CONGRESO VIRTUAL 2000

IDENTIDAD Y TURISMO EN LOS ASENTAMIENTOS GALESES DE LA PATAGONIA ARGENTINA

Juana A. Norrild

Regina G. Schlüter

INTRODUCCIÓN

La identidad, según Flores Ballesteros (1997:134) está relacionada con la especificidad, la diferencia, y la idiosincrasia individual y colectiva. Agrega, además, que la crisis de la modernidad ha aportado el cuestionamiento, la deconstrucción y la desescencialización de la identidad; fracturándola o negándola. Aunque su punto de vista se acerca a la transformación.

La identidad de una comunidad comienza a formarse a partir de la negación (Sanmartín 1993:79). Esto significa que toda sociedad logra ser a partir de los elementos que la diferencian del resto de las sociedades. Pero debe agregarse que el ser de una comunidad también se compone de la absorción de rasgos de otras comunidades, los cuales adquieren nueva forma al combinarse con los rasgos del grupo adoptante.

Oliven (1997:129) define la identidad como la propiedad distintiva que diferencia y especifica grupos sociales, y que puede ser moldeada por las vivencias cotidianas.

Asimismo, puede agregarse que hacer referencia a identidad es considerar elementos culturales reciclados, reelaborados, transformados; como si cada sociedad tuviera la capacidad de ser alquimista de sí misma.

El objetivo de esta ponencia es exponer algunos de los elementos que hoy conforman la identidad de los descendientes de galeses que residen en el Bajo Valle del Río Chubut (Patagonia argentina), Se propone analizar la forma en que se fue conformando esa identidad y hacer referencia a como ésta se manifiesta frente al creciente interés de los turistas por su cultura.

LA COLONIZACIÓN GALESA EN LA PATAGONIA

La emigración de un gran número de personas desde Gales hacia otros países se inscribe en la tendencia generalizada en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX de buscar mejores condiciones de vida en el nuevo mundo.

El primer contingente de galeses se dirigió hacia los EEUU pero, debido a la rápida asimilación a la cultura local, surgió un movimiento que si inclinó a incentivar los desplazamientos hacia lugares aislados donde la falta de contacto con otras sociedades permitiese mantener su idioma, religión y valores ancestrales.

La Patagonia argentina fue considerado un lugar sumamente apropiado y en 1865 arribó el primer contingente compuesto de 165 personas. Debido a las duras condiciones de vida que debieron soportar hizo que ese número no se incrementara. Por varios años contaron con total autonomía política y la administración de los asentamientos se basó en la Constitución de Gales. Esto permitió a Williams (1992:110) señalar que en el Bajo Valle del Chubut floreció la primer democracia en América Latina que garantizaba el voto a todos por igual.

El área donde se produjeron los primeros asentamientos era desértica y muy diferente al paisaje de Gales y fue considerado como una entidad hostil. Williams (1975:113) señala que esta hostilidad estaba fundada en una visión cultural propia. Las frecuentes lecturas de la Biblia hacían referencia a que Dios sólo llevó a los israelitas al desierto para que pudieran partir en busca de una tierra de plenitud. Asimismo, la tradición celta hace referencia al desierto como un lugar de enorme sufrimiento para lograr la purificación que permite el acercamiento a Dios.

No obstante, las necesidades de supervivencia determinaron que prontamente los colonos aprendieran que el desierto es un lugar que se puede domar. Prontamente surgieron los primeros canales de riego que hicieron que prosperara el cultivo del trigo y la región se convirtiera en exportadora de ese cereal. La actividad agrícola dio origen a un paisaje cultural de características sumamente particulares que se mantiene hasta la fecha y se caracteriza por un sistema de irrigación, molinos harineros, puentes de madera sobre el río y pequeñas estaciones de ferrocarril que surgieron como consecuencia de la necesidad de llevar el grano al puerto para ser enviado al norte. En 1910 surgió la Compañía Unificada de Irrigación.

En 1874-6, 1881, 1885 y 1910 llegaron otros contingentes de inmigrantes. Eran reclutados en las capillas no-conformistas y a través de la prensa escrita en galés (Williams 1992). A su llegada los inmigrantes eran organizados en comunidades aglutinadas alrededor de alguna capilla. Éstas se convirtieron en el centro social del Valle. Los matrimonios se realizaban entre las personas del mismo grupo o de una comunidad vecina y el galés era el idioma que todos hablaban y transmitían a las nuevas generaciones. También prestaban un servicio de seguro médico que permitía a los miembros gozar de la atención necesaria en el Hospital Británico de Buenos Aires. Para celebrar algún evento (festividad, casamiento, etc.) se servía un té acompañado de panes y dulces hechos con ingredientes disponibles en el área. Así surgieron elementos nuevos que se fueron incorporando a la gastronomía galesa en su conjunto. Entre las tortas cabe mencionar la torta negra (denominada “galesa” en Argentina), la torta de crema, etc. También se fabricaban mermeladas con elementos desconocidos en Gales: citron, membrillo, etc.

LA BÚSQUEDA DE LA ASIMILACIÓN

Los colonos prosperaron, crearon su propia sociedad mercantil y monopolizaron la actividad privada. La Sociedad Mercantil estableció filiales en casi todo la Patagonia argentina, por lo cual la influencia no se limitó al Valle. Al establecerse la primera Ley de Territorios Nacionales conformaron el primer municipio de la actual provincia del Chubut con sede en la localidad de Gaiman en el centro del Valle. Las sesiones municipales se realizaban en galés lo cual irritaba a los residentes de otras nacionalidades.

Al gobierno argentino comenzó a preocuparle ese grupo de colonos próspero cuyo idioma era diferente al oficial y que profesaba una religión distinta a la de la mayoría de la nación. Buscando quebrar la influencia de la comunidad se buscó dar mayor peso a las autoridades civiles argentinas y a la Iglesia Católica. El español debía ser enseñado en todas las escuelas y se incentivó la radicación en el área de personas de otras nacionalidades quienes se nuclearon en el Centro Progresista. En 1919, la Liga Patriótica con sede en Buenos Aires, estableció filiales en todo el Valle.

Williams (1992) señala que entre los nuevos inmigrantes había muchos anarquistas y socialistas actuando para crear un movimiento obrero. Asimismo, al incrementarse la llegada de extranjeros surgió la preocupación para asimilar a esos grupos. El gobierno puso gran énfasis en el “patriotismo” señalando el peligro que representaba para el país y su economía la falta de asimilación. En el Valle la situación llegó al extremo que se considerara como antipatriótico al escolar que hablase el idioma de sus padres. Esta situación se agravó durante la segunda década de 1940 cuando incluso se insistió que en los hogares se evitara hablar galés. El idioma tampoco servía para el desempeño laboral fuera de la zona agrícola del Valle y mucho menos para el ascenso en la escala social. Lentamente las nuevas generaciones dejaran de hablar el idioma (Williams 1992).

La incapacidad de comunicación produce pérdida de seguridad en sí mismos, separación y aislamiento (Dittmar 1983:189, citando a Borris 1973). Esta situación lleva a que el inmigrante reaccione cerrándose en el grupo de sus pares (Dittmar 1983:189), y consecuentemente afirme su identidad lingüística.

Durante las décadas de 1920 y 1930 catástrofes naturales sumadas a la crisis mundial afectó seriamente a los granjeros del Valle. La Sociedad Mercantil se enfrentó a una serie de problemas dejando de otorgar créditos a los dueños de las tierras quienes, a pesar de resistirse en un principio, finalmente las vendieron a descendientes de españoles e italianos. La creación de un dique para controlar las inundaciones elevó la napa de agua provocando la salinización del suelo y agravando los problemas de cultivo.

Problemas económicos y presiones externas para lograr la asimilación total al país determinó que “lo galés” lentamente perdiera interés hasta para los descendientes directos de los primeros colonos. Incluso los restantes residentes en el área crearon el apodo despectivo “galenso”. Según Sanmartín (1993:206) el apodo une la identidad personal con su fuente colectiva, y pertenece al campo del patrimonio moral. Puede deducirse que un apodo con elementos significantes de menosprecio afecta negativamente la identidad y el patrimonio moral.

Años más tarde, al cumplirse en 1965 el centenario de lo que se denomina la “gesta galesa”, resurgió el interés de los pobladores del Valle por conocer más sobre sus orígenes. Comenzaron a realizarse viajes en ambas direcciones y profesores de Gales dictan regularmente clases de galés en los principales asentamientos. Los cánticos corales en las capillas y el “five o’clok tea” –ahora también servido en casas de té- conformaron elementos compartidos en la sociedad local.

Hacia fines de la década de 1960 comenzó en el área costera próxima a los asentamientos galeses del Valle un desarrollo turístico de la fauna costera marina (ballenas, pingüinos, elefantes marinos, etc.). Esto atrajo un número cada vez mayor de turistas -tanto nacionales como internacionales- quienes comenzaron a sentir una gran curiosidad por conocer algo más de una cultura para la mayoría desconocida.

Los descendientes de los primeros colonos se enfrentaron a un nuevo reto: presentar al visitante los aspectos que los muestran diferentes y a la vez integrados a la sociedad nacional.

PATRIMONIO Y TURISMO EN EL BAJO VALLE DEL RÍO CHUBUT

Si bien los descendientes de los colonos galeses se sienten argentinos, al igual que el resto de los habitantes del Valle, en su mayoría se consideran los custodios del patrimonio tangible e intangible de sus ancestros. El té “galés” fue la primer oferta que se colocó en el mercado y mostró rápidamente que sólo podían ofrecerlo los descendientes directos. Al surgir la primer competencia los dueños de las restantes casas se unieron creando una marca de calidad que excluía a los grupos de otras nacionalidades.

El “té galés” constituye aún hoy la principal razón para visitar la localidad de Gaiman (3200 habitantes), centro cultural del Valle. Se sirve de manera similar en diferentes casas y está acompañado de pan y manteca casera, diferentes mermeladas, sandwiches de jamón y queso, y una variedad de tartas y tortas de características no siempre idénticas a la pastelería galesa tradicional. Como lo señala Ortiz García (1998:302) la comida es un lenguaje a través del cual se conoce cómo las personas se ven así mismas y al mundo. A través de la comida, entonces, puede observarse que la simbiosis cultural entre los distintos grupos de nacionalidades indujo a la reelaboración de la identidad originaria.

La gastronomía que se presenta en el Valle no es la del país de origen sino la que se fue creando a lo largo de más de un siglo. Este hecho es reconocido por algunos -quienes defienden el té galés del siglo XXI como parte de su tradición ancestral- pero no por otros. Catani (1983:251) asegura que el sistema de valores sociales, especialmente en el caso de la migración, nunca se exhibe como conjunto coherente de proposiciones como se haría en un texto religioso o filosófico.

El idioma galés también es utilizado como una estrategia de definición cultural. Esto, en términos turísticos, se traduce en un elemento más que hace al contexto del atractivo. Es frecuente escuchar el idioma en la calle, los negocios o las casas de té; y muchos de los carteles comerciales están escritos en galés. La mayoría de las páginas web de los servicios turísticos que se ofrecen en Gaiman cuentan con su versión galesa.

El patrimonio arquitectónico está constituido por las antiguas construcciones, modestas en su gran mayoría. No obstante, en la década de 1990 surgió un modelo de “arquitectura galesa” y se implementó un sistema de incentivos municipales para quienes se ajustaran al mismo (Schlüter 1999).

Las capillas diseminadas por el Valle constituyen el patrimonio con mayores reminiscencias de la arquitectura religiosa descripta por Jones (1986). Algunas aún ofrecen servicios religiosos y otras corren el riesgo de continuar su deterioro. A pesar de su declaración de Monumento Histórico Nacional no fueron activadas como patrimonio de la comunidad galesa y sólo es posible observarlas cuando se transita entre las parcelas cultivadas del Valle.

Algo similar sucede con los viejos puentes sobre el río Chubut por donde circularon los viejos carromatos que transportaban los granos de trigo, el sistema de canales de riego y los antiguos molinos. Forman parte del paisaje pero aún recibe escasa atención como oferta patrimonial del Valle.

IDENTIDAD Y CAMBIO

El individuo es siempre un sujeto activo del cambio, pero también puede actuar como objeto cuando se aplica una transformación sobre sí mismo, cambiando su identidad (Nuttin 1982:48)

Los inmigrantes galeses de la Patagonia argentina han demostrado su capacidad de adaptación a nuevas costumbres y a su vez la capacidad de preservar su tradición. Han demostrado la forma en que dos culturas pueden nutrirse mutuamente y convertirse en un elemento cultural exótico y lo suficientemente atractivo como para movilizar al turista.

Citando a Harper (1983:377) puede aventurarse una hipótesis. Los migrantes, sobre todo los jóvenes, se ven obligados a adaptarse a una nueva cultura antes de haberse incorporado previamente a la vieja; es posible que tengan así más capacidad para ver la manera de tener éxito en la nueva sociedad. No se sienten sujetos a una sola norma cultural, y están así en condiciones de ver posibilidades que otros no ven.

Asimismo la posibilidad de dominar más de un idioma faculta al hablante a actuar en otros esquemas de pensamiento diversificando las estructuras psíquicas (Tello 1997:152)

Esta característica se sigue manteniendo en los descendientes de galeses que viajaron a Gales para aprender el idioma o simplemente conocer la tierra de sus ancestros, vivieron un tiempo allí y regresaron a Argentina con nuevas ideas para mantener el interés turístico que despiertan los asentamientos.

Por ejemplo, en un momento en que la cultura celta está de moda en Argentina a través de la música, las artes adivinatorias, la ropa y las tabernas; un matrimonio joven compuesto por una descendiente de galeses y un galés recién emigrado, propone instalar una taberna celta en Gaiman. Un elemento de la cultura que aún no ha sido explotado turísticamente en estos asentamientos y con muchas posibilidades de tener éxito.

Según Nuttin (1982:109) el hombre se interesa por las opiniones, tendencias y sentimientos de los demás sobre él mismo y esto constituye una de las grandes motivaciones de su conducta. Queda explicado el motivo por el cual los sujetos van variando su identidad, o resaltando unos aspectos y no otros, según las demandas del otro, que en este caso puede llamarse turista.

Según Tello (1997:103) el individuo de manera innata rechaza todo aquello que no considera de su pertenencia hasta que aprende a convivir y aceptar el carácter cambiante de la identidad. Esto mismo sucede con las sociedades.

Bayardo (1998) considera que la identidad es plural, cambiante y se constituye en los procesos de lucha por el reconocimiento social. La identidad no existe sin conflictos internos, y son éstos los que la hacen interesante, viva, y permiten la renovación permanente.

COMENTARIO FINAL

Puede decirse finalmente que los inmigrantes galeses que llegaron en 1865 tuvieron una actitud desarrollista (Grippo 1996:224), ya que dejaron atrás la historia y construyeron un nuevo espacio, luego sus hijos mantuvieron una actitud conservacionista, ya que se aferraron a la tradición, en medio de un territorio que no les resultaba ni ajeno ni propio. En la actualidad la tercera generación utiliza la tradición como trampolín para obtener beneficios económicos.

Al tener que disimular sus tradiciones, valores y costumbre durante un largo período de tiempo, reforzaron su identidad frente al turismo. En apariencia, sólo ellos son los custodios del patrimonio galés del Valle y aquellos elementos que han dejado de pertenecerles, aunque formen parte de su pasado, no son presentados como atractivos para los turistas que visitan el área.

A su vez, cualquier persona que no es descendiente de galeses puede brindar un servicio turístico basado en el patrimonio originario del Valle. No obstante, no por eso es asimilada al grupo o puede actuar como agente de cambio en la comunidad.

De esta manera utilizan el turismo como alternativa para sostenerse económicamente y sostener la identidad de sus abuelos, la cual también les pertenece.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bayardo, Rubens

1998 Antropología, identidad y políticas culturales

Catani, Maurizio

1983 Cambiar de país es cambiar de bandera. En: Vivir entre dos culturas. Serbal-UNESCO

Dittmar, Norbert

1983 El aprendizaje no dirigido del alemán por trabajadores españoles e italianos. En: Vivir entre dos culturas. Serbal-UNESCO

Flores Ballesteros, Elsa

1997 Arte, identidad y globalización. En: Globalización e identidad cultural. Ediciones Ciccus. Buenos Aires

Grippo, Silvia

1996 Relaciones patrimonio/sociedad/turismo. Su aplicación en dos experiencias municipales. En: Turismo impactos socioambientales (A.Lemos coord..). Editora Hucitec. San Pablo

Harper, Dean

1983 Vivir entre dos culturas. Epílogo. Serbal-UNESCO

Jones, Anthony

1986 Welsh chapels. Alan Sutton Publishing, Gloucestershire

Nuttin, Joseph

1982 Teoría de la motivación humana. Editorial Paidós. Barcelona

Oliven, Rubén

1997 Nación e identidad en tiempos de globalización. En: Globalización e identidad cultural. Ediciones Ciccus. Buenos Aires

Ortiz García, Carmen

1998 Comida e Identidad: cocina nacional y cocinas regionales. En: Alimentación y cultura, volumen 1. Actas del Congreso Internacional, 1998. Museo Nacional de Antropología. España

Sanmartín, Ricardo

1993 Identidad y creación. Editorial Humanidades. Barcelona

Schlüter, Regina

1999 Sustainable tourism development in South America. The case of Patagonia, Argentina. Contemporary Issues in Tourism Development (D. Pearce y R, Buttler eds.), Routledge, Londres

Tello, Antonio

1997 Extraños en el paraíso. Flor del Viento Ediciones. Barcelona

Williams, Glyn

1992 Neither Welsh nor Argentine; the Welsh in Patagonia. The Land that England Lost: Argentine and Britain, a Special Relationship. (Alistair Hennessy y John King eds.) British Adademic Press, Londres

Williams, Glyn

1975 The desert and the dream. A study of Welsh colonization in Chubut 1986-1915. University of Wales Press, Cardiff


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