II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación"

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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La profesión de arquitecto: su participación en el proceso económico desde el enfoque tradicional.

Alejandro Aldasoro, arquitecto

Abstract

El proceso de cambios profundos acontecidos en los ultimos tiempos, ha colocado indefectiblemente, la figura de la desocupación en primer plano. Frente a esto subyace la problemática referida a la capacidad concreta de absorción que tiene un país respecto de sus recursos humanos en un área especifica, entendiendo como absorción la posibilidad de garantizarles una inserción ocupacional digna en su área de especialización con la cual devolverle al país las erogaciones generadas en su formación.

Ahora bien, ¨Es posible que el país tenga una absorción "infinita" de recursos humanos en un área especifica?, ¨existen límites concretos de absorción ?, y si los hay, ¨en qué grado la formación debe asumir un papel preponderante en la generación de nuevas áreas del conocimiento y de reformulación de las ya existentes?.

Los resultados muestran que en 1996 eran necesarios 6847 arquitectos en el país, mientras que el número "real" se ubica alrededor de 48.600 arquitectos. Las perspectivas no son alentadoras, ya que si consideramos un crecimiento económico sostenido, en el mediano plazo (año 2013), la situación sería todavía más desfavorable, ya que el país contaria con 74.000 arquitectos, frente a sólo 10.899 supuestamente necesarios.

Esto implica que una expansion de la industria de la construccion no puede aportar soluciones para una aparente sobreoferta de alrededor de 40000 arquitectos.

La profesión de arquitecto: su participación en el proceso económico desde el enfoque tradicional1.

"Se necesitan todos los arquitectos posibles, pero como no los hay, Vuestra excelencia animara a estos estudios a los hombres de las provincias africanas que tengan alrededor de 18 años y que gusten de las artes liberales. Para hacérselos atractivos, es nuestra voluntad que tanto ellos como sus parientes queden libres de las obligaciones que se acostumbren a imponer a los individuos, y que se asigne a los estudiantes un salario adecuado."2
Emperador Constantino

1. Conceptos y aclaraciones previas.

Aun cuando en estos tiempos el mundo se encuentra inmerso en lo que podríamos denominar el apogeo de los economistas, no resulta frecuente abordar el tema de las "profesiones" desde un enfoque que las sitúe como partícipes del sistema económico.

De hecho, las profesiones a través de la actividad de sus miembros, desempeñan una función de carácter social que constituye el factor principal de la actividad económica: satisfacer "necesidades", es decir los servicios, bienes y circunstancias que las personas desean, por lo que en retribución obtienen beneficios, que constituyen una fracción del Producto Bruto Interno (PBI) del país.

Este enfoque particular del tema, podría permitirnos realizar un análisis de la profesiones, en nuestro caso particular la Arquitectura, desde un matiz eminentemente macroeconómico, en el cual se hace imprescindible incorporar los términos de "oferta" y "demanda".

Desde hace, al menos tres décadas que la problemática en torno la situación profesional de los arquitectos se ha convertido en un tema principal para la gran mayoría de los graduados. Pareciera que el tiempo transcurrido desde entonces, no ha brindado las explicaciones suficientes, más si tenemos en cuenta que en gran medida, el problema siempre tuvo "coartadas" perfectas respecto a sus orígenes, generalmente atribuyendo sus causas a factores externos al propio "mundo de los arquitectos"; basta con recordar la hiperinflacion de unas épocas, y el 17,6 % de desocupación general3 con el que convivimos hoy, al que los arquitectos no somos inmunes. Lo cierto es que más allá de las opiniones que consideran que una profesión no puede ser evaluada desde estos aspectos, no puede negarse que: "un exceso de arquitectos comporta frustración, despilfarro económico, desempleo y degradación profesional. Por el contrario, un numero escaso implica un exceso de trabajo profesional que seguramente se traduce en desatención social y en una fuerte baja del nivel de la calidad arquitectónicamente obtenida"4 .

Resulta imposible, al emprender un análisis de estas características, no considerar cantidades, tanto la que constituye la "oferta" como la correspondiente a la "demanda", aun cuando el factor cuantitativo siempre ha sido considerado "tabú" en el seno de las profesiones, no solamente en la de arquitecto.

Por un lado, con respecto a la oferta de profesionales con que cuenta nuestro país, si bien en los últimos tiempos viene percibiéndose la sensación de una marcada sobreoferta de arquitectos, resulta curioso que sea sumamente difícil conocer el numero preciso de arquitectos con que cuenta el país, salvo que encaremos un pormenorizado relevamiento por cuenta propia.

En lo que respecta a la demanda de arquitectos, es decir el número que resultaría conveniente para el país, la situación se torna sensiblemente mas engorrosa aún, ya que como podremos imaginar, los alcances de tal interrogante hacen que existan muy variadas opiniones referidas a cuales son los indicadores que deben tenerse en consideración para intentar su estimación.

Sin embargo, valiosos estudios surgidos desde las propias organizaciones profesionales, han avanzado sobre el tema. Tal es el caso del realizado por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 1981, y que fuera presentado en nuestro país, por el entonces Presidente del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, arquitecto Francisco García Vasquez.

Este análisis consistió en la construcción de un modelo de evaluación5 que, incorporando diversos indicadores económicos, como la población y el PBI/cápita, diera cuenta del número de arquitectos que cada una de las naciones miembros de la UIA, estaba en condiciones de tener en función de sus recursos económicos, y de sus propias necesidades sociales.

El trabajo tomó como supuesto base que el arquitecto es el único profesional con formación universitaria superior que ha estudiado y ha demostrado estar capacitado para asumir con responsabilidad plena la totalidad del proceso edificatorio, situación que si bien no responde enteramente a la realidad en nuestro país, no deja de constituir una aproximación importante a la problemática en cuestión6.

En aquella ocasión (1985), los datos presentados por García Vasquez daban cuenta de una situación muy delicada: el país estaba en condiciones de ocupar según el cálculo de la UIA, 2340 arquitectos, mientras que ya contaba con 21525 graduados "matriculados" en los diferentes Consejos y Colegios Profesionales del país7.

Sin embargo, los valores citados importantes de por sí, no reflejaban enteramente cual era la situación respecto de períodos anteriores. Por este motivo, resultaba interesante indagar tomando estrictamente el modelo de análisis de la UIA, como había evolucionado durante el presente siglo, la ecuación que nos preocupa: el número "real" de arquitectos (Oferta), y el número supuestamente necesario y conveniente (Demanda).

De esta manera podríamos determinar cuales habían sido los períodos en los que, según la hipótesis de cálculo, la ecuación oferta-demanda se aproximó al equilibrio, y detectar así cuales eran las condiciones socioeconómicas del contexto que actuaban de marco para el ejercicio de la profesión de arquitecto. Por otra parte, este análisis permitiría, con una hipótesis de desarrollo económico a futuro, inferir cual seria la situación en un corto y mediano plazo.

2. Aspectos metodológicos

Como hemos sugerido anteriormente, la ausencia de datos firmes sobre la cantidad real de arquitectos en el país, nos llevó a encarar un relevamiento estadístico de la evolución de los egresados tanto de universidades públicas como privadas del país, lo que nos permitiría inferir los diferentes "stocks" de profesionales en cada año8.

Lo fragmentado de la información y la ausencia absoluta de datos para determinadas series, requirió realizar estimaciones por interpolación en muchos casos.

A partir del numero de graduados en cada año, hemos contemplado un período de 30 años de ejercicio profesional antes del retiro de la profesión. Esto nos permitió conocer la cantidad de arquitectos con que contaba el país en cada año considerado. De esta manera surge la curva CE (Cantidad Efectiva) que observamos en el Gráfico 1.

Por otra parte, a través del cálculo planteado por la UIA en función de los indicadores socioeconómicos correspondientes para cada año considerado9, construimos la curva CN (Cantidad Necesaria) del gráfico, y que representa la cantidad necesaria de arquitectos según las condiciones del país en cada periodo.

Era necesario a su vez intentar obtener algún indicio de cual seria la situación en el corto y mediano plazo, para lo cual extendimos el cálculo hasta el año 2013. Para ello, hemos adoptado un supuesto "conservador" al considerar el aumento de la cantidad efectiva de arquitectos: mantuvimos la tasa de crecimiento de graduados tanto en el ámbito publico como privado según la tendencia actual.

Por el contrario, hemos supuesto una hipótesis "optimista" de desarrollo económico para estimar el aumento de la demanda de arquitectos, que se encuadra dentro de márgenes factibles: un 5% de crecimiento anual sostenido10. Respecto al crecimiento demográfico, hemos proyectado la tendencia que se percibe a través de los últimas censos realizados11.

El modelo de análisis elaborado por la UIA plantea que en aquellos países con un PBI/capita por encima de 2000 U$S, el Producto Bruto Profesional (PBP) se ubica alrededor del 0,31% del PBI12. Esto se corrobora con los datos surgidos de investigaciones anteriores13

3. Los resultados alcanzados.

Según se puede observar en el gráfico, los resultados son evidentes. Hasta fines del 50, el país contaba con un numero de arquitectos menor al que resultaba conveniente, hasta llegar al período entre 1962 y 1965, donde podría decirse que el número de arquitectos en el país prácticamente coincidía con el conveniente: entre 3500 y 3900 para aquel momento. A partir de entonces, ambas curvas comienzan a separarse progresivamente.

Como podemos observar, la curva CN (Cantidad conveniente) mantiene, salvo algunos periodos de fuerte recesión económica, una pendiente de tendencia lineal, respondiendo al crecimiento de población y de la economía del país.

En comparación, la curva CE (Cantidad efectiva) sufre un sensible incremento de su pendiente en la década del 70. Es en este punto donde pareciera haberse iniciado un proceso de no retorno, ya que como podemos observar, el gráfico indica que en 1996, eran necesarios 6847 arquitectos en el país, cuando el número "real" se ubica alrededor de 48600 arquitectos en el país.

Las perspectivas no se presentan alentadoras, ya que el gráfico indica que aún con una importante reactivación, fruto de un crecimiento económico sostenido, en el mediano plazo (en el 2013), de mantenerse las condiciones presentes en torno a crecimiento demográfico y numero de graduados por año, la situación seria aun mas desfavorable, ya que contaríamos con 74000, frente a solo 10899 supuestamente necesarios.

Dirigiendo nuestra atención a las condiciones socioeconómicas del periodo donde la demanda y oferta se encontraban aparentemente en equilibrio, podemos notar severas diferencias con los actuales, como lo muestra el cuadro: Como vemos, se observa un sensible crecimiento del PBI/capita, a la vez de contar en la actualidad con índices de inflación sensiblemente mas favorables para la inversión, a cambio de un alto grado de desocupación, situación que no hace mas que responder al "Trade Off" entre inflación y empleo14.

Ahora bien, en el período del 60, supuestamente en equilibrio, el país contaba con alrededor de 6000 habitantes por arquitecto a nivel general, mientras hoy esta relación alcanza a 850, y según los cálculos, se reducirá a 512 en el 2013. Podemos citar a modo de referencia, que en los países altamente desarrollados esta relación oscila en torno a 2000 habitantes por arquitecto para el año 1992: EE.UU: 2193, Australia: 2096, Francia: 2185, Reino Unido: 205015.

Frente a esta perspectiva, resulta significativo remarcar que el número de arquitectos que por entonces se graduaban por año en el país no alcanzaban a superar los 200, situación muy diferente a la de nuestros días, con una cifra que ronda alrededor de 2500 graduados por año16.

4. Algunas conclusiones

Según los datos presentados aquí, pareciera sumamente difícil atribuir tal situación, mas precisamente una sobreoferta de alrededor de 41000 arquitectos según el cálculo, exclusivamente a factores socioeconómicos.

Hemos podido verificar que la tan ansiada reactivación de la industria de la construcción que el país anhela tiene limites de "absorción" profesional, bien concretos, lo que sugiere que no resulta enteramente cierto suponer que tal reactivación implique la solución ocupacional para la gran mayoría de los arquitectos del país, al menos dentro del ámbito de la construcción.

Esto lo podemos observar si consideramos un análisis histórico de la incidencia de la industria de la construcción en el PBI (Gráfico 3). Esta osciló entre el 4% y el 8,1% entre los años 1950 y 199217, como se puede observar en el gráfico.

Estos porcentajes parecieran ser los márgenes de fluctuación, y suponen que si bien la industria de la construcción puede incrementar su participación en el PBI como fruto de una sensible reactivación, resulta poco probable que supere por un amplio margen el 8,1% citado, más si tenemos en cuenta que en el año 1977, en el que se ha registrado la mayor cantidad de "Superficie cubierta aprobada"18 (Gráfico 4), la participación de la construcción no alcanzó a superar el 6% del PBI.

Esto estaría indicando que un pronunciado incremento de la participación de la construcción en el PBI, por ejemplo desde un 5,6 % (1992) hasta un 8,1 %, estaría generando un aumento del 44,8 % de la demanda a futuro calculada anteriormente (Gráfico 4).

Este aumento implicaría que el número "conveniente" de arquitectos en el año 2013 fruto de una pronunciada reactivación en el sector de la construcción a partir de nuestros días, se ubique alrededor de 15781, cifra aun muy lejana a los 74000 con los que contará el país entonces, de mantenerse la tendencia actual de graduación.

Por otra parte, esta cifra no estaría considerando la posible reducción en la tasa de absorción de profesionales debido a posibles "economías de escala" en la industria de la construcción. Esto puede percibirse si pensamos que el aumento en el volumen de construcción no implica necesariamente un aumento equiproporcional de profesionales.

5. Reflexiones

Estas conclusiones nos llevan a reflexionar que si circunscribimos el campo profesional del arquitecto únicamente al ámbito de la construcción, según los cálculos realizados, debiera existir sin lugar a dudas, correspondencia entre la tasa de crecimiento de arquitectos y la del PBI/capita, lo que pondría en evidencia serios desajustes en el área de la planificación universitaria, y en todo caso, a nivel país.

Sin embargo, pueden llegar a existir alternativas. No resulta imposible considerar que el arquitecto pueda producir una importante ampliación de su campo profesional, hasta inclusive fuera del ámbito de la construcción, en una multiplicidad de tareas que requieran la aplicación de su capacidad diferencial: la creatividad. De manera similar a lo realizado oportunamente por Ingeniería, diversificando las diferentes campos donde poder aplicar su capacidad diferencial básica: la racionalidad.

Esto implicaría una marcada apertura de nuevos mercados, los cuales darían acceso de manera sensible a la importante sobreoferta de arquitectos respecto de la industria de la construcción que citamos anteriormente. Para ello, resulta imprescindible realizar cambios profundos, tanto en la imagen del arquitecto en la sociedad por una parte, como en el seno mismo de su formación.

No podemos olvidar que la formación de los arquitectos permaneció durante décadas sin acusar recibo de la situación que hemos planteado aquí, a la espera que la situación socioeconómica del país diera indicios de futuros provechosos. Mientras tanto, miles de arquitectos continúan graduándose con expectativas de futuro con muy pocas probabilidades de concretarse.

Por tal motivo, resulta imprescindible que tanto en el ámbito académico, como en las organizaciones profesionales se tome conciencia de la amplitud de roles que el arquitecto puede llegar a desarrollar en la sociedad, muy distintas a la tradicional.

En estos momentos, los aires de reforma han llegado a la universidad. Es de esperar que los resultados que de la misma surjan, contemplen una formación acorde no sólo a los tiempos presentes, sino además con sólidas hipótesis de inserción profesional posibles en un futuro a mediano y largo plazo. El tiempo pasa, debemos considerarlo.

NOTAS

1 El presente estudio surge como una investigación anexa realizada dentro del proyecto de investigación "Arquitectura: la crisis de un proyecto" que se desarrolla bajo la dirección del arquitecto Eduardo Bekinschtein, dentro del ámbito de la Secretaría de Investigación en Ciencia y Técnica de la FADU - UBA.

2 "Código Teodosio, 13.4.1" .Transc. C. Pharr. Princeton. 1952. En "El arquitecto, historia de una profesión". Spyro Kostoff. 1995. Arte Cátedra.

3 "Encuesta permanente de hogares". INDEC. Octubre 1996.

4 "El arquitecto argentino y su universidad". Francisco García Vasquez. Fichas CESCA n¦ 2. 1986.

5 El trabajo de referencia, se fundamenta en la obtención de los valores de calculo (+ndice de Productividad, Producto Bruto Profesional, Factor de Demanda, y el coeficiente "K"), correspondientes a las características socioeconómicas del país que se analiza.

6 El supuesto requiere que deban ser tomados ciertos recaudos en la percepción de los resultados que aquí se presentan, debido a la composición real de la demanda de profesionales de la construcción.

7 Debe considerarse que el numero de matriculados es inferior al numero de graduados ya que la matriculación no resulta obligatoria para aquellos que no desempeñen de manera independiente.

8 Debido a lo fragmentado de la información, se han utilizado diversas fuentes de datos: "La disponibilidad de profesionales universitarios en la Argentina". Juan Sommer. Instituto Torcuato Di Tella. Centro de Investigaciones Económicas. 1971.

"Estadísticas de universidades Publicas: 1982-1992". MCyE. SPU.1994.

"Estadísticas de Universidades Privadas". MCyE.

SPU.1996.

"Informe 3". Secretaría de Planificación. Subsecretaría de Gestión de la Información. UBA. 1994.

"Encuesta Profesional". José Miguens. Boletín SCA n§ 45.1962

9 Evolución del PBI durante el período 1945-1996: Clarín, en base a datos del Ministerio de Economía.

10 Debe tenerse en cuenta que el supuesto planteado no seria factible si consideráramos el Ciclo Real Económico.

Sin embargo, el supuesto resulta útil ponderar los resultados del presente análisis.

11 Censos 1947 / 1960 / 1970 / 1980 / 1991. INDEC.

12 El Producto Bruto Profesional (PBP), se encuentra constituido por la suma de los honorarios brutos producidos por la totalidad de los arquitectos, y generados por trabajos relacionados con la construcción durante un año.

El PBP constituye un porcentaje del Producto Bruto de la Construcción (PBC), el que a su vez constituye una porción del PBI del país

13 Uno de los datos aportados por la encuesta de arquitectos graduados en las promociones 1984-1991), realizada en 1994, (Arquitectura: la crisis de un proyecto.Bekinschtein, Aldasoro. 1996) es que la remuneración media de los arquitectos se ubica en alrededor de $1300.

Para obtener una aproximación del PBP, calculamos el monto total anual, teniendo en cuenta que la cantidad de arquitectos en el país asciende según los relevamientos que hemos realizado a 48600 arquitectos, lo que implica un PBP que ronda los 800 millones, que corresponde al 0,003% del PBI, segun el modelo de la UIA.

14 "Macroeconomía". Rudiger Dornbusch, y Stanley Fischer. Mc Graw Hill. 1994.

15 Association of Collegiate Schools of Architecture. New York. EE.UU. 1994.

16 Idem 7.

17 "Anuario estadístico de la República Argentina. 1993". INDEC.

idem. 1981- 1982. INDEC.

idem. 1979 - 1980. INDEC.

18 "Permisos de edificación de edificaciones privadas".

1972-1990 / 92 / 92 / 93 / 94 / 95 . INDEC.

La profesión de arquitecto: su participación en el proceso económico desde el enfoque tradicional. Marzo 1997 FADU- SICYT- UBA Alejandro H. Aldasoro, arquitecto Buscar en esta seccion :