V Congreso de Antropologia Social

La Plata - Argentina

Julio-Agosto 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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"Construcción profesional y legitimidad social en la odontología"

Marta V. Schapira *

* Notas metodológicas

Desde la perspectiva de "construcción social" y en una línea que incorpora los desarrollos específicos de Freidson (1994)y Larson (1977) para el estudio de las profesiones, se intenta avanzar por sobre la estrategia de investigación fenomenológica apuntando al análisis de los procesos complejos y conflictivos por los cuales las profesiones emergen, se desarrollarn, se consolidan y transforman, en este caso la odontología.

La delimitación de un campo de intervención exclusiva y las modalidades que esta práctica ha adoptado en el campo de la salud, ha encontrado definiciones y redefiniciones en un proceso histórico donde se articulan las formas de asociación institucionalizadas, las instancias formativas reconocidas por el Estado, la regulación de la práctica y el ordenamiento jurídico, en relación con la legitimidad social que se va alcanzando.

Rescato la importancia de las categorías de conflicto y poder que caracterizan a los trabajos de sociología de las profesiones de la década del '70, particularmente aquellos que enfatizan el carácter ideológico de las demandas profesionales, el monopolio de los privilegios, el ejercicio de la autoridad por parte de las instituciones profesionales que definen tanto la desviación como la conducta indeseable 1 y el poder que ciertas profesiones, en particular la médica, han capitalizado para controlar sobre su propio trabajo y establecer relaciones con el Estado. 2 En una línea similar resulta pertinente, el planteo de Larson, que desde una perspectiva histórica, analiza los procesos de creación de mercados y de obtención de legitimidad que encuentran concreción en un orden institucional y simbólico acompañados por la consolidación de cuerpos doctrinarios. Otras caracterizaciones sociológicas hacen hincapié en el carácter autoregulado de ciertas profesiones para adiestrar a nuevos miembros o admitirlos en la práctica, para implementar su especialidad según sus propios patrones sin interferencias externas y respaldadas por el Estado.

La autoregulación, la adquisición de una destreza técnica que produzca resultados demostrables y la posibilidad de ser transmitida, han sido históricamente considerados elementos centrales que definen a las llamadas profesiones "fuertes", como medicina y derecho.3 A partir de la década del '80, nuevas e importantes aproximaciones centran el análisis en las relaciones de los grupos profesionales con las élites políticas y económicas y con el Estado, incorporando también el papel de las corporaciones con el mercado.4 Para Marinho5 , pesan mucho más los aspectos politico-institucionales, el consenso social, la práctica y el desempeño profesional, en la definición de ser o no una profesión, que los criterios científicos o no científicos del conocimiento que se acredita. Es decir, que el poder de jurisdicción sobre la definición y el manejo de los problemas sociales e individuales sobrepasa ampliamente los límites de los saberes y destrezas confiables.

En otros términos, esto significa que en gran parte sería el modo de operar de las instituciones profesionales, en relación a dimensiones políticas, gremiales, científicas y académicas, el que interviene en la construcción de representaciones acerca del objeto de trabajo y en las formas de intervención. Construcción de carácter recursivo, ya que son estas representaciones las que a su vez orientan métodos, procedimientos de trabajo y normas con mayor o menor grado de proteccionismo para definir las relaciones con los colegas, con el objeto de trabajo y con otras jurisdicciones. Estas perspectivas estimulan la discusión de los procesos por los cuales las ocupaciones son profesionalizadas, lo que se vincula estrechamente al desarrollo del capitalismo en los siglos XIX y XX. Siguiendo a Friedson y a otros autores, puede sostenerse que la principal definición de una profesión ha pasado históricamente por la obtención de una autonomía legitimada y organizada, es decir por la obtención del derecho a controlar su propio trabajo, lo que significa el derecho exclusivo de determinar quienes pueden ejercer legitimamente su trabajo y cómo debe realizarse el mismo.

La educación formal superior sería un requisito para la obtención de autonomía y autocontrol, pero el conocimiento en sí mismo no otorgaría ningún poder especial sino que este puede alcanzarse cuando el conocimiento es exclusivo y además habilita para el ejercicio de una práctica, delimitando jurisdicciones profesionales garantizadas por el Estado. Esta delimitación se establece como resultado de un conjunto de relaciones de carácter político que pueden mantener, mejorar o desplazar la posición de la profesión en el mercado. De este modo, queda en segundo plano el papel de la competencia esotérica especial, la calidad del trabajo y los beneficios para la sociedad. Si bien históricamente, la creación de asociaciones profesionales fue clave para la definición de identidades corporativas y la reglamentación de la profesión ha delimitado el "territorio profesional" asegurando el monopolio de competencia de la práctica , esta afirmación merece ser contextualizada. Basta como ejemplo el hecho que tanto en Europa como en EEUU éstas no fueron condiciones ni necesarias ni suficientes para la obtención de legitimidad y reconocimiento social de la profesión médica, mas allá del estatuto de legalidad otorgado, ni mucho menos establecieron el monopolio del médico sobre el trabajo de la cura, por lo que los médicos de la universidad y de las corporaciones formaron una élite menor hasta las primeras décadas del presente siglo.

La medicina constituye un ejemplo paradigmático de autonomía y control, dado que está en condiciones de limitar la oferta de su propio trabajo y el de profesiones en cierto modo relacionadas con ella.

En el caso de la odontología, las definiciones ambiguas y conflictivas sobre la naturaleza del problema y de la práctica que interesa controlar, una escasa eficacia social alcanzada en tensión permanente con prácticas "irregulares" y con la medicina, relaciones ambivalentes y contradictorias con el Estado, han configurado a lo largo del siglo XIX y primeras décadas del XX, un campo en disputa por la jurisdiccón de un área particular.

La jurisdicción y sus límites ha enlazado a la profesión odontológica con una problemática construcción de su identidad, lo que se vincula a la división social del trabajo en el campo de la salud, a los intereses de las asociaciones gremiales, a las representaciones de los odontólogos sobre sí mismos, a los desarrollos internos de las profesiones ligadas a la cura, al peso de diversos actores, a las nuevas tecnologías, formas de organización y a la existencia, creación y respuesta de los mercados.

* Eficacia social y ejercicio profesional

Frente al débil peso de la respuesta social alcanzada, fueron las presiones de las primeras asociaciones gremiales, las que impulsan el proceso de profesionalización de la práctica odontológica, lo que se construye a partir de la disputa permanente por la exclusividad de un campo de intervención, con las denominadas "prácticas irregulares". A lo largo del siglo XIX y durante las rimeras décadas del XX, se intenta implementar un modelo asistencial incipiente integrado por médicos y religiosos, y ciertas estrategias de regulación y garantía, pero su efectiva puesta en marcha fue lenta y difícil. Puede señalarse que aunque las expectativas y demandas de la población respecto a los servicios de salud probablemente eran bajas, las posibilidades científicas y técnicas eran limitadas y prácticamente no existían grupos de presión alrededor de la atención médica, el conflicto más importante se dirime en el espacio del curanderismo, el cual carecía por sí mismo de poder de negociación.

Conformado por un grupo sumamente heterogéneo, a su interior incluía un conjunto de ocupaciones diversas sin que ninguna poseyera por sí misma una habilitación específica, lo que también incluye a los practicantes de la odontología. Sin embargo, para los médicos, esta competencia unificada, contribuyó a definir - por oposición - su propio campo.

En esta época los conocimientos y la terapeútica, no se diferenciaban demasiado en unos y otros. El reconocimiento social era obtenido especialmente por aquellos "prácticos" de mayor experiencia, situación que se veía reforzada en ciertas circunstancias por el Estado que particularmente en zonas del interior, en regiones poco pobladas y en zonas de frontera aceptaba las prácticas denominadas "irregulares" por quienes también eran llamados "inteligentes". 6 La prohibición del ejercicio no era reconocida ni internalizada por vastos sectores de la población a lo que se agrega la escasez de médicos y odontólogos diplomados quienes en lucha permanente por alcanzar la efectivización del ejercicio exclusivo, excluyen de la 'legalidad' tanto a barberos y sangradores como a dentistas extranjeros con reválidas sospechosas, a odontólogos con autorizaciones temporarias e incluso a los mecánicos dentistas. El objeto de la disputa estaba constituído por un amplio mercado potencial, que no podía recuperar para sí los beneficios de una supuesta eficacia terapeútica y que portaba un conjunto de representaciones y prácticas ligadas históricamente a las de los denominados "irregulares".

La determinación de atributos e incumbencias especificas de los odontólogos se conformó como resultado de una trama de relaciones conflictivas donde por un lado el clientelismo político y la centralidad del poder, expresado en el débil poder de ejecución otorgado a la conducción sanitaria ( Departamento Nacional de Higiene,1891 y Dirección de Salubridad Pública 1987), contribuyeron a que la demanda de regulación al Estado fuera permanente.

Por otro, el campo de intervención profesional se delimitó en el marco de una relación ambivalente, conflictiva y dependiente de la profesión médica ya reconocida socialmente, y a la vez en una pugna permanente con los odontólogos empíiricos (barberos, sangradores) nacionales y extranjeros que disputaban un mercado. La instancia que en principio otorgó reconocimiento formal a la práctica fue la Universidad, en tanto institución estatal acreditadora de saber, lo que no guarda relación directa con la legitimidad social alcanzada en la época. Esta escasa respuesta se corresponde en parte con la limitada eficacia diagnóstica y terapeútica alcanzada por la Clínica y la Terapútica, en desventaja con los avances del conocimiento de la Anatomía Patológica, Fisiología, Química y Física durante los siglos XVI al XVIII.

En consecuencia pocos caminos quedaban para los herederos de los "prácticos de exodoncia", que no fuera la búsqueda experimental de alternativas para resolver los problemas de salud bucal centrales referidos al desdentamiento. Se plantea de este modo una estrecha vinculación inicial entre exodoncia y prótesis y, su amplio desarrollo en el siglo XIX y gran parte del XX, constituyó un buen indicador del estado del conocimiento, del peso formidable de la definición inicial de una práctica y de la significación que pudo haber tenido la satisfacción de una demanda social, que resultaba redituable en aspectos económicos y de prestigio social.

* Gremialismo odontológico: protegidos y expulsados

Un reducido grupo de odontólogos autoconvocados constituye la base de la creación de la Sociedad Odontológica del Río de La Plata en 1896, primera asociación gremial y científica, antecedente de la Asociación Odontológica Argentina. El objetivo es discutir una resolución del Departamento Nacional de Higiene respecto al control de enfermedades infecciosas, que establecía disposiciones y normas ordenadoras del trabajo profesional, incluyendo también inspecciones periódicas a los consultorios particulares, por parte de médicos del Departamento Nacional de Higiene. Esta normativa, provoca una fuerte reacción entre los odontólogos porteños que rápidamente se congregan a fin de ofrecer un respaldo institucional a las negociaciones que se inician con la instancia oficial. De este modo se sientan las bases de la organización gremial odontológica , proponiendo entre sus objetivos ( Bases del Estatuto,1899) además del impulso a diversas actividades científicas, el sostenimiento de los derechos profesionales y la protección de sus miembros contra cualquier censura que a juicio de la Asociación fuera injusta. Del mismo modo se incluye el combate y la persecusión del ejercicio ilegal, la gestión ante autoridades públicas de medidas que beneficien a la profesión e incluso la protección pecuniaria.* Esta primera asociación, impulsada por quienes organizaran en 1892 el primer curso de Odontología en la Facultad de Medicina de Buenos Aires , intenta promover además el carácter científico de una práctica que hasta entonces era fundamentalmente empírica y limitada, lo que dio origen a un largo debate con la medicina, en el camino de su autonomía.

Este debate apuntaba dificultosamente a la definición de un campo propio donde la práctica médica, era considerada como un obstáculo ambiguo para el reconocimiento de la odontología por parte de la población, creando condiciones poco claras para el alcance de una jurisdicción propia.

Algunos desencuentros con la medicina se producen en el terreno de una de sus especialidades: la radiología, cuya incorporación a la atención "dental" en manos de médicos, es claramente denunciada como "invasión al campo ajeno". Otra evidencia del conflicto se pone de relieve cuando por Ley 2377, de 1988, al crearse los Cuerpos de Sanidad del Ejército y la Armada, los odontólogos fueron primeramente excluídos de la posibilidad de pertenecer a los Cuerpos de Sanidad del Ejército y la Armada, y cuando se los incorpora se los relega por largo tiempo a un segundo plano. Esto es sentido como un agravio y un impedimento para alcanzar la jerarquización que representaba el ingreso a Sanidad Militar.* En el marco de estas situaciones de disputa, toda actuación de la Sección Seguridad Personal de la División de Investigaciones frente a los "ilegales", es publicitada y festejada por la prensa odontológica, al tiempo que se recogen expresiones de satisfacción ante la creación de la Inspección de Odontología (hasta entonces en manos de médicos) por decreto del P.E. de 1923, propuesta del representante odontólogo al Consejo Consultivo del Departamento Nacional de Higiene. El eje de los reclamos apuntaba a fortalecer la pertenencia profesional, la identidad de intereses entre los legitimados y a participar en el propio control del ejercicio profesional, pugnando por obtener mayores posibilidades de poder.

Las precisiones y reformas del Código Penal de 1922 en sus Capítulo IV (Delitos contra la salud pública), XI (Denegación y retardo de Justicia) y III (Usurpación de autoridad, título u honores) restringe no sólo el campo sino las prácticas permitidas, acotando legalidades y penas y obligando a las mismas instituciones de policiales y de justicia a dar cumplimiento a las nuevas disposiciones. Tras cada avance obtenido en cuanto al reconocimiento y legitimación de la profesión, se abren nuevos flancos para los odontólogos, dado que la profesión médica mantiene poderes de legitimación, exclusión y control de ciertas prácticas más allá de que éstas cuenten con la acreditación profesional correspondiente. Valga como ejemplo , este irónico comentario "Los odontólogos que desean inscribirse en el Cuerpo Médico Escolar, deben presentar un certificado de buena salud, una comprobación de su título y un testimonio de buena conducta...todo ello certificado por un médico.7 La creación de un Comité ejecutivo ad-hoc "Pro-reglamentación de la Odontología y represión del ejercicio ilegal" en abril de 1924, responde a intereses del grupo gremialista más activo y tiene por objeto concentrar iniciativas a fin de quedar desvinculados claramente de reglamentaciones dictadas para los flebótomos a fines del siglo XIX (Ley 2829 y ensayos de reglamentación de 1892 y 1898) anteriores a la creación de las Escuelas de Odontología.8 Del mismo modo se pretende alcanzar la autorización para recetar medicamentos sin restricciones y sin depender de la firma autorizada de un médico.

La antigua división entre el exterior (barberos, peluqueros, sangradores, etc) y el interior del cuerpo (médicos) como límites definidores de territorios, continúa encontrando en la boca un punto de ambiguedad y entrecruzamientos de prácticas diversas.

En lo que hace a la defensa de intereses gremiales, los directivos de la AOA, son vistos como débiles por los integrantes de la Subcomisión de Etica y Ejercicio Ilegal y por un grupo importante de asociados, lo que muestra la heterogeneidad de esta institución, que ha centralizado su accionar en la difusión científica. Esta activa subcomisión, a partir de un proceso de consultas con miembros de la policía, funcionarios de la judicatura y miembros del Departamento Nacional de Higiene, elabora una propuesta para combatir el ejercicio ilegal de la profesión, que es aceptada por la Comisión Directiva de la entidad en mayo de 1929.

La propuesta intenta abrir la discusión sobre los lineamientos dentro de los cuales deberá desenvolverse la profesión y apunta a lograr una relamentación adecuada de la legislación existente, a pesar de ser considerada insuficiente. La intención es apuntalar todo proyecto que reglamente el ejercicio de las profesiones médicas y centralice las actividades sanitarias (Higiene y Asistencia Médica Públicas), tratando de movilizar la participación del conjunto de los odontólogos, dado que la acción gremial queda en manos de pequeños grupos.

Se propone la incorporación a la AOA de una Asesoría Legal que respalde y agilice las acciones policiales y jurídicas frente al ejercicio ilegal y se pone énfasis especial en recuperar y dotar de efectividad el cargo de Inspector de Odontología del Departamento Nacional de Higiene cuyo accionar desde 1923, había prácticamente quedado en una declaración de intenciones. Incluye además el establecimiento de relaciones permanentes con el Ministerio del Interior, elevándole un proyecto de ley y la solicitud de una mayor cooperación policial, para lo cual propone la descentralización de los mecanismos represivos colocándolos en las seccionales policiales.

En algunos documentos analizados, en nombre de la ética toman preeminencia los fines sobre los medios, al punto que la misma subcomisión explicita que "En general se trata de combatir a los falsos dentistas con sus mismas armas y utilizar todos los recursos sean jurídicos o de orden de influencia personal para el logro de lo propuesto..." "...referente a las pruebas, aconseja el abogado sean obtenidas por cualquier medio, y que sean todo lo fehacientes que pueden ser..."9 . La defensa y protección de la profesión se hace escuchar también en asambleas científicas, como lo expresa el Dr. Canzani en una conferencia de 1929, quien con un lenguaje ferviente y de barricada política exalta las "perfecciones" de la Escuela de Odontología de Buenos Aires. Canzani coloca al odontólogo dentro de la élite profesional y social del país y ataca violentamente a quienes atentarían contra el perfil del profesional que imagina . Sus enunciados son duros y en su crítica incluye al poder político "Hay, señores, dentro de nuestra profesión, un cáncer , que la roe y que es imperdonable que lo hayamos dejado desarrollar a tal extremo: me refiero al ejercicio ilegal" ..."Decir que el ejercicio ilegal de la profesión ha llegado ya a límites intolerables es repetir lo que todos los colegas conocen con minuciosa precisión; decir que ese ejercicio ilegal se efectúa a vista y paciencia de las autoridades, no es tampoco decir una novedad...." 10 En tono de fuerte reproche por la escasa participación, por la indiferencia y desidia de muchos, insta al conjunto de los odontólogos a incorporar su esfuerzo personal al trabajo de la Subcomisión de Etica a fin de alcanzar "la represión de la competencia deshonesta" . Pone como modelo a imitar la legislación italiana de la época, que reglamenta y limita las incumbencias del trabajo de los mecánicos y reprime el ejercicio ilegal con multas, confiscaciones de instrumental, clausura de locales y suspensiones de odontólogos que se constituyan en cómplices o excedan su propia jurisdicción.

La escasa respuesta obtenida hace suponer que, la mayor preocupación de los odontólogos a nivel individual, consistía en afianzarse económicamente a través de la profesión, delegando pasivamente en un pequeño grupo el compromiso de la actividad gremial. Desde el presente, algunos odontólogos entrevistados avalan este supuesto y reconocen que la modalidad de la práctica asistencial y las condiciones de su ejercicio pudieron haber contribuído en cierto modo para acentuar el aislamiento. Es posible, que la participación en actividades colectivas despertaran temor a la 'exposición' de formas de pensamiento y acción que esto supone.

El reducido grupo de gremialistas es conciente del esfuerzo colectivo necesario para construir y afianzar todo el complejo sistema de ordenamiento de la profesión y en ese sentido aunque se reconoce el espacio alcanzado en la Universidad, simultáneamente se denuncia el desinterés y el individualismo reinante entre los odontólogos cuando se trata de asumir responsabilidades como cuerpo, ejerciendo presiones sobre el Estado y reclamando un mayor espacio de poder en el campo sanitario.

"Como no se trata de puestos que dan gloria y dinero, sino trabajo, no seremos nosotros los que elijamos sus miembros, sino que esperamos que, voluntariamente, se ofrezcan a constituirlo..." 11 La preocupación central de la organización madre en primeras décadas del siglo, fue el mejoramiento de las "condiciones socioeconómicas del ejercicio profesional", la persecución del ejercicio ilegal y la vigilancia de toda legislación que pudiera afectar a la odontología. 12 Los odontólogos impulsaron activamente la jerarquización de la profesión, sin embargo, en numerosas publicaciones e incluso en la "Guía comercial de la Capital" se manifiesta la coexistencia de una variedad de "prácticos hábiles" en la exodoncia, a pesar de las reglamentaciones prohibitivas.

Desde la perspectiva de los odontólogos, la vigencia del "curanderismo" se explica, en la Capital, por el relativo aislamiento de los barrios de los primeros servicios públicos, de la clínica de la Escuela de Odontología y a la vez se adjudica como una de las causas, la propia debilidad y renuencia de los dentistas para defender sus derechos profesionales..

La Ley N° 1110 de la Provincia de Buenos Aires, dictada en 1877 (convertida en Ley Nac. en 1891), en vigencia, que reglamentaba el ejercicio de la medicina y demás ramos del arte de curar, es considerada anticuada e incompleta ya que incluía a los autorizados en carácter de temporarios, a los estudiantes y a personas consideradas "idóneas". 13 La demanda masiva a los curadores, se atribuye a una cuestión "cultural", ya que según la óptica de los odontólogos, la población privilegia el bajo costo a la "estética bucal", lo que parte del supuesto de la "incultura ciudadana". Este supuesto es reiteradamente esgrimido como 'factor explicativo', y este argumento fundamenta la necesidad de amparar a la población de los riesgos asociados a una elección "equivocada" de curadores. La protección a la propia autonomía profesional es lo que define centralmente las relaciones de los odontólogos con el Estado, dado que por un lado se apela a él tratando de erradicar prácticas alternativas, pero se presiona y se enfrenta al mismo cuando aparecen medidas desde instancias estatales (Departamento Nacional de Higiene) que intentan ejercer un control sobre las condiciones del ejercicio de la profesión. 14 Durante toda la década del '20 y principios del '30, tanto las asociaciones científicas y gremiales de Capital y del interior del país, aún con diferencias internas, convergen en la tarea de obtener una legislación definitiva para el ejercicio de la odontología, lo que incluye el reclamo de aranceles máximos a los poderes públicos.

Esta reglamentación, que encuentra una mayor definición en 1932, trata de delimitar estrictamente el campo del ejercicio exclusivo de la profesión a partir de la posesión del diploma correspondiente, expedido por Universidades Nacionales. Se habilita a los dentistas diplomados a dirigir establecimientos de asistencia odontológica públicos o privados, clínicas dentales escolares y servicio de odontología de los Hospitales, siempre que estas instituciones estuvieran autorizadas por el Consejo Nacional de Higiene (o provinciales). En distintos artículos coloca en lugar de legitimador a la institución mencionada que también debe controlar el ejercicio de la odontología por intermedio de la Inspección de Odontología.

Esta normativa desarrolla ampliamente lo relativo al ejercicio ilegal de la profesión y establece penalidades específicas tales como clausura de locales, intervención en domicilios sospechados y represión policial.

Simultáneamente, algunas medidas como la creación del "Cuerpo Odontológico Escolar del Consejo Nacional de Educación" y la Sección Odontológica del Departamento Nacional de Higiene, van consolidando la presencia de la odontología en el campo de la salud pública.

La intensa convocatoria a los odontólogos, aún desde una entidad más elitista como el Círculo Odontológico, denuncia el predominio de los intereses económicos y de prestigio social de sus asociados: "... recordemos aquello que 'no sólo de pan vive el hombre'; no solamente en el consultorio debe hacerse la obra de nuestro engrandecimiento; hay que vivir no sólo con epicureo; demos también vida al espíritu; somos combatidos y resistidos por la ignorancia del público en ciertas cosas, por los curanderos y por los malos colegas, y si todavía dejamos algo a nuestra propia indiferencia y , digamoslo de una vez a nuestro egoísmo, estará todavía muy lejano el día en que el especialista de boca, deje de ser considerado por legos y peritos como un vulgar sacamuelas" 15 En este fragmento se caracterizan varios problemas, por un lado se critica el accionar aislado e individual del profesional, dedicado fundamentalmente al logro de su propio bienestar e indiferente a las cuestiones colectivas inclusive las de su propio grupo. Por otro, se señala como importante la cuestión de la "cultura" del público, entendida como barrera a la cual hay que vencer. En esta lucha se incluye también a los "curanderos y malos colegas" que estrecharían el círculo de opositores.

Problemas relativos a la ética profesional aparecen expresados en diversas instancias: el Departamento Nacional de Higiene especifica que la inspección y el contralor del ejercicio profesional, junto a la profilaxis y la asistencia bucodental integran la deontología que constituye uno de los aspectos de control a su cargo.

A través de la Sección Odontológica de este Departamento, se intenta responder tanto a los intereses profesionales como a la Salud Pública , dando inicio a la campaña para la represión del ejercicio ilegal de la odontología, incluyendo el control casi policial sobre los consultorios particulares de quienes se decían odontólogos

* El intrusismo de los mecánicos

Nacidos del mismo tronco artesanal que los odontólogos diplomados, los mecánicos dentistas constituyen desde la primera década del siglo, un numeroso grupo de practicantes que son sistemáticamente descalificados por los profesionales, en tanto significan una severa competencia.

Se les adjudica fuertes falencias, desde la falta de asepsia hasta la incapacidad de tomar de decisiones terapeúticas, y su accionar es denunciado hasta por servicios que realizan prestaciones gratuitas a personas menesterosas, como el "Instituto de Odontología de la Sociedad de Beneficencia de la Capital" 16 En un proyecto de Ley de 1929, que reglamenta la profesión de dentista y su ejercicio en la Pcia. de Córdoba se establece "Los operarios a quienes el dentista confiare la parte mecánica de su prótesis (Mecánicos de Dentistas), no podrán en ningún caso prestar asistencia ni ejecutar maniobra alguna en los pacientes (art. 7°), agregando además que "Se considerará como ejercicio ilegal de la Odontología: a) al que, careciendo de diploma de dentista o de doctor en Odontología, original o revalidado en el país, se anuncie privada o públicamente con éste u otros títulos: Mecánico Dental, Labortorio Dental, Laboratorio de Prótesis Dental u otros títulos sinónimos o equivalentes o se anuncie de viva voz en la calles o plazas y utilice con el mismo fin intermediarios o recurra para ello al uso de placas, libretas, volantes, tarjetas o visos en diarios o revistas de cualquier índole; b) a los mecánicos de dentistas a que se refiere el artículo séptimo.17 Las asociaciones científicas tambien critican su práctica y la califican de "viciosa", sosteniendo que los mecánicos son "simples obreros manuales", encargados de trabajos materiales para prótesis y que deben realizar sus actividades bajo el control de un odontólogo. Se consideraba que no eran portadores del " arte de curar" sino de un "arte manual" , y a fin de la década del '20 se les prohíbe que en los anuncios públicos emplearan la palabra dentista, a fin de obturarles la captación de clientela.

En 1918, la reforma del Estatuto Universitario y especialmente la creación de las cátedras de Técnica de Prótesis y Clínica Protésica en la Escuela de Odontología hacen que el proyecto de creación de una "Escuela Oficial" para los mecánicos, no prospere. Unos años después la AOA intenta crear otra escuela bajo su dependencia, propuesta que fue enérgicamente rechazada por los dirigentes de la "Corporación de Protésicos Dentales" que estaban sumamente interesados en que dicha escuela fuera creada dentro del ámbito universitario, a fin de obtener mayor legitimidad.

La AOA da cuenta de la existencia de 400 mecánicos agremiados y como modo de contener esta oferta, controlando los alcances de su formación, sugiere que sea la Facultad, a través de sus odontólogos, quien tome a su cargo el perfeccionamiento de sus conocimientos y que sea ésta la que reglamente y circunscriba sus funciones.

El mecánico es definido como un operario manual, un tallerista, un obrero, auxiliar del odontólogo, que ejecuta su trabajo en el laboratorio sobre un modelo, siempre por indicación expresa del profesional. Le está prohibida toda intervención individual ante el paciente, en cualquier trabajo odontológico.

A nuestro criterio el mecánico fue el precursor de las primeras prácticas odontológicas ligadas a la confección de prótesis y como tal depositario histórico del conocimiento empírico reconocido por parte de la población. A mediados del siglo XIX son los mecánicos quienes producen avances en la práctica técnica, acordes a los conocimientos de la época (perfeccionamiento de dientes de porcelana, construcción de dentaduras de caucho vulcanizado, toma de impresiones dentales). De este modo contribuyeron a que la odontología se desprenda de la medicina, iniciando el camino de construcción de un campo específico, obteniendo creciente confianza por parte de la población.

En Europa las escuelas de odontología admiten a estos prácticos para facilitarles su trabajo y unificar su acción con el título de dentista. En nuestro país recién en 1937, el Consejo Superior Universitario aprueba la creación de un curso de "Mecánicos para dentistas", semejante a los "Auxiliaratos de Enseñanza" de Metalurgia, Física, Química y Mecánica aplicada, pero tuvo corta duración.

* Nuevo modelo científico y campo profesional

Con la creación de Escuelas y el impulso dado a la lucha contra el intrusismo, la práctica odontológica va construyendo dificultosamente un campo propio, donde en alguna medida la relación con la medicina operó como garantía de cientificidad.

En este sentido los modelos científicos vigentes también contribuyen a conformar un perfil que lentamente se va definiendo como "científico". La "teoría del foco" o "sepsis bucal" se abre paso a partir de 1920 y se avanza en la idea de la localización electiva de la infección en un órgano de menor resistencia, produciendo alteraciones patológicas.

Esta concepción dio origen a numerosos de trabajos en Francia, EEUU y Alemania, al punto de atribuir a la infección dentaria, una importancia fundamental en la génesis de variadas infecciones generales: artritis, neuritis, miocarditis, etc., aconsejando la eliminación precoz de los focos dentarios infecciosos. El modelo de la "infección focal" proporcionó una modalidad de intervención radical en odontología y en medicina, que tuvo expresiones paradigméticas en la prescripción de extracciones dentales en masa, concebidas como"preventivas", frente a la presencia de enfermedades desconocidas; y en la práctica de la extirpación rutinaria de amígdalas para obtener la 'cura'. 18 Desde 1918, artículos de divulgación en la Tribuna Odontológica, plantean la importancia de la teoría de la infección focal, que otorgaría estatuto científico a una práctica, más allá del trabajo clínico personal. Según algunos autores, se inaugura la odontología "moderna", lo que significaba la ampliación del campo de conocimientos, especialmente el de la patología clínica, a fin de profundizar en el estudio de las enfermedades que según dicho paradigma, guardaban relación con el "sistema general del cuerpo".

El conocimiento de la Patología se plantea como indispensable para el reconocimiento científico de la profesión entre las demás ciencias "no necesitamos repetir que la Patología se halla basada sobre los principios fundamentales de la medicina. Entonces,¿ porqué los estudiantes de odontología no se matriculan junto con los estudiantes de medicina y prosiguen con ellos sus estudios durante los primeros años?"..."yo no creo que el Cirujano Dentista debe ser primero médico antes de seguir vuestra especialidad, pero sí estoy firmemente convencido de que junto con los estudios dentales, los médicos deben ocupar un sitio importantísimo en nuestro plan de enseñanza". 19 Se está pensando en que es necesario otorgar a la profesión, una sólida base científica, apuntando a equiparar el "status" del odontólogo con el del médico, a partir de la profundización de conocimientos básicos comunes y de patología general.

"Estamos haciendo demasiado mecánica dental, debemos asimilar más química, más histología, bacteriología, patología, hacer nuestros diagnósticos más precisos y correctos, haciendo de nuestra profesión una verdadera odontología preventiva". 20 Se propone transformar el campo de intervención profesional de modo tal que se ligue a la prevención de "graves enfermedades del organismo humano", quedando en un segundo orden de importancia la prótesis e inclusive la "reparación de los dientes cariados", lo que tiene como objetivo la reformulación de una práctica, que tome mayor distancia de acciones mecánicas y artesanales y que se sustente en fundamentos científicos. La incorporación de nuevas disciplinas en la formación universitaria y la aplicación de terapeúticas basadas en un conocimiento compartido con la medicina, intervino en la construcción de una representación del Cirujano Dentista, investida de mayor respeto, prestigio y consideración, en el campo de las prácticas de la salud.

"La profesión dental y la médica se hallan muy separadas. Es mucho más importante que el Dentista conozca más de Medicina que lo que el Oftalmólogo u Otorringolaringólo como especialistas conocen de ella, puesto que los últimos sólo tienen que luchar con pequeñas partes del cuerpo no tan importantes desde el punto de vista de la afección, como aquella de la que es responsable es dentista. Yo creo, que en el futuro todos deberán tomar los mismos estudios, los mismos exámenes finales hasta llegar al punto divergente de las diferentes líneas de especialidad". 21 Dado que se consideraba que la teoría del foco había 'iluminado' a la odontología dentro de los llamados 'ramos menores' de la medicina, se plantea la necesidad de un mayor esfuerzo para alcanzar el reconocimento pleno de una profesión que había tenido límites 'confusos'.

La concepción de la odontología como especialidad de la medicina, fue una de las expresiones del carácter contradictorio y ambivalente de la relación establecida entre ambos campos, lo que queda ilustrado en numerosos testimonios de la época. "La evolución que ha tenido la odontología en los últimos lustros , es tan considerable, que hoy en día, no es sino una de las especialidades de la medicina. La importancia de las relaciones de la cavidad bucal y la dentadura con el organismo, es tan grande, y tan graves son los peligros que derivan de una boca en malas condiciones de higiene, que constituye un verdadero atentado a la Salud Pública. Así lo califica el Código Penal para el ejercicio de la odontología por personas no capacitadas para ello". 22 Desde la perspectiva de los odontólogos, serían ellos quienes estarían en mejores condiciones de comprender y definir cuáles serían las relaciones con el 'organismo', aunque esto presenta problemas ya que la teoría del foco infeccioso y el oscuro límite de la boca contribuyeron a cuestionar los alcances y la modalidad de la intervención del odontólogo.

Autores de la época consideran que con el advenimiento de la teoría de la infección focal, el período empírico de la odontología ha culminado y que ha perdido vigencia la concepción del cuerpo como conjunto de partes de la "máquina humana", partes que se podían reparar, corregir, remover o reemplazar con ninguna o escasa relación con el resto del "organismo". El desarrollo de la bacteriología permitió establecer un sistema de relaciones entre órganos "La incorporación del conociento bacteriológico, sacó al dentista de su cómodo campo de ejecución mecánica, y fue tomand cuerpo en la mente colectiva de la profesión, el concepto de que el diente era algo más que un elemento oportuno y estéticamente ubicado al cual se podía extraer y reemplazar, desvitalizar su culpa y obturar sus canales con un criterio y una técnica tan desahogados como si el citado diente no mantuviera con el resto del organismo relaciones fisiopatológicas de las mas estrechas". 23 El lugar decisivo que se le dió a los focos tóxicos orales, como responsables de procesos infecciosos a distancia, contribuyó a que el sistema "buco-dentario", ocupara un puesto sobresaliente en una explicación causal de la cadena "fisio-patológica" entendida linealmente. Esta concepción inaugura, en cierta medida, una representación de la práctica odontológica como 'científica' , construída a partir de avances en la microbiología, bacteriología, etc. y enfatizada por la necesidad de afianzar una profesión y legitimarla socialmente, intentando producir una ruptura con el conocimiento empírico.

En esta línea se entiende a la odontología como una especialización de la medicina, avanzando más allá del carácter manual y mecánico con que esta práctica había sido históricamente construída. En este marco se propone que "así como la Escuela Dental ha incluído dentro de sus cursos las ramas de sus estudios médicos que un estudiante de Dentistería requiere para darle eficiencia en su profesión, así también la Escuela Médica debe enseñar a sus alumnos las partes esenciales de cirugía y patología dental para facilitarle su reconocimiento de las enfermedades de la boca, cuando se encuentra en presencia de ellas, y su tratamiento". 24 Ser reconocidos por los médicos y por la ciencia médica significaba para los odontólogos del '30, no sólo la integración en un paradigma científico que pivoteaba sobre el concepto de 'función' y de 'equilibrio orgánico', sino que representaba la posibilidad de consolidar la legitimidad formal, potenciar el reconocimiento social, conquistar un mercado y aumentar el prestigio social y económico.*

Referencias

* Antropóloga. Docente de la Fac. de Odontología de la UNR. Investigadora del CIUNR.

* "art. 5°: Sostener los derechos profesionales y proteger a sus miembros contra cualquier censura que a juicio de la Asociación fuera injusta. 6° Combatir y perseguir el ejercicio ilegal de la profesión. 7° Gestionar ante las autoridades correspondientes la adopción de toda medida benéfica para la profesión. 8° Proteger a sus miembros pecuniariamente, en caso de quedar imposibilitados para el ejercicio de la profesión." (Estatuto de 1899 de la Soc. Odontológica del Río de la Plata) * Inglaterra fue el primer país que incorpora odontólogos como colaboradores de los cirujanos militares en la Guerra del Transwaal (1899-1902), pero fue recién en la Primera Guerra Mundial, cuando los países involucrados incorporan sistemáticamente odontólogos entre el personal militar sanitario. (Zarranz, A.: "La Función del odontólogo en el ejército - Según la apreciación de un médico militar argentino en el año 1921", Revista del Museo y Centro de Estudios Históricos de la Facultad de Odontología de Buenos Aires, Año 2, N° 4, diciembre 1987 ) * Estas categorías son propias del análisis anatómico y fisiológico, que disocia al organismo en funciones elementales y tiende a situar la enfermedad en el nivel de las condiciones parciales de la estructura o del comportamiento conjunto. De acuerdo con los progresos en la minuciocidad del análisis, la enfermedad se ubicará desde el siglo XIX en adelante , en distintos niveles: órgano, célula, bacteria recorriendo un camino regresivo desde la mirada del clínico, propia de siglos anteriores. Cuando se habla de patología objetiva, cuando se piensa que la observación anatómica e histológica, que el examen bacteriológico son métodos que permiten formular científicamente, incluso en ausencia de todo interrogatorio clínico, el diagnóstico de la enfermedad, se están confundiendo fines con medios e instrumentos y el resultado , no tiene de por sí ningún valor diagnóstico. ( Canguilhem, G.: "Lo normal y lo patológico" ,Siglo XXI, Argentina 1971).

1 Friedson, E.:"Profession of Medecine" Harper Row Publischer, Inc, New York, 1970 2 Johnson, T. :"Professions and Power" Londres, Macmillan, 1972, citado en Lobato, M., comp.: "Políticas, médicos y enfermedades. Lecturas de historia de la salud en Argentina. Ed. Biblos Univ. Nac. de Mar del Plata, 1996.

3 Collins, R.:"The credential society: historical sociology of education and stratification", Academic Press, New York, 1979.

4 Belmartino,S.et al:"Corporación Médica y Poder en Salud. Argentina, 1920-1945". Centro de Estudios Sanitarios y Sociales. OPS, 1988 5 Marinho,M: "Professionalizacao e Credenciamento: a Politica das Profissoes". Rio de Janeiro, SENAI, Departamento Nacional, 1986 6 González Leandri, R.:"Profesiones y procesos de profesionalización, en "Política, médicos y enfermedades". Lecturas de historia de la salud en la Argentina Ed. Biblos, Universidad Nacional de Mar del Plata, 1996.

7 "La Tribuna Odontológica" Año 7, N° 6, Junio 1923 8 "Revista Odontológica" N° 6, T.17, Junio 1929. 9 Ibid.

10 Canzani, J.: "Asociación Odontológica Argentina, 100 años" Revista del Museo y Centro de Estudios Históricos de la Fac. de Odontología de Bs. As., Año 11 N°21, Junio de 1996 11 "Revista Odontológica", N° 7, Tomo 17, Julio 1929 12 Canzani, J: op cit.

13 Beltrán, J.: op cit 14 Belmartino, S.: op cit.

15 Memoria del Presidente del Círculo Odontológico, Rev. Círculo Odontológico, Año 2 N°5, Rosario 1930.

16 "La Semana Médica", diciembre de 1927.

17 "La Voz del Interior", Córdoba 31 de agosto 1929 18 Leonardo, M, et al:"Endodoncia. Tratamiento de los conductos radiculares". Ed. Panamericana, Bs As 1983 19 Fernández Dávila, H: Relaciones de la Odontología con la Medicina, en La Tribuna Odontológica , Año2 N°1, 1918.

20 Fernández Dávila, H.: op. cit.

21 Fernández Dávila, H.: op. cit 22 Beltrán, J: "Medicina legal para la enseñanza de la odontología legal y social". Tomo 1, La Semana Médica, Buenos Aires 1932 23 Camani Altube, L: "El médico y los dientes", Rev. del Circ. Odontológico Año 1 N°1, Rosario, 1929.

24 Manhood, A: "La profesión médica en su relación con la especialidad dental", en "Revista La odontología" N°7 año 27, julio 1918

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