3ra Jornadas Internacionales
Estado y Sociedad

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ESFERA PÚBLICA

Centro de Estudios Avanzados (CEA - Universidad de Buenos Aires -UBA)

Octubre de 1998

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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PSICOLOGIA DE LA SALUD Y ATENCION PRIMARIA DE LA SALUD

Relación entre organizaciones estatales y comunitarias en un contexto local concreto

Introducción

El propósito de este trabajo es el de sistematizar una descripción de problemas estratégicos y metodológicos que devienen de una práctica conreta de la Atención Primaria de Salud.

Posicionados desde una perspectiva disciplinaria el problema a abordar se podría categorizar, en términos amplios, como un punto de la Psicología de la Salud. Por la índole de la temática también constituye un campo de la Psicología Social Comunitaria. Más específicamente se trata de la aplicación de estos aportes en las estrategias de Atención Primaria de la Salud.

Uno de los componentes centrales de la misma lo constituye la participación comunitaria. En diversas publicaciones (de la O.M.S. o no) estos términos aparecen mencionados con mayor o menor énfasis, y con un grado de centralidad y compromiso cambiante según los autores. Independiantemente de ello, creo que es un tema de fundamental interés y desafío para nuestra disciplina.

En tanto estos son temas de indudable base práctica, no es posible analizarlos descontextuándolos de la situación social e histórica conreta.

En ese sentido no es ajeno al tipo y alcance de la Atención Primaria de la Salud y la participación comunitaria, la dinámica social relacionada con la ubicación del Estado. En nuestro país (y en realidad en el mundo entero) los cambios relativamente recientes en las esferas económica, social y política exigen actualizar las reflexiones en torno a la relación Estado/Sociedad Civil.

Si bien, por un lado es necesario seguir reafirmando (más que antes) la responsabilidad ineludible del Estado en torno a áreas vitales como la Salud (ya que la tendencia del capitalismo mundial es justamente inversa)(la constitución de la Ciudad de Bs. As. reconoce explícitamente su responsabilidad en la garantía al derecho a la salud), se requiere también el reconocimiento de las modalidades conretas de organizacón que la sociedad civil se dá para participar a través de lo que a esta altura ya constituye un nuevo escenario que se ha dado en llamar Tercer Sector. La característica central de las muy diversas modalidades que ha asumido el mismo, es que, formalmente, esta constituído por organismos no gubernamentales (O.N.G.) sin fines de lucro.

Es decir que, si bien las condiciones sociales impuestas por el ajuste económico internacional han llevado a importantes sectores de la población a aumentar cuanti/cualitativamente la situación de pobreza y por lo tanto a imponer la necesidad de defender la Salud Pública de parte del Estado, es necesario hallar estrategias psicosociales que eviten una autopercepción de invalidez como sujeto colectivo por parte de la comunidad. Los cuestionamientos al paternalimo incapacitante del Estado Benefactor, típicos, de las décadas de los '60 y '70 deberán reactualizarse a la luz de los condicionantes actuales.

Creo que el diseño actual de Políticas Sociales explícitas deben atender a estos problemas, no inhibiendo las posibilidades y espacios para la participación y, para ello, es central la lectura e intervención de enfoques psicosociales.

Algunas puntualizaciones respecto de la A.P.S.

Faltando un año y medio para el cambio de milenio y a veinte de la Declaración de Alma-Ata creemos necesario repasar una vez más, y a pesar de ya ser muy conocida, la definición de Atención Primaria de la Salud. La cercanía de la fecha fijada para el cumplimiento de la meta "Salud para todos en el año 2000" confiere dramatismo y frustración ante su lectura:

"La atención primaria de la salud es la asistencia sanitaria esencial basada en métodos y tecnologías prácticos, científicamente fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación y a un coste que la comunidad y el país pueden soportar, en todas y cada una de las etapas de su desarrollo, con un espíritu de autorresponsabilidad y autodeterminación. La atención primaria forma parte integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función central y su núcleo principal, como del desarrollo social y económico global de la comunidad. Representa el primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad con el sistema nacional de salud, llevando lo más cerca posible la atención de salud al lugar donde residen y trabajan las personas, y constituye el primer elemento de un proceso permanente de asistencia sanitaria." 1

Según lo anunciado más arriba, el punto en que centraré estas reflexiones es el referido a la "plena participación" de la comunidad.

Sin embargo será necesario hacer algunas mínimas menciones a ciertas enfoques conceptuales y prácticos, asi como a dimensiones presentes en la misma definición citada.

En un conocido artículo de una publicación ya no existente2 que editaba el G.I.D.A.P.S., la editorial de la revista discriminaba basicamente tres niveles de articulación presentes en la definición. En primer lugar se destacan referencias al sistema nacional de salud y al lugar que la A.P.S. debería tener en él: "función central y núcleo principal". Esto implica una concepción estratégica en un nivel político-administrativo.

También en la definición y en los textos oficiales de la OMS se señala la importancia de criterios de APS como puerta de entrada al sistema de salud y su función de enlace con el resto del sistema. Los términos "asistencia sanitaria esencial" y "puerta de entrada al sistema" prefijan, además, los objetivos del efector (desarrollar una ancha base de captación). Estas características de la APS configuran el segundo nivel al que denominan "Técnico/Administrativo".

Según los autores del artículo mencionado existe un tercer nivel, "Técnico/Operativo" donde ubican ocho actividades mínimas esperables de los programas de APS.

Estas últimas aparecen explicitamente en la Declaración (Cap. VII, punto 3): Educación para la salud, promoción del suministro de alimentos, abastecimiento de agua potable, inmunizaciones, etc.

Con respecto al primer nivel, los pilares estratégicos que los autores abstraen de la Declaración, refieren a ocho componentes. Adecuación del recurso humnano, articulación intersectorial, progamación integrada por necesidades, tecnología apropiada, nuevs modalidades de organización, reorientación del financiamiento sectrial, cobertura total y Participación Comunitaria.

Como pueda apreciarse, los ocho componentes son fundamentales en los lineamientos de la APS. Se los encuentra o se los infiere a lo largo de la Declaración pero son esenciales para proyectar la APS más allá de los estrechos límites de los programas específicos para población en riesgo.

Estos señalamientos tienen el sentido de reforzar la visualización de la posición que la Plena Participación Comunitaria tiene como Componente Estratégico y, por lo tanto, no asimilable a una actividad o programa más.

El interés destacado en la participación comunitaria radica en la comprensión de los determinantes psicosociles presentes y requeridos para la construcción de la viabilidad de su expresión plena.

La definición, y la Declaración en su conjunto, abundan en aspectos en los que, además de la dimensión política del desafío implicito en la APS, se advierte la necesidad del aporte de la Psicología Social, que por intervenir en Salud, legítimamente incorpora también la denominanción de Psicología de la Salud.

Antes de entrar directamente en el análisis de la Participación creo necesario advertir que, a pesar de las condiciones contextuales hoy vigentes en el país y en el mundo, (y que limitan el desarrollo del nivel estrategico/político de la APS, por vía de políticas de ajuste y privatización que ocasionan exclusión social), el esfuerzo por lograr los máximos grados de participación y la vigencia de los principios de la APS es imprescindible. De lo contrario la confinación de la misma como "Atención para pobres" no sólo se terminará de imponer, sino, incluso, se agotará en sí misma, absolutizando y legitimando aún más la exclusión social aludida.

Este destino ya era advertido por Daniel Grodos y Xavier de Béthune3.

Alertaban sobre los riesgos de adoptar criterios aparentemente válidos que, bajo el pretexto de la racionalidad de recursos, impulsaban la selección de "problemas (patologías), concretado en una yuxtaposición o una combinación de programas restringidos y a corto plazo", pero que en la práctica afectarían el enfoque multicausal/itegral y de largo plazo propios de la APS. Los autores sugieren que "sería mejor hablar de intervenciones sanitarias selectivas o de actividades selectivas de salud", para diferenciarlo de un enfoque o modelo que de la APS conserve sólo el nombre y lo descontextualice de otras características basicas de la estrategia.

Con un estilo más incisivo el Dr. Mario Testa denominaba a este tipo de deformaciones "Atención Primitiva de Salud". En diversos artículos señala que este riesgo está implicito en las mismas formulaciones de los Organismos Internacionales, posibilitado por el grado de ambiguedad en diversos párrafos. 4En "Pensamiento Estratégico y lógica de programación", Testa realiza un análisis sociológico exahustivo y explicativo que permite contextualizar las lógicas que determinan las limitaciones de la Atención de la Salud en la sociedad.

Algunas puntualizaciones respecto de la participación

El subtítulo que encabeza esta sección sugiere intencionalmente que se expondrán sólo algunos aspectos referidos a la participación comunitaria.

Esta mención implica que su conceptualización general es muy amplia, mucho más que los aspectos que aquí puntualizaremos.

Se trata de una problemática compleja por la cantidad de dimensiones y perpectivas que su abordaje integral implicaría.

Sin embargo en frecuentes textos (de Atención Primaria de la Salud u otras temáticas) pareciera que la sóla mención del término daría por descontadas todas las implicancias y vertientes a debatir.

En la explicación de esta carencia conceptual creo que, al menos, habría dos razones: Por un lado la ausencia de un planteo cabal debido, básicamente, a ignorancia. Especialmente en aquellas disciplinas no involucradas dentro de lo habitualmente considerado como "ciencias sociales" daría la impresión que con sólo evocar la participación, estuvieran resueltos todos los temas implícitos.

Por otro lado, si bien en ciertas formulaciones se observa una intención de subrayar y ponderar la participación, esta aparece vaciada de contenido. Esto es habitual en contextos discursivos.

Aquí ya aparece uno de los aspectos que sí quiero rescatar. Me refiero a la utilización política de una terminología que ha logrado instalarse y valorizarse socialmente, y por vía de la cual (entre otras), se busca legitimación.

En esta afirmación está implícito un mecanismo que a algunos psicólogos nos es familiar conceptualmente y que se refiere a una situación paradojal: Planteado desde el poder podría formularse así: "Busco legitimación por medio de la apelación al discurso participativo, pero al mismo tiempo debo quitarle su contenido substancial ya que implica la posibilidad de cuestionamientos comunitarios a mi gestión, a mi poder. Si fuera coherente con mi discurso debería además generar las condiciones prácticas para facilitar la participación, pero simultaneamente me veo forzado a regatearlas porque significaría la posibilidad real de delegación de poder".

Paso, ahora, a compartir algunas precisiones conceptuales mínimas.

En principio escogeré algunas de las definiciones más o menos frecuentes en la bibliografía: Según5 Cardarelli, G., Lapalma A. y Robirosa M., (1990), "participar significa tomar parte de algo con otros, significa repartir o entrar activamente en la distribución." Para 6Burín, David y Karl, Istvan "la participación es un proceso social, que supone un ejercicio permanente de derechos y reponsabilidades, en las distintas etapas y niveles del emprendimiento: planificación, organización, ejecución y control." 7Belmartino, Susana y Bloch, Carlos, rescataron una definición de las Naciones Unidas: "Los esfuerzos organizados para aumentar el control sobre los recursos y las instituciones reguladoras en determinadas situaciones sociales por parte de grupos y movimientos anteriormente excluídos de tal control". Los autores citados puntualizan: que la "participación debe abordarse como una estrategia para el cambio dentro de la democracia, y para ello debe precisarse quiénes son los llamados a participar y, además, para qué, en qué y con qué instrumentos participarán. En otras palabras definir los actores, los fines, el objeto y la estrategia del cambio que se quiere promover a través de la participación". La noción de "exluídos" la adoptan en oposición a la de "carenciados" que remite al ámbito del consumo. Según ellos los actores de la participación deberían identificarse no tanto con "aquellos que carecen de determinados bienes, sino quienes están separados de la posibilidad de pesar sobre las decisiones. La participación, para ser efectiva, no deberá conducir a una ampliación del mercado, sino a una redistribución del poder." De acuerdo a C.E.P.A.L.8 "La participación constituye una actividad colectiva. Nadie suscribiría hoy la idea de que la participación es un mero y pasivo 'estar' o 'pertenecer'. Mucho más que eso, participar es actuar intencionalmente persiguieno objetivos y medios cuya combinación supone una estrategia que exige organización, recursos y una concepción inteligente de las acciones necesarias y viables".

Por su parte Guerra, Fransico,9 partiendo de una noción de poder que lo caracteriza como la "capacidad de tomar decisiones que comprometen el destino de una colectividad determinada", define a la participación como la "capacidad de intervenir en los procesos de toma de decisiones y en la ejecución o crítica que su ejecución implica"10.

En coincidencia con la propuesta de McNeef11, la Lic. María Teresa Sirvent12 conceptualiza a la participación como una necesidad humana (la de ser protagonista de la propia historia). "Es, en ese sentido, una de las necesidades no materiales reconocidas como condición y resultante de un proceso de transformación dirigido al aumento de la calidad de vida de una población".

No creo necesario continuar con un rastreo de las definiciones escogidas para el propósito de esta exposición. Reviste interés, ahora, pasar a las caracterizaciones y modalidades da participación y sus implicancias.

En general quienes teorizan sobre la práctica de la participación comunitaria se ven en la necesidad de diferenciar los "estilos participativos".

Desde un extremo, esta distinción está relacionada con lo mencionado al comienzo de la sección referido a los mensajes paradojales desde el poder en contextos de democracia burguesa.

Por un lado intenta exhibir algún grado de participación comunitaria en función de sus necesidades de legitimarse, pero por otro, intentará reducir las formas y alcances de dicha participación reduciéndola a su mínima expresión.

Desde el otro extremo, esto contrasta con formas más desarrolladas efectivamente, en determinadas circunstancias, o que, al menos, se profundizan conceptualmente para definir un horizonte de "plena participación" para ser alcanzado.

Una noción básica a la que creo que es preciso apelar, es la que subraya María Teresa Sirvent13 respecto a la conceptualización de la participación como un proceso dialéctico (dinámico, contradictorio) que, con avances y retroceos y, condicionado por el contexto social y político, avanza desde un nivel de capacidad de transfomación muy limitado y dirigido desde instancias externas a la propia comunidad, hasta otro nivel potenciado de real incidencia y promotor de cambios en la realidad centralizando la toma de decisiones en la comunidad.

Sirvent denomima, entonces, "participación simbólica" cuando "no se ejerce, o se ejerce en grado mínimo una influencia a nivel de la política y el funcionamiento institucional" y genera "en los individuos y grupos comprometidos la ilusión de ejercer un poder inexistente".

La "'participación real' ocurre cuando los miembros de una institución o grupo a través de sus acciones ejercen poder en todos los procesos de la vida institucional: a) en la toma de decisiones....b) en la implementación de las decisiones y c) en la evaluación permanente ...".

Para Cardarelli, G., Lapalma A. y Robirosa M., (1990)(op. cit.) "existen tres niveles de participación, que varían de una más restrictiva a una más amplia.

Estas se refieren a: a) Información: Debe ser la necesaria en calidad y cantidad, y la población tiene que estar en condiciones de evaluar la información que maneja; b) Opinión: Corresponde a un nivel más complejo de participación en la cual los participantes pueden emitir opiniones sobre asuntos: supone un nivel de participación más amplio que la informativa. El destino de la opinión podrá ser la modificación de decisiones o acciones...

c) Toma de decisiones: Los participantes pueden decidir sobre sus propios asuntos, lo que supone una adecuada y oportuna información, el reconocimiento de acuerdos, diferencias, mecanismos de discusión y toma de decisiones." Tanto en la secuencia que establecen los autores para el proceso de la toma de decisiones, como en los efectos destacados que la participación tiene en las personas, se advierten interesantes aspectos de naturaleza psicosocial, fundamentalmente el paulatino proceso de apropiación del proceso de resolución de los problemas.

Luego de señalar su coincidencia con la diferenciación establecida por M.T. Sirvent entre participación real y simbólica, destacan su carácter no espontáneo ni automático, y la necesidad de un proceso de aprendizaje entendiendo que su práctica requerirá incrementar la capacidad de los participantes para analizar la realidad e influir sobre otros.

Señalan, pero no desarrollan, los siguientes aspectos "que deben tomarse en cuenta en el análisis de la participación": actitudes, valores y creencias de los actores involucrados; otros vinculados a lo grupal como "interaccón, liderazgo, influencia social, construcciones inconscientes, etc. Todos ellos, fenómenos que disminuyen o potencian la participación." Lo que pretendo comenzar a instalar con los aportes que se presentan es la clara conceptualización de la participación comunitaria en salud como una noción altamente compleja y alejada de la noción ingenua con que frecuentemente es mencionada.

Con las ideas hasta aquí expuestas se puede apreciar a esta temática desde dos perspectivas cuya convergencia también postulo.

El tratamiento de una problemática como la salud colectiva con participación del Estado y otros actores sociales, los mecanismos de legitimación, los procesos de acumulación y distribución de poder que implican la toma de decisiones, etc. que estuve mencionando hasta ahora prefiguran una de tales perspectivas: Que es la de las Políticas Sociales.

Si bien el desarrollo de esta última temática mencionada no constituye el tema principal de esta presentación, dejaré asentada una de las definicines posibles: "Se pueden considerar a las políticas públicas, entre las cuales se encuentran las políticas sociales, como un proceso social tejido alrededor de un tema o cuestión socialmente problematizada, donde intervienen actores sociales cuyas tomas de posición van delineando el ritmo y las alternativas de ese proceso social.

La política estatal no constituye un acto reflejo, ni una respuesta aislada, sino más bien, un conjunto de iniciativas y respuestas, manifiestas o implícitas, que observadas en un momento histórico y en un contexto determinados permiten inferir la posición predominante del Estado frente a una cuestión que atañe a sectores significativos de la sociedad." 14(Oslak y O'Donnell, l982:ll2).

La otra perspectiva es la inherente a nuestra disciplina en tanto la participación comunitaria es una practica concreta de seres humanos en su contexto, dirimiendo sus intereses e intentando definir, construir, influir e influirse, portadores de representaciones sociales, actitudes y valores y puestos permanentemente en interacción. Es decir que la inclusión en procesos participativos no sólo puede (y debe) generar cambios y transfomaciones en la realidad inmediata, objetivo de la comunidad, sino que en dicho devenir indudablemente se promueven cambios cualitativos en la socialización de los sujetos (individuales y colectivos) intervinientes.

Antes de puntualizar otros aspectos creo conveniente destacar una idea puesta especialmente de relieve en un trabajo realizado por Cardarelli, Graciela y Rosenfeld, Mónica15. A lo largo del mismo las autoras analízan el proceso histórico de las políticas sociales en nuestro país desde un punto de vista crítico. Incluso cuestionan la "participación localista" que encuadraría el tipo de práctica que quiero presentar. Pero lo más interesante en este caso es la noción transmitida de que la implantación de distintos modelos de políticas sociales supone, pero además contruye, constituye, prefigura un sujeto receptor de tales políticas.

Con un plateo distinto pero dentro de una temática similar16 Jarrillo Soto, Edgar C. y Arroyave Loalza Eco, María Glima se refieren a "Un nuevo sujeto social en los sistemas de Atención a la Salud. El cliente".

Este es uno de los puntos de mayor convergencia entre las dos perspectivas que menciono. Ya que las PPSS aparecen interviniendo como factor de influencia social, integrante, este, del proceso de socialización, por la cual se constituyen los sujetos, las personas, es decir temas centrales de la Psicología Social.

Es decir que con la sola lectura sociopolítica de la aplicación (más o menos desarrollada) de una política social, como la constituye la Atención Primaria de la Salud, no se alcanza a destacar este otro aspecto que es fundamental, ya que de lo que se trata es del fomento de estilos personales de concepción de los derechos y responsabilidades, modos de relación con las instancias públicas, habilidades de gestión y negociación, capacidades para la interacción social en general, etc.

La aplicación de determinados modelos en políticas sociales inhibe el desarrollo de estas capacidades humanas. Si bien es posible que puedan llegar a acercar a las poblaciones determinados recursos que sus necesidades sociales requieren, en este mismo proceso, dificultan la expresión (y satisfacción) de otras necesidades sociales que implican la potenciación de sus crecimiento como personas y comumnidad.

Este es el concepto más enriquecedor de - McNeef, Alfred et al. (op. cit.).

En este trabajo se revisan los modelos existentes respecto de las necesidades humanas y se propone una diferenciación entre lo que se denomina "necesidades carencia" y "necesidades potencia". Además distingue entre cinco tipos de satisfactores de tales necesidades: destructores, pseudo-satisfactores, inhibidores, singulares y sinérgicos, siendo este último el preferencial.

En nuestro caso la participación comunitaria constituye la "necesidad potencia" que la aplicación de las PPSS y en particular la APS, debería contemplar.

Es sabido que lo planteado no implica sólo un desafío disciplinario (que de hecho es imperativo postular) sino, que, como expresé, también tiene implicancias políticas e ideológicas17.

A modo de cierre de esta sección creo que el siguiente párrafo nos reubica en nuestro desafío disciplinario: Respecto de la participación "Desde una perspectiva académica su contenido cambia según la disciplina que se cultiva, de acuerdo al nivel de complejidad de las relaciones del universo que constituye el objeto del análisis -individual, grupal, nacional o internacional- y en función de la escuela, corriente o tradición de pensamiento del autor. También debe considerarse que el término participación no se refiere a "un fenómeno singular y delimitado sino más bien a un conjunto de procesos...relacionados con la toma de decisiones...y que se encuentran en el centro de la intersección de distintas disciplinas tales como la psicología social, la sociología, la economía y las ciencias políticas"(. Franco, Carlos. . op.cit.).

Si bien no serán desarrolladas en esta oportunidad propongo, a modo de listado provisorio, algunas temáticas propias de la Psicología Social que serían de fértil aplicación para potenciar la participación comunitaria.

-Atribución causal18 (temática que debería profundizarse en la linea del abordaje grupal/comunitario).

- Foco de control interno y externo19.

-Desesperanza aprendida o indefensión20.

- Redes sociales de apoyo. Existe mucha bibliografía. Recomiendo especialmente los trabajos del Lic. Sebastián Bertuchelli(25). También las investigaciones de Hans Veil. Una sistematización interesante21 ofrecen Dabas, Elina & Najmanovich, Denise.

- Representaciones Sociales.

Características barriales

Se describirán, ahora, algunas de las características sociodemográficas de dos barrios de la Ciudad de Buenos Aires que se encuentran colindantes entre sí, y que constituyen el sector geográfico de la ciudad con cuya población trabaja uno de los centros de salud dependiente de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.(26).

Estos centros de salud polivalente dependen orgánicamente un sector del hospital de cabecera. Este sector se denomina Area Programática, entendiendo por tal a la región delimitada sobre la que el hospital municipal tiene responsabilidad en la asistencia y promoción de la salud.

Nos referiremos a barrios ubicados dentro de la franja sur de la Ciudad la que, según análisis de datos oficiales, es la que concentra el mayor número de familias y personas que presentan el indicador de "necesidades básicas insatisfechas".

A raíz de la crisis económica que viene padeciendo nuestro país se puede observar en los últimos años en la Capital Federal un fuerte deterioro en la calidad de vida de sus habitantes y preponderantemente en los sectores de menores recursos económicos, quienes no pueden acceder a una vivienda digna.

Como una consecuencia de este realidad surgen alternativas y estrategias habitacionales para los sectores de menores recursos. Una parte importante de la población de los barrios que presentamos habita en hoteles, inquilinatos y casa ocupadas, de hecho o "tomadas". Los inquilinatos son viviendas en las que se alojan familias en habitaciones en carácter de locatarios y comparten entre todos las instalaciones sanitarias y la cocina, en general sumamente precarias.

Según datos del último Censo Nacional de Población y Vivienda unos 40 inquilinatos se ubican en uno de los barrios (ST) y aproximadamente 60 en el otro (M). Los hoteles y pensiones difieren de los inquilinatos fundamentalmente en cuanto al tipo de contrato establecido con el locatario. Su status es el de "pasajero", lo cual favorece el desalojo en caso de conflicto entre las partes.

Las casas "tomadas" son lugares de distinto origen en cuanto a su función (mercados abandonados, edificios en construcción cuya obra está paralizada, fábricas desactivadas, casas desalojadas en razón de la construcción de autopistas, viviendas particulares de vieja data no ocupadas, depósitos en uso, edificios estatales abandonados, etc). Surgen con fuerza a partir de la década del 80 y sus habitantes provienen en mayor medida de desalojos de inquilinatos y hoteles.

En ST se estima que hay alrededor de ll0 inmuebles con estas características, con un número de habitantes que puede oscilar entre cinco y veinte familias cada uno. Excepcionalmente puede superar las l00 familias. Puede decirse que el número de casas tomadas en el barrio M alcanza una cifra cercana a la de ST.

Dada la variedad y profundidad de los problemas socioeconómicos que atraviesan estas familias, como la falta de una vivienda digna, hacinamiento, alojamientos transitorios, bajos ingresos, etc., las mismas son consideradas para el sector salud como familias "en riesgo".

Este tipo de población difiere en ciertos aspectos psicosociales de la que habita en ls llamadas "villas de emergencias".

Las características territoriales de las villas otorgan una homogeneidad al conjunto poblacional facilitando la visualización de los otros vecinos que viven situaciones similares. Esto posibilita, aún con dificultades, la vehiculización de redes sociales de apoyo, por ejemplo cuidado de una madre a los niños de la otra cuando sale a trabajar, etc.

Los barrios ST y M se encuentran cerca del centro comercial e institucional de la ciudad y el país. A pesar de ciertos efectos ventajosos de tal ubicación, ya que facilita el acercamiento a algunos servicios e instituciones y cuenta con buen acceso a los medios de transporte, la misma estructura urbana favorece el aislamiento social. La distribución de la población carenciada está fragmentada ya que, por ejemplo, entre dos casas tomadas puede haber varias que no lo son, instituciones o negocios de por medio. Por lo tanto un vecino desconoce que otro vive situaciones similares a las de él, incluso puede ocultarlo.

Esto afecta la construcción de una identidad barrial homogénea.

Por la crisis social y el crecimiento de la desocupación se producen trastornos en los vínculos del núcleo familiar. El varón que ocupaba un lugar productivo, y por tal jerarquizado en la familia, al perder el trabajo pierde espacio, empieza a ser descalificado y se va transformando en depositario de lo negativo, o al menos esa empieza a ser su autoimagen sostenida por los valoress culturales vigentes. Fransisco Morales Calatayud (27), desarrolla tres niveles de Factores de Riesgo, correspondiendo el mencionado a los ubicables en la dimensión macrosocial. El tradicional Jefe de la familia pierde progresivamente su autoestima y se deprime, lo que muchas veces lo conduca a un círculo vicioso de refugio en el alcohol, la droga (con la posibilidad de contraer SIDA), la violencia familiar y la imposibilidad de búscar salidas alternativas, quedando como único sostén viable la mujer con lo cual sus tareas se recargan.

Es común encontrar niños pequeños que permanecen la mayor parte del día totalmente solos (niñez abandonada), sin adulto que los contengan y protejan.

Debido a la pequeñez de sus viviendas y al hacinamiento habitacional, permanecen en la calle y conviven permanentemente con peligros. En muchos casos estos niños van addquiriendo alta carga de agresividad.

Junto a familias con prole numerosas, muchas de ellas encabezadas sólo por mujeres, conviven grupos de migrantes de países limítrofes. Sea por la ilegalidad de su situación, o por la precariedad de los medios y condiciones de vida, unos y otros se encuentran frecuentemente indocumentados. Es sabido que esta situación, sumada a las barreras sociales, económicas y culturales que afronta este tipo de población, se erige como un impedimento más para acceder a los servicios y sistemas de ayuda. El ejercicio de los derechos ciudadanos, y aún de los derechos personalísimos, se ve obstculizado. Los menores, las mujeres, los ancianos y los enfermos, en particular, sufren su condición de mayor vulnerabilidad y dependencia.

Estos barrios tienen una alta tasa de natalidad. El Area Pogramática (AP) del Hospital cabecera se destaca por tener alta tasa de mortalidad infantil, siendo preocupante la situación en las dos C.E (circunscripciones electorales) que, incluídas en el AP son las que corresponden a los barrios presentados (29,3/l000 y 23,7/l000, en relación con l6/l000, que es la media de la Ciudad. También se destaca que la zona sur de Capital Federal, tiene una tasa de morbilidad por TBC de l6,l3/l00.000 habitantes, y mortalidad 5,8/l00.000. Ambas cifras considerablemente mayores que la zona centro y norte: l0,7 y l.8 de morbilidd y mortalidad para la zona centro y 6,5l y l,4 para la zona norte.

Con respecto al hacinamiento: l8,2% de los hogares de una de las CE vive en condiciones de hacinamiento grave y la otra de l6,5%.

Agregamos a esta descripción la síntesis de los problemas de salud y sociales que se visualizan desde el Centro de Salud.

Estos son: - Alcoholismo - Violencia Familiar (Maltrato infantil - abuso sexual) - Drogadicción - SIDA - Desocupación - Falta de Vivienda

Yuxtapuesto con estas características de la población y existen un cúmulo de realidades en estos barrios, confiriéndole una de sus características centrales que es la heterogeneidad.

Además de la ya mencionada presencia de un gran número de oficinas, negocios, comercios y lugares de atracción turística, es llamativa la concentración de instituciones culturales (con un perfil barrial o no) y de organizaciones de carácter social y/o político partidario. Tanto las de orientaciómn cultural, como estas últimas le confieren a los barrios una alta dinámica de interacciones que aún no llega a posibilitar la estructuacón sólida de redes sociales entre los vecinos y familias que les permitan a los más excluídos superar sus dificultades sociales.

El proceso de crecimiento del proyecto que sustenta el Centro de Salud, permitió un conocimiento valioso de este complejo entramado y habilitó su incorporación a la Red de Instituciones a la que luego me referiré muy brevemente.

Características Institucionales

Centro de Salud Se trata de un Centro de Salud polivalente (hasta fines de 1990 fué un Centro de Salud Mental), que por depender del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, brinda atención gratuita a la población con la que trabaja.

A diferencia de algunos otros cuenta con un Proyecto Institucional que asume a la institución como un primer nivel de atención y por lo tanto procura llevar adelante su trabajo en el marco de la Atención Primaria de Salud.

En función de ello otorga importancia al trabajo de promoción y prevención.

Con respecto a la asistencia en lineas generales su abordaje implica una modalidad diferencial con respecto a la ofrecida en efectores de mayor complejidad institucional.

No sólo procura dar respuesta a la demanda que espontáneamente se presenta a los servicios del Centro, sino que, además, asume una posición activa en relación con la realización de diversas actividades (relevamientos, seguimientos, talleres, etc.) por fuera del establecimiento.

Muchas de las tareas, casos o problemas en general que debe resolver, lo realiza en interacción con diversas disciplinas.

Los servicios que presta son: Pediatría, Clínica Médica, Ginecología, Obstetricia, Enfermería, Trabajo Social, Psicología, Psiquiatría, Psicopedagogía, Nutrición.

El personal es rentado, con distinta carga horaria y distintos régimenes de dependencia laboral. Cuenta con una importante cantidad de profesionales en el régimen de residencias (residentes de distintos años, jefes e Instructores) y personal estable de planta.

También forman parte del equipo el personal de administración, mantenimiento y maestranza.

En cuanto a insumos, existe alguna dotación restringida de medicamentos, leche en polvo y material (muy limitado) para Ginecología.

El grueso del trabajo se concentra por la mañana pero también hay actividades por la tarde.

Además de las actividades grupales y programadas como por ejemplo la de Procreación Responsable, Entrega de leche, Control de niño sano (Crecimiento y Desarrollo), el conjunto de profesinales está operacionalmente dividido en cuatro subgrupos que tienen asignado una parte del área total de trabajo sobre la que planifica sus actividades todo el Centro de Salud.

De esta manera la discusión de casos y estrategias de resolución (que pueden incluir conectarse con juzgados, escuelas, parroquias y/o comedores), la planificación, evaluación y redacción de informes, preparación de actividades colectivas, etc., se realizan en el marco de un trabajo conjunto entre profesionales de distintas disciplinas que tienen en común una población de referencia que reside (o trabaja) en un perímetro definido, y que además acuerdan las estrategias a encarar.

Si bien un detalle pormenorizado de la institución demandaría mayor extensión, lo dicho hasta aquí pretende transmitir la imagen de una institución que, a pesar de las limitaciones, cuenta con considerable cantidad de recurso humano y estructura de trabajo definida.

El sentido de esta presentación está dado para poner de relieve su diferenciación con las otras instituciones u organizaciones sociales de estos barrios que también encaran actividades con objetivos sociales, pero que no cuentan con un peso similar en recursos a los del Centro de Salud.

Organizaciones Comunitarias

Es preciso una mínima caracterización de algunas de estas organizaciones.

Como ya adelanté me referiré muy brevemente a una experiencia que estamos encarando.

Merced al conocimiento previo que las distintas instituciones de estos barrios viene llevando a cabo, y estimulados por la experiencia de otros barrios, decidimos encarar de modo mas sistemático y potenciador la relación entre las instituciones, convocando, además a otras con el objeto de mejorar las actividades que cada una de las instituciones realiza, y además encarar proyectos no posibles de concretar desde una sola. Además, las instituciones que nos fuimos acercando vislumbrábamos que este podía ser un canal válido como herramienta para la promoción de la participación e integración de la comumidad. Así nace la Red ST/M Así como estos barrios se caracterizan por su heterogeneidad interna, la paulatina incorporación de instituciones y organizaciones fué conformando un panorama bastante diverso, que planteaba, como punto en común, el objetivo de procurar una mayor calidad de vida a los vecinos y familias y la satisfacción de las necesidades sociales. En el proceso fuimos advirtiendo que también era necesario integrar a los otros vecinos que, sin plantear, como prioritario necesidades sociales, tienen objetivos hacia estos barrios, conciliables con los intereses de los primeros mediante un proceso de negociación, articulación y disolución de las representaciones sociales estigmatizantes de personas o instituciones vecinas.

Este proceso no está exento de conflictos que, justamente, procuraron ser la base de las reflexiones de este trabajo.

Si bien la heterogeneidad de las institucines participantes fue, como mencioné, una estrategia buscada, la misma implica desafíos y conflictos difíciles de resolver, para los cuales el aporte de la lógica política, y de los conceptos y herramientas concretas de la Psicología Social constituiría un apoyo fundamental.

En la Red ST/M se incorporan instituciones del Estado y de la Sociedad Civil, antiguas en estos barrios y recién llegadas, con importante cantidad de recursos y con muy escazos, de orientación progresista y no tanto, religiosas y laicas, etc. etc.

Buena parte de los conflictos deviene de una lucha ya no política, sino partidaria, larvada bajo la presentación de instituciones u organizaciones culturales, sociales o de otro tipo. Otro de los ejes de conflictos, como dijimos, está más bien relacionado con características de estilos comunicacionales y personales.

Las segundas, lo reiteramos, constituyen legítimas problemáticas de la Psicología Social.

Sin embargo el centro de interés del presente trabajo lo constituye la relación entre instituciones del Estado, en este caso municipal, y organizaciones comunitarias, en el escenario específico de un Proyecto que hoy en día encaran instituciones incluídas en la mencionada Red.

El mismo se refiere a un espacio de Juego para los niños de los sectores humildes.

Descripción de un Proyecto Concreto

Historia

En 1991, aún no diseñado institucionalmente el proyecto del centro de salud (y mucho antes de conformarse la Red ST/M), dos profesionales del mismo empezamos a participar de reuniones convocadas por un ONG con el objetivo de crear (y sostener) un proyecto social recreativo destinado a la niñez carenciada de estos barrios a la que visualizábamos en situación de riesgo.

Las instituciones que acompañaron y se comprometieron en esta iniciativa en aquel momento fueron: el S.E.R.P.A.J. (Servicio Paz y Justicia) que es un ONG dedicado a los Derechos Humanos; y tres instituciones municipales de nivel local: Una relativa a la atención y derivación de necesidades sociales, la segunda desde la órbita del planeamineto urbano-social, y la tercera, nuestro centro de salud.

El acuerdo al que se arribó fué el de la creación de un espacio recreativo para esta población con los objetivos de: - Facilitar los procesos de socialización infantil a través de la coordinación, estimulación y contención de un adulto, - El mejor conocimiento, detección y seguimiento de los posibles problemas de los niños y/o sus familias, y - Facilitar un acercamiento mayor de las instituciones hacia las familias y de éstas entre sí.

Por su fuerte impronta lúdica le pusimos el nombre extravagante, pero no exclusivo, de Juegoteca. Estos emprendimientos (o similares) también se los conoce como Ludotecas. Existe, de hecho, una asociación internacional y nacional de ludotecas, así como una asociación internacional por el derecho al juego.

Creo muy importante destacar que, desde el principio, todos quienes diseñamos y participamos en el sostenimiento de la Juegoteca, postulamos como principio y propósito procurar que este proyecto fuera asumido, apropiado y sostenido fundamentalmente por la propia comunidad (padres, madres, vecinos). Para el cumplimiento de dicha meta reconocíamos la necesidad de atravesar un largo proceso de delegación que inevitablemente pasaría por la efectiva instalación en el barrio, la paulatina confianza y conocimiento de parte de la comunidad, una seguramente lenta concientización acerca de la importancia del juego, un mínimo de capacidad organizativa y, en general disponibilidad temporal y material.

Es decir teníamos relativamente conciencia de las dificultades que plantearía no sólo el sostenimiento en sí del proyecto, sino el propósito recién aludido. Sin embargo, aunque tal vez no totalmente teorizado por todos los profesionales que participábamos, teníamos en claro el significado substancial que implicaba la apropiación por parte de la comunidad del proyecto ofrecido. Constituiría un espacio efectivo de la posibilidad de participación en un grado máximo posible.

Todavía no sabíamos las formas que debería adquirir dicho proceso de delegación ni los canales y herramientas organizativas que se precisarían.

Cuando tal nivel de autonomía se concretara el rol de las instituciones y profesionales promotores debería ser el de acompañamiento, asesoramiento y apoyo en ciertas gestiones.

Reconocíamos en parte una dificultad de origen para el logro de la delegación: El proyecto no había nacido de los vecinos, sino de las instituciones.

Sin embargo pensábamos que el estilo abierto y flexible de la gestión y la continuidad del proyecto podría sortear la dificultad.

Un análisis actual podría evaluar que, en buena medida, estábamos en lo cierto. Las dificultades que aún no se pudieron superar están relacionadas con otros aspectos, parte de los cuales presento en este trabajo. Más adelante volveré sobre este punto.

Me propongo, ahora continuar brevemente con un relato histórico que al mismo tiempo pueda transmitir cierta imagen acerca de qué se trata empíricamente la Juegoteca.

De acuerdo a la evaluación del tipo de necesidades recreativas de los niños a quienes fundamentalmente estuvo y está dirigido el proyecto, la primeras modalidades tuvieron una fuerte orientación hacia el juego libre. Las familias de estos niños viven, como dijimos, muy hacinados y las necesidades del juego no son fáciles de contemplar. Tampoco cuentan con juguetes ni adultos que puedan compartir, con ellos, esos momentos.

Es decir las primeras etapas se caracterizaron por juego libre, no pautado. Tampoco pusimos demasiado énfasis en la división por edades.

Fuimos cambiando la oferta horaria y el rango de edades. En algunos tiempos pudimos incorporar la merienda. Durante algunos años se pudo contar con otras ofertas institucionales que aportaban talleres específicos (plástica, inventos, periodismo, tapices, títeres, murga, análisis y producción de material audiovisual, etc.). Estas ofertas, ya sí pautadas de juego y aprendizaje (que nunca fueron simultáneas en un mismo período), se fueron pudiendo incorporar merced al acercamiento y acuerdo de pasantías de estudiantes de trabajo social, ciencias de la comunicación, o bien de programas dependientes de las Secretarías de Cultura o de Educación de la Municipalidad, también participó la Escuela Nacional de Recreación aportando pasantía de docentes. Contamos, en un período, con adolescentes que apoyaban tareas de recreación e incluso computación, que provenían de colegios de la colectividad judía en el marco de un acuerdo con una red de apoyo solidario de dicha comunidad.

Los contenidos, que circulan entre las actividades lúdicas, son por ejemplo relativos a los derechos de los niños, temas de salud, cuestiones ambientales, etc.

Lo interesante de este proceso es que (muy puntualmente en muchos casos, o mas permanentemente en otros) comenzaron a acercarse vecinos y/o organizaciones del barrio apoyando en algunas tareas específicas.

Uno de ellos permanece actualmente con una dedicación y compromiso admirable, sin retribución económica, sin rédito político partidario y con idoneidad. Esta persona sostiene casi individualmente, dentro del marco del proyecto pero en otro espacio físico, una escuelita de futbol desde el 1| de Julio de 1994. Por otra parte también se sucedieron cambios en las instituciones coordinadoras.

El acuerdo con la institución originalmente convocante (el organismo de derechos humanos mencionado) finalizó a comienzos de 1993, trayendo consigo la necesidad de contar con otro espacio físico del que este aportaba. Esto ocasionó la primera suspensión prolongada hasta conseguirlo dentro de la zona de estos barrios. Una vez resuelto temporalmente continuamos las tres instituciones municipales.

Al finalizar 1996, y coincidentemente con una nueva necesidad de traslado, se alejan dos instituciones municipales (curiosamente la Juegoteca sufre la misma situación de carencia edilicia que las familias cuyos niños concurren al espacio).

Junto con el representante por el Centro de Salud, en ese momento queda un nuevo organismo barrial, recientemente formado, y creado justamente a los efectos de apoyar proyectos hacia la niñez. El mismo colaboró para procurar otro espacio físico conseguido recién en Septiembre de 1997 en el acotado espacio de un aula de escuela durante una hora semanal y otra hora en el mismo Centro de Salud. (Más adelante me referiré a este organismo y las razones de su creación).

Durante 1996 y parte de 1997 la Juegoteca vivió un progresivo desgaste y empobrecimiento porque, por el lado de las instituciones de la municipalidad, se comenzó a contar cada vez con menos recurso humano destinado a este proyecto, y, de las organizaciones de la comunidad, si bien se venían acercando, este proceso era aún incipiente.

Si la relación entre instituciones del Estado y de la comunidad en proyectos como este se postularían idealmente en términos de equilibrio, en aquel momento la balanza hubiera indicado un retiro prematuro de las instituciones del Estado.

Significación del proyecto en términos psicosociales

En términos de la APS, el criterio que orienta el proyecto es preventivo y promocional (sin desconocer la necesidad de la asistencia y, por lo tanto, derivación oportuna) y por esa razón (sumada a la limitación de recursos) este proyecto estuvo y está dirigido más a las familias en riesgo y sus hijos que directamente a los niños de y en la calle, cuya complejidad exedía nuestras posibilidades. Justamente el sentido preventivo del proyecto estaría dado en sumar los esfuerzos tendientes a evitar que estos niños pasen a ser chicos de o en la calle.

El problema de la vivienda (junto con otras necesidades sociales) de la población de estos barrios es, como dijimos, la característica diferencial básica de esta comunidad, y es uno de los obstáculos en contra de la intención aludida de promover la constitución de las familias y vecinos como sujetos activos y responsables en relación con las decisiones y sostenimiento del Proyecto.

El hacinamiento en casas tomadas, hoteles e inquilinatos, tienden a confinar a los niños dentro de habitaciones muy reducidas sin un adulto que los cuide, o afuera (en la calle) esperando que alguno de los padres regrese del trabajo o de buscar empleo.

En el contexto social presentado este proyecto resulte, tal vez, muy limitado. Sin embargo, a lo largo de estos años, hemos comprobado la inserción del mismo en la comunidad a través de la permanencia (aunque con vaivenes) de los chicos y su familia, y del reconocimiento del barrio y de sus instituciones.

Cuando comenzamos el proyecto no sabíamos cuanto tiempo duraría. Creemos que la permanencia del proyecto, a pesar de los altibajos, se debió a: La convicción y esfuerzo de sus responsables, a la presencia (no sistemática) de vecinos, padres y voluntarios, y - fundamentalmente - a que, desde su inicio, este fué un proyecto de articulación entre instituciones. Estábamos haciendo nuestros primeros pasos en lo que hoy llamamos "Redes" y, justamente, esto fué lo que le dió, hasta ahora, sustentabilidad.

Además de las dificultades propias de los procesos participativos (algunas ya mencionadas), y que son más o menos conocidas por quienes realizan trabajos comunitarios, existen otras particulares. Era necesario trabajar con las familias la idea de que el juego no es sólo un entretenimiento y una actividad que mantiente ocupados a los niños. En principio, el hecho de jugar no es patrimonio exclusivo de los niños y una zona vedada para adultos. Por otra parte constituye uno de los derechos reconocidos internacionalmente para la niñez. Y, fundamentalmente, el juego (pautado o no, individual o colectivo) es un importante factor formador de la personalidad. Desarrollar este último aspecto sería muy extenso para este espacio, pero es materia muy conocida para nuestra disciplina y otras como la psicopedagogía, por ejemplo.

Volviendo al tema de la participación, la no clara conciencia acerca del valor del juego en sí, se sumaba a los obstáculos para lograr mayores niveles de compromiso, ya que el juego no siempre es visto como una necesidad.

El problema de la vivienda también conspira contra la posibilidad de participación. Por un lado los permanentes desalojos generan una constante migración en parte de la población con la que trabajamos, es decir tienen que irse del barrio. Más allá de que quieran o no participar, ya no es posible contar con las familias que emigran para formar, por ejemplo, un grupo de madres, mas o menos permanente.

Por otro lado, como ya dije, la distribución geográfica de las familias en las casas tomadas y en los hoteles no se dá en un sector específico del barrio sino que se encuentra diseminada en un contexto hiperurbanizado. Insisto en que esto dificulta el encuentro entre familias y vecinos que atraviesan similares situaciones. Por lo tanto el reconocimiento, la identidad, y la formación de redes sociales requiere un esfuerzo extra.

Una de las formas que contemplamos para generar un canal de participación fué la creación de una Asocición Civil. La misma nos permitiría, además, un margen de maniobra ante los cambios de orientación y de asignación de recursos por parte de las instituciones municipales, como de hecho tuvimos que sortear durante estos años. También podría constituirse en un canal legítimo y expeditivo de recepción de recursos donados que podríamos gestionar.

Es así que finalmente pudimos obtener la personería jurídica para funcionar como una Asociación Civil. Podemos considerar que este logro consituyó otra importante estrategia de sustentabilidad. La incorporaación de este nuevo ONG en la Red ST/M es otra.

Situación actual

En el proceso de conocimiento paulatino que se empezó a gestar en el marco de la Red ST/M, fuimos conociendo otras instituciones con interés en promover el trabajo social en la niñez.

Además del centro de salud y la Asociación ya referida, una escuela de funcionamiento a contraturno, dependiente de la Secretaría de Salud, pero de la Dirección de Educación no Formal (ENF) propuso su integración al proyecto.

ENF capacita a la comunidad en cuestiones diversas y para distintos grupos etáreos. Así dá cursos para oficios, artísticos (plástica, música, baile, etc.).

También valoró el espacio una organización social de vivienda con una importante capacidad de movilización, aunque por el momento no participa activamente hasta tener posibilidad de destinar recursos a este proyecto y tener aclarado algunas cuestiones de acuerdos básicos.

Una Centro comunitario con identificación partidaria ofrece el espacio y recurso humano voluntario, incorporándose efectivamente al Proyecto.

Actualmente, entonces, la Juegoteca está funcionando en el local preestado por esta organización.

En esta etapa, que por la cantidad e importancia de los cambios sucedidos es casi una refundación de la Juegoteca, la involucración de las instituciones del Estado mucho mayor.

En realidad el tema de discusión es hasta que punto su protagonismo inhibe o no la inclusión de las instituciones de la comunidad.

La respuesta no es fácil. Por un lado están todas las consideraciones realizadas en la primer parte de este trabajo relativas a los efectos paternalistas de instituciones del Estado que por su estructura y/o capacidad de gestión en un momento o proyecto dado, tienden a desmovilizar los reflejos organizativos de la comunidad. Por otro lado también es cierto que, además de postular las responsabilidades del Estado, las organizaciones pueden no estar en condiciones de satisfacer necesidades sociales que requieren algún tipo de satisfacción oportuna.

Reflexiones sobre la participación en el contexto descripto

Tal vez resulte exagerado el nivel de planteo general expuesto al comienzo de este trabajo en contraste con la limitada experiencia presentada.

El análisis de proyectos de caracter localista puede inducir seguramente a sesgos o errores de apreciación. Es posible la adjudicación de causas explicativas o realización de interpretaciones desacertadas.

Pero también es cierto que posibilitan la visión en profundidad de microprocesos que pueden pasar de otro modo inadvertidos.

Constituyen escenarios en los que, de una u otra manera, se materializarían tendencias más generales.

Ante todo, si bien la experiencia presentada no implica hallazgos novedosísismos en materia de trabajo comunitario, no deja de tener ciertas características originales.

Es por eso que instancias como éstas promueven a la reflexión, que, de otro modo, siempre se dejan para más adelante, corridos por las urgencias de diverso tipo.

En tanto práctica relativamente novedosa considero interesante los planteos de Kliksberg, Bernardo22: "Se plantean agudos requerimientos de cambios en la estrategia organizacional-tradicional a partir de la adopción cada vez más generalizada de la idea de autosustentación...Si no hay autosustentación las soluciones serán por tiempo limitado...Cualquier programa social que no desarrolle las capacidades de autosustentación del programa una vez que haya dejado de funcionar la cooperación, hayan migrado los expertos, hayan cambiado las personas, tiene vida en definitiva transitoria y no tiene un impacto de fondo, no cambia aspectos profundos." El autor sugiere, "entrenar a la comunidad, para mejorar sus capacidades de negociación con las burocracias, tanto las de fuera del Estado como las de adentro del Estado".

Es interesante el punto de vista de Castel, Robert23 a los fines de contemplar la tensión entre ambos polos de la cuestón: Estado-Sociedad Civil: "Creo personalmente -se podría discutir- que las protecciones estatales son esenciales. Son ellas las que en Europa lograron superar graves fracturas...La protección estatal restableció una mínima e insuficiente solidaridad entre los diferentes componentes del cuerpo social, y la cobertura de numerosos riesgos sociales.

Pero +se puede concebir la intervención del estado sin un poder centralizado -particularmente sin una 'burocracia de lo social' como a veces se dice- y una burocracia que corre el riesgo de someter a sus beneficiarios evitando su participación activa?...

...Muchos trabajadores sociales formados a la manera clásica tuvieron bastantes dificultades para plegarse a estas nuevas prácticas llamadas "asociativas" o transversales, que exigen trabajar con diferentes compañeros, institucionales y no institucionales, sobre el terreno, perdiendo el rol de líder (leadership).

Se podría, sin duda, hacer el análisis inverso para las prácticas cercanas al self-help (autoayuda), más inmediatamente conectadas con las necesidades de las poblaciones, pero que corren el riesgo de ser sumergidas por los problemas locales, con las dificultades de coordinarse y de hacerse reconocer." Castel plantea los siguientes interrogantes: "+Se puede al mismo tiempo luchar por el mantenimiento de las protecciones garantizadas por los servicios públicos e inventar iniciativas que puedan prescindir de ellas? +Cómo articular la participación de los beneficiarios con el respeto de las obligaciones formales de las regulaciones estatales?" A modo de un planteamiento de lineas de acción posibles cito al Lic. Fontán, Marcelino:24 "Gran parte del futuro de las experiencias participativas dependerá de los esfuerzos que estos núcleos iniciales de origen externo a las comunidades realicen hoy para mantener bajo control sus propias inclinaciones paternalistas y asistencialistas. (Dependerá) De la lucha consigo mismos para democratizar la información y el conocimiento, que es ceder poder, y para desarrollar mecanismos fluídos de articulación con la comunidad." Agrego: Dependerá también de nuestro compromiso y de nuestra creatividad como psicólogos de la salud y psicólogos sociales para generar nuevos y genuinos aportes.

Una última propuesta: A continuar la lucha.

Lic. Eduardo Tissera M.N. N| 12.366

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27) Fransisco Morales Calatayud, en "La psicología y los servicios de Salud", Oficina de publicaciones de la Facultad de Psicología-UBA-.1997.

NOTAS

1. (Declaración de Alma-Ata. OMS. Año 1978. Artículo VI).

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8. Angel Flisfisch, "Algunos problemas conceptuales en el análisis de la participación". E/CEPAL/ILPES/R.20, p. 3.

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11. McNeef, Alfred et al. "Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro". Material Editado por CEPAUR. Chile. 1986.

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13. María Teresa Sirvent. Nota de apuntes. 2.

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22. Kliksberg, Bernardo. En "Gerencia Social: Dilemas gerenciales y experiencias innovativas" (mimeografiado).

23. Castel, Robert. Cap. 7: "+Qué significa estar protegidos?". En "Redes. El lenguaje de los vínculos. Hacia la reconstrucción y el fortalecimiento de la sociedad civil". Dabas, Elina y Najmanovich, Denise (compiladoras). Ed. Paidós. Buenos Aires. Argentina. 1995.

24. Lic. Fontán, Marcelino.Texto mimeografiado.

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