TURISMO Y CULTURA COMO FACTORES DE INTEGRACIÓN EN LOS PAISES ANDINOS

Omar Iván Sarmiento Salcedo
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

RESUMEN

El presente trabajo es un ensayo sobre la importancia de la cultura para el desarrollo de la actividad turística. Como el fortalecimiento de identidades locales, y el desarrollo del turismo sostenible, pueden conllevar a mejorar la calidad de vida de los pobladores a través de modalidades del turismo como el etnoturismo comunitario, el ecoturismo, el agroturismo, el turismo de aventura, entre otros. Además se esboza algunas ideas sobre la conservación del patrimonio cultural, y la importancia de la puesta en valor.

Al final se plantea algunas recomendaciones para desarrollar un turismo sostenible, tomando como base, la cultura.


TURISMO Y CULTURA COMO FACTORES DE INTEGRACIÓN EN LOS PAISES ANDINOS

"Toda creación tiene sus orígenes en las tradiciones culturales, pero se desarrolla plenamente en contacto con otras. Esta es la razón por la cual el patrimonio, en todas sus formas, debe ser preservado, valorizado y transmitido a las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad e instaurar un verdadero diálogo entre las culturas"

Artículo 7, de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. UNESCO

Si algo nos caracteriza y nos une con los países andinos, es la cultura. Y no hablamos solamente de cultura tangible, sino que compartimos además una cultura viva, que no se resume en tan solo lo que heredamos de nuestros antepasados los Incas, sino mas bien, al proceso de transculturación, como consecuencia de la llegada de los españoles, que dio origen a una nueva cultura con características propias y que se sigue desarrollando hasta nuestros días.

 Son esas características de cultura andina, que nos da la posibilidad de ingresar a una nueva tendencia del turismo moderno. Pero ¿Cuáles son las posibilidades reales de que el turismo se convierta en una herramienta de desarrollo social y económica para nuestras naciones?. En las ultimas tres décadas, la actividad turística ha ido incrementado el PBI de los países denominados “desarrollados” – aunque desde una perspectiva social podemos indicar que los “países desarrollados” ya no se miden por el grado de riqueza económica que alcanzan, sino mas bien, por el grado de cultura que desarrollan sus pueblos – y que a su vez son los que han originado un mayor movimiento humano de visitantes alrededor del mundo. En términos globales esta actividad genera un poco más del 10% del PBI y del empleo mundial.

El desarrollo del turismo, sobre todo en América del sur, es una actividad nueva, sus inicios se remonta hacia 1940, y por ese entonces, el turismo era una actividad  no muy tomada en cuenta como herramienta de desarrollo económico, y peor aún, era considerada por muchos como una actividad destructiva.

Existe ahora pues, una mayor preocupación por el medio ambiente y un mayor interés por cohabitar con comunidades ajenas a la nuestra e integrarse con su idiosincrasia. Estas nuevas tendencias y necesidades deben ser asumidas con responsabilidad por los países, quienes poseen los recursos suficientes para satisfacer esta demanda turística. Ahora nos toca preguntarnos ¿estamos preparados para asumir este nuevo reto?, ¿contamos con la infraestructura suficiente para cubrir las expectativas del mercado potencial?, y mas aún, ¿nuestros pueblos andinos están preparados para acoger una nueva cultura sin perder su propia identidad?.

            Bajo estos cuestionamientos es ineludible realizar un análisis interno y ver a nuestras naciones como empresa.  Si bien es cierto que  “la empresa moderna necesita ser muy competitiva en el mundo globalizado. Esa competitividad se logrará principalmente por el desarrollo intenso de su recurso humano. En otras palabras, la tarea mas importante de un empresario es promover, al interior de su empresa, valores culturales que ayuden a los individuos que la conforman a tener una formación  integral”[1]. Con esta formación se espera que el trabajador tenga una visión amplia de lo que se espera de él y a que se comprometa activamente con la sociedad. Realizando una analogía diremos que cada país es una empresa y sus gobernadores los empresarios, y los ciudadanos son el motor para que un país desarrolle. Si carecemos de formación, de nada valdrá que contemos con los recursos culturales y naturales suficientes, al final, nosotros seremos los principales gestores de nuestro progreso o de la involución de nuestro pueblo.

CONSERVANDO NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL

El patrimonio cultural constituye la mayor riqueza espiritual de una Nación. Esta riqueza la hemos recibido de nuestros antepasados y debemos valorarla, mantenerla e incrementarla. Y la primera pregunta que nos hacemos es: ¿Porque queremos conservar?. La actitud natural del hombre nos es guardar las cosas sino usarlas, no es aislarlas de nuestro entorno sino darles nueva vida y reutilizarlas nuevamente. Y es así que conservamos por diversas razones: razones religiosas, científicas o por simple placer. Sin embargo, merece la pena destacar que el bien cultural nos es simplemente un objeto físico. Podríamos decir mas bien que es una cosa compleja, compuesta de aspectos corporales y aspectos incorporales. Tomemos como ejemplo una pieza arqueológica. En ella encontramos un componente físico, que genera un valor, un interés y una forma de protección, pero también tiene un elemento incorpóreo de creación, posee un testimonio de la época que ayuda a esclarecer nuestro pasado que guarda las raíces de nuestra propia identidad.

            A estas tendencias actuales sobre la protección del pasado de la humanidad, rescatando y afirmando la identidad cultural de cada pueblo, hay que agregarle el trabajo investigativo sobre lo que se cree que se debe conservar. Existe una pervivencia de nociones que solo reconocen el valor artístico, y su descontextualización lo justifican para exhibirlos en museos. Todos esos testimonios nacen de un proceso cultural que están integrados y no pueden ser separados, que son: objeto, historia y entorno natural. Tomemos ahora como ejemplo las  Cabezas Clavas de la cultura Chavín en el Perú[2]. Estos pocos objetos que aún quedan colgados en al ciudadela de Chavín de Huantar, cumplieron un objetivo en la época preinca y a su vez están ligados a su entorno natural manteniendo una equidad visual y armónica. Ahora imaginemos este mismo objeto, colgado en algún museo o en un ambiente de nuestra propia casa. Creo que las palabras bastan y sobran.

Es por ello que uno de los principales pasos para integrar la cultura con la actividad turística, y que estas se conviertan en herramientas desarrollo, es fortalecer la identidad cultural de cada pueblo a través de la educación, tomando conciencia sobre la importancia de nuestro legado cultural.

            Sabemos que el desarrollo humano se realiza por una suerte de capitalización de los productos del pasado: se agrega a lo que se hizo ayer a lo que se hace hoy y a lo que se hará mañana, y por ello lo que tiene que conservarse no son tanto las cosas sino también las ideas, los descubrimientos y los procesos. Algo común en nuestras naciones son las tradiciones orales que son los testimonios de vida que nos define como nación; y también lo son las fiestas regionales muy arraigadas en nuestros pueblos que tienen un fondo religioso prehispánico e hispánico-occidental, a las que se suman las fiestas cívicas y otras nacidas recientemente, cada una de ellas están relacionadas a las exigencias de los visitantes que son cada vez más cultos e informados. Por ejemplo en el Perú tenemos la fiesta de los “Inkas de Sapallanga”, celebrada desde el 7 al 10 de setiembre en las alturas del departamento de Junín, cuyo día central es el 8 en honor a la Virgen de Cocharcas; o  la fiesta de “Las Comadres” en Tarija, Bolivia[3], a estas se suman una infinidad de fiestas en nuestras naciones, que también merecen ser conservadas y difundidas, y que son motivo de grandes peregrinaciones de turistas.

            Por ello, la mejor forma de preservar nuestro patrimonio es promoviéndolo. En casi todos los países las leyes son prohibitivas y restrictivas, y no leyes promotoras. Es cierto que las leyes deben poner limites y fiscalizar, pero la verdadera protección implica la puesta en valor. Es necesario realizar publicaciones especializadas a través de las investigaciones académicas, tan solo por dar un ejemplo. Y mas aún, esta promoción debe ser mayor en el mismo centro poblado donde se realiza la investigación, para crear una identificación con sus propias raíces.

Podemos concluir que la identidad se encuentra en las raíces de un país, aunque mediante los siglos se sucedan nuevos aportes étnicos y culturales, todos ellos se van armando para dar forma a la personalidad y a la imagen de una nación.

¿GLOBALIZACIÓN?

El fenómeno de la globalización acarrea consecuencias culturales negativas, sobre todo en lugares donde la identidad de una nación es débil, donde su cultura se va perdiendo par dar paso a la adopción de poses anglosajonas en busca de una seudo-identidad. La otra cara de esa misma moneda es la fragmentación de comunidades, o al menos el fortalecimiento de identidades locales y cada vez mas aisladas al fenómeno llamado: Globalización.

Existe un neologismo ingles, que explica la interrelación de los procesos de globalización y localización, denominado: glocalization. Y es utilizada sobre todo, cuando se habla de la integración cultural que se realiza mas allá de las fronteras de una nación. Esto conmina a los seres humanos a pensar como locales, valorando su identidad, y a actuar como globales, compartiendo y recibiendo aportes culturales.

Esta nueva tendencia, ha llevado a que muchos pueblos conserven una identidad autóctona, y a la vez asimilar nuevos aportes culturales sin menoscabar la propia, permitiéndose cubrir las exigencias del mercado turístico.

PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL Y GUBERNAMENTAL

La participación activa de la población es vital para el desarrollo de estos pueblos. Existe una gran cantidad de mano de obra inutilizable y las encontramos en los diversos institutos y universidades públicas y privadas, que muy poco son convocados por los gobiernos centrales para incluirlos en sus planes de desarrollo nacional. Siempre se habla de que los jóvenes son los actores principales para el desarrollo de una nación, pero la realidad indica todo lo contrario, siendo ellos los últimos en participar en dichas obras.

Por otro lado, hay que decir que nuestro legado cultural es tan grande e inimaginable, que el gobierno no se da abasto para preservarlo y difundirlo, por ello hay instituciones como los Organismo no Gubernamentales, donde su rol en la sociedad es imprescindible.

El centralismo, la autosuficiencia y el verticalismo, son casi siempre características de la organización de un gobierno, es por ello que no pueden enfrentar digna y oportunamente los problemas de conservación en las zonas mas alejadas de nuestras naciones. Es así que existen instituciones que siempre están presentes en esos lugares pero que no tiene autonomía propia para enfrentar dichos problemas; me refiero a las Iglesias, Municipalidades y Departamentos de Educación.

Los planes de desarrollo turístico, que contenga elementos culturales y naturales, podrían ser formulados en una primera instancia por un consejo consultivo integrado por las instituciones arriba mencionadas, para luego ser planteadas al gobierno central para su evaluación y ejecución. Nadie sabe mas la realidad de un pueblo que sus propios habitantes,  es por eso que los pueblos andinos serán los principales actores para la mejora de su calidad de vida, y su inclusión en los proyectos de desarrollo será imperiosa para el fortalecimiento de su identidad.

SIMBIOSIS PERFECTA: TURISMO Y CULTURA

Habiendo esbozado algunas ideas sobre la importancia del patrimonio cultural, y como la utilización sostenible de esta se puede convertir en un eje de desarrollo económico para muchas comunidades a través  del turismo, es necesario reafirmar la integración de estos dos elementos como principales motores en la reactivación de nuestra cultura hacia el mundo entero, donde el turismo deberá convertirse en un elemento de educación, creando conciencia sobre la importancia económica y social de esta actividad, y sobre la conservación y uso sostenible de nuestros recursos naturales y culturales.

La actividad turística tiene sus raíces en la cultura, y el éxito de esta actividad dependerá de que tanta importancia le demos a la cultura, para su rescate, conservación y difusión. Entonces el turismo permite que la cultura sea un elemento que puesto en valor, origina el interés de los visitantes, gracias a la interacción que se establece entre la comunidad y el turista, quien viene a compartir y a vivir experiencias nuevas con gente de una cultura diferente a la suya.

TURISMO ALTERNATIVO: UNA POSIBILIDAD DE DESARROLLO

Hablamos al comienzo, que décadas atrás pensaba algunos que la actividad turística era destructiva, y es que cada vez que se hablaba de turismo se pensaba en un detrimento contra la cultura receptora. Quizás era cierto, pero habría que tomar en consideración quienes manejaban aquel turismo. Por eso, entendemos que no son los turistas los responsables directos del deterioro en las costumbres de un país, si no que hay que retroceder en la cadena que ha conducido al turista a su destino, y al principio de esta, nos encontramos con promotores, empresas y con determinadas agencias de viajes, entre otros, que desde un principio no dan opción al turista a integrarse en la vida propia de la comunidad que visita, sino mas bien a influir en esta, con paquetes turísticos que dañan la cultura de un pueblo. Por ejemplo, existen tours operadores en la amazonía peruana, que ofrecen a las comunidades indígenas una pequeña cantidad de dinero para que se vistan y bailen de una manera exagerada, a fin de poder satisfacer a turistas deseosos de ver tribus aborígenes.

El turista de hoy en día, busca cubrir otras necesidades para satisfacer sus momentos de ocio. Ya no buscan tanto, “sol, arena y mar”, o simplemente visitar “restos arqueológicos”, si no van mucho mas allá. Buscan ahora entender la cosmovisión del pueblo receptor, integrarse en sus actividades rutinarias, y además, buscan que su permanencia tenga un beneficio económico directo sobre la comunidad. Por ejemplo, se dice que los beneficios económicos del turismo favorecen en mayor medida a la comunidad receptora. Si eso fuera cierto, nos preguntamos ¿por qué la ciudad del Cuzco, sigue siendo uno de los centros poblados más pobres del Perú, a pesar de que es la ciudad con mayor movimiento turístico gracias al imponente Machu Picchu?. Queda claro que, todavía el manejo del turismo, y sus beneficios son sectarios. Una tendencia del turismo actual, son los llamados paquetes turísticos pro-pobres, donde el visitante se asegura que parte de su dinero este destinado a mejorar directamente la calidad de vida del poblador.

Es por ello, que el turismo que se debe practicar, debe ser sostenible[4], que por su propia naturaleza, es una alternativa concreta para preservar el patrimonio. Debemos tener en cuenta que los elementos que utiliza el turismo son frágiles y están en constante degradación por su mal uso, llamase a estos, áreas naturales, complejos arqueológicos y otros.

Los países andinos, poseen centros poblados que cuenta con los suficientes recursos para realizar un turismo alternativo. Todos estos poblados tienen algo que los caracteriza: 1. Están alejados de las grandes urbes. 2 La población casi en su totalidad es pobre. 3. No poseen planes integrales desarrollo y 4. Su acceso es restringido.

¿Cómo se puede insertar a estas poblados a los beneficios económicos que origina el turismo?. Hablar de organización, estaría de más decirlo, por muchos años las propias comunidades, saben que la organización es esencial y, como tal, existe la necesidad de mirar al futuro y mantener la unidad a fin de garantizar la autonomía comunal.

Entonces, ¿qué es lo que falta para que estos pueblos salgan adelante?. Voy a retomar mis palabras iniciales, donde debemos ver a un país como una empresa; y en una empresa el principal elemento es el recurso humano y la formación de este. Eso es lo que falta: educación, capacitación, formación o como queramos denominarlo.

Muchos ahora podrían estar pensando que capacitar a una comunidad en temas relacionados al turismo, sería distraer su mente y alejarlos de las actividades diarias y tradicionales que lo identifican como pueblo, y esa no es la idea, sino de que el turismo se convierta en una actividad complementaria, tomando como base dichas tareas tradicionales.

Por ejemplo, en una comunidad netamente agropecuaria, se podría llevar a acabo un plan de agroturismo como herramienta productiva que les ayude a fortalecer sus economías. Esta actividad permitirá fortalecer el sistema de comercialización de los productos por medio de la compra directa por turistas y visitantes. El agroturismo tiene dos principales características:

▪            Es un turismo de iniciativa local, basado en los recursos locales (físicos y humanos), con gestión local, con efectos locales, marcado por los paisajes locales, que valoran la cultura local, ofrece bienestar a las poblaciones donde se implanta e interesa a los propios habitantes de una región.

▪            Es un turismo mayoritariamente rural e interesado en aspectos relacionados con la naturaleza, que busca integrar zonas apartadas a la actividad económica regional, explotando adecuadamente los recursos físicos y los atractivos naturales existentes.

Además, esta nueva modalidad de turismo, incorpora a toda la familia a la actividad productiva, creando nuevas oportunidades de trabajo, valorando el papel tradicional de la mujer en la vida rural, ya que como “dueñas de casa”, tiene un rol central en la organización de las actividades de acogida como en la atención directa a los visitantes.  Para emprender la actividad agroturística, debemos contar con ciertos requisitos, y no todos los pueblos lo poseen. Ellos no se refieren a las características de la unidad productiva, sino a factores intrínsicos a la actividad, como son el valor turístico de la oferta, la localización y accesibilidad del predio rural.

Aunque esta no sea la salida económica de muchos pueblos, existe otras tantas como el ecoturismo, el turismo de aventura, el etnoturismo comunitario, el turismo místico, el turismo religioso, y otras tantas que con seguridad los países andinos pueden desarrollar, por poseer los suficientes recursos naturales y sobre todo por poseer un bagaje cultural que nos identifica y nos une como un solo pueblo.

REFLEXIONES FINALES

▪            Queda claro entonces, que el elemento cultura –en el sentido mas amplio de la palabra– debe ser utilizado de manera sostenible para asegurar el éxito del desarrollo turístico.

▪            La participación activa de la sociedad civil y de los ente gubernamentales, es esencial para la formulación de estrategias de desarrollo turístico.

▪            Es necesario el intercambio de experiencias entre las universidades con carreras de turismo; y que sean estos consideradas dentro de los planes de desarrollo nacional. Por ejemplo se podrían realizar encuentros anuales entre estudiantes de la especialidad para exponer la problemática del sector y plantear soluciones concretas y sostenibles.

▪            En el área de la conservación del patrimonio, esta se debe de realizar de manera integral, esto quiere decir, que no solo es el rescate y conservación, sino realizar un trabajo investigativo para no descontextualizarlas y perder el real sentido de su creación.

▪              La difusión del patrimonio cultural, será vital para su puesta en valor.

▪            Somos conscientes, que somos países con una gran diversidad de flora y fauna, un bagaje cultural único, gran variedad de microclimas debido a nuestra geografía accidentada, y que son motivos suficiente para elaborar planes turísticos que no se encontrarán en ninguna otra parte del mundo.


BIBLIOGRAFIA

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Haulot, Arthur (1991)                                Turismo Social. Editorial Trillas. México.

Heise, Maria (2001)                                  Interculturalidad: Creación de un Concepto y Desarrollo de una Actitud. Programa de Formación  profesional Tecnológica y pedagógica en el Perú.

Lumbreras, Mújica y Otros (2000)           El Perú en los Albores del Siglo XXI. Tomo I. Fondo Editorial del Congreso de la República.

Luis Millones y Renata Mayer (2003)     Calendario Tradicional Peruano. Fondo Editorial del Congreso de la Republica

Maldonado, Carlos                                    Ensayo sobre los Servicios Empresariales para el Desarrollo del Etnoturismo Comunitario. Oficina Internacional del Trabajo.

Miller, Erick J. (1976)                               Desarrollo Integral del Medio Rural. Fondo de Cultura Económica. México.

Pearce, Douglas (1991)                             Desarrollo Turístico: Su Planificación y Ubicación Geográfica. Editorial Trillas. México.

OIT (2001)                                                  Doc. Nº136 Memorias del Taller “Turismo: Mercado y Sostenibilidad”. Oficina Internacional del Trabajo. Lima-Perú.

UNESCO (2001)                                        Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. Adoptada por la 31ª Sesión de la Conferencia General de la UNESCO. Paris, 2 de noviembre del 2001.



[1] Walter Piaza Tangüis, “Empresa privada, turismo y patrimonio cultural”, en Patrimonio Cultural del Perú, tomo II, p. 429.

[2] Ver Federico Kauffmann Doig en  “Historia y Arte del Perú Antiguo”. Tomo II. pag. 169-220. Ediciones Peisa 2001

[3] Al respecto, Elías Vacaflor Dorakis, presento un trabajo investigativo en la tercera versión “somos patrimonio-2001”, convocado por el Convenio Andrés bello en Colombia, obtuviendo el cuarto lugar y una mención honrosa por parte del jurado internacional como “una fiesta mestiza con creciente arraigo popular y perspectiva de género”.

[4] Duval Zambrano, argumenta que el Turismo Sostenible involucra una sostenibilidad sociocultural que es la preservación y revalorización de la organización y la identidad étnica y cultural de las poblaciones, para que de ninguna manera sean debilitadas por el turismo. Ver ponencia “El Turismo Sostenible: desde el mercado hacia las comunidades”, en Doc. Nº136 Memorias del Taller Turismo: Mercado y Sostenibilidad. pag .7-10. Oficina Internacional del Trabajo, 2001.

 

 


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