II Encuentro Nacional "La Universidad como Objeto de Investigación"

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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La construcción de puentes entre las universidades y las empresas en los años noventa: un estudio de dos universidades nacionales en el área de economía y administración1

María Guillermina DïOnofrio2

Introducción

Las relaciones entre el mundo universitario y el mundo de la producción están experimentando cambios profundos en los diferentes contextos mundiales. En los países latinoamericanos en términos generales a partir de los años ochenta, ha estado ocurriendo una redefinición de la tradicional función de extensión universitaria, constitutiva de la cultura organizacional reformista. Han adquirido creciente importancia modalidades de vinculación más estrechas entre la academia y la empresa, tales como actividades de transferencia de conocimientos y prestación de servicios a usuarios definidos del mercado productivo; las cuales reportan, simultáneamente, recursos financieros para las instituciones universitarias, en un contexto de escasez de fondos públicos3. Como resultado de estas transformaciones, se han puesto fuertemente en tensión las estructuras organizativas y concepciones existentes hasta el momento en las universidades, planteándose problemas, entre otros, de comunicación, de información, de compatibilización de aspiraciones y exigencias recíprocas, de adecuaciones y construcciones institucionales (Sutz 1996 a: 97).

En el presente trabajo analizamos dos experiencias de construcción de puentes entre las universidades y las empresas impulsadas en nuestro país en los últimos años, a modo de avance de resultados parciales producidos en la primera etapa de nuestra investigación, la cual se ocupa de la especificidad que asume la cooperación universidad- mercado productivo en el campo de las ciencias sociales planteando una comparación entre los actuales modelos de vinculación existentes en el área de conocimiento de la economía y la administración, en cuatro universidades argentinas de perfiles organizacionales diferentes seleccionadas ad hoc.

En este trabajo presentamos un análisis de carácter preliminar de entrevistas semi-estructuradas a funcionarios universitarios responsables de la vinculación con el sector productivo y de fuentes documentales y estadísticas aportadas hasta el momento en dos de las universidades seleccionadas: una "tradicional" perteneciente a la primera etapa de creación de instituciones universitarias públicas, otra creada durante la ampliación universitaria operada desde fines de los años sesenta hasta fines de los ochenta; casos que proporcionan ventanas privilegiadas para analizar las formas que asume la problemática en cuestión en el heterogéneo entramado universitario existente actualmente en el país4.

Desde esta perspectiva, buscamos describir los recorridos históricos de las experiencias de construcción de vínculos universidad-empresa en las dos universidades nacionales estudiadas, en particular las desarrolladas en el área de economía y administración; explorando los argumentos que justifican dichas experiencias en cada una de las instituciones universitarias5.

La experiencia reciente de vinculación de la Universidad de Buenos Aires con el sector productivo

La Universidad de Buenos Aires (UBA), con 176 años de existencia desde la fecha de su creación, ocupa una posición central entre las universidades argentinas por su tamaño, la diversificación de sus actividades6 y la importancia de su presencia tanto en el campo intelectual como en la política universitaria nacional (García de Fanelli 1993: 8). En sus trece unidades académicas, esta "mega-universidad" según su población estudiantil (Mollis 1993: 28) alberga a 172.000 alumnos de grado y 4.400 de posgrado7, cuenta con 87 carreras de grado y 143 posgrados en los distintos campos disciplinarios, 23.700 docentes rentados y 8.000 ad honorem. Como resultado de su política de promoción de la investigación científica y tecnológica desde el retorno a la democracia en 1983 y particularmente desde la normalización institucional de la Universidad en 1986, la UBA concentra actualmente 2.700 investigadores y 750 becarios de investigación graduados y estudiantes en sus 75 institutos, 800 grupos de investigación, 1.200 proyectos con financiamiento de origen interno o externo a la Universidad y 650 publicaciones anuales registradas en el Science Citation Index (UBA 1997 b).

En el contexto de esta multifuncional, polifacética, altamente diversificada y compleja institución universitaria que conjuga el perfil profesionalista heredero del modelo napoleónico fundacional con el modelo humboldtiano de universidad científica; la cooperación con el sector productivo impulsada en los últimos años se enmarca, desde la perspectiva de la propia Universidad (UBA 1995), dentro de su responsabilidad de extensión heredera de la tradición reformista, centrada en su relación directa con la sociedad8. Las experiencias de vinculación universidad-medio socioproductivo desarrolladas recientemente, afirma el documento Acuerdo de Gobierno para la Reforma de la Universidad de Buenos Aires9, marcan una redefinición y ampliación tanto cuantitativa como cualitativa de la extensión como "acción extramuros" de la Universidad, según le exige la necesidad de respuestas solidarias a "la profunda crisis que en el plano de lo social hoy atraviesa la sociedad argentina" (UBA 1995: 26).

Los profundos cambios en materia de transferencia de conocimientos y servicios en la dirección universidad- empresa ocurridos en los últimos años, a saber: por un lado, la forma de acuerdos de intercambio entre partes, los cuales suponen un pago o contraprestación de recursos por los bienes o servicios producidos por la universidad; por otro, la eliminación parcial de las intermediaciones entre los conocimientos producidos en la universidad y sus usuarios finales10; son conceptualizados en otro reciente documento institucional como parte de "una importante apertura en cuanto a la relación de la Universidad con su medio social" que responde al hecho de que "en el presente entendemos que las universidades deben ser autónomas en lo académico, en lo científico y en lo administrativo, y ligadas a su sociedad en lo social y en lo económico" (UBA 1997 b: 49).

Haciendo un poco de historia, encontramos que la política activa de promoción de las actividades de vinculación con el sector productivo de la Universidad de Buenos Aires comenzó en 1987 con la creación de la Dirección de Convenios y Transferencia de Tecnología en el ámbito de su Secretaría de Ciencia y Técnica11 y a partir de una resolución del Consejo Superior que intentó dar mayor flexibilidad al marco regulatorio existente en aquel entonces. Esta Dirección de Convenios y Transferencia de Tecnología se organizó como una oficina de interfase con las empresas encargada de tareas tales como la promoción de la vinculación, la organización de seminarios nacionales e internacionales y encuentros universidad-empresa, la confección de catálogos de ofertas tecnológicas, el estudio y la elaboración de contratos, la gestión administrativa y financiera de proyectos y acciones coordinadas entre centros de I+D de la Universidad con empresas, la creación de nuevos mecanismos para facilitar la vinculación universidad-sector productivo.

Las barreras para el establecimiento de vínculos exitosos entre los docentes e investigadores universitarios y los empresarios, barreras provenientes, según su entonces Director, de "las restricciones que imponían las normas vigentes para el manejo de fondos y la prohibición a los investigadores para percibir un honorario adicional a su salario en virtud de la participación que tuvieran en tales proyectos" (Marschoff 1992: 35), fueron superadas mediante la aprobación, en septiembre de 1987, de un Reglamento de Convenios y Servicios a Terceros12. La resolución reglamentó las "actividades de cooperación técnica, producción de bienes, asesoramiento e incremento de subsidios de investigación" y definió las modalidades de vinculación entre la Universidad de Buenos Aires y el sector productivo que han de ser permitidas: servicios a terceros, convenios específicos y generales; destacando que deberán comprender "trabajos técnicos de alta especialización, desarrollos, tareas de transferencia de conocimientos tecnológicos y prestación de servicios para terceros, con financiamiento total o parcial de éstos, siempre que dichos trabajos y tareas tengan nivel técnico y científico acorde con el prestigio y propósitos de esta casa de altos estudios". Este reglamento posibilitó que los aportes de las contrapartes, luego de deducido un 20% del monto total por la Universidad, sean directamente entregados a los docentes e investigadores participantes; disponiendo también una distribución de los fondos ingresados a la Universidad a través de los convenios ejecutados13. La puesta en marcha de esta normativa obligó a diseñar nuevas herramientas administrativas que regularan las situaciones no previstas. Entre ellas, una de las más significativas fue la Reglamentación sobre propiedad de resultados de investigación aprobada en 199014.

Los logros obtenidos en materia de intensificación de la vinculación formal15 con el sector productivo fueron importantes, como expresa la tendencia creciente -en especial a partir del año 1992- de los convenios aprobados desde la creación de la Dirección específica, contabilizando un total de 1.066 convenios durante el período 1987-1995 (UBA 1997 a). Las cuatro unidades académicas con mayor número de convenios realizados a través de esta Dirección fueron las Facultades de Ingeniería, de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, de Ciencias Económicas y de Farmacia y Bioquímica. Los convenios con otras universidades componen el 30,9% de las contrapartes. En el resto de los acuerdos de vinculación, las contrapartes más importantes fueron entes gubernamentales (33%). Las empresas privadas suman sólo el 16,8% -por lo demás, valor compuesto en sus dos terceras partes por acuerdos realizados en los dos últimos años del período considerado- y las empresas públicas apenas el 2,3% (UBA 1997 a). Las modalidades de vinculación más frecuentes han sido la asistencia técnica, la consultoría especializada y la formación de recursos humanos para las empresas, en tanto que la transferencia de tecnología ha sido escasa (Fernández Cirelli, Durante y Lesser 1997: 82).

La inadecuación entre las urgencias empresarias y los cánones académicos y los problemas de riesgo empresario que asume la institución universitaria por la actividad emprendida en su nombre, impulsaron la creación de mecanismos flexibles de vinculación externos a la propia Universidad (García de Fanelli 1993: 13; Fernández Cirelli, Durante y Lesser 1997: 82). Tal fue la constitución de UBATEC, sociedad anónima de vinculación y transferencia tecnológica, en febrero de 1991, que inició sus actividades en junio de ese año cuando obtuvo la personería jurídica16 (García de Fanelli 1993: 13). Sus acciones están repartidas entre la Universidad de Buenos Aires, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, la Unión Industrial Argentina y la Confederación General de la Industria. "UBATEC produce, mediante sus flexibles mecanismos de funcionamiento, acciones de vinculación y transferencia con empresas públicas y privadas" (UBA 1997 b: 46).

Fue también en 1991, a través de una resolución de diciembre de ese año17, que se dispuso la creación de la Red de Transferencia de Tecnología, Desarrollos y Servicios, un sistema de nodos interconectados que funcionan en cada una de las Facultades y en el Rectorado18.

En la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, unidad académica en la que se centra nuestra investigación, la Secretaría de Asistencia Técnica y Pasantías funciona como oficina de enlace entre la Facultad y las empresas. Cumple, entre otros, los objetivos de promover la vinculación con el sector productivo; gestionar y participar en la negociación de los convenios y contratos de consultoría, de asistencia técnica, de capacitación y actualización, de investigación; sistematizar la oferta de servicios; elaborar estrategias de difusión; evaluar económicamente las ofertas y realizar estudios de mercado19. Para la promoción de la vinculación, la Secretaría cuenta con personal calificado dedicado específicamente a esta tarea: los denominados "vendedores" de los servicios que presta la Facultad, los cuales visitan personalmente a las empresas, ofreciendo a sus directivos un taller de diagnóstico organizacional sin cargo para la detección de áreas o situaciones donde resulta necesario desarrollar la asistencia técnica20.

Esta estructura de interfase surge a partir de la redefinición de las actividades de extensión universitaria inducida por los cambios en las políticas del Rectorado que promovió activamente las actividades de vinculación con el sector productivo y por las necesidades presupuestarias de la Facultad. Aunque la Secretaría de Asistencia Técnica y Pasantías fue creada en 1994, la vinculación ha sido impulsada a partir de 1984 desde la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil -creada ese mismo año como Secretaría de Extensión y antecedente de la de Asistencia Técnica y Pasantías- y, en menor medida, desde la Secretaría de Investigación, actualmente denominada de Investigación y Doctorado. En estos momentos, la Secretaría de Asistencia Técnica y Pasantías de la Facultad de Ciencias Económicas es el único caso en la Universidad de Buenos Aires de una estructura dedicada a la vinculación por fuera de las Secretarías de Extensión y de Investigación21.

Las modalidades de vinculación de la Facultad de Ciencias Económicas con las empresas privadas y públicas son típicamente: la asistencia técnica para la detección y la solución de los problemas de gestión de las empresas en cuestiones de imagen organizacional, procedimientos administrativos, marketing, atención al cliente, diseño de planificación de gestión y auditoría de sistemas de información; la formación de recursos humanos, a través de cursos de capacitación y actualización permanente abiertos, dictados en la Facultad, y de programas de capacitación y desarrollo diseñados a medida, en respuesta a las necesidades de las empresas; y el servicio de empleo, organizado en un sistema de búsqueda y selección de personal22 y otro de pasantías académicas, para los cuales se cuenta con una base de datos formada por alumnos y graduados de la Facultad. También se han realizado algunas experiencias de convenios de investigación, transferencias de conocimientos generados en los institutos de investigación de la Facultad y aplicación de metodologías de análisis en respuesta a demandas puntuales.

El sistema de pasantías académicas para los alumnos y los graduados recientes de las carreras de Contador Público, Administración, Economía, Actuario y Sistemas de Información de las Organizaciones, se implementa mediante un convenio entre la Facultad y la empresa basado en el Decreto P.E.N. 340/92. Con el propósito de asegurar los objetivos académicos de práctica y formación en las empresas, la Facultad designa tutores docentes encargados de la supervisión periódica del pasante.

La experiencia de la Facultad de Ciencias Económicas en materia de vinculación con las empresas privadas y públicas es evaluada positivamente por sus autoridades tanto por sus efectos beneficiosos sobre la actividad académica como por la posibilidad de mejorar los niveles de remuneración de los docentes participantes y contar con recursos financieros para mejorar la infraestructura de la Facultad. Esta experiencia se destaca como la más exitosa de la Universidad desde el punto de vista económico. En la última década, la recaudación total por la prestación de servicios de consultoría y asistencia técnica, pasantías y transferencia de conocimientos a través de actividades de capacitación fue de aproximadamente doscientos millones de dólares23, incrementándose de modo progresivo -en especial en los cuatro últimos años- la participación de las empresas privadas en los diversos convenios y contratos realizados. Mientras entre 1983 y 1989 las principales contrapartes de la Facultad eran entes gubernamentales, desde 1990 la participación del gobierno ha disminuido, en tanto se ha acrecentado notablemente el número de convenios con empresas privadas, tanto grandes como pequeñas y medianas24.

La experiencia reciente de vinculación de la Universidad Nacional de Luján con el sector productivo

La Universidad Nacional de Luján (UNLu) fue fundada en 1972, cerrada en 1980 durante la última dictadura militar y reabierta en 1984 con el retorno del país a la institucionalidad democrática25. En las cuatro unidades académicas que conforman su estructura departamental y en las distintas sedes, centros regionales y delegaciones ubicadas en el partido de Luján, en su área de influencia en la provincia de Buenos Aires y en la ciudad de Buenos Aires en las que desarrolla sus actividades de acuerdo con un "modelo descentralizado con inserción regional" (UNLu 1997 b)26, esta Universidad pública de pequeñas dimensiones según el tamaño relativo de su población estudiantil cuenta con 15.000 alumnos de grado, 15 carreras de grado y 3 posgrados en los campos discipinarios de las ciencias básicas y tecnológicas27 y las ciencias sociales, 1.000 docentes, 250 docentes-investigadores incorporados al Programa de Incentivos del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, 40 becarios de investigación graduados y 140 proyectos de investigación en curso (UNLu 1997 b).

La impronta fundacional de esta Universidad definida en la tríada "desarrollo, región, servicio" que animó el proyecto de su creación, términos que remiten a la concepción de una universidad destinada a contribuir al desarrollo económico, social, cultural, científico y tecnológico integral de la región en la que está inserta, según interpreta su Rector entre 1973 y 1976 (Mignone 1992: 33-4); marcó los antecedentes de su perfil de universidad articulada socialmente con la comunidad regional28.

A fines de los años ochenta e inicios de los noventa, la Universidad Nacional de Luján especializa su tradicional tarea de extensión, promoviendo una política activa de vinculación científica-tecnológica con el sector productivo. El entonces Rector presenta una "propuesta innovadora" tendiente a instrumentar un mecanismo eficiente de gestión de actividades de transferencia y comercialización de los conocimientos producidos por la Universidad al mercado productivo, entendiendo que se trataba de participar de un proceso de tendencia mundial de transformaciones de las funciones universitarias. El fomento de nuevas relaciones con el sector productivo permitiría demostrar de otra forma la utilidad de la Universidad en el desarrollo económico y social del país, a la vez que proporcionaría recursos extra-presupuestarios para sus actividades de docencia e investigación29. Esta propuesta impulsada por el Rector se cristalizó en la creación del Centro de Asistencia Técnica (CATEC) como estructura especializada en la prestación y venta de servicios en diciembre del año 198930, iniciándose formalmente sus actividades en octubre del año siguiente.

En la actualidad, sostiene el Subsecretario de Vinculación Tecnológica de la UNLu, en respuesta a las profundas transformaciones en la economía mundial -las cuales exigen la modernización de las estructuras productivas, la realización de innovaciones permanentes y la incorporación creciente de cambio técnico-, las universidades latinoamericanas han "tomado conciencia" de que las instituciones de educación superior productoras de conocimientos deben no sólo formular "una política universitaria tendiente a replantear el papel y la forma de administrar la investigación", sino que también tienen que "pensar las formas de lograr su articulación con la sociedad, mediante la aplicación de aquellos conocimientos al medio socioproductivo en forma directa y eficiente a través de los distintos mecanismos de vinculación". En este sentido, la UNLu se encuentra transitando, como las otras universidades del país, "un proceso de cambio que va de las funciones clásicas de la universidad, orientada específicamente a la docencia, la investigación y la transferencia unidireccional de estos conocimientos, hacia una misión más amplia que involucra el desarrollo tecnológico y económico del medio" (Bacarini 1996: 3), proceso durante el cual las actividades de vinculación científica-tecnológica han ido ganando consenso en su comunidad universitaria como extra-universitaria31.

El Centro de Asistencia Técnica funciona desde 1990 como oficina de transferencia universitaria que tiene como objetivos principales: gestionar y administrar contratos de prestación de servicios y convenios marco de cooperación; sistematizar la oferta científica-tecnológica existente a través de un registro de docentes, investigadores y grupos de trabajo; identificar las demandas generales del sector socioproductivo; promocionar y difundir la innovación y la transferencia de tecnología. Desde 1992, bajo la dependencia de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad funcionan además dos unidades descentralizadas que realizan actividades de investigación, apoyo a la docencia, asistencia técnica y transferencia tecnológica: el Centro de Investigación, Docencia y Extensión en Tecnología de Alimentos (CIDETA) y el Centro de Investigación, Docencia y Extensión en Producción Agropecuaria (CIDEPA).

La gestión de contratos de vinculación de la Universidad Nacional de Luján con el sector productivo que se realiza a través de la estructura del Centro de Asistencia Técnica comprende las siguientes modalidades: los servicios de asistencia técnica y consultoría; los análisis y ensayos físico-químicos, bromatológicos y microbiológicos; y la capacitación a través de cursos, conferencias, seminarios y jornadas. El Reglamento del CATEC y la serie de normas complementarias que regulan estas actividades32 fijan los actuales mecanismos de cobro de honorarios adicionales para los docentes e investigadores participantes, estableciendo que el 20% de los ingresos provenientes de contratos y solicitudes de servicios ejecutados sea destinado a la Universidad33.

Durante los primeros años de la década, las actividades de vinculación formal con el sector productivo fueron acompañando los esfuerzos institucionales de sistematización de la oferta técnica, de organización del CATEC y de promoción y difusión externa e internamente, esto es, dirigida tanto a los potenciales demandantes extra-universitarios como a los potenciales oferentes universitarios. En función del número de contratos celebrados, los años 1992, 1993 y 1994 fueron los más importantes del período 1991-1995, contabilizándose un total de aproximadamente 270 contratos ejecutados durante ese espacio temporal. Las dos unidades académicas que aportaron mayor número de grupos de trabajo formados por docentes e investigadores fueron los Departamentos de Ciencias Sociales (36%) y Tecnología (34%). El Departamento de Educación, por el contrario, registra una escasa participación (9%). Los contratos de capacitación de recursos humanos resultaron más numerosos que los de análisis y los de asistencia técnica34; siendo los primeros y los últimos los que han tenido mayor incidencia en la generación de recursos durante el período considerado (Bacarini 1996: 7-11). A partir de 1995, la tendencia de la vinculación de la UNLu con el sector productivo es marcadamente creciente, cuadruplicándose los ingresos producidos durante el bienio último35.

En el área de conocimiento de economía y administración, la modalidad privilegiada por los docentes participantes es la capacitación de recursos humanos sobre temas de gestión y dirección empresaria, estrategias de comercio internacional para pequeñas y medianas empresas, organización empresaria, servicios al cliente, calidad total, entre otros. La asesoría técnica y consultoría es poco frecuente, aunque se han desarrollado experiencias exitosas en este sentido36. La principal dificultad identificada por las autoridades del Centro de Asistencia Técnica para una mayor participación en actividades de vinculación, en particular en materia de servicios de asistencia técnica, por parte de los docentes del Departamento de Ciencias Sociales pertenecientes al área de economía y administración, se encuentra en su perfil profesional con dedicación simple, que limita sus posibilidades de realizar actividades de investigación como de servicios37.

Desde 1995, la UNLu cuenta además con un programa de incentivos para la generación de empresas innovadoras denominado Programa Emprendedor, elaborado como resultado de la conformación de una masa crítica de emprendedores tecnológicos capacitados a través de diversos mecanismos38.

Con el objetivo de abrir "un espacio que permita contribuir al proceso de transferencia del conocimiento científico- tecnológico hacia el sector productivo, mediante el desarrollo de una cultura emprendedora que promueva la generación y el crecimiento de nuevas empresas de base tecnológica" (UNLu 1996: 1), este Programa realiza actividades de comunicación institucional orientadas a la difusión y promoción; de formación empresarial, identificación y capacitación de potenciales emprendedores tecnológicos a través de un Sistema Tutorial para la Formación Empresarial; de diseño, puesta en funcionamiento, gerenciamiento y control de una incubadora de empresas39; y de investigación sobre instrumentos de desarrollo empresarial y programas de formación de emprendedores en Latinoamérica (UNLu 1996: 7-9).

En el contexto de la evolución descripta, la creación de la Subsecretaría de Vinculación Tecnológica a principios de 1996 representa un nuevo hito clave en la trayectoria histórica de la vinculación de la UNLu con el sector productivo, en tanto significa una revalorización de este tipo de actividades por parte del actual Rector y un impulso a su desarrollo40. Dependiente de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, esta Subsecretaría cuenta actualmente con el Centro de Asistencia Técnica y la Incubadora de Empresas Innovadoras (INCUEI) en formación como unidades funcionales.

Por otra parte, el Servicio Universitario de Empleo dependiente de la Subsecretaría de Asuntos Estudiantiles funciona como estructura responsable de mediar en forma gratuita entre la oferta y la demanda laboral, "favoreciendo así la interacción permanente entre la Universidad y la Empresa, ofreciendo a los estudiantes y docentes la posibilidad de tomar contacto con tecnologías avanzadas y otorgando a las empresas mano de obra calificada" (UNLu 1997 a) y posibilitando la realización de pasantías externas rentadas, en su mayoría desempeñadas por estudiantes de las carreras de Administración, Comercio Internacional y Contador Público41. Esta Subsecretaría también ofrece a los alumnos de la UNLu pasantías internas rentadas para desarrollar actividades académicas en proyectos específicos a cargo de un tutor docente42.

La experiencia de vinculación de la Universidad Nacional de Luján con el sector productivo es evaluada como positiva por los funcionarios universitarios del área, en virtud de la importante tendencia creciente de las actividades de vinculación registrada en los dos últimos años como, principalmente, de la reciente cristalización del proyecto de su Incubadora de Empresas Innovadoras. En este sentido, merece destacarse que el planeamiento, la instalación, la dirección y la supervisión de una incubadora de empresas de base tecnológica representa un importante logro de la Universidad en materia de desarrollo de formas complejas de cooperación con la producción, logro asentado en un modelo de "universidad emprendedora" (UNLu 1996: 4) que aspira a formar empleadores antes que profesionales destinados a desempeñarse como empleados, en beneficio del desarrollo económico y social del país43.

Consideraciones finales

Las dos experiencias recientes de construcción de puentes entre la universidad y la empresa analizadas consistieron en iniciativas universitarias. En ambos casos, como ha sucedido típicamente en el contexto latinoamericano, la evolución de las relaciones academia- empresa tuvo a la primera como protagonista de un juego más bien solitario tanto respecto de los sectores de la producción como del gobierno (Sutz 1996 c: 71).

Desde una perpectiva compartida en términos generales por las dos universidades nacionales estudiadas, las motivaciones decisivas para vincularse estrechamente con el mundo de la producción han sido la necesidad de contar con fuentes de financiamiento extra-presupuestarias y la responsabilidad de contribuir académicamente a los desafíos de la reestructuración económica y los problemas sociales por los que atraviesa la sociedad argentina.

Estas transformaciones en las articulaciones de la universidad con la producción requirieron capacidades y habilidades específicas -la formación de "gestores"

calificados44-, exigieron políticas institucionales explícitas -las cuales supusieron normas regulatorias de carácter académico y de carácter económico-, demandaron adecuaciones y construcciones organizacionales de estructuras especializadas. Con sus diferentes historias y rasgos particulares, la pauta común a las dos experiencias analizadas en cuanto a los mecanismos institucionales para la vinculación fue la constitución de instancias intra- universitarias u oficinas de enlace, avanzándose progresivamente hacia otros mecanismos tendientes a alcanzar la transferencia de conocimientos científicos y tecnológicos, tales como empresas universitarias comercializadoras de tecnología o incubadoras de empresas, según los casos.

Los principales resultados alcanzados son diversos en las también diversas instituciones universitarias estudiadas. En el caso de la Universidad de Buenos Aires, el proceso se consolida progresivamente, con una fuerte expansión y diversificación de actividades en el área de economía y administración. En la Universidad Nacional de Luján, atraviesa un "presente feliz", particularmente a propósito de la experiencia de la incubadora de empresas innovadoras en marcha, aunque se encuentra en una etapa más incipiente en el área de economía y administración en la que focalizamos nuestra investigación.

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NOTAS

1 Ponencia elaborada para su presentación al Segundo Encuentro Nacional La universidad como objeto de investigación, organizado por la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 26 al 28 de noviembre de 1997, en el marco del proyecto de investigación titulado "Las vinculaciones entre el mundo universitario y el mundo de la producción en los años noventa. Estudio comparado de las articulaciones entre universidad y sociedad en el campo de las ciencias sociales en cuatro universidades" a nuestro cargo y dirigido por Sara Slapak, en curso en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Buenos Aires.

2 Licenciada en Sociología, Maestranda en Política y Gestión de la Ciencia y la Tecnología, Auxiliar Docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Becaria de Iniciación a la Investigación de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires.

3 Para una discusión de las diferentes razones que aceleran las relaciones universidad-producción en los países desarrollados y en desarrollo, especialmente los latinoamericanos, véase García de Fanelli 1993: 1-3; Krotsch y Tenti Fanfani 1993: 63-70; UNCTAD 1994; Sutz 1996 a: 96-97, 1996 c: 61-75; DïOnofrio 1997: 2-5.

4 La comparación se completa con el estudio de dos universidades privadas, una tradicional de la primera etapa de expansión del sector privado en el campo universitario, otra correspondiente a la ampliación institucional del período que va de fines de los años sesenta a fines de los ochenta.

5 La construcción de los datos a partir de las entrevistas a los funcionarios universitarios responsables de la gestión de las actividades de vinculación y de los documentos y estadísticas aportados hasta el presente no busca resultados objetivos en sentido duro, sino rescatar las interpretaciones de los actores universitarios participantes en los procesos.

6 La Universidad de Buenos Aires está compuesta por las trece facultades de Agronomía; de Arquitectura, Diseño y Urbanismo; de Ciencias Económicas; de Ciencias Exactas y Naturales; de Ciencias Sociales; de Ciencias Veterinarias; de Derecho y Ciencias Sociales; de Farmacia y Bioquímica; de Filosofía y Letras; de Ingeniería; de Medicina; de Psicología; y de Odontología; el Ciclo Básico Común -primer año de estudio de las carreras de grado-; el Centro de Estudios Avanzados -ámbito de docencia de posgrado e investigación interdisciplinaria-; el Colegio Nacional Buenos Aires y la Escuela Superior de Comercio "Carlos Pellegrini" de docencia de nivel medio. Cuenta además con el Centro Cultural "Ricardo Rojas", ocho museos, cinco unidades asistenciales, un centro de salud para estudiantes, un campo de deportes, dieciocho bibliotecas, una red de comunicación científica que conecta a la Universidad con centros de investigación y universidades del mundo a través de Internet y una editorial universitaria (UBA 1997 b).

7 Incluido el Ciclo Básico Común para los alumnos de grado y el Centro de Estudios Avanzados para los de posgrado.

8 Es a través de la función de extensión, expresa su Estatuto de 1958, que la Universidad realiza su "acción cultural y social directa" en el más amplio sentido de la expresión, como parte de la difusión de sus estudios científicos sobre los problemas sociales y del asesoramiento técnico de alto nivel a las instituciones extra-universitarias "de interés público" (UBA 1986).

9 Documento de base para el Acuerdo de Gobierno de la Universidad de Buenos Aires celebrado en la ciudad de Colón del 20 al 23 de abril de 1995.

10 Esto es, "el pasaje de la producción de conocimiento con destinatario anónimo -que será eventualmente un usuario final no conocido por el investigador y cuyo acceso al resultado estará mediada por un profesional universitario- a la producción de conocimiento en el marco académico para un usuario final plenamente identificado" (Sutz 1996 a: 96).

11 Actualmente denominada Dirección de Transferencia y Servicios y dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil.

12 UBA 1987. Resolución (CS) 1655/87.

13 De acuerdo con las resoluciones del Consejo Superior 1655/87 y su modificatoria 2805/92, el 80% del total de ingreso por el convenio es depositado en una cuenta especial cuyos titulares son el director de la dependencia ejecutora y el decano de la facultad, monto que se destina a pagar honorarios a los docentes y/o investigadores y otros gastos demandados por la actividad. El 20% restante, según la nueva resolución, se distribuye en partes iguales entre la facultad correspondiente y el Fondo Especial para las Actividades Científicas y Tecnológicas de la Universidad.

14 UBA 1990. Resolución (CS) 787/90.

15 Los vínculos formales son las relaciones contractuales formalizadas generalmente por escrito, contra el pago de una compensación en dinero o en especie, para la concreción de modalidades de vinculación tales como asesoría, consultoría, investigación, transferencia, formación de recursos humanos, educación continua u otras. Los vínculos informales tienen lugar a través de contactos personales entre investigadores o docentes universitarios y miembros de las empresas, en forma de consultas e intercambio de información actualizada o bien mediante mecanismos más institucionalizados como la asistencia a seminarios, el apoyo a trabajos de tesis, la participación en comités científicos, etcétera; sin que medie un contrato escrito y una compensación (Correa y colaboradores 1996: 129). En esta primera etapa de la investigación, los datos emergentes se refieren básicamente a modalidades de vinculación formales; los cuales serán contrastados con los correspondientes a la segunda etapa de la misma mediante entrevistas a estudiantes, graduados, docentes, investigadores, empresarios y funcionarios gubernamentales participantes en las experiencias.

16 UBATEC ha sido habilitada además por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación para actuar como Unidad de Vinculación en el marco de la Ley 23.877 de Promoción y Fomento de la Innovación Tecnológica.

17 UBA 1991. Resolución (CS) 2153/91.

18 La coordinación de esta red está a cargo de la Dirección de Transferencia y Servicios de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la Universidad.

Este sistema de nodos proporciona "un marco jurídico- administrativo común para las operaciones de transferencia de tecnologías y desarrollos, promociona sus servicios en cada Facultad y en el ámbito científico nacional e internacional y se propone canalizar los fondos obtenidos por los servicios que brinde hacia el área de investigación de cada unidad académica" (UBA 1997 b: 32).

19 Para la implementación operativa de estos objetivos, la Secretaría cuenta con la Dirección de Asistencia Técnica y Pasantías.

20 Entrevista al C.P.N. Marcelo Paz, Director de Asistencia Técnica y Pasantías de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, 7 de octubre de 1997.

21 Entrevista al Dr. Juan Carlos Chervatín, Secretario de Asistencia Técnica y Pasantías de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, 2 de septiembre de 1997.

22 A nivel del Rectorado existe, desde 1991, el Centro Universitario de Empleo (CUE), actualmente dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, como oficina dedicada a la búsqueda del primer empleo de los estudiantes avanzados y graduados universitarios.

23 Entrevista al Dr. Juan Carlos Chervatín, 2 de septiembre de 1997.

24 Actualmente son usuarios de los servicios de la Facultad unas 60 empresas públicas y unas 260 empresas privadas.

25 De la identidad institucional reforzada como producto de estas experiencias compartidas testimonia el ave fénix que resurge de sus cenizas sobre el plano de la ciudad de Luján en el escudo de la Universidad.

26 La Universidad Nacional de Luján cuenta con los departamentos -los cuales funcionan como unidades de docencia, investigación y extensión- de Ciencias Básicas; de Ciencias Sociales, de Educación; y de Tecnología; las coordinaciones de las diferentes carreras y sus respectivas comisiones de Planes de Estudio. Desarrolla sus actividades en la Sede Central de Luján, en los tres Centros Regionales de Campana, Chivilcoy y General Sarmiento, en la Unidad Educativa Instituto General Manuel Belgrano de San Fernando, en la Sede de Capital Federal y en diversas Delegaciones Académicas en localidades del interior de la provincia de Buenos Aires -actualmente, las Delegaciones de Escobar, Nueve de Julio, Mercedes, Moreno, Pilar, Pergamino y San Fernando-. Cuenta además con un campo experimental en producción agropecuaria, una planta piloto en tecnología de alimentos y una editorial universitaria (UNLu 1997 b).

27 La oferta académica en el campo de las tecnologías abarca básicamente las áreas de las ingenierías en alimentos y agropecuaria, tradicionales de la UNLu.

28 La prestación de servicios "dirigidos a solucionar problemas de la comunidad y de la zona a través de convenios y contratos" formaba parte de las funciones enumeradas en el trabajo titulado Fundamentos para la creación de una Universidad Nacional en Luján elaborado por la Comisión Pro-Universidad integrada por distintos sectores de la comunidad lujanense (Mignone 1992: 33-4).

Por otra parte, el Estatuto de la Universidad Nacional de Luján de 1984 (citado en Mignone 1992: 155-7) define a la Universidad como "una comunidad de trabajo intelectual" que tiene entre sus principales objetivos "colaborar en su carácter de órgano del Estado en la solución de los problemas nacionales y regionales (...) de acuerdo con las necesidades del país y la región y los planes que orientan su desarrollo integral" (Artículo I), señalando que "la actividad del personal de los Departamentos comprende tanto las tareas de docencia como las de investigación, extensión y servicios" (Artículo IV).

29 Entrevista al C.P.N. Hernán Alberto Bacarini, Subsecretario de Vinculación Tecnológica de la UNLu, 12 de agosto de 1997.

30 UNLu 1989. Resolución (Rector) 471/89.

31 Entrevista al C.P.N. Hernán Alberto Bacarini, 12 de agosto de 1997.

32 La normativa vigente está compuesta por las resoluciones (CS) 058/93 [Reglamento del Centro de Asistencia Técnica], (CS) 100/95 [Normas complementarias], (Rector) 309/95 [Contratos] y (Rector) 051/96 [Modelo de contrato de locación de servicios].

33 Este 20% destinado a la Universidad se reparte en partes iguales entre el Departamento correspondiente al grupo de trabajo prestador del servicio y el Fondo Universitario, para su utilización en las actividades de docencia, investigación y extensión de la UNLu.

34 El promedio de los contratos de capacitación fue de 25 contratos anuales -superando los 30 en los años 1992, 1994 y 1995-, en tanto los promedios de los de análisis y asistencia técnica fueron de 15 y 13 respectivamente.

35 Entrevista al C.P.N. Hernán Alberto Bacarini, 12 de agosto de 1997.

36 Mientras en el Departamento de Ciencias Sociales, la capacitación es la modalidad de vinculación predominante, los Departamentos de Tecnología y Ciencias Básicas realizan típicamente tareas de asistencia técnica y servicios de análisis y ensayos.

37 Entrevista a la Lic. Claudia Maggio, 3 de septiembre de 1997.

38 La formación de emprendedores tecnológicos en la Universidad Nacional de Luján se realizó a través de la participación de un grupo de la Universidad en diversos talleres, seminarios y cursos organizados por la Fundación EMPRETEC, el Programa COLUMBUS del Consejo de Rectores Europeos, el Instituto Tecnológico de la Confederación General de la Industria y la Asociación Latinoamericana para la Formación de Emprendedores Tecnológicos (ALFET) -de la cual la UNLu es socia fundadora en el marco del Programa Mercado Común del Conocimiento Científico y Tecnológico (MERCOCyT) de la Organización de los Estados Americanos (OEA)- (UNLu 1996). Cabe señalar que la Universidad de Buenos Aires también ha participado en el desarrollo de los programas de formación de emprendedores referidos.

39 Una incubadora de empresas es una estructura que facilita el proceso de innovación, el desarrollo empresarial y la transferencia de tecnología, "un espacio y/o un entorno en el cual un nuevo emprendimiento puede alojarse y tener acceso a los instrumentos, recursos y relacionamientos que necesita para poder crecer y desarrollar su capacidad de sobrevivir en mercados abiertos" (Sutz 1996 b: 104).

40 Entrevista al C.P.N. Hernán Alberto Bacarini, 22 de agosto de 1997.

41 En 1996, 48 empresas recibieron 97 pasantes de la UNLu; más de la mitad de los cuales fueron de las carreras del área de economía y administración.

42 Uno de los casos que merece citarse es el "Proyecto Imagen", un emprendimiento reciente de estudiantes avanzados de la carrera de Administración surgido del +rea de Investigación del Programa Emprendedor y apoyado por la Subsecretaría de Vinculación Tecnológica, que está desarrollando la comercialización del logo de la Universidad.

43 Entrevista al C.P.N. Hernán Alberto Bacarini, 22 de agosto de 1997.

44 En cuanto a la importancia de una adecuada gestión de la vinculación, ambas universidades destacan la figura del "transferencista de tecnología", aquel profesional capacitado para comprender tanto al científico como al empresario, cuya misión es hacer coincidir la esfera de comercialización de la tecnología hacia adentro de las instituciones universitarias con la esfera de comercialización de la tecnología hacia afuera de las mismas, es decir, la oferta de conocimientos existente en la comunidad científica y tecnológica con la demanda de las empresas (Mas de Magliano 1995: 37-9).

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