V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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APLICACIÓN DEL MÉTODO DEL HIJO PREVIO A LA POBLACIÓN DEL DEPARTAMENTO RÍO SENGUERR DE LA PROVINCIA DEL CHUBUT.

Benito Roberto Narvaja

Como parte de la investigación correspondiente al tema de la morbi-mortalidad, y de los posibles diferenciales por grupo étnico, se está aplicando en los centros de salud del Departamento de Río Senguerr la encuesta demográfica mediante el método del hijo previo, dentro del marco de una investigación más amplia llevada a cabo por un equipo interdisciplinario, del proyecto UBACYT FI 123/94, dirigido por la Lic. Luisa Pinotti denominado "Estudio socio-demográfico, biológico y cultural de población rural", El mismo hace hincapié en los aspectos más relevantes que inciden en la reproducción biológica, social y cultural de la población rural del Departamento, ubicada y caracterizada en el contexto regional, prestando atención privilegiada al sector de la población de origen indiígena, tratando de establecer si la misma observa algunos diferenciales significativos en su proceso de reproducción respecto a la no indígena.

Algunas consideraciones teóricas respecto del tema de la mortalidad

La referencia a proceso de salud - enfermedad (Torrado y otros, 1986), torna más claro desde los comienzos el marco teórico, pero vuelve mucho más complejo, aunque por supuesto mucho más rica la operacionalización, el análisis y la explicación. Hablar de salud - enfermedad significa señalar desde un comienzo el carácter histórico social del proceso, lo que vale decir que el mismo se manifestará en forma distinta según las épocas y los grupos sociales involucrados en el mismo. El tema, aislado del conjunto de la problemática demográfica, no es mayormente tratado por los autores, por lo que no podemos sino enunciar unas cuantas generalidades que, si bien son suficientes para sugerir algunas hipótesis que puedan guiar la investigación, no bastan, ni mucho menos para explicar el fenómeno. Lo anterior creemos que es causa, y a la vez consecuencia de la existencia de pocos estudios que aborden la temática, comparativamente respecto de la fecundidad o de las migraciones, probablemente por la ausencia de un interés marcado institucional en la misma, y que impulsen el avance de la producción teórica S

abemos con certeza que la mortalidad es diferencial respecto de ciertas variables biológicas como el sexo y la edad. Sabemos también que estas diferencias se expresan de un modo muy diferente según sean las circunstancias sociales y de lugar y tiempo de las que se trate, lo que equivale a decir que si señalamos esas diferencias sin explicar cuales son las variables independientes e intervinientes que operan en cada momento histórico para producir un determinado modelo de proceso de salud enfermedad, si bien aportamos a la descripción del fenómeno, poco es lo que explicamos, sobre todo si tenemos en cuenta que no siempre podemos considerar mecánicamente en un mismo sentido las relaciones entre las distintas variables del modelo con que intentamos explicar el proceso.

En ese sentido, un tema de permanente discusión es el rol que asignamos a lo biológico en el modelo. Alrededor de este punto giran los distintos marcos teóricos contrapuestos. Pensamos que están más cerca de coincidir con los intereses del conjunto de la humanidad, y no solo con los de los sectores hegemónicos, quienes adoptan puntos de vista que sitúan los procesos sociales y las relaciones sociales de causalidad en la base de la cuestión. Lo biológico en los seres humanos (no olvidemos que la epidemiología trata sobre conjuntos sociales, no sobre individuos) está históricamente determinado y nos señala el techo, vale decir, el punto máximo en que se expresa, en un momento determinado, el potencial de la especie.

Según distintos autores (Bourgeois-Pichat, Jean 1985) habría un límite biológico difícil de transponer con los actuales conocimientos científicos que estaría situado alrededor de los ciento veinte años. La distancia entre esta edad y la expectativa de vida promedio de una población sería el camino que resta por recorrer para que el potencial de Homo Sapiens se exprese en toda su magnitud. Esto no significa que sería posible alcanzar esa edad como expectativa de vida, ya que es de suponer que siempre habrá algunos individuos que, por una u otra causa, fallezcan mucho antes de alcanzar esas edades. La evidencia por ahora es que algunas regiones o algunos grupos sociales superan largamente los promedios nacionales más altos. Sirven como ejemplo los casos de los mormones de los EE.UU. o los habitantes de Alameda Cunty, en EE.UU. también, que registraban una esperanza de vida al nacer en 1986 de 88,9 y 92,4 años respectivamente, contra 71.5 años para el total del país en el mismo año.(Manton y otros. 1991) Las mayores esperanzas de vida serían la manifestación estadística de un proceso que tiene que ver fundamentalmente con los bienes sociales, patrones culturales y grupales de conducta incluidos, que desde la concepción, pasando por el proceso de crecimiento y desarrollo, entendido este proceso en el sentido más amplio que pueda dársele, van a dar como resultado que un individuo en particular alcance una edad determinada y que su grupo de pertenencia pueda ser definido en términos de una tasa de mortalidad o una esperanza de vida, que los identifiquen respecto de los otros sectores en que dividamos la población. En las sociedades estratificadas estos diferenciales expresan la magnitud en la apropiación de la salud, o de condiciones de vida distintas de los subordinados a que acceden los sectores hegemónicos.

Empleamos como sinónimos condiciones de salud y condiciones de vida, teniendo en cuenta que la definición de salud de la O.M.S. como el mayor grado de bienestar psico-físico posible, no permitiría diferenciarlos.

La mortalidad, o las condiciones de salud-enfermedad, o las condiciones de vida, son el resultado en primer lugar de un conjunto de determinantes sociales, principalmente las relaciones de producción y de apropiación, en cuya base se sitúan, históricamente determinados, los componentes materiales de la reproducción.

Debemos entonces necesariamente echar mano de los grandes modelos interpretativos de lo social para aplicarlos al caso preciso que nos ocupa. Como optamos por el materialismo histórico, ponemos atención en primer lugar en los aspectos teóricos generales referentes al modo de producción capitalista en abstracto y al tema de la reproducción ampliada dentro del mismo, y a lo que Marx denomina ley de población del modo de producción capitalista, que consiste en la creación de una superpoblación relativa como consecuencia del aumento sostenido del capital constante respecto del variable, que resultaría en un empleo relativamente menor de la fuerza de trabajo. De no compensarse esta disminución relativa por el aumento de la actividad ,y la ocupación, en términos absolutos, la superpoblación tiende a crecer. Debemos establecer además claramente que son las condiciones materiales de vida, dependientes de la posición de clase de los individuos en un momento dado del desarrollo del sistema capitalista y de las luchas de clases inherentes al mismo, las que van a influir sobre las condiciones de reproducción, y entre ellas sobre la salud -enfermedad.

A partir de aquí es necesario descubrir cuales son, en cada formación social dada, la forma en que estos determinantes (los del modo de producción) se expresan. Vale decir, cuales son los mediadores entre el nivel macro y el micro que tornen inteligible la cuestión.

Llegados a este punto es necesario señalar que las dificultades aumentan, ya que no son de ninguna manera idénticos los mediadores que actuarían en los diversos grupos, ya sean de edad, ocupacionales, étnicos, etc. Sería necesario encontrar las relaciones de causalidad específicas para cada grupo que se desagregara, sin perder la referencia al modelo general en que se sustenta la hipótesis. Es necesario entonces prestar especial atención a aspectos tales como la circulación, los ingresos tanto directos como indirectos, fundamentalmente lo referente a la política asistencial, en alimentos, servicios educativos, control sanitario, etc, el tema del desgaste de la fuerza de trabajo en relación a las distintas actividades del departamento, siendo aun de importancia para el tema de la mortalidad infantil la cuestión de las formas de "planificación" familiar, tanto institucional como de los particulares, o estrategias de reproducción o de supervivencia. Este tal vez sea un aspecto que escape a los límites de la investigación propuesta, sobre todo por la escasez de tiempo y las dificultades técnicas que tal investigación conllevaría, lo que de todos modos no invalida la relación estrecha entre la fecundidad y la mortalidad, sobre todo en la infancia, lo que torna ambas variables difíciles de separar.(Harris)

No debemos perder de vista tampoco la incidencia que, dentro del contexto estructural que los determina y contiene, tienen otros factores históricos, políticos, económicos y estratégicos. Por ejemplo los relacionados con las cuestiones de disputas fronterizas con la República de Chile, que tornó en un tiempo a la región en un punto privilegiado de atención para las Fuerzas Armadas, especialmente Ejército y Gendarmería. Esto pudo haber tenido alguna influencia en el tema que nos ocupa, sobre todo en lo referente a la existencia de infraestructura sanitaria. (El hospital de Alto Río Senguerr fue creado por Escalada, un caracterizado médico de Gendarmería) y vial. No parece menos importante las características económicas de la Provincia de Chubut. La misma es la tercera en orden de importancia del país por sus exportaciones y una de las más ricas en hidrocarburos, lo cual, regalías mediante, posibilita que las finanzas provinciales no estén en permanente crisis como en muchas otras provincias y se disponga de recursos para ser ocupados por el sector salud y asistencial, lo que debe influir fuertemente en las condiciones de vida de la población

Metodología

El método, originalmente, consiste en preguntar a las mujeres que concurren a dar a luz a algún centro asistencial sobre el hijo nacido inmediatamente anterior que pudieran haber tenido. Se pregunta simplemente si ese hijo aún vive o ha fallecido. Con esta simple pregunta es posible calcular con independencia de las fuentes secundarias, la mortalidad infantil correspondiente a un momento no muy lejano del registro. En poblaciones donde el período intergenésico se acerca a los treinta meses la división del número de madres con hijo previo fallecido por el número de madres con hijo previo, proporcionaría según Brass y Macrae, una estimación de la probabilidad de morir entre el nacimiento y una edad x, que según los autores sería de dos años, por cuanto habrían encontrado que esa edad sería equivalente al 0,8 por ciento del intervalo intergenésico medio.

La utilidad del método consiste en poder calcular aproximadamente la tasa de mortalidad infantil, para poder tener una aproximación sobre la calidad de los datos de las fuentes secundarias. Esto es de gran importancia en regiones rurales donde tradicionalmente el sub-registro puede ser grande.

Las ventajas de este procedimiento son varias, siendo la primera lo sencillo de la recolección de los datos y de los cálculos posteriores. En su versión original se trataba solo de aprovechar la información ya disponible en los centros de salud. Otra ventaja es que las entrevistas se realizan directamente en los centros de salud, donde concurren las mujeres a dar a luz, lo que permite aprovechar al máximo la infraestructura existente, lo que implica una gran economía. (Sabido es que una de las grandes limitantes para el trabajo de campo es económica, por lo que en general debemos contentarnos con la utilización de fuentes secundarias, que no siempre están hechas de acuerdo a las variables de interés o al marco teórico).

La inclusión en el cuestionario de preguntas adicionales sobre la fecha de nacimiento del hijo previo y la fecha de muerte, si el niño hubiera fallecido, permite el cálculo de la mortalidad infantil sin necesidad de establecer supuestos sobre la relación entre el tiempo de exposición al riesgo de morir y el intervalo intergenésico, permitiendo además la ubicación exacta de dicha estimación.

En el cuestionario se pueden incluir también algunas preguntas sobre residencia habitual, edad de la madre, fecundidad, nivel educativo, etc., que si bien tornan más complicado el cuestionario, no lo hacen en tal medida como para que las ventajas antes enunciadas se anulen, y dotan al instrumento de la posibilidad de relacionar algunas variables de interés.

La originalidad de nuestra implementación del método descripto consiste en incluir una pregunta sobre la adscripción étnica de la parturienta. El interés de tal pregunta es múltiple. Por un lado permite tener indicios fundados en los datos así obtenidos de posibles comportamientos diferenciales respecto de las variables tenidas en consideración, cosa que de otra manera es solo motivo de especulación teórica, o que a lo sumo es dable operacionalizar bajo el supuesto de que determinado territorio es ocupado en exclusividad, o casi, por integrantes de un grupo étnico particular. Permite al mismo tiempo tener indicios sobre el peso demográfico que el grupo que se considera indio (paisano en nuestro cuestionario) tiene en la región. Esto reviste a nuestro entender particular importancia, ya que esta variable no es relevada estadísticamente en nuestro país, siendo el Censo Indígena de 1965, muy cuestionado aún por las organizaciones de indios, el único instrumento con que a la fecha se cuenta. Al tomar las poblaciones indígenas estatus constitucional, ya no solo como destinatarios de las medidas cristianizadoras y aculturadoras de Poder Legislativo, sino como sujetos de derechos específicos, se torna de suma importancia no solo teórica, sino también practica, todo conocimiento que sobre tales sujetos se obtenga, particularmente aquel referido al tema de quiénes son. Permite además la implementación del método complementar la información de diversas fuentes (registros parroquiales, censos provinciales, informes de misioneros, antropólogos, agentes de salud y los mismos indios) para poder establecer la recomposición de las familias, que es otro aspecto complementario de nuestro proyecto.

El método reconoce algunas dificultades. Una es la cuestión de los nacimientos múltiples. Si los mismos son el producto del parto actual, como ese parto no es el objeto de la investigación lo mismo no reviste importancia. Tratándose del parto previo deberán tratarse a cada hijo nacido previo como un caso separado.

Otra dificultad es el sesgo que pudiera presentarse si fuera grande el número de mujeres que no concurren a un establecimiento asistencial público de los que realizan la encuesta, a dar a luz. Esto podría ocurrir por múltiples causas. Una sería que optaran por la atención privada. Como en el Departamento no existen instituciones privadas de atención de la salud, el número de los que optan por esta alternativa es necesariamente poco significativo, reduciéndose a los que pueden, y quieren, costear los gastos de traslado, permanencia y atención en, por ejemplo, Comodoro Rivadavia, distante 400 kilómetros del Departamento. También podría ocurrir que el parto se presentara complicado y fuera necesaria su atención en un centro público de mayor complejidad. Y por último, en algunos casos, mayormente entre los grupos sociales que más nos interesan, por cuestiones culturales o de oportunidad, los alumbramientos se producen en los domicilios de las parturientas. En estos casos es posible recuperar la información porque más temprano que tarde, deben recurrir a los servicios de salud por la inscripción, la atención y la asistencia del recién nacido y de la madre.

Un sesgo ineludible del método es que nunca se obtiene información sobre los hijos únicos ni sobre los últimos hijos. Sabido es que estos últimos suelen tener en promedio una mortalidad mayor que los anteriores, pero que en el caso de los únicos la mortalidad suele ser menor, por lo que ambos sesgos tienden a compensarse. Para las otras variables la perdida de información seria más importante.

La recolección de los datos comenzó en mayo de 1996 en los hospitales rurales de Río Mayo y de Alto Río Senguerr y en los puestos sanitarios de Ricardo Rojas, Aldea Beleiro y Lago Blanco. A la fecha hemos recuperado la información obtenida del Hospital de Río Mayo y de los puestos sanitarios. Una serie de dificultades, (no es la menor que la universidad no hizo efectivos los subsidios), nos ha impedido todavía hacernos con la información de Alto Río Senguerr, que esperamos rescatar a la brevedad.

Vale aclarar que este método requiere, para rendir todos sus frutos, de prolongarse en el tiempo por varios años, en proporción inversa, a nuestro entender, con el tamaño de la población bajo estudio, llegando algunos a proponer un registro permanente de la información.

Por lo anteriormente expuesto no podrá esperarse en esta etapa más que algunas consideraciones muy generales.

Una primera es que no ha significado ninguna dificultad para el personal de salud a cargo del formulario cumplimentar el mismo. En el caso del Hospital Rural de Río Mayo, la encargada de completar los datos utiliza la información así obtenida para simplificar la cumplimentación de los pedidos de informes periódicos, cosa que con la tradicional organización de la información le resultaba más dificultoso, por lo que es dable esperar la continuidad del trabajo, que de otra manera podría sufrir los efectos de la fatiga o de la incomprensión de la importancia del trabajo.

La pregunta sobre adscripción étnica consiste en preguntar sobre el carácter de paisana de la parturienta, lo que tampoco representó ninguna dificultad, pues en la región es compartido por todos que tal palabra hace referencia al carácter de indio de aquel al que se le aplica, sirviendo como explicación de la operacionalización de tal variable lo expresado al respecto en el desarrollo del marco teórico de la investigación.

Es necesario aclarar que entre los aspectos que debimos desarrollar del marco teórico, para definir variables teóricas y tornarlas luego operativas para utilizarlas en un instrumento de recolección de datos, ocupa un lugar destacado el tema de ¿Quienes son los indios hoy? Esta es una pregunta harto difícil de responder por razones de diversa índole. Una primera es la que podemos denominar el genocidio y el etnocidio estadístico de que son víctimas, que nos impide responder a la pregunta de cuántos son hoy los indios. Esto se debe a que la cuestión de la identidad no es habitualmente relevada por las oficinas de estadísticas de los países americanos porque no se considera que tal dato sea de tanto interés como para gastar en él el dinero que insumiría su obtención. Cuando la variable si es relevada las objeciones suelen recaer sobre la calidad de los datos.

Al problema cuantitativo antes señalado debemos agregar el problema conceptual de definir al indio. Diversos fueron los criterios empleados para encontrar indicadores de la variable en cuestión. Uno fue el de echar mano de indicadores biológicos, pretendiendo entonces definir al indio en términos raciales. El consabido proceso de miscigenación ocurrido en nuestros países, que nos torna a todos mestizos, hace que tal intento sea obsoleto. Aun así en los Estados Unidos los porcentajes de "sangre " india todavía juegan un rol importante para la definición jurídica del indio y aún entre nosotros, si bien no se los define así, se realizan investigaciones, algunas en las mismas localidades que nosotros trabajamos, bajo el supuesto de un posible "aislado genético" donde se darían frecuencias génicas y genotípicas propias de indígenas americanos. Sin embargo, por la reconstrucción de las genealogías que estamos realizando por un lado, y la observación simple de la llamatia frecuencia con que aparecen el fenotipo de ojos azules entre los pobladores del Chalía, nos habla de una miscigenación temprana con migrantes de origen italiano y galés, entre otros.

El criterio lingüístico es frecuentemente propuesto como un indicador correcto. Si observamos que en Paraguay el 80% de la población habla guaraní, mientras solo el 2,6% es considerada indígena, veremos la falta de adecuación entre los hablantes de la lengua y los indios. Podemos agregar también que muchas comunidades han ido perdiendo el idioma por no ser operativo para desempeñarse socialmente. Dentro de este grupo podríamos ubicar a la mayoría de los pobladores paisanos del territorio en estudio.

La cultura ha sido otro de los indicadores empleados para delimitar al indio. Se definiría la cultura indígena por oposición a la cultura occidental, con el agregado de contener elementos precolombinos. Pero los que se sienten indios en América, o son considerados tales, forman un grupo demasiado disímil que hacen que muchas veces sean más distintos entre si que lo que los separa a cada uno de ellos de los habitantes vecinos de sus territorios, lo que nos dificulta agruparlos en una misma categoría que responda al requerimiento de ser excluyente.

Algunos proponen entonces construir la categoría de acuerdo al problema a estudiar en cada momento. Tal sería el caso si nosotros identificáramos como indios a los residentes en las colonias indígenas del Departamento, con lo cual, como los resultados preliminares nos muestran, estaríamos sub-enumerando al grupo en cuestión. Otros desean definir quienes serán los que caigan dentro de la política indigenista y convierten entonces la variable en intervalar (es decir que la categoría indio estaría compuesta por quienes cayeran dentro del intervalo más pobre y con más dificultades para integrarse a la sociedad, medido esto según indicadores cuantitativos.) y los indios pasan a ser los peor equipados para competir en la sociedad.

Cuando se trata de construir un indicador operativo para identificar la población indígena en censos y encuestas, lo que se utilizada en los últimos censos de población de América Latina, ha sido: a) la lengua hablada, que ha sido utilizada como indicador en los censos de Bolivia, Honduras, México, Panamá y Perú. En el censo de 1990 de Ecuador, se utilizó la variante de preguntar por la lengua hablada más frecuentemente en el hogar. b) Autoidentificación o autopercepción sobre la pertenencia a un grupo o cumunidad indígena. Este tipo de indicador puede traer aparejado una subestimación de la población porque a la pregunta: "¿ Es Ud indígena?", los que responden lo hacen teniendo en cuenta, sobre todo en áreas urbanas la discriminación y los prejuicios de los que suelen ser objeto, por lo que tienden a dar respuestas negativas. Por otra parte en ciertas circunstancias pueden responder afirmativamente quienes sin considerarse indígenas, piensan que identificándose como tales pueden obtener algunos beneficios -asistencialismo, tierras, créditos-. Este criterio ha sido utilizado en Guatemala, Panamá, Brasil y Chile. C) Ubicación geográfica, criterio útil cuando la población se concentra en determinados territorios. Se utiliza a veces en forma mixta combinándola con la pregunta de autoadscripción o de lengua sólo en las áreas geográficas en que se presupone que existe este tipo de población como se ha hecho en Colombia, Paraguay y Venezuela.

La breve enumeración anterior nos indica que la disparidad de criterios empleados para enumerar la población indígena torna dificultoso sistematizar la información.

A la anterior dificultad debemos agregar la subestimaron que producen los criterios utilizados. Y el hecho de que al ir cambiando los criterios operativos se torna dificultoso el seguimiento en el tiempo de la variable y sus relaciones.

Respecto a la subenumeración de la población indígena en censos y encuestas, podemos decir que, a la subenumeración que es habitual en zonas rurales, que se calcula entre el 5 y el 10 por ciento, se debe agregar la que es producto de los criterios utilizados: a lo anteriormente explicado respecto de la pregunta sobre autoadscripción podemos agregar que la pregunta sobre la lengua trae aparejada una fuerte subestimación de la población joven que no habla ni se identifica con la lengua como los grupos mayores, al mismo tiempo que deja afuera a los grupos menores de 5 o 6 años, aunque esta ultima causa de subenumeración puede ser subsanada mediante estimaciones indirectas sobre el porcentaje de individuos en esos grupos de edad en poblaciones parecidas a las que se está analizando.

¿Que significa en términos demográficos ser indígena?

Significa por ejemplo que un niño que nace indígena ve multiplicada sus probabilidades de morirse antes de alcanzar el año de vida, respecto de otro que no lo sea. Esto, que está demostrado para los países que figuran en el cuadro, es algo que debemos comprobar en la región que estudiamos, pues no necesariamente los resultados deberán ser los mismos, ya que pueden ser diferentes los determinantes que en este caso en particular operen sobre la población. es interesante no obstante señalar como antecedente que mediante la aplicación del mismo método, aunque sin el agregado de la pregunta sobre identidad étnica, realizada en el Hospital de Junín de los Andes, Neuquén, entre los años 1984 y 1995, se comprobó una sobremortalidad infantil de niños cuyas madres residían en medios rurales, donde residen la mayoría de los indígenas de la región. En la mencionada investigación las tasas para población urbana y rural fueron de 34,8 y 46,4 muertos cada mil nacidos vivos respectivamente. Se observó además en la mencionada investigación que las tasas resultantes del método eran significativamente superiores a las que surgen de las estadísticas vitales.

Para la correcta interpretación del cuadro siguiente debemos considerar que la mortalidad infantil para el total de la región cerca de 1990 se puede calcular aproximadamente en un 50 por mil, correspondiendo la taza mas falta a Haití, cerca del 100 por mil, y las más bajas a Cuba, Chile y Costa Rica, cercana a 15 por mil, siendo las tazas inferiores que se registran en el mundo del orden del 5 por mil, lo que nos aporta una clara idea de la desgracia que significa nacer indígena en un mundo tan inequitativo. TASA DE MORTALIDAD INFANTIL SEGÚN POBLACIÓN INDÍGENA Y NO INDÍGENA

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							Tasa de mortalidad infantil
País			Fuente		_________________________________________						Total		Indígenas		No indígenas
______________________________________________________________________

Bolivia Censo 76 153 168 107

Chile-IX Región Censo 82 48 59 Censo 99 20 45

Guatemala Censo 73 120 138 104 Censo 81 92 104 84

México Censo 80 35 55

Panamá Censo 80 60 120 31 Censo 90 31 80 23 ______________________________________________________________________

Nota: Las cifras significan la cantidad de niños que mueren antes de alcanzar el primer año de vida cada mil nacidos vivos.

Fuente: CELADE 1990. Extraído de Peyser y Chackiel 1994 Las dificultades teóricas antes planteadas se superan entendiendo que la categoría indio es una categoría supraétnica que hace referencia no a las características de los grupos que abarca, sino a la particular relación de estos con la sociedad global de la que los indios forman parte. El indio nace el 12 de octubre de 1492. Hasta ese entonces lo que existía era la rica diversidad de culturas antes señaladas. Luego de esa fecha lo que existe es el sometido, el colonizado, el indio que se define como tal solo dentro de la situación colonial de la que forma parte. La consolidación del régimen colonial va haciendo explícito el contenido de la categoría indio en la medida en que disloca el orden previo y va estructurando uno nuevo que se vértebra jerárquicamente y descansa en la explotación del sector recién inventado: el indio.

La diferencia cultural entre colonizador y colonizado se constituye entonces en un elemento estructural indispensable de la sociedad colonial. No tiene ninguna importancia lo diferentes que puedan ser entre si las culturas, lo que verdaderamente importa es que sean distintas del colonizador.

La categoría indio, compuesta entonces por todos aquellos que se consideran como tales y que son considerados así por el resto de la sociedad, "es una categoría analítica que nos permite situar al sector de la población así designado dentro del sistema social mayor del que forma parte: define al grupo sometido a una relación de dominio colonial y, en consecuencia, es una categoría capaz de dar cuenta de un proceso y no solo de una situación estática. Al comprender al indio como colonizado, lo aprehendemos como un fenómeno histórico, cuyo origen y contenido están determinados por la emergencia y continuidad de un orden colonial. En consecuencia la categoría indio implica necesariamente su opuesta: la de colonizador." (Bonfil Batalla 1992)

Variable: Categorías: Indicadores:

Participes de la Indios Considerarse y ser considerados situación colonial como tales por la sociedad.

Colonizadores No considerarse ni ser conside rados indios por la sociedad.

La superación de la contradicción a la que hacemos referencia, es decir la liberación del colonizado haría desaparecer la condición -y la categoría- de indio.

Por el contrario cuando hablamos de etnia como la variable que se refiere a las especificidades de los distintos pueblos definidos por sus rasgos socio-culturales propios, estamos en el campo de la descripción. De tal forma cuando hablamos de aymarás, tobas o mapuches nos estamos refiriendo a las características distintivas de cada uno de ellos.

"La identidad étnica, por supuesto, no es una condición puramente subjetiva sino el resultado de procesos históricos específicos que dotan al grupo de un pasado común y de una serie de formas de relación y códigos de comunicación que sirven de fundamento para la persistencia de su identidad étnica." (Bonfil Batalla, 1992)"

Área de Estudio: Departamento de Río Senguerr: caracterización geográfica Nuestra área de trabajo inicial comprende el departamento de Río Sengerr ubicado en el extremo sudoeste de la provincia de Chubut, dentro de las zonas cordillerana y de meseta, siendo esta última la que incluye la mayor parte de la superficie departamental.

La provincia de Chubut cuenta con una extensión de 224.686 km2 (8,1% del total del país, y tercera en superficie) ubicada entre los paralelos de 42 y 46 ° latitud sur, que delimitan una extensa frontera con Chile al oeste, el Océano Atlántico al este, y las provincias de Río Negro al norte, y Santa Cruz al sur. Se caracteriza por la permanencia a través del tiempo de los elementos estructurales de la organización del espacio, con fuerte incidencia de los factores físicos en la configuración espacial a raíz de la intensa valoración de dos recursos: los pastizales, destinados a la ganadería ovina con un uso intensivo y expoliador de los mismos y el subsuelo, fuente de substanciales recursos energéticos, explotado en fase meramente extractiva. Un tercer recurso sumamente valioso por lo escaso es el agua.

De las tres regiones ambientales que la conforman, el territorio involucrado en nuestro trabajo pertenece a la conocida como región central o de meseta. Esta constituye la zona más extensa, con un relieve tabular en el que aparecen sierras de dimensiones y alturas modestas. De clima extremadamente árido, con una evaporación muy activa, a causa de los fuertes vientos del oeste, que sólo permiten el desarrollo de una vegetación achaparrada y xerófila magra, capaz de sustentar a los ovinos que se constituye en principal actividad económica. Por el contrario, en el oeste cordillerano junto a los lagos, crece un bosque de coihué, lenga, ñire, role, raulí quindo y coníferas: alerce, ciprés y araucaria.

Infraestructura en salud del área en estudio:

Los centros urbanos más importantes son Alto Río Senguerr, la cabecera departamental, y Río Mayo, distante unos 100 kilómetros. Al año 1991 ninguna de estas localidades superaba los 2000 habitantes. En cada una de ellas funciona un Hospital Rural que cuenta con un médico estable (o dos, según las épocas y el presupuesto), un odontólogo estable en Río Mayo, no así en Alto Río Senguerr. Disponen de equipos de enfermeros, agentes sanitarios, cocineros, choferes de ambulancia, etc.

Los hospitales tienen internación, (funcionan en parte como asilo de ancianos), quirófano, consultorio odontológico, equipo de rayos x, ambulancias, etc. Cuando los casos a tratar revisten mayor complejidad o requieren prácticas más sofisticadas, los pacientes son derivados al hospital de Sarmiento, distante unos 200 kilómetros hacia el este, y, de ser necesario a Comodoro Rivadavia, a 400 kilómetros aproximadamente, cabecera de la Región Sanitaria Sur, de la que depende el departamento.

En la localidad de Facundo, situada dentro del departamento, los pacientes son atendidos, por una cuestión de proximidad, en el Hospital de Sarmiento.

De los 6.172 pobladores del Departamento, en 1991, 2.735, vale decir el 44,3 por ciento no tiene obra social ni plan médico o mutual. Por otra parte el 46,9 por ciento de los habitantes tiene obra social. Dentro de ese grupo, el 0,4 por ciento tienen solo plan médico o mutual (la medicina privada recién está tratando de imponerse entre los sectores de mayores ingresos); el 6,8 por ciento tiene ambos tipos de cobertura; siendo el resto ignorados.

Para el total de la Provincia los porcentajes son: 32,3 por ciento los que no tienen obra social; el 54,6 por ciento los que tienen obra social; y dentro de ese mismo grupo, el 1,5 por ciento, tiene un sólo plan médico y el 7,8 por ciento tiene ambas coberturas. Esto nos indica una cobertura de salud mediante obras sociales o planes médicos o mutuales sensíblemente inferior para el departamento, dato interesante si tenemos en cuenta que cerca del 50 por ciento de la población ocupada del departamento, lo está en el sector público, siendo solo el 25 por ciento aproximadamente la parte de la población ocupada del total de la provincia que lo está en el mismo sector.

El Hospital Rural de Alto Río Senguerr atiende las localidades de Aldea Apeleg, donde hay un agente sanitario residente (y una escuela), y la Colonia Indígena Tramaleo y Pastos Blancos, de población dispersa, que se identifica como indígena de origen tehuelche y mapuche, donde no hay agentes de salud residentes y la atención sanitaria y asistencial depende de la buena voluntad del director del Hospital. En la primera campaña, en 1995 observamos que el Director se ocupaba mucho de atender a la población indígena, y en la siguiente, en noviembre de 1996, el nuevo Director la situación había variado ostensiblemente.

El Hospital Rural de Río Mayo es centro de tres puestos sanitarios compuestos por consultorio médico, consultorio odontológico, camas para internación, habitaciones para médicos visitantes, etc., atendidos por un enfermero, que es quién está a cargo, un agente sanitario, un chofer de la ambulancia. Están comunicados por medio de una radio y un teléfono con el Hospital.

Los puestos sanitarios son: el de Ricardo Rojas, que atiende además a la Colonia Indígena de Pampa del Chalía, donde hay un puesto sanitario sin residentes; el de Aldea Beleiro, cerca de la frontera con Chile, donde hay un asentamiento de Gendarmería, y población dispersa en las estancias y en El Triana.

Estas dos localidades están, al igual que Río Mayo, sobre la ruta que une a Comodoro Rivadavia con Coyaique en Chile, y, según los vaivenes del tipo de cambio es muy transitada en uno u otro sentido, lo que trae aparejados mayor ocurrencia de accidentes de automotores. El puesto restante es el de Lago Blanco, en el extremo sudoeste del Departamento.

Resultados preliminares

Caracterización sociodemográfica

De acuerdo al Censo de 1991, el departamento tiene 6.172 habitantes, en una superficie de 22.335 Km2, lo que nos da una densidad de menos de 0,3 habitantes por Km2.

Respecto a la estructura de la población y en relación a los grandes grupos de edad, el porcentaje de población mayor de 60 años es de un 8,1%. El de la población menor de 15 años es de 37,0%, lo que nos sugiere una población relativamente vieja en la cúspide y relativamente joven en la base. Los mismos valores para el total de la Pcia. son 7,6 y 35,4% respectivamente, es decir ligeramente menos vieja en la cúspide y algo menos joven en la base.

En relación a la fecundidad, las medidas mas usuales para su estudio indican una tendencia descendiente, tal como puede observarse en los siguientes valores: Año 1980 Año 1991 % % Tasa Bruta de Natalidad 29,4 24,7 Tasa de Fecundidad General 119,6 96,9 ______________________________________________________________________ Fuente: Censo 1991.

Estas tendencias descendientes, se producen en todas las edades y son más acentuadas con el aumento de estas.

Respecto al patrón de nupcialidad la región está caracterizada por uniones precoces y con una alta incidencia de consensualidad. Por último, muestra un nivel intermedio de fecundidad en relación al total del país, con una incidencia intermedia de nacimientos extramatrimoniales (Torrado, 1993). Desde 1955, la tasa general de fecundidad, en la provincia es superior a cuatro hijos por mujer, superada solamente por las provincias del noroeste argentino, Neuquén y Corrientes (Pantelides, 1989).

Dentro de la estructura de la población de este departamento, el índice de dependencia potencial de la población de 0-14 años, y de más de 60 años, sobre el grupo de 15-59, es de 0,82 por ciento. La dependencia de mayores de 60 años es de 0,15, que nos habla de valores bastante elevados. Mas adelante observaremos como incide la cantidad de personas mayores en las tasas de mortalidad y la presión que ejercen sobre el sector salud y asistencial.

El 13,6 por ciento de la población mayor de 10 años en departamentos rurales de la provincia son analfabetos, contra un 4,5 por ciento del total, o un 3,2 por ciento de los departamentos no rurales que son: Biedma, Escalante, Futaleufu, Sarmiento y Rawson.

Respecto a la población económicamente activa, la desocupación, según el censo de 1991, es solo de un 2 por ciento, lo que nos hace entrar en sospecha sobre la fiabilidad o la interpretación que de este dato pueda hacerse. El análisis de la PEA, así como de la actividad económica del departamento, en el contexto provincial, deberá ser el marco en el cual se encuadre la problemática a estudiar.

Según el ranking de pobreza elaborado por el INDEC, con datos del censo de 1991, Río Senguerr ocupa el lugar número 332, con un 17,7 por ciento de población con necesidades básicas insatisfechas.

El índice de masculinidad de la provincia es de 103.0 varones por cada 100 mujeres, que lo constituye en el más alto a nivel nacional, siendo el promedio argentino 95,6 . Al interior de la Provincia los departamentos rurales exhiben un índice aun mayor , siendo el de Senguerr de 128,9. Al interior del departamento, radios censales como Pastos Blancos, Colonia Indígena Tramaleo y Pampa del Chalía tienen índices del 239, 208 y 160 varones por cada 100 mujeres respectivamente. Si observamos los gráficos de los índices de masculinidad por grupos quinquenales de edad del Dep de Río Senguerr surgen algunas consideraciones interesantes. En primer lugar el grupo de 0-4 es inferior a 100, lo que atribuimos al escaso número de nacimientos anuales (150 aproximadamente) que podría provocar algunas alteraciones en lo esperado, eso es que el índice sea superior a 100. En cuanto al conjunto de los departamentos rurales, vemos que al aumentar los casos de estudio, el índice se presenta superior a 100.

El comportamiento del mismo índice para los grupos 5-9 y 10-14, no muestra sino una tendencia ligeramente ascendente que lo sitúa en los niveles que consideraríamos normales. Pero a partir del último grupo etáreo el incremento es abrupto, siendo para el grupo 15-19, de 157,8 y para el 20-24, 196,7, pasando a 121,5, para el grupo 25-29, mostrando nuevo un comportamiento errático, aunque siempre dentro de valores altos y ascendentes hasta el grupo 60-64, lo que mas allá del número reducido de casos, parecería señalar alguna característica particular. Si observamos lo que ocurre con los residentes en el departamento y nativos de la provincia, vemos que si bien se suavizan algunas aristas, la tendencia continúa siendo la misma, aunque no contamos con los datos de lugar de nacimiento desagregados a nivel de departamento.

Respecto al conjunto de los departamentos rurales de la provincia, notamos que se repiten las características de Río Senguerr, esto es, que a partir del grupo de 15-19 comienza a incrementarse el índice, manteniéndose alto hasta edades muy avanzadas.

Los departamentos urbanos de la provincia, que concentran la mayor parte de la población, tienen un índice que va en ligero aumento hasta alcanzar los 112,5 varones cada 100 mujeres en el grupo de edad 55-59, para comenzar a partir de allí a descender sostenidamente.

Lo anterior puede deberse bien a la inmigración de varones como a la emigración de mujeres. Con toda seguridad ambas circunstancias operan para producir esos efectos, sobre todo en los departamentos limítrofes con Chile, como es Río Senguerr, donde la presencia de personal de las Fuerzas Armadas y de Seguridad podría tener alguna importancia numérica, pero siendo que también en los departamentos que no son asiento de unidades militares, hay un elevado índice de masculinidad, manteniéndose la tendencia tomando sólo los residentes nativos de la provincia. Esto nos induce a considerar que es importante el número de mujeres jóvenes que migran, por lo que debemos profundizar el análisis de las fuentes secundarias. Por lo tanto sería de interés ver al interior del grupo de edades 15-19 cuándo comienza a elevarse el índice, para poder afinar la hipótesis. Es importante además, comparar con los censos anteriores, para poder establecer el carácter temporal del fenómeno.

Con relativa independencia de la causa, podemos decir que los índices de masculinidad observados deben tener profundas implicancias demográficas y sociales. Tendrían suma importancia respecto a la reproducción de las etnías indígenas que se asientan en este territorio, ya que es probable que las mujeres que marchan a la las ciudades, no tengan hijos que en el futuro vayan a identificarse como indios ni a compartir la cultura de origen de sus progenitores. Otro efecto sería el "mercado matrimonial" particular que se constituiría, con todas sus implicancias. Sería de esperar, que la diferencia de edades entre cónyuges o unidos consensualmentente, que son la mayoría, fuera amplia. Como no se registran las uniones consencuales, una manera de poder confirmar la hipótesis sería ver las diferencias de edad entre progenitores que surjan de los certificados de nacimiento, dato por muy importante para la demografía ya que la nupcialidad interesa por los efectos sobre la natalidad. Esta cuestión de los "mercados matrimoniales" es de suma importancia por la cantidad de efectos en cascada que desencadenan, aspectos que esperamos desarrollar en el futuro.

Mortalidad general e infantil

La tasa de mortalidad infantil correspondiente a 1994, último año con datos publicados por la Dirección de Estadísticas de Salud, fue para el Departamento de un 6.6 por mil, dato que de por si dice poco, ya que corresponde a un solo fallecido neonatal sobre 152 nacidos vivos. Agrega algo al conocimiento el hecho de que la tasa cayó a esos valores, 13,3 por mil como promedio de los cinco años que van del '90 al '94, desde un 57,9 que es el promedio de los años que van del '76 al '80, habiéndose mantenido los nacimientos parecidos en números absolutos. No fue tan abrupta la caída de la mortalidad infantil para el total de la provincia, ya que tomando los mismos años para los promedios, las tasas son del 21,1 y del 47,3 respectivamente. En que medida tales datos son un reflejo fiel de la mortalidad infantil del departamento o un producto del aumento del sub-registro, trataremos de dilucidarlo en el curso de la investigación. Pensamos que de algo puede servir la implementación de la encuesta sobre hijo previo, de la que trataremos más adelante.

No fue igualmente abrupta la disminución de la tasa bruta de mortalidad, que pasó del 6 al 5,3 por mil en el Departamento entre los años '80 y '91 y del 6,7 al 5,3 para los mismos años en el total de la provincia. En que medida esta disminución menos abrupta se debe al probable envejecimiento de la población es algo que deberemos averiguar, valiéndonos a tal fin del método de tipificación para comparar la mortalidad general de dos momentos determinados.

En este marco pretendemos analizar las características de la mortalidad general e infantil y de la mortalidad por causas, en base, principalmente, a la información que proporcionan las estadísticas vitales.

No conocemos la existencia y magnitud del probable sub registro de defunciones, sobre todo para menores de un año. Estos estudios son normalmente dificultosos por la posible existencia de entierros sin certificación ni inscripción y porque en general los certificados de defunción son deficientes en la información que brindan sobre las causas de muerte y sobre algunas características sociodemográficas de los fallecidos que los mismos deberían consignar, como así también suelen adolecer de fallas en la certificación de la causa de muerte. Otro de los problemas es que cuando el certificado si releva la ocupación, hace referencia a la ocupación de la persona al momento de fallecer, no constando la historia ocupacional del mismo, lo que es particularmente notorio en personas de edad avanzada, que son generalmente inactivos, y pudieron haber desarrollado actividades riesgosas para la salud.

No obstante, la ocurrencia casi exclusivamente hospitalaria de las muertes de habitantes del departamento; y la posibilidad, dado el carácter público de las instituciones de salud, de acceder a las historias clínicas y a la consulta con los profesionales que atendieron a los fallecidos y/o extendieron los certificados, coadyuvarían a sanear las deficiencias habituales, por lo menos en lo referente a las causa de muerte, ya que otros datos son más difíciles de recuperar. Podemos recalcar además que, sobre un sector como el de los nacidos vivos y el de las defunciones durante el primer año de vida para el cual los datos, particularmente en los ámbitos rurales, suelen adolecer de importantes fallas en la integridad, la información que podríamos obtener estaría bastante libre de esa característica por el buen registro que observamos y por la posibilidad de mejorarlo mediante el trabajo con los agentes de salud de la Provincia que poseen un conocimiento pormenorizado de los eventos en cuestión.

Centraríamos nuestro interés en el análisis de probables diferenciales en relación con la mortalidad, según algunas variables, de las cuales nos interesa particurarmente la de identidad étnica, y de las causas de muerte que operan en cada caso.

Encuesta del hijo previo

Sobre los 69 partos registrados hasta el presente 37, es decir el 53.6 por ciento corresponden a no paisanos. Los partos de paisanas registrados son 30, el 43.5 por ciento, siendo los dos restantes de dudosa asignación, información que trataremos de recuperar en nuestra próxima visita al lugar. La importancia de los modestos resultados actuales del relevamiento radican en que hasta el presente no podíamos tener una aproximación más que impresionista de la magnitud de la presencia y permanencia indígena en el lugar, pudiendo ahora realizar suposiciones con algún asidero empírico.

Por lo que respecta a las otras variables no podemos aún establecer relaciones entre ellas, debido al escaso número de casos con que contamos. Si podemos decir que es similar el número de hijos que en promedio tienen las mujeres que concurren a dar a luz, siendo este de 4.37 hijos por paisana y de 4.24 por no paisana.

De quienes han sido identificadas como paisanas solo tres residían en alguna colonia indígena. Dos en El Chalía y una en Pastos Blancos. Esto significa que si utilizáramos para determinar el carácter de indio la residencia en una comunidad la sub-enumeración sería altísima.

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