Primer Encuentro Nacional Sobre Calidad de Vida en la Tercera Edad |
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Universidad de Buenos Aires
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LOS VIEJOS...LOS OTROS EL MALTRATO HACIA LOS ANCIANOS DESDE UN ENFOQUE SOCIAL
TANDIL, JULIO DE 1999. MARIA PURA CORDONNIER IVANA ETHEL OLIVERA ELISABET MARIA TABERA Los viejos... los otros. El maltrato hacia los ancianos desde un enfoque social. Temario. 1. Introducción. 2. Conceptos fundamentales: Vejez. Violencia Familiar. Maltrato hacia
los ancianos. 3. Abordaje de la temática desde el Trabajo Social. Aportes y propuestas de intervención. 4. Propuesta de creación de un Servicio de Prevención, asistencia
e Investigación. 5. Conclusiones. 6. Bibliografía. 7. Anexos. |
1.- Introducción
En las postrimerías del siglo XX, los cambios demográficos mundiales indican una proyección a futuro que amerita la toma de medidas en materia de desarrollo poblacional. Según un informe vertido por la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas denominado Diagnóstico Demográfico Mundial: ..."para el año 2150 la población de más de 60 años representará el 30% del total, mientras que en la actualidad es solo el 9%"... En la Argentina por su lado, se estima que la proporción de personas mayores de 65 años representa actualmente el 13,5% del total de la población, esto es 4.200.000 personas. Luego de Uruguay, la Argentina es el segundo país con mayor cantidad de ancianos en Latinoamérica.
Para el comienzo del nuevo siglo, se estima que uno de cada diez argentinos tendrá más de 65 años.
Este fenómeno de envejecimiento poblacional se da como resultado del aumento de la longevidad unido a la baja en las tasas de natalidad y mortalidad e induce a la toma de medidas efectivas a fin de garantizar el bienestar de este creciente sector, asumiendo acciones de prevención y asistencia en cuestiones propias de este grupo etáreo.
Las particularidades en materia de ancianidad abarcan desde aspectos biológicos, psicológicos hasta económicos, sociales y culturales. Sobre este campo y previa acotación del mismo, versará el presente trabajo que surge a partir de una profunda y prolongada reflexión acerca de las distintas problemáticas de la tercera edad.
Para comenzar, se entiende por envejecimiento la progresiva disminución de las capacidades de adaptación. Este fenómeno se ubica a todo nivel en la vida del geronte, determinando el estado de indefensión y vulnerabilidad al que quedan sumidos algunos senescentes.
Ahora bien, existe escaso material con referencia al tema violencia y maltrato con relación a la vejez. A esto se suma la ausencia total de su tratamiento en la comunidad de Tandil. Si bien se cree que ésta es una constante en la mayoría de las sociedades, incluidas las instituciones que deberían tratar de dar alguna respuesta, se puede hacer una propuesta al respecto.
El maltrato o violencia familiar constituye para los operadores sociales un punto de convergencia en torno a la indagación y análisis. Se trate del ámbito que se trate en el que se intervenga, las situaciones de violencia aparecen con frecuencia, y en ocasiones iguales de frecuentes se carece de metodología, técnicas de abordaje y pautas de tratamiento social. Esto hace de este tema, sin dejar de lado su carácter doloroso, aún más interesante ya que podemos abrir una puerta que se sostiene debe ser abierta.
"TODA PERSONA TIENE DERECHO A QUE SE LA RESPETE EN SU INTEGRIDAD FISICA Y PSIQUICA" 1
El sujeto partícipe de una situación de violencia es "víctima" y como tal su condición de Ser, pleno de derechos y deberes, cae en la inobservancia, requiriendo para su restablecimiento de asistencia adecuada.
En el campo social, urge la formación de profesionales especializados en el tema del maltrato, acuñadores de un marco teórico sustancioso y adaptado a las nuevas condiciones de vida y sobre todo, con un compromiso ético - profesional que los conduzca a la toma de decisiones firmes y adecuadas. Detrás de este desafío, resulta necesario desplegar toda la responsabilidad y prudencia que la temática requiere, imbuida de formación humanística y científica, de la práctica como núcleo vital, de la investigación constante y las alternativas institucionales y de proyección a la comunidad.
Echando mano a la producción literaria de nuestro medio y apelando al humor como el mejor camino hacia la toma de conciencia, se agrega a continuación una tira de Mafalda que parece significativa y apropiada para la temática aquí abordada.
Si en lugar de niños impedidos dijera ancianos maltratados, se estaría ante la representación de una situación que aparece recurrentemente, cuyo protagonista es la sociedad, la que permanece absorta y ciega ante hechos de naturaleza ilegal e inhumanos.
Por otro lado, no se puede desconocer la realidad socio - económica actual, la crisis moral, los cambios en la estructura familiar, la incapacidad de las instituciones para dar respuestas adecuadas.
No obstante, la preocupación por la verdad no ha cesado. Por ello se cita este párrafo: "El espectáculo del hombre, ofrecido al hombre mismo, tiene efectos morales considerables. Primero un precioso ejercicio de inteligencia, un aumento de la reflexión, una amplitud de vista en todo sentido resultan del hábito así contraído de salir de sí, para penetrar en otro, para comprender los actos, unirse a las pasiones, comprender las penas, apreciar los motivos de los demás... la facultad de participación y asimilación, se establece en contra del egoísmo, es una condición de la tolerancia y la benevolencia, a menudo hasta de la justicia"...(Brenda, 1974:204) La historia humana está marcada por una lucha contra la muerte. Es un deber de hoy preocuparse por la calidad de vida en este proceso de aceleración de la historia del que no podemos ignorar los adelantos.
En otros tiempos, uno de cada tres niños moría antes de cumplir su primer año y aproximadamente hasta el año 1800 uno de cada dos individuos lograba vivir más allá de los veinticinco años.
Actualmente, la vida toma dimensiones inhumanas que agreden constantemente al hombre mismo.
¡Qué esta cotidianeidad no insensibilice y permita una crítica reflexión!.
La memoria aquí redactada se propone dar a conocer la opinión de especialistas, repensar lo que han dicho y aportar desde el marco teórico desarrollado algunas consideraciones, buscando echar luz sobre un tema tabú que afecta a personas de edad avanzada.
La primera parte aclara los conceptos fundamentales y su alcance, tales como vejez, violencia familiar, maltrato hacia los ancianos, constituyéndose en una herramienta permanente para el quehacer profesional, facilitando el juego constante de retroalimentación teoría - práctica para futuras investigaciones.
En la segunda parte, desde la formación específica del Trabajo Social, se procura ahondar en sus especificidades, haciendo hincapié en la importancia de la intervención en equipos interdisciplinarios, los cuales constituyen la forma más apropiada de abordaje profesional. Cuando se decide integrar un equipo es necesario que los profesionales recalen en sus más profundas concepciones, adopten una actitud crítica ante las conductas erróneas en las que caen, indagando sobre la historia personal y desenmascarando sentimientos negativos y prejuicios.
Posteriormente, se hace una propuesta de formación de un servicio.
Para ello, se requiere la información, la difusión, el dar a conocer. Conocer no es ni más ni menos que correr el velo, que sacar a la luz la verdad, dejar de jugar al como sí, establecer un vínculo, aprehender.
Luego de las conclusiones de las autoras, se anexa un protocolo de identificación y evaluación de situaciones de violencia que se espera resulte útil herramienta a la hora de intervenir.
Además, se agregan los Principios de las Naciones Unidas a favor de las Personas de Edad y la Carta de los Derechos y Libertades de Persona Mayor Dependiente.
2.- Conceptos fundamentales: Vejez - Violencia Familiar - Maltrato hacia los Ancianos.
Reflexiones Preliminares.
"La vejez es lo que les pasa a los viejos" 2 Este es el comienzo del problema, una temática plagada de mitos y prejuicios que parece por momentos ser actual pero que tiene sus orígenes en tiempos remotos.
Cicerón (106 a.c.- 43 a.c.) en su obra "Diálogos de la vejez" habla de una vejez plácida y feliz pero no porque la vejez lo sea o en aquella época así se la viera y en este sentido echa por tierra los argumentos que ya se esbozaban, a través de los cuales se decía que la vejez era miserable.
Menciona cuatro causas por las cuales parece mísera la vejez: 1. Porque aparta a la persona del manejo de los negocios.
2. Porque el cuerpo se pone frágil.
3. Porque priva a la persona de todos los placeres.
4. Porque no dista mucho de la muerte.
1. Si los negocios y tareas solo dependen de la fuerza física, esto es cierto.
Pero hay ciertas ocupaciones que pueden desarrollarse aún cuando los cuerpos están debilitados.
Las grandes cosas se realizan más que con fuerza física, velocidad o agilidad corporal; con autoridad, prudencia y consejo, todas características propias de la vejez.
¿Y a qué tipo de tareas puede dedicarse un anciano?. A las intelectuales o manuales, según hayan sido y sean sus aptitudes e inclinaciones.
La vejez no es lánguida ni ociosa sino que es laboriosa y está relacionada con lo que fue la persona en su vida pasada.
2. En este punto se hace una diferencia entre vejez y enfermedad ya que reconoce que hay ancianos enfermos pero esto tiene que ver más con la falta de salud que con la edad.
Es interesante ver como en aquellos tiempos se plantearon temas que aún hoy tienen vigencia: no asociar vejez con enfermedad.
Cicerón agrega que es necesario ofrecer resistencia a la vejez, para lo cual hay que tener cuidado de la salud, hacer ejercicios moderados y emplear la comida y la bebida de tal modo que se obtenga no la opresión sino la reparación de las fuerzas. Afirma la necesidad de socorrer no solo el cuerpo sino la inteligencia y el espíritu. Dice que el cuerpo se cansa con el ejercicio pero el espíritu ejercitándose se vigoriza.
3. Si se llama placer a los deleites de la juventud, esto es cierto. Pero la vejez goza de la autoridad, que no está dada por las canas y las arrugas sino por la edad anterior, honestamente vivida.
Dice Cicerón: "¿que son pues los deleites corporales (de la juventud) comparados con los premios de la autoridad?... Ser saludados y buscados, que se les ceda el paso, que se levanten cuando entran ellos, el ser consultados". (CICERÓN 1943:94) 4. La proximidad de la muerte es ciertamente una característica de la vejez sin embargo, la muerte puede suceder a cualquier edad.
Todo lo que sucede conforme a la naturaleza se considera normal. ¿Qué cosa más natural que los viejos mueran?.
Pero cuando un joven muere, parece que esto sucede en oposición y con resistencia a la naturaleza.
Aquí plantea lo que hoy se conoce como la ley del deseo. Lo que mantiene viva la llama de la vida es el deseo. Pero los hay propios de la niñez y que no son apetecidos por los jóvenes. Cuando ese niño se convierte en joven, los deseos de niño desaparecen, han sido consumidos y reemplazados por los de la adolescencia.
Pero luego el desenfado juvenil es dejado de lado cuando llega la madurez con sus propios deseos. Y así llegan los últimos, los de la vejez.
Como desaparecen los deseos de las anteriores edades, también se consumen o mueren los deseos de la vejez y cuando esto sucede, la vida humana va quedando desprovista de deseos y es cuando aparece el tiempo maduro de la muerte.
Dice Cicerón..."si no hemos de ser inmortales, es conveniente al hombre, sin embargo, que a su tiempo muera. Porque la naturaleza tiene señalado límite para vivir, como lo tiene para las otras cosas. Y la senectud de la vida es como el final de la comedia, de cuyo cansancio debemos huir, sobre todo si se añade la saciedad de haber vivido". (CICERÓN, 1943:110).
Para enriquecer este análisis y relacionarlo con el tiempo presente se expondrá ahora la presentación que hace Norberto Bobbio, a modo de discurso, titulada "De Senectute ", al ser designado profesor Honoris Causa en la Universidad de Sassari en 1994. Él comienza su exposición diciendo: "La vejez es un tema no académico. Permitidme hablar, esta vez, no como profesor sino como viejo". (BOBBIO, 1997:23).
Según Bobbio una de las características del siglo que termina está dada por la rapidez de los cambios, fruto del progreso científico y tecnológico: lo nuevo envejece enseguida.
Estar al día en cualquier campo requiere de una agilidad mental superior a la de antes.
Esto se contrapone con una de las principales singularidades de la vejez, cual es la despaciosidad de los movimientos del cuerpo y de la mente. Cada vez son más lentos los movimientos de las manos y de los dedos, cada vez más lento el paso.
Cuando habla lentamente y buscando las palabras, se le escucha a veces con respeto y otras con cierta impaciencia.
Las ideas salen más lentamente y con frecuencia son las mismas.
Y mientras el ritmo de vida del anciano es cada vez más lento, el tiempo que tiene ante sí se acorta día a día. Esto genera el fenómeno de la Marginación.
En las sociedades tradicionales que evolucionan lentamente, que son más estáticas, el hombre mayor encierra el patrimonio cultural de la comunidad.
A través de la experiencia, sabe más que los otros y puede transmitir costumbres, hábitos, técnicas de supervivencia y hasta cuestiones éticas.
Pero hoy, la sociedad "evolucionada" tiene otro comportamiento.
Los rápidos cambios que se dan en todos los niveles ponen a las personas en un orden de jerarquía entre el que sabe y el que no sabe. Y los viejos son los que no saben.
Estas son algunas de las cuestiones que convierten el tema de la vejez en un PROBLEMA SOCIAL, no solo porque haya aumentado el número de personas ancianas sino también porque ha crecido el número de años que viven esas personas. Más ancianos y más años de duración de la vejez. Multiplicando un número por el otro, se llega a la cifra que delata la gravedad del problema.
La vejez es también la edad de los balances, los cuales muchas veces vienen acompañados de melancolía.
Se llega a un punto de la vida en el cual hay grandes interrogantes que aún no encontraron respuesta. "Tras haber intentado dar un sentido a la vida, adviertes que no tiene sentido plantearte el problema del sentido y que la vida debe ser aceptada y vivida en su inmediatez, como hace la gran mayoría de los hombres".
(BOBBIO, 1997:176) En la vejez aparecen las sombras del pasado, los recuerdos, las imágenes de otros tiempos, cada vez de tiempos más remotos.
El mundo del futuro está abierto. Sin embargo, el anciano se refugia cada vez más en el mundo del pasado. Es lo que se llama la reminiscencia: los recuerdos selectivos de su vida pasada que le permiten reconstruir su identidad y trazar el balance final.
Según Bobbio "el mundo del viejo es un mundo en el cual cuentan más los afectos que los conceptos". Y continúa diciendo que "la sabiduría del viejo consiste en aceptar resignadamente sus límites. Pero para aceptarlos es preciso conocerlos.
Para conocerlos es preciso explicárselos. Conoce bien sus límites y no los acepta. Los admite porque no le queda más remedio"... (BOBBIO, 1997:67) Para Simone de Beauvoir la vejez no constituye únicamente un hecho biológico sino también cultural. En este sentido, llegar a viejo no supone garantía de bienestar, ocio y disfrute sino que pesan estereotipos y prejuicios que hacen de esta etapa una real declinación.
Se da entre el viejo y la sociedad una relación dialéctica donde ambos se condicionan y determinan.
Dice la autora "el viejo es para la sociedad un muerto a plazo fijo... Para los más jóvenes constituye una caricatura y la diversión consiste en ridiculizarlo y burlarse de él. Para los adultos será de una vez una fuente de ingresos, estableciéndose relaciones tiránicas y de sometimiento. Los creen incapaces de valerse por sí mismos y por lo tanto, se los trata como objeto inútil y molesto". (SIMONE DE BEAUVOIR, 1980:260, 262) Y en la actualidad, la sociedad se ocupa de los viejos casi tan poco como de los niños abandonados, de los jóvenes delincuentes y de los discapacitados.
El aquí y el ahora.
La vejez es un tema impregnado de prejuicios. Por eso es necesario investigar en el imaginario social para conocer como ha ido evolucionando en nuestro país el concepto y los roles que se le asocian.
Retomando conceptos del libro "La vejez" de L. Salvarezza se agrega que el imaginario social es: "La construcción colectiva más o menos arraigada en los vastos sectores sociales pero no en todos y dentro del cual tienen un lugar preponderante los prejuicios y/o creencias que no han sido adecuadamente procesados a partir de conocimientos científicamente comprobables. Aunque la estructura del imaginario social es siempre la misma, la forma que esta adquiere en relación con las distintas temáticas, estará determinada por los elementos subjetivos que se ponen en juego frente a estas últimas"...
"Los prejuicios se estructuran a partir de situaciones subjetivas basadas en expectativas, deseos y/o temores individuales que no siempre han sido procesados correctamente desde el punto de vista consciente. Muchas veces adquiere carácter irracional, una vez construido adquiere fuerza propia y actúa sobre los individuos determinando su forma de conducta más que de pensar". (SALVAREZZA, 1998:28) En la sociedad actual existen actitudes de discriminación y segregación hacia la población vieja que Salvarezza denomina "viejismo". Estas conductas se sustentan en prejuicios. Otro ejemplo de esto es la noción de que vejez es igual a enfermedad y el intento de biomedicalizar la vida humana. Hay quien afirma que detrás de toda esta problemática está la poderosísima industria farmacológica.
Por otra parte la gran mayoría de los profesionales de la salud participan consciente o inconscientemente de estos prejuicios y suelen estar desinformados sobre las necesidades, deseos, angustias y expectativas de los viejos. Esto se ve potenciado por la falta de formación gerontológica y/o geriátrica, en la mayoría de las universidades de nuestro país.
En nuestra cultura, el imaginario social atribuye el amor, el deseo y la pasión a los jóvenes y se los niega a los viejos. Esto responde a la ideología popular dominante que hace de todo viejo deseante un viejo verde.
Se suele escuchar que el paso a la jubilación tiene un impacto negativo sobre el individuo. Pero hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos ésto no sería así si no fuera porque es compulsiva, unilateral y brusca a la vez que reduce tanto el ingreso como la categoría social. Aquí debemos hacer algunas salvedades entre el ciudadano común y el que no lo es debido a su status, ya que un mayor de 65 años no puede seguir siendo profesor pero sí Ministro de Educación.
Según Emilio Mira y López, si usted es ciudadano común lo jubilan, más si es banquero, obispo, escritor afamado o cualquier persona prestigiosa o de poder, se halla a salvo de este hecho. Sus condiciones dependen de lo acumulado en la vida adulta.
Los prejuicios desde el punto de vista económico - laboral establecen que un anciano vale menos que un joven. Respecto de las tareas manuales se puede afirmar, de acuerdo a estudios realizados en Inglaterra, que el joven lo supera en rapidez pero el mayor es más prolijo, detallista y ahorrativo en el uso de materiales.
En cuanto a la producción intelectual, existen jóvenes improductivos y otros geniales. Del mismo modo en la vejez, ya que quienes se han dedicado a ello no han visto decrecer sus producciones.
A nivel social, circulan ideas respecto de la capacidad de aprender de las personas ancianas. Se dice que quedan atrás. Lo que ocurre en el anciano es una lentificación, no una incapacidad. Y como se vive en la era de la velocidad y la ansiedad, en tales circunstancias las personas de edad avanzada suelen declararse incompetentes.
Un calificativo apropiado para la vejez, en este mundo civilizado, sería el de soledad y si el poeta exclamó "que solos se encuentran los muertos", el sociólogo podría comentar que ya aprendieron a estarlo en su vívida vejez; sobre todo en referencia a su vida íntima, subjetivamente sentida.
"Los viejos parecen ser portadores inocultables de una mala noticia. Que si tenemos tiempo, todos vamos a ser viejos". (SALVAREZZA, 1998:50). Y esto conduce indefectiblemente a la reflexión sobre la propia vejez, lo que para las autoras implica revisar miedos, expectativas y prejuicios.
A lo largo de la vida el hombre desarrolla y cumple una cantidad de roles sociales que son producto del intercambio con el medio. En el proceso de envejecimiento, el hombre sustituye unos roles por otros, pero en la vejez suele abandonar o perder aquellos considerados importantes para la sociedad.
Según María Julieta Oddone "los medios de socialización emisores de mensajes que respondes a valores imperantes en la cultura, para un momento histórico y social determinado; influyen en la consolidación de la autoimágen y del papel que la sociedad asigna a los actores sociales individuales o grupos de ellos".
(SALVAREZZA, 1998:53).
La autora, en el capítulo "La vejez en la educación básica argentina" agrega que el papel de los viejos ha cambiado a lo largo de la historia. Entre fines del siglo pasado y principios del actual, pueden observarse en los textos escolares, la transmisión de valores como la dedicación al trabajo, al ahorro, a la honradez, los cuales permitían obtener fortuna y progreso. Ahorrar suponía una vejez tranquila, en un contexto histórico donde no existía el retiro jubilatorio. El anciano era fuente de respeto, ocupaba distintos roles en los que se trasmitían normas sociales basadas en la tradición y la experiencia. Se le daba valor a la palabra. Entonces cumplía dos roles: consejero y patriarca.
Como abuelo, aparece en compañía de sus nietos, rodeado de su familia, favorecido esto por la cohabitación.
Cuando Oddone dice "Si el árbol que planto hoy lo utilizan mis nietos mañana" aparece el arquetipo de la muerte - nacimiento que permite a todo individuo prepararse mejor para la muerte. (SALVAREZZA, 1998:56).
El poema "El anciano y el niño" de Joaquín Balmaceda, da cuenta de ello.
En los años '30 con la idea de "gobernar es poblar", la Argentina es tierra de libertad e igualdad para quien la trabaja y el trabajo aparece como garantía de ascenso social.
Al igual que en el período anterior, la familia es extensa. El anciano tiene peso real en el hogar. Se lo informa y consulta sobre los acontecimientos del quehacer familiar.
En esta sociedad la experiencia es un valor dominante porque se mantienen los modos de producción en el tiempo.
Este viejo aparece, como en la época anterior, corporalmente pasivo pero ideológicamente activo y su hijo aparece como un trabajador físico.
El anciano trasciende a los niños a través del ejemplo, de la experiencia.
En los dos períodos analizados anteriormente, se les exige ser sensatos, no cometer errores, ser ejemplo de todas las virtudes. Tiene que ser un "santo", condenado a ser venerado.
Entre la década del '40 al '50 aparece la imagen del abuelo obrero y jubilado y se muestran por primera vez en los textos escolares, ilustraciones de ancianos institucionalizados.
Se plantea además, la necesidad que ocupe su tiempo libre, que se mantenga activo, con una marcada valoración del trabajo. En los Derechos de la Ancianidad, aparece la ocupación del geronte por medio de laborterapia productiva.
Continúan en vigencia los términos anciano y abuelo y el término viejo es considerado peyorativo.
La década del '60 constituye un período histórico que merece una consideración especial. Abandonando el análisis de Maria Julieta Oddone, se agrega que ocurre en este momento una revolución liderada por los jóvenes que protestan contra la guerra, contra todo lo instituído. El año 1968 se conoció como la primavera del siglo. Se hacen los primeros transplantes cardíacos, por primera vez el Papa visita Latinoamérica, hay revueltas estudiantiles en París, Praga y México. En este mítico año, el 54% de la población mundial era menor de 25 años y proclamaban el amor libre, se movilizaban contra las armas, bailaban al ritmo de los Beatles, se repudiaban las buenas costumbres y decían entre otras cosas: "Desconfiamos de cualquiera que tenga más de 30 años" (Jack Weinberg, activista de la Universidad de Berkeley, California).
Crece la valoración de la juventud y de todo lo exterior, tal como belleza física, modas, etc.
El modelo de familia pasa a ser nuclear, donde los viejos son los marginados.
Los grandes cambios tecnológicos ocasionan la pérdida del rol social y solo son definidos por el papel de abuelos.
A partir del año 1995 se observa un cambio con referencia al rol, ya que son los abuelos los que vienen a colaborar con la familia. Esto se corresponde con la importancia numérica de este grupo poblacional y la situación de crisis económica actual que incide en la realidad familiar. Recurren a sus mayores para el cuidado de los niños y en algunos casos, retornan a la convivencia como una manera de sumar ingresos, abaratar costos y colaborar mutuamente en el cuidado de unos u otros.
Violencia Familiar - Maltrato hacia los ancianos.
Antes de abordar el tema maltrato hacia los ancianos resulta indispensable definir violencia familiar, constituyendo éste uno de los ámbitos donde generalmente ocurren hechos de esta naturaleza.
La violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de una familia. Para que una situación se encuadre en la categoría de violencia familiar la relación de abuso debe ser crónica, permanente o periódica, quedando excluidas todas aquellas en las cuales el maltrato se produce de manera aislada. Esta acción u omisión es cometida por uno de los miembros de la familia menoscabando la integridad física o psicológica o incluso la libertad de otro miembro de la familia, causando en algunos de ellos un serio daño al desarrollo de la personalidad.
Violencia conyugal, maltrato infantil, abuso sexual, maltrato a personas ancianas, maltrato a discapacitados son algunas de las formas mas frecuentes del fenómeno, que es atinente a todas las clases sociales y niveles socio - educativos. Sus causas tienen las más diversas índoles: psicológicas, sociales, culturales, económicas, etc.
A fin de una mejor conceptualización de la violencia se describen conceptos que aparecen asociados a la misma pero que es necesario diferenciar.
* El conflicto, supone la existencia de factores que se oponen entre sí o contrastes intra o interpersonales que pueden responder a distintos intereses, deseos o valores. Este concepto fue sufriendo mutaciones llegando en la actualidad a ser valorizado en tanto disparador de habilidades y aptitudes que el sujeto pone en juego para su resolución.
* La agresividad es la capacidad humana para oponer resistencia a las influencias del medio. La agresión es la conducta a través de la cual se ejerce la agresividad y sus formas pueden ser motoras, verbales, etc. En toda agresión hay un agresor, un agredido y una intencionalidad.
Para terminar, el término violencia, etimológicamente, remite al concepto de fuerza, ejercicio de poder permanente o momentáneo de un sujeto sobre otro.
"El maltrato de ancianos, en todas sus formas es el reflejo de una familia con problemas y de una sociedad que directa o indirectamente no proporciona los medios para hacerle frente".3 Pero la dimensión social no se agota únicamente en el aporte de soluciones a estos problemas. La sociedad actual es también generadora de violencia.
El maltrato hacia los ancianos como tema permaneció ausente de la literatura hasta hace poco mas de veinte años.
En el año 1991, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 46/91 que establece los principios en favor de las personas de edad bajo el lema "dar más vida a los años que se han agregado a la vida". Entre estos se cuentan el derecho a la independencia garantizado a través del acceso a bienes, servicios, asistencia y formación; participación social, política y civil; cuidados de la familia y comunidad para mantener y/o recuperar el nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como también de las instituciones donde residan, respetando su dignidad, creencias, necesidades e intimidad; autorrealización a través del uso de recursos educativos, culturales y religiosos; y por último el principio de dignidad que implica seguridad, libertad, exigiendo un trato digno libre de malos tratos físicos y/o mentales.
El maltrato no solo se ejerce a nivel individual y en forma personalizada, sino que va desde la estructura socio política dado por el haber jubilatorio insuficiente, prestaciones medicas deficitarias, barreras arquitectónicas, hasta las características de la vida actual en relación a la tecnificación y computarización aceleradas, que acentúan y cuantifican los hechos violentos.
En los diferentes ámbitos donde se desarrolla la vida cotidiana subyace la idea de cierto grado de inferioridad del grupo etáreo correspondiente a los ancianos y se los descalifica para varias actividades, responsabilidades, etc.
El maltrato hacia los senescentes constituye en la actualidad una práctica habitual que afecta a un número importante de ancianos y que requiere para su abordaje la conceptualización, conformándose un marco teórico específico desde el cual despegar su análisis.
Se deben tener en cuenta, en principio, las relaciones interpersonales, inmersas en una estructura socio - cultural con sus características particulares. Esto posibilita el análisis de los distintos factores que intervienen en la emergencia del fenómeno de la violencia a los que se suma el concepto social de la vejez y la visión que se tiene de ella.
Para precisar la temática se presentarán distintos enfoques expresados a través de definiciones de maltrato hacia los ancianos. Así el Dr. Robert Hugonot entiende que la violencia es "toda acción u omisión cometida por una persona, si atenta a la vida, a la integridad corporal o psíquica o a la libertad de otra persona, o compromete gravemente el desarrollo de su personalidad y/o perjudica su seguridad financiera", y por maltrato hacia los ancianos "a aquel estado de sufrimiento no necesario para el mantenimiento de la calidad de vida de la persona anciana autoinfligida o infligida por otra persona". Agrega además, este reconocido gerontólogo francés que existe una clasificación internacional de la violencia entre las que se encuentran: * Violencia Física, que implica el uso de la fuerza, causando daño o lesión en el cuerpo o la salud que puede provocar la muerte; es la menos frecuente y deja rastros, la mayoría de las veces vistos por los profesionales que atienden al anciano maltratado pero que no lo asocian a situaciones de esa naturaleza. Entre los rastros están las marcas, cicatrices, equinosis múltiple, etc.
* Violencia Psicológica, denominada por otros autores como maltrato emocional cuyo contenido se define por frases desvalorizantes, humillantes, que despiertan miedo y culpas. Y también es característica la sobrexigencia, falta de comprensión, indiferencia y ridiculización de la persona anciana. Se asocia con el uso de lenguaje grosero, aunque también suele agravarse con el anuncio de amenazas, la privación afectiva, etc.
* Violencia Financiera o económica, existe un importante numero de ancianos maltratados económicamente, es decir privados del uso o manejo de sus bienes e ingresos. Esto conduce a la afirmación que los ancianos ricos y dependientes constituyen un grupo de alto riesgo.
* Violencia Medicamentosa, que se relaciona con el abuso de neurolépticos o somníferos muy frecuente en instituciones que albergan ancianos. En otro ángulo encontramos la privación de la medicación prescripta. En esta participan tanto los profesionales que indican o suministran como los familiares o cuidadores que tienen a su cargo la atención del anciano.
* Privación de los Derechos Cívicos, como por ejemplo la no portación de un documento identificatorio como la privación del ejercicio del voto electoral.
Ampliando lo expuesto se agrega que la ley protege a los ancianos según lo dispuesto en el Código Civil que en su artículo 367 establece la obligación de parientes cercanos a suministrar alimentos. También la ley 13.944 que establece los deberes de Asistencia Familiar, penando el incumplimiento de lo antes mencionado. Como corolario diremos que se sanciona y promulga en fecha diciembre de 1994 la Ley Nacional N( 24.417 referida a la protección contra la violencia familiar en cuyos artículos se define el correcto proceder en caso de sufrir maltrato físico o psíquico así como también se establecen las acciones a implementar una vez denunciado el hecho.
* Negligencias activas, llamada también violencia inconsciente, es decir maltrato por omisión que puede ser voluntaria real positiva.
* Negligencias pasivas, por ejemplo, olvidar que el anciano necesita ayuda para las actividades de la vida diaria.
Hasta aquí se desarrollaron las distintas clases de violencia quedando por agregar un tipo de maltrato no siempre explicitado pero real y existente. El maltrato profesional, que en al caso del colectivo médico, el paradigma de esta ciencia ejerce una influencia muy importante sobre las personas de edad avanzada a través del ejercicio de la palabra y las acciones impulsadas a partir de su intervención. Sumado a esto, la falta de preparación específica de muchos profesionales médicos en el campo de la geriatría que a la vez no escapan a los prejuicios que circulan en la sociedad respecto de los viejos y sus conductas, se generan y reproducen verdaderas situaciones de maltrato para con los pacientes ancianos.
En los comienzos de la medicina, quien ejercía esta disciplina se convertía en "servidor" del enfermo, y a lo largo de la historia el poder fue concentrándose sólo en el médico, que ahora lo detenta y ejerce en forma absoluta.
Esto es extensivo a otras muchas profesiones que abordan la problemática del anciano maltratado, así como también, en especial al Trabajador Social que se relaciona con personas de edad avanzada a través de distintas instituciones y que carece de formación específica para atender las particularidades de esta población. Las instituciones generalmente son poco flexibles, utilizan una metodología obsoleta y librada a las leyes de la burocracia administrativa desconociendo las verdaderas necesidades de los gerontes con una capacidad de "escucha" precaria o casi nula. Estas organizaciones que fueron creadas por la sociedad para brindar servicios y satisfacer necesidades, traducidas en una demanda creciente, se ocupan sólo de atender lo esencial, inmediato, asistencial, descuidando el aspecto educativo y preventivo, lo que garantizaría un nivel de vida digno para este grupo. En palabras de Alfredo Moffat, Psicólogo Social..."las instituciones están enfermas de aquello que pretenden curar".
Otra dimensión generadora de violencia es aquella que establece la estructura político - económica de nuestro país. Según datos estadísticos provenientes de la Secretaría de la Tercera Edad y el I.N.D.E.C. publicados en abril del corriente año, el 85% de los jubilados/pensionados no cubre con sus ingresos el costo de vida actual. En términos monetarios éste asciende a $578,90 y el 85% de los jubilados percibe un haber mensual promedio de $ 300.
La Asociación Médica Americana entiende que el maltrato a los gerontes significa un acto u omisión, el cual produce daño o peligro para la salud o bienestar de una persona anciana. El maltrato incluye infligir daño físico o mental, o abuso sexual o la negación de vestimenta, alimentos y atención médica para satisfacer las necesidades mentales y físicas de una persona anciana por el responsable que tenga a cargo sus cuidados.
Desde otro ángulo, la Dra. Andrés define como "maltrato por parte del entorno, las conductas que tienden a segregar al anciano de la vida normal, es decir de avatares emocionales de la vida"..."también separarlo de la decisión de conductas o estrategias que tienen que ver con el propio destino y su propia vida. De decidir sobre su salud, su enfermedad, sobre donde vivir, sobre que tipo de vida debe hacer, cuando está en condiciones de hacerlo. Pero también es maltrato no tomar las decisiones por él cuando no puede hacerlo". (ANDRES, 1991: 23).
Dejando de lado las definiciones, este fenómeno puede explicarse a la luz de algunas teorías, entre ellas: * teoría del aprendizaje social o violencia transgeneracional, que traducida quiere decir aquella transmisión de matrices de aprendizaje favorecedoras de conductas que corroen la integridad humana.
* La teoría del cuidador estresado que se aplica a situaciones donde el anciano es dependiente requiriendo para su supervivencia de asistencia externa.
* La teoría del aislamiento, esto implica una enfermedad social ya que el sujeto se aparta de la comunidad y su familia sin haber elegido esta situación.
* La teoría de la dependencia, y en este caso diremos que por dependencia se entiende el déficit funcional cuya consecuencia es la incapacidad para las actividades de la vida cotidiana. Esta dependencia puede ser total, máxima, media, entre otras y puede presentarse en un estado de inmovilidad, incompetencia mental, incontinencia urinaria y/o fecal e inestabilidad.
El cuidador asume aquí un rol importante, debiendo observarse aspectos tales como la formación y/o educación del cuidador; la cooperación que obtiene de los demás allegados al anciano, sean estos pertenecientes al grupo familiar o comunitario.
* Por último tenemos la teoría de la psicopatología del maltratador ingresando así al campo de la medicina psiquiátrica con un correlato importante en el nivel de riesgo y vulnerabilidad.
* Italo Simeone, médico italiano, propone un esquema desde el cual abordar el sujeto de estudio, el anciano y que a continuación se reproduce:
En relación a la problemática específica, se agrega que los hijos, ubicados en el primer eslabón, niegan el hecho que sus padres han envejecido y cuando por alguna razón en especial se enfrentan a esta realidad les provoca angustia, les genera ansiedad y surge el sentimiento de desamparo. Esto desemboca en situaciones conflictivas y pasionales donde se reeditan viejos desacuerdos y desencuentros estableciéndose a veces un clima de violencia.
En relación a los factores de riesgo, existe a nivel comunitario una actitud negativa, de rechazo, miedo y en ocasiones de sobreprotección del anciano, cuya práctica da lugar a la existencia de una gerontofobia y/o edaísmo, es decir discriminación en base a mitos y prejuicios. La falta de oportunidades para interactuar socialmente conduce al aislamiento social y esto se origina a partir de la carencia de espacios en común.
En el ámbito de la familia encontramos la delegación indiscriminada de responsabilidades y tareas que no corresponden a su condición, tal es el caso del cuidado y asistencia de menores, discapacitados, etc.
Otros factores de riesgo son: solvencia económica y dependencia, género, discapacidad, nivel socio cultural y educativo, aspectos de la personalidad (conformismo, indefensión aprehendida). Otros tales como la existencia de duelos propios de esta etapa de la vida y carencia de contención familiar y ausencia de credibilidad; merecen una consideración especial. También se agrega la conducta del anciano, quien al encontrarse solo descuida su aspecto y condición, se repliega sobre sí mismo como resultado de un sentimiento de vaciamiento interior.
La noción de vejez como enfermedad y la cercanía de la propia muerte ubican a algunos viejos en una situación de fragilidad y dependencia acentuados; induciendo al maltrato. En otras, en una situación de permanente frustración o insatisfacción que se proyecta a las personas que lo rodean. "Una persona violenta es una vejez violenta y genera un clima que se revierte en violencia".4 En las relaciones violentas, el victimario, en el 70%de los casos pertenece al entorno directo : hijos/as ya viejos o nietos/as adultos o cónyuge. El resto del porcentual corresponde a los cuidadores domiciliarios y personal de instituciones que albergan a ancianos.
La víctima de violencia es un sujeto que se encuentra en situación de indefensión y que piensa y siente, entre otras cosas, lo siguiente: * Que es normal, que tienen derecho a tratarlo así, (naturalización).
* Se siente culpable, considera que nunca hace las cosas bien, que se equivoca, que da motivos para el enojo (baja autoestima).
* No puede reaccionar queda sometido a esta situación, no imagina respuestas adecuadas (indefensión).
* Piensa: lo que pasa no es tan grave "solo se enoja a veces'(minimización).
* Opina: "la familia es para toda la vida", "este es mi destino, es lo que me tocó vivir", "ya no se puede hacer nada" (fatalismo).
* Imagina que con el tiempo las cosas van a cambiar, una vez que se resuelvan los problemas (esperanza de cambio).
* La situación le provoca mucho temor, a veces terror e inmovilidad. Se avergüenza de lo que le sucede y no se atreve a comunicárselo a nadie (vergüenza, miedo, ocultamiento).
Cuando el anciano ve que al normal y progresivo deterioro físico y mental se le suman enfermedades, siente menoscabar sus capacidades que en el pasado le otorgaban un espacio socialmente reconocido. Decae el amor propio, la autoestima, la confianza en sí mismo y esto origina un terreno fértil donde se desarrolla la situación de abuso.
Los sentimientos mas comunes que surgen en los ancianos agredidos son el de inutilidad desvalorización, dependencia; fruto de la descalificación provocada por el macro sistema socio - cultural junto a la perdida de status social - laboral. La pérdida de la identidad se da como resultado del concepto que se utiliza para referirse a ellos "pasivos" convirtiéndolos en objeto - cosa sin valor real.
S. Freud desarrolla en "Mas allá del Principio del Placer" "tres sensaciones que pueden ser aplicadas a la situación de maltrato y que son : susto o sobresalto, estado que invade frente a la sorpresa de la agresión; miedo a ser dañado, lastimado y a la repetición de la violencia, y por último, angustia por la expectación preparación constante, para evitar que suceda nuevamente" 5. A esto se suma el dolor que genera el vínculo con el agresor. Estos síntomas pueden ser confundidos con depresión, y pueden llevar a la inmovilidad o paralización del anciano.
Hasta aquí se han desarrollado conceptos básicos que definen la problemática del maltrato hacia los ancianos. Ahora se está en condiciones de brindar algunos instrumentos que permitan su abordaje. Entre éstos se cuentan : el ciclo del maltrato, esquema que establece etapas o fases por las que transita el fenómeno.
El Modelo Ecológico desarrollado por autores tales como Bronfenbrenner, V. Y Corsi J. define la existencia de un macro exo y micro sistema, agregando factores de riesgo y características actuales de la problemática. El modelo ecológico se centra en la persona y desde allí se abordan cuestiones que tienen que ver con la salud. educación, familia, instituciones, religión.
Para finalizar caben aquí algunas reflexiones: - La violencia no es una forma saludable ni beneficiosa de relacionarse. Nada justifica el maltrato.
* Asiste a las víctimas una legislación vigente en todas las jurisdicciones.
* Estas situaciones son modificables.
* Para cambiar es necesario recurrir a profesionales especializados y al acompañamiento de vecinos, amigos, familiares.
"Los derechos fundamentales de la persona humana, tomando esta en sus tres dimensiones, como ser físico, como ser psíquico y como ser social. Estas tres dimensiones se corresponden con otras tantas etapas del pensamiento antropológico que fueron completando una concepción integral de lo que consideramos persona, partiendo de su aspecto externo, biológico, para un posterior reconocimiento de una vida interior, espiritual, intelectual o psíquica, para finalizar admitiendo la interdependencia del ser como unidad psicofísica con el medio social al cual pertenece. Así para no mencionar sino algunos ejemplos de como se vinculan esos tres aspectos del hombre con los derechos fundamentales reconocidos o reivindicativos, en la primera dimensión podemos encontrar el derecho a la vida, a la subsistencia y a al integridad física; en la segunda los derechos a la libertad de pensamiento y de creencia y el derecho a educarse; y en la tercera, el derecho de asociación, de reunión, de igualdad de trato, etc.".6 Garantizar el ejercicio de estos derechos constituye un desafío permanente. Y en el caso de las personas de edad víctimas de violencia deben procurarse las medidas que terminen con las situaciones de discriminación y abuso. Resulta indispensable la educación en el ejercicio permanente de la defensa de los derechos, entendiendo la condición de fragilidad y vulnerabilidad característica de este grupo etáreo como algo definitivamente superable. Esta afirmación debe guiar el análisis, la atención y la defensa de los derechos humanos.
"Se ha dicho que el envejecimiento está adoptando por fin un rostro humano. Si se aplica el tipo de medidas mencionadas, ese rostro reflejará una mente activa y un espíritu alerta, en lugar del aislamiento y la desolación que ha menudo han sido la suerte de los ancianos. Si se aplican esas medidas, no solo habremos fortalecido los derechos y el poder político de los ancianos sino que también habremos agregado vida a los años que se han agregado a la vida".7
3.- Abordaje de la temática desde el Trabajo Social - Aportes y propuestas de intervención.
El propósito del presente trabajo es abordar el tema maltrato hacia los ancianos, desde la profesión de sus autoras: el TRABAJO SOCIAL.
Para ello, se ha tenido en cuenta la producción intelectual de sus principales exponentes, entre ellos, Enrique Di Carlo, Sela Sierra, Cristina de Robertis, Paulo Neto y el documento del CELATS (Centro de Estudios Latinoamericanos de Trabajo Social).
Según Enrique Di Carlo, el objetivo del Trabajo Social es el crecimiento consciente de los sujetos sociales.
El sujeto social es tal en la medida en que se relaciona con otros sujetos.
En el tema del maltrato es donde adquiere mayor relevancia el aislamiento; la disminución o ausencia de lazos, así como también los lazos conflictivos, deteriorados u obstruidos que son el mas claro indicador de una crisis en este sentido.
Desde el punto de vista del Trabajo Social, la reflexión y la verbalización constituyen el punto de partida.
Los grupos con los que trabaja el Asistente Social constituyen grupos de deliberación y toma de decisiones. Toda decisión bien tomada implica conocer la situación y las consecuencias que tal decisión genera. Esta decisión abre un abanico de posibilidades que se llama campo experimental, en el cual surgen nuevas situaciones que deben ser tomadas críticamente.
El procedimiento por el cual el grupo llega a la toma de decisiones es la deliberación común. Este concepto supone, filosóficamente, la superación de la teoría individualista del hombre y la sociedad.
Es una nueva tendencia que ve en la cooperación basada en el pensamiento común, el fundamento de una nueva convivencia y socialidad.
La reflexión común no se da espontáneamente, ni porque un grupo humano intercambie ideas o verbalice asuntos. Tampoco consiste en ponerse por encima de las discrepancias.
En la reflexión común hay un querer colectivo, grupal o interindividual. No anula al individuo sino que lo descubre en otra dimensión.
El diálogo humano solo es posible si no nos sentimos de antemano portadores de la verdad. Si en cambio, pensamos que vamos a deliberar, a descubrir y resolver con otros los asuntos, se dará la verdadera comunicación, basada en la deliberación común.
El ámbito de la reflexión común se nutre de encuentros plenos y de discrepancias.
La deliberación común incorpora a la profesión una de las dimensiones más constructivas de hoy: "la democracia como forma de vida" y además la separa de la falsa polaridad dada por el individualismo y la masificación.
Porque así como Ortega y Gasset y Nietzsche, en diferentes momentos y oportunidades hablan de que masificarse es empobrecerse hasta idiotizarse, Enrique Di Carlo plantea que el individualismo también puede idiotizar y en forma alarmante. Y concluye diciendo "cuando un Trabajador Social está trabajando democráticamente con un grupo para que aprendan a entenderse, a comunicarse en la definición de objetivos y en la realización de los mismos, está intentando la construcción de una nueva realidad..." (ENRIQUE DI CARLO y equipo, 1997:55).
Cristina de Robertis plantea que el Trabajador Social actual tiene dos misiones: 1) Restaurar la ciudadanía y 2) Crear el vínculo social.
1) Implica acciones para que los beneficiarios de la acción profesional tengan acceso a los derechos sociales y a los derechos cívicos.
Los derechos sociales son los que identifican socialmente a través de un número de seguridad social, derecho a la salud y a las prestaciones sociales diversas.
Los derechos cívicos constituyen la base de toda sociedad democrática que permite a la persona expresarse como elector, ciudadano, formando parte de la vida social.
Estos derechos permiten ocupar espacios sociales y hacer un reconocimiento de la persona convirtiéndola en actor y aumentando su dignidad.
2) Se basa en la creación o dinamización del vínculo social que permite al Trabajador Social la puesta en relación de las personas con otras personas y con las instituciones y circuitos institucionales.
Esto brinda oportunidades de intercambio, dinamiza las redes primarias de las personas ayudadas y su participación en las actividades y en los sitios, todo lo cual genera la creación de lazos, la consolidación de tejido social y la inserción de las personas que, cuando son encontradas, frecuentemente están excluidas, habiendo perdido sus vínculos afectivos y sociales.
Las autoras consideran válido agregar aquí un concepto acuñado por el Dr. Jean Pierre Michel, Profesor de Geriatría de Ginebra, Director de las Instituciones Universitarias de Geriatría de Ginebra. Este se denomina flor relacional y refiere a la importancia de preguntarle a la persona sobre la trayectoria de relaciones sociales que ha tenido y aún tiene, sobre sus expectativas: que quiere ser, como concibe su propia vida; con que vínculos comunitarios cuenta.
Todos estos datos son importantes si se procura mantener la calidad de vida.
Lo antes expuesto condice con el informe de la "Cohesion Social y Prevención de la Exclusión", que señala que los objetivos del Trabajo Social son: 1) Permitir el acceso a los derechos.
2) Crear una oferta de inserción.
3) Contribuir a la restauración del vínculo social.
De estos objetivos derivan las dos funciones principales del Trabajo Social: 1) La función de ayuda ala persona y 2) La de la lucha contra la exclusión.
El Trabajo Social para cumplir con estas funciones cuenta con distintos ámbitos: el social - comunitario, institucional y privado.
El rol se ejerce tanto en el diseño y planificación de políticas sociales como en la administración de recursos y prestación de servicios. Inherente a este rol se cuentan las asociaciones en pro de la detección de necesidades y la articulación de medidas para satisfacerlas.
Históricamente, el Trabajo Social aparece relacionado con los intereses y necesidades de las clases populares. Hoy sabemos que este no es el único ámbito de desarrollo profesional y así los Trabajadores Sociales ejercen su función terapéutica en diferentes instituciones públicas y privadas y en algunos casos en consultorios particulares.
Trabajan con grupos comunitarios, grupos laborales, familias y sujetos sociales.
Ya sea en forma individual o integrando un equipo interdisciplinario, brindan orientación y asesoramiento junto a la administración de recursos, a la vez que ejecutan actividades preventivas en el área de la salud, educación, minoridad, desarrollo comunitario, etc.
Es uno de los profesionales que llega hasta el espacio privado de la vida del usuario y en muchos casos logra manifestaciones de parte de ellos que no son confiadas a otros profesionales.
El Trabajador Social en su función de administrador de recursos está determinado por la coyuntura histórico - político - social y económica en la cual está inserto, debiendo conciliar la escasez de recursos de que dispone con el crecimiento de la demanda.
Para ello, desarrolla creatividad y propone alternativas de acción tanto en relación a la institución como al usuario. Paulo Neto, reconocido autor brasileño, dice en este sentido que "el Trabajo Social aparece como mediador entre el campo de tensión representado por la institución donde trabaja y el campo de presión representado por los usuarios". Este autor define el rol a partir de tres funciones principales: la de acompañante, orientador y entrenador, a la que se agrega la de mediador entre la organización y los profesionales, procurando una mayor calificación teórica, técnica y política, pilares fundamentales para un adecuado ejercicio profesional.
En la actualidad, los Trabajadores Sociales procuran conocer profundamente y con exactitud los recursos con que se dispone, asignarlos adecuadamente para así lograr una optimización de los mismos. Se generan de este modo nuevos enfoques en el Trabajo Social tales como el de Gerencia Social. En el ámbito de la salud y en este contexto, podemos observar como el trabajo preventivo redunda no solamente en una mejor calidad de vida humanamente concebida sino también en una reducción de costos a largo plazo en las prestaciones de índole médica.
Si bien el carácter de la profesión es eminentemente pragmático, ya que el eje de intervención lo constituyen los sujetos en su vida cotidiana, existe un análisis de la realidad que sirve de ajuste entre la teoría y la práctica.
El Trabajador Social cuenta con principios que rigen su acción. Las normas de acción tienen un valor ético para la profesión y caracterizan el tipo y nivel de relación entre el usuario y el Trabajador Social. Estos principios son: 1º.- Establecer una relación democrática con los usuarios; 2º.- Conocer y respetar los valores y normas culturales; 3º.- Intervenir con una perspectiva histórica; 4º.- Conocer la realidad social de manera integral; 5º.- Apoyar el desarrollo de la conciencia y motivación al cambio social; 6º.- Contribuir al desarrollo del sentido de responsabilidad y compromiso en la resolución de problemas, promoviendo la participación activa y consecuentemente en todos los niveles de toma de decisión.
En esta propuesta resulta indispensable clarificar el problema objeto de intervención, definiendo los aspectos concretos que pueda y deban modificarse.
Así, los ancianos maltratados van a ser el eje alrededor del cual se articulará la acción profesional. Una vez definido esto, es necesario abordar aquellos aspectos de la problemática que conciernen al rol, en cooperación con un equipo, estableciendo un programa de acciones pausible de evaluarse y reajustarse en caso de necesidad.
4.- Propuesta de creación de un servicio de atención a las personas maltratadas y/o víctimas de distintos tipos de violencia.8
"Conocer o pensar no consiste solo en construir sistemas sobre bases ciertas, es dialogar con la incertidumbre"..."negociar con ella, y no dejarse sumergir por ella" 9. Así como también acercarse a la complejidad.
Esta es la primera reflexión que aparece al acercarse a este proyecto.
Se considera que es necesario establecer un Servicio que atienda esta problemática. Se sabe también que en este caso no se podría cuantificar una demanda acorde que justifique, por sí, la creación del mismo. Esto se debe, como se ha descripto anteriormente, a las particularidades que conlleva este tema ya que no es una cuestión de la que se hable abiertamente, más bien se la mantiene oculta.
Pero el fenómeno existe y es necesario brindar a los ancianos servicios de atención, a fin de dar respuesta a sus necesidades.
Es indispensable despertar la conciencia de la comunidad y hacer saber que existen soluciones para este problema.
Como se va a hacer este servicio? La ayuda a los ancianos maltratados será el objetivo que guíe la acción.
Se contemplarán dos dimensiones: la preventiva y la asistencial.
La primera dimensión abarca la difusión del servicio a través de los medios masivos de comunicación, la organización de talleres en Centros Comunitarios, la organización de Campañas en coordinación con otras Instituciones.
La segunda dimensión contemplará el abordaje individual del caso.
Para ello, el Servicio contará con una Guardia Permanente y un Equipo Interdisciplinario que hará la evaluación, diagnóstico y tratamiento.
La tarea comienza con una entrevista de admisión realizada por el Trabajador Social de Guardia, a fin de hacer una primera evaluación y eventual incorporación al servicio.
Ocurrido esto, el caso se derivará al Equipo Interdisciplinario que establecerá un plan terapéutico y, si es necesario, coordinará con otras instituciones.
A quienes va dirigido? A aquellas personas pertenecientes al grupo de ancianos que sean o se sientan víctimas de maltrato o cualquier tipo de violencia en cualquier ámbito que se dé; teniendo en cuenta que la situación de violencia no sea ocasional.
Se prevee también la presentación de casos en forma indirecta a través de otras instituciones, profesionales, organizaciones comunitarias, etc.
Es necesario consensuar permanentemente con el afectado cada una de las decisiones o el abanico de opciones que se le puede presentar al ir transitando el plan terapéutico. Aquí está el canal de participación de la víctima, responsable de su propia recuperación.
Personal En este punto se deberá tener en cuenta qué personal se va a necesitar, el sueldo, los conocimientos y el perfil requerido, así como también la presencia de voluntarios.
Las autoras consideran que la tarea debe realizarse en equipo, cuyos integrantes serían: Trabajador Social, Abogado, Médico Geriatra, Médico Psiquiatra, Psicólogo, Terapista Ocupacional, Personal Administrativo y Voluntarios.
Recursos materiales Aquí se tendrán en cuenta Recursos Financiero y Equipo.
Se deberá precisar cuanto va a costar la puesta en marcha y el mantenimiento, de donde saldrán los fondos y como se obtendrán los recursos necesarios.
Para facilitar el acceso al servicio, es indispensable contar con una línea telefónica gratuita y una ubicación geográfica que permita el fácil acceso a los posibles beneficiarios del programa.
También es necesario disponer de lugares alternativos de vivienda o viviendas transitorias para alojar a las víctimas cuando sea necesario.
El servicio será gratuito.
Gestión y Administración Aquí se puntualizará qué tipo de organización se necesita, qué tipo de estructura tendrá la organización, quién estará a cargo, cómo se va administrar.
Este esquema, tal como se ha desarrollado contempla elementos teóricos y técnicos, pero esto no es suficiente.
Se requerirá el apoyo político, sin el cual no será posible una implementación exitosa.
5.- Conclusiones.
Si yo no me quemo...
Si tú no te quemas...
Si nosotros no nos quemamos...
¿Dónde vendrá la luz? Nasiff Iquimid.
Para concluir esta memoria, las autoras proponen reflexionar desde tres aspectos: lo estrictamente humano; la formación gerontológica y la profesión del Trabajo Social.
Desde lo esencialmente humano, el maltrato a los ancianos constituye un ataque a la dignidad y al desarrollo de la persona. Por esto es que no pueden ocurrir hechos de esta naturaleza en una sociedad que se pretende más justa y evolucionada en su humanidad.
Cualquiera sea el lugar que se ocupe en la sociedad "todos somos responsables" y es menester contribuir a la solución de este problema.
En el plano personal, este trabajo conduce a pensar sobre el viejo que cada uno tiene en su mundo interno, aquel anciano amado, cómplice, digno y activo que luego se busca incesantemente en cada nueva relación que se inicia. A esto se suma una predisposición natural a socorrer, ayudar, a personas que se encuentran en estado de indefensión o vulnerabilidad. También juegan aquí las fantasías y los medios existentes sobre la propia vejez.
Este ejercicio de buceo interior es indispensable y atañe a todos los que pretendan abordar esta temática de índole humana, de manera consciente y responsable.
Desde la formación gerontológica, el maltrato hacia los ancianos constituye un tema de necesaria profundización teórica y pragmática, esto último en relación al conocimiento de la realidad y elaboración de estrategias de acción.
Es en esta problemática donde se pone en juego la especialización en gerontología ya que solo es posible abordarla desde un enfoque interdisciplinario.
Más allá de la importancia que el tema tiene, fueron numerosas las situaciones adversas que debieron superarse. Entre ellas la escasez de material bibliográfico, la no existencia de espacios institucionales donde buscar ayuda así como también los contados profesionales de distintas disciplinas interesados en el mismo.
Por lo tanto, este trabajo es solo el punto de partida, con la pretensión de que se formen a partir de aquí grupos de reflexión, discusión, estudio, análisis e investigación.
Esta memoria es el resultado de la formación acuñada durante los últimos cuatro años, en instancias del Curso de Iniciación a la Gerontología. Han servido para preparar e inquietar a la vez que para dotar de otra mirada al campo gerontológico. Esta experiencia brindó al equipo alas para lanzarse a producir.
Desde lo profesional se cree que éste es uno de los temas gerontológicos sobre el que más aportes se pueden hacer. Entre ellos:
* La identificación de necesidades y recursos individuales, grupales y/o comunitarios.
* La creación y/o recreación de los vínculos interpersonales.
* El establecimiento de una red interinstitucional con canales de comunicación permanentes, donde prime el intercambio de información y el mejoramiento del nivel operativo.
* La realización de talleres, espacios para la concientización y reflexión, favorecedores de la participación social.
* El diseño de campañas de difusión a través de los medios masivos de comunicación, cumpliendo con el objetivo de instalar en la sociedad el debate sobre esta cuestión.
* La definición de lineamientos curriculares, para el dictado de materias y/o seminarios en las Universidades a fin de socializar los conocimientos sobre el campo gerontológico, con intervención de los Colegios Profesionales en procura de una mejor y mayor calidad en la formación específica.
* El diseño de políticas sociales, trascendiendo las estructuras políticas locales, a fin de dar respuesta real y concreta a las necesidades identificadas.
Se entiende por diseño la elaboración de programas y proyectos destinados a la TERCERA EDAD y en particular al tema MALTRATO HACIA LOS ANCIANOS, participando en los equipos que tienen a cargo esta tarea.
Para finalizar un poema de D. Thomas:
"La juventud llama a la vejez a través de los años extenuados: - ¿Qué has hallado? Le grita, - ¿Qué has buscado? - Lo que tú has encontrado, contesta la vejez, llorando: - Lo que tú has encontrado".
6.- Bibliografía.
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7.- Anexos.
1 Cuadernillo sobre Violencia Familiar Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano.- Tandil 1999.
2 SALVAREZZA, Leopoldo (1998) La Vejez. Una mirada gerontológica actual. Bs. As.
Ed. Paidós.
3 S. G. Resa y colaboradores. Artículos Originales.
4 ANDRES, Haydeé. Violencia en la Vejez: desde y hacia. Revista Geriatría Práctica, Volumen 1, Nº 2, 1991.
5 Diana B. Vogelfang, "Maltrato a nuestra ancianidad", Revista Actualidad Psicológica, abril 1998.
6 Informe entregado en las Jornadas sobre "Violencia, abuso y maltrato en la vejez". A.P.D.H. y B.I.D. Julio de 1999. Tandil.
7 Informe entregado en las Jornadas sobre "Violencia, abuso y maltrato en la vejez". A.P.D.H. y B.I.D. Julio de 1999. Tandil.
8 El esquema presentado tiene como referencial el modelo sugerido por la A. S.
Sandra Watts, presentado en Trabajo con Ancianos Nº 2 Helpage Internacional.
9 De la entrevista a Edgar Morin "Dialogar con la incertidumbre" hecha por Francois Ewald, Revista "V. De Vian" Nº 14, marzo de 1994.
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