Propuesta para el desarrollo del turismo arqueológico en Argentina
Jorge Kulemeyer*
En Argentina se presentan numerosas oportunidades para el desarrollo del turismo arqueológico que no deben seguir siendo desaprovechadas y hasta destruidas. En muchas regiones el turismo cultural- arqueológico se presenta como la opción más ventajosa y racional. Los ejemplos de Tilcara (Quebrada de Humahuaca) y San Pedro de Atacama (Chile) son muestras contundentes de un crecimiento sostenido a diferencia de la experiencia negativa que han significado otras alternativas productivas (minería, acero, caña de azúcar, etc) que han requerido de grandes inversiones y que, muchas veces, han colapsado.
Es necesario subrayar la imperiosa necesidad de desarrollar trabajos de investigación científica como respaldo a toda propuesta de turismo arqueológico. A partir de la experiencia regional del NOA, donde la propuesta turística tiene su base en el desarrollo del turismo cultural sustentado, en buena parte, en el atractivo de los numerosos conjuntos de restos de cultura material prehispánica. El turismo cultural- arqueológico puede ser entendido como una búsqueda de conocimientos por parte del turista que, lógicamente debe ser correspondido, valga la redundancia. con una oferta de conocimientos. El crecimiento del turismo debe estar vinculado con la adecuada protección del bien cultural El patrimonio arqueológico debe ser protegido no sólo porque es herencia que una vez destruido es irrecuperable (asociado a investigación, cultura, educación, sentido de pertenencia, etc) sino porque también es una oportunidad para el progreso de la sociedad actual gracias, entre otras cosas, al turismo cultural.
Una propuesta de turismo cultural que no tenga, al menos parcialmente, a la investigación científica como sustento resulta poco menos que inviable (al menos a mediano y largo plazo) además de ser contraproducente desde las perspectivas social, económica, ecológica y cultural. La investigación científica, con la participación activa de muy diversas disciplinas, acompaña al producto cultural en todas sus etapas. Es importante no solo al momento de la preservación y puesta en valor de los bienes, en tanto que una especie de hermenéutica cultural, resulta imprescindible en toda investigación que se ocupe de la dinámica de los bienes culturales y su proceso de apropiación social. Arqueología, Antropología, Historia, Arte, Museología, Arquitectura, Ingeniería, Ciencias Naturales, Comunicación social, Economía, Sociología. A nivel individual e institucional, la gran mayoría de los actores involucrados en los temas de gestión del patrimonio cultural son conscientes que se trata de abordar problemas complejos que requieren de soluciones complejas para resolverlos.
En la actualidad el recurso principal de la gestión del patrimonio arqueológico es el tratamiento de materiales y situaciones que no están sometidas a aquello que es la característica principal de nuestros tiempos: la tendencia generalizada a que la dimensión espacio- temporal sea cada vez menos relevante para aquellos que han incorporado las nuevas tecnologías en su vida cotidiana. Aquí se encuentra buena parte del fundamento que da lugar a la repentina "popularidad" del patrimonio cultural y su gestión. Si tradicionalmente en la exposición de bienes arqueológicos el atractivo de los objetos en si mismos era lo más relevante, no cabe duda que, en este mundo en el que los recursos y parámetros espacio-tiempo son cada vez más reducidos, son un atractivo excepcional. El presente de humanidad más que un "turbocapitalismo" ha generado (vive) la que tal vez es el más drástico proceso de cambio, la revolución más significativa de su historia. Ante estas circunstancias los museos adquieren nuevos roles en los que sobresale su dinamicidad, se modernizan en sus concepciones y estrategias más elementales y reformulan su función social.
Cárdenas Jiménez (2001), refiriéndose al caso de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana señala: Es preciso que exista una íntima conexión entre lo que es parte del público en forma de voluntad/necesidad y lo que le propone el producto cultural, que debe ser informativo, sensible, estético y mitológico, pues su apropiación se efectúa, en última instancia, a nivel simbólico. En la práctica esto implica que el producto cultural al ser presentado en el marco de una propuesta de turismo cultural requiere que esta presentación tenga respaldo de un conocimiento propio de la investigación científica.
El desarrollo del turismo arqueológico requiere de un plan de puesta en valor y resguardo de bienes para que estos adquieran carácter público. Existe, en el discurso, acuerdo sobre la importancia del patrimonio arqueológico y su vinculación con las posibilidades del turismo como herramienta a favor del desarrollo local. Se debe entender que existe una relación de antecedente-consecuente en materia de inversiones para el desarrollo del turismo cultural-arqueológico: primero el atractivo luego llegan los visitantes y con ellos los inversores. Y no se debe olvidar que la inversión más importante e imprescindible se hizo hace 500 o más años.
La puesta en valor de un bien arqueológico y la investigación científica asociada, difícilmente pueda darse por finalizada definitivamente Tal vez un tanto exagerada pero no por ello menos elocuente es la afirmación de Lavado Paradinas (1998 : 86): "Es más fácil hacer vivir siquiera unos minutos del pasado y de la historia a través de las experiencias en las que el habitual visitante de museos tome contacto directo con esa realidad y la experimente personalmente, que muchos miles de páginas impresas, textos aclaratorios, explicaciones al margen otras tantas disquisiciones científicas". Esta oferta de los museos, combinada con las múltiples posibilidades desarrolladas a partir de las nuevas tecnologías de la comunicación, han permitido el desarrollo de un fuerte impulso del interés por muy diversos campos del conocimiento científico que hasta no hace mucho tiempo atrás no merecían más que la atención de grupos muy minoritarios de la población y sin que mediara necesariamente un incremento extremadamente importante en el tema o especialidad en cuestión.
El turismo arqueológico en Argentina no sólo es posible sino que también constituye, en muchas regiones, una necesidad y la mejor opción para el desarrollo social. Pero es claramente distinto al turismo que se puede presentar en, por ejemplo, Mar del Plata o las Cataratas del Iguazú. El turismo arqueológico requiere de una puesta en valor previa. En Argentina son contados con las manos los sitios arqueológicos habilitados y preparados para recibir turistas. Nos ofrecemos para trabajar en el desarrollo de propuestas y de soluciones puntuales.
*Casilla de Correo 78 - 4600 San Salvador de Jujuy, Argentina.
Teléfono/fax: 0388-4260596 y 0388- 4262569.
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