1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina" |
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Universidad Nacional de Quilmes - ArgentinaNoviembre 1997 |
Ponencias publicadas por el Equipo NAyA https://www.equiponaya.com.ar/ info@equiponaya.com.ar |
ACCION COLECTIVA Y REDEFINICION DE LOS PROCESOS EMANCIPATORIOS
Adrián Scribano. Maestría en Ciencias Sociales. UNCa.
1) INTRODUCCION.-
Una comisión que trata de vincular pobreza, responsabilidad y ética se presenta como el contexto adecuado para re-pensar el rol del conocimiento social en los procesos de emancipación humana. Dado que, tematizar la pobreza involucra la discusión de los fenómenos de exclusión y las posibilidades de su superación. Y dentro de estas posibilidades se inscriben con un papel fundamental las formas de entendimiento que disponemos para explicar el fenómeno y hacerlo reflexivo.El presente trabajo se propone analizar a la luz de la Teoría Social en la actualidad, la redefinición de los procesos emancipatorios en el marco de las teorías de acción colectiva. Los Movimientos Sociales han marcado nuevas vías para emprender renovadas formas de hacer política, y a su vez han sido estudiados desde enfoques que pretenden responder al carácter alternativo de la realidad de la acción colectiva.
Dado este contexto argumentativo se pretende mostrar las conexiones entre, las formas de entendimiento posibles que emergen en una situación post-empirista de las ciencias sociales y las formas de emancipación posibles en el marco de las situaciones de exclusión. Para ello se articulan tres discursos diferentes pero que tienen por objetivo reflexionar en torno a la tarea de las ciencias sociales en los procesos emancipatorios. Bhaskar, Melucci y Giddens sirven aquí como trampolín para hacer crítico el lugar de las ciencias sociales en nuestros contextos de exclusión; proporcionando el arsenal teórico para pensar de una forma distinta la posible relación entre conocimiento e interés emancipatorio.
2) REALISMO Y CIENCIAS SOCIALES.
Como plataforma de discusión de la idea que en el campo de la Filosofía de las Ciencias Sociales ha existido una transformación orientada a redefinir la relación entre conocimiento científico y valores, se expondrán algunas de los ejes centrales del realismo crítico dialéctico de Roy Bhaskar. Plataforma desde la cual luego propone mirar la actuales conexiones entre teoría de los movimientos sociales y emancipación.
Bhaskar plantea su propuesta de un naturalismo crítico que asumiendo una postura realista de la ciencia postula la intima conexión entre construcción de conocimiento en las ciencias sociales y constitución de una axiología emancipatoria. Se debería, aquí incluir, al menos algunas referencia a la postura epistemológica "global" de Bhaskar, pero por cuestión de espacio, esto es imposible por lo que solo se reseña, sus ideas fundamentales respecto a las Ciencias Sociales.
Como para todo autor, en un contexto post-empirista, el problema que se le presenta a Roy Bhaskar es no reconstruir las situaciones aporéticas, que ese contexto da por superado. De este modo, Bhaskar, propone una manera de entrelazar la antigua aporía valores y hechos en el marco de su propuesta general que denomina naturalismo crítico.
Por el espacio que aquí se dispone se sintetiza al máximo la visión del autor, pero que aún a costa de no hacerle justicia, servirá para principal objetivo de este trabajo.
Para Bhaskar, uno de los principales ejes de constitución de una postura alternativa al empirismo consiste en efectuar la diferenciación entre las dimensiones transitivas e intransitivas del conocimiento.
Esta distinción consiste en la aceptación de que el conocimiento científico se refiere, 1) a la estructuras del mundo cambiantes, diferenciadas y que obedecen a un mecanismo de funcionamiento, es decir, aceptar que los objetos con los cuales trata la ciencia existen con independencia del conocimiento de los científicos, y 2) que el conocimiento de los científicos y lo producido por la ciencia, en tanto manera de conocer, están histórica y socialmente determinadas, es decir, aceptar que el conocimiento científico como producto humano, es una actividad sociológicamente determinada. A la primera distinción realizada le denomina dimensión intransitiva u ontológica y a la segunda dimensión transitiva o epistemológica.
Según Bhaskar, su propósito, al establecer la distinción aludida, es superar los equívocos a los que ha llevado la aceptación poco crítica de tres elementos fundamentales del empirismo, a saber: la noción de Ley de Hume, la de causa y lo que él denomina falacia epistemológica. (Bhaskar 1978, 1979)
En opinión de Bhaskar, tras la aceptación de las dimensiones ontológicas y epistemológicas, existe la necesidad de la aceptación de una dimensión meta-crítica de la relación de la ciencia y la filosofía, cual es, la de evaluar y discutir el aporte de la ciencia para la construcción de un mundo más humano.
En el campo de las Ciencias Sociales, Bhaskar organiza su discurso alternativo en contraposición tanto a las posturas individualistas como colectivistas. Dicho discurso está marcado por la respuesta ante la pregunta, ¨ Se pude conocer en las ciencias sociales de la misma manera que en la ciencias naturales?. La respuesta es sí, en tanto se considere desde los límites del naturalismo, las diferencias ontológicas, epistemológicas, relacionales y críticas que tienen los objetos de las ciencias sociales.
El afirmar la condición de posibilidad de conocimiento en las ciencias sociales, desde los límites del naturalismo lleva a la posibilidad de una explicación crítica de la sociedad.
Las diferencias entre ciencias naturales y ciencias sociales, arriba señaladas que se fundamenta en las particularidades de los objetos de las Ciencias Sociales, pueden sintetizarse de la siguiente manera: 1) La sociedad existe independientemente de quienes la conocen, pero dicho conocimiento no. 2) El conocimiento de las ciencias sociales depende de la comprensión de la dualidad de la estructura y de la dualidad de la praxis. 3) El modelo transformacional de la actividad humana, propuesto por Bhaskar, lleva a sostener que ante la distinción individualismo-holismo, subjetivisimo-objetivismo, el conocimiento de las Ciencias Sociales es relacional, es decir no se resuelve en ninguno de esto polos aparentemente contradictorios. 4) En este contexto, la explicación de las ciencias sociales es en sí misma crítica, ya que desde una visión alternativa de la relación entre hechos y valores, se fundamenta otra entre teoría y práctica. Desde aquí, Bhaskar conecta la pretensión emancipatoria de la construcción de conocimiento en las ciencias sociales.
Bhaskar sostiene que, " el naturalismo crítico o realismo trasciende tres crudas polaridades: 1) El, afirma una concepción relacional del problema de las Ciencias Humanas, en oposición al individualismo y el colectivismo.
2) Su modelo transformacional de la actividad social soluciona igualmente los errores de reificación y de voluntarismo. 3) Su cualificado naturalismo crítico se opone a la vez al hipernaturalismo positivista y al total anti-naturalismo hermenéutico."(Bhaskar 1991:141)
De este modo Bhaskar, a través del naturalismo crítico, pone al descubierto que unos de los temas centrales del post-empirismo en ciencias sociales es la disolución de las aparentes irreconciliables posiciones entre acción y sociedad, individualismo y holismo, etc.
En el marco de su propuesta general Bhaskar profundiza su opción sobre la relación entre conocimiento y valores.
Dicha opción parte del convencimiento que si, en el marco de un proceso de explicación del mundo social, se pude demostrar que una creencia, que pretende estar "fundada científicamente", en realidad se sostiene en un conjunto de afirmaciones falsas, es posible señalar su inadecuación en tanto creencia, es decir en cuanto implica valores.
Expresado de otro modo, la argumentación de Bhaskar puede ser reconstruida aproximadamente de la siguiente manera; sí nosotros tenemos un consistente set de teorías que muestran como una creencia sobre un objeto es falsa y explica porque esto es así, o posiblemente porque es falso (ilusorio, inadecuado, mal fundado) el hecho de que la creencia sea creída u obtenida, entonces se puede inferir una evaluación negativa del objeto ( por ej.: el sistema de relaciones sociales vigente) y una evaluación positiva sobre la necesidad de transformar el objeto y las fuentes de las creencias aludidas.(Bhaskar 1987) Es en esta dirección que se puede entender como Bhaskar comprende a la emancipación caracterizada como "la transición desde una, in-deseada, in-necesaria y opresiva situación hacia una deseada y/o necesaria, y potencializadora o más floreciente situación." (Bhaskar 1994: 253)
Como se puede observar, el trabajo de las ciencias sociales y el proceso emancipatorio se entrelazan en la propuesta de Bhaskar, para aportar un poco más de claridad a su estructura argumentativa es conveniente tener presente lo siguiente:
1) El principal argumento de Bhaskar es mostrar como las Ciencias Sociales contienen en sí misma un nivel crítico como rasgo fundamental. Enfatizando los equívocos a los que conducen los enfoques post-modernos y fisicalistas en Ciencias Sociales, afirma: "Mi principal objetivo es mostrar como debe ser el caso para que una ciencia social emancipatoria sea posible." (Bhaskar 1991:145) "...mi intención es defender la cientificidad, y elucidar la forma general, de tales "investigaciones profundas" en las ciencias humanas." (Bhaskar 1991:146)
2) En el marco de lo que él denomina "el modelo transformacional de la acción humana", afirma, "Mi segundo objetivo es resolver la tradicional antinomia entre hechos y valores y teoría y práctica..." (Bhaskar 1991:146) En éste contexto, muestra la existencia de la constitución de un "espiral hechos-valores" y que pone en relación con distintos niveles de explicación y racionalidad, afirmando; " acepto el carácter dependiente, práctico y valorico, de la investigación social, pero mi objetivo principal es mostrar como las teorías explicativas suponen valores y prácticas." (Bhaskar 1991:151)
3) Bhaskar muestra en el contexto arriba mencionado la existencia de 7 (siete) niveles de racionalidad en relación con respectivos modelos de explicación, que se observan desde distintos tipos de lo que podríamos llamar "usos de la razón".
Los dos primeros niveles que se mueven en el marco de la "Racionalidad Instrumental son: Nivel I, Racionalidad Técnica, Nivel II, Racionalidad Instrumental Contextualmente Situada. Los dos siguientes niveles que se mueven en el marco de una "Razón Crítica" son, Nivel III, Racionalidad Práctica, Nivel IV Racionalidad Crítica Explicativa. El Nivel V denominado Racionalidad Crítica Explicativa Profunda y la Racionalidad Profunda que constituye el Nivel VI, se mueven en el marco de una "Razón Emancipatoria". Finalmente el Nivel VII el de la Racionalidad Histórica" se mueve en el contexto de una "Razón Histórica". (Bhaskar 1989)
La idea de pluralidad de racionalidades evidencia como Bhaskar piensa en términos de una filosofía que rompiendo con la autocomprensión objetivista, se reconcilia con las ciencias sociales, a través de un proceso reflexivo. Como así también, unas ciencias sociales que abandonando el absolutismo de una racionalidad instrumental posibilitan la inclusión de los intereses que implican las teorías.
En este esquema razón, historia e intervención sobre el mundo social se interrelacionan de modo tal, que más allá, de la pluralidad de mundos e interpretaciones las ciencias sociales proveen de guías para la acción en un contexto emancipatorio. Las teorías que explican la constitución del mundo social permiten con este enfoque un traslado paulatino de aquello que es comprendido a aquello que se pretende sea el mundo social.
4) Para finalizar es necesario observar que, en relación al tema principal de este trabajo afirma, "Mi argumento es que la ciencia social es no-neutral en un doble sentido, que a la vez, a) consiste en una intervención práctica en la vida social y b) que lógicamente involucra valores." (Bhaskar 1991:146) Enfatizando que tanto el poder explicativo de las teorías como el del "agente" juegan en este contexto un rol fundamental.
Si bien la delicadeza de lo argumentado por Bhaskar demandaría un análisis más detallado, tanto como para hacer justicia al conjunto de sus escritos, como para poder evaluar con mayor detenimiento su propuesta cargada de consecuencias teóricas y prácticas, lo importante es resaltar que desde el mismo corazón del post-empirismo aflora una manera diversa de entender el rol de los valores y de las teorías que sin duda hace pensar en la situación de nuestro contexto local y en los objetivos de este trabajo.
El propio Bhaskar se ha referido a la conexión entre emancipación y acción colectiva pero en el contexto de este trabajo se presentan como dos enfoques más pertinentes los de Giddens y Melucci.
3) MOVIMIENTOS SOCIALES Y EMANCIPACION: UNA MIRADA DESDE GIDDENS Y MELUCCI.-
En el marco de las nuevas formas de asociar la compresión de lo social y los valores que nos brinda el post-empirismo en general y el realismo crítico en particular se reflexionará ahora sobre la relación entre acción colectiva y algunos de los modos de emancipación posibles. Para acometer la tarea se usa como referencia las reflexiones que en torno a ello han producido Alberto Melucci y Anthony Giddens. Se enfatiza en este apartado las posibilidades de análisis de la relación entre "demandas de subjetividad" y contexto de exclusión. Pero antes de concentrarnos en la temática propuesta es importante recordar que ambos autores tratan el conocimiento en ciencias sociales desde el contexto de producción que implica el post-empirismo. Baste recordar que Giddens a afirmado respecto a su propuesta de un realismo utópico que tiene la intención de construir con ella una teoría crítica sin garantías; "porque hoy esa teoría ha de ser sociológicamente sensible y estar alerta a las inmanentes transformaciones institucionales que están abriéndose constantemente hacia el futuro de la modernidad; debe ser táctica políticamente, para ser exactos, táctica geopolíticamente, en el sentido de que ha de reconocer que los compromisos morales y la "buena fe" pueden ser potencialmente peligrosos en un mundo de riesgos de graves consecuencias; debe crear modelos para una sociedad buena, modelos que no pueden quedar limitados a la esfera del estado nacional, ni solamente a una de las dimensiones de la modernidad; y, finalmente, debe reconocer que las políticas emancipatorias tienen que ir unidas a las políticas de vida, o a las políticas de autorrealización."(Giddens 1990:146)
3.1) Identidad, Democracia y Emancipación.-
En Melucci se puede encontrar una especial forma de reflexión sobre la relación entre procesos de identidad, acción colectiva y modos diversos de profundizar la democracia en la actualidad. En la sociedad de la identidad y la diferencia se transforman las nociones de espacio público y privado, como así también el mismo concepto de democracia. La capacidad de control de la producción simbólica aparece como una nueva forma de las relaciones de poder. Sin perder de vista que el objeto de reflexión de Melucci son las sociedades complejas resulta interesante retomar algunas de sus ideas para el propósito de este trabajo.En contraposición con la distinción entre estado y sociedad civil hecha respecto a la sociedad industrial, Melucci piensa que hoy existe un contexto muy diferente y por eso es fundamental reflexionar sobre la democracia en la sociedad compleja. Análisis que deberá incluir la importancia creciente de la acción colectiva y la búsqueda por la constitución de la identidad.
En el contexto precedente se carga de sentido la búsqueda de la identidad. La búsqueda de la respuesta a la pregunta por la permanencia y cambio del yo deviene un polo fundamental de la acción social y de la vida individual, y también como praxis de contra-poder. Melucci conecta directamente la capacidad de los individuos de reconocerse como productores de sentido y la posibilidad de desafiar la manipulación de los aparatos de poder.
Esto Melucci lo conecta con la descentralización de la capacidad de decidir, de interpretación de los mensajes, que deviene descentralización del poder mismo, del poder como capacidad de manipulación de los códigos. De este modo, se puede percibir en la sociedad la presencia de un "poder frágil", porque en esta sociedad, la relación entre incertidumbre y decisión se vuelve descentralización de los centros de poder. En este sentido Melucci ha escrito, "la descentralización de los lugares del poder y del conflicto hace cada vez más difícil caracterizar procesos y actores "centrales"...El poder no radica en determinadas estructuras y su encarnación en determinados actores y relaciones sociales no es definitiva." (Melucci 1994b:134) Más allá, de la particular visión de Melucci sobre lo que él llama "planetarización", esta idea de descentralización invita a pensar unas formas de acción colectiva sin caer en la reificación de las mismas y alerta frente a algunas conclusiones hiper-constructivistas. En este contexto Melucci enfatiza la relación entre democracia y constitución de nuevos espacios públicos. La condición para la profundización democrática es la constitución de espacios públicos independientes del sistema de gobierno, el sistema de partidos y la estructura estatal, con las siguientes características: a) Asumir la forma de un sistema articulado de toma de decisiones, negociaciones y representación donde se puedan expresar las prácticas significativas de la vida cotidiana. b) Debería incluir garantías para la identidad individual y colectiva. Esto implica un sistema institucional que favorezca la apropiación del conocimiento y de la producción de los recursos simbólicos en el esquema de un sistema abierto donde la información pueda circular y ser controlada. c) Este espacio público se caracteriza por su fluidez, donde los límites y el funcionamiento son determinados por una definición variable de las demandas y la acción de la vida cotidiana. d) Otra característica es que un tipo de espacio público así definido expresa el doble sentido de los términos representación y participación; por que se sitúan entre sistema institucional y vida cotidiana, por que son estructuralmente ambivalentes.
En el contexto del espacio público que se ha caracterizado la participación tiene un doble sentido; significa tanto la acción de promover intereses y necesidades en cuanto actor, como así también, identificarse con el interés de la comunidad (Melucci 1992a). La principal función del espacio público descripto es tornar visible y colectivo las señales que marcan los movimientos sociales, por lo tanto la politización pasa por la posibilidad de apropiación del sentido. En una sociedad donde la información cumple un papel central, la participación y la representación desafían al sistema a resolver sus conflictos, con y en, una tensión entre los mecanismos institucionales y las demandas provenientes de las redes de la vida cotidiana que constituyen la zona latente de los movimientos y de los cotidiano mismo. De esta manera, se puede entender como al mismo tiempo existen "lógicas de la acción" diferentes que deben ser articuladas en una representación y participación de un nuevo signo. Sí se pone esto en relación con lo que representa la información como recurso escaso, es posible estructurar la analogía de dar forma a las demandas invisibles como apropiación del sentido, como capacidad de definir una emancipación en términos simbólicos y su conexión con las demandas materiales. Esta conexión se hace visible en la acción colectiva que permanece marcando el recorrido de los límites del sistema y como símbolo de las necesidades y expectativas. Una emancipación así entendida es un proceso de apropiación de la producción de la reproducción del sentido.
3.2.- Políticas de Emancipación y Políticas de Vida.-
Asumiendo las fallas de la modernidad Giddens encara el desarrollo de la propuesta del realismo utópico comenzado con la pregunta sobre el porque no se han producido los efectos esperados por la Ilustración en relación a la aplicación de la razón a la ingeniería social. De este modo, emerge la propuesta de crear una teoría critica sin garantías donde se contrapesen los reclamos por una sociedad mas humana y una visión de la realidad que se ajuste a los hechos. El realismo utópico según Giddens tiene, en estrecha conexión con el modelo de la modernidad, cuatro dimensiones divididas en dos ejes con sus respectivos polos. Uno de esos ejes se constituye entre las políticas de vida en tanto política de autorrealización y políticas de emancipación en tanto política de desigualdad. El otro eje se forma por la política de lo local y la política de lo global. En este contexto y en una primera aproximación se puede afirmar que las políticas de emancipación son "los compromisos radicales dirigidos a la liberación de desigualdades o la servidumbre" y que las políticas de vida "se refieren a los compromisos radicales que van en busca de incrementar las posibilidades para una vida plena y satisfactoria para todos, respecto a la cual no existen los "otros"". (Giddens 1990:146 )En el marco de la transformación de las cuatro dimensiones institucionales de la modernidad Giddens afirma que el movimiento obrero, como sujeto central y hegemónico que articulaba los desafíos en el ámbito de las políticas emancipatorias, a sido desplazado por otras formas de acción, especialmente de acción colectiva, que señalan el desplazamiento hacia la esfera de las políticas de vida. En este contexto Giddens sostiene un papel fundamental para los movimientos sociales "como formas de compromiso radical portadoras de una influencia penetrante en la vida social moderna- proporcionan pautas significativas para potenciales transformaciones futuras". (Giddens 1990:148 ) De este modo los potenciales actores colectivos se presentan en tanto desafío a sus correspondientes dimensiones institucionales:
a) Los movimientos democráticos que conjuntamente con la lucha por la libertad de expresión se originan en al ámbito de la vigilancia, es decir, del control de la información y supervisión social. b) Los movimientos ecologistas, que en tanto contracultura, se definen en relación al industrialismo como forma de transformación de la naturaleza y el entorno creado. c) Los movimientos por la paz, que se contraponen a los riesgos del monopolio de la violencia en manos del poder militar y su correlativa industrialización de la guerra. d) Finalmente, permanece el movimiento obrero en tanto respuesta a los peligros de la acumulación de capital y su globalización.
En este contexto podemos retomar la diferenciación entre políticas emancipatorias y de vida como uno de los elementos centrales de la propuesta del realismo utópico y la reconceptualización de la política que ella implica.
Para Giddens la modernidad en el propio dinamismo de sus instituciones alberga el impulso emancipatorio en primer termino en relación con la autoridad y la religión; y también, pero en no en un menos importante lugar la convicción de los beneficios de la utilización de los métodos de la compresión racional en el mundo social. (Giddens 1991) Consecuentemente las políticas emancipatorias implican dos principales elementos: el esfuerzo por desprenderse del pasado, lo cual permite una actitud transformativa hacia el futuro; y, el objetivo de terminar con la ilegítima dominación de algunos individuos o grupos sobre otros. En esta visión de la política, se pueden apreciar, según Giddens los siguientes conceptos y metas claves de las políticas de emancipación: 1) Estas se orientan a eliminar o a reducir la explotación, iniquidad y la opresión; 2) tienen como principal imperativo lograr la justicia, igualdad y participación.
Por explotación, se entiende el monopolio ilegitimo de recursos o bienes deseados por parte de un grupo que deniega el acceso a ellos a otro grupo, trabajadores- capitalista, negros-blancos, hombres-mujeres, etc.. La inequidad se refiere al acceso a las posibilidad de transformar la desigualdad de distribución de los bienes escasos y de aquellos mecanismos de recompensación que permiten eliminar o transformar los diversos grados de los bienes deseados. La opresión se entiende en términos del poder diferencial que un grupo tiene para limitar las "posibilidades de vida" de otro grupo y que implica por parte de los oprimidos la adopción de valores morales tendientes a construir una autoridad legitima que frene lo que se considera un ejercicio moralmente ilegitimo del poder.
En conexión con estos tres tipos de manejo arbitrario y diferencial del poder, el proyecto emancipatorio esgrime como respuesta la justicia, la igualdad y la participación.
Las mediaciones para transformar la situación son diversas y van desde la búsqueda de una autoridad legítima hasta los mecanismos de profundización de la participación que eviten la concentración y uso desigual del poder. En este contexto Giddens piensa que las políticas emancipatorias en su impulso para eliminar las formas diferenciales de monopolio del poder se caracterizan más bien por "un salir de" que por un delinear el "hacia donde". Para Giddens sin embargo, el concepto central que se puede detectar como fundamento del proyecto emancipatorio es el de autonomía. La tendencia hacia la libertad y la igualdad de las fuerzas emancipatorias adquieren un sentido radical cuando se las conectan a la tarea de efectivizar todas las posibles alternativas de vida para los individuos o grupos, en términos del accionar individual en el marco de la vida colectiva. Es claro que las políticas de emancipación son, en algún sentido, la base para las políticas de vida, que se entienden como el "otro lado" del proyecto emancipatorio.(Giddens 1991)
Las políticas de vida son "políticas" de decisión, es decir que se relacionan directamente con ellas más que con las condiciones para tomarlas como lo son las políticas emancipatorias. Estas políticas se generan en un orden reflexivamente movilizado donde se han visto alterados profundamente, tanto a nivel individual como colectivo, los parámetros existenciales de la actividad social. Las políticas emancipatorias son políticas de las oportunidades de vida, las políticas de vida se refieren a los "estilos de vida". Para Giddens los principales temas concernientes a las políticas de vida son: a) Las decisiones políticas se mueven en y hacia un contexto de libertad de elección y poder generativo, es decir, entendiendo a este como una capacidad transformativa. b) La creación de formas de vida moralmente justificables que promueven la "auto- actualización" en el contexto de una interdependencia global. c) Desarrollar una ética que responda a la pregunta ¨ Cómo deseamos vivir? en un orden post-tradicional en contra de los riesgos de las cuestiones existenciales que dicho contexto plantea. De este modo se puede entender claramente porque las políticas de vida son políticas de decisiones de vida. Dichas políticas afectan directamente el proceso de construcción de la auto-identidad.
Es evidente que tanto Giddens como Melucci incorporan en su visión de los procesos de emancipación el rol fundamental de la acción colectiva, esto delinea un contexto discursivo adecuado para preguntarse sobre el papel de las ciencias sociales en procesos de emancipación en escenarios de pobreza y exclusión.
4) ACCION COLECTIVA, CIENCIAS SOCIALES Y EMANCIPACION.-
Para finalizar, parece oportuno conectar algunas de las consecuencias de lo reseñado anteriormente en el campo de construcción de conocimiento sobre acción colectiva en situaciones de exclusión.Como se ha podido advertir, los autores analizados, ubican el potencial de transformación social en las acciones colectivas, siempre y cuando se comprenda que esto involucra una redefinición en la articulación entre la acción individual y la colectiva. Tradicionalmente observamos las acciones sociales o como individuales o como masivas, pero el claro oscuro de la acción colectiva, no ya como un dato único y pre-dado se escapa por la rendijas de la naturalidad de la vida cotidiana que provoca una suerte de invisibilidad conceptual. Si uno observa la nueva vida cotidiana entenderá por que parece nuevo un movimiento desde lo cotidiano. La metamorfosis de la vida cotidiana, ya que la bauticemos como transformación de la intimidad, ya como las energías del mundo de la vida, radica en un cambio de la autoimagen y en una redefinición del desarrollo de la persona en la familia, por supuesto también resignificada. Todo esto conlleva una nueva imagen de individuo, de sus derechos y de los mecanismos de coordinación de su acción con los otros. Como ha señalado Melucci el nosotros construido por los movimientos sociales se sustenta en un proceso de consenso que gira alrededor no solo de factores cognoscitivos sino también emocionales. En esta línea, la incertidumbre de lo no clasificable, es en sí misma la señal de transformación de la vida cotidiana de individuos que construyen un colectivo. No entenderemos las acciones colectivas en nuestro medio sin percibir la transformación en las relaciones de pareja, de filiación y amistad, que son la materia de los acuerdos y entendimientos cotidianos. Estamos frente a un cambio profundo de la vida cotidiana y el lado claro del estado neo-conservador se encuentra en una de las consecuencias no deseadas y condiciones no conocidas de la acción estatal, cual es, la liberalización de las energías individuales, que están generando necesidad de acciones colectivas.
En este marco las protestas sociales y los movimientos son parte de las "consecuencias no deseadas y condiciones no conocidas de la acción estatal", pues, nacen como respuesta colectiva a los espacios que el estado minimalista tiene destinado a la acción individual. Estos rompen el "diagnóstico" de un estado que no esta dispuesto a contar verdaderamente con las energías de la sociedad civil estructurada como colectivo autónomamente consensuado. Las nuevas estrategias cotidianas de "vivir la vida sin el estado" se ligan con prácticas colectivas que resignifican los espacios públicos de donde el estado deserto.
Las reflexiones anteriores nos conduce a proporcionar, al menos esquemáticamente, un resumen de lo que parece constituirse en la "agenda" de los movimientos sociales en el contexto argentino: a) Todo parece indicar que los movimientos señalan hacia una renovada manera de percibir los derechos civiles, sociales y políticos, teniendo como plataforma las luchas por las desigualdades económicas sus reclamos las trascienden para mostrar la necesidad de redefinir la misma noción del "sujeto" de derechos. b) En el contexto de las nuevas maneras de entender los sujetos de derecho y las estrategias para recobrar la ciudadanía, los movimientos indican la transformación de la vida cotidiana y por lo tanto de los diversos tipos de relaciones sociales que en ella suponen las acciones estatales. c) Se presenta también la necesidad de repensar las articulaciones entre diversas experiencias de las fuerzas sociales que resisten los efectos del modelo neo- liberal. d) Los puntos anteriores son un claro "mensaje" de los cambios en los límites de compatibilidad tanto del sistema político como económico, lo cual hace necesario un proceso de reconstrucción y reflexión de nuevos espacios públicos.
De este modo, el mensaje de los movimientos sociales y las protestas en torno a la exclusión conectado con las maneras de entender las emancipación en un contexto post- empirista de la producción de conocimiento conduce a repensar el lugar y forma de relación entre responsabilidad, ética y conocimiento en Argentina.
Se presenta como evidente el desafío de retomar la política como construcción de un proyecto colectivo en condiciones de exclusión y fragmentación social. Por lo que lejos de obstinarse en la búsqueda de un nave común para todos es vital repensar la acción colectiva desde la pluralidad de actores y la emergencia de nuevas y fragmentadas demandas.
Más allá, del piso siempre presente, de las demandas económicas las nuevas matrices de actores y protestas señalan las demandas de subjetividad como formas renovadas de reclamo de inclusión y nodos potenciales de emancipación. Más allá, del horizonte abierto e indeterminado, del cambio social generalizado, son los propios movimientos y las nuevas formas de protestas que indican caminos parciales, acotados y hasta paradójicos, para pasar de situaciones de invisibilidad social a situaciones donde se recuperen derechos sociales y económicos.
En este sentido se hacer necesario estar alerta frente al surgimiento de utopías de mediano alcance, si se permite la expresión, donde desde los propios excluidos emerge un horizonte emancipatorio compartido, pero específico en sus contenidos y datado en su temporalidad. Este sea tal vez el desafío más grande de las ciencias sociales argentinas, acompañar una tarea de construcción de una sociedad más humana que esta fuera de las prácticas que las teorías tradicionalmente esperan observar en contextos de cambio.
En este contexto se resignifica el contenido y la forma de la expresión acompañar. Lejos de toda forma de vanguardismo y en el contexto de la aceptada tarea de doble hermenéutica que implican las ciencias sociales se redefine el carácter de su discurso científico en relación a su rasgo de discurso cívico. Lejos de cualquier forma de voluntarismo y en el marco de la reflexividad institucional de las ciencias sociales se verifica un rol diverso para el conocimiento de las situaciones de exclusión. De esta manera discurso científico, argumentación cívica y conocimiento de las realidades in-humanas llaman a las ciencias sociales a redefinir su relación con la ética. El acompañar a los actores en sus tareas emancipatorias deja de ser entendido como mero compromiso subjetivo o articulación objetiva, para pasar a desafiar al conocimiento mismo. En un contexto post-empirista de construcción de conocimiento el desafío es doble, por un lado implica el empeño de constitución de un discurso pasible de ser argumentado y respaldado por razones que surgen del contextos de investigación empírica; y por otro lado involucra poder trascender, en actitud realizativa, la pretensión de verdad y desplazarse al discurso práctico con pretensiones de normatividad. Usando una analogía del control migratorio, la comunidad científico social se enfrenta al deber y al derecho de visar las explicaciones del mundo social, tratando de reparar en lo que pueda ser incorrecto o meramente falso en ese discurso. Re-visar y discutir la aceptación/rechazo de una explicación, va más allá entonces, de la preocupación erudita, implica una posición frente a la misma realidad. En el marco de la situación actual de la filosofía de las ciencias sociales esto no implica unívocamente caer en las tentaciones de un relativismo extremo, toda la discusión respecto al multiculturalismo esta presente señalando las potenciales tareas de los científicos sociales sin firmar posturas relativistas auto-disolventes.
Se puede entender así, como las formas de entendimiento posibles de la realidad social impactan en las formas de emancipación. El conocimiento social es incorporado por los actores, vía reflexividad, y estos hacen de él materia e instrumento básico de la redefinición de sus proyectos colectivos y la política en general. Los científicos sociales re-toman están prácticas colectivas y las convierten en recurso teórico que alimenta los límites, siempre inciertos, del conocimiento sobre la sociedad. Por lo que, conocer la pobreza implica a la vez aclarar y criticar los modos de representarla e intervenirla.
Involucra también, responsabilizarse por la exclusión que genera y acompañar los procesos emancipatorios que potencializa.
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