Primer Encuentro Nacional Sobre Calidad de Vida en la Tercera Edad

Universidad de Buenos Aires
Secretaría de Extensión Universitaria

30 de septiembre / 1 de Octubre 1999

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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"PRIMER ENCUENTRO NACIONAL SOBRE CALIDAD DE VIDA EN LA TERCERA EDAD". AÑO 1999.

ÁREA TEMÁTICA: Seguridad social, derechos sociales y derechos humanos: perspectivas sobre la vejez en la argentina para los próximos años.

Politicas sociales para adultos mayores con problemas socio-habitacionales de cara al año 2000. Reflexiones a partir de la experiencia de los hogares para ancianos autoválidos

Autoras:
Massei verónica andrea
Windecker myriam
Datos personales de las autoras: Domicilio: agrelo 85 - ituzaingó (prov. Bs. As.) Teléfonos: 4661-0105/ E-mail: fmassei @ sion. Com Institución: hogar martín rodriguez, dependiente del gobierno de la ciudad de buenos aires Antecedentes básicos: -trabajadoras sociales.

-seis años de experiencia en la institución.

-trabajo en docencia: en la carrera de trabajo social de la universidad nacional de luján. Supervisoras de campo de las prácticas pre-profesionales en universidad de buenos aires. Resumen de ponencia: politicas sociales para adultos mayores con problemas socio-habitacionales de cara al año 2000. Reflexiones a partir de la experiencia de los hogares para ancianos autoválidos

Se trata de un trabajo, basado en la experiencia de seis años de trabajo y estudio en el campo de la política social para la tercera edad, en el cual se analizan las políticas públicas actuales para los adultos mayores autoválidos con problemas socio-habitacionales. Tal análisis permite poner en evidencia dos situaciones: -el fenómeno de "sobredimensionamiento" de los hogares para ancianos autoválidos dentro del espectro de políticas públicas para esta población como consecuencia de la falta de propuestas diversificadas para la multiplicidad de situaciones existentes.

-la necesidad de modificar la modalidad en que se implementan los hogares para adultos mayores autoválidos en la actualidad, pues estos se materializan en la anacrónica forma de macro-instituciones, tendientes a la burocratización, altos grados de despersonalización y control de la vida cotidiana de los individuos.

Respecto de ambas cuestiones se hace un análisis detallado y se señala la propuesta de resolución que debería implementarse, a criterio de las autoras, teniendo la propuesta del "Universalismo selectivo" como el paradigma más adecuado a seguir en el campo de las políticas sociales.

POLITICAS SOCIALES PARA ADULTOS MAYORES CON PROBLEMAS SOCIO-HABITACIONALES DE CARA AL AÑO 2000. REFLEXIONES A PARTIR DE LA EXPERIENCIA DE LOS HOGARES PARA ANCIANOS AUTOVÁLIDOS

Para clarificar los alcances de estas reflexiones debemos señalar que son producto de seis años de experiencia de trabajo y estudio en la problemática del adulto mayor desde nuestra inserción en el Servicio Social de un hogar de ancianos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y en contacto permanente con las políticas nacionales y provinciales para la tercera edad; y que su objetivo es el de contribuir a las transformaciones que se hacen necesario desarrollar en el ámbito de las Políticas Sociales para los adultos mayores de cara al año 2.000.

Para comenzar este análisis debemos señalar que aquellos que trabajamos vinculados al campo de la gerontología observamos que en nuestro país se vienen desarrollando de forma paralela dos procesos, que parecerían contradictorios entre sí: por un lado, un proceso creciente de envejecimiento poblacional y aumento de la expectativa de vida de los individuos. Por el otro un aumento de la pobreza y la exclusión social, donde el Estado deja sin protección a vastas poblaciones. En el caso de las políticas sociales observamos que éstas se ven afectadas por la fuerte restricción del gasto público y achicamiento del estado, imponiéndose el paradigma de la Política Social Residual, Focalizada, según el cual a ésta sólo le corresponde actuar allí "donde el mercado no llega", lo que busca es adaptar las demandas a las capacidades del sistema, y termina siendo algo así como un "Miniestado de Bienestar para Superpobres" (1), de características asistencialistas.

Frente a este estado de cosas compartimos la perspectiva de aquellos autores que consideran que la solución no consistiría en el rescate del Estado de Bienestar tradicional , sino que se impone la búsqueda de una propuesta alternativa a ambos modelos de Estado.

__________________________________________________________________________ (1) Aquín N. "El Trabjo social en las actuales relaciones Estado-Sociedad". En revista Trabajo Social y pais n°11.

Coincidimos con Lo Vuolo cuando plantea que "la gran ausente parece ser una propuesta que se ubique en un camino intermedio, definiendo elementos para un 'universalismo selectivo' o una 'selectividad positiva'. La universalidad es necesaria para generar la convicción de que la totalidad de los ciudadanos participa de la preocupación por la provisión de buenos servicios públicos, y para crear una efectiva red de 'seguridad preventiva'. La selectividad refiere a la identificación de grupo con características diferentes, y no a la limitación del gasto en algunos de esos grupos" (2). A la vez los planteos de Rosanvallón acerca de la nueva cuestión social, sus características y las condiciones para su resolución, nos proporciona algunas pistas fundamentales para analizar las políticas sociales en nuestro país. Éste plantea que el Estado providencia se enfrenta a una especie de "revolución sociológica", pues su sujetos cambiaron: "El Estado providencia estaba bien organizado para tratar los problemas de poblaciones relativamente homogéneas, de grupo o clases, si se quiere. Ahora debe sobre todo encargarse de individuos que se encuentran en situaciones que le son particulares". Por lo tanto la acción social debe consistir necesariamente en "ayudas diferenciadas": "Para ser justo, el Estado providencia ya no puede ser únicamente un distribuidor de subsidios y un administrador de reglas universales. Debe convertirse en un Estado servicio.

La meta, en efecto, es dar a cada uno los medios específicos de modificar el curso de una vida, de superar una ruptura, de prever un problema..." (3).

Las propuestas impulsoras del Universalismo Selectivo, y aquellas que ponen en evidencia la heterogeneidad como característica de fundamental importancia al interior de la problemática social, constituyen el marco teórico desde donde nos posicionamos para reflexionar acerca de las políticas para la tercera edad, y desde donde realizamos el análisis particular de las políticas asistenciales para las poblaciones con problemas socio-habitacionales. Este análisis nos permite poner en evidencia, en primer lugar, un fenómeno preocupante y que definimos

___________________________________________________________________ (2) Lo Vuolo R. y Barbeito A. "La nueva oscuridad social" . 1998 (3) Rosanvallon P. "La nueva cuestión social. Repensar el Estado providencia".

Ed. Manantial.

definimos como el "sobredimensionamiento" de los hogares para ancianos autoválidos dentro del espectro de políticas públicas para esta población, el cual consideramos que es consecuencia de la falta de propuestas diversificadas, suficientes y adecuadas a la multiplicidad de situaciones existentes (se trata de la necesidad de implementar las "ayudas diferenciadas" que señala Rosanvallón) . Decimos que se trata de una propuesta sobredimensionada porque la internación geriátrica aparece como la única respuesta disponible para gran cantidad de ancianos con problemas socio-habitacionales que podrían y deberían recibir una respuesta alternativa.

Consideramos que los hogares para adultos mayores autoválidos deben estar dirigidos a un grupo social muy específico: ancianos autoválidos que no poseen jubilación, pensión (y la cobertura médico-social que éstas implican) u otro ingreso estable, con problemas habitacionales y sin "red social de sostén" (ya sea que ésta se base en lazos de afecto o de sangre) o con un alto grado de conflictividad con los miembros de dicha red, que impiden que éstos se ocupen o puedan convivir con ellos. Si el anciano no presentase estas características, en que se ve afectado por estas tres situaciones de carencia combinadas, debería recibir una ayuda diferente a la institucionalización. De esta forma se proporcionaría un satisfactor más beneficioso para la persona, y a la vez se lograría una mayor optimización del recurso público, pues se trataría de una ayuda más económica que el sostenimiento de una plaza en una institución de internación. Sin embargo, como consecuencia de la falta de ayudas diversificadas que venimos señalando, no es esta la situación actual sino que encontramos en nuestros hogares públicos gran cantidad de casos en los que se podría haber evitado la internación geriátrica. Cuando hablamos de falta de ayudas diversificadas, nos referimos a que los servicios existentes son insuficientes y a que hay mecanismos de ayuda necesarios pero inexistentes en la actualidad.

Respecto de los servicios insuficientes, lo son en un doble sentido: dejan sin atender a gran parte de la población que padece la o las necesidades a la cual están llamados a responder, y por otro lado también resultan insuficientes para quienes efectivamente reciben el servicio, porque no satisfacen el complejo de necesidades que los afectan. Así encontramos: las pensiones no contributivas, planes de asistencia alimentaria y en medicamentos, hogares de día. También podemos mencionar los programas de atención domiciliaria al anciano, pero éstos están dirigidos fundamentalmente a personas con algún grado de dependencia, que no es el grupo de población al que nos estamos refiriendo en este trabajo, y que tiene características muy específicas para ser consideradas en el planteamiento de políticas sociales. Respecto de las ayudas materiales y financieras consideramos que, de ser incrementadas (en especial las segundas), podrían evitar la internación geriátrica de ancianos que poseen algún tipo de ingresos económico estable pero insuficiente para su mantención, que poseen una red de sostén que funcione como tal, y que ellos o su familia posean vivienda o tienen dificultades habitacionales poco significativas.

A su vez hay servicios inexistentes en la actualidad que también se hacen necesarios para impedir la internación geriátrica en diversidad de casos.

Podemos señalar, fundamentalmente dos tipos de servicios que deberían implementarse: -Proyectos de "vivienda compartida": donde ancianos con vivienda propia pero imposibilitados de sostenerse por sí mismos puedan convertirla, en coordinación y con el apoyo del Estado, en una vivienda donde puedan alojarse otros ancianos que posean algún ingreso estable pero ellos y sus familias tengan dificultades habitacionales significativas, irresolubles con la sola asistencia material o financiera.

-Equipos técnicos de asistencia y orientación para el anciano y su red social de sostén: que apunten a la prevención y tratamiento de los conflictos de relación y/o convivencia, los cuales pueden ser producto de la particular historia del grupo, o de la problemática intergeneracional, de la desvalorización y desconsideración social del adulto mayor, u otras problemáticas.

Como señalábamos anteriormente estas alternativas ofrecerían a gran cantidad de personas una mejor calidad de vida que lo que un hogar de ancianos les puede brindar, y a la vez implicaría una mayor optimización del recurso público. También debemos señalar que muy probablemente en muchos casos se haría necesario otorgar algunas de estas ayudas de forma combinada, para poder responder adecuadamente a la multiplicidad de problemáticas del adulto mayor y su familia.

Por otra parte el análisis de las políticas habitacionales para la tercera edad pone en evidencia otra situación que debería ser revisada desde las planificaciones del Estado. Se trata de la necesidad de modificar la modalidad en que se implementan los hogares para adultos mayores autoválidos en la actualidad, pues estos se materializan en la anacrónica forma de macro- instituciones, tendientes a la burocratización, altos grados de despersonalización y control de la vida cotidiana de los individuos.

Consideramos que para asegurara una mejor calidad de vida a las personas que viven allí, las modalidades adecuadas son los "pequeños hogares" o lo que en algunos países denominan "Viviendas protegidas". En la primera modalidad el Estado (a través de sus técnicos y empleados) continúa asumiendo un rol fundamental en la organización y regulación de la vida del hogar, pero en conjunto con el grupo de residentes. En el segundo tipo veremos que el Estado asume un rol de orientación-supervisión pero buscando la autoderterminación del grupo de residentes, quienes son los responsables de planificar cómo operará la vivienda colectiva, la cual es su microcomunidad. Más allá de las peculiaridades que presentan, ambas modalidades son superadoras del modelo de las macroinstituciones, pues su tamaño ofrece mayores posibilidades para la personalización entre sus miembros, y para el establecimiento de un régimen más participativo.

Finalmente podemos decir que las dos cuestiones que hemos señalado en referencia a las actuales políticas para las poblaciones con problemas socio- habitacionales; el fenómeno de sobredimensionamiento de los hogares para adultos mayores autoválidos, y la implementación de éstos a través de una modalidad que atenta contra la calidad de vida de sus residentes; es resultado no sólo de los problemas relacionados con el financiamiento de la políticas sociales (escasez de recursos) sino también de problemas de tipo técnico- políticos. Tales políticas deben ser precedidas por diagnósticos de situación adecuados y actualizados, y de una pertinente selección de las alternativas a desarrollar.

Pero fundamentalmente consideramos que el desafío es el de pensar un nuevo modelo de Estado y de Políticas Sociales, y que el camino adecuado para ello es el que marcan las propuestas impulsoras de un Universalizo Selectivo.

Este desafío no es sólo para los sectores políticos de nuestra sociedad, sino que es un deber fundamental de los sectores intelectuales señalar aquellos cambios necesarios y proponer cómo realizarlos.

BIBLIOGRAFÍA

-Aquín Nora "El Trabjo social en las actuales relaciones Estado-Sociedad". En revista Trabajo Social y pais n°11 -Lo Vuolo R. y Barbeito A. "La nueva oscuridad social" . 1998 -Monk Abraham "Actualización en geronología" Ed. Asociación Gerontológica Argentina.

1997 -Paola Joge "Aportes del Trabajo Social a la construcción del pensamiento gerontológico en la Argentina". En Revista del Consejo Profesional de graduados en Trabajo Social n° 22. 1998 -Rosanvallon Pierre "La nueva cuestión social. Repensar el Estado providencia".

Ed.

Manantial.

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