1er Congreso Internacional "Pobres y Pobreza en la Sociedad Argentina" |
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Universidad Nacional de Quilmes - ArgentinaNoviembre 1997 |
Ponencias publicadas por el Equipo NAyA https://www.equiponaya.com.ar/ info@equiponaya.com.ar |
LA EXCLUSIÓN DE LOS JÓVENES EN LA DÉCADA DEL '90 FACTORES, ALCANCES Y PERSPECTIVAS
Los jóvenes son más en todo el país Un problema actual de repercusión en el
futuro1
Jorge Carpio*
Ana Miranda**
Agustín Salvia***
PRESENTACION
Este informe forma parte de una serie de estudios que intentan un primer acercamiento a los cambios ocurridos durante los últimos diez años (1986-1996) en las condiciones de vida de la población joven concentrada en la región Metropolitana del Gran Buenos Aires.A través de estos estudios se busca evaluar los cambios ocurridos en las condiciones de vida de tres generaciones de jóvenes residentes en el más importante aglomerado urbano del país. Las principales hipótesis a contrastar están relacionadas con los factores y las nuevas condiciones de riesgo que conducen a determinados grupos de jóvenes hacia la marginalidad y la exclusión social.
En particular, en este informe se analiza una dimensión demográfica subyacente a muchos de los actuales problemas de la juventud, los cuales se habrán de traducir en el futuro -si no media algún tipo particular de intervención- en problemas sociales graves y complejos cuando este grupo social se convierta en población adulta y, finalmente, envejezca.
En efecto, por razones que aquí se exponen, la actual cohorte de adolescentes y jóvenes ( de 15 a 24 años) es más numerosa -tanto en términos absolutos como relativos- que las precedentes. Si bien esta situación involucra hoy en forma particular a la población joven, se trata de un fenómeno que afecta también -aunque en menor medida- a otros grupos generacionales. Por otra parte, cabe señalar que se trata de un proceso demográfico que continuará generando distorsiones en la estructura social por varias décadas, en la medida que tales generaciones sigan el sendero natural de su ciclo vital.
Es necesario señalar que, el período considerado ha estado dominado por el desarrollo, en primer lugar, de una profunda crisis económica y social; y, a partir de los años '90, por un proceso de expansión económica y de transformación estructural del sistema productivo y del papel económico y social del Estado. Estos procesos -y no los factores demográficos- constituyen sin duda el principal contexto en donde cabe ubicar las problemáticas que afectan las condiciones de vida de muchos jóvenes de áreas urbanas en la actualidad.
Es en este contexto donde se desarrolla el particular fenómeno demográfico que sobre el que se trabaja. En otros estudios de esta misma serie se ha destacado el deterioro de las condiciones de vida de los jóvenes. En efecto, para el Gran Buenos Aires el porcentaje de población joven que se encuentra por debajo de la línea de la pobreza se ha duplicado en los últimos diez años.2
En particular, se trabajo con la hipótesis de que las poblaciones con cohortes etarias más numerosas tienen mayor riesgo de ser afectados por situaciones de exclusión. El principal aporte de la investigación que se presenta se relaciona con la relevancia que adquiere el conocimiento de la dinámica población para la planificación y gestión de políticas sociales. Los datos que se exponen, dan cuenta que el análisis sobre las variaciones en la estructura de edades es un de los factor de importancia para la planificación de políticas sociales (Golbert: 1997), particularmente en el sector de la seguridad social.
En lo que tiene que ver con la definición de la categoría y a efectos del análisis estadístico se ha considerado a la juventud como a la población comprendida entre los 15 y 24 años, distinguiéndose dos grupos estarios dentro de ella: la adolescencia (15 a 19 años) y la juventud plena (20 a 24 años) (Merkler,1991).
Los resultados aquí presentados forman parte del esfuerzo conjunto que vienen realizando equipos de investigación tanto del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA como del SIEMPRO-Secretaría de Desarrollo Social. Más ampliamente, las investigaciones en curso buscan avanzar en la identificación de las condiciones objetivas y simbólico-culturales de discriminación y segregación que operan sobre el acceso y las expectativas de inserción educacional, ocupacional y social de los jóvenes de diferentes grupos, sectores y contextos.
LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS
En la sociedad industrial moderna, el trabajo asalariado tenía una centralidad mucho más que económica. Era también un importante ámbito de realización de los derechos ciudadanos y de acceso a formación, recursos, habilitaciones y otros beneficios. La crisis del Estado social y los profundos cambios económicos y tecnológicos han ocasionado fuertes rupturas en el "mundo del trabajo" y en los mecanismos de reproducción social, tanto familiares como comunitarios, que procuraban y favorecían la integración social.Son algunos signos de estos tiempos: el aumento de la desigualdad social, la precarización de las condiciones de educación y empleo, la marginación de vastos sectores de la población. Un nuevo orden social parece emerger de este proceso que tiene a la crisis del Estado social y a la nuevas reglas del crecimiento económico como sus principales responsables.
Un factor central que refuerza esta problemática es el creciente debilitamiento que tienden a experimentar las tradicionales redes familiares, civiles y comunitarias de reproducción social. En este caso, los factores responsables de esta disolución son de una extrema heterogeneidad: por una parte, el avance social y político de las relaciones de mercado, así como símbolos culturales de un mundo cada vez más globalizado; por otra, los conflictos y las nuevas identidades sociales nacidas de la misma marginalidad social.
Bajo este contexto, adolescentes y jóvenes son hoy en todo el mundo (Desarrollo Humano, 1996), y muy particularmente en América Latina (CEPAL, 1995), una de las principales víctimas de la transformación estructural y de la crisis del mundo de trabajo y del Estado asistencial. Estos jóvenes, el futuro próximo de la sociedad, deben enfrentar un proceso acelerado de exclusión frente al bloqueo que experimentan los canales de integración tradicionales.
Muchos de ellos no asisten a establecimientos educativos ni tampoco consiguen empleo. La mayoría ya no cree en el imaginario social que afirmaba que "el que no estudia, debe trabajar". Son jóvenes para quienes la sociedad formal no les ofrece ninguna opción. Frente a ella: "no hacen nada, no tienen nada que hacer".
La sociedad argentina no ha escapado a este generalizado deterioro de las condiciones de inserción laboral e institucional que tienden a experimentar los jóvenes. En efecto, durante varias décadas, la Argentina fue un país que sustentaba expectativas de movilidad social ascendente en vastos sectores de la población, especialmente entre los sectores populares urbanos. Diversos autores, desde los clásicos estudios de Gino Germani en adelante, han señalado la vigencia y el vigor que tenían esos ideales (Germani, 1966). La juventud, la educación y el empleo eran tres de los principales factores asociados con aquel fenómeno. El paso por el sistema educativo primero y luego la inserción laboral en un trabajo calificado, como camino para la integración a la sociedad y para un mejoramiento progresivo de las condiciones de vida, constituían un recorrido habitual o, por lo menos, posible; aprendido por la mayoría de los jóvenes de estratos populares y medios urbanos.
La crisis de los años '80 y los cambios estructurales de los años '90, junto a los nuevos panoramas culturales, han bloqueado estos tradicionales caminos hacia la integración social de las nuevas generaciones. Es cierto que dichos cursos de acción nunca fueron garantizados para todos los sectores sociales y regiones del país, pero su grado de cobertura y legitimidad social los convirtió en un indiscutido derecho "universal" y en una responsabilidad social y pública en favor de los jóvenes.
Las condiciones de vida de la población joven se han deteriorado en los últimos diez años. Es conocido el hecho de que actualmente hay muchos más jóvenes desempleados, no escolarizados, en situación de pobreza y riesgo social; así como también más probabilidad de que los jóvenes en general se vean afectados por alguna forma de exclusión. En efecto, en el Gran Buenos Aires, en octubre de 1996, alrededor de 200.000 jóvenes no trabajaban, ni estudiaban, ni eran amas de casa, siendo más afectados los pertenecientes a hogares en condición en condición de pobreza.
Frente a esta trama, el desafío de este trabajo es analizar la particular dinámica demográfica de las cohortes de jóvenes que tienen en la actualidad entre 15 y 24 años destacando, según lo señalado, la importancia que adquiere el conocimiento de la dinámica de la población en la planificación y gestión de políticas sociales.
LA PRESION DE TRES COHORTES ETARIAS VULNERABLES.
La comparación de los resultados arrojados por los censos nacionales de población y vivienda de 1980 y 1991 evidencia la existencia de un particular fenómeno socio-demográfico en la evolución poblacional de nuestro país (ver Gráfico 1):
Gráfico 1
Fuente: Censos Nacionales 1980 y 1991 INDEC. Elaboración propia.
En 1991, el peso relativo en la estructura demográfica de los grupos poblacionales de 10 a 19 años, de 35 a 44 años y, finalmente, de 60 a 69 años, es marcadamente superior a la participación de esos mismos tramos etarios en 1980.
Mientras que en este año, el mayor peso puede observarse en los grupos etarios que tenían diez años menos. Es decir, resulta evidente la existencia en la estructura demográfica de tres cohortes poblacionales particularmente numerosas que se suceden en el tiempo.
Por lo tanto, es de suponer que en 1996 tales cohortes etarias continúen presionando en forma desigual sobre la estructura poblacional desde tramos etarios 5 años mayores: 15 a 24 años, 40 a 49 años y, por último, 65 a 74 años.
Este fundado pronóstico permite llamar la atención sobre la relación que podría existir entre el fenómeno aquí observado y el contenido de algunas de las principales demandas que pesan actualmente sobre el sector social: a) la crisis del sistema educativo, así como la falta de integración laboral y social de los jóvenes; b) la crisis de desocupación y el problema del núcleo duro (que afecta especialmente a jefes de hogar y cónyuges adultos); y c) la crisis del sistema previsional y las reiteradas demandas sociales de los jubilados.
LA INTERVENCION DE FACTORES SOCIALES Y DEMOGRAFICOS.
El fenómeno observado no deja de llamar la atención debido a que cabría esperar que el tamaño de cada cohorte sea algo más chico que el de la precedente, y no tanto más grande que el de la cohorte que le sigue en la pirámide poblacional. Sin embargo, este hecho no ocurre así en todos los casos, haciéndose evidente la existencia de tres generaciones con mayor peso relativo (Gráfico 1).
¨Cuál es la razón de esta aparente anomalía demográfica? Dejando de lado posibles errores censales, la explicación del fenómeno observado tiene que encontrarse en el comportamiento diferencial de los factores que determinaron el tamaño de cada una de esas cohortes y su relación con las contiguas, es decir: el número de nacimientos, el número de defunciones y el número de migrantes ganado o perdido.
Al respecto, los especialistas sostienen que en la Argentina de los últimos 50 años se observa una tendencia creciente en el número de nacimientos y levemente decreciente en el nivel de la natalidad, así como la existencia dos "explosiones" de nacimientos. La primera, tenue, que se inició hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial y alcanzó su máximo a mediados de los años '50, habría estado generada por la última ola de inmigración europea (Lattes y Lattes, 1975). La segunda, mucho más importante, se inició a fines de los años '60 y alcanzó su máximo a fines de los años '70. Ambas explosiones habrían intervenido directa o indirectamente en la dinámica demográfica que hemos descrito. Justamente, uno de los factores de esta segunda "explosión" fue que las cohortes mayores de nacimientos de la posguerra alcanzaron sus edades reproductivas de más alta fecundidad a mediados y fines de los años 70'. Esto produjo un mayor número de nacimientos en esos años. Otras hipótesis señalan que en esos años tuvo lugar además un aumento en la tasa de fecundidad (Pantelides, 1989), lo que hace esta segunda explosión más importante3.
De esta manera, la lectura de los pesos específicos de cada cohorte en las pirámides poblacionales de 1980 y 1991 (Gráfico 1) resulta más comprensible.
1) En el grupo de 0-9/10-19 años se encuentran justamente los nacidos en la segunda "explosión" de nacimientos de los años '70.
2) En la cohorte de 25-34/35-44 años encontramos a los padres y a las madres del grupo anterior, los cuales nacieron en la posguerra.
3) En el caso de las edades de 55-64/65-74 años se trata de una cohorte que contiene a una alta proporción de los abuelos y las abuelas de los nacidos en los años '70, muchas de ellos inmigrantes europeos.
LOS JOVENES DE HOY: UNA POBLACION DE MAS DE 6 MILLONES DE PERSONAS.
Según lo señalado, nuestro interés se centrará en los jóvenes que actualmente tienen entre 15 a 24, grupo poblacional que nació a partir de la explosión de nacimientos de los años '70. Al respecto, el análisis intercensal 1980/1991 muestra el particular avance de esta cohorte etaria (Cuadro 1).
1) Mientras que la población del país creció en términos netos un 17% entre 1980 y 1991, el incremento poblacional del grupo etario de 10 a 19 años fue superior al 29%. De esta manera, este tramo etario absorbió un tercio del crecimiento total de la población del país entre 1980 y 1991.
2) Como resultado de este incremento, en 1980, las personas entre 10 y 19 años representaban el 17,2% del total de la población, mientras que en 1991 este mismo grupo pasó a concentrar el 18,9%.
3) Estos datos llevan a estimar que la actual cohorte decenal de 15 a 24 años cuenta con casi 1,5 millón más de personas que la cohorte precedente. Es decir, este grupo poblacional superaría hoy los 6 millones de personas en todo el país.
Cuadro 1 Tasa de Crecimiento Intercensal de Grupos Etarios Jóvenes Total del País 1980/1991
Por otra parte, las diferencias al interior de este grupo etario no dejan de ser significativas. En el Cuadro 1 se observa que el tramo de 10 a 14 años (15 a 19 años en 1996) experimentó un crecimiento del 36%. En lo que respecta al tramo que va de los 15 a los 19 años (20 a 24 años en 1996) este incremento fue del 22%.
En consecuencia, cuando se analicen problemas de salud, educación, trabajo, etc., de los jóvenes y se planifiquen acciones para resolverlos, deben tomarse en cuenta los datos que brinda la investigación demográfica: la actual cohorte decenal de 15 a 24 años supera a la anterior en más de 1.4 millón de personas; y dentro de este grupo, los adolescentes de 15 a 19 años constituyen la cohorte más afectada (casi 900 mil personas más).
LA POBLACION JOVEN EN EL GRAN BUENOS AIRES.
Siendo el área metropolitana del Gran Buenos Aires la región más importante del país en términos demográficos, económicos y políticos, el análisis de la dimensión demográfica considerada resulta un ejercicio por demás necesario.
Al respecto, debe destacarse que -de acuerdo con el Censo de 1991- el Gran Buenos Aires concentraba el 33% del total de la población del país y el 31% del grupo etario de 10 a 19 años.
El análisis intercensal 1980/1991 de esta región reitera la presencia demográfica de tres cohortes poblacionales particularmente numerosas. En efecto, entre los censos de 1980 y 1991, es significativo el peso relativo de las cohortes de 0-9/10-19 años, de 25-34/35-44 años y de 50- 59/60-69 años. Todo lo cual hace suponer una mayor concentración de demandas sociales alrededor de sus actuales perfiles etarios.
También en este caso, a igual que en el resto del país, la cohorte de los jóvenes nacidos en los años '70 es la que registra especial presencia, tanto en términos absolutos como relativos (Gráfico 2 y Cuadro 2).
1) Entre 1980 y 1991, el grupo de 10 a 19 años creció un 29% (más de 420.000 personas), mientras que el total de la población metropolitana creció sólo un 12% (1.168.000 personas). De esta manera, este grupo etario concentró por sí sólo más del 36% del crecimiento poblacional neto que registró el área entre ambos censos.
2) Por lo tanto, mientras que en 1980 el grupo de 10 a 19 años representaba apenas el 15% del total de la población del área, esta subpoblación pasó a representar en 1991 el 17,5% del total.
3) Estos datos permiten estimar que en el Gran Buenos Aires la actual cohorte decenal de 15 a 24 años sumaría casi 2 millones de jóvenes. Es decir, existirían hoy más de 400 mil jóvenes más que la cohorte precedente.
Gráfico 2
Fuente: Censos Nacionales 1980 y 1991. INDEC. Elaboración propia.
Por lo demás, también vuelven a destacar aquí algunas diferencias entre los grupos etarios que conforman la franja analizada. La categoría de 10 a 14 (de 15 a 19 años) fue la de mayor crecimiento intercensal (34%), seguida por el grupo de 15 a 19 (de 19 a 24 años en 1996) con un 24%.
Para el Gran Buenos Aires son también significativos los datos que brinda la investigación demográfica: la actual cohorte decenal de jóvenes de 15 a 24 años supera a la anterior en más de 400 mil personas; siendo los adolescentes de 15 a 19 años los que dentro de este grupo presentan mayo peso demográfico. En total, habría actualmente en el Gran Buenos Aires casi 2 millones de adolescentes y jóvenes.
LA SITUACION DE LOS JOVENES EN EL CONURBANO BONAERENSE.
El aumento de la problemática social de los jóvenes que viven en el Conurbano Bonaerense encuentra como uno de sus substratos el particular crecimiento demográfico que está registrando este grupo poblacional durante los último años.
Aquí también, la variación intercensal 1980/1991 da cuenta de un crecimiento particularmente explosivo (Gráfico 3 y Cuadro 3): 1) Entre 1980 y 1991, el grupo etario de 10 a 19 años creció aquí un 32%, mientras que el total de la población del conurbano creció sólo un 16%.
2) Por lo tanto, mientras que en 1980 el grupo de 10 a 19 años representaba apenas el 16,6% del total de la población de la zona, esta subpoblación pasó a representar en 1991 el 18,8% del total.
3) Estos datos permiten estimar que la actual cohorte decenal de 15 a 24 años del Conurbano Bonaerense concentra hoy más de 1,5 millones de jóvenes, casi 370 mil personas más que la cohorte precedente.
Gráfico 3
Fuente: Censos Nacionales 1980 y 1991 INDEC. Elaboración propia.
Por otra parte, las dos subpoblaciones jóvenes analizadas experimentaron un fuerte aumento: la categoría de 10 a 14 años (15 a 19 años en 1996) se incrementó un 37%, mientras que el crecimiento del grupo de 15 a 19 años fue del 27% (el más significativo de los analizados). En el Cuadro 3 podemos observar ambos comportamientos:
La problemática social de los jóvenes que viven en el Conurbano Bonaerense encuentra como uno de sus principales substratos el particular crecimiento demográfico que presenta el grupo de jóvenes de 15 a 24 años como efecto del avance poblacional de la cohorte nacida en los años '70. Hoy día, hay más de 1,5 millón de jóvenes de 15 a 24 años que viven en el Gran Buenos Aires.
LA RESPONSABILIDAD DE LA POLITICA SOCIAL.
COMENTARIOS FINALES.
El análisis intercensal 1980/1991 y de los cambios experimentados en la pirámide poblacionales de nuestro país, pone de manifiesto las consecuencias demográficas que tienen hechos demográficos ocurridos en el pasado: nacimientos, muertes y migraciones que afectaron a la población antes de realizarse los censos. En este sentido, el estudio de tales hechos es un procedimiento necesario si se desea estimar y poder prevenir las distintas demandas y necesidades -presentes y futuras- que se generan desde los diferentes grupos poblacionales y sectores de la sociedad.
Hemos considerado aquí, la hipótesis de que aquellos grupos y sectores sociales que cuentan con mayor presión de cohortes etarias demográficamente numerosas tienden a presentar mayor riesgo de ser afectados por situaciones de pobreza y de exclusión. En esta ocasión, se ha buscado llamar la atención sobre algunos cambios en la distribución etaria de la población de nuestro país, que afectan de manera particular a la actual cohorte de jóvenes y que seguirán repercutiendo en la estructura demográfica de la población. Por otro lado, en otros estudios de esta misma serie, hemos destacado que no sólo hay actualmente más jóvenes, sino también más jóvenes pobres y que tales grupos tienen una mayor probabilidad de pertenecer a hogares con escasas oportunidades de integración social.
Junto al conocido proceso de envejecimiento que afecta a nuestra estructura demográfica, resulta evidente que actualmente está teniendo lugar en la Argentina una particular "explosión de jóvenes", como efecto directo e indirecto de factores demográficos y migratorios anteriores que hoy siguen teniendo vigencia. Un hecho acerca del cual, por otra parte, no se tiene suficiente conocimiento de su existencia ni de sus implicancias económicas y sociales, tanto presentes como futuras. En efecto, la población joven que en la actualidad tiene entre 15 y 24 años, en 20 años más, tendrá entre 35 y 44 presionando significativamente en la estructura previsional.
La ausencia de planificación, en conjunto con los procesos de reestructuración económica, determinan que muchos de los efectos "inesperados" ya se estén haciendo sentir sobre la estructura social y sobre las instituciones privadas y públicas. La mencionada explosión demográfica se desarrolla en un contexto donde: la crisis del sistema educativo -a nivel secundario y universitario-, la falta de oportunidades de empleo y formación profesional, y muchos de los crecientes fenómenos de marginalidad urbana, tienen a los jóvenes como sus principales protagonistas. Sin duda, el factor demográfico no es la causa última de estos significativos déficit que afectan actualmente a nuestra sociedad. Sin embargo, su particular presencia y dinamismo potencia los problemas y hace más difícil dar respuestas estratégicas a los mismos. Por otra parte, cabe advertir que hasta finales de este siglo, la presión de las demandas y necesidades de esta población objetivo seguirán incrementándose como consecuencia de la explosión demográfica y la actual falta de oportunidades.
Así como ayer la situación demandaba previsión y planificación para hacer frente a los cambios que experimentaría esta cohorte etaria, que habría de pasar de la escuela primaria al mundo de la formación profesional y a un primer trabajo. Hoy, el problema está instalado y requiere soluciones inmediatas que actúen de manera estratégicas. En este sentido, cabe predecir que si no median otros factores, la actual explosión de jóvenes se habrá de traducir, en un lapso no muy lejano, en una explosión de familias adultas y nuevas generaciones -a cargo de los jóvenes de hoy- estructuralmente sumergidas en la marginalidad y la exclusión social. El diagnóstico nos anticipa la gravedad del problema en el futuro.
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NOTAS
1 Esta investigación se realizó en el marco del proyecto "El ajuste en los hogares: estrategias de sobrevivencia, conflicto y cambio en la composición de los grupos domésticos", bajo la dirección del Lic. Agustín Salvia y con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de Buenos Aires.
* Consultor del SIEMPRO, Secretaria de Desarrollo Social ** Investigadora - Docente UNGS/UBA *** Investigador - Docente UBA/CONICET
2 Mientras en 1986 en la población joven (15 a 24 años) el índice era del 14,7%, hacia 1996 el porcentaje representaba al 29,4% del total. Al respecto puede verse: Carpio J., Miranda, A. y A. Salvia (1997): Efectos de Desigualdad, pobreza y exclusión social sobre los jóvenes del Gran Buenos Aires. Ponencia presentada al I Congreso Internacional de Pobres y Pobreza. UNQ/CEIL. Quilmes.
3 La hipótesis sostenida por Pantelides habla de un aumento de la fecundidad de la cohorte, hecho que aún no ha sido verificado y que habrá de verificarse hacia la culminación del período reproductivo de la cohorte correspondiente.
Otros trabajos señalan que el proceso aludido es sólo el efecto del recambio generacional de una cohorte más numerosa.
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