49 Congreso Internacional del Americanistas (ICA)

Quito Ecuador

7-11 julio 1997

 

María Elena Barral

49º CONGRESO INTERNACIONAL DE AMERICANISTAS.

QUITO, 7-11 DE JULIO DE 1997.

Simposio-Pol 11: Religión y Política: una relación de mutua implicación

Coordinadora: Imelda Vega Centeno

Ponencia :

Sociedad, Iglesia y religión en la sociedad rural rioplatense, 1770-1820

María Elena Barral-Universidad Nacional de Luján (Argentina)

Resumen

La presente ponencia constituye un avance de la investigación en curso que estoy llevando a cabo sobre la acción eclesial en la sociedad rural rioplatense. Los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en este última década sobre historia agraria del Río de la Plata nos ofrecen una imagen de la campaña menos homogénea social, productiva demográficamente que la supuesta hasta ese momento. Toda esta evidencia nos lleva a preguntarnos acerca de la existencia de diversos modos de control y articulación social, en la conformación de la compleja trama social que existe en la campaña. Hasta el momento quienes abordaron investigaciones en torno a la Iglesia en la campaña de Buenos Aires lo hicieron, o bien a partir del estudio del patrimonio de una orden religiosa en particular, existente en la región (en virtud de la mayor accesibilidad las fuentes), o bien desde el estudio de establecimientos rurales eclesiásticos, tomados como estudios de caso, en el marco de la investigación más amplia en torno a la estructura económica y social de la campaña.

Nuestra propuesta consiste en verificar el posible rol de intermediaria rural de la Iglesia, a través del estudio del patrimonio económico de la Iglesia en una región específica de la campaña rioplatense, del análisis en profundidad de dos instituciones ligadas a la Iglesia: el Hospicio mercedario de San Ramón de las Conchas, y la Cofradía de Animas Benditas del Purgatorio de Pilar y del estudio de una práctica poco conocida hasta el momento: la recolección de limosna o cuestaciones.

1. Introducción.

Esta ponencia estudia la acción eclesial en la sociedad rural rioplatense a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Es necesario destacar que la investigación que desarrollo es tributaria de toda una producción historiográfica(1) sobre la campaña rioplatense para este período, cuyos resultados transformaron la imagen prevaleciente sobre la misma en el sentido de haber proporcionado nuevas conclusiones en cuanto a las relaciones sociales y económicas que pusieron de manifiesto una complejidad insospechada. Entre las principales conclusiones de estas investigaciones encontramos las siguientes: varios ecosistemas, algunos potencialmente más aptos que otros, para la producción cerealera; distintas formas de ocupación y tenencia de la tierra; diferentes y extendidas formas de la pequeña producción rural; procesos migratorios de carácter individual y familiar permanentes; un patrón de familias nucleares de reducido tamaño y la presencia también de la familia extensa; escasa proporción de la población viviendo dentro de las estancias, la importancia de los mercados internos y el rol del estado y de las elites. En una reciente balance de esta renovación historiográfica, dos de sus principales hacedores nos dicen que la misma plantea nuevos interrogantes para la historia rural del propio período aquí tratado como sobre su evolución posterior(2). Nuestra investigación entonces puede ser realizada en función de esta renovación a la vez que creemos puede proporcionar nuevas hipótesis a la misma. Se hace necesario aclarar que la región a la que estamos aludiendo no coincide con la extensión del Virreinato del Río de la Plata creado en 1776, los trabajos que se incriben en la corriente descripta se concentran en el estudio de Buenos Aires y el Sudoeste de Uruguay.

Toda esta evidencia, acerca de la sociedad y economía rioplatense, nos lleva a preguntarnos acerca de la existencia de diversos modos de control y articulación social, en la conformación de la compleja trama social existente en la campaña. Eric Van Young(3) hace algunos años se preguntaba "...¿cuáles eran los sostenes sociales y políticos de la hegemonía terrateniente en el campo y cómo se desarrolló día a día la estructura patriarcal tradicional? ¿Exactamente cuáles fueron los mecanismos, tan mencionados del control social en el campo? ¿cómo se conciliaban las diferencias entre blancos e indígenas y entre ricos y pobres a falta de un poder policial bien organizado?..". El autor sugiere que fuera de las grandes propiedades del campo colonial, existe una complejidad mucho mayor a la sospechada por todos y afirma, por último que "...Nuestro panorama histórico de los distritos rurales no estará completo hasta que conozcamos más sobre los intermediarios rurales -sacerdotes, comerciantes provinciales, funcionarios reales menores, arrieros, funcionarios de las haciendas y rancheros- que establecían muchos de los vínculos entre terratenientes y jornaleros sin tierras, blancos e indígenas, productores y consumidores". La investigación en curso pretende responder a algunos de estos interrogantes a partir del estudio de la Iglesia, que hemos definido como un conglomerado de instituciones diversas, en una región específica. Considerar la acción eclesial en esta región donde las estructuras del poder civil están débilmente instituidas, es seleccionar una de las vías privilegiadas para estudiar los vínculos y nexos de los actores sociales presentes en estas sociedades (entre los que encontramos a las instituciones de crácter eclesiástico), que constituyen la política antigua (4)

Hasta el momento quienes abordaron investigaciones en torno a la Iglesia en la campaña bonaerense lo hicieron, o bien a partir del estudio del patrimonio de una orden religiosa en particular(5), existente en la región (en virtud de la mayor accesibilidad las fuentes), o bien desde el estudio de establecimientos rurales eclesiásticos(6), tomados como estudios de caso, en el marco de la investigación más amplia en torno a la estructura económica y social de la campaña. Nuestra propuesta consistió en verificar el posible rol de intermediaria rural de la Iglesia a través del estudio del patrimonio económico de la Iglesia en un área circunscripta de la campaña bonaerense y el análisis en profundidad de dos instituciones ligadas a la Iglesia: el Hospicio mercedario de San Ramón de las Conchas, y la Cofradía de Animas Benditas del Purgatorio de Pilar. Estas dos instituciones, el hospicio formando parte del clero regular y la cofradía ligada al clero secular, tienen una misma función: propagar la fe cristiana en la sociedad rural. Lo que nos interesó analizar fueron las características y consecuencias de su accionar, en otros aspectos de su inserción en la sociedad rural como ámbitos de sociabilidad o de conformación de los poderes locales. En esta ponencia consideramos por último una práctica religiosa presente en la campaña de Buenos Aires y de la Banda Oriental, que constituyó una instancia de expresión de las devociones rurales en el marco del estudio de la religiosidad en el mundo rural, que fue a la vez una empresa de carácter mercantil y considerarla también como una de las vías de acceso al conocimiento de los rituales a partir de su papel de actos de institución que tienden a efectuar una transgresión de los límites constitutivos del orden social y del orden mental que se trata de salvaguardar a toda costa(7): el fenómeno de la recolección de la limosna.

2. Iglesia y economía

Al reconstruir el patrimonio de la iglesia en una área de la campaña bonaerense (los pagos de Pilar, Luján y Conchas)(8) aislamos las variables que consideramos significativas para un análisis comparado al interior del mismo y hacia fuera, es decir, comparamos nuestros resultados con las conclusiones sobre otras unidades pertenecientes a la Iglesia, ausentes en esta región, y con aquellas unidades laicas presentes en la campaña.

Este enfoque de conjunto nos permitió registrar en la zona 14 unidades de propiedad eclesiástica, en las que predomina el clero regular, con 12 unidades, entre las cuales, cinco órdenes religiosas masculinas están representadas. Las mismas abarcan desde establecimientos productivos diversificados en cuanto a su producción y nivel de inversiones, hasta tierras que no conforman una unidad productiva; y desde unidades autónomas con fines misionales y secundariamente productivos, hasta propiedades que superan al establecimiento típico en todos sus aspectos y que tienen un fin prioritariamente productivo(9). Se analizó la extensión del patrimonio territorial, la producción, el arrendamiento, las instalaciones y el equipamiento, la mano de obra, la composición de gastos e ingresos, la evolución económica, la recolección de la limosna y la actividad crediticia (10).

El patrimonio territorial (ver cuadro Nº 1) perteneciente a la Iglesia identificado hasta el momento nos permiten descartar la idea de la gran propiedad como inherente a la Iglesia en esta área. Tomando como referencia el tamaño del establecimiento típico que presenta Garavaglia en su trabajo sobre las estancias en la campaña bonaerense (de 2500 ha. a 1875 ha.)(11), solamente en dos casos, la estancia de la Virgen de Luján y la estancia jesuita de las Conchas, de los establecimientos eclesiásticos analizados, superaría el promedio. Ahora bien, si sumáramos las distintas unidades en manos de cada orden, los betlemitas y fundamentalmente los jesuitas, superarían el tamaño del establecimiento típico. Esto no implica descartar la influencia que la Iglesia en la vida de los pobladores y en la sociedad rural en su conjunto. Por el contrario nos invita a rastrear en diversas y combinadas formas de influencia que no partirán necesariamente de la propiedad de la tierra.

En una mirada desde el interior de la Iglesia, encontramos la misma diversificación que se comprobó para otras órdenes religiosas, como la betlemita y jesuita(12). Por supuesto este análisis, al ser regional no nos permitió observar el patrimonio completo de cada orden, pero en el caso de los mercedarios fue posible verificar la diversificación como estrategia (el hospicio con su estanzuela, la chacra, el arrendamiento). También en el caso de los jesuitas hubo producción directa en la estancia de las Conchas y arrendamiento como una estrategia muy extendida.

Se consideraron también las actividades productivas relacionadas con la agricultura (a través de indicadores directos como la cantidad de cereal sembrado o cosechado, o indirectos como el instrumental utilizado), ganadería (características del stock ganadero (ver cuadro Nº 2) en cuanto a volumen y diversificación) y elaboración de materiales de construcción (hornos de cal o de ladrillos) en las propiedades eclesiásticas. La descripción de la producción en los establecimientos eclesiásticos analizados muestra la misma variedad que en el caso del patrimonio territorial. La estancia de la virgen de Luján, estancia principal de este pago, junto con la estancia jesuita de las Conchas presentan el mayor volumen y la mayor diversificación del stock ganadero. En cambio en las propiedades de los mercedarios y la estanzuela de Pilar se evidencia una disminución importante de volumen y diversificación. Hay obrajes de ladrillos en el hospicio y la chacra mercedaria, y en Luján, aunque no a lo largo de toda la vida de los establecimientos. En cuanto a la producción de trigo, la misma es una práctica corriente, proporcionando más evidencia a las investigaciones en este sentido(13), que se combina con el arrendamiento y la práctica de la limosna como forma de acceso al trigo. Según los trabajos de los especialistas (14), el fenómeno del arrendamiento parece haber sido una práctica a la cual la tanto Iglesia como los propietarios laicos habrían recurrido por diferentes motivos tales como la potencial disponibilidad de mano de obra, la fijación y consolidación de los límites de las propiedades, o el reaseguro de volúmenes constantes de trigo para consumo o como reaseguro mercantil.

En cuanto a las características de las instalaciones y equipamiento de las propiedades eclesiásticas, otra vez, la estancia de la Virgen de Luján sobresale del resto y es un hecho a destacar que sólo esta estancia cuente con atahona. La variedad de herramientas demuestra la diversificación de las actividades productivas de la estancia. Pero vemos cómo las propiedades en manos de la Iglesia no se diferenciarían cualitativamente del resto tampoco en este sentido(15).

Nos detuvimos en el estudio de la mano de obra en las propiedades eclesiásticas: esclavos y peones trabajaron en las unidades productivas en manos de la Iglesia. Analizamos entonces el peso relativo y las características de cada una de ellas en los establecimientos mercedarios (ver cuadro Nº 3) , jesuitas y en las estancias de Pilar y Luján pertenecientes al clero secular. Observamos la presencia de la mano de obra esclava en los establecimientos eclesiásticos, confirmando las hipótesis al respecto y proporcionando más evidencia. Cuando fue posible observarla en movimiento, encontramos esclavos involucrados en múltiples tareas, desde aquellas relacionadas con el mantenimiento, hasta las tareas rurales, en épocas de mayor demanda de trabajo. La contratación de peones también demostró ser un recurso ampliamente utilizado para diferentes actividades, en particular en el caso de los mercedarios.

En relación a esta problemática se han formulado diversas hipótesis como la que ve una tendencia de los propietarios eclesiásticos a mantener una dotación de esclavos durante todo el año, utilizando la misma para tareas artesanales (no estacionales) y así como también para las estacionales, con el objeto de rentabilizar al máximo el uso de la mano de obra esclava (16). La investigación en torno a la mano de obra en las estancias coloniales de la campaña rioplatense (y también del interior(17), sobre todo las eclesiásticas) ha avanzado considerablemente en los últimos años. Una de las grandes conclusiones de estos trabajos ha sido la gran diversificación y combinaciones de opciones en cuanto al acceso a la mano de obra en las propiedades rurales (peones, jornaleros, agregados, arrendatarios, esclavos), y por otro lado, la diversificación en las pautas ocupacionales, complementarias entre sí, de los pobladores de la campaña. Carlos Mayo analiza una de estas opciones, la esclavitud negra en la estancia colonial rioplatense, resaltando su importancia tanto en las tareas estacionales como en las no estacionales. Además de cumplir frecuentemente la función de capataces, los esclavos en épocas de siembra, cosecha y yerra, habrían cumplido las funciones de cualquier peón rural contratado temporalmente (18). Y aunque, si bien está comprobado que en las grandes estancias su uso fue generalizado(19), también se ha observado que pequeños productores propietarios o no de la tierra poseían uno o dos esclavos (20).

Es decir que las recientes investigaciones han relativizado tanto las características de la esclavitud en la campaña en general, no constituyéndose los esclavos únicamente en patrimonio de los poderosos (21). Lo que se observa al interior de la Iglesia, es que si bien la mano de obra esclava estuvo siempre presente (aunque en las propiedades eclesiásticas estudiadas en esta investigación, las actividades de tipo artesanal -que serían aquellas a las que se dedicarían los esclavos en los períodos interestacionales- fueron totalmente marginales), su uso tampoco fue excluyente.

Sólo en contados casos fue posible observar la evolución económica de los establecimientos en un período lo suficientemente largo para preguntarnos sobre distintas "políticas empresariales" aplicadas o no en distintos momentos de la vida de los mismos. Analizamos los casos de la capilla de Pilar (ver cuadro 5) y el hospicio mercedario (ver cuadro 4) donde constatamos un comportamiento deficitario para algunos años y los comparamos con las conclusiones existentes sobre otros establecimientos del área. Es que estos dos casos, el hospicio y la parroquia del Pilar, tienen una función prioritariamente misional, aunque en su interior se hayan desarrollado actividades "económicas". Quizás el déficit observado sea sólo aparente, y se trate de un subregistro, de hecho cotejando los distintos libros llevados por el cura vicario de Pilar, parece evidenciarse esta situación.

Ahora bien, esta situación ¿es producto de una falta de rigurosidad en la tarea de asentar la "vida económica" de la capilla, o el carácter deficitario en algunos años, era deliberadamente buscado, por lo menos en los libros, para resaltar la función religiosa de la institución?. No obstante pensamos que habría una lógica económica de los propietarios eclesiásticos en algunos aspectos diferente a la de los propietarios laicos. Por ejemplo en los establecimientos pertenecientes a la Iglesia, habría "gastos fijos", erogaciones que indefectiblemente se deben llevar a cabo, como todo lo relativo a mantenimiento del culto, los frailes, los curas vicarios o tenientes curas, del claustro y las capillas. Independientemente de cómo sea la marcha de los establecimientos productivos, necesitará comprar y vender, por lo tanto la relación con el mercado tiene características diferentes a aquella que puede establecer un mediano productor quien podría especular con los precios, almacenar, comprarle la producción a sus arrendatarios o pequeños productores.

Se consideró también la composición del gasto y del ingresos en los distintos establecimientos cuando la documentación lo permitió (ver cuadros 6 y 7) , con la intención de conocer las características de los rubros que aportan la mayor proporción del ingreso, como aquellos que suponen un gasto mayor, y de esa manera acercarnos mejor a una definición en torno a la naturaleza de los mismos. Podríamos encontrar algunas similitudes entre el hospicio y la capilla del Pilar, sin duda la función misional era la fundamental en estas dos instituciones. En el hospicio se da una situación bastante original, en el sentido de constituir la actividad crediticia su ingreso mayor, es decir los réditos de los censos que el hospicio otorga, a personas vinculadas a la orden a través de las hermandades, con residencia urbana. También se puso de manifiesto el carácter constante de su oferta de servicio religioso. Al analizar los gastos las similitudes son más visibles, en particular en relación a su gasto mayor, el mantenimiento de la comunidad y la Iglesia. Las continuas reconstrucciones de la capilla, la renovación permanente de ornamentos, además de los gastos inevitables de vino y cera, acercan a esta dos instituciones a esta característica que ya se había comprobado para otros establecimientos (22). El gasto en mano de obra, ya sea manutención de esclavos y contratación de peones, también es considerable.

Unas últimas palabras referidas al Hospicio de San Ramón de las Conchas de la Orden de la Merced (23). Al proponernos dilucidar su funcionamiento interno así como explicar la función específica que tiene el mismo dentro del complejo patrimonial de los mercedarios en Buenos Aires(24), descubrimos una institución cuyas caracerísticas eran totalmente desconocidas en la región. El análisis de inventarios, gastos e ingresos en sus distintos rubros y su evolución económica nos enfrentó a una modalidad de presencia de la Iglesia en la campaña bastante original, ya que el mismo estaba ligado en forma muy secundaria a la producción, su ingreso dominante provenía de la actividad crediticia y no de la inversión en tierra y de la puesta en producción de la misma, así como tampoco de la comercialización de lo que ésta implicaba. El hospicio existió durante 70 años (44 desde su autorización formal), no manifiestó nunca intenciones de enajenación, tampoco evidenció intentos de modificar el rol que tenía la producción en él mediante una política agresiva de inversiones y fue autónomo (desde el punto de vista económico) respecto del convento de la misma orden situado en la ciudad. Esta institución reproducía en su interior (aunque en proporciones muy menores), la estrategia patrimonial de la elite (verificable en distintos lugares de la América colonial para diversas órdenes religiosas), ya que (aunque no necesariamente en forma simultánea): realizaba préstamos, practicaba el arrendamiento, criaba ganado, ocasionalmente se dedicaba a la producción de trigo, trabajaba una quinta, producía materiales de construcción en un obraje, comercializaba productos agrarios, a lo que se le sumaba la prestación del servicio religioso.

Fue, sin duda, un intento de la orden de estar presente en la campaña prestando un servicio religioso, lo central de esta institución

En este primer acercamiento a nuestro objeto de estudio pudimos observar que la variedad de formas de inserción patrimonial que la Iglesia experimentó en el mundo rural fue compleja y variada. Esta variedad se daba dentro de las propiedades de una misma orden religiosa, seguramente como parte de una estrategia patrimonial de diversificación, y en el conjunto de establecimientos eclesiásticos presentes en la región estudiada.

Hay ejemplos de establecimientos productivos eclesiásticos destinados a operar en el mercado regional y/o abastecer el complejo de unidades urbano-rurales de una misma institución con lo cual se va completando el panorama historiográficamente disponible. Pero también se ha demostrado la presencia de otro tipo de unidades con activa intervención en el financiamiento de la economía local y, sobre todo, de una institución cuya finalidad es sólo complementariamente productiva, estando orientada fundamentalmente al desarrollo de las funciones religiosas y dotado de un alto grado de autonomía frente a la sede de poder urbana.

La variedad que hemos podido reconstruir permite advertir que la Iglesia colonial bonaerense no estaba exenta de los rasgos básicos de la estructura agraria regional que ene estos años comenzamos a conocer; en particular, la gran propiedad ganadera no era más que una de sus formas y no la más habitual. Por eso insistimos en que la compleja trama que se ha puesto de manifiesto, obliga a reconsiderar el supuesto historiográfico sobre la incidencia de la Iglesia en la vida social rural del período y las modalidades de esta influencia, no necesariamente desde la propiedad de la tierra.

De esta manera, redujimos la escala de observación para analizar una institución, ampliamente estudiada en distintas regiones de América Latina, pero en la campaña rioplatense nada estudiada, desde la perspectiva que proponemos: la Cofradía de Animas Benditas del Purgatorio(25), erigida en Pilar en 1774.

3. Iglesia y política: su papel en la conformación de los poderes locales

Las cofradías han sido definidas como "un tipo de asociación de fieles (confrates) con fines religiosos o benéficos, dentro y bajo la jurisdicción de la Iglesia regida por estatutos, constituciones u ordenanzas aprobados por el ordinario y a veces confirmados por una bula papal"(26) François Guerra(27) en su caracterización de los actores colectivos de las sociedades tradicionales o de antiguo régimen (quienes desarrollan una acción unitaria, estarían dotados de una coherencia y permanencia mayor que la de los actores colectivos de un tipo moderno y participarían de una cultura específica cuyo conocimiento es necesario para la comprensión plena del individuo que forma parte de ella), incluye a las cofradías. Esta estaría ubicada entre los "grupos que pertenecen a la sociedad civil o eclesiástica, con un estatuto legal y en consecuencia, con sus privilegios"(28).

Es interesante rescatar definiciones teóricas relacionadas con el tema, surgidas del estudio del papel desempeñado por determinadas cofradías en situaciones históricas específicas. Celestino y Meyers(29) estudian las cofradías en la región central de Perú durante el período colonial, y llegan a la conclusión de que las mismas constituyeron uno de los posibles dispositivos de integración adaptativa, en el contexto de la reconstrucción del mundo por parte del campesino, luego de la conquista. Otros autores abordan el estudio de las cofradías para diferentes espacios de la América colonial, como Marcello Carmagnani(30) quien analiza el proceso de reconstitución étnica en Oaxaca, desde diferentes dimensiones del mismo problema (espacio, estrategias económicas, etc.), y cuando se ocupa de las cofradías, las caracteriza no como "refugio de una etnicidad reprimida sino organizaciones estrechamente vinculadas con la dinámica económica y social territorial"(31) participando la misma de una articulación positiva con las tendencias regionales. Dagmar Bechtlolff(32) estudia las cofradías de Michoacán del siglo XVI al XVIII, tanto las que agrupaban a la elite indígena como las de campesinos. Las considera esenciales en la vida social-religiosa de una aldea, y sostiene que estas instituciones tenían la capacidad de actuar con éxito como grupos económicos orientados hacia la ganancia dentro de la sociedad predominantemente criolla(33), y algunas de ellas lograron adquirir una función interétnica y actuar como representantes sociales de las elites políticas y económicas de las poblaciones autóctona e inmigrante(34). Otro trabajo que aborda la problemática para Mesoamérica es el de Chance y Taylor(35), quienes enfocan el estudio de las cofradías en el marco más amplio de la investigación sobre las jerarquías de orden civil y cívico-religioso, y su correcta periodización para cuatro regiones de México (Jalisco, el centro de México, el valle de Oaxaca y la sierra zapoteca de Oaxaca). Para el Alto Perú contamos con un completísimo trabajo de Tristan Platt(36) en el que se pregunta acerca de las características del cristianismo surandino, para lo cual analiza entre otros elementos las cofradías rurales de Potosí a fines del siglo XVIII, sus características, así como también su rol en el ritual de conversión de Corpus Cristi. Por su parte Lockhart califica a las cofradías de América colonial como "elemento organizativo", "que otorgaban a ciertos grupos de la población un lugar de encuentro, festividades comunes, proyectos de grupo, facilidades de ayuda mutua y espíritu de cuerpo"(37).

Más cercano en el espacio es el caso del trabajo de Gabriela Peña(38) en el cual aborda el problema de la integración del indio a la iglesia cordobesa, una de cuyas vías es precisamente la participación en cofradías de indios. Así como la obra de Susan Socolow(39) sobre los mercaderes del Buenos Aires virreinal donde analiza la participación religiosa del grupo comerciante y define a la cofradía junto con la hermandad religiosa, como la organización laica más común en el mundo de la España colonial, cuyo objetivo principal era "promover el culto público a través del patrocinamiento de ritos tales como misas, procesiones de adoración y rezos públicos del rosario(40). Serían según la autora, grupos dedicados a un santo específico, asociados a iglesias parroquiales locales, los cuales "proporcionaban vínculos de unión espiritual y social y servían como sociedades de ayuda mutua a sus miembros", y "brindaban a la Iglesia un grupo de trabajadores laicos dedicados que servían de ejemplo de piedad religiosa a otros y que se ocupaban de tareas tales como vestir a los santos locales y dar fondos para los días de festejos especiales"(41).

Estudiamos la cofradía de Pilar en sus relaciones internas, principalmente de parentesco, así como también la vinculación de sus miembros con la estructura del poder civil a nivel local.

Se analizaron, asimismo, una serie de casos que consideramos los más significativos, de familias y redes familiares dentro de la cofradía para estudiar su inserción en la vida socio-política y económica del pago.

Contamos con las constituciones de esta cofradía para 1857 y nos encontramos con el requisito de limpieza de sangre, para formar parte de la misma: "Se tendrá desde luego particular cuidado, en que las personas de ambos sexos, que hayan de ser admitidas, no solo sean de buen proceder, sino también libres de toda raza , de lo que se procurará hacer antes de la recepción, con todo sigilo, información, pues de este cuidado depende, así la hermosura de la Hermandad, como la paz y concordia de los individuos de ella; que llevarán mal y con razón el haber de alternar, quisa en asiento y empleos con los que se juzgan inferiores"(42).

Nos preguntamos acerca del significado de este requisito restrictivo en un área donde sabemos a partir de diferentes estudios se ha comprobado: un contexto de fuerte crecimiento demográfico, un peso nada despreciable de la población de color, una estructura de tenencia de la tierra donde predomina la pequeña y mediana propiedad y una práctica corriente del arrendamiento. El requisito de limpieza de sangre, constituiría un criterio de selección preciso y claro para la conformación de un ámbito (entre otros) desde el cual, como creemos la elite local intenta construirse.

La parroquia en 1772 y la cofradía en 1774 pueden haber constituido "medios institucionales"(43) viables para la institucionalización y jerarquización de las relaciones sociales por el que está pasando Pilar en la década del '70 del siglo XVIII. Por eso estudiamos a sus los miembros en sus relaciones internas, así como también su intervención en la vida socio-política y religiosa del pago.

Entre las 90 personas que componen la cofradía (51 hombres y 49 mujeres), hay 20 matrimonios. Hombres y mujeres se encuentran registrados en el libro de la cofradía separadamente por su nombre de pila y también pagan la luminaria en forma separada (44)

Lo verdaderamente llamativo es la relevancia que adquiere el denominado parentesco espiritual, ya que el compadrazgo se manifestó como la relación predominante.

Ahora bien, ¿cuál es el significado de este parentesco ritual, espiritual o simbólico?. En el caso contemporáneo analizado por Foster(45) (Tzintzuntzán, México, 1960), conceptualiza a la familia como "mecanismo primario de una posición estable dentro de la comunidad" a la vez que suministro de un sistema de manipulación de los vínculos sociales, pero sólo como primer paso en el proceso de construcción de una malla de vínculos viables con los demás". Será necesario sumar a las relaciones familiares, las de amistad y vecindad, que constituyen sistemas más flexibles que el de parentesco y luego si se quiere mayor firmeza en la estructura de la relación, se recurrirá al compadrazgo. Este constituiría una institución que proporciona la formalidad y continuidad del parentesco, y la libertad de elección de la amistad. Sostiene Foster que "casi todo el mundo, en mayor o en menor grado, parece usar el compadrazgo para fortalecer o consolidar su posición dentro de la comunidad". Estaríamos de acuerdo con él en sentido de que los lazos de compadrazgo son más importantes que el lazo padrino-ahijado, siendo el niño o niña casi una "excusa" para establecer la relación de compadrazgo entre los adultos. En un trabajo muy anterior, el mismo autor se había planteado un trabajo comparativo de las cofradías y el compadrazgo entre España e Hispanoamérica, basándose en la idea de grupo de cooperación mínima necesario para el funcionamiento de la vida diaria(46). Al analizar estas dos instituciones, a las que caracteriza como funcionalmente similares, en cada espacio seleccionado para la comparación, observa un peso mayor de las cofradías en España, y una mayor importancia del compadrazgo en el caso de Hispanoamérica. Sostiene Foster Ambos ( el compadrazgo y las cofradías-gremio ) hacen de los miembros partícipes de un endo-grupo (in group) que ayuda en épocas de necesidad social, religiosa y económica y que ordena las relaciones con otras personas, dentro y fuera de la propia clase social y grupo étnico(47), a lo que agrega Ambas instituciones fomentan la moralidad por medio de obligaciones recíprocas y patrones de acción, y ambas facilitan la ley y el orden, como queda indicado(48). Si quisiéramos aplicar las conclusiones de Foster para el caso de Pilar que aquí analizamos, considerando a las mismas como hipótesis de trabajo, nos encontraríamos con una concentración importante de medios de integración u organización, o grupos de cooperación. Quizás esto se deba a la ausencia de estructuras socio políticas sólidas fuera de las eclesiásticas, que por otro lado son relativamente nuevas, aún cuando creemos que el compadrazgo se daba en el conjunto de la comunidad, y no solamente entre los miembros de la elite o solamente en parte de la misma.

Pitt Rivers(49) advierte justamente sobre la importancia religiosa del vínculo, sin la consideración de la cual no se puede comprender el significado de la institución, al punto que la prohibición del incesto se extiende no sólo a la relación de padrinazgo sino también a la de compadrazgo. Ser compadre es ser uno de la familia, entre los compadres existen obligaciones recíprocas, "el compadre es, como en América, la persona por excelencia a quien se le pide dinero prestado. No puede negarse a prestarlo, ni tampoco a devolverlo. Pues el compadrazgo impone el deber de cooperación de un modo que no impone el parentesco".

Lockhart(50), por su parte, sostiene que el compadrazgo habría sido utilizado "para reforzar los vínculos existentes dentro del mismo grupo étnico".

Pero además la misma evidencia del compadrazgo como la relación de parentesco espiritual más frecuente en el caso analizado, se complementa con el "fenómeno de la ayuda recíproca en las tareas rurales" que menciona Garavaglia(51), que entre otros vínculos se asentaría en los de paisanaje (los cuales tendrían suma importancia en el proceso de ocupación del espacio) y de parentesco. Los mismos, dice Garavaglia, "deberían influir sobremanera en las relaciones de reciprocidad campesina al momento de las grandes tareas como la yerra y la siega".

Por otro lado, cuando Raúl Fradkin estudia el arriendo en Buenos Aires durante el siglo XVIII (52) y las normas que lo rigieron (entre las cuales la "costumbre del pays" tiene un peso importantísimo), advierte sobre el hecho de que el mismo "no es una relación estrictamente individualizada que se establece de modo aislado entre propietario y poblador". El autor considera que el arriendo encierra formas de mediación y articulación, es decir, es en general otro arrendatario probablemente más antiguo el que media (que podemos encontrar recaudando arriendos o bien, desempeñándose como Alcalde de la Hermandad, oficial de milicias o comisionado de justicia). Entre los arrendatarios que pueblan las tierras de un mismo propietario "se traman una serie de relaciones que en algunas circunstancias pueden haber operado como una red social de protección ante otros y de jerarquización entre ellos".

Son evidencias que concurren, desde distintas fuentes y distintas preguntas y contribuyen al logro de una imagen de la vida social de la campaña cada vez más enriquecida.

La idea de "red de relaciones sociales"(53), para representar un complejo conjunto de interrelaciones en un sistema social, creemos que puede resultar una buena herramienta de análisis (en el marco de un uso ecléctico de conceptos y modelos(54)) para dilucidar algunas de las vinculaciones de nuestros cofrades.

Para dar algunos ejemplos relativos a la intervención de los miembros de la cofradía en la vida religiosa, social y política del área, adjudicamos el rol de punto de anclaje de las redes a quienes llegaron a cumplir funciones políticas en el cabildo de Luján o fueron alcaldes de Hermandad, ya sea nombrados por el Cabildo de Luján o por el Cabildo de Buenos Aires. De algunos de ellos contamos con una importante información debido justamente a lo relevante de su inserción en la vida social y política de la campaña.

Consideramos en primer lugar aquellos miembros de la cofradía que cumplieron funciones políticas tomando en cuenta la inserción a nivel individual de cada cofrade: 15 de los 51 hombres que están en la cofradía ocuparon cargos en el cabildo de Luján o fueron alcaldes de Hermandad en la región, es decir casi el 30% de los que estarían en condiciones de hacerlo. Este número adquiere relevancia en primer lugar por lo acotado de la disponibilidad de cargos (55) y porque además, en varios casos una misma persona se repite en el ejercicio de un cargo, o a lo largo de su vida ocupa varios cargos en la estructura de poder a nivel local (56). Es necesario destacar que entre 1763 y 1821 estas 15 personas ocupan los cargos civiles 57 veces, pero desde 1770 lo hacen 51 veces, concentrándose en los quinquenios 1773-1777 (9 veces), en 1788-1792 (10 veces) y 1793-1797 (10 veces). Estos datos refuerzan nuestra hipótesis en relación a la constitución de la parroquia y la cofradía acompañando el proceso de institución de lo local y la paralela construcción de la elite.

Volviendo al análisis hacia adentro de la cofradía, entre los miembros de la misma que ocuparon cargos políticos, pudimos constatar relaciones de parentesco natural, pero otra vez lo predominante es el espiritual(57).

Es visible a partir de la descripción anterior que la inserción de estas personas en la estructura de poder a nivel local, no es individual, sino que forman parte de una red, en la que el compadrazgo como mecanismo de ampliación de la familia, juega un rol decisivo.

Presentamos tres ejemplos de redes sociales. algunos de cuyos miembros ocuparon cargos en las estructuras del poder civil en el plano local (58).

En la cofradía encontramos a Juan Pablo y Ventura López Camelo. El primero fue regidor del cabildo de Luján en los años 1768, 1775, 1787 1793 y 1795, y en 1787 y 1794 fue alcalde de Hermandad designado por el cabildo de Buenos Aires. Fue capitán de milicias. En la Cofradía es seis veces compadre de bautismo, cuenta con esposa (Juana Paula Cheves), un hermano (Ventura López Camelo), su suegro (Juan José Cheves), y dos cuñadas (Cayetana Ramírez de Velasco e Hipólita Melo). Su esposa, Juana Paula Cheves, en las confirmaciones de 1795 es madrina en 5 oportunidades de hijos de miembros de la Cofradía (es comadre varias veces de José Antonio Burgueño y su segunda esposa, Paula Aguirre, además de ser madrina de dos esclavas de su propio esposo Juan Pablo). En el censo de hacendados de 1789 , aparece con el título de don y es propietario de 2500 varas de tierras por legua y media de fondo, más 4100 varas de cabezadas, y de 2000 cabezas de ganado vacuno. Junto a Ventura compran a Pinazo 15000 varas de tierra.Ventura López Camelo es alcalde de hermandad por Pilar 1774, en 1780 es alguacil mayor del cabildo de Luján, regidor decano del Cabildo de Luján en 1788, 1794, 1797 y 1800, alcalde de Pilar por el cabildo de Buenos Aires en 1786 y 1789 (es el encargado de llevar a cabo el censo de hacendados en el que no figura). Es compadre de bautismo y de confirmación (del hijo de su hermano Juan López, casado con Hipólita Melo, aquí se refuerza el parentesco natural con el espiritual), tiene un hermano, dos cuñadas, dos consuegros (Francisco Borja Fernández y Juana Jacinta Burgueño), y una nuera (María Mercedes Hernández). En 1789 (cuando es alcalde) da 50p para pintar y dorar el camarín de la virgen, y en 1797 (cuando es regidor del Cabildo de Luján) administra los fondos para la construcción del nuevo templo.

Juan José Cheves (suegro de Juan Pablo López Camelo, padre de Juana Paula Cheves) es cabildante en Luján en los años 1769, 1771, 1773, 1774. En el censo de 1789, aparece con el título de don y es dueño de 1550 varas de tierra por legua y media de fondo, más 2100 varas de cabezadas y tiene 1000 cabezas de ganado vacuno. Bautiza en caso de necesidad (1772), recoge y da limosna en 1788, 1790, 1792, 1793, 1795, 1796, 1797, 1799 y 1800. Dentro de la cofradía tiene a su hijo y a su yerno. También está presente en la cofradía María Lumbida, esposa de Juan Antonio Cheves, con sus cinco hijos (Santiago, Francisco, Joaquín, Gregoria y María). Joaquín Cheves es mayordomo de la Virgen en 1794.

Un caso muy interesante es el de Manuel Lamadrid quien recoge limosna para la Iglesia en 1784, 1786, 1787, 1789, 1792, 1794, 1797, 1799 y 1800, está encargado de la estanzuela de la virgen en 1789 (junto a Joaquín Lamadrid) y es uno de los mayordomos de la virgen que deben costear la fiesta patronal en 1794. Por otro lado, además de ser alcalde, en el año 1787 es fiel estanquero (vende públicamente tabacos y naipes)(59) y en el año 1792 es principal propietario de ganado para el abasto, con 2 envíos de 103 novillos(60). Es uno de los que tiene más relaciones de parentesco dentro del grupo que accede al poder local (es compadre de Viñales y Márquez, está emparentado con los López Camelo), es más veces compadre dentro de la cofradía (siete veces) y tiene más ahijados sin relación visible con miembros de la cofradía (por lo menos 23 ahijados, entre 1770 y 1790). Además su esposa es la que más veces es comadre dentro de la cofradía (11 veces).

Diana Balmori, Stuart F. Voss y Miles Wortman(61) en su obra sobre "las redes de familias de notables" en América Latina a lo largo de tres generaciones (desde finales del siglo XVIII hasta fines del XIX), y el rol de las mismas en la formación del país. En este trabajo se desarrollan una serie de conceptos y de caracterizaciones que creo ilustran muy bien el caso de la cofradía de Pilar que estamos estudiando. Dicen los autores: "Las redes de familias eran asociaciones de familias aliadas por razones de comercio, casamiento, proximidad espacial y más tarde por ser miembro de diversas organizaciones (...) Aunque no necesariamente notables de origen estas familias utilizaban el proceso de amalgamación familiar para conseguir notabilidad". Refiriéndose a la ausencia de estructuras socio-políticas durante el siglo XIX expresa que "mediante sus propias adaptaciones creativas a esta situación crearon una red que funcionaba como una organización social en sí". Además señala el hecho que la notabilidad "estaba ligada al hecho de ser miembro de la red". A las cofradías de elite, sólo accedían las familias "más estimadas", se imponía así una estratificación al existir un esquema de admisión restrictivo. Eran estas redes de familias, ligadas entre sí por lazos de parentesco, las que regulaban el status social dentro de iglesia y cofradías, además de dominar el gobierno secular en los cabildos.

Creo que si bien hay que ser cuidadoso cuando comparamos el Río de la Plata con otras regiones de América, por su posición periférica dentro del imperio español, igualmente la comparación debe hacerse tanto para buscar rasgos comunes, como para encontrar especificidades. La campaña bonaerense participa de ciertos rasgos mencionados como la débil presencia de estructuras sociopolíticas, elites locales en formación a fines del siglo XVIII que pueden considerarse "redes de familias de notables", y además una Iglesia con una modalidad de inserción diversificada, la cual creemos constituyó uno de los posibles articuladores sociales de la campaña boanaerense.

4. Religiosidad, economía y política

Analizamos, en la búsqueda de la respuesta al papel desempeñado por la Iglesia en la sociedad rural rioplatense en relación a los procesos de articulación social y con el objeto de acercarnos al conocimiento de las formas de religiosidad en este mundo rural, una práctica, que como veremos encierra diversas dimensiones, entre ellas la religiosa y la mercantil: la recolección de limosna o las cuestaciones(62). Esta práctica, además puede ofrecernos un ejemplo del entrecruzamiento de los aspectod religiosos, políticos y económicos. Es preciso destacar que para el estudio de este fenómeno ampliamos la escala de observación en parte por lo disperso de la documentación y porque la misma práctica se va a caracterizar como trataremos luego por su amplitud geográfica 63).

Para ofrecer una imagen más precisa de la densa trama que se construye a partir de la limosna, considero necesario presentar un cuadro general(64) (ver Cuadro Nº 8) que resume gran parte de la información con la que contamos hasta el momento. La misma se refiere a las instituciones o personas pertenecientes a las mismas que recolectaban limosna, ordenadas cronológicamente, indicando el lugar de residencia de las instituciones, el lugar adonde se habrían trasladado para solicitar la limosna, el fin predeterminado que tendría lo recolectado y en los casos que fue posible, la composición cualitativa de la misma (limosna de trigo, ganado, dinero, etc.).

En el Cuadro 8 observamos la presencia del clero regular representado por conventos y hospitales de distintas órdenes religiosas masculinas y femeninas, (mercedarios, betlemitas y franciscanos, y catalinas y capuchinas), además de instituciones del clero regular en manos de franciscanos y mercedarios como el Colegio de Misioneros de Propaganda Fide de San Carlos de Carcarañá, y el Hospicio mercedario de San Ramón de las Conchas. Las solicitudes de permiso para pedir limosna con destino a dote para monja catalina y capuchina son también frecuentes. El clero diocesano participará de esta práctica, tanto las parroquias o capillas urbanas como rurales, junto a instituciones laicas, como las cofradías, ligadas al clero secular y regular que operaban en el plano eclesiástico, y aquella con fines específicos como la Comisaría de la Tierra Santa de Jerusalén. Los ejemplos con que contamos nos permiten advertir la variedad de instituciones que recurren a la limosna, al punto que una institución de carácter civil como el cabildo, también solicita limosna para el sustento de los presos de la cárcel.

Pero además estos 43 casos, ponen de manifiesto la amplitud geográfica de la práctica. Conventos u hospitales con sede en la ciudad de Buenos Aires, recogen limosna en esta misma ciudad, en la campaña y en la Banda Oriental, al igual que los limosneros de las capuchinas y la catalinas. A las aspirantes a monja de estos monasterios se le autoriza a pedir limosna para su dote en los mismos sitios, al igual que algunas cofradías urbanas y rurales. Los limosneros de la Parroquia de Luján piden limosna en los partidos de Magdalena y San Vicente, pero además en la Banda Oriental, y llegan hasta Córdoba. Mientras el mayordomo de la virgen y sus dependientes de la parroquia de Guadalupe de Santa Fe exhiben una licencia dada por el Obispo, para pedir limosna en Buenos Aires y su distrito, Corrientes y su distrito, Córdoba y su distrito, Santa Fe y su distrito, Paraguay y su distrito y Misiones y su distrito. El Colegio de misioneros de San Carlos de Carcarañá también en el distrito de Santa Fe, solicita licencia para pedir limosna en la Banda Oriental. En el partido de los Arroyos se recolectaba limosna para un convento franciscano con sede en Mendoza; en Coronda y Bajada del Paraná para un Hospital betlemítico también de Mendoza, y en Santa Fe y Paraná los betlemitas de Córdoba hacían lo suyo a través de sus limosneros. Si buscáramos ejemplos más sorprendentes los encontraríamos, como el caso del Predicador General de la Pcia. de Canarias solicitando limosna en la jurisdicción del Virreinato del Río de la Plata para la reedificación del templo y santuario de Ntra Sra. de la Candelaria en Tenerife. O bien los comisarios y vicecomisarios de Tierra Santa de Jerusalén pidiendo limosna en Buenos Aires para el sostenimiento de los conventos franciscanos de Tierra Santa.

Ahora bien, los fines piadosos para los que será destinada la limosna muestran la misma heterogeneidad, ya que las limosnas recogidas se invertirán tanto en festividades religiosas, fábrica de Iglesias, mantenimiento de las comunidades u hospitalidades, dotes para monjas, venta, pago de salarios a los participantes de las cuestaciones, mantenimiento de los pobres de la cárcel, socorro, defensa y alivio de la Tierra Santa de Jerusalén, como en la beatificación y canonización de Fr. Francisco Camacho.

Luego de presentada la problemática y demostrada su regularidad, la variedad de instituciones que participan en la misma, la amplitud del espacio geográfico que controla y la diversidad de fines para las que se solicita, se procedió a otra forma de evaluación de la presencia y vigencia de la recolección de la limosna en determinados establecimientos eclesiásticos a lo largo de un periodo de tiempo.

La información proporcionada por los libros de cuentas (de recibo y gasto en el caso del clero regular, y de fábrica en el caso del clero secular) permiten indagar en el largo plazo acerca del lugar ocupado por la limosna en instituciones eclesiásticas determinadas, los montos de la misma, los porcentajes que representa en el conjunto de los ingresos de estos establecimientos, así como también la relación entre la recolección de la limosna y actividades productivas estacionales. En este sentido profundizamos en el conocimiento y comprensión de la práctica en dos propiedades mercedarias (el Convento Grande de San Ramón de Buenos Aires(65) y el hospicio de San Ramón de Las Conchas(66) ) y en una del clero secular: la Parroquia de Pilar(67) a la que hicimos referencia en la primera parte de esta ponencia.

El análisis de la recolección de la limosna desde el interior de estos establecimientos o instituciones eclesiásticas evidenció la permanencia de la misma en el mediano y largo plazo (ver cuadro Nº 6) y en el caso la parroquia de Pilar (ver cuadro Nº 7) , se puso de manifiesto la importancia que la limosna (especialmente de trigo) (ver cuadro Nº 9) tiene para el mantenimiento de la institución a lo largo de 30 años, pero fundamentalmente entre 1784 y 1803. Merece remarcarse además, la intensidad que adquiere en determinados años esta actividad, donde pudimos observar a varios miembros de una orden(68), en algunos casos acompañados de peones, pidiendo limosna. La diversificación de los productos recolectados (69), si bien más acentuada en las propiedades mercedarias es un rasgo a destacar, como también lo es la estacionalidad de la práctica en el caso del trigo y del ganado(70). El destino de lo recolectado por vía de la limosna es el mantenimiento de los establecimientos estudiados, si bien en el caso de Pilar el trigo recogido se comercialice en la ciudad de Buenos Aires, para luego utilizar el producto de la venta también como medio de sustento de la parroquia. La recolección, como desarrollaremos en profundidad más adelante está a cargo de hermanos legos, quienes contratan peones limosneros y de limosneros o laicos.

Dos conflictos judiciales, uno de ellos que tiene como escenario la Banda Oriental en 1784 (cuando se inicia el litigio) y el otro en la campaña bonaerense (Luján y Magdalena) en 1836, aportan valiosa información en cuanto a la forma en que se organizaba esta actividad que en algunos aspectos podríamos decir, asume el carácter de empresa mercantil.

En relación a este tipo de fuentes dice Arlette Farge Expresan lo que nunca hubiese sido pronunciado de no haberse producido un acontecimiento social perturbador. En cierto modo, expresan un no-dicho. En la brevedad de un incidente que provoca desorden, explican, como eso ha podido existir, en su vida, entre la vecindad y el trabajo, en la calle y las escaleras (71). Esto es precisamente lo que ocurrió con la limosna: sabíamos que existía la práctica por fuentes indirectas, pero sólo a través de esta documentación pudimos conocer muchas de sus características.

El primero de los conflictos se inicia en julio de 1784 y dura hasta por lo menos diciembre de 1785, su eje central es la recolección de limosna o las questaciones en la Banda Oriental (72) y nos informa muy bien acerca de algunos aspectos hasta el momento ignorados sobre esta práctica. El conflicto gira alrededor de la recolección de limosna llevada a cabo por el Capitán de Milicias Dn Juan Bentura Díaz (natural de Chile, de 44 años, vecino de Corrientes, con fincas en Corrientes y Santa Fe), en un amplio espacio (Buenos Aires y su distrito, Corrientes y su distrito, Córdoba, Santa Fe, Paraguay y Misiones, además de lo pedido en la Bahía del puerto de Montevideo a las embarcaciones que se hallaban ancladas allí) si bien el conflicto tiene su epicentro en la Banda Oriental. La limosna se colectaba desde 1779, para la fábrica de la Iglesia de Santa Fe de la Vera Cruz a la vocación de Ntra Sra de Guadalupe con el título de Luján (Díaz era el Mayordomo de la Virgen Santísima de Luján, título de Guadalupe). Se cuestiona la validez de la licencia con la que contaba Díaz para pedir limosna (dada por el obispo Dn Sebastián Malvar y Pinto y por el síndico de la Iglesia de Guadalupe de Sta Fe, Dn Francisco Antonio de Vera y Mujica, en 1779), se condena la conmutación de votos y promesas por plata, se quieren encontrar sin éxito prácticas idolátricas (por las preguntas realizadas a los testigos) y fundamentalmente se pone de manifiesto toda una red de capataces, peones limosneros y novenantes, en la que tenían intervención curas y frailes, así como también importantes sumas gastadas de la limosna en contratación de mano de obra para estos fines y cantidades también importantes de limosna en especie (fundamentalmente ganado equino). El conflicto adquiere tales dimensiones que hasta el capellán y administrador del santuario de Ntra. Sra de Luján, en la villa del mismo nombre, Dn Gabriel Josef Maqueda, levanta su queja, pide que se detenga a Díaz y se le embarguen los bienes. Díaz es apresado junto a sus agregados y peones, y de las declaraciones en la indagatoria de estos es la mayor parte de la información.

El conflicto termina al pagar la fianza Díaz quien es dejado en libertad en marzo de 1785, pero la fianza se cancela en noviembre del mismo año (gracias a la mediación ejercida por Vera y Mujica ante Maqueda) y se le impone la obligación de llevar el producto de la limosna (ganado que quedó a cargo de Dn Ignacio Acosta en Bequeló cuando Díaz se detenido en julio de 1784) a la Parroquia de Guadalupe en Santa Fe (el que no se hubiese sido dado expresamente para la virgen de Luján), pero cuando Díaz quiere llevar a cabo dicha obligación se encuentra con que el ganado no está porque se ha esparcido debido al dilatado tiempo que estuvo preso.

El otro conflicto(73) es llevado a la justicia en 1836, tiene como escenario la campaña bonaerense (los partidos de Luján, San Vicente y Magdalena) y como protagonistas a la Mayordoma de la Cofradía de Ntra. Sra del Rosario reestablecida en la Parroquia de Luján en estos años (Da. Victoria Pereira y Mariño), al Síndico de la misma parroquia (Dn Salvador Aguirre) y a los limosneros designados por ambos que recorren la campaña (Dn Laureano Oliver y Dn Silvestre Fragosa). El expediente comienza con el reclamo realizado por la Mayordoma Da. Victoria Pereira y Mariño (13-8-1836), quien fue facultada por el Supremo Gobierno tanto para el restablecimiento de la cofradía, como para la recolección de limosnas, cuyo destino manifiesta ser la realización de la función anual, para lo cual nombró limosneros en los distintos departamentos de la campaña. Uno de ellos fue Dn. Laureano Oliver, quien cuenta con el permiso para la recolección de la limosna y sobre el cual la mayordoma Mariño informa que:

Este individuo cuando ya iba a recoger la subscripción del segundo se encuentra con el obstáculo de que un limosnero de los nombrados por Dn Salvador Aguirre, vecino de esta villa y Síndico de la parroquia empezó a desparramar voces de que el limosnero Oliver era un ladrón y que la limosna debía ser para la patrona y no para el Rosario.

Da. Victoria hace gestiones ante el Sr Provisor y Obispo diocesano para que Aguirre le de la mitad de la limosna recolectada, se queja de que la cofradía que está a su cargo no tiene otros fondos que las limosnas, y que no va a tener con qué hacer la función anual. Asimismo pone a disposición del Jefe de policía (a quien está dirigido el reclamo), a sus limosneros que se encuentran en diferentes puntos de la campaña, aunque manifiesta que el informe del Illmo Sr Obispo diocesano debe bastar porque urgiendo los momentos en que debo hacer los preparativos y necesito los fondos.... Por último pide que se cite a Salvador Aguirre. Este, junto a Dn Silvestre Fragosa (su limosnero) contestan el 2-9-1836 a la mayordoma negando haber acusado a Oliver de ladrón, aunque relatan que al dirigirse Fragosa a pedir limosna en el partido de Magdalena, sabiendo que no había otro limosnero en el sur que pidiera para la virgen de Luján, lo sorprendió la situación de enterarse que había otra persona recolectando limosna para esta virgen. El 7-10-1836, la mayordoma se dirige al Juez de 1ª Instancia (Dn Roque Sáenz Peña), a quien informa haber acudido al Jefe de Policía para lograr la restitución de la limosna, conocer la contestación que hacen Aguirre y Fragosa (en consorcio), y haber sido derivada por el jefe de policía al juez ante el que inicia la demanda contra Aguirre. Se citan a juicio verbal a las partes y el mismo comienza el 17-10-1836. Comparecen al juicio Da. Victoria y Fragosa, y este último acepta parte de la acusación de la mayordoma de haberse apropiado de la limosna para Ntra. Sra de Luján, ya que manifiesta que sólo había recibido perteneciente a Ntra. Sra del Rosario cinco animales vacunos y cinco yeguarizos. El Juez determina que se oficie a los jueces de Paz de San Vicente y Magdalena, para que comparezcan los individuos que constan que han dado limosna para testificar, procedimiento que efectivamente se lleva a cabo. El expediente termina cuando el juez determinó que se oficie a los jueces de Paz de los partidos afectados para que hiciesen saber:

a los vecinos que habían dado limosna para Ntra. Sra del Rosario de Luján y Dn Laureano Oliver había sido autorizado lo bastantemente para solicitarla y que en su virtud podían entregarla ya a él o a la persona que comisionase Da. Victoria Mariño, avisándose también que estando Silvestre Fragosa comisionado para recolectar limosna para Ntra. Sra de Luján los vecinos, que conservaran en su poder las ofrecidas, podían entregarla a este si fue su intención hacer la limosna a esta Señora, o a Da. Victoria o a quien le represente en caso de serlo la del Rosario de Luján

Estos litigios nos permiten observar cómo una práctica, en torno a la cual hemos constatado, su regularidad en el tiempo, el recurso que se hace de la misma desde un amplio abanico de instituciones (constituyendo en algunos casos ingresos considerables) y que une puntos geográficos en ocasiones muy distantes, además genera una intensa circulación de bienes(74), mercancías, dinero, personas e información.

Vemos como solamente una de las 43 instituciones que pudimos detectar participando de esta práctica, genera la circulación de ganado, plata, lienzos de algodón, lana de la tierra, que se acaba de describir, en un amplio espacio. Pero ésta, no es la única institución que genera circulación de bienes. Además sabemos que en Pilar entre 1784 y 1802 se recolectan 212 fanegas de trigo. En el Hospicio entre 1780 y 1783 se registran en el recibo 97 ½ fanegas de trigo, 382 ovinos, 6 vacunos, 3 equinos y 2 ½ fanegas de maíz, para otros años se registra la limosna en reales y en la mayoría de los casos, como ya ha sido explicado la limosna se realizó aunque no se registre lo colectado en el ingreso. Esta situación es la que se da en el Convento Grande de San Ramón de Buenos Aires, desde el que partieron limosneros en busca de trigo, ganado, maíz, porotos, cebollas, sal y leña. En 1836 las limosnas recolectadas en el partido de San Vicente para la virgen de Luján o del Rosario de Luján, consisten en 48 animales entre vacunos y equinos(75).

Otro aspecto que se trata con mucho detalle en el expediente de 1784(76) es el relativo a la contratación de peones limosneros. Algunos de ellos están presos junto a Gerónimo Querencio, y a otros se los menciona en camino a Paraguay. Según la primera declaración de Díaz (agosto de 1784), uno de los capataces de la hacienda se llama Felipe Ríos, y tiene 25 peones, y el que marcha con la hacienda de Paysandú se llama Pedro Morales y lleva 8 peones en su compañía. Estos datos nos van dando una idea de la magnitud de la empresa, que se articula alrededor de la limosna. Hay datos certeros en cuanto a que parte de los bienes de la limosna eran utilizados para la manutención de los peones(77). Además en una posterior declaración, el mismo capataz aclara, que cuando entró conchabado con Dn Bentura Díaz hizo promesa de hacer gracia a la virgen de Luján la mitad de su trabajo lo que hace presente para que llegado el caso que se le pague su trabajo se descuente la mitad de él como perteneciente a la virgen en virtud de la promesa que había hecho. Los novenantes también comen, viven y se visten de la limosna, aunque aclara que sólo visten de este dinero los que de esta clase hace un año que sirven a la virgen y los demás sólo la manutención. Ya se puede percibir cómo junto a las características mercantiles, existen cualidades sólo explicables por constituir ésta una práctica religiosa, como el fenómeno de la conmutación de votos que más adelante analizaremos. Las prestaciones de trabajo por un período de tiempo determinado, parecen haber sido uno de los medios para el pago de promesas o votos realizados a la virgen.

En relación a otros rasgos mercantiles de la recolección de la limosna, contamos con un cuaderno de 5 fojas que contiene los gastos y sueldos que Juan Bentura Díaz ha pagado a los peones y por su orden Gerónimo Querencio que todo asciende a 848p 7r (sueldos 756p y manutención de 1 día 92p 7r). Es una lista del año 1784 de peones por cuenta de la virgen de Luján, que suman 29, todos cobran 5p por mes, con excepción de los capataces que cobran 6p, el indio caballerizo que cobra 7p, y el único que detenta el título de don, Dn. Bartolo Mendoza, cobra anualmente 50p(78).

También este expediente da testimonio de otras cuentas, en las que se detallan los pagos que van percibiendo los mismos peones y las fechas de ingreso de éstos, que coinciden en la mayoría de los casos(79). Analizando las cuentas, se constata, la permanencia de la mano de obra contratada de 6 a 7 meses, así como también la uniformidad en cuanto a la forma de pago (en plata y en especie). Se puede presumir que el ganado entregado como salario es parte del que se da de limosna y es probable que la plata provenga de la venta del ganado. En una presentación que hacen los 10 presos encabezados por Gerónimo Querencio en noviembre de 1784, toman distancia de Díaz al expresar que, se habían acercado a la Santa Obra de la recolección de la limosna para la Virgen de Luján pero sin saber que Díaz llevaba a cabo tal actividad sin licencia. En la misma instancia, se detallan las distintas calidades de los que acompañaban a la virgen: Gerónimo Querencio, capataz; Juan Bentura Chaparro y Juan Marcos Duarte, como agregados; Juan de Castro como novenante, Calixto Morales como sirviente de devoción por un año; y los restantes (Valentín Querencio, José Ignacio Sotomayor, Bautista Díaz, Bartolo Vera y José de Salcedo) como peones.

Es necesario destacar aquí, que las contabilidades relativas a la mano de obra revisten las mismas características que las de cualquier establecimiento productivo colonial. Es decir se anota la fecha del ingreso del trabajador, el período trabajado y los adelantos efectuados del salario tanto monetario como en especie. Pero además de estos trabajadores, hay otras personas que acompañan a la virgen que no están en los libros de cuentas, o sólo está parte de su trabajo, como los agregados, novenantes o sirvientes de devoción y muchos de ellos se encuentran cumpliendo votos o promesas.

La conmutación de votos constituyó una de las principales preocupaciones del conflicto de la Banda Oriental de 1784. Esta actividad estaba explícitamente autorizada por el obispo y a ella se refiere el Padre Maqueda, capellán y administrador del Santuario de Ntra. Sra de Luján(80), en la presentación donde pide la integra justificación de V. E. de mandar retirar al que las ha recogido, prohibiéndole el que continúe en su demanda, tomándose una razón de los votos que ha conmutado para revalidarlos si fuese necesario o tomar algún otro temperamento en la materia a fin de aquietar y asegurar la conciencia de los fieles. Una de las incógnitas a resolver en los interrogatorios, fue la conmutación de votos. En el que se le hace a Díaz, él declara haber conmutado votos porque así lo permitía la licencia con la que contaba, firmada por el obispo en 1779: mandó el Illmo. Sr Obispo ahora nuevamente a conmutar los votos, novenas, promesas, visitas, mandas forzosas que habían hecho e hicieren a Ntra. Sra de Luján. Se conmutaban votos y promesas con plata, con trabajo y con especies. Sabemos que algunos de los que acompañaban a la virgen eran sirvientes de devoción tal como lo expresara Querencio, él mismo, si bien era capataz, manifiesta que la mitad de su paga era para la Virgen. También hay constancias que hace Díaz como las que siguen:

Hoy día 20-4-1783 recibí a Dn Mariano Medina por un año de esclavitud que debe a la virgen de Luján y para que en lo venidero si Dios me llevase de este mundo a la eternidad se sepa lo que dho Medina tenga servido a la Reina de los Cielos y tierra con la advertencia que dho mayordomo deberá mantenerlo y remediarle sus necesidades que es fecho en la ciudad de Montevideo en 20-4-1784 (firma Díaz). Pedro Selestino entró el 21-4- a servir a la Virgen de Luján 4 meses que le debía a la reina de los cielos y tierra. Recibí de Dn José Artola 3 p en plata por 15 días de servicio que debe a la virgen de Luján

Pero además contamos con una lista de 9 personas (5 mujeres y 4 hombres), que pagan su promesa, pagan su romería o cumplen su romería(81). Serían promesas realizadas a la virgen de Luján, que podrían ser cumplidas mediante el pago de una suma de dinero a la virgen sin necesidad de ir al santuario.

La limosna, entonces, constituye una ocasión propicia para conchabarse para buscar la vida, para ganar plata o para cumplir promesas, o bien para ambas cosas a la vez. A la vez el producto de la limosna, además de los fines piadosos (construcción de la fábrica de la Iglesia o realización de festividades) que perseguía, servía para pagar salarios, mantener a la mano de obra que participaba de la empresa y pagar misas. Vemos como se ponen de manifiesto a medida que caracterizamos esta práctica sus diferentes dimensiones, su plurifuncionalidad, es decir de cómo una actividad devocional recurre para ser llevada a cabo de formas de organización del trabajo, del mercado presentes en la sociedad y la economía. No nos interesa aquí evaluar si el objetivo era la extracción de excedentes o la salvación de las almas, lo que importa es la existencia misma de la actividad que reviste estos rasgos y que pudo ser llevada a cabo exitosamente, y es precisamente esa dinámica la que nos interesa explicar.

Por último me detendré en algunos aspectos relacionados con el ritual de la limosna, ya que constituye uno de los primeros indicios con los que se cuenta acerca de las formas de religiosidad en la campaña. En el desarrollo del litigio por la recolección de limosna en la Banda Oriental de 1784, se constató la participación de los párrocos o tenientes curas en la misma, en la celebración de misas, que se pagaban con el producto de la limosna y exhortaciones a los fieles para que contribuyan con la limosna, además del simple pero fundamental detalle de la autorización que daban para tal efecto(82). Nos interesa tratar con mayor detalle en este punto cómo se llevaba a cabo la recolección de la limosna en los distintos pueblos y ciudades, a lo largo del viaje o peregrinación que realizaban el mayordomo de la virgen, sus capataces, peones y novenantes. La información proviene en gran medida de los interrogatorios que se hicieron a capataces y peones en el momento de sus declaraciones. En ellas, y durante todo el conflicto permanece la preocupación (que pretende ser una de las pruebas en contra de Díaz) por esclarecer:

el modo y forma con que se portaba el demandante Dn Juan Bentura Díaz en pedir o exigir las limosnas, si usaba de palabras artificiosas, vestidas de una religión mal entendida, si suponía o ponderaba milagros, si usaba de actos supersticiosos, si cuando en su casa o en los templos presentaba la Santa Imagen de María Santísima a que le diesen culto e hiciesen votos y ofrendas, se practicaba todo con la decencia y veneración debida sin mezcla de actos profanos u otros que pudiesen causar alborotos, alegría mundana o risas descompuestas. Si estas concurrencias hacía el Dn Juan Bentura Díaz algunas pláticas o exhortaciones que no fuesen conformes a nuestra sagrada Religión o que contuviesen algunas proposiciones seductivas y de afectada devoción para inclinar más y más a los concurrentes a que contribuyesen mayores limosnas, ofrendas o votos.

Quien servía como capataz a Díaz desde hacía 6 meses en el momento de la detención declara a estas preguntas lo siguiente:

a cualquier paraje adonde llegaban ponían la virgen sobre un altar y toda la noche la velaban llevándola con gran cuidado por los caminos y cuando llegaban a paraje donde se podían le mandaban decir si misa cantada con la solemnidad debida...Que Juan Bentura Díaz llegaba a los parajes en donde había casas y pedía limosna para la Virgen de Luján y luego iba y decía al declarante u a otro de los peones fuesen al paraje don de le habían dado limosna a recogerla...que contaba muchos milagros que había hecho aquella imagen en distintos parajes y ocasiones por las tierras y parajes por donde había andado Díaz pidiendo la limosna...en cualquier paraje en donde se depositaba la imagen de Ntra. Sra. de Luján se practicaba todo con gran creencia y veneración ofreciendo incienso y olores al culto de María Santísima que rezaban el rosario con mucha devoción y lo que concluido se retiraban el testigo y los demás peones al cuidado de la hacienda...que cuando llegaban a paraje donde hubiese casas inmediatas mandaba convidar a los dueños para que vinieran a rezar y velar a la virgen Santísima en cuyas ocasiones solían traer los que concurrían limosnas de velas, sebo para las lámparas y aves las que solían para comer el Bentura Díaz y si había donde las vendía a dinero.

A pesar de la reiteración de las preguntas tendientes a descubrir prácticas idolátricas o fraudulentas con respecto a la limosna, las declaraciones coinciden en negar las mismas. En relación a los milagros no hay tanta homogeneidad en las respuestas, ya que Pedro Valentín Querencio también declara que Díaz ponderaba milagros. Cuando se lo cita a declarar a Díaz por primera vez el 7-8-1784, el mismo afirma no saber que Ntra. Sra haya hecho milagros en el tiempo que anda pidiendo porque si supiera hubiese hecho algunos los tendría por escrito con la fe que corresponde de curas o vicarios de los partidos por donde ha andado. No obstante Gerónimo Querencio en su declaración del 21-7-1784 cuenta que tienen por milagro uno que le parece a ellos de un fuego que se encendió en la casa rancho de paja en donde estaba dicha virgen, el que se apagó con un poncho antes que sucediese daño, otro que subiendo a bordo de la fragata Venus un marinero con esta señora en un brazo sucedió que de este brazo les parece que milagrosamente esta imagen se les pasó al otro brazo al tiempo de caerse esta Sra de las manos del que la llevaba.

En esta misma declaración Querencio cuenta otros detalles de esta práctica:

que en todas partes en donde llegaban con dicha Señora tiraban tiros con armas que son de la virgen las que en el día paran en poder del referido mayordomo de tal modo que hasta la entrada a Montevideo han tirado también de dichos tiros sin haber encontrado en ningún puesto embarazo alguno.

También se le pregunta a Querencio ¿de dónde sacan dinero para jugar como jugó y perdió ayer varios juegos en la cancha?, a lo que Querencio contesta no saber de qué juegos se le pregunta. En una presentación que hace el capitán de Dragones de la Plaza de Colonia Dn. Miguel Fermín de Riglos denuncia en Díaz:

la bárbara irreverencia con que este hombre se entraba en los templos con espuelas hasta el propio Santuario donde daba medida de la efigie Ssma., bendecía rosarios, cometiendo los notorios absurdos que su falsa piedad le dictaba con otros ejercicios superfluos del espíritu de nuestra religión, así lo han tolerado todos los curas, frailes por sus fines particulares exhortando a los fieles para que contribuyan con su limosna.

Efectivamente si la irreverencia existió nadie más que Riglos se atreve a denunciarla, ni los capataces, ni los peones, ni los novenantes y tampoco los curas y frailes, quienes como ya se analizó, recibían sus pagos por las misas que rezaban o cantaban del producto mismo de la limosna.

El análisis de la documentación consultada permitió visualizar el fenómeno de la limosna desde el interior de algunos establecimientos productivos y misionales en una perspectiva diacrónica, constatándose la estabilidad de la actividad, pero también pudimos conocer y profundizar en algunos aspectos de la organización de esta particular empresa en un momento y sitio determinado. Aquí se puso de manifiesto una importante trama social y económica que se teje a través de esta práctica: circulación de bienes (cuantitativamente significativos y cualitativamente variados), de personas (que en diferentes condiciones, desde adentro y desde afuera del mercado laboral acompañaban a la virgen) y de información (milagros de la virgen, conmutación de votos y promesas). Además los dos conflictos analizados nos acercan a una imagen de la práctica desconocida hasta el momento. Era la virgen la que recorría los caminos, acompañada de sus capataces, peones, mayordomos, y hasta sus armas. No alcanzaba con mencionarla para conseguir la limosna, era necesario mostrarla en un altar, rezarle el rosario, decir o cantar misa, velarla....

4. Conclusiones

En virtud de los analizado hasta el momento se hace necesario, revalorizar la acción eclesial en una campaña cuyo entramado se teje a través de distintos mecanismos:

-una propiedad eclesiástica, por lo menos en esta zona y en este período, que no es sinónimo de gran propiedad, pero que contiene grandes propiedades al sumar las unidades, de una misma orden religiosa. Con estas características, la Iglesia participaría del patrón general de mundo laico.

-una actividad crediticia, fundamentalmente en manos del clero regular, que en uno de los casos analizados, contribuye de manera significativa al mantenimiento de los establecimientos.

-la práctica del arrendamiento presente en la mitad de las unidades analizadas (y probablemente en más de las mismas), constituyéndose en una tradición en manos de la Iglesia, la cual según los recientes trabajos, habría contribuido de manera decisiva a fijar las normas que lo regían.

-una relación particular con el mercado al tener la Iglesia gastos fijos, relacionados con el mantenimiento del culto y de las comunidades religiosas, además de la presencia de redes de comercialización, legales o clandestinas, locales o regionales, en las que la Iglesia participó activamente.

-la recolección del diezmo, que junto a la limosna y a las primicias, es probable que hayan constituido mecanismos de articulación y control social, así como también formas de extracción de excedentes a diferentes escalas.

-la prestación del servicio religioso en capillas del clero secular, en establecimientos productivos eclesiásticos, en oratorios privados y en manos de depositarios laicos de la función religiosa, y como contrapartida los pobladores de la campaña recibiendo sacramentos, bautizándose, casándose, confirmándose, confesándose y recibiendo entierro o sepultura.

El hospicio mercedario constituyó una modalidad de presencia de la Iglesia en la sociedad rural, bastante original, con un fin misional y un rol productivo menor. Este establecimiento se sostuvo en gran medida de los réditos de los censos que otorgó la misma institución, y fue autónomo desde el punto de vista económico con respecto a la sede de poder urbana. El hospicio reprodujo en su interior (aunque en proporciones muy menores), la estrategia patrimonial de la elite, confirmándose una vez más semejanzas en este sentido.

La Cofradía de Pilar fue una institución laica ligada a la Iglesia que hizo que esta última acentúe, en determinadas ocasiones, su protagonismo en la vida social rural. La vinculación a través del compadrazgo de los miembros de la cofradía, en este caso, reforzó los lazos simétricos y de mutua dependencia, constituyéndose en una de las herramientas más importantes de amalgamación familiar. Además la cofradía fue como uno de los ámbitos desde los cuales la elite local se fue construyendo, ya que la participación en la misma le permitió afirmar los lazos sociales hacia adentro y hacia afuera de esta institución, y a la vez funcionar, junto a la Iglesia, como uno de los primeros y más fundamentales espacios de institucionalización de las relaciones sociales en el plano local.

Ante la ausencia de estructuras estatales sólidas, tanto el hospicio como la cofradía (junto a la parroquia), constituyeron factores de suma importancia en los procesos de construcción de las elites locales, de creación de estructuras socio-políticas sólidas y como mecanismos de control social.

En relación a la recolección de la limosna, esta práctica no diferenció órdenes religiosas femeninas y masculinas, y tampoco al clero secular y las instituciones ligadas a ambos como las cofradías y hermandades. Se ha demostrado que la recolección de la limosna, para la que existía una denominación específica, cuestación, y un oficio determinado, cuestor o limosnero, ha sido una práctica frecuente y regular en la campaña rioplatense. La cotidianidad de esta práctica se debe tanto al recurso permanente que hacían determinadas instituciones religiosas de dicha práctica a través de los años, como a la gran variedad de instituciones que la ejercían. También mencionamos que este último rasgo, la variedad, estaba presente al indagar en torno a los fines para los que la limosna se recolectaba. En este sentido es importante resaltar que está prácticamente ausente entre ellos la caridad, con excepción de la limosna recolectada por el Cabildo para los presos de la cárcel, si bien las aspirantes a monja que recurren a este medio para completar su dote lo hacen esgrimiendo pobreza. Se podría hablar de una privatización de la limosna a partir de los casos estudiados, ya que siempre la misma se da para fines muy determinados y no con el significado que tendrá la beneficencia décadas más tarde. Pero lo que me pregunto es si en la sociedad rural rioplatense de fines del siglo XVIII y principios del XIX, la dote de una monja que oraría en su convento o monasterio o el templo que se construiría para la feligresía, pueden ser considerados fines privados. Creo que en la medida en que nuevos trabajos avancen en el conocimiento de la naturaleza del Estado colonial (de un área rural de una zona periférica) y de la definición de lo político en este tipo de sociedades tradicionales, podremos profundizar en un análisis de estas características y considerar qué sitio tenía la caridad en las relaciones entre ese estado y esta sociedad. Por el momento contamos con trabajos que nos demuestran cómo en las manifestaciones públicas del período colonial (la entrada del virrey, las conmemoraciones en ocasión de las muertes, nacimientos y entronizaciones de la familia real, las fiestas y los acontecimientos judiciales) el ritual religioso tenía un papel centralísimo(83). Situaciones que ilustran la gran importancia que tiene la iglesia católica en esta sociedad, donde las esferas de poder religioso y político habían transitado por una franja fronteriza bastante difusa(84). Nos preguntamos, hasta qué punto esta práctica no constituyó además de una forma de extracción de excedentes a los productores de la campaña, un medio de difusión de cultos locales y regionales, y fundamentalmente una manera de manifestarse y reconocerse cristiano en estas comunidades rurales, en las cuales estamos descubriendo la importancia de las estructuras eclesiásticas como medios de organización y de control social. Es decir que la participación en este fenómeno como dadores de limosna bien pudo ser además de una adhesión interior o el acto religioso por excelencia(85), una obligación de orden social. Las actividades religiosas y rituales que acompañaban la cuestación bien pudieron haber constituido un importante espacio de socialización, otra oportunidad para demostrar socialmente la pertenencia a una comunidad religiosa y a un imaginario cristiano en el cual la relación entre los fieles y sus santos, que desembocará en la gracia, está mediada por rituales tales como votos, promesas, procesiones, colecta y fiestas, y donde la concesión de una promesa y un milagro prestigia tanto al creyente, como a su grupo y al mismo santo (86). Pero también sabemos que estos rituales constituían una instancia desde el imaginario de dirección de lo real y que el poder no existe ni se conserva sino por la transposición, por la producción de imágenes, por la manipulación de símbolos y su ordenamiento en un cuadro ceremonial (87)

Entonces, ¿dónde reconocemos la relación de mutua implicación entre la religión y la política en este tipo de sociedades tradicionales o de antiguo régimen?. Creo que para estudiar esta problemática, las sociedades coloniales, de áreas rurales y además periféricas, constituyen un terreno privilegiado. A propósito de la limosna hablábamos de la difusa frontera entre lo religioso y lo político en los rituales cívicos. Pero sabemos que desde el inicio del período colonial, las consideraciones teólogicas y religiosas estuvieron en el centro de las decisiones políticas. En 1531 Fr. Bartolomé de Las Casas advertía a los ministros: que todos ellos se arriesgaban a la condenación eterna si permitían que continuara sin freno la destrucción del nuevo mundo(88). Le Goff habla de la política como provincia de lo religioso y Guerra(89) caracteriza la política antigua como una relación entre actores permanentes de la vida social constituidos como tales antes de la acción que podríamos calificar de política.

La cofradía analizada, fue considerada como uno de los ámbitos que la élite de Pilar, elige a partir de una experiencia histórica que ha le dado frutos, para construirse como tal y vimos como el requisito de limpieza de sangre, tenía un objetivo de selección hacia arriba. La limosna también era una instancia de poder que se dirimía a partir del éxito de la recolección, tanto en el producto material de la misma, como en las actividades devocionales que la acompañaban a la que acudían numerosos fieles. Y en otro nivel constituía también una instancia donde el poder secular concedía el permiso, para luego perder el contro sobre los limosneros. Como analizamos en el conflicto que tiene lugar en la Banda Oriental, es un competidor del mercado religioso el que lo desencadena y no el poder civil, es decir que también la contienda política se da en el interior mismo de la Iglesia. En definitiva, la acción eclesial desplegada en esta sociedad rural, protagonizó formas de articulación y control social, desde las diferentes y variadas modalidades de inserción que experimentó, y creemos que su contribución fue decisiva en la conformación de una cultura política católica.

NOTAS

(1) FRADKIN, Raúl O., (comp. y estudio preliminar), La historia agraria del Río de la Plata colonial. Los establecimientos productivos l y ll, Buenos Aires, C.E.A.L., 1993. GARAVAGLIA, Juan Carlos, "Historiografía de la Historia agraria colonial" en Comité Internacional de Ciencias Históricas: Historiografía argentina (1958-1988 ), Buenos Aires, 1990, págs. 53-64. GARAVAGLIA, Juan Carlos y MORENO, José Luis (comp.), Población, sociedad, familia y migraciones en el espacio rioplatense. Siglos XVIII y XIX , Buenos Aires, Cántaro, 1993. GARAVAGLIA, Juan Carlos, Notas para una historia rural pampeana un poco menos mítica, en BJERG, María Mónica y REGUERA, Andrea (comp.), Problemas de la Historia Agraria , Tandil, IEHS, 1995. GARAVAGLIA, Juan Carlos, Tres estancias del sur bonaerense en un período de transición, (1790-1834), en BJERG, María Mónica y REGUERA, Andrea (comp.), Problemas... , op. cit. GARAVAGLIA, Juan Carlos y GELMAN, Jorge, The Rural History of the Rio de la Plata,, 1600-1850. Results of a Historigraphical Renaissance, Latin American Research Review , 30:3, spring 1995, págs. 75-105. GELMAN, Jorge, "Una región y una chacra en la campaña rioplatense: las condiciones de la producción triguera a fines de la época colonial", en Desarrollo Económico 28(112), Buenos Aires, 1989. GELMAN, Jorge, "Sobre esclavos, peones, gauchos y campesinos: el trabajo y los trabajadores en una estancia colonial rioplatense", en El mundo rural rioplatense. Estudios sobre producción y mano de obra , Buenos Aires, Biblos, 1989. MORENO, José Luis y MATEO, José, "Bases demográficas de la expansión bonaerense, 1750-1850", mimeo, 1995.

(2) GARAVAGLIA. Juan Carlos y GELMAN, Jorge, The Rural... op. cit.

(3) VAN YOUNG, Eric, "La historia rural de México desde Chevalier: Historiografía de la Hacienda colonial", en Cárdenas, Enrique (comp.), Historia Económica de México , México, F.C.E., 1989.

(4) GUERRA, François-Xavier, "Hacia una nueva historia política. Actores sociales y actores políticos", en Anuario del IEHS 4 , Tandil, 1989, págs. 243-264

(5) MAYO, Carlos Alberto, Los Betlemitas en Buenos Aires, Convento economía y sociedad (1748-1822) , Sevilla, Publicaciones de la Excma Diputación provincial de Sevilla, 1991. CUSHNER, Nicholas, Jesuit Ranches and the Agrarian Development of Colonial Argentina. 1650-1767 , Albany, State University of New York, 1983.

(6) HALPERIN DONGHI, Tulio, Una estancia en la campaña de Buenos Aires, Fontezuela, 1753-1809, en FLORESCANO, Enrique (comp.), Haciendas, latifundios y plantaciones en América Latina , México, Siglo XXI, 1975. FRADKIN, Raúl O., "Producción y arrendamiento en Buenos Aires del siglo XVIII: la Hacienda de la Chacarita, 1779-1784", en FRADKIN, Raúl O. (comp. y estudio preliminar), La historia agraria...(II), op. cit... GELMAN, Jorge, "Una región y una chacra en la campaña rioplatense: las condiciones de la producción triguera a fines de la época colonial", en Desarrollo Económico 28(112), Buenos Aires, 1989. GELMAN, Jorge, Nuevas perspectivas sobre un viejo problema y una misma fuente: El gaucho y la historia rural del Río de la Plata colonial, en FRADKIN, Raúl O. (comp. y estudio preliminar), La historia....(I) , págs. 121-142. SALVATORE, Ricardo y BROWN, Jonathan, Comentario: El viejo problema de los gauchos y la sociedad rural, en FRADKIN, Raúl O. (comp. y estudio preliminar), La historia agraria...(I), op. cit., págs 143-160. SALVATORE, Ricardo y BROWN, Jonathan, Trade and Proletarización in the Late Colonial Banda oriental: Evidence from the Estancia de las Vacas, 1791-1805, H.A.H.R., 67:3, 1987.

(7) BOURDIEU, P., Los ritos como actos de institución, en PITT-RIVERS, J. y PERISTIANY, J. G (eds.), Honor y gracia , Madrid, Alianza, 1993, págs. 111-123.

(8) Un análisis pormenorizado de esta problemática en el segundo capítulo de mi Tesis de Licenciatura: La Iglesia en la economía y la sociedad de una región de la campaña bonaerense. Pilar, Luján y Conchas, 1770-1820, U.N.Lu, 1996.

(9) Clero regular: mercedarios (una chacra, un hospicio y tierras en el pago de Las Conchas), betlemitas (tierras en Vañada de Escobar), dominicos (tierras en Pilar), jesuitas (estancia y tierras en Las Conchas, tierras en Cañada de la Paja, Cañada de la Choza y Cañada de Escobar) y franciscanos (tierras en Las Conchas). Clero secular: estancia de la Virgen en Luján y estanzuela de la Virgen en Pilar.

(10) A.G.N. IX-7-2-3, IX-7-2-6; IX-7-2-7; IX-7-2-9; IX-7-2-10; XIII-15-2-2; XIII-15-2-4; XIII-15-2-5, XIII-15-2-6, IX-7-2-8, IX-7-3-6; IX-7-3-7; IX-6-9-3; IX-6-9-5; IX-6-9-6; IX-6-9-7; IX-42-5-3. Tribunal Civil, letra H, leg. 2. Archivo de la Dirección de Geodesia, Partido de Gral San Martín Nº51 y 52, Partido de Gral Sarmiento Nº5, Partido de Moreno Nº24, Partido de Escobar Nº43, Partido de Luján Nº 8 y 67. Archivo Parroquial de Pilar. Libros de Bautismos, Matrimonios y Defunciones, libro de Fábrica y Libro de la Hermandad. Archivo de la Basílica de Luján: Libros de Bautismos, matrimonios y defunciones. Archivo del Complejo Museográfico Enrique Udaondo, Libros de Acuerdos del Cabildo de la Villa de Luján . Inventario de la Iglesia del Partido de Pilar, 1750. GAMMALSON, Hialmar Edmundo, Apuntes históricos del Pueblo de los Santos lugares, hoy Gral. San Martín desde sus orígenes hasta el año 1860 , Buenos Aires Imprenta López, 1957. BRUNET, José, Los mercedarios ..., op. cit..MUNZON, Eduardo I., Historia del Partido de Gral. Sarmiento , La Plata, Publicaciones del A.H.P.B.A., 1944. MAYO, Carlos A., Los betlemitas..., op. cit. Cit por Mayo A.G.N., IX-49-7-5. Protocolos Antiguos; cit por Mayo A.G.N., IX-15-1-24. Libro de Becerro. GNEMI, Arnoldo Argentino, "Belen de Escobar": El por qué de sus nombres, en Beliera, Aldo et al, Segundas Jornadas de Historia del Partido de Pilar , Buenos Aires,José Sánchez, 1992, pág. 172. AZCUY AMEGHINO, Eduardo y MARTINEZ DOUGNAC, G., Tierra y ganado en la campaña de Buenos Aires, según los Censos de Hacendados de 1789 , Buenos Aires, I.H.E.S., 1989. Documentos para la Historia Argentina , Tomo X, XII y XVIII, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras U.B.A. FURLONG, Guillermo, Historia del Colegio del Salvador y de sus irradiaciones culturales y espirituales en la ciudad de Buenos Aires, 1617-1943 , Buenos Aires, Colegio del Salvador, Buenos Aires, 1944. SALVAIRE, Jorge , Historia de Nuestra Señora de Luján: su origen, su santuario, su villa, sus milagros y su culto , 2 tomos, Buenos Aires, ed. Pablo Coni, 1885; PRESAS, Juan Antonio, Nuestra Señora de Luján y Sumampa. Estudio crítico-histórico, 1630-1730 , Buenos Aires, Ediciones Autores Asociados Morón, 1974 y Anales de Nuestra Señora de Luján , Morón, Talleres del I.S.A.G., 1980; LOBATO MULLE DE ECHEVARRIA, Felisa C ., Un conquistador, una dama, una estancia y un decreto , Luján, Librería de Mayo, 1973. BELIERA, Aldo Abel, "Basamento histórico de la Capilla Nuestra Señora del Pilar y del Pueblo del mismo nombre", en Primeras Jornadas de Historia del Partido del Pilar , 1990, Buenos Aires, ed. José Sánchez, 1991.

(11) GARAVAGLIA, Juan Carlos, "Las Estancias en la campaña de Buenos Aires. Los medios de producción, (1750-1850)", en FRADKIN, Raúl O., La historia agraria... (II), op. cit.. págs. 124-208.

(12) MAYO, Carlos Alberto, Los Betlemitas... op. cit. 1991. CUSHNER, Nicholas, Jesuit Ranches... op. cit.

(13) GARAVAGLIA, Juan Carlos, "La agricultura de trigo en las estancias", en Huellas en la tierra , Tandil, I.E.H.S., 1993 y "Las chacras y las quintas de Buenos Aires. Ejido y campaña, 1750-1815", en Huellas en la tierra , Tandil, I.E.H.S., 1993

(14) FRADKIN, Raúl O., "Labradores del instante, arrendatarios eventuales: el arriendo rural en Buenos Aires a fines de la época colonial", en BJERG, María M. y REGUERA, Andrea (comps.), Problemas de la Historia agraria. Nuevos debates y perspectivas de investigación, Tandil , IHES, 1995; "Según la costumbre del pays: costumbre y arrriendo en Buenos Aires durante el siglo XVIII", en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani ", Nº11, 1995. GRESORES, Gabriela y BIROCCO, Carlos, Arrendamientos, desalojos y subordinación campesina , Buenos Aires, siglo XVIII., Bs. As., 1992.

(15) MAYO, Carlos y Fernández, Angela, "Anatomía de la estancia colonial bonaerense", en FRADKIN, Raúl (comp.), La historia agraria ..., op. cit, págs. 67-81. MAYO, Carlos y Fernández Angela, "Anatomía de la estancia eclesiástica, en Estudios-Investigaciones Nº22, La Plata, 1995. GARAVAGLIA, Juan Carlos, "Las Estancias...",op. cit. págs. 124-208.

(16) GELMAN, Jorge, "Sobre esclavos, peones, gauchos y campesinos: el trabajo y los trabajadores en una estancia colonial rioplatense", en Garavaglia, Juan Carlos y Gelman, Jorge, El mundo rural rioplatense a fines de la época colonial: estudios sobre producción y mano de obra , Buenos Aires, Biblos, 1989.

(17) MAYO, Carlos A. (comp.), La historia agraria del interior. Haciendas jesuíticas de Córdoba y el Noroeste . Buenos Aires, C.E.A.L., 1994.

(18) MAYO, Carlos A., Estancia y sociedad en la pampa, 1740-1820 , Buenos Aires, Biblos, 1995.

(19) AMARAL, Samuel, "Producción y mano de obra en la estancia colonial. Magdalena, 1785-1795", mimeo. MAYO, Carlos, Los betlemitas ..., op. cit.

(20) FRADKIN, Raúl, "Labradores al instante...", op. cit.; GELMAN, Jorge, "Familia y relaciones de producción en la campaña rioplatense colonial. Algunas consideraciones desde la Banda oriental", en GARAVAGLIA, Juan Carlos y MORENO, José Luis (comps.), Población... , págs. 73-103; MAYO, Carlos A., Los betlemitas ..., op. cit.; PERRI, Gladys, "Salario y mano de obra en una estancia colonial", mimeo, 1994.

(21) GARAVAGLIA, Juan Carlos, "La agricultura...", op. cit.

(22) HALPERIN DONGHI, Tulio, "Una estancia...", op. cit.

(23) Un análisis detallado de esta institución constituye el capítulo tercero de mi tesis ya citada. Una versión del mismo se encuentra en prensa en Cuadernos de Historia Regional , Luján.. Gran parte de la información para abordar este estudio se localizó en los libros llevados por los mercedarios para diversas materias: A.G.N. Contaduría colonial. Culto. Buenos Aires. 1754-1823. Leg 4. XVIII-15-2-3. (incluye libros de redención de cautivos, misas, inventarios, capellanías y visitas). A.G.N. División Colonia. Capellanías y rentas. Colegio de Misioneros de San Ramón de las Conchas. 1797-1818. IX-7-2-8. A.G.N. Contaduría colonial. Culto. Buenos Aires. 1779-1823. Leg 8. XIII-15-3-1. (incluye libros de gasto y recibo)

(24) RODRÍGUEZ ARAUZ, Jacinto, Historia de Merlo , Buenos Aires, Talleres Gráficos LUMEN, 1951. PALACIO, Eudoxio de Jesús, Los mercedarios en la Argentina. 1535-1754 , Buenos Aires, 1960. Desde 1727 existía el oratorio que para su uso particular había construido Francisco de Merlo en tierras de su propiedad en el pago de las Conchas; funcionaba permanentemente y vivían allí dos religiosos mercedarios, desde por lo menos 1749, que tenían a su cargo la enseñanza de las primeras letras y de la doctrina cristiana como consecuencia de la petición que hiciera Merlo al visitador general mercedario y que tuvo como resultado el envío de un sacerdote y de un hermano lego (Fr. Anselmo Martínez de la Rosa y Fr. Felipe de Santa María

(25)Una versión más detallada constituye el cuarto capítulo de mi tesis de licenciatura.

(26) TERUEL GREGORIO de TEJADA, Manuel, Vocabulario Básico de la Historia de la Iglesia , Barcelona, Crítica, 1993, pág. 83.

(27) GUERRA, François-Xavier, "Hacia una nueva..., op. cit.

(28) GUERRA, François-Xavier, Hacia una nueva...., pág. 253.

(29) CELESTINO, Olinda y MEYERS, Albert, Las cofradías en el Perú: región central , Frankfurt-Main, Verlag Klaus Dieter Vervuert, 1981.

(30) CARMAGNANI, Marcello, El regreso de los dioses. El proceso de reconstitución de la identidad étnica en Oaxaca. Siglos XVII y XVIII , México, F.C.E., 1988.

(31) CARMAGNANI, Marcello, El regreso de los dioses...., pág. 137.

(32) BECHTLOFF, Dagmar, La formación de una sociedad intercultural: Las cofradías en el Michoacán colonial, en Historia Mexicana, vol 43, Nº 2, oct.-dic. 1993, págs. 251-263.

(33) BETCHLOFF, Dagmar, La formación de una sociedad..., pág. 261.

(34) BETCHLOFF, Dagmar La formación de una sociedad..., pág. 261-262.

(35) CHANCE, John K. y TAYLOR, William B., Cofradías y cargos: una perspectiva histórica de la jerarquía cívico-religiosa mesoamericana, en Antropología suplemento , Nº14 (nueva época), México, mayo-junio 1987.

(36) PLATT, Tristan, The Andean soldiers of Christ en Journal de la Societé des americanistes , 1987

(37) LOCKHART, James, "Organización y cambio social en la América española colonial", en Bethell, Leslie ed. Historia de América Latina , tomo 4, Barcelona, Crítica, 1990.

(38) PEÑA, Gabriela, "La integración del indio en la Iglesia cordobesa. Siglos XVI y XVII" (mimeo, 1993).

(39) SOCOLOW, Susan, Los mercaderes del Buenos Aires virreinal: familia y comercio , Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1991.

(40) SOCOLOW, Susan, Los mercaderes.... ., pág. 113.

(41) SOCOLOW, Susan, Los mercaderes.... ., pág. 113.

(42) Archivo Particular de A. A. Beliera: Constitución de la Hermandad del Santísimo Sacramento y Animas establecida en la Parroquia del Pilar reformada por el Illmo. Sor. Obispo Dr. Dn. Mariano José de Escalada.

(43) MANN, M., Las fuentes del poder social . Una historia de poder desde los comienzos hasta 1760 a.C., Madrid, Alianza, 1991.

(44) Archivo Parroquial de Pilar, libro de bautismos y matrimonios: 3 personas tienen padre dentro de la cofradía, 6 personas tienen madre, 11 personas tienen hermanos/as, 6 personas tienen suegro/a, 6 personas tienen yerno o nuera, 4 personas tienen consuegro/a, 10 personas tienen cuñado/a, 46 personas son compadre/comadre de bautismo y 16 cofrades son compadre/comadre de confirmación. Es necesario aclarar que 15 cofrades son compadres una sólo vez dentro de la cofradía en los 20 años revisados (1770-1790), 10 cofrades lo son dos veces, 9 lo son tres veces, 3 lo son cuatro veces, 4 lo son cinco veces, 3 lo son seis veces, uno lo es siete veces, y una lo es 11 veces.

(45) FOSTER, George, Tzintzuntzan. Los campesinos mexicanos en un mundo de cambio , México, F.C.E., 1977.

(46) FOSTER, George M., Cofradía y compadrazgo en España e Hispanoamérica, en Guatemala Indígena, vol I, 1ª época, Nº 1, Guatemala, enero-marzo 1961, pág. 107-108.

(47) FOSTER, George M., Cofradía..., op. cit., pág. 130.

(48) FOSTER, George M., Cofradía..., op. cit., pág. 131.

(49) PITT RIVERS, Julian, Antropología del honor o política de los sexos , Barcelona, Crítica-Grijalbo, 1979.

(50) LOCKHART, James, "Organización y cambio social ...", op. cit p. 84.

(51) GARAVAGLIA, Juan Carlos, "Migraciones, estructuras familiares y vida campesina: Areco Arriba en 1815", en GARAVAGLIA, Juan Carlos y MORENO, José Luis, Población, sociedad y familia... op. cit.

(52) FRADKIN, Raúl O., "Según la costumbre del pays: costumbre y arriendo en Buenos Aires durante el siglo XVIII", en Boletin del Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani" Nº 11, 1995.

(53) WOLF, Eric et al, Antropología de las sociedades complejas , Madrid, Alianza, 1990; BOTT, Elizabeth, Familia y red social , Madrid, Taurus, 1990; RAMELLA, Franco, Por un uso fuerte del concepto de red en los estudios migratorios, en BJERG, María y OTERO, Hernán, (comp.), Inmigración y redes sociales en la Argentina Moderna , Tandil, CEMLA-IEHS, 1995., págs. 9-21. MOUTOUKIAS, Zacarías, Réseaux personnels et autorité coloniale: Les négociants de Buenos Aires au XVIIIe siècle, en Annales ESC, juillet-octobre 1992, nº 4-5, París, Armand Colin, págs. 889-915.

(54) MIGUEZ, Eduardo. Microhistoria, redes sociales e historia de las migraciones: ideas sugestivas y fuentes parcas, en BJERG, María y OTERO, Hernán, op. cit págs. 25-34.

(55) Un alcalde por Pilar, otro por Cañada de la Cruz, y desde 1756 en el cabildo de Luján están disponibles los cargos de alcalde ordinario, regidor decano, defensor de menores, defensor de pobres y alguacil mayor.

(56) Archivo del Complejo Museográfico Enrique Udaondo Estanislao Zeballos: Libros de Acuerdos del Cabildo de Luján (1771-1814), A.G.N.-A.E.C.B.A. (Serie III, tomo IV a serie IV, tomo III). Juan Pablo López Camelo regidor del cabildo de Luján 1768, 1775, 1787, 1793 y 1795. En 1787 y 1794 fue alcalde de Hermandad por Buenos Aires. Buenaventura López Camelo alcalde de hermandad por Pilar 1774, en 1780 alguacil mayor del cabildo de Luján, regidor decano del Cabildo de Luján en 1775, 1788, 1794, 1797 y 1800, alcalde de Pilar por el cabildo de Buenos Aires en 1786 y 1789. Joaquín Cabot es miembro del Cabildo de Luján en 1763, 1770, 1790 y 1799. Manuel Pinazo es miembro del Cabildo de Luján en 1765, 1766, 1776, 1777, 1778, 1780, 1789 y 1795. Diego de la Cruz es miembro del Cabildo de Luján en 1773 y 1774. Juan José Cheves es miembro del Cabildo de Luján en 1769, 1771, 1773. Manuel González es miembro del Cabildo de Luján en 1792 y 1801, y alcalde de hermandad en 1800. Francisco Viñales es alcalde de hermandad en 1788 (Bs. As.), 1791, 1793 y 1795 (por Luján), Ramón Pinazo es miembro del Cabildo de Luján en 1797 y 1798.

(57) Juan Pablo López Camelo está directamente relacionado con Ventura (su hermano) y Juan José Cheves (su suegro). Además Juan Pablo es compadre de Fernando Márquez. Ramón Pinazo esta relacionado con Manuel Pinazo y con José Gregorio Pinazo (hijo de Manuel) y con Vicente Buenamayson, su suegro. Viñales a la vez, está relacionado a través del compadrazgo con la sobrina de Manuel Pinazo, este último es a la vez el compadre de Cabot. Tomás Basabe y Francisco Sosa son compadres.

(58) BELIERA, Aldo A. et al, Segundas Jornadas de Historia del Partido del Pilar. 1992 , Buenos Aires, ed. José Sánchez, 1992; DORRONZORO, M., Pago, Villa y Ciudad de Luján , Buenos Aires, Tupá, 1950; ESTRADA, S., El Santuario de Luján, Buenos Aires, 1867; GERAULT, Juan Antonio, La Virgen de Luján y su Santuario , Luján, Talleres Gráficos EDIL, 1972; LOBATO MULLE de ECHEVARRIA, Felisa C., Historia de Nuestra Señora de Luján y de su pueblo , Buenos Aires, Librería Católica Acción, 1962 y Un conquistador ... op. cit.; MOLINA, Raúl A., "Leyenda e historia de la Virgen de Luján", en Boletín de la Academia Nacional de la Historia , vol. XL, Buenos Aires, 1967, págs. 151-197; MONJARDIN, Federico Fernández de, Los archivos históricos de Luján , La Plata, Publicaciones del A.H.P.B.A., 1929 y Vida cotidiana. Luján Retrospectivo , Buenos Aires, El Aljibe, 1985; FERNANDEZ DE BURZACO. Hugo, Aportes biogenealógicos para un padrón de habitantes del Río de la Plata , Buenos Aires, 1989; PRESAS, Juan Antonio, Nuestra Señora... op. cit.; SALVAIRE, Jorge M., Historia.... op. cit.; UDAONDO, Enrique, Diccionario Biográfico Colonial Argentino , Buenos Aires, Ed. Huarpes, 1945 y Reseña histórica de la Villa de Luján , Luján, Talleres Gráficos San Pablo, 1939 y "Las invasiones inglesas y la Villa de Luján", en La Reconquista y Defensa de Buenos Aires , Buenos Aires, Publicación del Instituto de Estudios Históricos sobre la Reconquista y Defensa de Buenos Aires, 1947.

(59) BELIERA, Aldo, "Basamento... op. cit.

(60) FRADKIN, Raúl O., "Los comerciantes de Buenos Aires y el mundo rural en la crisis del orden colonial. Problemas e hipótesis",en J. Marchena y G. Mira (comps.): De los Andes al Mar. Plata, familia y negocios en el ocaso del régimen colonial español . Madrid, 1992. (en prensa).

(61) BALMORI, D. Las alianzas de familia y la formación del país en América Latina , México, F.C.E., 1990.

(62) Una versión anteriro de esta problemática fue presentada , en el Simposio La circulación de la información en la campaña bonaerense. Mercancía, capitales y hombres de las XV Jornadas de Historia Económica, organizadas por la A.A.H.E. y Universidad Nacional del Centro (I.E.H.S.), desarrolladas entre el 9 y el 11 de octubre de 1996.

(63)Es necesario destacar que gran parte de esta información proviene de las solicitudes de licencias, efectuadas al gobierno secular, sin las cuales la recolección era considerada ilegal, y en torno a las que se desarrollan la mayoría de los conflictos.

(64) Este cuadro abarca cronológicamente desde 1737 a 1857, aunque la información se concentra entre 1779 y 1799, debido a que la mayor parte de la documentación consultada hasta el momento abarca este período. No obstante la inclusión de ejemplos más tardíos, puede arrojar alguna luz, en cuanto a la vigencia de la práctica más allá del período colonial. Además el caso fechado en 1836 constituye uno de los conflictos judiciales que merecieron un tratamiento particularizado y proporcionaron valiosa información desde el punto de vista cualitativo.

(65) A.G.N. IX-7-2-3; IX-7-2-6; IX-7-2-7; IX-7-2-9; IX-7-2-10; XIII-15-2-2; XIII-15-2-4; XIII-15-2-5, XIII-15-2-6.

(66) A.G.N. XIII-15-2-3. Culto. Buenos Aires. Hospicio de San Ramón de las Conchas. 1754-1823. Leg. 4. Libro 6. (Inventario 1798-1821). A.G.N. XIII-15-3-1. Culto. Buenos Aires. 1779-1823. Leg. 8. Libro 5. Hospicio de San Ramón de las Conchas. Inventario.

(67) Archivo Parroquial de Pilar. Libro de Fábrica.

(68) En el Convento Grande de San Ramón de Buenos Aires, durante 1767 se informa sobre el trigo que traen distintos Hermanos (Fr. Vicente Rodríguez, Bosques, Justo Vega, Elías), de distintos pagos (Cañada de la Cruz y Areco, Magdalena, Matanza). Esta situación se da también en 1760, donde de enero a abril remiten trigo de limosna: Fr Juan de Sosa (de la chacra de Las Conchas), el Pe. Casco, el Pe. Fr. Gregorio García, Fr Marcos Sosa (de la estancia de la Magdalena), el Pe. Pdo. Fr Simón Rodríguez y el Dr. Dn. Juan Francisco de Merlo que actuaba como cura del oratorio de Merlo (Parroquia interina del curato de Matanza y parte de Las Conchas desde 1730, y futuro Hospicio). En 1775 el Pe. Viera y el Pe Jub. Fr. José Santos (todos en la limosna de trigo), en 1777 el Pe Miño, el Pe. Fr Francisco Rodríguez y el Pe. Jub Fr. José Santos (todos en la limosna de trigo), en 1778 el Pe. Tamayo y el Pe Lector Irrazabal (trigo), en 1779 el Pe. Tamayo y el Pe. Joaquín Gorostizu.

(69) Trigo, pan , ganado, cebollas, sal , leña, maíz, aves, porotos y las minestras.

(70) El trigo se recolecta principalmente en tiempo de cosecha, es decir entre los meses de diciembre a marzo, y el ganado en epoca de yerra (julio-agosto)

(71) FARGE, Arlette, La atracción del archivo , Valencia, Edicions Alfons el Magnànim, 1991, págs. 10-11.

(72) A.G.N. IX-31-4-5, expte. 61.

(73) A.G.N., Tribunal Civil, P. 30, exp. 23. Agradezco este dato proporcionado por Juan Carlos Garavaglia

(74) En relación a lo bienes recolectados por vía de la limosna, el expediente de 1784 (A.G.N., IX-31-4-5) contiene varios inventarios. El primero es el que se ejecuta al momento del arresto de Dn Juan Bentura Díaz en la costa del Ao. de Bequeló en la casa de Dn Ignacio Acosta en julio de 1784. En este inventario se detallan objetos de tipo ceremonial, y ganado consistente en 116 potros (redomones y caballos), 128 caballos (en Paysandú) y 226 caballos (en Salto). En agosto del mismo año se hizo el interrogatorio a Díaz, y a la pregunta En qué paraje tiene las haciendas de ganado caballar y vacuno y qué cantidades son y quién quedó a su cuidado y cómo se llaman estos, respondió que una tropa quedó a cargo del alcalde de Sto Domingo Soriano, pero la de Paysandú quedó a cargo de los peones y presume irá caminando para las Provincias del Paraguay. También hay un recibo de la limosna recaudada por Díaz, fechado en mayo de 1782 ante el notario público Francisco Antonio de Pando, que consta de 9 rollos de lienzo (que debían tener 2450 varas y se hallan 2099). Del mismo año el Tesorero oficial de la ciudad de Corrientes Dn José Fernández Blanco (de la Real Caja), autoriza la salida de la ciudad hacia los pueblos de Misiones de 1000 yeguas y 200 arrobas de lana de la tierra, que remite Dn Juan Bentura Díaz. Gerónimo Querencio (uno de los capataces), por otro lado, manifiesta haber recibido las haciendas de la virgen que eran caballos y vacunos ascendiendo los caballos según le parece de 400 a 600 entre potros, redomones y caballos mansos y como 60 cabezas de ganado vacuno que no se recibió por cuenta de dichas haciendas.

(75) 5 novillos, 3 vacas, 23 yeguas, 6 vaquillonas, 5 potros, tres terneras, 2 caballos y un redomón.

(76) A.G.N., IX-31-4-5.

(77) A.G.N., IX-31-4-5. Tal es así que Gerónimo Querencio declara ante la pregunta referida a la cantidad y calidad de la limosna recaudada: Ha recogido de limosna como unos 80 animales entre caballos mansos, potros y yeguas, como asimismo 20 vacas las que han servido para el consumo de la gente y que el dinero que ha recogido se ha invertido en las misas y pagar peones de la virgen como lo haré constar por los apuntes y recibos que trae y que en el día paran en su poder 25 reales.

(78) Se anota el día que entró y hasta que día se le pagó, y dicho listado, abarca el período que va del 30-11-1783 hasta el 9-7-1784, si bien no todos los peones trabajaron la totalidad del mismo. Lo que podemos asegurar es que, entre enero (o fracción del mes) y junio (o fracción del mes), trabajaron 17 peones, y desde marzo (o fracción del mes) a junio (o fracción del mes), lo hicieron 8. En el mismo cuaderno se anotaron los gastos correspondientes a la manutención de la mano de obra durante un día (19 de julio de 1784) que suman 92p 7r. Entre dichos gastos, 55p 3r son adelantos a los peones y manutención de los mismos, 25 pesos se gastan en tela y dinero remitidos a Díaz, 12p 1/2r son gastos de la virgen, y 4r se gasta en carne.

(79) Además, si bien coincide el salario mensual (5 pesos) de la mayoría de los peones, en esta cuenta se detalla que se haría en caballos de la hacienda explícitamente (17 casos). Estas cuentas nos permiten evaluar que en seis meses, se gastó en el salario de 29 peones (si bien no todos sirvieron la totalidad del período) 566p 4r: 416 pesos en plata y 150p 4 r en especie (73,43% en plata y 26,57% en especie). Conocemos el equivalente en plata del salario en especie, porque se anotaba lo que se entregaba y cuánta plata representaba. El salario en especie estaba compuesto por ropa (3 camisas, 2 ponchos, 2 calzones y 1 jabón) que suma 23p 4r y equinos (25 potros, 11 redomones y 10 caballos) que suma 127p..

(80) A.G.N. IX-31-4-5: que se le ha informado por personas verídicas de lo que por la otra banda de este río, jurisdicción de Montevideo, anda un hombre llamado Juan Bentura Díaz pidiendo limosna para Ntra. Sra de Luján y conmutando votos por cantidades de dinero como si para lo uno y lo otro tuviera legítima autoridad y se le hubiesen franqueado las respectivas y necesarias licencias

(81) Por romería (de romero: peregrino) se puede hacer referencia a un viaje o peregrinación, en particular la que se realiza por devoción a un santuario así lo confirma también su significado en latín peregrinación sacra. Enciclopedia Ilustrada de la Lengua Castellana, Buenos Aires, Sopena, 1954. Diccionario de la lengua latina, Don Bosco, Buenos Aires, 1966.

(82) Los curas de la Villa del Rosario, Pando, Villa de San Juan Bautista, Pquia del Espinillo, Santo Domingo Soriano, Ao. de San José y la Chacarita de San Francisco están involucrados entre enero y julio de 1784 y a los mismos se les paga en plata y/o en caballos (de la limosna) para celebrar misas rezadas y/o cantadas a la virgen de Luján

(83) GARAVAGLIA, Juan Carlos, El teatro del poder: ceremonias, tensiones y conflictos en el estado colonial, (mimeo, 1996)

(84) GARAVAGLIA, Juan Carlos, El teatro del poder: ..., op. cit. pág.11.

(85) VAUCHEZ, André, La espiritualidad del Occidente medieval , Madrid, Cátedra, 1985. pp. 146.

(86) DI BELLA, María Pía, El nombre, la gracia y los milagros, en PITT-RIVERS, J. y PERISTIANY, J. G (eds.), Honor... , op. cit., págs. 201-220

(87) BALANDIER, G. El poder en escenas. De la representación del poder al poder de la representación , Buenos Aires, Paidós, 1994.

(88)BRADING, David, Orbe indiano. De la monarquía católica a la república criolla , México, F.C.E, 1991, pág. 75.

(89) GUERRA, François-Xavier, Hacia una nueva...., págs. 256-257.

CUADROS

CUADRO Nº1

Extensión del Patrimonio territorial eclesiástico.

Pilar, Luján y Conchas (1744-1820)

(expresado en varas)

Propietarios Propiedades
Tipo y Explotación Extensión Uso
Frente Fondo
Clero regular
Mercedarios Hospicio-Conchas 1600 v. 6000 v. Estanzuela
2000 v. 6000 v. Arriendo
6000 v.
cabezadas
Chacra-Conchas 1600 v. Chacra Arriendo
Jesuitas Estancia-Conchas 6000 v. 9000 v. Estancia Arriendo
Tierras-Conchas 7500 v. *
Tierras-Cda. Choza 12000 v. 12000 v.** Arriendo
Tierras-Cda. Paja 1500 v. *** Arriendo
Dominicos Tierras- Pilar 500 v. 9000 v. Estanzuela
Betlemitas Tierras-Cda. 3000 v. 9000 v.
Escobar 3000 v. 9000 v.
15300 v.
sobras
Clero secular Estanzuela-Pilar 272,50 v. 9000 v. Estanzuela
Arrendamiento
Estancia-Luján 9000 v. 9000 v. Estancia
Arrendamiento
*Esta cantidad corresponde a las tierras vendidas por los jesuitas y que en 1767, aún resta pagarlas. Existe un dato anterior, es el padrón de 1744, en el cual hay tres estancias en la otra banda del Río delas Conchas en tierras arrendadas a la Cía de Jesús, y de esta banda del mismo río, diez chacras situadas en tierras de lso RR. PP. Además hay tierras en arrendamiento de las cuales no conocemos su extensión.

**Según el padrón de 1744, hay tres chacras, no sabemos si son las mismas.

***Hay tierras en arrendameiento de las que no conocemos su extensión.

Fuentes: Elaboración propia a partir de A.G.N. IX-7-2-3, IX-7-2-6; IX-7-2-7; IX-7-2-9; IX-7-2-10; XIII-15-2-2; XIII-15-2-4; XIII-15-2-5, XIII-15-2-6, IX-7-2-8, IX-7-3-6; IX-7-3-7; IX-6-9-3; IX-6-9-5; IX-6-9-6; IX-6-9-7; IX-42-5-3. Tribunal Civil, letra H, leg. 2.

Archivo de la Dirección de Geodesia, Partido de Gral San Martín Nº51 y 52, Partido de Gral Sarmiento Nº5, Partido de Moreno Nº24, Partido de Escobar Nº43, Partido de Luján Nº 8 y 67. Archivo Parroquial de Pilar. Libros de Bautismos, Matrimonios y Defunciones, libro de Fábrica y Libro de la Hermandad. Archivo de la Basílica de Luján: Libros de Bautismos, matrimonios y defunciones. Archivo del Complejo Museográfico Enrique Udaondo, Libros de Acuerdos del Cabildo de la Villa de Luján . Inventario de la Iglesia del Partido de Pilar, 1750. GAMMALSON, Hialmar Edmundo, Apuntes... oip. cit. BRUNET, José, Los mercedarios ..., op. cit..MUNZON, Eduardo I., Historia op. cit. MAYO, Carlos A., Los betlemitas..., op. cit. Cit por Mayo A.G.N., IX-49-7-5. Protocolos Antiguos; cit por Mayo A.G.N., IX-15-1-24. Libro de Becerro. GNEMI, Arnoldo Argentino, "Belen ... op. cit.. AZCUY AMEGHINO, Eduardo y MARTINEZ DOUGNAC, G., Tierra ... op. cit. Documentos para la Historia Argentina , Tomo X, XII y XVIII, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras U.B.A. FURLONG, Guillermo, Historia... op. cit. SALVAIRE, Jorge , Historia ... op. cit.; PRESAS, Juan Antonio, Nuestra Señora ... op. cit. y Anales... op. cit.; LOBATO MULLE DE ECHEVARRIA, Felisa C ., Un conquistador.... op. cit.. BELIERA, Aldo Abel, "Basamento histórico ... op. cit.

CUADRO Nº2

Stock ganadero de los establecimientos productivos.

Pilar, Luján y Conchas

Propietarios Propiedades
Tipo y explotación. Ganado
Año de inventario Vacuno Equino Ovino Bueyes Mular
Clero regular
Mercedarios Hospicio-Conchas 1000 una 4000 8 -
(1798) manada
Chacra-Conchas (1798) 127 187 300 18 -
Jesuitas Estancia-Conchas (1767) 4800 1218 3000 58 80 (83
burros)
Tierras-Conchas s/d* s/d s/d s/d s/d
Tierras-Cda. Choza s/d s/d s/d s/d s/d
Tierras-Cda. Paja s/d s/d s/d s/d s/d
Dominicos Tierras-Pilar (1789) 200 s/d s/d s/d s/d
Betlemitas Tierras-Cda Escobar s/d s/d s/d s/d s/d
Clero secular Estanzuela-Pilar s/d s/d s/d s/d s/d
Estancia-Luján (1802) 953 385 684 - 6 (94
burros)
*s/d: sin datos

Fuentes : Elaboración propia a partir de A.G.N. IX-7-2-3, IX-7-2-6; IX-7-2-7; IX-7-2-9; IX-7-2-10; XIII-15-2-2; XIII-15-2-4; XIII-15-2-5, XIII-15-2-6, IX-7-2-8, IX-7-3-6; IX-7-3-7; IX-6-9-3; IX-6-9-5; IX-6-9-6; IX-6-9-7; IX-42-5-3. Tribunal Civil, letra H, leg. 2.

Archivo de la Dirección de Geodesia, Partido de Gral San Martín Nº51 y 52, Partido de Gral Sarmiento Nº5, Partido de Moreno Nº24, Partido de Escobar Nº43, Partido de Luján Nº 8 y 67. Archivo Parroquial de Pilar. Libros de Bautismos, Matrimonios y Defunciones, libro de Fábrica y Libro de la Hermandad. Archivo de la Basílica de Luján: Libros de Bautismos, matrimonios y defunciones. Archivo del Complejo Museográfico Enrique Udaondo, Libros de Acuerdos del Cabildo de la Villa de Luján . Inventario de la Iglesia del Partido de Pilar, 1750.GAMMALSON, Hialmar Edmundo, Apuntes históricos del Pueblo de los Santos lugares, hoy Gral. San Martín desde sus orígenes hasta el año 1860 , Buenos Aires Imprenta López, 1957. BRUNET, José, Los mercedarios ..., op. cit. MUNZON, Eduardo I., Historia... op. cit., Los betlemitas..., op. cit. Cit por Mayo A.G.N., IX-49-7-5. Protocolos Antiguos; cit por Mayo A.G.N., IX-15-1-24. Libro de Becerro. GNEMI, Arnoldo Argentino, "Belen... op. cit. AZCUY AMEGHINO, Eduardo y MARTINEZ DOUGNAC, G., Tierra ... op. cit. Documentos para la Historia Argentina , Tomo X, XII y XVIII, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras U.B.A. FURLONG, Guillermo, Historia... op. cit. SALVAIRE, Jorge , Historia... op. cit.; PRESAS, Juan Antonio, Nuestra Señora... op. cit. y Anales .... op. cit.; LOBATO MULLE DE ECHEVARRIA, Felisa C ., Un conquistador.... op. cit. BELIERA, Aldo Abel, "Basamento..., op. cit.

CUADRO Nº 3 : CUADRO Nº 4

Chacra mercedaria en el Pago de las Conchas Hospicio mercedario de San Ramón de las Gasto en mano de obra Conchas. Evolución del gasto y el recibo

(en pesos de a ocho reales) (promedios anuales por quinquenio

en pesos de ocho reales)

¡Error! No se encuentra la fuente de la referencia. Peones Esclavos ¡Error! No se encuentra la fuente de la referencia. Recibo Gasto Recibo-Gasto
1779-1783 114p 1r 30p 2 1/4r 1779-1783 577p 6r 400p 1.25r +177p 4.75r
1796-1800 308p 7 1/2r 32p 1796-1800 539p 3r 606p 1.25r -66p 6.25r
1806-1810 407p 1 1/2r 97p 2 1/4r 1806-1810 784p 5.5r 578p 4.75r +205p 6r
1811-1815 376p 6r 43p 5r 1816-1821 667p 2.5r 865p 4.5r -198p 2r
Fuente : elaboración propia en base a datos de A.G.N. XIII-15-2-6. Fuente: Libros de Gasto y Recibo. A.G.N. XIII-15-3-1.

Libro de Gastos del Convento Grande de San Ramón de Buenos Aires.

Referencias: Peones: gasto en contratación de peones para la chacra.

Esclavos: gasto en manutención de mano de obra esclava.

CUADRO Nº 5

Parroquia de Pilar: Evolución del gasto y el recibo

(pesos de ocho reales) 1784-1802 1812-1822

Recibo Gasto Recibo-Gasto Recibo Gasto Recibo-Gasto
1784 112p 4r 164p 2r -51p 6r 1812 101p 3r 30p 4r +70p 7r
1785 92p 7r 515p 6r -422p 7r 1813 112p 4r 97p 6r +14p 5r
1786 151p 4r 372p 5r -221p 1r 1814 103p 4r 51p 3r +52p
1787 82p 88p 5r -6p 5r 1815 123p 4r 126p 7r -3p 3r
1788 551p 2r 1076p 7r -525p 5r 1816 108p 4r 117p 3r -8p 7r
1789 146p 216p 5r -70p 5r 1817 107p 3r 238p 3r -131p
1790 108p 1r 54p 6r +53p 3r 1818 201p 2r 136p +65p 2r
1791 106p 3r 72p 7r +33p 4r 1819 57p 2r 26p 6r +30p 3r
1792 90p 2r 329p 5r -239p 3r 1820 114p 7r 127p 3r -12p 4r
1793 79p 1r 331p 7r -252p 6r 1821 154p 4r 155p 3r -3/4r
1794 75p 3r 587p 3r -287p 1822 205p 154p 7r +50p 1r
1795 95p 2r 146p 2r -51p Totales 3854p 2r 583p 7r -1977p 4r
1796 70p 5r 79p 1r -8p 4r
1797 81p 5r 57p 2r +24p 3r
1798 93p 7r 79p 6r +14p 1r
1799 68p 3r 148p 1r -79p 6r
1800 84p 7r 69p 1r +15p 6r
1801 71p 75p 2r -4p 1 3/4r
1802 103p 5r 115p 3r +3/4r
Fuente: Archivo Parroquial de Pilar. Libro de Fábrica

CUADRO Nº 6

Hospicio de San Ramón de las Conchas.

Composición del ingreso 1779-1821

(promedios anuales por quinquenio expresados en porcentajes)

Censos Serv. Rel. Ventas Arrend Lim-don
1779-1783 41.01% 24.45% 12.03% 0.91% 21.52%
1796-1800 69.03% 8.7% 17.89% 0.66% 3.69%
1806-1810 56.65% 14.91% 10.08% 1.8% 16.54%
1816-1821 47.30% 17.64% 29.79% 1.24% 4.14%
Fuente : A.G.N., XIII-15-3-1. Libro de Recibo

Referencias : Serv. Rel.: servicios religiosos; Arrend.: arrendamientos; Lim-don: limosnas y donaciones

CUADRO N º7 CUADRO Nº 9

Composición del ingreso (porcentajes relativos) Composición interna de la limosna

Parroquia de Ntra. Sra. de Pilar (1784-1802) Parroquia de Ntra. Sra. de Pilar.

(promedios anuales por quinquenio) (promedios anuales por quinquenio,

porcentajes) 1784-1802

Limosnas Serv. rel. Ganado Limosna en especie (trigo) Limosna en dinero
1784-1789 55.49% 36.28% 8.22% 1784-1789 80% 20%
1790-1795 35.21% 60.6% 4.19% 1790-1795 77% 23%
1796-1801 28.47% 71.53% 0% 1796-1801 68% 32%
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Archivo Fuente: elaboración propia a partir de datos del Archivo

Parroquial de Pilar. Libro de Fábrica. Parroquial de Pilar. Libro de Fábrica.

CUADRO Nº 8

Instituciones que solicitaban limosna

Institución Período o año

Recolector Residencia de la Institución Área de recolección Objetivo de la recolección Tipo de limosna
Parroquia de Luján 1737 Mayordomo

Capataz

limosneros

Luján Banda Oriental

Córdoba

s/d. Trigo
Comisaría de la Tierra Santa de Jerusalén 1753 s/d Buenos Aires (ciudad) s/d Socorro, alivio y defensa de la Tierra Santa de Jerusalén s/d
Hospicio mercedario 1779-1821 limosneros hnos. legos

peones

Campaña de Bs. As. (Conchas) Campaña (establecimientos productivos de la orden) Mantenimiento trigo, maíz,

ganado dinero y objetos

Convento Grande de San Ramón (mercedario) 1779-1820 hermanos legos

peones limosneros

Buenos Aires (ciudad) Campaña bonaerense y Banda Oriental Ornamentación de la iglesia

Mantenimiento del convento

trigo, maíz, pan, ganado, porotos, sal cebollas, leña
Parroquia de Pilar 1781-1802

1812-1822

limosneros

primicieros

laicos

Campaña bonaerense (Pilar) Campaña bonaerense Venta

Ornamentación de la capilla

trigo, aves y dinero
Parroquia de Ntra. Sra. de Guadalupe 1782-1784 Mayordomo

agregados

peones limosneros

sirvientes de devoción

novenantes

Santa Fe Buenos Aires Corrientes Córdoba Santa Fe

Paraguay Misiones

Fábrica de la iglesia.

Pago de salarios.

Mantenimiento de mano de obra.

ganado, trabajo y

dinero.

Cabildo de Buenos Aires 1785 s/d Buenos Aires (ciudad) s/d Mantenimiento de los pobres de la cárcel s/d
Cofradía de Jesús Nazareno (Iglesia de Sn Juan Capuchinas) 1785 y 1790 s/d Buenos Aires (ciudad) Buenos Aires (ciudad y campaña) Culto a Jesús Nazareno 1790: en la presente cosecha
Comisario Superior de los Santos Lugares de Jerusalén 1786 Fr Francisco Yarza (comisario superior) s/d s/d Embarque a España de las limosnas recogidas s/d
Capilla del Rosario 1786 s/d Banda Oriental s/d Fábrica de la Iglesia s/d
Pe Visitador de la orden de San Francisco 1786 hermano lego s/d Provincias del Perú Fábrica de sus conventos s/d
Parroquia de La Concepción 1787 s/d Buenos Aires (ciudad) s/d Fiestas de la Iglesia s/d
Hospital betlemítico 1787-1789 religioso Buenos Aires Banda Oriental Mantenimiento de enfermos del Hospital trigo (durante la cosecha)

Cofradía de San José y Animas del Campo Sto (Htal. Betlemítico) 1788 mayordomo Hospital Betlemítico (Buenos Aires) s/d Animas del Purgatorio s/d
Paula Irrazabal (aspirante a monja catalina) 1788 s/d Monasterio de Sta Catalina de Sena (Bs. As.) Buenos Aires (ciudad y pcia) y Montevideo Dote s/d
Vicecomisario de Tierra Santa 1789 s/d Buenos Aires s/d Mantenimiento de los conventos de Sn Francisco. Lugares Stos de Jerusalén s/d
Parroquia de Monserrat 1789 s/d Buenos Aires (ciudad) Diócesis de Buenos Aires Festividad de Ntra. Sra. de los Dolores s/d
Da. María Isabel Hidalgo (aspirante a monja catalina) 1789 s/d Monasterio de Sta Catalina de Sena (Bs. As.) Buenos Aires (ciudad) Dote s/d
Da. Margarita Melo (aspirante a monja catalina) 1789 s/d Monasterio de Sta Catalina de Sena (Bs. As.) s/d Dote s/d
Da. María de las Nieves Villalba (aspirante a monja capuchina) 1789 s/d Convento de las Capuchinas (Bs. As.) s/d Dote s/d
Convento Betlemítico

1789 cuestores Buenos Aires (convento betlemítico) Reino de Chile y provincias de las tierras de arriba Htal. de convalecencia e incurables s/d
Colegio de misioneros de San Carlos 1789 limosnero

hermano lego

Carcarañá (Sta. Fe) Banda Oriental s/d s/d
Da. Michaela Dorotea Guerra (aspirante a monja catalina) 1790 s/d Monasterio de Sta Catalina de Sena (Bs As.) Buenos Aires y su jurisdicción Dote s/d
Da. Ma. Zamudio (aspirante a monja capuchina) 1790 s/d Convento de las Capuchinas (Bs. As.) s/d Dote s/d
Da. Juana Manuela Gutiérrez (aspirante a monja capuchina) 1790 s/d Convento de las Capuchinas (Bs. As.) s/d Dote s/d
Convento de San Francisco Solano (franciscano) 1790 cuestor Mendoza hasta la jurisdicción de los Arroyos s/d s/d
Hospital betlemítico 1790 s/d Mendoza Coronda y Bajada del Paraná s/d efectos o especies
Hospital betlemítico 1791 hermano lego Buenos Aires Banda Oriental s/d s/d
Convento de monjas capuchinas 1788-1791 limosneros Buenos Aires

(ciudad)

Virreinato del Río de la Plata Fábrica de la Iglesia de frutos

Convento de monjas capuchinas 1791 s/d Buenos Aires

(ciudad)

Pcias. de arriba (Virreinato del Río de la Plata) s/d s/d
Sor Francisca del Sacramento. Beata de la Merced 1791 s/d Buenos Aires Buenos Aires (ciudad) y demás del virreinato s/d s/d
Predicador General de la Pcia de Canarias 1792 s/d Tenerife Virreinato del Río de la Plata Reedificación del santuario de Ntra. Sra. de la Candelaria de Tenerife s/d
Convento de monjas capuchinas 1793 s/d Buenos Aires

(ciudad)

Campaña Mantenimiento de la comunidad trigo y demás granos
Hospital betlemítico 1793 limosnero Córdoba Santa Fe

Paraná

s/d s/d
Parroquia de Arrecifes 1793 s/d Arrecifes s/d Fábrica de la Iglesia Pquial. s/d
Da. Dominga Nieto 1796 s/d Monasterio de Sta. Catalina de Sena (Bs. As.) Montevideo y su jurisdicción Dote s/d
Parroquia de Colonia 1797 s/d Banda Oriental s/d Benditas Animas y anexos de su parroquia Ganado
Da. María Bernarda Delgado 1798 s/d s/d s/d Dote s/d
Parroquia de Canelones 1798 s/d Banda Oriental s/d Construcción de la Iglesia s/d
Fr. Manuel Correa (Orden de Sn Juan de Dios) 1799 s/d s/d Virreinato del Río de la Plata Beatificación y canonización de Fr. Francisco Camacho s/d
Parroquia de Luján. Cofradía del Rosario 1836 limosneros Campaña bonaerense (Luján) Magdalena

San Vicente

(campaña bonaerense)

Función anual de la Cofradía

Mantenimiento de la capilla

Ganado (vacuno y equino)
Cofradía de Ssmo Sacramento y Benditas Animas 1857 cofrades Pilar Distrito de la parroquia de Pilar Funciones de la cofradía s/d
*s/d: sin datos.

Fuentes : A.G.N.: IX-31-4-5, IX-31-4-6, IX-31-4-7 exp 468, IX-31-5-2 exp. 10, IX-31-5-3 exp. 11, 32 y 34, IX-31-5-5 exp. 693 y 697, IX-31-5-6 exp. 699, 704, 711 y 725, IX-31-5-7 exp. 742, 777, 779, 36 (771) y 44 (751); IX-31-5-8 exp. 2 (801) y 37 (794); IX-31-6-1 exp. 29(816) y 33 (847); IX-31-6-3 exp. 9(887); IX-31-6-4 exp. 896 y 902; IX-31-7-4, IX-31-7-5. A.G.N. IX-7-2-3; IX-7-2-6; IX-7-2-7; IX-7-2-9; IX-7-2-10; XIII-15-2-2; XIII-15-2-4; XIII-15-2-5, XIII-15-2-6.; A.G.N. XIII-15-2-3.; A.G.N. XIII-15-3-1. A.G.N.-A.E.C.B.A., TVII. Archivo Estanislao Zeballos, Libro de la Comisaría de la Tierra Santa de Jerusalén. Salvaire, Jorge María, Historia... op. cit. Archivo Particular de A. A. Beliera, Constitución.... cit. Archivo Parroquial de Ntra. Sra del Pilar: Libro de Fábrica.


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