II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación"

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
https://www.equiponaya.com.ar/
info@equiponaya.com.ar

UNIVERSIDAD Y CULTURA EN EL DISCURSO DE LA REVOLUCION LIBERTADORA

José A. YUNI1
Marqueza ORTEGA de SCHWANEK
Mirtha GUILLAMONDEGUI

Resumen

En un trabajo anterior en que caracterizamos el discurso político-pedagógico que acerca de la Universidad se había producido en las instancias oficiales del primer período de la Revolución Libertadora (Yuni et al, 1996), se señalaba que los enunciatarios inscribían en diferentes linajes teóricos los fundamentos de la política universitaria. Un rasgo discursivo que resaltábamos, vinculándolo a las características tipológicas del discurso autoritario, era el relativo al uso de antinomias que polarizaban las opciones políticas y en el que uno de los extremos representaba los valores proclamados por el Gobierno de la Revolución Libertadora mientras que los valores del otro extremo (presentados negativamente) se identificaban con la política educativa del Peronismo.

Entre las antinomias de mayor peso, en parte estructurantes del discurso, y constituyéndose en lo que Bernstein (1994) denomina reglas distributivas, se encuentran una serie de oposiciones relevantes tales como: civilización-barbarie, república-patria, trabajo intelectual-trabajo manual, cultura ilustrada-cultura nacional. Un análisis exploratorio del corpus discursivo reveló que el concepto de cultura aparecía profusamente en los "discursos oficiales" sobre la Universidad y que remitía a niveles de significado diferentes. Un análisis más detenido mostró que algunos de esos significados poseían, por una parte, importantes conexiones con concepciones pedagógicas y, por otra, con otros conceptos claves de la política universitaria del período, en particular las concepciones sobre autonomía universitaria y sobre las "universidades libres".

En este artículo nos proponemos dar cuenta de las relaciones discursivas entre Cultura y Universidad en el Discurso político-pedagógico de la Revolución Libertadora, centrándonos específicamente en el período 1955-1958.

ALGUNAS REFERENCIAS TEORICO-METODOLOGICAS

Puede caracterizarse el enfoque de nuestra investigación como una indagación histórica sobre la política educativa universitaria. Entendemos la política educativa como un conjunto de principios filosóficos, contenidos culturales y estrategias pedagógicas y organizativas de las prácticas institucionales. En sus formulaciones pueden "leerse" las funciones generales que con relación al sistema socio económico y al mantenimiento del poder cumplen las instituciones universitarias. En tanto discurso, la política educativa se presenta como resumen de las opciones asumidas por una conducción política frente a los requerimientos sociales, económicos y políticos en un momento histórico determinado.

El discurso de la política educativa universitaria se nos presenta como un producto social que condensa un conjunto de significaciones sociales en torno a la educación superior y a la Universidad. Aunque hablamos de discurso, en realidad lo que analizamos son distintos discursos que, formulados desde posiciones y campos sociales diferentes, han tomado a la Universidad como eje de su producción discursiva.

La referencia al discurso político-pedagógico universitario opera como una suerte de constructo teórico-metodológico que refleja algunas asunciones respecto a la producción social de los discursos y, particularmente, aquellos de naturaleza política (cfr. Yuni, 1997). En efecto, asumimos que por la propia naturaleza del discurso político - generalmente caracterizado como polémico- la producción discursiva a la vez que expresa el mensaje de quien tiene el control y los medios para hablar legítimamente, por efecto del poder que le otorga su posición en el campo discursivo, a la vez condensa una serie de "voces" ajenas a su propia voz. De este modo, los discursos no pueden leerse como producto de "una voz" que se expresa, sino como una polifonía de voces que por sus interacciones al interior del campo de producción discursiva pugnan por definir y estructurar el mensaje.

Para reconstruir el discurso de la política educativa universitaria se utilizan documentos de naturaleza diversa entre ellos: los de tipo legal, los discursos públicos de funcionarios de nivel político (Ministros, Secretarios de Estado) y de nivel ejecutivo (Interventores de Universidades). Como ya dijimos, tomamos para el análisis aquellos textos correspondientes a la etapa inicial de la Revolución Libertadora que, en términos generales, se corresponde con la etapa en que Lonardi y Aramburu asumieron la Jefatura del Gobierno. Focalizamos los mecanismos y juegos discursivos utilizados por los "enunciadores oficiales" de la política universitaria de la Revolución Libertadora, ejemplificando brevemente con párrafos extraídos del corpus discursivo.

EL MOMENTO HISTORICO

El golpe de Estado perpetrado en Septiembre de 1955, aglutinó a fuerzas civiles de distinto signo político junto al poder militar. La Revolución Libertadora se presenta a sí misma como una empresa política orientada a restaurar valores, instituciones y líneas de evolución socio- políticas subvertidas por el peronismo.

En los primeros meses de gobierno la Revolución Libertadora esgrimió una tibia actitud liberal-pacificadora que muy pronto se transformó en proscripción del peronismo, el encarcelamiento de dirigentes y un "depuramiento institucional" traducido en cesantías y despidos por razones políticas. Los tres primeros años, coincidentes con el período en estudio, implicaron en el dominio político- cultural una restauración de los principios liberales de la Constitución Nacional de 1853.

En los textos analizados la construcción del adversario político, tiene como centro al peronismo, y discursivamente se realiza por medio de formas nominalizadas que sirven de metáfora para sustituir el conjunto de la doctrina de ese enunciador o su posición política. Apelando negativamente a entidades del imaginario político tales como dictador, régimen depuesto, dictadura, el discurso de la Libertadora construye a su adversario: el peronismo.

Resulta interesante observar que en relación a la visión que sostiene la Revolución Libertadora respecto a la Universidad, el concepto de cultura es un significante relevante desde el que se marca la posición antagónica con el Peronismo. La política del gobierno peronista en materia universitaria es caracterizada por la alteración de los valores fundantes de la tradición universitaria y por un intento sistemático de modificar la cultura universitaria. Es decir, un primer registro del significante cultura remite a la cultura institucional universitaria, ligada discursivamente a las tradiciones liberales plasmadas en la ley Avellaneda y de forma más restringida (sobre todo por parte de los sectores católico- nacionalistas) a los postulados de la Reforma Universitaria de 1918.

El significado que asume el concepto de cultura universitaria merece ser analizado más detenidamente. En su dimensión política, el concepto se articula a otros referentes discursivos tales como democracia, libertad y república; en su dimensión institucional, la universidad es considerada como baluarte de la cultura superior y, por ello, campo de resistencia frente a los intentos de alteración de la estratificación "natural" de los órganos de cultura. Este último aspecto se analizará en detalle más adelante.

La siguiente transcripción muestra algunos de los aspectos que hemos comentado, a la vez que aporta nuevos elementos de interpretación.

(Refiriéndose a las intervenciones del peronismo en la universidad) "...Se quería borrar toda manifestación de cultura universitaria. Es lo común en las dictaduras del mundo a través de los siglos que se haga sentir en las universidades la fuerza avasalladora de los dictadores.

Consubstancial de las dictaduras es el odio ascentral hacia el estudio, la investigación, el libre examen, la jerarquía intelectual, la dignidad profesoral y la altivez estudiantil. Eso lo leemos en la historia del mundo, por eso las universidades han sido el último reducto de la alta cultura cuando esta está en peligro y un baluarte inexpugnable para la defensa de la libertad".(5/12/56.Int.UBA)2

Como se observa, la dimensión política del concepto de cultura universitaria es puesta en relación negativa con el peronismo y con las entidades del imaginario político que se utilizan para describirlo. De ese modo, se introducen en el discurso una serie de antinomias que esquematizan argumentativamente el debate y que situan en un polo a la Universidad de la Revolución-la alta cultura-la libertad-la democracia-las jerarquías y, en el otro extremo la Universidad Peronista-profesionalista-totalitaria- igualitaria.

Esas antinomias se relacionan con la postura que sostiene la Revolución Libertadora respecto al grado de articulación de la Universidad con la sociedad y con las manifestaciones de la cultura. En otras palabras, la visión de universidad implica una visión sobre la sociedad y una interpretación acerca de la cultura y, en ese sentido, la Libertadora asume una posición antagónica a la representación de cultura sostenida por el peronismo.

Un miembro de la Junta Consultiva Nacional, reunida para tratar la situación universitaria cita el siguiente texto de Perón del año 1953: Nuestra finalidad es la de llevar a la población al conocimiento de nuestra cultura nacional, a conservarla y engrandecerla. Así trataremos de insistir en la universidad, en la escuela....para la enseñanza de nuestra cultura, así como también trataremos de insistir sobre el folklore, las efemérides patrias, la poesía popular, la familia, la historia, la religión y el idioma, para la conservación por tradición de nuestra cultura popular"...,

Esta visión de la cultura, en la interpretación del Consejero, ha derivado en imposición ideológica que al desvirtuar el concepto de cultura ha viciado las mentes de los jóvenes. La alteración del concepto de cultura producida por el peronismo, lleva a la política universitaria de la Revolución la enunciación de una concepción jerárquica de la cultura, que tiene como su forma más acabada la "cultura universal" y como formas menores "la cultura nacional" y "la cultura del pueblo".

Obviamente, esta jerarquía se articula conceptualmente con una visión jerarquizada del conocimiento (conocimiento universal vs conocimiento práctico), de la sociedad (elites ilustradas vs masas con formación básica) y, en algunos casos y desde posiciones evolucionistas de corte biologista, de la inteligencia humana (quizás el más destacado exponente de esta filosofía es Ghioldi) (cfr. Puiggros, 1997).

La configuración discursiva en el que la Universidad es nombrada como el órgano máximo de la cultura, como manifestación de la cultura más elevada y como expresión de los valores espirituales, permiten a la Revolución Libertadora construir una fórmula que liga la institución universitaria con la sociedad en el marco de Restauración Liberal3 de la sociedad y expresada por el Ministro de Educación de la siguiente manera:

"La crisis de la universidad argentina había llegado a las entrañas mismas de la cultura nacional de manera que limitar nuestro papel a la corrección de deficiencias, a la reparación de errores, a la restauración de la vida administrativa, hubiera sido no solamente cumplir con nuestro deber, sino poner nuestro aporte al servicio de esta decadencia incurable.(29/2/56.ME)

Crisis de la Universidad, crisis de la cultura nacional.

Sobre estas bases la Libertadora plantea varios ejes de su política universitaria, que analizaremos a continuación CULTURA Y UNIVERSIDAD EN LA POL+TICA UNIVERSITARIA En el plano de la política universitaria la Revolución Libertadora define su función restauradora de la Universidad en dos sentidos: uno moral (vinculado a la subversión de los valores tradicionales de la Universidad) y otro institucional (relativo a la funcionalidad histórica de las Universidades). Las soluciones políticas que dará a estas cuestiones pivotean sobre la recuperación de la cátedra como modalidad de restauración axiológica y la intervención de las universidades y el reconocimiento de su autonomía como modalidad de restauración política- institucional. (Yuni, 1996)

La intención de la Revolución Libertadora en materia de política educativa, en general, y universitaria, en particular, queda acotada en "su declaración pública" a dos problemas generales: la reorganización de la enseñanza, la restauración de la autonomía universitaria y a dos proposiciones: "elevar" la cultura de la población y jerarquizar la función docente (Art. 3§ inc. j. Declaración de Principios de la Revolución Libertadora).

Es interesante observar que la toma de posición "fundacional", atraviesa luego todo el discurso y la articulación de distintos elementos. El planteo de los objetivos del Programa de la Revolución Libertadora en materia universitaria introduce el concepto de cultura, tal como se observa en las siguientes expresiones:

"Que la Revolución Libertadora tiene como objetivo fundamental recuperar para la ciencia y la cultura los valores morales e intelectuales que fueron el atributo más preciado de las Universidades argentinas." 4/10/55.Dec. 275)

"Por encima de todo nos interesa salvar la cultura del país, la unidad de nuestros espíritus y el cumplimiento de nuestros ideales revolucionarios". (29/2/56.ME)

"No es de extrañar a nadie que una revolución libertadora haya afrontado precisamente este primer problema de la libertad de la inteligencia, de la organización libre de los esfuerzos dedicados a la cultura, después de haber padecido durante años el oprobio de una dictadura". (29/2/56.ME).

Un análisis respecto a la concepción ideológica del concepto cultura, muestra que ésta se inscribe dentro de lo que Puigross (1996) denomina "espiritualismo" y "culturalismo" pedagógicos. Esa concepción remite a dos aspectos diferentes pero profundamente relacionados: por una parte, el discurso oficial asume una posición jerárquica y estratificada respecto a la cultura y, por otra, esa estratificación define la posición de la universidad en el conjunto de las instituciones sociales.

Un párrafo de un discurso del Ministro DellïOro Maini, ejemplifica lo que venimos diciendo:

"La cultura de un pueblo tiene una estructura en la que se destacan principalmente tres elementos constitutivos: el hombre que es la fuente original y, al mismo tiempo, el destinatario final de la cultura; los bienes culturales considerados en sí mismos, que son el resultado de la creación humana frente al mundo estimulado por su anhelo de felicidad, de verdad de belleza y cuyo conjunto constituye, precisamente el patrimonio que enaltece a un pueblo y les de su jerarquía en el concierto de las naciones; y por último, los órganos colectivos, mediante los cuales aquellos bienes se adquieren, se difunden, enriquecen y circulan o se transmiten de generación en generación". (29/12/55.ME)

Cada uno de esos "elementos" aparecen diseminados en el corpus discursivo y, en mayor o menor grado, remiten a las concepciones indicadas. Así, la posición espiritualista se entrecruza con el fundamento culturalista, fenómeno que se hace evidente en la explicitación de las características del hombre, de los bienes culturales y de los órganos colectivos. Es interesante remarcar que la definición de cada uno de los elementos constitutivos de la cultura significa diferencialmente distintos aspectos de la universidad. Así, la explicitación de la concepción de hombre se liga a las características del sujeto pedagógico individual que debe ser formado, mientras que la concepción como órgano cultural, se vincula a la posición de la universidad en los campos de la cultura y de lo social.

La concepción institucional que revela el discurso oficial remite a diferentes cuestiones. La posición de la universidad en el campo social se define por su condición de máximo órgano de la cultura, mientras que desde esa posición le corresponde la custodia de los valores, de la espiritualidad e incluso de la misma elaboración de la cultura. Desde esa posición de superioridad, la acción de la universidad se caracteriza por una "irradiación", un "derrame" que se extiende a los niveles inferiores los que, por efecto de ese proceso, elevan su nivel cultural.

Diferentes manifestaciones discursivas pueden ejemplificar lo que venimos afirmando.

"Las Academias son, conjuntamente con las Universidades el signo más alto del grado de cultura de un país. Tienen por objeto congregar a las personas más conspicuas y representativas en el cultivo de las ciencias, las letras y las artes, con el fin de intensificar el estudio o el ejercicio de las mismas: promover el progreso de sus diferentes disciplinas: estimular la plenitud de las vocaciones y enaltecer en el país y en el extranjero, el prestigio de la cultura nacional". (29/12/55.ME) "Abrimos esta magnífica asamblea de la cultura bajo el signo de la libertad civil y de la dignidad humana, rescatadas para el ejercicio de las más nobles actividades del espíritu......La ausencia de la libertad no destruye por cierto la capacidad creadora de la inteligencia, pero la sofoca, la desarticula, la enmudece. La inteligencia vive del acatamiento a las leyes que le son propias: es, por excelencia, la facultad del orden y de las jerarquías y, para ser fecunda necesita moverse con libertad dentro del orden que ella misma crea y sustenta". (29/12/55.ME)

"Hoy, en virtud de esta ceremonia de instalación de la Universidad Nacional del Sur....la ciudad de Bahía Blanca se convierte en el vínculo de una nueva solidaridad en el orden superior de la cultura, donde se remata, siempre, la expresión mas honda de los valores de un pueblo".(11/1/56.ME)

..."la Universidad puede llegar a ser ese vigoroso centro de irradiación que siempre hemos anhelado, en el que se elabore la peculiaridad de nuestra cultura -sin triviales deformaciones nacionalistas- y en el que se preparen despaciosamente las soluciones que el país aguarda para sus problemas fundamentales. (1/10/55.I)

"En el despojo de tantas y tantas cátedras hay algo más que un perjuicio o una ofensa personal: cuando se atropella la independencia y el decoro de la enseñanza...no solo se frusta la vocación personal del maestro y se arrebata a los alumnos del caudal vivo de una docencia, acreditada frecuentemente por las pruebas de una tenaz experiencia, sino que se aniquila la función rectora de los grandes institutos que -como órganos de las más elevada cultura- desempeñan en el seno de la Nación, la virtud ejemplar, ordenadora y permanente de la inteligencia".(4/11/55.ME)

"...es decir toda esta recuperación universitaria se hace bajo el signo de la libertad, de la independencia de la cátedra, de la responsabilidad de los maestros, del deseo de las jóvenes generaciones de entregarse a ellos y poder fundar en el país múltiples centros de cultura que levanten el nivel moral y social del ciudadano" (29/2/56.ME)

Por cuestiones de extensión sólo podemos indicar la circularidad del discurso; en la medida que el espiritualismo y culturalismo que subyacen a la concepción de universidad, fijan los topes discursivos del discurso sobre ella, su caracterización como institución social remite permanentemente a los ejes básicos de la concepción de cultura.

LA CULTURA EN EL MODELO DE UNIVERSIDAD

Otro nivel de significado del concepto de cultura remite a la definición de la misión de la universidad y al modelo pedagógico que se deriva de esa concepción. La Revolución Libertadora se presenta a sí misma ofreciendo los remedios esenciales para resolver el problema universitario. Su diagnósito, expresado a través de discursos en que predomina el componente didáctico (Verón,1987) coloca el problema en dos campos de significado. El primero, inscribe la crisis de la universidad en el campo de una crisis global de la cultura frente a la que el Gobierno Revolucionario toma una posición definida. El segundo campo, pone en relación la opción por la cultura universalista con la definición de la misión pedagógica de la universidad.

"Desde el punto de vista de la universalidad de la cultura, por último, la Universidad sufre la misma crisis que ataca en el mundo a los institutos similares, constituídos sobre una concepción parcial de la cultura que rompe la armónica relación de las disciplinas que la integran, desarticula la jerarquía entre los diversos grados de saber y deprime el cabal ejercicio de la inteligencia...De ahí la severa revisión promovida en el mundo entero sobre el fundamento, la naturaleza y los fines de la institución universitaria y, entre nosotros el espíritu innovador y alerta, con que debemos asumir el compromiso de buscar y apreciar bajo cuales aspectos y con que recaudos es preciso afrontar la instauración de una nueva universidad que abarque, con unidad de fin y variedad de medios, la formación moral, la enseñanza profesional y la especialización científica, sin limitaciones que comprometan la universalidad de la cultura y la integridad de la inteligencia". (1/10/55.ME)

"La crisis de nuestra universidad tiene hondas y lejanas raíces, proviene del desequilibrio de sus fines naturales.

Es un problema que se presenta con rasgos semejantes en todos los países y que constituye uno de los dramas de la cultura contemporánea. Los fines de la universidad han sido siempre los mismos: investigar, enseñar y educar.."(11/1/56.ME)

En el fragmento anterior puede observarse cómo el Ministro de Educación establece una relación causal entre la crisis de la cultura y la necesidad de redefinir la naturaleza de la universidad. Creemos que esta cuestión es de sumo interés ya que aquí comienza una fractura en la concepción academicista de la enseñanza universitaria. El diagnóstico sobre la situación de la cultura presenta negativamente el desarrollo científico-tecnológico, al que hace responsable de la pérdida de valores espirituales y alterando la esencia de las, hasta ese momento, consideradas formas legítimas de la cultura y el conocimiento4. Ello nos lleva a pensar que el discurso oficial traduce una disputa, por entonces aún no explicitada en los ámbitos político y académico, entre el modelo de universidad académica y el de universidad científica. Sin embargo, hacia el final del período que estamos analizando se ha encontrado un desplazamiento hacia el segundo modelo (ejemplo de ello son los discursos de José Babini como Rector de la recién creada Universidad del Nordeste).

La posición de rechazo al modelo científico que expresa el discurso de la Libertadora, lleva a los enunciadores a "restaurar" el sentido tradicional de universidad y de cultura. Desde esa posición establecen el "deber ser" de la Universidad en lo relativo a la definición de sus funciones pedagógicas. Esa definición connota aspectos tales como las características de los sujetos pedagógicos, las dimensiones que debe contener la formación de esos sujetos y, en términos actuales, la explicitación del perfil curricular de la enseñanza universitaria.

La constitución discursiva de la función pedagógica de la universidad se realiza a través de la oposición entre finalidades pedagógicas. De una parte la universidad profesionalista y de otro la universidad universalista.

Algunas referencias de discursos muestran este aspecto: "En este momento lo que la universidad enfoca es la reestructuración de su propia naturaleza, de su estructura, de la recuperación de su finalidad auténtica, que no es, precisamente, la de acumular exámenes tras exámenes para expedir títulos profesionales, sino de la crear centros verdaderos de investigación científica de cultura universal, que formen el criterio de las nuevas juventudes que organicen su concepción moral e integral de la vida en la cual han de desenvolverse y, que no les de simplemente, y que no les de simplemente una habilidad para el ejercicio de determinadas profesiones". (29/2/56.ME)

"La universidad es espíritu, cultura, ciencia, profesión y fin social. El fin esencial no es sólo el de otorgar títulos habilitantes para el ejercicio profesional....(9/6/56.ME1)

"Por ello estimo que la universidad no puede limitarse a la formación de técnicos y a la de especialistas. Su misión es más amplia y augusta. Si quiere mantener su papel rector en la vida moderna, debe formar hombres cultos con un acendrado amor a la verdad, con profundo respeto de la dignidad humana, para que sean los adalides en la lucha contra las formas de regresión y barbarie que significa la teoría de negativistas de la razón como principio fundamental de nuestra civilización". (1/4/57.ME2)

"El profesionalismo excesivo desdeña a la cultura...la más grave desviación es la del especialismo profesionalista. El profesionalismo implica la ruptura del equilibrio que en toda universidad verdadera debe existir entre los diversos fines que constituyen su razón de ser. La función docente tiene, entre otros objetos, el de formar hombres cultos que se especialicen en el ejercicio de una profesión. Cuando ella, por causas de orden práctico y subalterno, se concentra en la preparación de ciertos oficios liberales y atiene exclusivamente a proporcionar a los alumnos el arte de dominarlos, las universidades dejan de ser los institutos de una cultura superior para convertirse en meras escuelas y un conocimiento concreto, casuista y parcial, sin relación alguna con los grados más altos del saber ni con las más severas exigencias de la universalidad de la cultura".

En el marco del modelo considerado legítimo, el discurso oficial especifíca los componentes que considera esenciales como modelo pedagógico. En tal sentido afirma:

"La Universidad debe ser, de un modo veraz y entrañable, un centro y fundamento de la vida intelectual del país, abarcando en su seno, mediante una fórmula integral y comprensiva la formación universalista de la cultura, la investigación científica de la verdad y la enseñanza superior. (Cada uno de estos fines no se contraponen sino que se armonizan y cada uno de ellos impone una función diferente que se ejerce mediante una organización adecuada, dentro de la estructura de la universidad, con métodos distintos y todos contribuyen por igual al resultado final de promover el adelanto de las ciencias y de educar integralmente a la juventud en el grado de la enseñanza superior". (1/10/55.ME).

Si tal como hemos sostenido la política educativa de la Revolución Libertadora fue, en gran medida, conservadora, es lógico que uno de los problemas que identifica como problemático, sea el de la masificación de la enseñanza.

Por una parte la política educativa del peronismo había facilitado el acceso de amplios sectores sociales a la educación, mientras que la tendencia a la masificación de la educación era reconocida por diversos intelectuales como una tendencia mundial. Las implicancias de estos fenómenos son múltiples ya que si la concepción de cultura implicaba una jerarquía, un orden natural que regula las posibilidades de acceder a determinados niveles, era claro que las "políticas populistas" habían puesto en peligro esa jerarquía, desnaturalizando la función y el sentido de la universidad. La preocupación por este tema recorre la obra de Mantovani, para quien éste era un fenómeno ligado a las tendencias de la época, mientras que en el discurso político oficial esta cuestión se torna discurso público hacia el final del período, coincidente con la proscripción y persecusión del peronismo. El Ministro Salas expresa:

"Pero no menos importante es el cambio que se advierte en el último medio siglo: la masa, que irrumpe en la vida política y social, llegó también a la universidad....El hecho histórico de la incorporación de las masas puede significar el tránsito a una nueva organización de la sociedad, pero también puede entrañar un retroceso en la cultura, como ha ocurrido en los estados totalitarios...."(1/4/57.ME2)

La opción de la política universitaria por un modelo de universidad académica, difusora de conocimientos universales, que armoniza diferentes fines y en los que la formación cultural es considerada como base para la formación de los valores políticos e intelectuales, queda de manifiesto en los fines formativos y se traduce en la organización curricular.

Coherente con la definición tripartita de la función de la Universidad, la política universitaria de la Revolución Libertadora va a mantener separados los campos de la enseñanza (transmisión del conocimiento universal), la investigación (creación de conocimiento universal) y la educación (formación cultural de caracter moral en valores políticos y valores universales). Como puede observarse, la formación cultural aparece como uno de los fines de la función pedagógica de la universidad. Por ello, el gobierno revolucionario efectúa una opción por una estructura curricular en que la formación cultural de caracter generalista sería la base de los estudios universitarios y posteriormente se realizaría la formación en las especialidades. Por su parte, en los discursos aparece el alcance de esta concepción al afirmar que la formación cultural es la base de educación de la personalidad del sujeto, tal como lo expresa este enunciador:

(Refiriéndose a las funciones de la universidad)"...en lo que concierne a la educación de la personalidad, ella no es tarea de un órgano especial ni finalidad de una escuela aparte. Debe impartirse bajo los cánones de una cultura superior y coherente y constituir la formación previa al estudio de las diferentes especialidades. Cuando su espíritu se difunde verdaderamente en la Universidad, la enseñanza multiplica su eficacia y en lugar de transmitir conocimientos meramente, descubre y forma inteligencias, las abre a los grandes dimensiones del saber...".(11/1/56.ME)

Los valores que puede aportar la formación de la personalidad se vinculan a las características de los sujetos pedagógicos en tanto sujetos políticos. Retomando las oposiciones civilización/barbarie, racionalidad/irracionalidad,cultura ilustrada/cultura nacional, el fin de formación cultural permite a los enunciatarios construir un sujeto pedagógico cuyas prácticas de participación política pertenecen a un universo de valores democráticos y republicanos. Esta noción revela lo que en realidad el mismo discurso oculta, las prácticas políticas del sujeto pedagógico de la Libertadora representan las formas legítimas en oposición a las prácticas ilegítimas del sujeto pedagógico peronista (cuya ilegitimidad se materializaba en la proscripción).

Sostiene el ministro Salas:

..Sólo hay un camino, a mi juicio, para superar la crisis: dotar a la masa que se incorpora de un amor desinteresado por la verdad, lo que importa una renuncia consciente a "la acción directa". La universidad, como "casa de la cultura"

que es, no debe limitarse a enseñar a la masa que se le incorpora la técnica de la vida moderna: su misión principal debe ser la de educar....Debe inculcársele la sensibilidad necesaria para los grandes deberes históricos, habilitándola para la compresión del sentido de nuestra civilización que, como es recordado hace poco, centra en el respeto de la dignidad humana...

En resumen, se ha visto como el concepto de cultura ha operado como un eje estructurante en la definición de la Universidad, sus funciones pedagógicas y su perfil de formación.

LA CONCEPCION DE CULTURA COMO LEGITIMANTE DE LA MACRO- POLITICA

Finalmente, un último campo de significados del concepto de cultura remite a su estrecha articulación con el debate que instala la Revolución Libertadora, respecto a la necesidad de las universidades privadas. Entre los remedios esenciales que el Gobierno proponía para resolver el problema universitario se encontraba la autorización para la creación de las llamadas "Universidades libres". Durante el mes de diciembre de 1956 el Gobierno Provisional dictó un decreto que reglamentaba la actividad de las universidades. En su articulado se incluyó una norma que abría el camino para la gestión privada en materia universitaria. Al no haber sido consensuada esta norma entre las fracciones en el gobierno, se abrió un debate que introdujo fisuras profundas y que tuvo profundas consecuencias, más allá del ámbito específico de la política educativa.

El Ministro DellïOro Maini, en su informe a la Junta Consultiva Nacional sostiene que "el artículo 28 que reconoce a la iniciativa privada el derecho de crear universidades, obedece, evidentemente, a una concepción acerca de la cultura y de lo que es intrínsecamente la universidad.....

Cuando especifica esa concepción, articula los conceptos de cultura-inteligencia-libertad para definir la naturaleza de la universidad. Señalamos anteriormente como una de las características de la concepción ideológica de cultura, la analogía geológica de estratos y capas ordenados jerárquicamente, debemos agregar ahora otro elemento que podríamos definir como evolucionismo cultural. Con ello queremos decir que el discurso político de la Revolución Libertadora considera la cultura como un proceso de acumulación, con un desarrollo lineal y orientado teleológicamente.

"Digo que responde a una concepción de la cultura, por que evidentemente, la inteligencia es fruto de la libertad.

Necesita de ella como de su atmósfera propia y toda universidad no es sino el conjunto de hombres vinculados por el ideal común de dar realidad a la vida de la inteligencia en la investigación de la verdad, en el acrecentamiento de la ciencia, en el fomento de las artes y el aprendizaje de esas disciplinas por parte de quienes acuden a estos centros para formar su inteligencia y nutrir su espíritu". (29/2/56.ME).

La concepción evolutiva permite a los sectores defensores de la gestión universitaria privada justificar la necesidad de la creación de estas Universidades, ya que esto sería parte del proceso "natural" de crecimiento de las instituciones culturales.

" El Estado no tiene monopolio de la verdad, de la ciencia y de la educación. La triste experiencia realizada es un argumento que valoriza en los hechos la necesidad de abrir amplios caminos a la iniciativa privada ....con el objeto de respetar y fomentar los nobles esfuerzos dirigidos al enriquecimiento de nuestra cultura". (1/10/55-ME)

"El reconocimiento, por otra parte, a la iniciativa privada del derecho de crear universidades libres, es el fruto natural del progreso de la cultura, del incremento de la investigación científica, del desarrollo de la vocación a las letras y a las artes, sofocadas vanamente por los excesos del Estado y, al mismo tiempo, el testimonio de una saludable concepción de la vida intelectual, devuelta al goce de su libertad". (29/12/55.ME)

"Las universidades son en nuestro país el foco de la espiritualidad civil y del amor a las instituciones republicanas. El anhelo común de que se multipliquen y diversifiquen contribuirá al seguro progreso de la cultura, a una noble emulación por la verdad, el bien y la belleza y sobre todo....nos ofrecerá el mejor cauce para aquellas energías que son la fuerza última que, en el orden civil, aseguran la dignidad y la grandeza de un pueblo".(2/3/56.ME)

Una cuestión subsidiaria pero ligada inextricablemente a la concepción evolucionista de cultura es la relativa a las posiciones tomadas por las distintas fracciones en el poder respecto al papel del Estado. Debe recordarse que el debate de esta cuestión retomó las antinomias planteadas en la discusión de la ley 1420: pública/privada, laica/confesional a las que agregó una nueva, liberal/totalitaria.

"Se dice que el problema de nuestra educación consiste en oponer educación religiosa a educación laica: tal es el mal planteo del problema a que me refería. La cuestión radica, en cambio, en establecer si la educación y cultura argentinas van a ser fruto del monopolio estatal o de la libertad de enseñanza." (29/2/56)

Los sectores católicos, defensores de la iniciativa privada sostenían que el rol del Estado era subsidiario. Para los sectores provenientes del socialismo, la cultura debía ser entendida dentro de un marco en el que el Estado había aparecido en el desarrollo de la inteligencia, con el fin de regular las actividades de la cultura e incluso promoverlas. Por ello el rol del estado en materia educativa y universitaria no debía resignarse, manteniendo el Estado el poder de policía sobre la gestión privada.

Mediante operaciones discursivas que no podríamos reseñar en este espacio5, el discurso de los sectores pro- universidades privadas vinculan los conceptos de inteligencia-libertad-universidad privada, utilizando el concepto de cultura como hilo conductor que articula la trama argumentativa. Veamos algunos ejemplos desde la postura pro-universidad privada.:

Participo de la opinión de que la libertad es la única fuente fecunda del progreso espiritual. Fuera de la libertad no se construye nada. En la libertad está todo: está el mundo de las realizaciones y está también el mundo de los sueños, que son el anticipo de las realizaciones. La cultura es el fruto y el resultado de la libertad. (Thedy)

¿Qué papel dejamos para el Estado? Solo una función supletoria....Se ha dicho que el Estado debe respetar la libertad siempre que ella gire dentro de la órbita del propio Estado descentralizado. El Estado, ontológicamente considerado, no es un ser, sino una organización jurídica para hacer posible la libertad de la persona humana, anterior y superior a todo Estado. El Estado está al servicio de todo el hombre, por que el hombre es lo único que hay inmortal en la Creación, lo único que trasciende el tiempo y el mundo.....Y aunque algunos entiendan que el hombre no trasciende al tiempo le reconocen una dignidad de inteligencia y voluntad que no tiene el Estado, que sólo subsiste a través de los hombres que rige. (Ordoñez)

En la postura socialista aparecen matices, tal como lo muestra este texto de Ghioldi:

"Cultura e inteligencia son expresiones de la libertad. Cuando se dice que la cultura nace siempre de la iniciativa individual es simplemente la formulación de una idea más general. Todas las manifestaciones de la actividad humana han nacido de la actividad individual. De manera que aquella es una proposición circunscripta de un hecho más evidente: que es la vida misma en su desarrollo quien crea todas las formas de la actividad que el hombre necesita para desarrollarse como hombre. En el curso de la evolución, las actividades individuales crecen en los siglos, y como una necesidad de protección y de fomento de la misma actividad individual, aparece el Estado, cuyas funciones han crecido en el último siglo. Es problema de arte, y de democracia y de libertad, conjugar siempre cómo debe operar el Estado para que la actividad individual mantenga frescas las fuentes de la creación". (29/2/56. Ghioldi)

CONCLUSIONES

En este artículo hemos analizado cómo en el discurso de la política universitaria de la Revolución Libertadora aparece el concepto de cultura, el cuál remite a distintos niveles de significado. Una primera conclusión que podemos extraer es que la relevancia de este concepto se vincula con el espiritualismo y culturalismo pedagógicos que definen la concepción de política educativa del período.

Otra conclusión, de tipo teórico-metodológica se relaciona con las potencialidades de este tipo de análisis para tratar de reconstruir los principios culturales dominantes que han definido el contenido simbólico de la concepción de universidad. El análisis seguido, revela tramas discursivas en la que se articulan unos pocos conceptos, que constituyen los ejes estructurantes del campo de enunciación. Esos conceptos son significados de diferente modo, según las posiciones de los enunciadores y en la definición pública de ellos, es donde se expresa la disputa de las distintas fracciones en el poder.

Finalmente, hemos aportado una lectura que revela que el concepto de cultura estructuró en el período de la Revolución Libertadora distintos campos de significado en materia de política universitaria. Utilizado simultáneamente para definir la posición de la universidad en el campo cultural, como aspecto constitutivo de las funciones pedagógicas, como estructurador del perfil curricular de la formación, como performador de las prácticas políticas de los sujetos pedagógicos y como legitimador de rasgos estructurales de la política universitaria, el concepto de cultura ha mostrado como se configura un modelo de universidad que, en cierto sentido, aún hoy sigue sustentando prácticas y representaciones sociales.

BIBLIOGRAFIA

BERNSTEIN, B. (1988) "Poder, educación y conciencia: sociología de la transmisión cultural". CIDE, Chile.

BERNSTEIN, B. (1985) "Clases sociales, lenguaje y socialización". Rev. Colombiana de Educación. N? 15.

BOURDIEU, P. (1985) "¨Qué significa hablar: economía de los intercambios linguísticos" Ed. Akal, Barcelona.

COX, C. (1984) "Clases, reproducción cultural y transmisión escolar: una introducción a las constribuciones teóricas de P. Bourdieu y B. Bernstein

COX, C. (1986) "Poder, conocimiento y sistemas educacionales: un modelo de análisis y cinco proposici ones para un programa de investigación sobre transmisión cultural". Rev. Latinoamericana de Estudios Educativos. Vol XVI. Ed. CEE.

CUCUZZA, H. (1997) "Estudios de Historia de la Educación durante el primer Peronismo". Ed. Universidad Nacional de Luján.

MANTOVANI, J. (1957) "La crisis de la Educación". Ed. Columba.Buenos Aires.

PEREZ LINDO, A. (1984) "Universidad, Política y Sociedad". De. EUDEBA, Buenos Aires.

PUIGGROS, A. (1997) "Dictaduras y utopías en la historia reciente de la educación argentina". Tomo VIII. Colección de Historia de la Educación Argentina. Ed.

Galerna.Buenos Aires

PUIGGROS, A. (1986) "Democracia y autoritarismo en la pedagogía argentina y latinoamericana". Ed. Galerna, Buenos Aires.

VERON, E. y Otros. (1987) "El discurso político. Lenguaje y acontecimientos". Ed. Hachette, Buenos Aires.

YUNI, J. (1989) "La educación liberal en la Argentina". Red Latinoamericana de Información y Documentación en Educación. REDUC-UCC, Córdoba.

YUNI, J. (1996) "Universidad y Revolución Libertadora". Publicado en Actas del 2§ Encuentro de la Red de Filosofía y Teoría Social. UNCA-SEDECyT.

YUNI, J. (1997) "El discurso sobre la Universidad: una perspectiva para la reconstrucción de las políticas universitarias". Trabajo presentado al II Encuentro la Universidad como Objeto de Investigación.

NOTAS

1 Este trabajo es parte del Proyecto "La política Universitaria Argentina: reconstrucciones desde el discurso (1955-1983) que cuenta con financiamiento de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNCa.

2 A fin de facilitar la lectura se han utilizado una serie de acrónimos que indican la posición de los enunciatarios en el campo político: Ellos son: ME (Ministro de Educación DellïOro Maini); ME1 (Ministro Adrogué); ME2 (Ministro Salas); INT. (Interventores de Universidad); Dec (Decreto) . Para el caso de otros actores se indican su apellido.

3 En un trabajo anterior se caracterizó el Proyecto político de la Revolución Libertadora en materia universitaria como un proyecto de Restauración Liberadora (cfr. Yuni et al, 1996).

4 La influencia de los análisis de Juan Mantovani - particularmente su caracterización de la época y de las funciones de la educación en ese contexto- sobre los activistas de la Revolución Libertadora en el campo universitario aparece reflejada en distintos documentos, incluídos los de caracter jurídico, que introducen en sus considerandos frases textuales de sus obras. En una entrevista realizada a Miguel Murmis, representante estudiantil durante la gestión de Romero en la UBA, se registra la influencia del autor de referencia.

5 Actualmente el grupo de investigación está redactando un artículo relacionado con los discursos y los juegos discursivos sobre las denominadas "Universidades libres", analizando las posturas ideológicas de los distintos grupos que conformaron la Junta Consultiva Nacional..

Buscar en esta seccion :