II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación" |
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Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)Noviembre 1997 |
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MODELOS DE ARTICULACION ACADEMICA. Cultura e identidad de los docentes-investigadores de la UNLP.1
Claudio Suasnábar *Viviana Seoane **
Vanesa Deldivedro ***
Introducción.
A nivel mundial las investigaciones sobre los académicos, al igual que las de profesiones universitarias, tienen una larga tradición; a tal punto que constituyen verdaderos sub-campos dentro de los estudios de educación superior y de los de sociología del ciencia.
En nuestro país, y en general en latinoamérica todavía constituyen un área de vacancia que lentamente va ganando interés. A diferencia de lo que sucede en los países centrales, donde los interrogantes básicos giran alrededor de precisar el carácter (único o múltiple) de la profesión académica; las preguntas desde la periferia aparecen más ligadas en primera instancia a cuestiones casi ontológicas.
De este modo, la pregunta sobre la existencia de una profesión académica, no solamente expresa la distancia en el desarrollo académico entre el centro y la periferia, sino particularmente cómo ha repercutido la inestabilidad política en las instituciones universitarias, en la formación, consolidación y configuración de los grupos y equipos de docentes e investigadores.
En este sentido, la presente comunicación constituye un primer intento de respuesta a parte de estos interrogantes, y tiene por objetivo caracterizar algunos rasgos, mecanismos y lógicas de producción y reproducción del cuerpo de docente-investigadores en tres disciplinas: física, economía e historia. Los modelos de articulación son una tipología que intenta captar la convergencia de los componentes simbólico-culturales y disciplinares que configuran las identidades académicas, y que a su vez, permiten aproximarnos a comprender algunos aspectos de las distintas culturas institucionales y su funcionamiento.
La exposición del trabajo está organizada en cinco secciones. En la primera se detallan los principales conceptos y definiciones utilizadas, y la metodología empleada. La segunda, tercera y cuarta se presentan los distintos modelos de articulación que corresponden a cada una de las disciplinas elegidas. En la última, se desarrollan, a modo de hipótesis tentativas, los puntos de continuidad y ruptura entre los modelos, y las relaciones entre cultura disciplinar y cultura política como componente de las culturas institucionales. Finalmente, los resultados de investigación que se presenta, parten de un trabajo anterior de carácter descriptivo que tuvo como objeto de estudio el conjunto del cuerpo docente de la UNLP (Suasnábar, 1995)2.
Modelos de articulación académica. Conceptos y definiciones.
Dos dimensiones se han recortado para la construcción de estos modelos3. En primer lugar, los tipos y grados de articulación con el resto de la comunidad académica. En esta última, reconocemos tres niveles diferentes: el institucional local (carrera o departamento), la comunidad académica nacional, y finalmente, la comunidad internacional. Las trayectorias de formación, los circuitos de circulación, transmisión y producción de conocimiento científico y la presencia en los debates actuales del campo disciplinar; marcan algunos aspectos a tener en cuenta para la caracterización de los distintos modelos de articulación.
En segundo lugar, como es sabido la disciplina junto con el establecimiento (Clark, 1993) configuran dos de las fuentes principales de generación de identidades académicas. La identidad en este caso se define como el conjunto de representaciones comunes, a partir de las cuales los sujetos de un determinado campo disciplinar se reconocen como pertenecientes al mismo, y a su vez, diferentes de otros. Aunque es indudable que tanto los objetos de estudio como los métodos de investigación contribuyen a delimitar fronteras, la identidad debe concebirse como una construcción histórica de modo tal que nos referimos a un continum de grados en la constitución de identidades académicas. En este sentido, cuando hablemos de comunidades académicas fuertes o débiles, nos referiremos a dichos grados de constitución.
Atravesando ambas dimensiones interesa profundizar en los mecanismos de producción y reproducción, en tanto grupos académicos. Por ello, si bien tanto la articulación como la comunidad disciplinar son fuentes generadoras de identidad también lo son los dispositivos (materiales y simbólicos) sobre los que se asienta la captación y reclutamiento de los nuevos integrantes.
A la manera de los antropólogos frente a tribus primitivas, el esfuerzo de esta tipología intenta captar algunos rasgos de estas (nuestras) tribus: sus mitos, sus ritos de iniciación, lo sagrado y lo profano. Como plantea Cliffort Geertz, discutiendo el objeto de la etnografía, las interpretaciones (en nuestro caso a partir de entrevistas a miembros de comunidades académicas4), son un esfuerzo de "rescatar "lo dicho" en ese discurso". El análisis por tanto es un intento de "significar" las estructuras de significación que suponemos guían la acción de estos actores, aunque como bien aclara Geertz, no hay que confundir nuestras interpretaciones de segundo orden5, de aquellas de primer orden de los propios sujetos.
Modelo de articulación institucional fuerte con comunidad académica fuerte.
"Creo que la ciencia es global, no hay una ciencia para la Argentina, otra para el Uruguay, hay una ciencia, de la cual se derivan problemas particulares que pueden afectar a cada país según sus necesidades (...) La ciencia es internacional y cómo se resuelve un problema en general le sirve a todo el mundo..."(Físico, 8)
No es una novedad que la física sea considerada comúnmente como el paradigma de la "disciplina global", y prueba de ello, son los numerosos estudios e investigaciones realizadas en el mundo europeo y anglosajón. Menos nuevo y mucho más discutida es la percepción de que el carácter paradigmático de la física se debe más a su asociación con cierta visión epistemológica dominante, que con los supuestos rasgos característicos de toda disciplina. Hoy, algunas de estas visiones se encuentran fuertemente cuestionados incluso dentro de las disciplinas denominadas "duras".
Sin embargo, y dejando de lado esta polémica, lo cierto es que estas ideas o "creencias" operan en el imaginario de los miembros de esta disciplina con una fuerza cohesiva notable. Lo interesante en nuestro caso es analizar cómo se constituyó esta identidad global de la disciplina en el marco de instituciones universitarias de la periferia. En este sentido, los docentes-investigadores del Dpto. de Física de la UNLP, aparecen como la comunidad científica más representativa de este modelo de articulación académica.
De alguna manera si bien algunos rasgos de esta disciplina como su carácter atomística, generalizante y acumulativo; configuran una primera fuente generadora de identidad, también se vuelve relevante, y a veces determinante, el acceso a las redes o circuitos globales por donde circula el conocimiento científico, y donde se realimenta y recrea la "tradición" académico-disciplinar.
Como veremos a continuación, la experiencia histórica de los físicos platenses parece corroborar esta hipótesis. Así, originariamente el Dpto. de Física junto con el de Matemática formaban parte de la Facultad de Ingeniería.
Con posterioridad en la década del 50' se fusionaron con Química y Farmacia y formaron la actual Facultad de Ciencias Exactas. Aunque hay antecedentes más lejanos en el tiempo, como la presencia de físicos extranjeros desde la época de Joaquín V. González, no es hasta la creación del CONICET cuando se produce (usando la expresión de uno de los entrevistados) una "explosión en la generación de científicos", la cual tuvo su expresión en el medio local.
Lo interesante de este caso, y que le da una cierta singularidad, es que además del nacimiento del CONICET, fue paradojalmente la intervención universitaria del 66' (con el golpe del Onganía) la que imprimió un nuevo impulso al desarrollo de la física en la UNLP.
"(...) Qué pasó en La Plata? Por una accidente, el golpe de Onganía acá casi no tuvo repercusión en el ámbito de las ciencias exactas de La Plata, porque el interventor aquí cayó en un medio de mucho prestigio que si bien no podemos estar de acuerdo con él porque era el interventor de la universidad...de cualquier manera acá no se hecho a nadie esa fue la diferencia y más aún algunos que fueron echados en Bs.As. vinieron a trabajar aquí. Así que lo que pudo haber pasado en el resto del país, acá todo queda prácticamente sin cambios hasta que llega el golpe de Videla. Pero ganamos 10 años respecto al resto del país y eso se nota." (Físico, 9)
Para la mayoría de los entrevistados este período es considerado como clave en la conformación del campo, ya que, por una parte, no solo se beneficiaron con la llegada de investigadores formados, sino especialmente éstos transfirieron sus propias vinculaciones internacionales.
Por otra parte, fueron los años en que estos investigadores locales completaron su formación en el exterior, potenciando una trama de relaciones externas que luego se continuaría a lo largo del tiempo; cristalizando circuitos de formación e intercambio.
La mayor articulación con la disciplina global no solo configura y reproduce la identidad sino además es una fuente generadora de mayores márgenes de autonomía. Si este rasgo es común a todos miembros de la comunidad, en los físicos platenses (y argentinos) adquirió un plus de relevancia en contextos de fuerte inestabilidad política.
El desmantelamiento de los planteles científicos -por represión física o por exilio forzoso- que sufrieron todas las universidades en la última dictadura, y el relativamente rápido proceso de reconstitución de esta "masa crítica"; muestra la importancia de esta forma de articulación como mecanismo de auto-preservación y de resistencia frente a la ingerencia político-estatal. Al respecto un investigador nos decía: "Preg.: Pese a cómo afectó la ruptura del '76, llama la atención que rápidamente desde '83 se reconstituyó el espacio académico, a qué le atribuye Ud. esa capacidad de seguir en una posición fuerte a nivel internacional? Rta.: Bueno, vamos a ver. En el '76, por ejemplo (da tres nombres) a 'x' lo echaron, a 'y' lo echaron y se tuvieron que ir a Brasil. Ellos desde Brasil siguieron apoyando a su gente, generaron intercambios. Otros grupos no fueron demasiado golpeados, a partir de su vinculación con su (medio) internacional, yo digo el proceso militar fue lo suficientemente corto como para haber destruido...la ciencia se conforma largamente...20 años te lleva para construir un grupo pero 5 años no alcanza para eliminarlo totalmente." (Físico, 10)
La continuidad en el tiempo de esta forma de articulación fue cristalizando una serie de prácticas, y a su vez, consolidando otro rasgo que podríamos denominar de "ciudadanía académica global". Con esto hacemos alución a lo que Becher (siguiendo a Gouldner) llama -refiriéndose a la distinción entre académicos volcados a la investigación o a la docencia- de "cosmopolistas", como aquel grupo selecto que por sus vínculos y redes de relación internacional, se identifican como pertenecientes a una comunidad académica mayor; a diferencia de los "localistas" cuyo horizonte se circunscribe a la propia institución.
Los físicos de la UNLP no se consideran parte de una comunidad académica nacional, ya que, en primer lugar por definición, esta no existe. Con sus más de 100 papers por año publicados en revistas internacionales y sus fluidos contactos con los centros de investigación del primer mundo; refuerzan su autopercepción de pertenencia a un círculo selecto por donde circulan los temas que (siguiendo una expresión de uno de los entrevistados) son "los desafíos de la física del siglo que viene". Otro investigador, respecto de la posición relativa de su Dpto.
nos decía lo siguiente: "...yo diría que este departamento hoy está entre los tres más importantes de América latina. Si lo trasladáramos a una universidad promedio de Europa o de EE.UU., se podría trasladar sin ningún problema, no digo a Standford o a Harvard, pero a una universidad normal de EE.UU., - Louisiana, Nebraska-, este departamento seguro que es mejor que el de ellos. Está es una singularidad, esté departamento de física junto con el de San Pablo y el de la Universidad Autónoma de México, por su nivel de producción científica, es un buen departamento de física -no uno regular- un buen departamento de física del primer mundo." (Físico, 9)
Según datos recientes (Bisang, 1995) el gastos global en Ciencia y Tecnología de la Argentina representaba un exiguo 0,31 como porcentaje del PBI, bastante menos de lo que destinan países como Brasil y México, y decididamente alejado del 2,9 de Estados Unidos y Japón. Si consideramos que gran parte de esos recursos que nuestro país destina a la investigación se distribuyen entre distintas agencias estatales y la universidad, la pregunta referida a los físicos es: Cómo se puede estar a nivel del primer mundo sin (valga la obviedad) pertenecer a él? De alguna manera, este interrogante nos induce a profundizar en las características específicas de este tipo de articulación académica.
En principio, cuando la forma de articulación con el medio exterior está consolidada como tradición, ésta supone un grado mayor de lo que sería una relación formal o institucional. Para los físicos, al ser parte de una práctica regular y consensuada; hablan de una "habitualidad" cuando se refieren al contacto con sus pares. Esta característica a su vez, define amplios niveles de autonomía, ya que trabajar en contacto con otro, no necesariamente supone trabajar en la misma línea o en base a un mismo plan de actividades. Básicamente, la idea de cooperación expresa una especie de "solidaridad mutua" a partir de compartir medios y resultados. Otro investigador, refiriéndose a esta nos decía: "En la parte esta de buscar modelos, trabajamos con gente de Bonn, ellos miden unas cosas, nosotros medimos otras y además nosotros conseguimos o preparamos los óxidos y los mandamos allá, hace diez años que lo hacemos. Pero, es un proyecto internacional? De alguna manera cada uno hace lo que quiere, yo no le pregunto a ellos lo que van a hacer y ellos no me preguntan sobre lo que yo quiero escribir...es un proyecto de intercambio y de colaboración, cada dos veces por año, pero no es un proyecto internacional, lo usamos como apoyatura, esto lo hacemos juntos pero después vos haces tus cosas y yo hago las mías. (...) No es que uno diga vos vas a hacer este y yo esto, trabajamos los mismos temas, sacamos ventaja de cooperar, si esto es así, entonces cooperemos." (Físico, 10)
A su vez, los post-doctorados o pasantías en centros de excelencia en el exterior constituyen otra forma en que se manifiesta este modelo de articulación. Para los miembros de esta comunidad, no solo constituyen una instancia considerada como necesaria en la formación de un físico, sino que cumple una segunda función, de reforzamiento y/o ampliación de los vínculos de su equipo de investigación y de su institución de pertenencia (trabajos en conjunto, intercambio de profesores y nuevas pasantías). Una estadía de estudio se considera exitosa -en opinión de jóvenes investigadores- cuando también se expresa en futuras visitas de personalidades y a su vez, en nuevos viajes de él u otros miembros.
Por último, esta socialización académica, si bien culmina con los "post-doc" en el exterior, comienza desde los primeros años de la carrera. Los docentes- investigadores se preocupan de inculcar a las nuevas generaciones, los códigos y criterios que regulan el campo (de selección y promoción) que a posteriori, cuando se gradúen deberán enfrentar. En este proceso, el promedio constituye una variable importante pero no excluyente; es relevante por las posibilidades de obtención de una beca pero, tanto directores como becarios, reconocen que la variable de personalidad (cooperación, solidaridad) juega también un importante papel porque supone trabajar en un equipo durante 8 o 10 hs. diarias.
Para los investigadores formados dirigir becarios no solo constituye parte de su función específica (como carga de su actividad) sino que en realidad responde a la lógica particular del trabajo académico de investigación, donde la producción y acumulación de conocimiento supone diversificar y complementar esfuerzos, supone ampliar el espectro de problemas a abordar. Es un modelo de producción bastante parecido al modelo artesanal de cooperación simple, donde hay división de tareas y jerarquías, pero ello no supone una pérdida de autonomía y control sobre el proceso de trabajo. En este esquema, el director además de liderar académicamente el grupo, cumple una función clave que es la búsqueda de nuevos recursos financieros para el equipo. En este sentido, los directores actúan como una suerte de "gerentes" o "manager" que, acostumbrados a competir, diseñan diferentes estrategias de captación de recursos que incluyen: solicitudes de equipos, proyectos de cooperación, concursos de subsidios, servicios a terceros, etc.
En síntesis, la identidad en este modelo se constituye en una doble articulación donde por un lado, la cultura disciplinar (creencias y categorías de pensamiento) y por otro, un tipo especial de integración con el medio exterior; han configurado redes y circuitos altamente formalizados e institucionalizados, de modo tal, que la condiciones de producción y reproducción académica responden a pautas claramente reguladas y objetivables para el conjunto de la comunidad. Estas características, a su vez producen una autonomía especial que aumenta a mayor articulación, y que se legitima (frente a otros campos) por su globalización; ambos aspectos explican en última instancia, la mayor capacidad de presión que han tenido en general las ciencias duras, frente al Estado y al interior de las propias universidades.
Modelo de articulación multi-institucional amplio con comunidad académica difusa.
"El debate entonces es nacional y también se da a nivel mundial. Lo interesante de este debate es que no es un debate que se circunscribe a un debate de los círculos académicos o profesionales, es un debate que ahora está ...
ya la gente que no está acostumbrada a razonar en términos económicos, se ve obligada a tener que hacerlo y se está rompiendo esa barrera que hay entre, por ejemplo los políticos y la economía, todavía algunos de vieja estirpe quieren separar "o economía o política", dicen algunos políticos, sin embargo los políticos más jóvenes se dan cuenta que no pueden disociar, que son dos cosas que no pueden ir separadas." (Economía, 6)
Si para los físicos su estrecha articulación con la comunidad científica global constituye una fuente de identidad, autonomía y legitimidad académica; para los economistas6al contrario, su fuente de identidad parece estar más ligado a otro tipo de articulación que, como dice nuestro entrevistado, excede el ámbito de "los círculos académicos" y se extiende casi hasta la esfera pública, y como veremos, muy relacionada a los problemas de la política práctica.
La singularidad de este modelo no deviene solamente de la especificidad del conocimiento disciplinar, sino de la combinación de dos rasgos: por un lado, una inserción profesional dual, en el sentido que desarrollan su actividad indistinta y difusamente tanto en el campo técnico-profesional como en el campo estrictamente académico. Y por otro, dicha labor se proyecta socialmente como una modalidad específica de discurso político. En este sentido, las trayectorias de formación, la redes y circuitos de pertenencia y los mecanismos de reproducción como grupo académico; expresan un tipo especial de articulación.
En sus orígenes, el campo de los estudios económicos en la Universidad Nacional de La Plata, nacieron como una escuela dentro de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Con posterioridad, esta sección se independiza conformando la actual Facultad de Ciencias Económicas. Sin embargo, hubo de pasar un largo tiempo para que la carrera de economía, como disciplina independiente, adquiriera el status privilegiado que actualmente tiene dentro de las ciencias económicas. Es recién en los años 60' aproximadamente, cuando el campo se empieza a autonomizar por un lado, de los enfoques jurídicos-institucionales - resabios de la anterior inserción-, y por otro, de la formación más aplicada de la carrera de Contador Público y el énfasis en la administración.
En su gran mayoría, los actuales profesores de la carrera estudiaron en aquella época, y completaron su formación realizando estudios de post-grados o estadías en diferentes universidades extranjeras (California, Harvard o Chicago) u organismos financieros internacionales (FMI y Banco Mundial). Desde su visión, este período es considerado como de gestación de los rasgos principales que hoy caracterizan al campo académico-profesional, y que implicaron para este grupo de docentes, cubrir (a partir de la investigación empírica) el "vacío entre la teoría pura y la aplicación concreta": "...Entonces, en alguna medida fuimos pioneros, porque nos encontrábamos en una situación en la que los grandes popes de la teoría, Ferrer, Pastore, estaban trabajando en un nivel que estaba muy lejos de la aplicación, y los que estaban en la aplicación tomaban directamente métodos muy concretos." (Economía, 5)
Esta suerte de sentido pragmático de la actividad académica se fue acentuando a lo largo del tiempo, a partir fundamentalmente de consolidar una modalidad específica en la tarea de investigación. Así, la tematización de los problemas a investigar no solo constituyeron peldaños en la construcción de conocimientos científicos del campo sino que también éstos, operaron como diagnósticos sobre la realidad socio-económica desde una perspectiva que incluía e incluye elementos propositivos. Esta característica a su vez, perfila un tipo de identidad donde las fronteras entre la actividad profesional y la académica se vuelven bastante difusas.
Investigación y docencia, o solamente docencia representan para los economistas sólo una de las opciones laborales posibles. De hecho, la gran mayoría de los titulares y adjuntos, y una buena proporción de auxiliares docentes trabajan en sus propias consultoras, en centros de investigación privados o realizan tareas de asesoría en distintas reparticiones públicas. Otra buena proporción son funcionarios de carrera u ocupan cargos políticos dentro de la estructura burocrática de distintos ministerios. Por otra parte, aquellos dedicados full-time a la actividad universitaria, realizan trabajos de investigación articulados (vía convenio o servicios a terceros) con ministerios nacionales o provinciales.
Estos distintos ámbitos de inserción laboral se manifiestan y repercuten en la propia estructura del campo, marcando los tópicos de debate de la disciplina y en los canales por donde circula la producción académica. La reunión anual de la Asociación de Economía Política y las Jornadas sobre Finanzas Públicas que se hacen en Córdoba, conviven de esta forma con las reuniones sobre Economía Monetaria que organiza el Banco Central y los encuentros locales con participación de organismos internacionales de financiamiento. Es interesante el hecho que la pertenecia institucional no universitaria, desde la visión de los economistas, no supone una diferenciación; al contrario se reconocen como parte del mismo campo académico.
En este sentido, a diferencia de los físicos, la revista especializada constituye una de las formas posibles en que la comunidad participa. Aunque con una producción bastante menor que sus pares de la ciencias duras (aproximadamente 10 papers por año en revistas internacionales) y en general, con aportes más ligados a aspectos metodológicos; las revistas -por esta tendencia de investigación aplicada- no conforman el canal más adecuado para la circulación y debate.
"Preg.: Ligado a este tema del debate y los aportes, qué peso tienen las revistas especializadas en la transmisión del debate.
Rta.: Cuando uno llega a hacer una publicación es sobre un hecho consolidado. Entonces, como que llega tarde (...) Esto (lo investigado) va a aparecer en las revistas ahora, es porque ya pasó. Y el debate tenemos que darlo mientras está pasando el hecho. El que va a recoger las transferencias en las decisiones, las tiene que revisar antes de que estén publicadas." (Economía, 5)
Los avances provisorios de investigación y las comunicaciones volcadas por Internet, que se complementan con redes informales de vinculación con los investigadores de fundaciones y ámbitos oficiales, constituyen canales más adecuados para la circulación de ideas. Sin embargo, esto no significa que los puntos en discusión a nivel mundial queden fuera de los debates de la comunidad, sino que -por esta tendencia aplicada- adquieren formas locales (grupos académicos) las "escuelas de pensamiento" a nivel mundial.
Esto es, construyen problemas y desarrollan trabajo de investigación desde estas matrices paradigmáticas.
Considerada como una carrera difícil y dura en exigencias; la licenciatura en economía -en opinión de los entrevistados- ofrece un futuro promisorio a sus jóvenes egresados. De los 15 que se reciben por año, un tercio continúa sus estudios en el exterior, otro tanto se vuelca a la actividad académico-profesional en el ámbito público o privado; y el resto se incorpora a la investigación en la universidad. Lo que en otras carreras supondría un condicionante en la reproducción académica, en economía se presenta con una variedad más amplia de ámbitos donde se desarrolla esta función. Si bien los egresados poseen mayores posibilidades de inserción laboral, la elección también refleja o expresa tanto las categorías de pensamiento de la disciplina como formas de cooptación por parte de los profesores considerados "prestigiosos". Así, los egresados combinan sus inclinaciones temáticas con una evaluación de costo-beneficio sobre los futuros directores o empleadores (según el caso) en cuanto a sopesar las posibilidades futuras de una u otra elección.
Aunque muchos aspectos hasta acá enunciados sobre la identidad de los economistas, son consistentes con estudios realizados en otros países; la tendencia pragmática que hemos señalado, si bien obedece a las características específicas de la disciplina, contiene un rasgo que podríamos denominar de "competencia política". Con esto queremos aludir a que la autonomía y la legitimidad como atributos de identidad, en este caso, se validan en una permanente referencia a la acción propiamente política- estatal o político-partidaria7. De alguna manera, la cita al inicio de este modelo marca este tipo de intervención discursiva, donde la racionalidad económica aparece como "la" racionalidad de la toma de decisión política.
Analizando las políticas económicas de los años 80', un investigador nos decía que: "...Podrían haber sido moderados (se refiere a los políticos) con una política más previsora, pero lamentablemente el sector político no permite, porque el sector político está pensado para gastar, porque es su función. En nuestro país, yo he estado en vinculación con el sector político, es ilimitada la capacidad de gasto que tiene..." (Economía, 6)
Finalmente, en la visión de los economistas subyace la idea de que la ciencia económica también constituye una forma de pensamiento superior al resto de las disciplinas de las ciencias sociales: "El tema es que la economía desarrolla un instrumental tan sofisticado, y tan contundente desde el punto de vista lógico, que eso hace que uno desarrollo el potencial humano de una forma más grande o acentuada que en otras disciplinas que les dan menos instrumental analítico, les dan mucha información pero poco para avanzar en el razonamiento propio de los temas.(...) Inclusive vos encontrás en economía, economistas que han invadido el campo de las ciencias políticas, hasta a los chicos de grado le estamos enseñando temas de public choice, el tema de la elección social, con instrumental que debía dominar las ciencias políticas y eso fue desarrollado en la teoría económica, digamos no por alguien de ciencias políticas." (Economía, 6)
Pensamos que dos tipos de razones que, enunciadas a modo de hipótesis, explican este plus de identidad que esgrimen los economistas. Por una parte, la fuerte influencia que tuvo el auge de las teorías desarrollistas, las cuales imprimieron un suerte de racionalidad instrumental a la acción estatal sobre la económica, y más globalmente a la planificación socio-económica de las tareas que suponía la modernización de la sociedad. Pero quizás más importante que esta impronta, resulta la disolución de la esfera política -producto del achicamiento y retiro del Estado- como regulador de la relaciones sociales, y cuyo espacio lo empiezan a ocupar racionalidades como la económica, encarnada en estos nuevos actores: los economistas.
Modelo de articulación institucional débil con comunidad académica fragmentada.
"Por qué los historiadores hablan de crisis? Porque para mí el concepto de crisis es un concepto ideológico que elaboran las nuevas generaciones de historiadores para validarse ante las viejas generaciones." (Historia, 4) "... Yo soy un fanático del trabajo en equipo, también...
Aunque siempre trabajo solo, pero trato de imprimir en la gente conciencia, que se concientice de la necesidad de trabajo en equipo..." (Historia, 1)
Quizás este sea el modelo más difícil de caracterizar ya que en rigor no es la homogeneidad uno de sus rasgos principales, sino que por el contrario, lo es su fragmentación. Y sin embargo, no podemos decir que los historiadores o la historia como disciplina, constituya una de las ramas de las ciencias sociales con menor identidad.
Por ello, la paradoja se presenta en que esta identidad no supone necesariamente -como en los otros casos- mayores márgenes de autonomía, ni mayor poder académico. Si bien se tiende a explicar esta debilidad relativa de las ciencias sociales por las características de sus métodos y objetos de estudio, desde nuestro punto de vista esto constituye solo una de sus causas. Como veremos, las formas de articulación que adoptan los miembros del Dpto. de Historia de la UNLP, dan cuenta también de las lógicas y mecanismos que regulan las relaciones entre pares, y entre los investigadores formados y las nuevas generaciones, que a nuestro juicio acentúan los rasgos disciplinares.
Un primer aspecto a señalar es el impacto sobre el conjunto de las ciencias sociales, de la crisis de los paradigmas explicativos iniciada en los años 60' y 70'. Es sabido que el agotamiento de los enfoques estructurales, tanto en su versión funcionalista de raíz parsoniana como marxista en sus diferentes variantes, puso nuevamente en el centro del debate la cuestión nunca resuelta de la relación entre el sujeto y la estructura. Si los anteriores paradigmas acentuaron este último aspecto, los nuevos desarrollos teóricos hicieron eje en explicaciones de corte subjetivista o accionalista. Un balance muy provisorio nos indica que esta crisis tuvo efectos contradictorios: si bien implicó una pérdida de confianza en las explicaciones totalizantes también significó la apertura de nuevos temas y problemas nunca antes abordados.
En el caso de la historia, la crisis de paradigma profundizó las tensiones ya existentes entre teoría y empiria. Así, el avance que significo el paso de la historia acontecimental a la historia de los procesos, supuso un tipo de relación entre modelos teóricos y trabajo empírico. La crisis de las explicaciones macrotendenciales cuestiona estas relaciones doblemente, ya que por una parte, marca las limitaciones de los sistemas teóricos; y por otro, cuestiona también la legitimidad y pertinencia de las fuentes. En opinión de algunos historiadores, estos puntos críticos no solo repercuten en el estado y características de la disciplina, sino también en las modalidades de reproducción académica: "...la historia académica nace de un estudio crítico de la base empírica documental y el movimiento de la historiografía a lo largo del tiempo ha sido un movimiento de superar el positivismo conservando su base positiva. Es más, esta forma que ha sido la génesis de la historiografía académica actual, se preserva con un mecanismo de reproducción académica. Cuando viene un alumno con una hipótesis de trabajo muy original, todos los miembros del gremio estamos absolutamente connotados en desautorizan esa hipótesis hasta tanto no sea demostrada por una muy buena base empírico documental. Esto reduce la audacia, esto lleva a que el movimiento de la historia se lentifique, esto lleva a que el movimiento historiográfico sea un movimiento muy pesado..."(Historia, 4)
A diferencia de los físicos y de los economistas, donde el carácter paradigmático o el carácter más pragmático de la disciplina son fuentes generadoras de identidad; en el caso de los historiadores, la exigencia de demostración empírica constituye uno de los rasgos identidarios principales, de aquello que los miembros de esta comunidad llaman: el "oficio" de historiador. De alguna manera, este anclaje común mantiene más o menos integrado el campo por encima de la fragmentación y diversificación interna, y actúa a su vez, como mecanismo de legitimación o deslegitimación frente a las nuevas generaciones8. Frente al mayor grado de formalización disciplinar de la ciencias duras, el conjunto de rasgos hasta aquí enunciados dan cuenta de esta debilidad relativa de la historia. Sin embargo, tal como hemos visto en los modelos anteriores, las formas de articulación y la presencia de circuitos o redes expresan diferentes estrategias académicas de construcción de mayor autonomía y poder, de los docentes-investigadores.
Analizado globalmente, un poco menos de la mitad del plantel de profesores ha realizado estudios de postgrado, y dentro de este grupo, la mayoría se ha doctorado en el país y solo una pequeña porción ha realizado estudios en el exterior. Un rasgo interesante en este aspecto, es que prácticamente la totalidad de los entrevistados afirma que se formó "solo" o bien de manera "asistemática", y complementariamente, cada uno se autoperciben en mayor o menor medida como un "renovador" en el campo o representante de una corriente diferente a aquellas en que se formaron. Siguiendo a Bourdieu, diríamos que el campo científico se encuentra en primer lugar, parcelado en sub- campos como: la historia colonial, medieval, americana o argentina, y en segundo lugar, más que encontrarse posiciones y grupos diferentes al interior de cada sub- campo, encontramos individuos más o menos integrados o relacionados al restos de sus pares.
Una consecuencia de este rasgo, es la inexistencia en sentido estricto de circuitos o redes académicas de carácter institucional. Si bien existen espacios de intercambio a nivel nacional de la disciplina como los encuentros de la Inter-escuelas y una serie de revistas locales especializadas, por donde circula la producción académica; la relación con el exterior (sea latinoamericano o internacional) aparece bastante limitada, y reducida en muchos casos al acceso a nueva bibliografía. Aun aquellos que se formaron en el exterior o que tiene contactos allí, los mismos reflejan más una forma de articulación de los individuos que del conjunto del sub-campo o de la institución.
La convergencia de la fragmentación y la falta de circuitos más formalizados e institucionalizados tiene un segundo efecto en la debilidad de las reglas y pautas de regulación y reproducción académica. En este sentido, los criterios de acceso, selección y promoción -en la opinión de los jóvenes graduados- aparecen atravesados por esta lógica individualista, y por ende, resultan fuertemente cuestionados por este sector. De alguna forma, la percepción de este grupo gráfica la estructura y las relaciones al interior del campo: "...Hay como pequeños clanes. Está el clan que defiende a ultranza una postura, que es todo historia acontecimental, y el clan de 'x', que es historia factica, sin problematización, y el clan de 'y' que es todo problematización, y entonces, son como grupos que si bien públicamente dicen que todos conviven, internamente o éstas con un grupo o estás con el otro... ni te tienen en cuenta, y entonces no hay tal convivencia. Por suerte se dedican a cuestiones tan diferentes que la competencia es más periférica, porque no están compitiendo por espacios en el mismo lugar, sino que son espacios en el ámbito del departamento de Historia, por ejemplo, pero no por un cargo."(Historia, 5)
Desde la mirada de los investigadores formados, las tareas de formación de recursos humanos es percibida no como parte de una lógica de producción de conocimiento sino más bien, como actitud o deber (en un sentido muy abstracto) hacia las nuevas generaciones. El carácter individual de la investigación también se expresa en la delimitación y diferenciación del esfuerzo intelectual, que refuerza las jerarquías entre directores y becarios: "...yo no tengo ningún problema en dirigirlos (a los becarios). Me aportan el placer de la enseñanza, de enseñar el oficio. No me aportan datos, en el sentido de que yo no aprovecho el trabajo de los becarios para construir trabajo mío, en absoluto. Todo lo que tomo de los becarios, lo asiento, lo planteo (...) Terminemos con el yanaconaje en la universidad." (Historia, 3) "....yo aclaro que nunca formo equipos de investigación porque esto en general consiste en la práctica que uno es un escriba, que busca material de un director quien se apodera del material del escriba. Cuando una persona tiene algo que decir, un alumno, que él escriba su trabajo independiente." (Historia, 4)
De lo hasta aquí expuesto surge el interrogante sobre: si el carácter fragmentado del campo y las lógicas individualistas que la regulan son expresión de las características disciplinares. Desde nuestro punto de vista pensamos que la cultura disciplinar explica solo parcialmente esta situación. Es evidente que la inestabilidad política de las universidades produjo un "corte" mucho más fuerte que en otras áreas, que limitó las posibilidades de consolidación de las ciencias sociales (Vessuri, 1992). Aunque todavía es poco lo que se ha reflexionado sobre los efectos de estos procesos (en términos de cultura académica); la menor autonomía y poder académico evidencia una mayor exposición a ser penetradas por elementos de la cultura política más general.
Continuidades y rupturas en la identidad académica: culturas disciplinares, culturas institucionales y cultura política.
En dos ensayos clásicos, escritos entre 1937 y 1942, Robert Merton9 desarrolla lo que para él constituye una ligazón necesaria entre orden social y desarrollo de la actividad científica, o más específicamente, la correspondencia funcional entre las formas democráticas y el ethos de la ciencia.10. En el razonamiento mertoniano, las características simbólico-culturales de la ciencia, se vuelven incompatibles con las formas políticas totalitarias, y por el contrario, son complementarias a la vida democrática. Esta visión, quizás un tanto ingenua o ideal, parte del supuesto que la ciencia, y por ende, los científicos, poseen un grado tal de autonomía frente a la sociedad; que posibilita una clara diferenciación de los comportamientos sociales entre uno y otro espacio. Esto es, la sociedad puede condicionar el desarrollo de la ciencia pero no puede "penetrar" sus lógicas de funcionamiento. El comentario crítico a este planteo, nos sirve como punto de partida para desarrollar las siguientes hipótesis en relación a algunas continuidades y rupturas observadas en los tres modelos.
En primer lugar, al contrario de lo que pensaba Merton, una serie de rasgos comunes de las culturas institucionales analizadas, parecerían mostrar que las mismas están permanentemente "atravesadas" por elementos de la cultura política. Aunque como vimos, los modelos de articulación expresan lógicas diferentes cuya fuente principal tienen base en las características disciplinares, también es evidente que la mayor o menor autonomía y poder académico se construyen desde racionalidades propias de la esfera política. El neo-corporativismo de los físicos, donde su representatividad global les posibilita presionar y disputar recursos más eficazmente al interior de la universidad y al estado. La legitimidad y autonomía de la identidad de los economistas, que se valida en el espacio que deja vacío la crisis de representatividad de los políticos. O el pluralismo competitivo de los historiadores, donde no están claras las reglas del juego, y por tanto, los individuos desarrollan diferentes estrategias con base en distintas fuentes de poder. Son todas expresiones que marcan la mayor o menor vulnerabilidad de las comunidades académicas a determinadas lógicas de la cultura política, la cuales como señalamos, no están desligadas de las desiguales condiciones materiales y de la inestabilidad por las que pasaron las universidades en nuestro país.
En segundo lugar, emergen en este contexto un conjunto de puntos de ruptura que dan cuenta de la generación y/o cristalización de diferentes estrategias y modalidades entre y al interior de las culturas institucionales. Por un lado, se observa un brecha entre formas de reproducción académica donde la promoción y selección de los nuevos miembros de la comunidad está asistida institucionalmente y fuertemente regulada; y otras donde existen signos de fractura o falta de articulación en el proceso de reproducción. Estas últimas, por su menor formalización parecen estar más expuestas a ser reguladas por lógicas burocráticas y políticas. Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, se observa otra brecha, aunque no tan clara, entre las jerarquía académicas. En unos casos, ésta se manifiesta en la articulación (a veces contradictoria) intergeneracional, producto del proceso de formación de nuevos investigadores; mientras que en otros, esta brecha se construye a partir de la inserción diferencial en el trabajo académico. Donde algunos realizan tareas de docencia exclusivamente (en el grado masivo), y otros, pueden acceder a la investigación y a los circuitos de formación como actividad central además de la docencia.
En síntesis, tanto los modelos de articulación como las consideraciones precedentes -las cuales insistimos tienen un carácter hipotético y provisorio- apuntan en última instancia, a desarrollar un instrumental teórico- conceptual que posibilite profundizar, y dar cuenta, de las múltiples y complejas realidades de las culturas institucionales y disciplinares.
Bibliografía
BECHER, Tony (1993) "Las disciplinas y la identidad de los académicos", en Revista Pensamiento Universitario, Año I, (Noviembre-Diciembre), Bs. As.
CLARK, Burton (1992) El sistema de Educación Superior: una visión comparativa de la organización académica. Nueva Imagen, México.
GEERTZ, Clifford (1995) La interpretación de las culturas. Gedisa, España.
MERTON, Robert (1992) Teoría y estructura social. FCE, México. Cuarta Parte: "Estudios de sociología de la ciencia", Cap. XVII y XVIII.
SUASNABAR, Claudio (1995) "Situación del sector docente universitario y las transformaciones del mercado académico", en Revista Propuesta Educativa Nro. 13 (Diciembre), FLACSO/Miño y Dávila Edit. Bs. As.
VESSURI, Hebe (1992) "Las ciencias sociales en la Argentina: diagnóstico y perspectivas", en Oteiza, E.(comp.) La Política de Investigación Científica y Tecnológica Argentina. Historias y Perspectivas. CEAL, Bs. As.
NOTAS
1La presente ponencia es un producto parcial del Proyecto "El sistema universitario en los 90'. Políticas Públicas y cambios en la oferta", dirigido por la Lic. Guillermina Tiramonti. La investigación tiene sede en la Fac. de Humanidades, UNLP y fue aprobado en el marco del Programa de Incentivos a la Investigación.
* Prof. en Cs. de la Educ., cursa estudios en FLACSO y es Auxiliar Docente de la UNLP y UNQui.
** Prof. en Cs. de la Educ., cursa estudios en FLACSO y es Auxiliar Docente de la UNLP.
*** Estudiante avanzada de Cs. de la Educ. y auxiliar adscripta al proyecto de investigación.
2En dicho trabajo señalamos una serie de tendencias que estan operando en el mercado académico, como puede ser: la tendencia a la fragmentación y segmentación del cuerpo docente producto de las desiguales condiciones materiales y de trabajo. Asimismo, marcamos que estos procesos también se desarrollan a distintos niveles: organizativos (facultades/carreras), áreas de conocimiento (duras/blandas) e incluso al interior de cada uno de ellos (entre docencia e investigación).
3El concepto de "modelo" utilizado en este trabajo, remite al tipo ideal weberiano, ya que es una representación esquematizada que, como recurso heurístico, nos posibilita contrastarla con lo real. Asimismo, cuando hagamos referencia a las formas específicas en que se manifiestan estos modelos en cada una de las disciplinas, hablaremos de "estilos".
4El trabajo de campo consistió en una serie de entrevistas en profundidad realizada a miembros del cuerpo docente de las tres disciplinas. La muestra se estructuró en tres sub- grupos: a) los docentes-investigadores de mayor reconocimiento entre sus pares, b) los docentes- investigadores en formación (becarios o miembros de equipos de investigación) y c) aquellos docentes que no hacen investigación. La elección de las disciplinas privilegió el criterio clásico de las dicotomía duro/blando y académico/profesional.
5"En suma, los escritos antropológicos son ellos mismo interpretaciones y por añadidura interpretaciones de segundo y tercer orden. (Por definición, sólo un "nativo" hace interpretaciones de primer orden: se trata de su cultura)" (Geertz, 1995)
6Cuando hablamos de los "economistas" nos referimos específicamente a los Licenciados en Economía o bien a aquellos que siendo Contadores Públicos volcados a la investigación en económia.
7Un característica del plantel docente de la carrera de Economía de la UNLP es su vinculación más o menos orgánica a distintas fuerzas políticas nacionales, e incluso a ciertas tendencias o líneas internas de estos agrupamientos.
8La primera cita que encabeza este modelo expresa otro mecanismo de deslegitimación que se centra menos en el cuestionamiento de las fuentes y más en la crítica al discurso de la crisis de los paradigmas.
9Nos referimos a "La ciencia y el orden social" y a "La ciencia y la estructura social democrática". Todos contenidos en Merton, R. (1992) Teoría y estructura social. FCE, México
10Para el sociologo norteamericano, el ethos constituye un complejo de normas, creencias y valores que se supone estructuran y controlan la conducta de los científicos, y que se manifiestan en cuatro principios: el "universalismo", es el canon que prescribe la necesidad de que los resultados científicos sean sometidos a criterios impersonales y comunes a toda la comunidad. El "comunismo" es el imperativo de que los resultados tengan carácter público, que incluye la consideración de éstos como parte de una herencia común. El "desinteres" aparece como una actitud derivada de los anteriores, y finalmente, el "escepticismo organizado"es el principio que implica una permanente cuestionamiento sobre la verdad de los resultados.
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