1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina"

Universidad Nacional de Quilmes - Argentina

Noviembre 1997

Ponencias publicadas por el Equipo NAyA
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ESTRATEGIAS DE SOBREVIVENCIA DE LA POBLACION CAMPESINA EN ALGUNAS LOCALIDADES DE LA QUEBRADA DE HUMAHUACA, CON ESPECIAL REFERENCIA A LA COMERCIALIZACION DE HORTALIZAS

Claudia Alejandra Troncoso
Adscripta a la Cátedra de Geografía Rural, Departamento de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

Introducción

El presente trabajo tiene por objetivo la comprensión de las estrategias de sobrevivencia de las familias campesinas en algunas localidades de la Quebrada de Humahuaca, haciendo particular hincapié en las formas de comercialización de las hortalizas que producen para el mercado.

Los estudios que generalmente se realizan en torno a la temática rural en la Argentina se orientan fundamentalmente hacia la producción en el área pampeana; también existen numerosos trabajos relacionados con las economías regionales y su desarrollo y crisis recientes. Este trabajo se orienta a hacer hincapié en las estrategias que define la población económicamente marginal en las áreas rurales (en este caso el campesinado localizado en un área determinada de la provincia de Jujuy), en relación a la incorporación de otras actividades adicionales al trabajo en su predio.

La importancia de este tipo de estudios recae en el hecho de poder comprender las causas que llevan a la decisión de parte de la población rural de permanecer residiendo en las unidades domésticas (aunque a veces en forma temporaria) y no emigrar hacia las ciudades o hacia otras zonas del país, fenómeno que se registra con frecuencia.

Cabe señalar que el presente trabajo reviste el carácter de un estudio preliminar sobre las estrategias de sobrevivencia de la población campesina en la Quebrada de Humahuaca, tema del trabajo de Tesis de Licenciatura que comenzamos a emprender.

Marco conceptual

Las discusiones en torno a la caracterización del campesinado en América Latina constituyen una cuestión aún latente dentro de las ciencias sociales. Si bien esta discusión permite la revisión y enriquecimiento de las investigaciones con respecto a la temática campesina, se presenta la necesidad, en cada trabajo relacionado con el tema, de explicitar la definición a utilizar cuando se emplea el concepto campesino. Es por eso que realizamos un recorrido por algunas de los trabajos consultados para poder llegar a una definición del concepto a ser utilizado.

El marco conceptual de este trabajo lo organizamos en base a dos conceptos ordenadores básicos, según los define Saltalamacchia (Saltalamacchia, 1992), los mismos son los conceptos de campesino y estrategias de sobrevivencia.

Para establecer una definición de campesino comenzamos por tomar en consideración las caracterizaciones que realizaron dos autores clásicos y a partir de ellas iremos agregando otras consideraciones que creemos pertinentes para caracterizan la situación de los pequeños productores de la Quebrada de Humahuaca.

Las definiciones tradicionales sobre el concepto empleadas por Marx y Chayanov, contienen como elementos claves para la caracterización del campesinado, el uso de la fuerza de trabajo familiar por parte de estos productores y la falta de acumulación de capital (Chayanov, 1985). A estas características le sumaban una apropiación íntegra del producto de la tierra y el no pago de renta por parte de estos productores. Sin embargo esta definición del concepto ha sido modificada y nuevos elementos, que en nuestra opinión es importante que sean tenidos en cuenta, han sido incorporados a la misma. En principio el uso de fuerza de trabajo familiar ha dejado de ser considerado exclusivo en la economía campesina, ya que en algunas caracterizaciones se considera la posibilidad de

incorporación de mano de obra extrafamiliar al trabajo en el predio (Abduca, 1992; Manzanal, 1993; Reboratti, 1996; Radovich y Balazote, 1992).

Otro de los aspectos que se señalan como fundamentales es la producción campesina exclusivamente en función de satisfacer necesidades familiares; sin embargo varios trabajos realizados indican que parte de la producción de las unidades campesinas se comercializa (Guevara, 1988; Manzanal, 1993; Karasik, 1994), es decir que existe una vinculación de estos productores con el mercado. Esta vinculación se realiza no solamente con el mercado de comercialización, sino también con el mercado de trabajo, ya que muchos de los productores campesinos o miembros de su familia se emplean en forma temporaria en el sector primario, secundario o terciario (Karasik, 1994; Abduca, 1992; Radovich y Balazote, 1992; Guevara, 1988; Manzanal, 1994).

Por último, a estos elementos que incorporan los diferentes autores a la definición de campesino, creemos que es necesario sumarles ciertos aspectos históricos, culturales, sociales, religiosos que lo diferencia de otros tipos de productores (Giarracca, 1989; Giarracca, 1993). De esta forma una caracterización del concepto de campesino sería la siguiente: pequeño productor rural que realiza una explotación de su parcela para satisfacer necesidades básicas familiares, siendo que la producción que obtiene, básicamente (pero no en forma excluyente) con trabajo familiar, no le permite la acumulación de ganancias. Sumado a esto, la obtención de algún excedente en la producción les permite el acceso al mercado de comercialización y por otro lado, también participan en otras actividades económicas del sector primario, secundario o terciario como asalariados. Por último, de acuerdo con lo señalado por Giarracca, es necesario tener en cuenta ciertos aspectos culturales, sociales, históricos y religiosos (que en el caso de la Quebrada de Humahuaca se refieren a tradiciones con origen en antiguas comunidades indígenas).

Las diferentes formas de obtener recursos llevadas a cabo por las familias campesinas constituyen estrategias frente a la situación desfavorable en la que se hallan inmersos estos productores en relación a la situación económica general. En referencia a este fenómeno existe una amplia variedad de conceptos que son empleados por diversos autores: estrategias de sobrevivencia o supervivencia (Benencia y Forni, 1988), estrategias de vida (Benencia y Forni, 1988; Manzanal, 1993), estrategias de reproducción (Benencia y Forni, 1988), estrategias ocupacionales (Manzanal, 1993), estrategias campesinas (Guevara, 1988).

En los trabajos de Benencia y Forni se halla explicitada la noción de estrategia de supervivencia y además los autores mencionan la forma en que estas se encuentran socialmente definidas. En uno de los trabajos se definen las estrategias de supervivencia como "...una organización de esfuerzo, uso del tiempo y nivel de consumo..." en donde previamente "...deben establecerse los acuerdos básicos que están relacionados con la composición del hogar y con las obligaciones, recíprocas o no, hacia los miembros del grupo familiar, residiendo o no en el hogar" (Benencia y Forni, 1988: 254); en otro de sus trabajos señalan que estos acuerdos, que son de naturaleza cultural, socialmente definidos a través de un proceso colectivo se aplican en relación con los cambios contextuales a nivel ecológico, tecnológico, económico, simbólico, ideológico y político.

Suponen que es un proceso "...continuo, intensivo y dialéctico de: 1) definición social y transmisión (socialización), 2) interpretación individual o en pequeños grupos, y 3) finalmente aplicación a la conducta (...) en relación a una situación concreta"(Benencia, Forni y Neiman, 1991: 77).

En relación a las estrategias que lleva a cabo la población campesina, en general los trabajos sobre el tema en la Argentina señalan una amplia variedad desarrollada por estos grupos articulando diferentes actividades: producción en la unidad doméstica, venta en el mercado comercial de parte de la producción, trabajo asalariados de uno o varios miembros de la familia en actividades primarias, secundarias o terciarias, sea en forma estacional o permanente. Pero estas actividades pueden ir cambiando en el tiempo y en distintas áreas de acuerdo con las condiciones económicas y laborales generales que condicionan el diseño de las estrategias de esta población.

Sumado a estas observaciones, uno de los autores mencionados al referirse a las estrategias que desarrolla la población campesina (coincidiendo con Benencia y Forni) señala el rediseño de las mismas según situaciones más generales: "Se trata entonces de ver los mecanismos de supervivencia campesina a partir que, conscientes de sus limitaciones, pero obligados a participar de la relación que el capitalismo les brinda, rediseñan desde sí las estrategias de relación con el sistema macro" (Guevara, C.; 1988: 59). Esta consideración de cambio histórico de las estrategias, que implícitamente se encuentra en todos los trabajos que tratan este tema, explica en cierta medida la situación del campesinado en la Quebrada de Humahuaca en relación a ciertos cambios que consideraremos más adelante.

Teniendo en cuenta la revisión bibliográfica realizada, las observaciones arriba mencionadas y el conocimiento preliminar sobre el área de estudio, denominaríamos a estas estrategias como estrategias de sobrevivencia (o supervivencia) debido a que fundamentalmente la población campesina de la Quebrada de Humahuaca sobrevive en una situación económica general que le es desfavorable, en la cual las posibilidades de acumulación para esta población son prácticamente nulas. De esta manera las estrategias de sobrevivencia quedarían definidas como: una formas de organización al interior de los grupos domésticos que se encuentran socialmente definidas y condicionadas por factores diversos (ecológicos, tecnológicos, simbólicos, ideológicos y políticos) y que son rediseñadas en el tiempo (de acuerdo a los cambios en estos factores) y puestas en práctica en situaciones concretas.

Metodología

Este trabajo ha sido realizado básicamente a partir de análisis bibliográfico de material sobre el área que abarca el trabajo así como también sobre campesinado y estrategias de sobrevivencia en general. Algunas de las observaciones que se realizan en relación a las estrategias también se basan en la observación y conversaciones mantenidas con varios de los pobladores de la Quebrada, así como en las entrevistas con informantes claves de la zona en lo que fue una primera aproximación con carácter de prospección a las estrategias de sobrevivencia de la población campesina residente en la Quebrada de Humahuaca.

Sin embargo es importante señalar las intenciones con respecto a las técnicas a ser utilizadas en lo que constituirá el trabajo de campo central de la tesis. En relación a esto, las técnicas elegidas consideradas apropiadas para ser diseñadas durante el trabajo de investigación son las entrevistas en profundidad y las historias de vida.

En cuanto a las entrevistas en profundidad serán diseñadas con el fin de construir información que permita comprender las condiciones de vida actuales de las de las familias de la Quebrada de Humahuaca, las formas en que organizan la producción, la composición del empleo de los miembros de la familia, las migraciones estacionales por motivos laborales que puedan realizar, los lugares donde trabajan, las relaciones laborales mantenidas con otros productores de la zona, la comercialización de productos obtenidos en el predio, la división de tareas al interior de las familias, etc.

En cuanto a las historias de vida se pondrá énfasis en la dimensión histórica de las estrategias de sobrevivencia de la población. Por ese motivo las mismas estarán orientadas a comprender cómo las estrategias de sobrevivencia han cambiado a lo largo del tiempo.

El diseño de estas dos técnicas permitirá ahondar en la construcción de información para comprender cuales y cómo son las estrategias de sobrevivencia que actualmente desarrollan las familias campesinas de la Quebrada de Humahuaca, así como establecer de que manera estas estrategias fueron cambiando a lo largo del tiempo, en parte condicionadas por los cambios a nivel nacional o regional.

Economía de la Quebrada de Humahuaca

La economía de la Quebrada de Humahuaca se relaciona íntimamente con la realidad económica nacional. A partir de mediados de la década del '70 en el país y como parte de un fenómeno más amplio que se extiende a toda América Latina, se consolida una nueva forma de desarrollo dependiente; éste a través de la deuda externa que generó en los distintos países latinoamericanos condicionó la aplicación de diferentes políticas autónomas en los distintos ámbitos nacionales. Los créditos otorgados por organismos internacionales se ven condicionados por la implementación de políticas de ajuste (Manzanal, 1993; Giarracca, 1993).

Aquellas que fueron puestas en funcionamiento a partir de ese momento no tuvieron en cuenta la realidad de los sectores económicamente menos relevantes como ser el sector campesino, que más allá de su papel como proveedor de productos agroindustriales, comprador de insumos en el mercado y proveedor de mano de obra (Manzanal, 1993) se constituye en un importante productor y comercializador de alimentos en algunos mercados locales, como ser el de la Quebrada de Humahuaca y zonas aledañas.

Estos procesos provocaron la paulatina exclusión de la mayoría de los sectores subalternos de los mercados hecho que se agravó a partir de la implementación del decreto que pone en marcha la desregulación económica en 1991 (Giarracca, 1993). Sin embargo, frente a este tipo de políticas los grupos campesinos de la zona de la Quebrada han subsistido como productores agrícolas, empleados como jornaleros en algún establecimiento agroindustrial (Giarracca, 1993), o con empleos en dependencias provinciales o municipales como formas de complemento del trabajo en las parcelas.

La economía de la Quebrada de Humahuaca se define básicamente por la producción de hortalizas. La misma se enmarca en las características que posee la economía a otros niveles como el provincial, regional y nacional.

Según lo señalado por Yanes: "Este tipo de economía, prácticamente de subsistencia, no tiene participación en la estructura económica nacional y menos aún en la nacional" (Yanes, 1987). En efecto, podemos señalar que a nivel provincial los productos de mayor importancia comprenden dos cultivos industriales como son la caña de azúcar y el tabaco; a su vez teniendo en cuenta la economía nacional el cultivo de hortalizas se definen como de carácter marginal o nulo, debido a que constituyen productos poco importantes (teniendo en cuenta que la producción agrícola nacional para exportación la constituyen principalmente los productos de la región pampeana), o son productos destinados primordialmente al consumo familiar (Karasik, 1994).

Como ya mencionáramos la economía de la Quebrada de Humahuaca se relaciona básicamente con las actividades agropecuarias y dentro de ellas podemos señalar la frecuente combinación de agricultura y ganadería en la casi totalidad del ámbito. La producción de toda esta área se compone de una combinación de formas socio-productivas heterogéneas constituidas por algunas formas y técnicas tradicionales de cultivos y la producción de ciertos productos destinados principalmente a la comercialización.

Así, la agricultura queda definida por el cultivo de determinadas especies que componen la dieta cotidiana de la población del lugar y ciertas especies destinadas al mercado. Entre las primeras podemos mencionar el maíz y la papa en sus diversas variedades, la haba y la arveja. Las mismas se hallan acompañadas por otras especies de valor comercial entre las que se encuentran la lechuga, la cebolla, el ajo, el tomate, la zanahoria, el zapallito, el zapallo, el pimiento, el perejil, el repollo, el durazno, etc. A esto se le suma la presencia de algunas especies florales comercializables como el crisantemo, el gladiolo y el clavel y una especie forrajera: la alfalfa. Con respecto a la ganadería, si bien no es el objetivo de este trabajo desarrollar este tema, se puede decir que se compone principalmente por la cría de ganado caprino y ovino principalmente y también vacuno como complemento de la economía de la Quebrada, a lo que se le suma ganado asnal y equino para tareas de tracción (Yanes, 1987).

La producción de hortalizas que se desarrolla en la Quebrada se destina básicamente a la comercialización en los mercados locales que se ubican a lo largo de la misma, de los cuales los principales son Tilcara, Humahuaca y Tumbaya, algunas zonas de la Puna, así como también en la ciudad de Jujuy y en otras localidades como ser Perico, Libertador General San Martín, San Pedro dentro de la provincia y Orán, Tartagal, Pocitos, Salta (Capital) en la provincia de Salta (Karasik, 1994).

El cultivo de estas especies para la comercialización es llevado a cabo por casi la totalidad de los productores agrícolas de la Quebrada, pero existen algunas diferenciaciones en cuanto a los mismos. En principio podemos señalar que se encuentran dos tipos de explotaciones agropecuarias en la zona que Karasik (Karasik, 1994) las define como familiares capitalizadas y campesinas, siendo las últimas las de mayor número en la Quebrada. La diferencia fundamental entre estos dos tipos de explotaciones se remite a la presencia de uso de mano de obra (ya sea en forma transitoria o permanente), la capitalización y la utilización de maquinaria en los primeros y la escasa o nula presencia de estos factores en los segundos, dirigiéndose la mayoría de la producción a cubrir las necesidades familiares. Las características que diferencian a estos dos tipos no son exclusivas, ya que existen casos en donde, por ejemplo, los campesinos contratan mano de obra en forma temporal.

En las visitas realizadas a la zona fueron observadas explotaciones que se corresponderían con el primer tipo principalmente en el fondo del valle del Río Grande (Tilcara, Maimará, Uquía), siendo que las explotaciones campesinas se ubicaban fundamentalmente en las quebradas adyacentes al valle del Río Grande (Huichaira, Juella, Yacoraite) donde las extensiones de tierras son menores, la disponibilidad de agua también y no se cuenta con los mejores suelos, factores que determinaban la baja producción de las explotaciones de estas áreas.

El cultivo de hortalizas en la Quebrada se ve frecuentemente acompañado de otras actividades que realiza la misma población con el objeto de aumentar los ingresos familiares; no es errado afirmar que la mayoría de las familias productoras cuentan con uno o más miembros de la misma empleados en otro tipo de actividades que muchas veces se desarrollan dentro del mismo sector primario pero que también se relacionan con empleos en el sector terciario (comercios en las localidades de la zona o empleos en dependencias provinciales o municipales). De esta manera la mayoría de las familias cuentan con algún componente salarial que contribuye a la economía familiar (Karasik, 1994).

Los productores pertenecientes a estos dos tipos de explotaciones agropecuarias que se pueden observar en la Quebrada de Humahuaca, y que como mencionáramos venden sus productos se encuentran en el mercado al realizar esta transacción. La competencia entre los ellos es obvia y también son obvios los resultados de la misma. El acceso a los mercados de los productores capitalizados que pueden poseer, por ejemplo, un vehículo es más importante que aquel que realizan los campesinos, los cuales no cuentan con ningún tipo de facilidades por lo que las posibilidades de elegir un destino para sus productos se ven limitadas y debe ajustarse a las disposiciones de quienes están interesados en la obtención de los mismos. Este hecho fue ampliamente comentado por varios de los productores de algunas zonas de la Quebrada como ser Huichaira y Yacoraite donde reconocen las ventajas que poseen los productores del valle del Río Grande no sólo en términos de facilidades de negociación de precios sino también en calidad de los productos y productividad de las tierras.

El cuadro que caracteriza a la economía de la Quebrada de Humahuaca se completa con otro tipo de actividades económicas presentes en la zona que no abordaremos en este trabajo. Una de las actividades tradicionales de esta zona que tuvo un importante papel fue la minería. La misma no sólo constituyó una importante actividad económica sino que se transformó en una fuente de trabajo clave para la población de la zona. La actividad minera se realizaba básicamente en torno a la explotación de plomo y zinc en la zona de Mina Aguilar en el departamento de Humahuaca, así como en minas Pirquitas y Pan de Azúcar. Además de la minería debemos mencionar la actividad ganadera, a la cual anteriormente hicimos referencia, la adquisición de tierras por parte de propietarios capitalistas con fines rentísticos (Yanes, 1987) y el importante desarrollo del turismo. Además de estas actividades económicas mencionadas debemos señalar que una gran cantidad de la población de la Quebrada participa en actividades económicas fuera de su zona de origen, dentro de la provincia de Jujuy o en otras zonas del país. Este tema será desarrollado más adelante cuando caractericemos las estrategias de sobrevivencia de la población campesina ya que el trabajo fuera de la Quebrada muchas veces formó parte de estas estrategias.

Estrategias de sobrevivencia de la población campesina Como mencionáramos anteriormente las familias campesinas desarrollan una agricultura fundamentalmente de subsistencia. Esta situación generó la necesidad de esta población de recurrir a ciertas formas alternativas de obtención de algún tipo de ingreso para complementar lo producido en sus parcelas, que en general son pequeñas.

Las estrategias de sobrevivencia que la población campesina de la Quebrada de Humahuaca desarrolló históricamente se pueden agrupar en dos tipos; por un lado aquellas estrategias de tipo laboral, en donde por lo general la población campesina vende su fuerza de trabajo con el fin de complementar lo producido, y por otro aquellas estrategias de tipo comercial, en donde el objetivo se centra en la venta al mercado de parte de la producción generada en el predio.

Las características de la economía a nivel regional condicionaron la economía campesina fundamentalmente a partir de principio del presente siglo cuando se produjo el crecimiento y expansión de la producción azucarera en el noroeste del país. A partir de ese momento la población de la región comenzó a ser incorporada como mano de obra estacional en las plantaciones cañeras para la cosecha, recurriendo a diversos mecanismos de reclutamiento de esta mano de obra. Así se llegó a una semiproletarización de estos campesinos, los cuales combinaban el trabajo en la zafra durante el invierno con las tareas de cultivo en sus lugares de origen en el verano (Reboratti, 1997; Rutledge, 1987; Stumpo, 1992; Greco, 1996). Pero debemos señalar que pese a los cambios introducidos "...esta proletarización temporaria funcional a la agroindustria azucarera no implicaba la desestructuración total de las economías domésticas sino una suerte de complementación entre sistemas productivos distintos" (Greco, 1996: 68).

Estas formas de semiproletarización de la mayoría de la población campesina del noroeste debido a su participación en la producción azucarera (entre la que se encuentra la población de la Quebrada de Humahuaca) caracterizaron todo el siglo XX, pero esta situación se vio drásticamente modificada a partir de la década del '70 cuando comienza el proceso de mecanización de la cosecha de caña de azúcar reduciéndose considerablemente la cantidad de trabajadores que participaban de esta tarea (Reboratti, 1997).

Frente a esta situación se producen ciertos cambios en las economías domésticas de la población campesina de la Quebrada cambiando fundamentalmente el destino del trabajo temporario. En efecto, el trabajo en la zafra, en los casos donde no se produjeron migraciones definitivas de la población, fue reemplazado por la participación en otro tipo de cultivos; de esta manera otros cultivos industriales comenzaron a recibir mano de obra proveniente de la Quebrada, algunos de ellos dentro de la misma región, es decir el noroeste, como el tabaco y el poroto y otras en lugares más alejados como la cosecha de papa y tomate en Buenos Aires (Karasik, 1994).

stas forman parte de las actuales estrategias de sobrevivencia de la población campesina de la Quebrada de Humahuaca como forma de complementar lo producido en sus parcelas mediante la obtención de un salario. Pero no son las únicas ya que existen otras formas muy comunes en las que la población de la Quebrada obtiene un salario y tiene que ver básicamente con el empleo en la administración pública, así el trabajo en las Municipalidades, las distintas direcciones provinciales, la policía, los hospitales, los puestos sanitarios permite la obtención de un salario para la familia campesina (Karasik, 1994) que, por lo que se pudo observar en las visitas realizadas a la zona, es generalmente recibido por el jefe de la familia y/o por algún miembro de la misma.

A su vez existen otras formas de obtención de ingresos por parte de la familia campesina que se relaciona con percibir cierto monto de dinero que envían familiares que han migrado hacia alguna ciudad, percibir una jubilación por parte de alguno de los miembros de la familia, o en el caso de las mujeres jóvenes, emplearse en el servicio doméstico o encargarse del cuidado de niños en algunas localidades de la zona.

Todos los empleos arriba mencionados forman parte de las actuales estrategias de la población campesina de la Quebrada de Humahuaca ya que alternativamente fueron mencionados en las diferentes conversaciones mantenidas con población residente en distintos poblados como Huichaira, Juella, Yacoraite y Coctaca. Además es importante aclarar que si bien la participación de la población de la Quebrada en la zafra disminuyó en el último tiempo es una actividad que siguen realizando los campesinos del lugar aunque, según nos comentara un habitante de Juella que aún trabaja durante el invierno en el Ingenio La Mendieta, varios de sus compañeros se dirigían actualmente a la cosecha del tabaco y en Coctaca sean sólo tres familias las que se trasladan a trabajar al Ingenio San Martín de Tabacal en lugar de ser la gran mayoría como hace algunos años atrás.

La comercialización de hortalizas

Las formas de complementación de lo producido en los predios por las familias campesinas de la Quebrada de Humahuaca que arriba mencionamos se constituyen en complementos para satisfacer las necesidades de estas familias; a la existencia de estas estrategias en la Quebrada se le suman otras de carácter comercial y que se encuentran relacionadas básicamente con la producción de hortalizas para su comercialización. La comercialización de estas hortalizas puede darse complementariamente al trabajo de tipo estacional en las agroindustrias de la zona o el trabajo permanente en alguna dependencia o simplemente como única forma de percibir dinero.

La producción de hortalizas de la Quebrada de Humahuaca en términos de su aparición en el mercado se caracteriza como tardía o extratardia debido a que se incorpora al mismo tardíamente en relación a los productos provenientes de los valles subtropicales del este jujeño. Los mismos se cosechan y comercializan entre junio y agosto, siendo que los provenientes de la Quebrada lo hacen entre diciembre y marzo. La competencia en relación a estos productos se da fundamentalmente con los provenientes de otras zonas del Noroeste y de Cuyo (Karasik, 1994). Pero según conversaciones mantenidas con el personal a cargo de la Estación Experimental del INTA en Posta de Hornillos, donde los productores de la Quebrada tienen más ventajas es en la comercialización de verduras de hojas, las cuales en otras regiones del país corren el riesgo de quemarse durante el verano. Las principales verduras de hoja que se cultivan en la Quebrada son lechuga, acelga, espinaca, apio, cebolla de verdeo y perejil.

Observamos de esta manera que la ubicación en el mercado de las hortalizas de la Quebrada en cierta medida depende de lo que sucede en otras zonas del país, por lo que el margen de incertidumbre con el que se manejan los productores es bastante importante. A las ventajas señaladas con respecto a la comercialización de las hortalizas quebradeñas hay que contraponer una desventaja, también de naturaleza climática, que se relaciona con los riesgos de lluvias torrenciales y heladas, las que pueden generar la pérdida de toda la producción (Karasik, 1994) o por poca disponibilidad de agua, problema creciente entre los productores de algunas de las quebradas adyacentes al valle del Río Grande donde los conflictos por este tema son evidentes.

Debido al riesgo que implica la producción de determinadas hortalizas en la Quebrada, la producción masiva de las mismas queda en manos de los familiares capitalizados principalmente, y en el caso de las familias campesinas las parcelas cultivadas presentan una variedad un poco mayor de productos para evitar los riesgos de la pérdida total de lo cultivado. Sin embargo las familias campesinas igualmente participan en el mercado de comercialización de los productos hortícolas. La comercialización presenta variantes: algunas familias comercializan sus productos en los mercados de las localidades de la Quebrada como es el caso de una mujer que reside en Yacoraite y alquila un espacio en el mercado de Humahuaca para la venta de sus productos u otras mujeres del mismo lugar que se dirigían a Tilcara con el mismo fin. Pero la forma más difundida de comercialización de productos agrícolas en la Quebrada de Humahuaca es a través de intermediarios llamados rescatistas. Los mismos se trasladan en camionetas a través de las distintas localidades de la Quebrada adquiriendo distintos productos. Estos intermediarios pueden ser representantes de grandes mayoristas que comercializan lo adquirido en ciudades como Jujuy o Salta o de medianos o pequeños compradores que abastecen los mercados locales (Karasik, 1994). Este es el caso de algunos puestos del Mercado Municipal de Tilcara que son abastecidos por estos intermediarios. En algunos casos los rescatistas son los que venden los productos al consumidor final; en efectos muchos de ellos poseen puestos en algunos mercados en las distintas localidades de la Quebrada, o en el caso de localidades como Uquía, donde no hay mercados, recorren las calles ofreciendo sus productos.

Para las familias campesinas de algunas localidades de la zona que se hallan ubicadas en las quebradas adyacentes al valle del Río Grande la venta de lo cosechado a estos rescatistas se hace dificultosa; los mismos muchas veces no quieren entrar en estas quebradas y los productores deben trasladarse a la Ruta Nacional N§9 y esperarlos ahí para ofrecerles sus productos. Otra de las dificultades con las que se encuentran estos productores son los bajos precios a los que pueden realizar las ventas: "Los productores estiman que la intermediación los perjudica mucho, y estarían obteniendo precios por sus productos entre un 30% y un 50% menores a los que obtendrían con una llegada directa a los mercados mayoristas" (Karasik, 1994: 45).

El motivo principal de este tipo de intermediación explotativa por parte de los rescatistas debe buscarse en la relación que se establece entre el productor y el intermediario, la cual llega a ser muy personalizada. En efecto muchas veces el rescatista es padrino de alguno de los hijos del productor y en carácter de tal entrega obsequios a la familia a cambio de un cierto compromiso de venta de los productos cosechados; por otro lado los rescatistas son también quienes proveen de ciertos insumos como semillas, fertilizantes y agroquímicos, que son entregados como adelantos, a pagar en el momento de la ventas de los productos. Como señala Karasik (Karasik, 1994), a este tipo de dependencia personal que impide una comercialización a precios más altos de los productos hortícolas se le suma la falta de organización de los productores en cooperativas u otro tipo de asociación que permita una mejor inserción en los mercados de los productores de la Quebrada de Humahuaca.

Reflexiones finales

A partir de esta caracterización preliminar de las estrategias de sobrevivencia de la población campesina en la Quebrada de Humahuaca se plantea la necesidad de indagar en profundidad, a través del trabajo de campo y mediante la utilización de entrevistas e historias de vida y el análisis de material censal disponible, a cerca de las modalidades de inserción de esta población en el mercado de comercialización de hortalizas, así como también las formas alternativas de obtención de un salario complementario a la producción agrícola por parte de esta población.

Asimismo es importante hacer hincapié en estudios que pongan énfasis en las distintas formas o posibilidades de organización de estos productores, teniendo en cuenta el trabajo que realizan en conjunto con ciertos organismos oficiales u organizaciones no gubernamentales en ese sentido.

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