CONGRESO VIRTUAL 2000

LA CULTURA ES DIFÍCIL DE COLONIZAR

Alicia Campos
María Victoria Fernández
María Andrea Runcio

INTRODUCCIÓN

El descubrimiento de América planteó a los europeos una larga serie de interrogantes. Sin duda, el mayor de ellos es el referido a los habitantes del nuevo continente, a quienes Colón creyendo que había llegado a las Indias les dio la denominación de indios. Descubridores y conquistadores observaron con asombro que sus costumbres y forma de vida eran distintas a las europeas, pero también observaron una gran diversidad cultural entre los pueblos que ocupaban el Nuevo Mundo.

Ese mundo distinto provocará diferentes reacciones: asombro y admiración pero también condena, repulsión y destrucción. Donde el conquistador se asentó, las sociedades indígenas se transformaron con suma rapidez provocando la desintegración cultural de esos pueblos.

Pero, ¿podemos hablar de una desintegración total y absoluta o todavía sobreviven elementos que nos demuestran que esa cultura está viva y presente?

Este interrogante nos conduce a plantear la siguiente afirmación que será desarrollada a lo largo del trabajo: la cultura es difícil de colonizar. La misma será analizada en base a la información obtenida por las autoras en un viaje a Perú y Bolivia donde se recavaron datos sobre el patrimonio cultural preservado en los diferentes museos de dichos países y sobre la forma de vida, costumbres y actividades de los individuos de esas sociedades.

LA CULTURA ES DIFÍCIL DE COLONIZAR

Desarrollaremos aquí la afirmación propuesta para arribar, posteriormente, a una conclusión. Para ello es necesario definir cultura y colonización. Entendemos cultura como “la producción de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema social, es decir todas las prácticas e instituciones dedicadas a la administración, renovación y reestructuración del sentido” (García Canclini 1984: 41). Definimos colonización como la imposición económica, política y cultural por parte de una clase hegemónica a una sociedad a la cual domina. Esta clase hegemónica se servirá de un poder cultural que permite:

-  Imponer las normas culturales-ideológicas que adaptan a los miembros de una sociedad a una estructura económica y política arbitraria.

-  Legitimar la estructura dominante, haciéndola percibir como la forma “natural” de organización social.

-  Ocultar la violencia que implica toda adaptación del individuo a una estructura en cuya construcción no participó (García Canclini 1984: 51).

Uno de los lugares donde se manifiesta ese poder cultural es en los museos, espacios de preservación y difusión del patrimonio cultural.

Entendemos por patrimonio cultural aquel conjunto de bienes y prácticas que nos identifican como nación, como pueblo, un legado que recibimos del pasado con tal prestigio simbólico que no cabe discutirlo. A través del patrimonio cultural de una nación, se manifiesta la ideología de los sectores hegemónicos, pero para que ese patrimonio sirva de legitimación a esos sectores debe ser puesto es escena, teatralizado. La teatralización del patrimonio supone rescatar el origen, la esencia nacional (García Canclini 1990: 151-2).

Los museos constituyen uno de los principales espacios donde se realiza esa teatralización. Durante nuestro viaje pudimos visitar varios museos de los cuales haremos una breve descripción.

MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA (LIMA-PERÚ)

Presenta diferentes salas donde se exponen piezas de las diferentes sociedades andinas. La primera sala se encuentra en penumbras, como si el visitante penetrara en el pasado remoto y a medida que se avanza en el tiempo las salas van teniendo iluminación más intensa. El recorrido culmina con una exposición de elementos coloniales.

La “puesta en escena” del museo pone de manifiesto para el público una continuidad histórica sin referencia a la ruptura producida por la conquista española.

MUSEO DE LA NACIÓN (LIMA-PERÚ)

En este museo, al momento de nuestra visita, se ofrecían dos muestras:

-  La muestra itinerante “Sipán, todo el misterio”: la sala donde se presenta se encuentra a oscuras sólo iluminada por los focos de las vitrinas y los de las láminas que exhiben lo expuesto. Los distintos ornamentos del Señor de Sipán se encuentran en vitrinas con un fondo de terciopelo negro logrando un buen efecto visual. También se observan dos maquetas: el Señor de Sipán con su séquito y una reconstrucción de la tumba del Señor de Sipán tal como fue hallada. En términos generales, se destaca el lujo y la ostentación exhibida en esta muestra que ha recorrido el mundo.

-  La muestra permanente de sociedades prehispánicas: se exhibe repartida en tres pisos. Los elementos de las distintas culturas se encuentran bien expuestos, con buenas referencias. Están presentes todas las sociedades prehispánicas que ocuparon el actual territorio de Perú. Con respecto a la iluminación de la luz total se pasa a la penumbra y luego a la oscuridad simbolizando la destrucción del estado inkaico. En términos generales, la “puesta en escena” es impactante, con grandes reproducciones de los principales monumentos arqueológicos, simbolizando un pasado esplendoroso y floreciente.

MUSEO DEL ORO (LIMA-PERÚ)

Las piezas, todas de oro, se encuentran en vitrinas sin referencias, lo cual hace muy difícil su visita sin guía. La sensación es la de admirar diferentes alhajas expuestas en la vidriera de una joyería. Todo el material se encuentra descontextualizado y las sociedades a las cuales pertenecieron no siguen un orden cronológico.

MUSEO ARQUEOLÓGICO (HUARAZ-PERÚ)

Presenta tres pisos, con piezas de las diferentes sociedades desde el poblamiento de América. Además, posee una importante colección de textilería. Lo interesante de este museo es la presencia de monolitos Recuay distribuidos en el patio del mismo entre plantas y árboles logrando un original efecto de escenificación.

MUSEO REGIONAL “MAX UHLE” (CASMA-PERÚ)

Se exponen piezas de las diferentes sociedades en vitrinas y sobre cubos de madera sin protección. Presenta una excelente reconstrucción de una parte del sitio cercano Cerro Sechín. El museo es pequeño y está concebido como una “introducción visual explicativa” para la posterior visita al sitio arqueológico.

MUSEO CASINELLI (TRUJILLO-PERÚ)

Este museo se asemeja a un gran “bazar”, donde las piezas están expuestas unas al lado de otras en estantes de madera sin ninguna referencia. Hay un total de 2500 piezas y aproximadamente 3000 en proceso de restauración. El museo pertenece a un coleccionista privado.

MUSEO DE SITIO: CHAN CHAN (TRUJILLO-PERÚ)

Muestra una estructura arquitectónica moderna que parece invitar a que el público entre. Presenta diferentes salas, con piezas en vitrinas de diferentes sociedades, cuadros, mapas y fotos. Al igual que el museo “Max Uhle” de Casma, tambiénconstituye el paso previo para visitar el sitio arqueológico de Chan Chan.

MUSEO ARQUEOLÓGICO (CUZCO-PERÚ)

Desde el punto de vista arquitectónico es imponente porque se ubica en un edificio colonial con habitaciones muy grandes y altas. Con respecto a la presentación alterna maquetas con vitrinas y piezas apoyadas en cubos de madera. Al momento de nuestra visita todavía no estaba abierto al público, aunque nos permitieron ingresar.

MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA (LA PAZ-BOLIVIA)

Presenta un salón central donde se exhibe un gran cuadro cronológico desde las primeras sociedades prehispánicas hasta la actualidad y piezas expuestas en vitrinas de todas las sociedades pasadas que ocuparon el actual territorio boliviano. Se destaca la muestra “Rostros y rastros de Bolivia” donde resulta interesante la presencia de pequeñas vitrinas con una lupa en su parte delantera por donde se pueden observar las piezas realzando su forma y tamaño, lo cual produce un efecto interesante y novedoso.

MUSEO DE SITIO: TIWANAKU (LA PAZ-BOLIVIA)

Presenta dos salas con piezas cerámicas y monolíticas pertenecientes al sitio Tiwanaku y maquetas, dibujos y fotos donde se explica el funcionamiento de los sukacollos (principal técnica de cultivo en el altiplano).

En general, este museo se visita luego del recorrido del sitio arqueológico de Tiwanaku, presentando la cultura material perteneciente al gran centro ceremionial.

CONCLUSIONES

Para finalizar, creemos que la misma situación planteada por García Canclini (1989) en su análisis del Museo Nacional de Antropología de México ocurre en los museos peruanos y bolivianos. La mayoría presenta elementos de varias sociedades diferentes, en tanto que en el Museo Nacional de Lima y en el Museo Nacional de Arqueología de La Paz están todas representadas. Esto muestra a los museos como una síntesis de la nacionalidad, los museos nos dicen que la cultura nacional tiene su fuente en lo indígena. También se presenta lo indígena eliminando los rasgos de la modernidad; se muestra la vida de los aborígenes sin los objetos de producción industrial y de consumo. De esta forma, la información presentada excluye toda posibilidad de entender la crisis de la sociedad indígena, su desintegración y su inserción en el mercado.

Sin embargo, a pesar de esta utilización de “lo indígena” como forma de legitimación de la formación de los estados nacionales en ambos países, la población indígena viva continúa ejerciendo una vigorosa resistencia. El hombre andino sigue creando y recreando de acuerdo a los patrones de su cosmovisión.[1] Existen casos de sincretismo, pero no hay una destrucción cultural total. A pesar de haber incorporado elementos traídos por los españoles, elementos occidentales a través de las repúblicas establecidas en sus territorios y elementos de la cultura de las grandes ciudades modernas, no ha abandonado su propia cultura ancestral. Por consiguiente, no podemos hablar de una cultura totalmente colonizada. El hecho que incorpore elementos foráneos no implica un retroceso, por el contrario, contribuye a mantener la cultura más viva por el proceso de re-creación y adaptación que de ellos hace.

BIBLIOGRAFÍA

García Canclini, N. 1984. Las culturas populares en el capitalismo. Nueva Imagen. México.

1989. La política cultural en países en vías de subdesarrollo. En: Antropología y políticas culturales. R. Cevallos (ed.). Imprenta del Registro Oficial. Buenos Aires. pp. 7-27.

1990. Culturas híbridas. Grijalbo. México.

 



[1] Esto puede observarse en la actualidad en las prácticas artesanales (cerámica, textilería), en la música, las danzas y las fiestas.


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