había vivido siempre haciéndola sembrar por otros (en sociedad). En este momento, su yerno, agricultor, trabaja el cerco de ella y el propio. Están ubicados junto al río y eso les permite regar. Viven en casa de ladrillo y tienen heladera y televisor. Se alumbran con lámparas a gas o con farol a batería.

Fuera de estas estrategias signadas por la cultura existen otras alternativas que pueden mejorar o no la subsistencia.

B. Si consideramos que el trueque tiene gran importancia como forma de obtención de bienes, el ingreso de dinero en efectivo, ya sea por jubilaciones o pensiones graciables, coloca al beneficiario en una situación de privilegio.

Adquieren independencia en sus formas de satisfacción de las necesidades. Por ejemplo, pueden llegar a pagar mano de obra para que les acarreen leña o agua.

Entre los informantes de Catamarca, el que estaba en mejor situación económica era un jubilado de la provincia (su ingreso era de $430) que vivía junto con sus dos hermanos uno de los cuales tenía también su jubilación. Cuentan con una buena casa y tienen algunos animales.

En Santiago del Estero, la posición más desahogada era mantenida por una familia cuyo jefe tenía un trabajo en relación de dependencia y la mujer y los hijos se ocupaban del cerco.

C. La segunda alternativa implica trabajar para otros (en el cerco o cuidado de la majada). En estos casos la resolución de la vida cotidiana es insatisfactoria ya que la retribución es mínima y muchos de ellos trabajan por la casa y la comida.

Uno de los informantes, soltero, 67 años, vive solo, pasó su vida trabajando en distintas provincias y no tiene ahorros ni jubilación.

Nos dice: Después de Córdoba me vine para acá porque ya la edad me avanzó... Hago unas changas allá, que a gatas puedo andar. Para sacar siquiera la comida, que es lo único que me pueden dar. Que el sueldito que me dan que son quinientos pesos ($50). Qué hago con quinientos pesos, señora, dígame? Sus tareas (además de acarrear leña) son ... ir al campo a ver las vacas...llevar las cabras al potrero y, si hay necesidad de hacer algún trabajito en la casa, lo hago yo. Todo el día paso allá.

D. Una tercera posibilidad consiste en depender de la ayuda de otros.

a. en situación de crianza: Demetrio quedó huérfano cuando tenía diez años y fue criado por un tío. Cuando éste falleció fue a vivir con otros tíos con los que vive actualmente. Toda su vida trabajó haciendo changas pero ahora no tiene nada.

Ayuda en la casa de los tíos y los acompaña. Estos lo cobijan y le dan comida ya que cuentan con jubilación.

b. viviendo con familiares: Ramona siempre trabajó en su casa, en tejidos o en quehaceres domésticos, porque no he tenido otro empleo, para nada. Acá en la casa nomás. Y ahora estoy con la atención de mi padre.

Vive con su padre y sus hermanos, jubilados, que la mantienen y le dan dinero para comprar lo que necesite. El padre recibe $270 y nosotros ocupamos del mismo sueldito de él.

c. Victoria vive con un primo más anciano que ella. Este tiene una pensión graciable pero la que la mantiene es una hija de crianza que vive en Buenos Aires.

Esta casa es de mi sobrino. Aquí, la segundita casa es mía. Recién me la hicieron.

Mi hija me la mandó a hacer.

Sus nietos también colaboran. Los tres trabajan y los tres me ayudan, siempre.

La hija le manda alimentos. Mi Amanda, porque ella recibe la plata que ganan las chicas. Y las chicas le dicen: "tome eso y compre y mándele a mi abuela".

Casi todas las quincenas nos mandan, proveeduría. Me mandan de todo para comer. De todo, golosinas....

También recibe dinero para sus necesidades. Cuando precisa agua la hace traer en zorra. Pago unos 20 pesos. Mi hija me dice: "No ande `traendo` agua, mami.

Pague. Yo voy a mandar plata, pague. Cuando termine el tacho pida nomás".

Contextos regionales y redes de intercambio

Para el logro de sus objetivos, las unidades familiares suelen mantener redes de reciprocidad y ayuda mutua - expresadas en intercambios- con parientes, vecinos y amigos, que coadyuvan en la realización de tareas ligadas al mantenimiento de sus miembros.

En la ancianidad,iv las unidades familiares han superado la fase de "reproducción biológica y social"v. Las caracterizamos con el concepto de "reemplazo" pero esto no implica que tales unidades familiares no mantengan las redes de reciprocidad y ayuda mutua con parientes, vecinos y/o amigos, sino más bien ellas son favorecidas y se prolongan a lo largo del ciclo vital hasta la culminación del núcleo -sucesivas separaciones y muertes- y, aún más allá, con pleno contenido simbólico expresado, por ejemplo, en el culto a los muertos.

Definimos tales redes como las que se establecen entre parientes, vecinos y amigos a fin de intercambiar bienes y servicios que hacen a la organización de la vida cotidiana de los miembros y/o familias partícipes de la red.

A través del trabajo de campo realizado en las distintas comunidades rurales de nuestro país, en el que se basa el presente escrito, vemos que las necesidades socioafectivas y aún materiales, expresadas en bienes y servicios, son satisfechas fundamentalmente a través de este sistema de redes; de allí que la familia nuclear pura no exista en el medio, en tanto se dan formas de: familia extensa, modificada, ampliada, y claros casos de familia sustituta con el aporte de amigos y vecinos.

Tales redes de reciprocidad -en especial en la ancianidad- cumplen funciones de seguridad social y protección, lo que da a los ancianos un cierto margen de estabilidad y seguridad, en particular en un momento en que las continuas pérdidas y su propia declinación hacen que la posible ayuda o el poder recurrir al otro se constituya en un recurso organizador de la vida y se convierta en sí mismo en una "estrategia de supervivencia".

Hemos podido observar que las relaciones de parentesco son las que surgen con mayor frecuencia y durabilidad temporal -abarcan un ciclo de vida- pero también son de vital importancia, en muchos casos de ancianos "solos", las redes de reciprocidad vecinales que suplen con frecuencia y eficacia a las parentales y a los servicios sociales comunales.

En estas comunidades ellos viven con hermanos, hijos y/o nietos propios o de "crianza". La figura del criado, cuya definición sería niños criados por otros que no son sus padres biológicos, implica una solución comunitaria o familiar de apoyo a personas en estado de vulnerabilidad (tanto niños como ancianos). Muchos de los viejos que se entrevistaron han sido ellos mismos criados o tienen familiares provenientes de esta figura.

Esta combinación de intercambios entre personas de edades opuestas, como estrategia de supervivencia, permite una complementación de acuerdo a las etapas del ciclo de vida por las que la relación transita.

a. Cuando el niño es muy pequeño y manifiesta la mayor necesidad el viejo se hace cargo de su protección, educación, etcétera.

b. En el polo opuesto, cuando el viejo es el necesitado, ya el niño está en situación de acompañarlo y cuidarlo tratando de satisfacer las necesidades de su vida cotidiana.

Yo tuvo a los 21 años el mayor. Después de 21, a los 7 años tuve otro varón. Son varones los dos. La mujer, que ahora me está dando vida, me está ayudando, era de mi finadita hermana. Falleció mi hermanita y quedó...el mismo día que nació ella falleció mi hermana. Así que yo la pedí a la nenita y la crié. Así que vive conmigo y viene, y ahora nos toca. Viene y va. Ella este año vino tres veces.

La misma informante tiene ahora la ayuda de una niña:

El señor, el papá de la chica es mi primo hermano. Por eso la Amanda, mi hija, le pidió que me acompañe ella. La pidió prestada para que me acompañe. Siempre le mandan todo a ella también. Ropa... Ahora le van a mandar calzado.

c. En una situación intermedia, ambos coadyuvan al mantenimiento de la unidad productiva o a resolver dificultades circunstanciales de la vida cotidiana

Y, yo no vivo más de con la chica. Es nieta y yo la he criado. Ella iba a la escuela pero la saqué porque no tenía posible para que, en fin, ayudarla para la escuela. Uno tiene que dar para la comida y yo no tengo de dónde sacar.

No tengo. (La chica) no tiene trabajo...

Eso también veo, que a ella tanta falta le hace trabajar y que yo no le puedo dar nada. Y yo no quiero que se retire.

En fin, que se vaya, por ejemplo, a la ciudad a trabajar.

Yo no quiero que me deje solita del todo.

Esta es hija de un hijo mío. (El) acá vive. Pero él es un chico que vive con el vicio del licor.

Vale decir que no es cuenta de nada en la casa. (La madre) la abandonó a la chica, me la dejó aquí, abandonada, y entonces yo... Cómo uno no se va a compadecer de un angelito? ... Pensando eso digo yo...Tener compañía cuando uno llega a momentos que uno más necesita. Yo tengo hijos pero resulta que todos los hijos están afuera, trabajando. Y no se puede. Sí, de vez en cuando vienen y me dan una visita pero... Alguna cosita me ayudan. Proveeduría, esas cosas me traen. Dinero, cuando yo estoy enferma, sí. Entonces ellos ponen el dinero para los remedios.

La dimensión temporal de los intercambios ("timing") se refiere al corto o al largo plazo. El primero, en relación a la vida cotidiana, ejemplificado en una variedad de situaciones donde lo más común sería aquella en que una hija casada deja a cargo de sus padres ancianos el cuidado de sus hijos y en otro momento ella se hace cargo de hacerles las compras o trámites, etcétera.

(El nieto) es de mi hija. En Santiago vive la madre.

Dositos son. Uno es por la mañana (va a la escuela por la mañana). Ese es el de Agustina, mi hija. Y este es Tomasina Pérez, la madre de él. (Los dejaron) porque no querían seguir... No querían ir con la madre. Yo no voy a ir, decían ellos. No sé porqué será. Acostumbrados a vivir conmigo, por eso.

(La madre) No, no manda (dinero) porque está casada y tiene dos chiquitos. (Manda) Mercadería. Ropa también. (Cosas de limpieza) Hace falta... Como me trae de Santiago, mi hija, siempre sabe tener aquí. Para limpiar olla, todo. Para limpiar platos, así. Jabón también. La Tomasina trae de allá.

En otros casos el intercambio se realiza con hermanos más jóvenes.

Yo tenía animales... Cuando tenía le digo (a mi hermano): vea, con los animales no me digas yo voy a hacer ésto o yo voy a hacer esto otro. Vos pillá al que necesites y carnealo, hacé lo que quieras, pero traeme de comer. Traeme agua chango. Se va con el burro y me trae 50, 60 litros de agua, pa' que yo haga el té y eso...

En el largo plazo, hablamos de los llamados intercambios intergeneracionales, donde la ayuda prestada por los padres en el proceso de crecimiento y formación de los hijos es devuelta por éstos como forma de protección en la vejez.

Estos tipos de intercambio son normativos y entran en juego las obligaciones morales: "porque son mis padres...", "ellos me dieron la vida...", "ellos me criaron...", son las formas más corrientes de explicar tal intercambio.

Una informante contaba porqué vivía en La Invernada con su primo de 94 años: Yo, por él vivo aquí, sino no iba a vivir aquí. Iba a estar con mis hijos. Porque no hay quién lo atienda a él. Ahora no voy ni a verlos a mis hijos por eso. Porque no hay con quién quede él. Nosotros somos de a dos nomás, más viejos, y los otros son jóvenes...

Sí, le atiendo, y no quieren mis hijas que le deje... Cómo va a quedar sólo mi tío? Nos ha criado! Dicen ellas....aquí nomás estaba, desde muy joven, con nosotros.

Lo expresado anteriormente es típico de la cultura rural del NOA, sin embargo, hemos encontrado matices interesantes o diferencias particulares en cada una de las comunidades.

La familia extensa y troncal más típica se encuentra en la comunidad agrícola en donde conviven dos o más generaciones. El "cerco" aglutina a la familia ya que se precisan brazos y un trabajo conjunto para hacerlo funcionar.

En este contexto, las actividades realizadas por mujeres, niños y ancianos, que hacen a la subsistencia del grupo familiar, son de realización diaria y se refieren a la alimentación: - cría de animales (gallinas, cerdos, cabras, excepcionalmente vacas) que incluye tareas de pastoreo del ganado.

- actividades destinadas a la producción de alimentos: hacer el pan, hacer queso, carnear animales.

- provisión de agua o leña: actividad de realización diaria que suele insumir varias horas al día por la lejanía de los lugares que proveen estos bienes - quehaceres doméstico - La producción de maíz, zapallo, melones y, fundamentalmente, la producción de algodón. Aquí la división del trabajo incluye a los varones en la preparación de la tierra, a las mujeres, niños y ancianos en el cuidado de las tareas de mantenimiento. En las cosechas intervienen todos los brazos familiares.

- el cuidado de menores y ancianos, que depende del ciclo vital de los mismos; en determinado momento los abuelos crían nietos y, en la gran vejez, los nietos cuidan abuelos. Hemos visto casos en que los viejos-viejos tienen el derecho o privilegio de pasar el día sin hacer nada.

Entre los pastores, la familia extensa no aparece tan frecuentemente. Hay muchos ancianos que viven solos o con hermanos. La actividad pastoril facilita la disgregación.

Cada uno busca su territorio para desarrollar las actividades y esto deriva en una estrategia de supervivencia ligada a un cierto aislamiento, espacial pero no social.

Siempre pasa alguien "a ver como están" aquellos ancianos que viven solos.

Mientras en Santiago del Estero la solución es principalmente familiar, en Catamarca es comunitaria. De la misma manera, las formas participativas de los viejos son diferentes en relación a lo extra familiar. En la sociedad pastoril son más proclives a colaborar en soluciones grupales o vecinales. Muchos de los criados no son parientes consanguíneos. En cambio, en La Invernada, es socialmente mal vista la participación comunitaria porque parece "meterse con los vecinos".

Un informante de esa comunidad, al ser interrogado sobre su posible participación en formas de ayuda comunitaria dijo: No, para qué!...Cuando quiere hacer eso ya es mal mirado de los vecinos...Nunca saca bien eso.

Otro, hablando de los vecinos, dijo: Y bueno, por aquí nadie molesta ayuda, nada. Lo que podés hacer vos y sino, no hay caso.

Estas formas descriptas nos permiten intuir una articulación con otros aspectos diferenciales observados en estas culturas. En La Invernada se destaca una mayor secularización.

Y... la religión que llevo es poco y nada. (A la iglesia) No voy. No me arrimo. En todos los años que vivo parece que me he arrimado dos o tres veces. No tengo tiempo.

Además, en caso de enfermedad intentan la curación a través de la medicina oficial.

Me enfermé un año, culebrilla que dicen.... Mi nuera me quería llevar a una casa... curandera, y no acepté yo. Y ahí estaba yo y me dice: Voy a llevarte a una médica que tiene él. No, le digo yo, ya estoy en manos de doctores, no quiero que me cure la enfermera. Qué me va a curar, le digo, no sabe!... Allá en González Catán. En Buenos Aires.

A la hora de la siesta me acosté yo a dormir. Le había creído.... Me levanto y veo una señora... señorita. -Tiene fe en mí, señora?, me dice.

Yo no le dije nada. -Ha escuchado? Me dice. -Sí, he escuchado. -Tiene fe, yo vengo a curarla. -No, no tengo fe, para qué le voy a decir. No quiero que me cure usted, ya estoy en manos de médico.

En contraposición, los catamarqueños manifiestan una profunda religiosidad y gran devoción por la Virgen del Valle

Al preguntárseles si eran devotos de la Virgen del Valle, algunas respuestas fueron: Sí, mucho. Si no está ella no pasa nada.

Es muy bonita. Acá la tenemos en una estampita. Mi hermana tiene santos que da gusto.

(Devoto) de Nuestra Madre del Valle. Tengo la pieza ahí llena de cuadros de la Virgen.

Encontramos, además, algunos casos de enfermedades llamadas "puestas", cuya etiología es de tipo personalístico o sea fruto de la intervención intencionada de un agente humano.

Se las considera producto de la envidia de los vecinos. Su terapia se busca en la consulta de los profesionales tradicionales.

Una mujer de 64 años, con problemas mentales desde hace 7 años, fue llevada por sus hijos para que la trataran los médicos de la ciudad de Catamarca pero recayó en su enfermedad. Luego la hicieron ver con una curandera que les dijo que tenía un mal postizo. La empezó a tratar con remedios para ese mal pero quedó a medio curar porque el tratamiento era muy caro y la familia no lo pudo pagar. En 1993 cobraba $600 por toda la curación. Pagaron sólo la tercera parte y no pudieron volver a hacerla tratar.

La hija dice que hay que intentar por las dos partes de nuevo. Por el médico y por la curandera.

Otro informante, que vivía con el hermano mayor, se ocupaba en hacerlo curar porque se ha enfermado este hombre. Le han hecho mal. Lo hago curar. Lo hago curar por una curandera que queda lejos. De Icaño pa`l sur. No cobra caro la señora.

Aclara que, a pesar de ser religioso, hoy, en el actual, no rezo bajo ningún punto de vista, porque ando haciendo curar con curandero a mi hermano. Así que no puedo porque son demonios. Capaz yo estoy aquí y la señora está escuchando.

Pero, cuando terminemos con la curación de él, si Dios quiere y la Virgen, vuelvo a seguir rezando... me encomiendo a Tatita Dios, Nuestro señor Jesucristo y el Espíritu Santo.

Hay que hacer la salvedad de que la búsqueda del profesional se hace con el mismo criterio con el que se recurre al médico universitario. Se lo ve aunque sea caro o viva lejos pues les resuelve el problema con oraciones o medicamentos accesibles. Al hospital o al puesto sanitario no concurren si no se les brindan los remedios.

Síntesis

A modo de síntesis podemos decir que, en esta ponencia, rescatamos algunos de los aspectos relevados en el trabajo de campo a los efectos de comparar ambas comunidades.

Tuvimos en cuenta las estrategias de supervivencia diferenciales ligadas a : la subsistencia, la familia, la participación y el sistema de creencias.

En la descripción de las estrategias de resolución de la vida cotidiana observamos distintos niveles de satisfacción de necesidades, pero no olvidemos que todo el contexto de estos ancianos es de pobreza.

La prueba de esto es que la pobreza se personifica, tiene entidad y nombre propio: Tanico.

No tenemos plata con que comprar. Cuando hay cosecha, ahí no falta. Y este es el más peor, este tiempo. Octubre es el más feo. Llega el "sombrero grande", como se dice.

"Tanico", le dicen los de antes. Al primero de octubre hay que esperarlo con abundante comida para que no entre la pobreza. Hay que hacer una tortilla grande. "Tanico" le dicen a la pobreza. Y, algunos que no tienen ni que poner comida, no tienen tortilla, a algunos les falta. Y, el que no tiene tiene que ir a pedir a otro.

Notas

i Luis Triviño, 1977. P. 118

ii Carlos Reboratti, 1977

iii Carlos Reboratti, 1977

iv Si bien la definición operativa de anciano, establecida por convención en la Asamblea Mundial de Envejecimiento (Viena, 1982), abarca a toda persona mayor de 60 años, en este trabajo tuvimos en cuenta la definición de envejecimiento diferencial y denominamos anciano a todo aquél que, por sus roles sociales (jubilación, abuelidad), autodefinición o definición de la comunidad, se considera como tal. En este sentido han sido entrevistadas algunas personas por debajo de ese límite etáreo y otras cuya edad era difícil de establecer debido a retrasos en la inscripción de su nacimiento.

v Reemplazo: Núcleos en los que todos los hijos han migrado o se han casado o son potencialmente aptos para migrar o casarse. Categorización propuesta por Sevilla Casas en: Economía y dominación en una comunidad indígena colombiana; en Estudios Latinoamericanos, vol 1, Nro 3, 1978

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