II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación"

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS Segundo Encuentro Nacional: La Universidad como objeto de investigación

"La Universidad: ¨legitimadora o crítica del Estado Neoliberal?"

Autores:
Lic. Ramón Osvaldo Monteiro
Lic. Sandra Guadalupe Ortiz

Río Cuarto, octubre de 1997.

Nombres de los autores y títulos profesionales:
* Ramón Osvaldo Monteiro
Licenciado en Ciencias de la Comunicación.

Departamento de Ciencias de la Comunicación
* Sandra Guadalupe Ortiz
Licenciada en Psicopedagogía
Departamento de Ciencias de la Educación
Institución de pertenencia:
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE RIO CUARTO
FAX 058 676285 TE. 058 676285.

E. mail: R. monteiro@hum.UNRC.edu.ar

Area temática elegida: 1- Gobierno, organización y administración de los sistemas e instituciones de nivel Superior.

Título del Trabajo: "La universidad: ¨legitimadora o crítica del modelo neoliberal?

"La universidad: ¨legitimadora o crítica del modelo neoliberal? Lic. Ramón Monteiro Lic. Sandra Ortiz Universidad Nacional de Río Cuarto

RESUMEN

El Estado Neoliberal, tiene fuertes implicancias en educación y en particular en la universidad. Hoy la Universidad Pública argentina, aparece como un espacio más de constitución de una nueva subjetividad. Este "nuevo hombre" legitima a través de su despolitización un modelo social exclusor. En la universidad se instala junto a la lógica mercantilista en la producción de conocimientos, la vigencia de prácticas cotidianas que ratifican la imposición hegemónica del Modelo Neoliberal.

1. Introducción

El Estado Neoliberal, tiene fuertes implicancias en educación y en particular en la universidad. Hoy la Universidad Pública argentina, aparece como un espacio más de constitución de una nueva subjetividad. Este "nuevo hombre" legitima a través de su despolitización un modelo social exclusor. En la universidad se instala junto a la lógica mercantilista en la producción de conocimientos, la vigencia de prácticas cotidianas que ratifican la imposición hegemónica del Modelo Neoliberal.

2.- Estado Neoliberal Algunos conceptos básicos.

La década del ï90 caracteriza el Estado por incomparables cambios de actitud con respecto a las responsabilidades asumidas frente a la sociedad en décadas anteriores. Cambios en la orientación y decisión política, social y económica en materia de salud, educación o empleo, representan el nuevo contexto donde aquel genera inéditas responsabilidades sociales.

Justamente, este informe intenta aproximarse a la comprensión de los cambios asumido por el Estado frente a la Educación y en especial en la Educación Superior.

En este sentido, resulta pertinente comprender en términos referenciales las particularidades resaltantes del actual Estado, fundamentalmente en aquellas competencias que afectan al conjunto de la sociedad.

El Estado requiere ser pensado en el contexto emergente proporcionado por el nuevo ordenamiento mundial que sufre el sistema capitalista, sea en los procesos económico productivos, cuanto en los socioculturales. Ello afecta la conformación de responsabilidades y actitudes del Estado, en tanto generador de resarcimientos de necesidades para amplios sectores sociales.

Vale entonces intentar una serie de precisiones con el objeto de acercarnos a reconocer someramente algunas de las diferencias manifiestas entre el Estado de Bienestar y el nuevo tipo de estado, consolidado en la presente década.

Con respecto a la relación entre él y la sociedad, se concreta fehacientemente mediante vínculos institucionales construidos al amparo de procesos socio- históricos y en la actual etapa parecerían diluirse bajo el velo de la oleada privatizadora que recorre a toda la sociedad. En tanto que observado desde los actores sociales existiría una fuerte impronta en la generación de valores, normas y actitudes alejados de los emergidos en el contexto del otrora Estado Benefactor.

Pero además, la emergencia del nuevo Estado produciría necesariamente, prácticas sociales diferentes por parte de los actores sociales debido a que los procesos productivos estarían alterándose, entre otras causas, debido a que la reestructuración estatal forma parte del reacomodamiento mundial sufrido por el capitalismo, en el cual los estados cumplirían inéditas funciones reguladoras, por ejemplo, generación de leyes de flexibilidad laboral.

Desentendimiento en la búsqueda del pleno empleo....

A lo anterior, y para completar un somero reconocimiento de las características contextuales donde el estado deberá afirmar su legitimación, aparece la incorporación tecnológica en los procesos productivos, convirtiéndolos en flexibles y de rápida mutación como consecuencia de la necesidad de imprimir un alto beneficio resultante de la constante redefinición en los diseños implicados por los modelos de producción.

3. Estado y Sociedad Algunas problematizaciones.

En consecuencia, y para profundizar ¨Cómo conjugaba el Estado Benefactor su relación con la sociedad? ¨Bajo qué parámetros constituía su consenso? ¨Cómo se presenta frente a la sociedad el nuevo Estado? ¨De qué manera está condicionado su relación con la sociedad? ¨Cómo afecta esto la conformación de una perspectiva educativa? ¨Cómo se traslada esta lógica a la universidad? En primera instancia, el Estado Benefactor operaba como organizador y regulador de las relaciones sociales en las distintas dimensiones, (política, económica y social) con la finalidad de lograr el consenso entre capital y trabajo. Sin embargo, desde mediados de los ï70 inicia un paulatino y constante retraimiento de las obligaciones asumidas en los años 40. Comienza a estructurarse, lo que E. Bustelo, denomina Estado de Malestar, abandono de responsabilidades que otrora eran puntos nodales en sus acciones políticas, económicas o sociales: desmantelamiento de los sistemas de salud, mediante el traslado de responsabilidades de la nación a las provincias.

Achicamiento del personal, via retiros voluntarios. Recorte del carácter decisorio del ministerio de trabajo en favor del ministerio de economía. Búsqueda de privatización de aquellos servicios ïineficientes y deficitariosï, ejemplo vias férreas. Constante intento por ahondar en procesos de flexibilización laboral...

Obviamente, la educación no escapa a este reordenamiento, al punto que se estructura una ley de orientación en la materia, denominada Ley Federal de Educación; con su consiguiente, Ley de Educación Superior, la cual afecta jurídica y políticamente a las Universidades.

Visto de esta manera, el Estado desnuda su carácter clasista, trayendo aparejadas e implicadas nuevas reglas de juego contenidas en los marcos impuestos por el emergente patrón de medida: el mercado. Entendido como ámbito donde las fuerzas económicas y sociales no se desplazan bajo el libre albedrío, sino constreñidas por una fuerte regulación por parte de sectores altamente concentrados en lo económico, en lo social y en otros ámbitos, limitando o dificultando cualquier tipo de competencia leal.

Aceptando lo anterior, resulta necesario interrogarse sobre lo ocurrido con el estado de bienestar, específicamente: ¨Por qué se llega a esta situación? ¨Cuáles son las principales características? O visto desde el ángulo de los sujetos ¨cómo enfrentar esta situación, en la cual quedan desplazados y desguarnecidos frente al impulso obtenido por el nuevo Estado? Una primera aproximación requiere recuperar la idea de que el viejo Estado de Bienestar resulta incapaz de subsistir al margen de las contradicciones engendradas en su interior. Las clases sociales contenidas en los límites del consenso comienzan a desbordar las exigencias posibles de solución por parte de él. Apareciendo entre las principales características un desdibujamiento y debilitamiento de identidades colectivas basadas primordialmente en discursos "extremadamente vagos y con satisfacción relativa de ciertas demandas básicas de las clases populares"1. Por tal motivo, aparece la imposibilidad de sustentar una legitimidad capaz de transportarse, no sólo en el tiempo, sino en la sociedad misma.

Así y sin ser capaz de contener las expresiones de la crisis, el Estado Benefactor entra en una calle de noche y sin luz a la nueva relación con la sociedad. Ya no son las clases sociales las que reclaman la convocatoria principal en el conflicto que debe armonizar y controlar el Estado.

Se debilita -no desaparece- la preocupación central por la cooptación de sindicatos y gremios, porque el conflicto central entre capital y trabajo se desplaza hacia otros actores emergentes.

Es en este sentido como el Estado Benefactor deja de reglar y organizar la vida social, pues se manifiesta una lógica relacional diferente entre él y la sociedad; pues seleccionaría para dar solución ámbitos específicos de demandas provenientes de la sociedad, reprimiendo u ocultando aquellos no contemplados en su racionalidad selectiva.

En otros términos, se pone en juego una sobrecarga sobre la sociedad a partir de lo considerado no primordial por el Estado, potenciando la emergencia de una acción de solución individual. De esta manera, se intensifica el argumento político por el cual es necesario descomprimir todo intento de presión sobre el Estado. Anulando o disminuyendo, como dicen A. Barbeito y R. Lo Vuolo, situaciones de presiones sectoriales: "dado que no existen mecanismos que moderen y articulen las demandas de los grupos de presión, donde cada fracción se despreocupa de los impactos que su negociación política tiene para el resto de la sociedad"2 ¨Cuál es la importancia de pensar así? reside en la posibilidad concreta de desestructurar un frente monolítico en la conflictividad social, signada por la presencia exclusiva de la 'clase'. Y como consecuencia, permite desagregar la conflictividad en una multiplicidad de luchas que desplazan del centro de tensión a la relación capital/trabajo.

En estos límites aparece la vigencia de la lógica del ciudadano, basada en deberes y derechos adquiridos sobre la base de la libertad, igualdad, equidad y solidaridad; valores, sin embargo, que intentan ser transformados por la lógica del nuevo Estado, al tratar de sumarle una actitud con características estrictamente individualistas mediante la regulación y/o mediación del mercado, como ámbito exclusivo de resolución de las acciones emprendidas por los actores sociales .

Sobre esta base, las luchas por los derechos y libertades individuales (y la educación es uno de ellos) van hacia la búsqueda del logro por la igualdad, instituyendo una línea demarcatoria entre lo público y lo privado, vedada -o al menos obstaculizada- en el viejo Estado de Bienestar, hoy acosado por poderosos grupos - fundamentalmente- económicos y políticos reguladores del mercado.

En tanto, la nueva fase del Estado afecta a los sectores laborales que tradicionalmente vieron en él la posibilidad del pleno empleo (y como consecuencia una fuerte organización gremial o sindical). Hoy hay que adherirle una vuelta de tuerca a la lógica de acumulación del capitalismo, que logra -entre otros aspectos- despolitizar el proceso productivo, con el aprovechamiento de marcos legales de alta flexibilidad laboral.

Así, la producción incorpora a su proceso tecnologías de punta altamente flexibles, alimentando la fragmentación entre los trabajadores, en nuevas categorías de análisis, a partir de la ubicación registrada por ellos en la relación del proceso productivo: exclusión o inclusión. En este sentido, al aparecer nuevas tecnologías en el proceso de produción, diluye (no la elimina) la relación poseedor - no poseedor de los medios de producción y como consecuencia contribuyen a la emergencia de un argumento -y, obviamente, una práctica- basada entre aquellos actores con capacidades de conocimientos tecnológicos y quienes se encuentran restringidos para hacer frente a los nuevos patrones emergidos por la aplicación tecnológica. Incluidos- excluidos, nuevas categorías (y prácticas sociales) diferenciadoras en la reestructuración del proceso productivo.

Factores que permiten consolidar el argumento de que en la sociedad se fracturó el consenso implícito dado por la organización social del Estado de Bienestar. Fundamento acompañado -por otra parte- por la idea de que los procesos de producción significativamente tecnificados traen como consecuencia una desestructuración de tradicionales rutinas del consumo estandarizado (lógica de producción del proceso Fordista). Como dice Marco R. Mejia: "este consumo sofisticado, diferenciado, supone la existencia de una población educada que se diferencia socialmente por esa cierta exclusividad, creando nuevos estilos de vida y por lo tanto nuevas formas de exclusión"3 Tal diversificación en el consumo solicita inéditos comportamientos laborales de los trabajadores, quienes sienten presión a partir de la incorporación de tecnologías en el proceso de producción: capacidades de manipular mentalmente modelos; necesidades de comprensión de procesos globales; capacidades de adaptarse a los cambios, colaborando con las nuevas formas de producción...

Otro de los aspectos primordiales para comprender cómo el Estado de Bienestar se separa de la sociedad es el resurgimiento de la vida privada en detrimento de la vida pública.

Surge entonces la idea de un colapso en las tendencias ideológicas globalizadoras, dando camino a prácticas y discursos sociales múltiples ligados a acontecimientos o esferas más cercanas a las personas, donde un clima micro moral individualista impediría "construir referentes y establecer responsabilidades sobre acontecimientos que suceden en esferas mucho más globales; de esa manera, aparentemente nadie parece ser responsable de lo que ocurre"4, presentándose potencialmente la existencia de una supuesta 'pluralización de estilos de vida' que permitirían a cada uno vivir como quiere y sin responsabilidades con lo colectivo, donde el ciudadano como nueva unidad de derechos y deberes se estaría fragmentando en múltiples individualidades.

No obstante, ¨si estamos frente a esa situación, cuáles serían sus características y cómo impactaría en la relación Estado y sociedad?, ¨Cuál es el papel que cumpliría la Educación en este nuevo contexto? Aún considerando cierto clima de actitudes individualistas, no necesariamente implica el total descompromiso con la realidad social. Lo que está en crisis es el viejo Estado de Bienestar y los proyectos colectivos representados en la capacidad de transformación social. En consecuencia, con un Estado retraido de sus obligaciones tradicionales (salud, Educación, ...) y debilitada la ïclaseï como portadora de cambios globales, la emergencia de nuevas realidades individuales y grupales construídas al amparo de satifacciones no realizadas, aparecen como ámbitos donde las personas elaboran sus prácticas consignadas por la acción de sus pares. En palabras de Daniel Garcia Delgado: "si ya no existe que la propiedad o no propiedad de los medios de producción sea el factor dominante y excluyente, o la situación de dependencia, otros elementos comienzan a ser importantes para la construcción de identidades y de acción colectiva: son el género, la edad,..."5 y completa la idea: "este pasaje de una movilización de masas a otra fragmentada por temas puntuales y sociales muestra la inexistencia de un conflicto permanente y central"6.

Presentado de esta manera,7 el nuevo Estado nos impulsa con él a trabar relaciones y disputas en el mercado con otros agentes más poderosos y por tanto requiere de que nos constituyamos en actores capaces de actuar para satisfacer las necesidades personales , pero a la vez, implican las del conjunto societal. Entonces, se trata de aceptar que este tipo de Estado, contradictorio con su propia función , al colaborar con su desarticulación, "no se diluye según pensaban los anarquistas, es más bien un Estado que sale al mercado como una empresa más. Y en inferioridad de condiciones"8 por tanto habrá que pensar y profundizar en el análisis del papel que cumplirá la Educación como generadora de ideologías, representaciones e imaginarios sociales en el tejido social.

4. Estado, educación y sujeto.

En este modelo de Estado Neoliberal es el mercado quien, se presenta como protagonista no sólo de la vida económica sino política y social. Se trata de la libertad de mercado lo que trae aparejado un achicamiento de las tareas públicas del Estado.

Se produce lo que se denomina "desmantelamiento" del Estado. La política de privatizaciones avasalla las fronteras de lo público, se instala en ámbitos como salud, educación, seguridad social, vivienda, es decir lo que se defiende como políticas de ajuste para obtener racionalización de recursos a fin de lograr eficiencia y eficacia en la calidad de la producción, desemboca en duros procesos de exclusión que sufren los sectores menos favorecidos.

Esta distribución desigual de los ingresos acentúa las situaciones de pobreza estructural en indigencia a las que se ve sometida la clase obrera. Es allí donde la desocupación y subocupación aumenta masivamente. Por otro lado, el impacto de este modelo de Estado Neoliberal también se hace sentir en la clase media en aquellos sectores más desprotegidos económica y socialmente se produce el fenómeno denominado "nuevos pobres". Se trata de aquellos sectores que ven restringido su acceso a bienes que siempre estuvieron a su alcance.

Esta agudización de las desigualdades sociales de las que somos testigos configura un tipo de sujeto, hay un nuevo supuesto antropológico que subyace al modelo. Ya no se trata del sujeto de participación político - social del Estado Benefactor, muy por el contrario, es un sujeto individual altamente competitivo subsumido en la apatía y el descompromiso por la práctica política. No se siente representado por la clase política, pues a cada instante da ejemplo de corrupción. Para Bustelo (1993) la dimensión psico-social se caracteriza centralmente por dos estados de ánimo: "desesperanza y descreimiento".

Es en la constitución de esta nueva subjetividad que la educación toma partido. Lo educativo aparece como un escenario propicio donde los procesos de hegemonía se materializan en la conformación de un sujeto adaptado a las imposiciones del nuevo orden mundial.

Se desdibuja el campo de accionar colectivo, lo común es opacado por lo privado. Dieterich Steffan sostiene que el paradigma antropólogico es el "homo oeconomicus" que vive determinado por "la dictadura de las superficies dentro de una cultura mundial homogeneizada y un espacio público transformado" 9 El Estado Nacional va desapareciendo a través de políticas integracionistas transformándose en Estado Global. El proceso de globalización económica responde a la actual transformación del capitalismo que se manifiesta no sólo en la reconversión de las relaciones económico-laborales, sino que trasciende al campo de la cultura, la ciencia y la tecnología. Es importante pensar aquí la presencia de la maquinaria comunicacional mass mediática que interviene acelerando la imposición de la globalización. En este contexto las fronteras se diluyen y el sujeto siente cada vez más extraño a él la figura reguladora que constituía el Estado.

La educación pasa a ser un aspecto más en esta mercantilización de lo cotidiano, asegurando desde la socialización la construcción de un sujeto disciplinado y despolitizado. En la universidad pareciera tomar sentido en el prototipo del académico cientificista que produce ciencia y técnica para publicar su paper, dejando de lado cualquier 'contaminación ideológica' que perturbe la pureza de su escrito. Es éste universitario el que también hace docencia, ante lo cual nos preguntamos: ¨para quién?, ¨desde dónde?, ¨respondiendo a qué?.

Puede advertirse según lo presentado que "lo político" atraviesa una crisis en dos sentidos la clase política se confunde con prácticas farandulescas, se la trivializa materializando sus discusiones y decisiones en los show televisivos en lugar de ubicarse en las debidas instancias parlamentarias.

Por el otro lado, sus representados se muestran desinteresados y apáticos definiéndose como apolíticos.

Frente a esto, Landi cuando describe la influencia del mercado en la desarticulación de las distintas redes sociales sostiene que estamos presenciando un proceso de "... des-socialización de la política y des-politización de la sociedad ..."10 En este sentido "lo político en educación" pasa a ser terreno de los encargados de la conducción de las instituciones. El sujeto involucrado en el proceso de educación también queda enajenado de su propia práctica política. No sólo es un trabajador explotado por las relaciones laborales imperantes, sino que queda despojado de su autonomía en tanto intelectual reflexivo. Decide cada vez menos sobre los rumbos de su accionar docente, obedeciendo y haciendo obedecer cada vez más las 'recomendaciones' de organismos internacionales si pretende sobrevivir en el sistema. Lo grave es que muchas veces no es conciente de este proceso, aquí el éxito de la hegemonía, y entonces envuelto en el avasallamiento de las presiones académico-administrativas, responde desde el 'sentido común' que lo obliga a no pensar políticamente su tarea docente y su producción de conocimiento.

El sujeto despolitizado en cuanto a lo social en general y en lo educativo en particular parece ser la concepción antropológica vigente en este contexto político-social neoliberal.

Sin embargo, quizás de considerar a la despolitización como consecuencia secundaria del modelo, sostenemos en cambio que un sujeto despolitizado es la culminación "eficiente" de un proceso de politización gestado por los sectores dominantes a fin de asegurar el mantenimiento del modelo vigente y por tanto de su lugar privilegiado en él; proceso que se dirige al resto de la sociedad quienes con su supuesto comportamiento despolitizado sostienen legitimando el statu quo. Es aquí donde la educación en general y la universidad en particular es responsable de este proceso.

Promoviendo la formación de profesionales que responden desde su acción a la legitimación del modelo.

Nos parece necesario recurrir a los planteos teóricos de Poulantzas y Gramsci, que explicitan la relación entre Estado, intelectuales y clases sociales.

Si conceptualizamos al Estado desde Poulantzas, estamos superando el debate entre quienes consideran que el Estado es un instrumento de la clase dominante de turno o bien quienes sostienen la concepción del Estado - Sujeto con valor superestructural. Se trata sí del Estado - Relación.

Para Poulantzas es "...la condensación material y específica de una relación de fuerzas entre clases y fracciones de clases..." 11 De esta manera, el autor supera las dos primeras concepciones mencionadas (Estado - Instrumento y Estado - Sujeto) que suponen una "relación de exterioridad" con las clases y fracciones dominantes. En realidad, las relaciones entre clases son intrínsecas al Estado mismo el cual se configura como el escenario estratégico en el que se expresan las relaciones.

El autor continúa desarrollando la temática subrayando que no se trata de una sumatoria de distintos sectores de la sociedad, sino que se trata más bien de una "ciudad de aparato" o "centralización" en la cual se encarna con solidez la clase o fracción hegemónica que encuentra un lugar adecuado para concretar sus intereses. Pensemos que la relación de dominación entre las clases sociales no es específica del Estado lo trasciende, sólo encuentra en él un escenario apropiado para materializar su hegemonía.

Claro que esta presencia de los grupos de poder no es homogénea, ni excluyente. La clase dominante tiene para sí sus propias internas, por eso la constante aclaración de "fracciones". Por otro lado, las clases populares también forman parte o intervienen en esta condensación de relación de fuerzas; pero dice Poulantzas están presentes de modo específico: "...bajo la forma de focos de oposición al poder de las clases dominantes." 12 Es decir, que están aunque en inferioridad de condiciones, por lo cual el Estado constituye, como decíamos hace un momento la sede privilegiada de la clase y fracciones de la clase hegemónica para ejercer su dominación a las clases populares.

Desde esta lectura nos permitimos interpretar el actual modelo de Estado Neoliberal como organización estratégica de los intereses de las clases dominantes. Es allí donde las políticas de exclusión no sólo están referidas a lo material sino también a la exclusión en la vida política de las demás clases sociales. En este sentido la despolitización a la que hacíamos referencia anteriormente, no sería un comportamiento genuino y autónomo de los sujetos sino un efecto producido con intencionalidad política. En estos términos la acción educativa cumple una supuesta función neutralizadora ideológicamente que responde a través de la constitución de una subjetividad adaptada, acrítica y alejada de toda práctica política.

El definirse como universitario-académico, despolitizado sería la concreción de este propósito, "desvinculándolo" completamente del aparato estatal y todo accionar político - social. Con esto el sujeto concreto convencido de su neutralidad se retrotrae a lo individual y privado, sin advertir que está siendo partícipe y colaborador en la prosecución del modelo pues no acciona en él para su modificación se "ausenta" de la lucha otorgando espacios a la clase dominante anclada en el Estado.

Para avanzar podríamos recurrir a los aportes de Gramsci.

Este autor concibe al Estado como Estado Ampliado, conformado por "sociedad política más sociedad civil, vale decir, hegemonía revestida de coerción"13 Coincide con Poulantzas al señalar la alianza clase dominante - Estado; ambos para mantener el statu quo no reducen su dominación en el aspecto material de las relaciones de producción. Su interés es crear y asegurar "consenso" o "conformismo social" de tal manera de hacer sostener ideológicamente el modelo por toda la sociedad civil. Para Gramsci esto se logra gracias a la "hegemonía". Este proceso consiste en la dominación social política e ideológica que las clases dominantes llevan a cabo sobre las dominadas imponiéndoles sus valores, normas, para así desde este control ético e ideológico asegurar la reproducción de las relaciones de dominación que posibilitan luego la explotación entre las clases según Miliband. Para Gramsci entonces el Estado es la organización de la dominación garantizada por la hegemonía.

Desde este autor nos es posible pensar que más que despolitización ingenua de los sujetos sociales y por ende de los universitarios, es el triunfo de la hegemonía, obteniendo el consenso de todas las clases aún las sometidas. En los términos de Miliband, es la "socialización política" (Miliband, 1970). Al explicar como actúan las distintas agencias de persuasión política para el logro de la legitimación este autor expresa: "... éstas agencias...no son políticas y decididamente rechazan la política. Sin embargo...hablan el idioma de la adaptación a la sociedad capitalista...están dedicadas a una empresa combinada y formidable, de adoctrinamiento conservador..." 14 Estas agencias o aparatos constructores de consenso, nos recuerdan los aparatos ideológicos del Estado que caracterizó tan claramente Althusser, aunque con precisión se trate aquí de los aparatos productores de hegemonía de Gramsci.

De ellos (Medios Masivos de Comunicación, Iglesia, Familia y Escuela) el que nos interesa particularmente es la escuela, es decir, la universidad. Siguiendo a Gramsci es la escuela una institución clave en el ejercicio de la hegemonía ahí se "... educa el consenso, difunde concepción de vida y elabora conciencia colectiva homogénea..." 15 En este sentido retomemos una vez más lo que ocurre hoy en una institución educativa en particular: la Universidad Pública Argentina. Desde distintas perspectivas, diferentes estudiosos de la temática coinciden en caracterizar los comportamientos de los universitarios en términos de apatía y descompromiso en relación a la vida política tanto en cuestiones internas a su institución cuanto a la realidad social en general. Pareciera que lo que en algún momento fuera sede de la crítica y acción transformadora del orden social vigente hoy se ha convertido en una institución de tipo profesionalista consecuente con el modelo Neoliberal vigente. Se produce y difunde conocimiento científico "apolítico" envuelto en una asepcia de neutralidad propia del más duro positivismo. Los intelectuales (docentes, alumnos, investigadores, autoridades) se definen al interior de la Universidad como "académicos - apolíticos" aunque sin embargo sus comportamientos, sus producciones responden fielmente a intereses pragmatistas y tecnocráticos defendidos por entidades económicas transnacionales como FMI o BANCO MUNDIAL, que no son más que la cara vigente del modelo Neoliberal.

Con esto intentamos decir que en la misma Universidad radica otro foco de reproducción social ejecutora también de hegemonía y por lo tanto constructora de sujetos supuestamente "despolitizados" garantes de la cristalización de la explotación.

5. Consideraciones finales.

Finalmente queremos volver al papel del docente como intelectual. Para ello recordemos juntos el concepto de Gramsci, en relación a los intelectuales, no sólo el sentido amplio que le da al término sino cuando lo refiere a quienes además de ser portadores de esta capacidad como todo trabajador (incluido el manual) específica quienes además tienen la función en la sociedad de ser intelectuales. En términos muy generales podríamos considerar a los universitarios en esta clasificación. Lo importante de este planteo gramsciano, es la relación que establece entre las clases sociales y la categoría de intelectual. Al sostener este autor que "... cada clase crea orgánicamente una o varias castas de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia función tanto en el campo económico como en el social y político..."16 pone en evidencia la estrecha relación entre intelectuales y prácticas hegemónicas. El denomina esta categoría de intelectuales como "Intelectuales Orgánicos a la clase dominante".

La pregunta que nos surge entonces como docentes universitarios es: ¨hasta dónde somos, hasta dónde generamos con nuestros comportamientos cotidianos, intelectuales orgánicos a la clase dominante?.

El riesgo es admitir como única concepción de universitarios- intelectuales, el profesional-cientificista que bajo el convencimiento que ya nada es posible hacer políticamente se convierte en cómplice de la difusión de la ideología dominante, la cual expande un manto de despolitización permanente sobre nuestros comportamientos, desvaneciendo la fuerza de la demanda social, principalmente de los sectores más desfavorecidos. Las clases dominantes en el marco de un modelo de Estado Neoliberal guarda para sí la acumulación de bienes materiales y simbólicos que le son apropiados injustamente a las masas populares. Cuenta para ello con la complicidad de aparatos (la Universidad es uno de ellos) que construyen consenso provocando con claras intencionalidades político - ideológico, el desconocimiento de la dimensión política inherente ontológicamente a todos los sujetos subsumiéndolos a un estado de ingenuidad en el que terminan avalando el modelo vigente.

Siguiendo las palabras del maestro Freire, nuestra acción como educadores está justo aquí procurando la "alfabetización política" de los sujetos.

Estamos seguros que los procesos de explotación, de exclusión son cada vez más fuertes, sin embargo sería muy peligroso no pensar en las fisuras en las contradicciones de el poder hegemónico y mucho más si no apostamos a lo que tan claramente sostienen teóricos-políticos como Freire, Apple y Giroux entre otros, quienes apuestan fuertemente a la capacidad crítica y creativa de algunos intelectuales y sectores populares. Es allí donde se aloja la "resistencia" verdadera política de lucha y emancipación.

Es por ello que creemos y queremos que la relación entre "intelectuales" y "pueblo" que nos plantea GRAMSCI sea revisada en su sentido más profundo. Con mucha claridad y dureza expresa: "El elemento popular `siente` pero no comprende o sabe; el elemento intelectual `sabe` pero no siempre comprende y especialmente `siente`..."17 ¨No será momento en el que comencemos a sentir?...

Referencias Bilbliográficas.

BUSTELO, E. 1993 2¦ edición La Producción del Estado de Malestar En Minujin, A. Cuesta Abajo -Losada Buenos Aires

CHOMSKY, N. y H. DIETERICH 1996 La Sociedad Global - Liberarte. Buenos Aires FREIRE, P. 1969 La naturaleza política de la educación. Edit. Paidós. Buenos Aires.

GRAMSCI, A. 1972 Los intelectuales y la organización de la cultura. Edit. Nueva Visión. Buenos Aires.

GRAMSCI, A. 1995 4¦ edición La Alternativa Pedagógica - Fontanamara México HIDALGO, J. C. 1993 El rol de la universidad: distintos enfoques y sus implicancias, especialmente referidas al financiamiento universitario. Universidad Nacional del Litoral.

LECHNER, N. 1985 3¦ edición Estado y Política en América Latina - Siglo XXI. México MILIBAND, R. 1997 El Estado en la Sociedad Capitalista - Siglo XXI. México OFFE, C. 1991 Contradicciones en el Estado del Bienestar - Alianza. México.

POULANTZAS, N. 1986 6¦ edición Estado, Poder y Socialismo - Siglo XXI México.

TORRES, C. 1996 Las Secretas Aventuras del Orden. Estado y Educación - Miño y Dávila Buenos Aires.

NOTAS

1 Paris Pombo, M. Crisis e Identidades Colectivas en América Latina. Plaza y Valdes Edi tores. México. 1990. pp 59-60

2 Barbeito, A. y R. Lo Vuolo La Modernizacion Excluyente. Losada. Bs. As. 1995. pp 125

3 Mejía , M. Reconstruyendo la Transformación Social IV Seminario Internacional de Universidad y Educación Popular. Brasil 1994. P.p 4

4 Ibidem. P. p. 5

5 GARCIA DELGADO, Daniel: Estado y Sociedad. FLACSO, Bs. As. 1994. P.p. 191

6 Ibidem. P. p.191

7 ENTEL, Alicia. La Ciudad Bajo Sospecha Paidós Bs. As. 1996. P. p. 86

8 Ibidem P. p. 87

9 Dieterich Steffan, 1996. Sociedad Global. Liberarte. Bs. As.

10Landi, Oscar. 1985 "El Estado y la sociedad en la crisis actual" en Lechner, N. Estado y política en América latina. Siglo XXI México.

11 Poulantzas, Nico 1979. Estado, Poder y Socialismo. Siglo XXI México

12 Ibidem

13 Gramsci, A. 1972. Los intelectuales y la organización de la cultura. Nueva Visión. Bs. As.

14 Miliband,R. 1970. El Estado y la Sociedad Capitalista. Siglo XXI México.

15 Gramsci, 1995 4§ edición. La alternativa pedagógica. Fontanamara. México.

16 Ibidem.

17 Ibibem.

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