II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación"

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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UNA APROXIMACION AL CONCEPTO DE AUTONOMIA EN EL DESARROLLO SOCIO- HISTORICO DE LAS UNIVERSIDADES NACIONALES.

AUTORES: Greco, Mónica1
Rafaghelli, Milagros2
Raffín, Enrique3
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RIOS
TELE.FAX: 043- 226308 (Casa de la Universidad Nacional de Entre Ríos)
CORREO ELECTRONICO: mrafaghe@unered.edu.ar
AREA TEMATICA ELEGIDA: "Dimensión Histórica de la Universidad, de sus disciplinas y actores".

Introducción:

  La destrucción de los mecanismos sociales que vinculan las experiencias contemporáneas de los individuos con la de las generaciones pasadas, es uno de los fenómenos mas extraños y que caracterizan las postrimerías del siglo XX. En su mayor parte, los jóvenes hombres y mujeres de este final de siglo crecen sin relación alguna con el pasado del tiempo en el que viven. (Hobsbawm, 1995).

Moviliza este trabajo la problemática sobre la cuestión de la autonomía universitaria en la Reforma de 1918. El propósito es reconstruir una parte de nuestra historia a partir de dudas y de interrogantes, que nos devela el presente. Trataremos de trazar algunos rasgos que den cuenta del escenario social donde dicho principio toma cuerpo, intentando comprender las relaciones entre movimientos sociales, el gobierno y las universidades; que permitan a la vez, comprender el debate actual.

Creemos que no se puede pensar la autonomía hoy, sin atender a la diversidad de interpretaciones que la historia le fue signando.

Si bien realizamos un recorte de la autonomía en la Reforma del 18, entendemos que la lucha por la autonomía universitaria no empieza allí. Hay relatos que la anteceden, como lo fue la universidad de la generación del 37, "bajar a Cristo del altar y guiar a la juventud por senderos nuevos", se introducían por entonces en las Cátedra de Filosofía las ideas de Bacon, Locke, y Descartes. La Ley Avellaneda es otro de los relatos donde pude leerse la autonomía en tanto la capacidad para dictarse sus propios estatutos; la designación y destitución de los profesores, la autonomía necesaria para llevar adelante la investigación científica. (Palacios, A, 1925)

Desde aquellos escenarios se puede interpretar la autonomía como una pulseada entre saberes científicos y verdades dogmáticas. La autonomía lo era, fundamentalmente en su dimensión académica. Es decir, autonomía para decidir libremente que enseñar. En este contexto el Estado, asume la responsabilidad de garantizar esa libertad.

El movimiento universitario de 1918, incorpora una nueva dimensión de la autonomía. Reivindica la autonomía académica e introduce la cuestión del gobierno en la Institución; es decir, se promueve la participación de docentes y estudiantes en la toma de decisiones pedagógicas, académicas y científicas. Introducen sobre todo un estilo de gestión política que exige, entre otras cosas, el reconocimiento de los derecho estudiantiles para exteriorizar sus pensamientos en los cuerpos universitarios. Expresión que de dará a través de sus representantes. A esta dimensión política de la autonomía es a la que nos vamos referir.

ESCENARIO SOCIO- POLITICO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

A principios de siglo comienzan a funcionar legalmente en la Argentina las Instituciones Civiles y se advierten las consecuencias de las políticas que estas Instituciones estimulan. Los años 1918, dibujaron un complejo escenarios social en el país, y un choque fuerte de mentalidades. Un grupo inquieto en lo social, cultural y económico que levantaba las banderas de una reforma política para la argentina que, alimentado con las corrientes de pensamiento social y progresista de Europa querían cambios para su forma de vida. El reto era complejo. Los estímulos percibidos desde mediados del siglo pasado en plena expansión del capitalismo, se hacían eco de la primera Guerra Mundial, que de alguna manera transparentaba el fin del progreso fácil y complejizaba los escenarios.

El impacto de la Guerra era fuerte para una argentina y una América Latina que estaba construyendo su futuro mirando el mundo externo. La guerra hacía trizas la imagen de una sociedad occidental pacífica y estable.

Este grupo, chocaba con quienes ejercían el poder por entonces; sordos a todo tipo de demandas, temerosos a perder los privilegios que el control de las instituciones le proporcionaba. Para la oligarquía las transformaciones sociales demandadas y la construcción real de la democracia, marcaba la fatalidad; para los otros, la democracia era un signo de reconciliación en la sociedad argentina.

La inmigración masiva, el progreso económico, el acceso a la educación que vivió la sociedad hacia fines del siglo pasado y las primeras décadas del presente, reciclaban la sociedad argentina. Muchos de los inmigrantes se iban incorporando a esta nueva clase en constitución. Sin embargo la integración de sus elementos diversos, en aras de una ciudadanía compartida estaba lejos, y de hecho fue un proceso lento. Eran aún excluidos políticamente.

Pero las fuertes condiciones sociales que tuvieron que afrontar hicieron que la heterogeneidad cultural, fuera superándose. Las asociaciones, los gremios, grupos afines fueron cubriendo la sociedad. En estos nuevos espacios se iban formando los nuevos ciudadanos, conscientes de sus derechos y de sus obligaciones y de la dimensión política de sus actividades.

Ese nuevo complejo social comprendía que sus miembros no alcanzaban la situación de ciudadanos de pleno derecho, se sentían animados por un vigoroso sentimiento igualitario y democrático pero advertían que las instituciones destinadas a asegurar la democracia seguían al servicio de la oligarquía, que no vacilaba en desvirtuarlas para no dejar escapar el poder ante los embates de la ola inmigratoria.(Romero, J.L. 1982)

La élite que controló el poder desde lo años 80 en la argentina, seguía por entonces acaparando el manejo de la política, manteniendo a la nueva clase lejos de ella. Si bien el sistema institucional era republicano, parecía estar diseñado para mediatizar las decisiones mas importantes, alejando lo más posible la escucha de la "voluntad popular".

La educación había sido sin duda un hito importante pero no suficiente para el ejercicio de la ciudadanía, para el sufragio responsable. El voto estaba puesto en los ciudadanos como titulo de autonomía, faltaba ahora aclarar en la inteligencia del electorado el contenido de su derecho.

Al respecto creemos que es elocuente el debate que reconstruye Rosanvallon, no sólo en relación a la importancia que los franceses otorgan al sufragio universal y su relación con el concepto de república; sino también en cuanto a la necesidad de un cierto tipo de saber -no cualquier saber-, como condición para el ejercicio del sufragio. Si la democracia es la expresión de la voluntad general; para sufragar la población debe ser instruida ya que no es sólo el sufragio por una virtud mágica el que puede prevenir y reparar todos los males.

La relación sufragio universal - república es una relación que ha pasado por momentos de tensión en a cultura política francesa, con visiones contrapuestas entre conservadores y republicanos. Tensiones que se nivelarán hacia fines del siglo XIX.

Los republicanos, aún sabiendo de sus límites y dificultades reconocieron a la democracia como reguladora del orden político y buscaron siempre reducir la contradicción entre igualdad política y exigencias de racionalidad. "...El sufragio universal está en la cultura política republicana, es expresión de la soberanía del pueblo, es fundamento filosófico de la República". Para los conservadores la soberanía del pueblo no tenía ningún argumento racional, se hablaba entonces de la absurda teoría de la soberanía popular según la cual un voto vale por otro, sin distinción de inteligencia, de moral o de civismo.

Las diferencias sino quedan zanjadas, se equilibran al pensar entonces el problema de la educación en la democracia. Había que formar electores conscientes y responsables y mostrarles la importancia que tenía la práctica democrática. (Rosanvallon. Pierre; 1992) En el mundo occidental se vivían importantes procesos democratizadores que ampliaron la participación política.

En la sociedad argentina la participación cívica era todavía desalentadora, debido a la fuerte injerencia del gobierno en los asuntos políticos. Esta realidad comienza a cambiar con la constitución de los primeros partidos orgánico del país; grupos políticos, movimientos sociales comienzan a tener la suficiente capacidad organizativa para escuchar las protestas. Empujar unidos para ocupar los espacios públicos que por siempre les habían sido clausurados.

La élite dirigente, escondía algunas diferencias entre quienes advertían el descontento de la nueva clase en formación, se hacía cargos de sus reclamos en intentaban reformas; y quienes se manifestaban intransigentes, hasta recurrir al Estado para reprimir cualquier intento de manifestación.

Entre los nuevos actores estaban quienes pensaban que en su conjunto la sociedad era aceptable y sólo pedían reformas, cambios, algunas modificaciones. Pero también estaban quienes pensaban en la necesidad de construir una sociedad totalmente nueva, "deshacer la sociedad injusta y volver a construirla".

Las tensiones recorrían entonces la sociedad argentina; voces legítimas que por un lado buscando espacios para manifestares, sólo se encontraban con la incapacidad del gobierno para darles encontrar espacios de diálogos y negociación. La sociedad reclamaba la plena vigencia de la constitución el sufragio libre, la ética administrativa en un sistema político que estaba sospechado de fraudulento.

Las dos primeras décadas de este siglo deben afrontar el desafío de poner en pié las instituciones democráticas existentes, y dar espacio a la participación política y cultural, que demandaba la nueva sociedad transformada; construir un sistema democrático donde las propuestas pudieran discutirse racionalmente, donde los distintos poderes se contrapesaran en forma adecuada, donde se pudiera garantizar la libre expresión y el respeto por las minorías. Donde finalmente se incorporara la ciudadanía a la vida política a través del sufragio universal, obligatorio.

Las políticas democráticas traían la esperanza de cambiar la sociedad dada la nueva conformación de fuerzas y de tensiones que se combinaban.

Los jóvenes universitarios, habían sido ya una expresión de esta demanda en septiembre de 1898. A pesar de todos los intentos de cambio, las universidades seguían siendo por entonces socialmente elitistas y con una formación altamente profesionalizante.

A diferencia de la oligarquía, el gobierno se posiciona como arbitro entre los diferentes movimiento sociales, buscando equilibrios e intentando comprender y dar respuestas a las demandas de ciudadanos cuya identidad política y rasgos identificatorios estaban constituyéndose.

HACIA UNA APROXIMACION DEL CONCEPTO DE AUTONOMIA

En el bosquejo realizado del escenario social, desafiante, complejo, con tensiones en pugna se inscribe el pensamiento de los universitarios reformistas.

La acción de la escuela pública, había generado ya una sociedad alfabetizada, la educación secundaria abría las puertas al empleo. La universidad era la llave maestra para completar el ascenso social. Pero esta institución será todavía elitista y con una formación académica retrógrada, sobre toda la Universidad de Córdoba quien no se había hecho eco de las oleadas de cambios anteriores.

Una vez más la preocupación de los universitarios era articular la Institución con los acontecimientos científicos y sociales, tal como había ocurrido entre 1903 y 1905, donde un movimiento coordinado entre estudiantes y profesores jóvenes había logrado en la Universidad de Buenos Aires democratizar la selección del cuerpo docente, a la vez de introducir un soplo de modernidad en los estudios.(Portantiero, J.C; 1978)

Tal como pasaba en otros espacios sociales, el movimiento estudiantil solicitaba la apertura democrática frente a la clausura política impuesta en la Universidad por el antiguo, pero todavía vigente régimen. El movimiento universitario hace sus reclamos junto a la participación cívica, por la excelencia académica. La ideología de la Reforma universitaria reclama democratización interna en las Altas Casas de Estudio y autonomía frente al Estado.

Las clases medias -excluidas de la participación política- vieron que el espacio universitario debía también ser democratizado, adecuarse a los nuevos vientos modernos que soplaban en la argentina.

Los universitarios argentinos, a través de sus reclamos, penetrarán en la historia política latinoamericana.

Los inquietos estudiantes reclamaban en especial que se tuviera en cuenta la situación vigente del sistema para cubrir cargos docentes, denunciando las deficiencias existentes, la inaptitud de los dirigentes, lo anticuado de los planes de estudio; anunciaban una huelga hasta que sus reclamos no fueran considerados.

La reforma universitaria no es sólo entonces una reforma académica sino también política, ensancha el contenido de sus reivindicaciones, busca coincidencias con otros sectores sociales. El movimiento universitario se transforma en un eslabón tal vez el más detonante del movimiento político general.

Las acciones del entonces interventor de la Universidad de Córdoba anunciaba nuevos proyectos para revertir la situación de anquilosamiento en la inmovilidad de los cuerpos directivos de las facultades. Esta inmovilidad era producto del carácter vitalicio de los cargos docentes en dichos consejos.

Las reformas solicitadas en un primer momento, abrían la participación al cuerpo docente en el gobierno de la Institución, se incorporan luego en los reclamos, otras dos dimensiones: la docencia libre y mas tarde, la participación del alumnado en la dirección de las Casas de Estudios junto a los demás claustros. Era necesario imprimir en Córdoba el concepto moderno de Universidad.

"Democratizar el gobierno universitario y eliminar las dictaduras ejercidas por las academias vitalicias".

Este desafío no fue fácil, las tensiones estaban aún dentro de la Universidad, el honor de los estudiantes argentinos había sido vulnerado una vez más en el acto eleccionario, sospechado de fraudulento que culmina, incluso, con la derrota del candidato reformista. Derrota que hará estallar las chispas de un incendio que signará el verdadero nacimiento de la reforma.

En el texto del Manifiesto Preliminar de la Reforma Universitaria que llevara el nombre de "La juventud de Córdoba a los Hombres Libres de América", aparece la concepción del Demos Universitario, la consigna del gobierno tripartito igualitario. Es decir, que el poder de decisión en las universidades sea compartidos por partes iguales entre representantes de los docentes, los graduados y de los estudiantes.

La democracia como régimen de gobierno, donde se incorpora al Demos de la Universidad la soberanía de los estudiantes. La introducción del sufragio como principio de gobierno y de legitimación del orden académico y político; como expresión de la soberanía de los universitarios para gobernar sobre sus asuntos.

La universidad como una entidad autónoma lleva adelante una doble operación, por un lado las definiciones sobre la organización institucional, planes de estudio y renovación de cátedras que son decididas en su interior, a través del co gobierno; por otro un gobierno universitario que garantice autonomía frente al Estado.

Autonomía académica indispensable para el trabajo con el conocimiento, para la investigación, para los avances científicos.

Autonomía política, en cuanto su forma de gobierno es el auto gobierno, y éste es democrático en tanto se constituye a partir de la elección periódica, mediante la participación de los claustros de docentes, graduados y alumnos.

El gobierno autónomo, la libertad de los académicos para el ejercicio del gobierno nos remite a una concepción de autonomía -en cuanto darse así mismo las forma de conducta pertinente para el actuar-, que se inscribe como articulación de libertades; en su sentido negativo "una libertad libre, sin ningún tipo de restricciones", y en su sentido positivo encauzar las acciones de acuerdo a una ley que los sujetos reconocen como legítimas.

Puede plantearse, a modo de hipótesis, la autonomía de la Institución universitaria como una relación entre ambas libertades, pero comprender y aceptar esto en el registro de las situaciones concretas es altamente complejo. Por una lado porque dicha relación no siempre es equilibrada; una libertad puede abortar a otra; una libertad puede obstruir o dejar de crear las condiciones que hace posible otras libertades...la libertad positiva y negativa, pueden chocar entre sí.

Por otro lado, estas complejas relaciones hay que analizarlas al menos en dos dimensiones; como juegan al interior de la Institución Universitaria, y como lo hacen en su relación con el Estado.

Ahora, aquí podría plantearse entonces que existen visiones de mundo compartidas entre universitarios reformistas y Estado, situación esta que cambiará, y que la historia nos va dando distintos ingredientes para analizar como se van construyendo distintas percepciones de mundo entre gobiernos y universitarios.

Aún incorporando una nueva visión de la autonomía en la Reforma de 1918 -la política-, el Estado estaba dispuesta a garantizarla. Las "visiones de mundo" entre universitarios y gobierno, si no lo eran compartidas en su totalidad no provocaban al menos, conflictos de racionalidades propias de visiones de mundo disyuntas.

POSIBILIDADES DE GOBERNABILIDAD EN EL ESCENARIO ACTUAL

En la actualidad, está en crisis la relación Universidad Nacional - Estado, existen significativas diferencias en lo relativo al gobierno de las mismas y al establecimiento de la política universitaria. Los problemas que se plantean a las Universidades Nacionales no se derivan solamente de la crisis económica del país, sino que se vinculan exclusivamente a concepciones políticas- democráticas distintas entre universitarios y Estado.

El modelo que introduce el Gobierno Nacional es una suerte de combinación de neo-liberalismo económico y autoritarismo político.

El papel del poder ejecutivo en materia educativa se remite a controlar y evaluar el funcionamiento de las Universidades Nacionales a través de mecanismos centralizadores, como así también tomar definiciones acerca del rumbo del Sistema Universitario. Esto, en desmedro de las Autonomías que gozan las Universidades, ya que las medidas que se toman desde el Ministerio de Educación y Cultura se introducen en las Casas de Estudios, pasando por encima a los Co-Gobiernos.

"En consecuencia, la Autonomía y el Co-Gobierno quedan limitados parcialmente al interior de cada Universidad; se vuelven cada vez más simbólicos y el conjunto del Sistema Universitario tiende a ser controlado y orientado por las políticas que fija el Poder Ejecutivo Nacional, con nula o escasa intervención de las Universidades Públicas".( Paviglianiti, N.; 1994 )

Se plasma en nuestro país un enfrentamiento entre quienes intentan transformar a la Universidad en un "Sistema de Calidad para pocos" y los que sostienen la necesidad de "conciliar Calidad y Democratización".

Hoy, posiblemente estamos transitando una situación donde universitarios y gobierno no reconocen visiones de mundo compartidas, ni porciones en común. Esto provoca conflictos de racionalidades fuertes, y acciones que se introducen en la Universidad que por su magnitud destruyen sus bases constitutivas.

" Desde el punto de vista de la relación entre Estado y Universidad, la modernización se organiza fundamentalmente, en torno a la transformación de un actor político: del Estado liberal de fines de siglo XIX al Gobierno central de fines de siglo XX."( Mollis, M.; 1996)

Este centralismo implica un control del Gobierno sobre las Instituciones Universitarias que impiden el ejercicio de la Autonomía para pensar, planificar y desarrollar programas políticos, académicos y científicos. Pero esta característica de centralismo confronta con la vigencia de Autonomía Política Institucional consagrada en la Reforma del '18 , se produce una disputa entre quienes exigen un mayor control del Gobierno en materia educativa y quienes pregonan una mayor Autonomía para las Universidades Nacionales.

A partir de los '90 los Estados de América Latina, llevaron adelante proyectos de reestructuración del modelo estatal vigente en los '80, articulando políticas públicas con las necesidades del mercado. Se produjo una minimización del Estado sobre las responsabilidades básicas, esto se puede ver en el achicamiento del aparato estatal y la imposición de restricciones sobre la mayoría de los actores sociales.

Estas políticas fortalecieron y extendieron la autoridad gubernamental a través de la regulación del aparato económico y cierto disciplinamiento social. Tendencias que se aplican a las Instituciones de Educación Superior, sobre todo a las Universidades, generando situaciones complejas y paradójicas en el escenario donde se desarrollan las Autonomías ."...dominados por las tensiones que van desde el control a la autorregulación , de la liberalización a la supervisión, de la globalización a la regionalización, de las condicionalidades externas a la autoevaluación institucional, de las políticas sistemáticas a las culturas institucionales."( Mollis, M. 1996)

"El tradicional contrato social entre las universidades públicas y el Estado, se ha quebrado en nombre de un "

mínimo Estado y un máximo mercado", y al mismo tiempo en un contexto de ajuste estructural y encuadre regulatorio, lo que da por resultado un Estado débil frente a un gobierno fuerte."( Mollis, M. 1996) El desafío de la gobernabilidad en la institución universitaria será fortalecer los órganos colegiados de gobierno como garantía de la defensa de la autonomía, siendo conscientes de la complejidad existente en el escenario político nacional y su relación con el campo educativo.

BIBLIOGRAFIA .

Hobbsbawm, Eric: Historia del Siglo XX. 1914-1991. Grijalbo. Barcelona 1997

Mollis, Marcela. "El sutil encanto de las autonomías. Una perspectiva histórica y comparada." En Pensamiento Universitario. Año 4. N§ 4/5. Buenos Aires. Agosto 1996.

Naishtat F, García Raggio A, y otros: Filosofía Política de la autonomía universitaria en "Perfiles Educativos". N§ 73 Septiembre 1996. Universidad Autónoma Nacional de México.

Palacios, Alfredo: La universidad nueva. Gleizer. Buenos Aires 1925.

Paviglianiti, Norma: Participación de los cuerpos colegiados de gobierno universitario en el Planeamiento y Evaluación. Ponencia. Septiembre 1994.

Portantiero, J.C : Estudiantes y Política en América Latina. El proceso de la reforma universitaria (1918-1938). Siglo veintiuno. México 1978.

Romero, José Luis. Las ideologías de la cultura nacional y otros ensayos. Centro Editor de América Latina, 1982

Rosanvallon, Pierre. Historia del sufragio universal en Francia, La educación democrática. París. Gallimard 1992.

NOTAS

1 Estudiante de la carrera de Comunicación Social, Facultad de Ciencias de la Educación. UNER.

2 Profesora de Ciencias de la Educación, Facultad de Ciencias de la Educación. UNER.

3 Estudiante de la carrera de Comunicación Social, Facultad de Ciencias de la Educación, UNER.

La Universidad como objeto de Investigación. Universidad Nacional de Buenos Aires. 26,27, 28 de Nov. 1997 Buscar en esta seccion :