México, país más saqueado de América Latina Juan Solís. Diario El Universal
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En México cuatro de cada cinco obras robadas nunca son recuperadas, 80% de los asentamientos de la península de Yucatán han sido saqueados, además 10 mil 485 sitios arqueológicos, de los más de 35 mil con que cuenta el país, son explorados antes por saqueadores que por el INAH.
Ante este panorama es probable que en los próximos 50 años, México haya perdido la mitad de sus bienes culturales. Así lo vislumbra el investigador Fernando Báez, autor de El saqueo cultural de América Latina. De la conquista a la globalización, editado por Random House Mondadori, bajo el sello Debate.
"México es el punto crítico. Lanzo una alerta acerca de las condiciones en que se encuentra el patrimonio cultural mexicano, a merced de bandas que operan con complicidades políticas que comprometen a altos funcionarios de las fuerzas armadas mexicanas", asegura Báez, quien toma el auricular desde su oficina en la dirección de la Biblioteca Nacional de Venezuela, que ocupa desde hace 45 días.
"A algunos les manifesté mi deseo de que esto pasara de ser una denuncia a una investigación judicial, pero no se han tomado las medidas pertinentes en México."
El autor no da nombres, por razones de seguridad y para no comprometer a la editorial. Por otro lado, no quería alertar a los implicados y sí a los gobiernos para que inicien las denuncias judiciales.
Cuenta que este libro viene a completar la trilogía de la memoria, integrada también por Historia Mundial de la destrucción de libros y La destrucción cultural de Irak.
"Este libro implicó para mí mucho más peligros a la hora de investigar que el de Irak. En zonas como Perú o México existen mafias que me intimidaron durante la investigación", dice el también novelista.
"Me amenazaron varias veces, sobre todo coleccionistas preocupados por el hecho de que el libro pueda remover varias conciencias. Publicamos las rutas de saqueo en Perú y eso les alteró el negocio, porque muchas veces ellos les alquilan las rutas a los narcotraficantes."
Báez dice que el tráfico ilícito de bienes culturales en América Latina es un gran negocio, es el tercer delito más rentable en la región.
"El tráfico de bienes culturales se ha ligado con el narcotráfico. Las obras de arte se están convirtiendo en moneda para los grandes narcotraficantes que acumulan piezas específicas para tener una forma de lavado (de dinero) muy directa, que les permite tener una forma de interacción con grupos interesados en Europa. Los traficantes de droga se han vuelto muy versátiles."
El saqueo de sitios arqueológicos y de arte sacro se hace por listas, lo que facilita su ubicación. Otra factor decisivo es la participación de intermediarios y la baja seguridad que hay tanto en sitios como en templos y museos. El resultado: la pérdida de prácticamente 60% del patrimonio prehispánico y colonial.
"Estoy decepcionado por el poco esfuerzo que hacen nuestros gobiernos para proteger nuestra memoria. Las comunidades deben organizarse y entender que esto es un problema de seguridad nacional."
Báez concluye que otros de los enemigos del patrimonio son los efectos del cambio climático y el llamado turismo cultural, que se lleva fragmentos de piezas o edificios como souvenirs.
"Hay que agregar los asentamientos arqueológicos submarinos, que no están siendo atendidos por ningún gobierno de América Latina y que son víctimas de un descarado expolio por parte de compañías estadounidenses, muy activas en busca del vulgar oro."
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