II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación"

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
https://www.equiponaya.com.ar/
info@equiponaya.com.ar

EL ACCESO, LA PERMANENCIA Y LA DESERCION.

-PERFIL SOCIO-ECONOMICO Y CULTURAL DE LOS ESTUDIANTES INGRESANTES DE LA UNPA (Unidad Académica Río Gallegos). UNA APROXIMACION DESCRIPTIVA.

1- Introducción

Comentarios Preliminares:

En este informe se presenta un análisis de los inscriptos universitarios en el período comprendido entre 1991 1997 de los alumnos ingresantes en la Unidad Académica Río Gallegos (UARG) de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA).

La UNPA, creada por ley No.24.446 de 1994, está conformada por unidades académicas asentadas en distintos centros urbanos de la provincia de Santa Cruz : Río Gallegos, San Julián, Río Turbio, Caleta Olivia. Su estructura actual reconoce diferentes antecedentes históricos vinculados a las instituciones de nivel superior que se fueron creando en la provincia después de 1960, entre ellos el Instituto Universitario de Santa Cruz que tuvo dependencia académica de la Universidad Nacional del Sur. Después de un proceso de integración a nivel de las instituciones de educación superior, se crea en 1991 por la ley 2071, la Universidad Federal de la Patagonia Austral (UFPA), que reconocía la necesidad de que el sistema adquiriese autonomía académica y autarquía financiera en su funcionamiento a fin de responder a una serie de orientaciones relevantes para la actividad universitaria en formación de grado, investigación y extensión. Ellas eran:
- superación del nivel académico
- adecuación de la oferta de formación profesional a necesidades sociales y regionales
- apertura de líneas de investigación en problemáticas de interés provincial.
- asesoramiento en problemáticas vinculadas a la investigación.

El documento liminar sobre el que se desarrolló la nueva estructura que adquiere la universidad (UFPA) fué el Plan de Desarrollo Institucional (PDI). Concebido como un instrumento de planificación participativa cumplía la función principal de organizar y orientar la trayectoria del sistema de educación universitaria y no universitaria que aparecía cuestionada desde dos direcciones; desde la propia práctica en primer lugar y en segundo lugar desde la sociedad de Santa Cruz. El modelo del PDI se organizó desde el eje de la sistematización y producción de conocimientos en torno al cual se fueron reestructurando las demás actividades fundamentales de la nueva universidad.

Evolución Demográfica de la población juvenil de Río Gallegos

El análisis que realizamos refiere un conjunto de características socio-demográficas de los estudiantes ingresantes entre 1991-97 y expresa el aspecto cuantitativo del proyecto de investigación sobre el acceso, la permanencia y la deserción en los estudios universitarios.

El mismo cuenta con subsidio de la SECYT-UNPA, iniciado en febrero de 1997 de modo conjunto en las cuatro unidades académicas que integran la universidad y con finalización en diciembre de 1998. Nuestra delegación se asienta en la ciudad de Río Gallegos ubicada a unos 30 kilómetros al oeste de Punta Loyola y sobre la margen sur de la ría del mismo nombre, tiene unos 80.000 habitantes y representa el 40% aproximadamente de la población total de la provincia.

Entre los censos de 1980 y 1991 el crecimiento poblacional se dió a una tasa del 4% anual e implica un incremento de la población que asiste a la escuela dada la atención que los gobiernos democráticos prestan a la cobertura educativa. Considerando la variable edad se observa que, entre 1980 y 1991, el grupo de 15-19 años aumenta su participación del 40% al 65,5% lo que produce el crecimiento del porcentaje de inscriptos a nivel secundario y tambien el superior. Según otras fuentes de información (INDEC), las ondas de la EPH (Encuesta permanente de hogares) de octubre de 1991 y 1996 para este aglomerado, muestran que el grupo de edad 18-19 años registró un crecimiento del 45% aproximadamente (pasando de 2200 a 3200 jóvenes en edad de demandar estudios superiores). Esta tendencia se vió alterada entre 1992-93 ( emigraciones causadas por la crisis porvincial y la caída de la demanda laboral asociada a la privatización de YPF, YCF, Gas del Estado, etc.) pero que vuelve a retomar el ritmo de crecimiento entre 1994 y 1996 , arrojando un aumento poblacional del 31% entre octubre de 1991 y 1996 (EPH- INDEC).

Así la mayor demanda educativa en el nivel superior puede atribuirse, entre otros factores al crecimiento demográfico ya mencionado, a la generalización de la enseñanza de nivel medio, la movilidad social que se produce en las décadas anteriores, al proceso de sustitución de las oportunidades de los grupos sociales en el marco de una disminución de la demanda y del cambio operado en los perfiles laborales dado el requerimiento de recursos humanos más calificados.

En los noventa, las innovaciones tecnológicas y organizacionales, refuerza el consenso acerca de que los niveles educativos más elevados se tornan prerrequisitos para el ingreso laboral (Alves y Soares, 1997; Ruiz, 1996; Jacinto, 1997). Es probable que, desde las expectativas de los propios sujetos, la opción educativa se perciba como una de las formas que asegura participación social y política frente a la tendencia preocupante en torno a la falta de oportunidades laborales más estables y plenas en sectores de la industria y otras ramas tradicionales de la actividad económica. De esta manera, los grupos sociales intentarían reforzar su capacidad competitiva obteniendo mejores niveles de educación para enfrentar con mayores posibilidades las nuevas condiciones que definen los perfiles laborales en el mercado de trabajo. Sin embargo debe considerarse que la educación también está asociada a otras cuestiones esenciales dentro de una sociedad que debe reconstruir la dimensión de la democracia en aspectos esenciales de su vida social, política y cultural.

Otros aspectos que se esperan de la educación son el desarrollo de la capacidad intelectual, como asi también, la de controlar a quienes se hacen cargo de las cuestiones públicas (Rama, 1980). Este enfoque señala cómo la educación puede contribuir al desarrollo de la cultura del discurso crítico que procura inducir socialmente consensos argumentativos en torno del futuro democrático, reconstruyendo y consolidando constantemente el espacio público (Brunner, J; 1992). Retomando las siempre vigentes ideas de Dewey, la educación debe resaltar e incorporar la idea de que la democracia nunca se completa, siempre está rehaciéndose en el día a día y en las interacciones entre las personas, en tanto que se basa en la libre consulta, en la cooperación y no en la competición salvaje (Dewey, 1967). En este sentido, la educación es una condición necesaria para la formación de la inteligencia y de las disposiciones que la transformación social requiere de los actores individual y colectivamente considerados.

Después de los 60, muchos países de América Latina al desarrollar una política educativa nacional, respondieron a un proyecto de inclusión social que se proponía sentar las bases de un sistema político democrático (Rama, 1980).

Entrados a los ochenta, el papel asignado a la educación entra en un período de crisis y ciertos especialistas comienzan a señalar la disfuncionalidad creciente entre los niveles educativos cada vez más altos a los que accede la población y los perfiles laborales que se definen desde el mercado de trabajo. La disfuncionalidad se traduce en una sobreeducación la que no aparece como demandada por ocupaciones que, en todo caso, no requieren elevadas exigencias de cualificación dada la incipiente incorporación de tecnologías y formas modernas de organización. Por otro lado, si bien se observa que el número de individuos que acceden a niveles de educación más altos en relación con su posición social crece, esta tasa de crecimiento escolar es paralela con la crónica persistencia del analfabetismo y de niveles de escolaridad primaria incompleta de algunos sectores sociales ( Rama,1980; Brunner,1991; Filgueiras,1977; Tedesco,1980). (1)

2 -Educación Superior en Río Gallegos: características de los grupos demandantes.

Como se ha indicado para la década del 80 y, de manera más acuciante en la del 90, la expansión educativa sin el avance de la estructura ocupacional, ha producido choques entre la función de selección meritrocrática de la educación, el origen social de los estudiantes y la estratificación de la sociedad. ( Rama, 1980 ). De ello resultan dos cuestiones prioritarias para considerar y evaluar en relación a cómo impacta la educación en la reconstrucción democrática en la que interviene. En primer lugar, el papel de mercado en referencia a los niveles de escolaridad de la población. Y en segundo lugar, la segmentación del sistema educativo de acuerdo a criterios de clase social y de los conocimientos que distribuye la escuela (Rama,1980; Braslavsky,1985; Llomovate, 1991). En este sentido, la educación del nivel secundario y universitaria dejó de tener validez universal, tanto para el sector empresarial como para el Estado (Tedesco,1987; Rama,1980) lo que produce una anulación parcial del efecto democratizador de la expansión educativa observada en estos años. Los egresados de ambos niveles son empujados a formas de desempleo o hacia ocupaciones inestables (temporarias), repetitivas y poco calificadas.

1. El 1980 un tercio de la generación permanece en el anafalbetismo y la escolarización incipiente, otro tercio adquiere la escolarización básica y el último tercio una educación media prolongada y superior. En 1987 se observa que la expansión no ha resuelto los problemas de homogenización educativa básica.

2.1 Origen sociocultural de los estudiantes de la UARG: perfil que presenta en los últimos siete años.

Las características con las que se está elaborando la representación descriptiva de este grupo social toma como material de análisis la información más cuantitativa ( sin serlo exclusivamente ) de la ficha estudiantil de ingreso a la universidad. Es necesario destacar el carácter provisional de esta aproximación en tanto se construye sobre determinadas variables de un fenómeno complejo como es la constitución de los sujetos colectivos en diferentes campos sociales.

La evidencia empírica muestra que entre 1991-1997 la tasa bruta de educación superior creció un 85%, pasando del 6,8% al 8%, aumentado de este modo el número de jóvenes que ingresan a los estudios universitarios. Entre 1991 y 1997 el grupo de edad 18-24 años representa al 40% de los ingresantes , en tanto el 60 % de la matrícula de la unidad académica está constituído por personas de 25 y más años.

Un estudio psicodiagnóstico realizado al ingresante del año 1.995 muestra que el porcentaje de estudiantes entre los 18-25 años representó el 70% del total en ese año (Arias; Franzante et al.;1995). La continuidad de la tendencia en los últimos años, estaría indicando la redefinición del perfil de edad en los grupos de estudiantes que ingresan en la UARG. Como mencionamos al inicio del informe, entre 1991 y 1996 el grupo de jóvenes entre 18 y 19 años creció en un porcentaje del 45% aproximadamente. En otras universidades de la patagonia, por ejemplo la del Comahue, los jóvenes en las edades 18-24 años representan cerca del 60% de la matrícula, mientras que para la USJB (Universidad San Juan Bosco) el porcentaje es cercano al 55%, indicadores que se acercan a la media nacional ( 60% ) según el Censo Nacional realizado por la Secretaría de Políticas Universitarias en 1994.

El nuevo escenario que se manifiesta en torno a la demanda de estudios universitarios se acompaña de ciertas características que merecen ser destacadas. Si conjuntamente con la edad de los sujetos analizamos el estado civil (soltero, casado, otros), como atributo que posee cierta influencia en las posibilidades objetivas de permanencia del estudiante universitario (Ruiz, et al.;1994) se observa que, en el grupo de 17-25 años, el 61,4% son individuos solteros y que sólo el 5,7% del grupo registra el atributo de casado. La conjunción entre la edad y estado civil produce un tipo de atributo sociopersonal que influye de modo significativo en el rendimiento académico y personal en la universidad. Hay evidencias empíricas de que la mayor presencia de sectores juveniles en el total de ingresantes estaría expresando, por un lado, el crecimiento importante del grupo de edad que ya señalamos y, por otro, un cambio en el comportamiento, expectativas y motivaciones de los núcleos familiares respecto de las titulaciones de nivel superior.La modificación de las estrategias familiares se produjo por el impacto de los procesos de reestructuración y ajuste estructural sobre las condiciones y posibilidades de individuos provenientes de sectores de clase media, media baja y trabajadores cualificados y semicualificados.

Asimismo desde el mercado laboral se observa de manera cada vez más evidente, mecanismos de selección que apuntan a priorizar las certificaciones escolares en la selección del trabajador (Ruiz, 1997, Alves y Soares, 1997; Jacinto, 1997) dada la escasa demanda de mano de obra y el aumento de las tasas específicas de actividad de la PEA juvenil, en particular. La tendencia decreciente que se observa en la ocupación de los jefes de hogar con baja escolaridad, se constituye en un aspecto crítico en relación a las estrategias y expectativas de los núcleos familiares.

Otro aspecto o rasgo particular que se vincula a las posibilidades concretas de los ingresantes en función del tiempo efectivo de que disponen es el del estado de su situación individual respecto a si trabaja o no trabaja. No entraremos en el análisis de las razones por la que se encuentra en una u otra situación, pero sí debe incluirse dada su importancia para la comprensión del complejo problema del acceso, la permanencia y la deserción. Entre 1991-97 el 49,7% de los estudiantes que ingresan está integrado por el grupo que trabajan de forma paralela a sus estudios universitarios. En tanto el promedio nacional (1994) señala que el 54,2% de los estudiantes trabajan y el 43,3% no lo hace. En la matricula de la universidad del Comahue trabajan el 50,4% de los estudiantes y en la USJB el porcentaje, 56,6%, es más elevado que para las antes mencionadas. Parece razonable esperar que, dado el menor tiempo disponible para el estudio, la participación político-estudiantil y otros aspectos importantes de la vida social universitaria, el estado de sus posibilidades objetivas se vean seriamente debilitadas respecto de aquellos que no trabajan y dedican gran parte de su tiempo a aquellas actividades.

Por otro lado en el grupo de ingresantes más jóvenes (18- 25 años) se registra el 80% de los casos que no trabajan.

Los datos relevados indican que los estudiantes que simultáneamente trabajan y estudian son aquellos que tienen más de 25 años y cuyo estado civil es el de casados u otro similar. El 39% de los estudiantes cuyo estado civil es el de casado (o equivalente) configura un grupo que, generalmente, presenta una alta propensión al abandono por la vinculación de aquel atributo con los del sexo, edad, posición en el hogar, etc. El promedio nacional (1994) indica que el grupo de estudiantes casados/unido constituyen el 15% aproximadamente, mientras que en el Comahue es del 13% y en la USJB 23,1%. La asociación entre estos atributos interactúan de un modo poco favorable con los componentes esenciales de lo que, algunos especialistas, denominan como "encaje universitario":

Hackman y Disinger lo definen como la congruencia de las necesidades y ambiciones del estudiante con las demandas y recursos del medio universitario. Los autores sostienen que cuando el encaje es malo un alto compromiso del estudiante con la universidad puede ser un factor decisivo para la permanencia (Pantagés, et al.; 1978).

Ciertas características que hemos apuntado permiten suponer la presencia de dos tendencias que estarían respondiendo a la concepción moderna de la escuela por un lado y al comportamiento de la demanda laboral que emergen de las nuevas condiciones estructurales. En primer lugar la alta demanda de educación superior reconoce y pondera su papel como agente de movilidad social y cierto prestigio cultural con que la presentó la modernidad. Por el otro, un grupo importantes de jóvenes desalentados por la escasa demanda de trabajo que se produjo en los últimos años deciden suspender momentáneamente sus expectativas laborales e ingresan en los estudios superiores con la probabilidad de mejorar su trayectoria profesional futura. Evitan de este modo la experiencia negativa de la alternancia entre desocupación y subocupación a que hoy los somete la dinámica del mercado laboral. Más adelante veremos cómo se comportan los grupos de ingresantes en torno a la elección de la carrera de acuerdo a atributos tales como el sexo, antecedentes escolares familiares y pautas sociales y culturales que derivan de la división social del trabajo.

2.2: Antecedentes escolares-familiares, biografía escolar y elección de carrera:

Mucho se ha escrito alrededor de la forma y los modos en que el capital cultural, incorporado en el ámbito familiar, impacta sobre la biografía escolar de los individuos según el origen social ( Bourdieu,1976; Namo de Mello,1988; Llomovate,1988, etc.). Las teorías de la reproducción establecieron las coordenadas del debate alrededor del papel que la escuela cumple en una sociedad capitalista agravado, en los noventa, por la consolidación de un modelo de sociedad dual (Flecha, 1996). Tal situación cobra una considerable importancia en torno a definir el papel de la educación en la reconstrucción del espacio público y con ello el relativo al papel de la educación universitaria en la sociedad. Los antecedentes familiares de la matrícula 1991-97 indican que el porcentaje de padres y madres con bajo nivel educativo (hasta primaria incompleta) es del 13%. La media nacional registra un índice del 8,7% mientras que para la USJB es del 14,5 y en la del Comahue es 19,4%.

La comparación entre estos indices podría estar indicando aspectos de sumo interés en torno a la problemática de la democratización en la educación superior que no trataremos en el informe, como asimismo la fuerte dispersión de los indices de las universidades patagónicas respecto al promedio nacional.

Por otro lado el conjunto de padres que poseen escolaridad hasta nivel secundario completo constituyen el 65% aproximadamente, en tanto el promedio nacional presenta un índice de casi el 58% de padres con esa escolaridad. Los indicadores para las demás universidades patagónicas se ubican por debajo (61,4% Comahue) y por encima (67,5% USJB) del de nuestra unidad académica. Un dato que constituye un indicador importante para el estudio que llevamos a cabo, es aquel que señala el alto porcentaje (alrededor del 90%) de estudiantes ingresantes entre 1991-97 que no registra antecedentes familiares con educación superior (universitaria u otra). Esta situación evidencia de modo claro y significativo un aspecto importante del background socio-familiar del estudiante de la UARG. Desde diferentes corrientes sociológicas al estudiar la vinculación de los atributos de escolarización familiares con las biografías escolares de los sujetos del sistema superior ( y otros niveles) coinciden en destacar su incidencia en momentos educativos críticos que se muestran como decisivos para la permanencia dentro del sistema (Braslvasky y Filmus, 1993 ; Llomovate; 1991; Bourdieu, 1976). En relación con los niveles de educación superior de los padres el promedio nacional (30%) supera largamente a los que registra la UARG, 13% aproximadamente. Sin embargo los porcentajes que presenta la del Comahue (18,5%) y la USJB (15,6%) en este atributo sociofamiliar no se apartan de forma significativa del que presenta la UARG. De todos modos es razonable suponer que este factor u aspecto que conforma el entramado de las condiciones socio-familiares de las que parte y en las que debe apoyarse el joven estudiante, delimita las posibilidades objetivas durante su año de ingreso a los estudios universitarios y posteriormente.

Farnsworth (Pantages et al.; 1978) afirma que "...si el estudiante proviene de un background familiar que valora el logro educacional e intelectual, es más probable que el mismo absorba esos valores (habitus) y esté, de este modo, más inclinado a completar la universidad".

De acuerdo a la biografía escolar previa de los estudiantes que ingresan a la universidad los mismos provienen en su gran mayoría de colegios secundarios públicos, nacionales o provinciales ( 83,8% %). Sólo el 16,2 % han egresado de colegios secundarios privados. Estos porcentajes son del 87,7% y 11,15 para los estudiantes de la universidad del Comahue y del 83% y 16,6% en la USJB. Los indices de estas universidades se alejan del promedio nacional en el que el 65% de los estudiantes provienen de escuelas públicas y el 33% del ámbito privado. Es razonable aceptar que, hasta fines de la década del ochenta, la mayoría de los jóvenes egresados del nivel medio en R.Gallegos se trasladaban a estudiar en distintas universidades del país. Universidades como la UBA, UNLP., UN de Rosario y UN de Córdoba se encontraban entre las que más atraían el interés de sectores de clase media y alta que enviaban a ellas a sus hijos. También se contaban entre esos centros de estudios superiores algunas universidades privadas generalmente ubicadas en Buenos Aires. Las profundas transformaciones políticas y especialmente económicas al inicio de los años noventa ha modificado las posibilidades objetivas de segmentos de la clase media y de trabajadores cualificados, en relación a la elección de los estudios superiores para sus hijos. El número de egresados del nivel medio de colegios públicos y privados más prestigiosos que están en condiciones de estudiar en aquellas universidades ha disminuído en los últimos años. En una etapa anterior del trabajo que realizó el análisis de los ingresantes en 1992 señalamos que del total de egresados de colegios secundarios locales sólo poco más del 50% se inscribían en carreras que ofrecía la unidad académica. Asimismo es razonable suponer que en el incremento de la demanda también ha influído el hecho de la nacionalización de nuestra universidad dado que ello contribuye al elevamiento del status social con que perciben la sociedad y los individuos a la educación universitaria.

Los datos que estamos analizando muestran que la tendencia a la mayor participación de la mujer en las matrículas universitarias también aparece como dato relevante entre los ingresantes de la UARG. Entre 1991-97 la matrícula presenta un 58,4% de mujeres y un 41,1% de varones; mientras que en 1.995 esos porcentajes fueron del 67% y 33% respectivamente (Arias, Franzante, et.al.;1996). El promedio nacional en 1994 indica que el 47,6% son varones y el 52,2% mujeres mientras que para la universidad del Comahue los porcentajes son 39,4 de ingresantes masculinos y 60,3% femenino y para la USJB son del 44 y 56% respectivamente. Asimismo la composición de la matrícula tiene una incidencia muy fuerte en la selección del tipo de carrera a la que se orientan ambos grupos (Cano y Bertoni, 1990; Brunner, 1991). En una alta proporción (65,7%) los estudiantes optan por inscribirse en carreras dentro del área de ciencias sociales, mientras el 32,5% lo hace en las que se desarrollan en el campo de las ciencias exactas.

La elección de la profesión aparece vinculada al sexo del ingresante universitario. Los varones se inclinan por las carreras que se ofrecen en el área de las Ciencias Exactas, por ejemplo Analista de Sistemas, Ingeniería en Recursos Naturales, Técnico en Recursos Naturales, y en menor medida el profesorado en Matemática. Por otro lado las mujeres orientan su elección en el área de las ciencias sociales. Psicopedagogía, Profesorado en Letras, licenciatura en Trabajo Social se ubican entre las profesiones que aparecen como socialmente "apropiadas" al sector femenino. Sin embargo la elección de la carrera también reconoce la influencia de otra variable bastante importante y que ha sido destacada en gran número de estudios en sociología de la educación: los niveles de escolaridad de los padres ( Bourdieu,1976 1970 ; Banks, 1983; Girod, R.;1984). En este sentido el nivel de escolaridad superior (universitaria u otra) tanto del padre como de la madre, asociado a la categoría laboral de ambos, aparece vinculado a la elección de carrera en los varones que se inscriben en Ingeniería en Recursos Naturales. Los familiares (padres y madres) con bajos niveles de escolaridad parecen ejercer una cierta influencia que es posible asociar a la elección de carreras tales como Enfermería y licenciatura en Administración. El nivel de escolaridad secundario en ambos padres está asociado a la elección de ciertos tipo de profesorados en el área de ciencias exactas, por ejemplo el de matemática.

Este tipo de antecedente escolar de los padres también parece tener influencia en la elección de carreras técnicas tales como Analista programador universitario y Químico que duran 4 años y de Analista de Sistemas de 3 años. Bourdieu, entre otros especialistas, ha destacado la desigual representación de las clases sociales que puede conocerse al observar la procedencia socio-familiar y escolar de los ingresantes a la universidad (1976). Expresa que, en las probabilidades de acceso a la enseñanza superior, vemos los resultados de una elección que se ejerce a los largo del recorrido escolar con rigor desigual según el origen social de los individuos. En otro apartado señala que, las desventajas escolares, se manifiestan también en las restricciones de elección ante carreras lógicamente concebibles para determinadas categorías sociales. Esto es, profesiones más "demandadas" por sectores sociales e individuos que la aceptan como "apropiadas" a sus posibilidades objetivas, en tanto posibilidades construídas socialmente a partir de una concepción particular de la división social del trabajo y de las "dotes naturales"

entre los sexos (Bourdieu; 1976). El proceso de segmentación que suelen presentar los sistemas educativos tiende a reforzar las desiguales posibilidades de los individuos en su intento de apropiarse del capital cultural que distribuye la escuela:

Cualquiera que sea su categoría social, las carreras de letras son siempre las de mayor acceso a las estudiantes y las de ciencias las más concurridas por los estudiantes (Bourdieau, 1978).

Lejos de caer en un funcionalismo estricto o en un reproductivismo lineal, existe evidencia de que la categoría laboral del padre de modo particular y la de la madre tienen un papel importante en el tipo de carrera que eligen los estudiantes, tema que ha sido investigado en el área de la sociología y de la educación. En base a ello se observa que los padres que se registran bajo las categorías de "patrón o socio" y "trabajador independiente" (2) ejercen influencia en la elección de carreras como psicopedagogía y 2. En la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) se denomina de esta manera a aquellos trabajadores "cuentapropias". Los especialistas en mercados laborales la reconocen como una categoría laboral asociada a la inestabilidad y de baja productividad.

los profesorados en letras e historia y con alguna probabilidad en el de matemática. Este tipo de influencia también se observa en los estudiantes que eligen analista programador y analista de sistemas, carreras preferidas por aquellos estudiantes cuyos padres se registran como trabajadores asalariados del sector privado de la economía. Los padres que trabajan en el sector público aparecen vinculados a la elección de carreras tales como licenciatura en administración y enfermería del área de ciencias sociales y por otro lado la tecnicatura e ingeniería en recursos naturales del área de exactas.

La categoría laboral de la madre parece tener un grado de influencia menor que su nivel de escolaridad en la determinación del tipo de carrera que eligen los estudiantes universitarios. De todos modos nos parece oportuno señalar algunas de relaciones más generales que parecen existir entre la categoría laboral de la madre y la elección de la profesión que realiza el estudiante, dada su importancia como indicador de expextativas de movilidad social entre generaciones. Así las madres que se incluyen en la categoría de "patrón o socio" y "trabajador independiente", aparecen vinculadas a la elección de carreras como químico, analista programador y de sistemas.

En tanto las madres que se incluyen en la categoría de "empleado público", están vinculadas a la elección de la carrera de Ingeniería en recursos naturales, Profesorados (letras, historia, otros), Psicopedagogía y lic. en Trabajo Social.

A modo de conclusión: El análisis descriptivo parece indicar que atributos tales como la escolaridad de los padres, los antecedentes laborales familiares, el sexo y ciertas tendencias socio-económicas y del mercado de trabajo en la sociedad actual, constituyen variables importantes a la hora del ingreso y la elección de la carrera por parte de los estudiantes. Por otro lado la edad, el sexo, el habitus (3) y la biografía escolar, el atributo laboral y el estado civil del estudiante universitario son elementos de relevancia crítica en las posibilidades efectivas de concretar la permanencia y el éxito académico en la educación universitaria. No son las únicas variables que lo determinan, sino que, interactúan de un modo específico con las que se originan desde las condiciones académicas y administrativas de la propia universidad.

3. Bourdieu (1991) señala que siendo el producto de una clase determinada de regularidades objetivas, el habitus tiende a engendrar las conductas "razonables" (sentido común) posibles dentro de los límites de estas regularidades

Considerando lo hasta aquí expresado podríamos señalar que, durante los últimos tres o cuatro años, el perfil del estudiante que ingresa a la UARG, presenta una serie de elementos que lo diferencian del tipo de ingresantes que lo precedían ( en 1997, más del 50% tiene entre 18 y 24 años ). En general, es un estudiante más joven, recientemente egresado del nivel anterior, en más de un 60 % con estado civil soltero, notándose un incremento en aquellos que sólo se dedican a sus estudios. La suma de los que sólo estudian y los que trabajan menos de 20 horas semanales, representa el 56,6 %.

Por otro lado, la representación de la matrícula de acuerdo al sexo indica, al igual que la tendencia nacional, un predominio del sexo femenino con respecto al masculino.

Los datos respecto a los antecedentes familiares muestran que, el porcentaje de madres y padres con nivel de escolaridad baja ha descendido entre 1991 y 1997. Asímismo, se produce un crecimiento en la representación de padres con mayores niveles educacionales, especialmente con estudios superiores ( Completo/Incompleto ).

Por último, creemos necesario dejar constancia que se está trabajando en la elaboración y experimentación de un modelo de entrevista en profundidad, con la finalidad de avanzar en los aspectos más cualitativos del proyecto de investigación.

BIBLIOGRAFIA:

1. ARIAS y FRANZANTE : "El ingreso 1995. Exploración diagnóstica"; Rev. ESPACIOS; año 1, No.3; R.Gallegos; octubre de 1995.

2. BOURDIEU, P: "Estructuras, habitus, prácticas" en EL SENTIDO PRZCTICO; Madrid, edic. Taurus; 1991.

3. BOURDIEU y PASSERON : "Los estudiantes y la cultura" ; Barcelona; edit.Labor; 1967.

4. BANKS, O: "Aspectos sociológicos de la educación": España; edit.Narcea; 1983.

5. BRASLAVSKY, C: "La Discriminación educativa en Argentina"; Buenos Aires; Miño y Dávila; ,1985.

6. BRASLAVSKY y FILMUS (comp.): "Respuestas a la crisis educativa": Bs As; FLACSO-CLACSO; Edit. Cántaro; 1988.

7. CANO y BERTONI: Rev. PROPUESTA EDUCATIVA: No.2; Bs As. FLACSO; mayo de 1990.

8. FILGUEIRAS, C: "Expansión educacional y estratificación social en A.Latina"; en DESARROLLO Y EDUCACION en A.LATINA y el CARIBE; Bs As; UNESCO/CEPAL/PNUD; 1980.

9. GIROD, R.; "Política educativa. Lo ilusorio y lo posible"; Bs As., Kapelusz, 1984.

10. LLOMOVATE, S: "Adolescentes: entre la escuela y el trabajo"; Bs As.; Miño y Dávila; 1991.

11. PANTAGES, et al.: "Estudios de la Deserción universitaria: 1950-1975"; RIE.; 1978.

12. RAMA, G: "Introducción" en DESARROLLO y EDUCACION en A.LATINA y el CARIBE; ob.cit.

13. RAMA, G: " Educación y Democracia" en CR+TICA & UTOPIA; Bs As.; El Cid Editor; 1980.

14. RUIZ y otros : "El abandono en el primer año de la universidad.El caso de la UARG"; Inédito.1994.

15. RUIZ, J: "La Reestructuración económica y el mercado de trabajo en R.Gallegos" ; R.Gallegos; Rev. ESPACIOS No.8; marzo de 1997.

16. TEDESCO, J. C.: "El Desafío educativo: Calidad y Democracia"; Bs As.; GEL; 1987.

17. TINTO, V: "Definir la Deserción : una cuestión de perspectiva"; Rev. de la Educac. Superior No.71; México; sept. de 1989.

18. TORRES y GONZALEZ RIVERA: "Sociología de la educación"; Bs As.; Miño y Dávila; 1994.

19. SIGAL, Víctor; "EL acceso a la Educación superior";.Bs As.; MCyE-Secret.Polít.Univers.;1995.

20.JACINTO,C.; "Políticas públicas de Capacitación laboral de jóvenes. Un análisis desde las expecta- tivas y estrategias de los actores"; Bs As.; Estudios del Trabajo No.13-ASET; 1997.

21. Censo Nacional de Universidades; M.EyC de la Nación- Secretaría de Políticas Universitarias; 1994.

22. Censo Nacional de Población; INDEC, 1991.

Buscar en esta seccion :