UN PASADO PARA EL PRESENTE: PROYECTO DE EXTENSIÓN Y CAPACITACIÓN PARA EL MANEJO SUSTENTABLE DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN

AMAICHA DEL VALLE (TUCUMÁN, ARGENTINA)

Sara M. L. López Campeny *
Carolina Somonte *
M. Lorena Cohen *
Víctor H. Ataliva *
Carlos A. Aschero *

* Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Instituto de Arqueología y Museo (IAM).

RESÚMEN

Concebimos a la Arqueología como una ciencia social, en el contexto de una práctica científica donde el conocimiento sobre el pasado de las sociedades humanas puede constituir una herramienta eficaz para el desarrollo de las comunidades en el presente. En este sentido, y en el marco de una propuesta cuyo objetivo último apunta a la conservación del patrimonio arqueológico a través del manejo sustentable de los recursos culturales de la comunidad de Amaicha del Valle (Dpto. Tafí del Valle, Tucumán), presentamos en este trabajo: 1) los resultados preliminares de un proyecto de exposición museográfica itinerante actualmente en curso y, 2) un proyecto para la capacitación de miembros de la comunidad mencionada, como promotores activos para la valoración, protección y preservación de los sitios arqueológicos.

INTRODUCCIÓN

Reconocemos que la socialización del conocimiento científico y su integración a la realidad socioeconómica de una comunidad constituye una alternativa para generar resultados útiles para su desarrollo integral. En el caso de la Arqueología concebida como ciencia social, el conocimiento sobre el pasado de las sociedades humanas puede constituir una herramienta eficaz para el desarrollo de las comunidades en el presente. Así, por ejemplo, mediante la producción de este conocimiento científico y su integración en una estrategia para el uso público del patrimonio arqueológico, se puede dar respuesta a algunos de los requerimientos concretos de una comunidad, de forma tal que ésta pueda beneficiarse a partir del manejo responsable de sus recursos culturales. En este marco, y de acuerdo con Molinari (1998a), consideramos que todas las actividades involucradas en el manejo de los recursos culturales deben responder a una estrategia general donde el objetivo principal debe apuntar a la conservación de estos bienes.

Teniendo en cuenta lo anterior, el objetivo último de nuestra propuesta apunta a la conservación del patrimonio arqueológico a través del manejo sustentable de los recursos culturales de la comunidad de Amaicha del Valle (Dpto. Tafí del Valle, Tucumán). Presentamos en este trabajo: 1) Las actividades de extensión realizadas recientemente por miembros del Instituto de Arqueología y Museo (IAM, UNT), en relación con las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en Amaicha del Valle; y 2) Una propuesta para la capacitación de miembros de dicha comunidad como promotores activos para la valoración, protección y preservación de los sitios arqueológicos. Ambos aspectos se integran en el marco de un proyecto general para la implementación -a largo plazo- de una política de manejo sustentable del patrimonio arqueológico.

LA COMUNIDAD DE AMAICHA DEL VALLE

Amaicha del Valle constituye una pequeña comunidad rural de aproximadamente 5000 habitantes, ubicada a 2000 msnm y a 160 km de la ciudad de San Miguel de Tucumán. La Comunidad Indígena que allí reside tiene la posesión comunitaria de sus tierras, otorgada por Cédula Real a principios del siglo XVIII. Esta comunidad presenta una serie de características particulares que consideramos relevantes destacar en relación con nuestra propuesta:

a) En primer lugar, la existencia de una importante riqueza patrimonial -natural, antropológica y arqueológica- que incluye la transmisión oral de un conocimiento ancestral, prácticas culturales,  fiestas tradicionales y producción de artesanías, así como la existencia de sitios arqueológicos de variada cronología, que documentan la ocupación humana en el valle desde momentos precerámicos hasta el período de contacto hispano indígena (Cigliano et al. 1960; Platanía 1991; Sosa 1994; Aschero 1996; Ribotta 1997; Cohen et al. 2000; Rivolta 2000; Hocsman et al. 2000 y Somonte 2002, entre otros).

b) Por otra parte, se ha producido en los últimos años un notable incremento del número de turistas que, además de participar de las fiestas tradicionales, accede a los sitios arqueológicos sin contar con el control o la guía de personas capacitadas para tal fin. A este acceso irrestricto a los sitios arqueológicos por parte de numerosos visitantes, debemos agregar la acción de una serie de agentes naturales (roedores, vegetación, distintos tipos de erosión) y antrópicos (fundamentalmente saqueos) que modifican, alteran y perturban la integridad de los contextos arqueológicos. Todos estos factores ponen en riesgo la conservación del patrimonio arqueológico como fuente de información sobre la variabilidad de la conducta humana en el pasado.

c) A pesar de este incremento en el número de visitantes que eligen Amaicha del Valle como uno de los destinos para sus vacaciones, los miembros de la comunidad enfrentan una difícil situación socio-económica, debido a una escasa oferta laboral local. Esta situación, entre unas de sus más graves consecuencias, genera una importante emigración -principalmente entre los miembros más jóvenes- quienes se trasladan a los distintos centros urbanos en busca de alternativas de trabajo.

d) No podemos dejar de mencionar que, como en cualquier comunidad, existe en Amaicha una compleja situación socio-política, que se manifiesta en la presencia de sectores con intereses claramente diferenciados. A esta situación se suma la presencia de múltiples concepciones en lo que respecta a la noción de patrimonio arqueológico, la responsabilidad de su protección, la identidad comunitaria y su vinculación con las poblaciones prehispánicas, entre otras problemáticas que inciden en la conservación de los sitios arqueológicos.

e) Por último, nos parece importante mencionar que hemos podido detectar una percepción del pasado local y una interpretación de los restos arqueológicos fuertemente desvinculada de los aportes de las investigaciones arqueológicas, por lo que existe un importante sesgo en la información relacionada con la diversidad histórica, la profundidad temporal y la complejidad de los procesos sociales locales anteriores a las invasiones incaica y española. Ejemplos de esto lo constituye el empleo de un discurso que legitima la relevancia de un sitio arqueológico por su vinculación cultural -ficticia o real- con la presencia incaica, o por su carácter de sitio ceremonial, desconociendo y subvalorando, en el primer caso, la profundidad temporal y la complejidad de las poblaciones arqueológicas locales, y en el segundo, la relevancia de los elementos materiales asociados con la vida cotidiana para documentar los procesos sociales de las poblaciones del pasado.

DEFINIENDO ALGUNOS CONCEPTOS. EL MARCO EN EL QUE SE DESARROLLA LA PROPUESTA

Teniendo en cuenta los aspectos antes enumerados, consideramos necesario definir previamente los términos en los que planteamos desarrollar la propuesta de capacitación para el manejo sustentable del patrimonio arqueológico de Amaicha.  

En primer lugar, entendemos por vestigios arqueológicos al conjunto de restos materiales producto de las actividades humanas, que constituyen fuentes de información para la interpretación y el conocimiento de los distintos aspectos del desarrollo de las sociedades del pasado. Ahora bien, para que estos vestigios arqueológicos sean integrados como parte del patrimonio cultural de una determinada comunidad, deben ser reconocidos y valorados en el presente, para lo cual es necesario un proceso previo de interpretación y significación de estos materiales para su apropiación por parte de la comunidad (Manasse 1998). Esto es debido a que "...en forma global este patrimonio tiene un carácter social, participativo y dinámico ya que lo visualizamos como un repertorio de significados que continuamente son interpretados por una comunidad (en la cual nos incluimos)" (Molinari et al. 2000). Entonces podríamos preguntarnos ¿cuál es el papel del arqueólogo en este proceso de reconocimiento del patrimonio para su preservación? Consideramos que el valor y los significados otorgados por la comunidad son de fundamental importancia para definir las actitudes que se tomarán en relación con la conservación del patrimonio, significados que deben articularse -para la preservación de los bienes arqueológicos- con el conocimiento científico generado por las investigaciones arqueológicas. En consecuencia, el importante papel de la difusión reside en que, a partir del reconocimiento del valor de los bienes culturales, representa una herramienta para generar el interés por su mantenimiento y conservación.

En la actualidad, las estrategias para la conservación del patrimonio cultural reconocen la importancia del accionar del hombre como elemento activo en la protección de los bienes. Esto ha desencadenado una serie de cambios importantes en lo que respecta al concepto de conservación, antes ligado con la restricción del público al acceso de los recursos patrimoniales que se pretendían conservar (Molinari 1998b). La nueva concepción propone la necesidad de un cambio en la relación entre la sociedad y los bienes culturales de manera que involucre su participación y un mayor acercamiento, pero en el marco de una política de manejo de recursos culturales (Molinari 1998b y 2000).    

El manejo de recursos culturales incluye una serie de actividades integradas, entre las que están involucradas la planificación, la investigación, la conservación y el uso público del patrimonio cultural. Particularmente, el uso público comprende todas las actividades de difusión de la información procedente de las investigaciones aplicada a la recreación, interpretación y educación del público visitante (Molinari 1998b). Además, las actividades de difusión involucradas en el uso público de los recursos -siempre en el marco de la conservación de dicho patrimonio- también pueden convertirse en un medio para producir beneficios concretos en las poblaciones locales. La conservación, en este marco, implica un uso racional, rentable y sustentable del patrimonio (sensu Molinari et al. 2000), por parte de las comunidades.

LOS TRABAJOS DE EXTENSIÓN REALIZADOS CON LA COMUNIDAD DE AMAICHA

Hacia fines de 1995, la Acción Social de la UNT convocó a representantes de las distintas unidades académicas a una reunión con miembros de la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle. El objetivo de la misma era coordinar una serie de acciones tendientes a la revalorización del patrimonio cultural amaicheño -muy particularmente, el arqueológico- con el propósito de integrarlo a futuros proyectos turísticos. Debemos destacar que en pocas ocasiones en la Arqueología del NOA, una comunidad convoca a profesionales para discutir, elaborar y proyectar, en forma conjunta, estrategias para conocer, proteger y emplear el patrimonio cultural como herramienta para el desarrollo autosustentable de la comunidad (Aschero et al. 1997). A partir de ese momento, el IAM ha llevado a cabo distintas actividades con la comunidad de Amaicha, que incluyeron la realización de un Taller de Extensión, en el que se discutieron aspectos relacionados con el patrimonio, su conservación y las características de los emprendimientos turísticos deseados por la comunidad (Aschero et al. 1996 y 1997).

En el año 1996, el IAM inicia las investigaciones arqueológicas en la localidad de Los Zazos, realizando excavaciones en el sitio agropastoril  "El Remate" (cf. Ribotta 1997 y Cohen et al. 2000). Durante las excavaciones (1996-1998), alumnos de las escuelas del ciclo básico y superior visitaron el lugar, participando de forma activa en las tareas realizadas por los arqueólogos. Paralelamente a las intervenciones arqueológicas -y en el marco del Proyecto elaborado por el IAM: "Exhibir, Comprender y Proteger", premiado con un subsidio de la Fundación YPF- miembros del Equipo de Comunicación para el Desarrollo, de la Facultad de Filosofía y Letras (UNT), elaboraron el video "Amaicha ¿Qué hacemos con el pasado?" (Korstanje et al. 1998-1999). En este video participan distintos actores sociales de la comunidad amaicheña (dirigentes políticos, maestros, artesanos, comuneros, jóvenes, nuevos residentes, entre otros) y miembros del IAM, presentando sus opiniones críticas en relación con la conservación y valorización del patrimonio arqueológico y los recursos culturales en Amaicha. Dicho documental fue presentado a la comunidad de Amaicha en diversas oportunidades en las que se debatieron, con el público asistente, los temas tratados por el video.

Recientemente (Octubre de 2001), se elaboró una encuesta con el fin de detectar en la población inquietudes, requerimientos, expectativas y conocimientos generales vinculados con el pasado prehispánico, los vestigios arqueológicos y el papel del arqueólogo en la comunidad y, de esta manera, ser empleada como una herramienta diagnóstica para planificar las actividades a desarrollar en Amaicha.   

Las encuestas se repartieron entre los alumnos de la Escuela Agrotécnica de Amaicha y la consigna indicada fue que debían ser contestadas conjuntamente por todos los miembros de la familia. Se recuperó una buena proporción del total, ya que de las 200 encuestas repartidas retornaron 159. La misma consistió en tres preguntas, precedidas de una breve presentación donde se explicaba nuestro interés por conocer ciertos aspectos vinculados con la relación entre los miembros de la comunidad y los trabajos de investigación arqueológica realizados en la zona. Las preguntas fueron: 1) ¿sabe qué hace un arqueólogo?; 2) ¿sabe si se han hecho trabajos arqueológicos en la zona?; y 3) ¿qué espera del trabajo del arqueólogo en la comunidad?.

Los principales resultados de las encuestas pueden visualizarse en los gráficos que presentamos a continuación, y en base a su análisis podemos hacer las siguientes reflexiones.

1- Con respecto a la pregunta sobre cuál es la tarea del arqueólogo, destacamos que el mayor porcentaje de respuestas (30%) relaciona a la Arqueología con el hallazgo y el estudio de restos de dinosaurios y otro tipo de "fósiles". Inicialmente, vinculamos todas las respuestas que incluían alguno de estos dos términos en una misma categoría, por entender que representaba el frecuente error de confundir a la Arqueología con la Paleontología, al relacionarla con el estudio de restos de animales (fósiles) que no convivieron con el hombre (por ejemplo, dinosaurios) y que por lo tanto no hacen a su objeto de estudio. Sin embargo, es importante mencionar que posteriormente, cuando los resultados de las encuestas fueron presentados a la comunidad, algunos de los presentes nos comentaron que la palabra "fósil" también suele ser comúnmente empleada para referirse indistintamente a "cualquier cosa vieja", desde un fragmento de cerámica hasta un hueso de fauna. De esta manera, es posible que algunas de las respuestas que incluyen a los fósiles entre los restos que estudia un arqueólogo se refieran a vestigios materiales productos de actividades humanas, no representando por lo tanto una respuesta errónea, pero no es posible hacer esta distinción en base a las encuestas. Otro importante porcentaje de respuestas (18%) relacionan el trabajo del arqueólogo con el estudio de los objetos del pasado, las que pueden discriminarse de otras categorías menos representativas pero más específicas, que aluden al estudio de un pasado que se reconoce como propio (10%) -estudio de los restos de los "antepasados"- o a la investigación de vestigios materiales vinculados específicamente con la actividad humana (7%) -estudio del pasado del hombre- o, finalmente, con una ciencia que estudia eventos del pasado (7%) -estudia la "historia". Una categoría muy interesante de destacar, por su gran aproximación a una definición del trabajo arqueológico, es la que incluye todas aquellas respuestas que mencionaron que la tarea del arqueólogo consiste en "interpretar el pasado a partir de los restos materiales que se han conservado" y que equivale casi al 9% del total. Otra proporción que representa el 10% no sabía la respuesta o no contestó la pregunta. Entre las categorías menos significativas, un porcentaje cercano al 4% vinculó el objeto de estudio de los arqueólogos con "cosas de los indios", relacionando a esta ciencia con el estudio de los restos dejados por las poblaciones originarias, aunque en ninguno de estos casos se hace alusión a que exista algún tipo de vínculo entre la población actual y estos grupos indígenas.

A- Estudia restos de dinosaurios y fósiles     (27,47%)

B- Estudia objetos del pasado y la antigüedad    (18,94%)

C- No sabe   (10,51%)

D- Busca restos de los antepasados     (9,47%)

E- Interpreta el pasado a partir del estudio de vestigios materiales   (8,53%) 

F- Estudia la historia  (7,10%)

G- Estudia el pasado del hombre  (7,10%)

H- Estudian elementos de la naturaleza: piedras, plantas, animales, clima, etc.   (2,36%)

I- Estudia "cosas de los indios"  (3,79%)

J- Realizan excavaciones  (0,94%)

Finalmente, sólo un porcentaje del 2% mencionó en forma poco precisa que el interés de los arqueólogos se centraba en el estudio de diferentes elementos de la naturaleza entre los que se enumeraron plantas, animales, piedras, el clima, etc.; y una categoría que representa un poco menos del 1% asoció la tarea del arqueólogo solamente con la realización de excavaciones.

A- No sabe si se han hecho investigaciones en la zona      (30,28%)

B- Afirma que no se hicieron investigaciones en la zona    (10,28%)

C- Sabe que se han hecho investigaciones pero no sabe en qué lugar   (21,71%)

D- Menciona conocer investigaciones en el Sitio de Quilmes      (13,71%)

E- Menciona investigaciones en el Sitio de Los Cardones   (15,42%) 

F- Menciona investigaciones en otros sitios arqueológicos próximos a Amaicha  (7,46%)

G- No contesta  (1,14%)

2- En relación con la segunda pregunta, los resultados fueron más notables en cuanto a la desconexión existente entre la realización de investigaciones arqueológicas en la zona y su conocimiento por parte de la comunidad actual. La mayor parte de los encuestados (31%) afirmaban desconocer la realización de cualquier tipo de investigación arqueológica en la zona o, si decía conocer de la existencia de intervenciones, no podía precisar el lugar en que se habían efectuado (22%). Un 10% directamente negaba que en Amaicha del Valle se hubieran efectuado trabajos arqueológicos. Otro porcentaje importante de las encuestas (30%) mencionaba con igual frecuencia a dos sitios como aquellos lugares en los cuales se habían desarrollado investigaciones arqueológicas: Quilmes y Los Cardones, mientras que solamente un porcentaje que no alcanzaba el 1% mencionaba el sitio El Remate como uno de los lugares intervenidos. Otras respuestas incluían como lugares de investigación arqueológica el Museo de Amaicha, sitios en Tafí del Valle o el asentamiento de Fuerte Quemado (Santa María, Catamarca). A partir de estos resultados retuvo nuestra atención que el lugar menos mencionado correspondía justamente al sitio donde el IAM había efectuado las intervenciones desde el año 1996, acciones que además habían sido iniciadas por una convocatoria de la propia Comunidad de Amaicha del Valle a través de su Delegado Comunal (Aschero et al. 1997). En una primera interpretación vislumbramos este "silencio" respecto a El Remate como una gran falla en la transferencia de los resultados de las investigaciones arqueológicas a la Comunidad, a pesar de la realización de las actividades de difusión ya mencionadas. Sin embargo, sabemos que la realidad no es tan sencilla de interpretar sino que, con bastante frecuencia, el conocimiento puede ser manipulado de acuerdo con intereses comunales, sectoriales o de otro tipo. Esta reflexión surge a partir de una observación hecha por una de las docentes de la Escuela de Amaicha cuando, durante el evento de presentación de las encuestas, mostramos nuestra inquietud frente a estos resultados. La maestra comentó su sorpresa al notar, mientras recuperaba las encuestas, que muchas personas que "ella daba fe" conocían de la realización de excavaciones arqueológicas en el sitio El Remate negaban conocer las investigaciones allí realizadas. A continuación mencionó que su interpretación es que esta situación se relaciona con el hecho de que, a pesar de que estas intervenciones se iniciaron "en nombre de un interés de toda la comunidad", las gestiones fueron realizadas por la motivación de una persona concreta (el Delegado Comunal) que actuó en nombre del colectivo sin contar con su consentimiento real. En consecuencia, muchas personas que hoy (o desde entonces) no concuerdan políticamente con el delegado, desconocen estas acciones, como una estrategia  empleada para no legitimar ninguna actividad realizada durante su gestión.

A- Saber sobre "nuestro pasado"      (16,88%)

B- No sabe o no contesta    (14,19%)

C- Que se construya un museo para la comunidad   (17,32%)

D- Conocer para obtener resultados favorables para la comunidad: avance, mejora, progreso, valoración de la riqueza local     (9,77%)

E- Que se devuelvan a la comunidad los materiales excavados y la información obtenida a partir de ellos   (13,01%) 

F- Que se fomente el turismo  (3,55%)

G- Piden buenas intenciones y respeto  (5,77%)

H- Que se lleven a cabo investigaciones arqueológicas en la zona   (7,55%)

I- Que se realicen hallazgos "interesantes " y "valiosos"  (6,66%)

J- No esperan nada  (3,55%)

K- Que descubran la identidad del pueblo   (0,88%)

L- Que se rescate el patrimonio   (1,33%)

M- Quieren participar y colaborar en tareas posteriores (por ej. construir un museo)  (0,44%)

N- Piden capacitación y orientación  (0,44%)

O- Que se de trabajo a los miembros de la comunidad  (0,88%)

3- La última pregunta apuntaba a sondear la existencia, o no, y el tipo de expectativas que los pobladores tenían en relación con la intervención de un arqueólogo en diferentes aspectos de la comunidad. El mayor porcentaje de las respuestas (18%) se refiere al pedido concreto de la  materialización de las investigaciones en la organización o montaje de un museo para la comunidad; y un porcentaje similar (16%) pide "saber sobre nuestro pasado". Respecto a esto último nos parece sumamente relevante la implicancia que toma la expresión "nuestro" en relación con la aceptación de un vínculo histórico de continuidad, entre la comunidad actual y los primeros pobladores del valle, y su influencia positiva en relación con las actitudes que se tomarán para la valoración y la consecuente protección del patrimonio arqueológico. También es importante tener en cuenta que una proporción levemente menor (14%) no sabe lo que espera del trabajo del arqueólogo en la comunidad. Otra de las categorías que incluye la opinión de una buena parte de los encuestados (13%) reúne los pedidos de "devolución" tanto de los materiales obtenidos durante las excavaciones, como de informes relacionados con los resultados de las investigaciones. Una categoría que nos parece importante destacar, y que equivale al 10% del total, es la que representa un pedido explícito de que el trabajo arqueológico produzca resultados favorables para la comunidad, interés englobado en el uso de términos como "avance", "mejora", "progreso" y "valoración de la riqueza local". El resto de las categorías menores incluyen el pedido de que se realicen investigaciones arqueológicas en la zona (7%), y que a partir de las excavaciones se produzcan hallazgos "interesantes" y "valiosos" (6%). Un porcentaje del 3% no espera nada del trabajo de los arqueólogos en la comunidad y un porcentaje idéntico pide que se fomente el turismo. En este último caso, si bien no se especifica de qué manera, suponemos que se puede estar haciendo referencia a la apertura de los sitios arqueológicos a los visitantes, o a la creación del museo mencionado y, en todos los casos, a la participación de la comunidad en estos emprendimientos para obtener beneficios económicos. Finalmente, con porcentajes próximos al 1% se distinguen los siguientes pedidos: que se "recupere la identidad", que se "rescate el patrimonio", se pide capacitación y que se generen fuentes de trabajo.

EL PROYECTO MUSEOGRÁFICO "AMAICHA... UNA MIRADA AL PASADO"

A partir de los principales resultados de la encuesta vinculados con el conocimiento de la comunidad sobre la Arqueología y las investigaciones en Amaicha (preguntas 1 y 2), y en relación con algunas de las inquietudes y requerimientos concretos reflejados en las respuestas a la tercera pregunta, elaboramos el Proyecto Museográfico "Amaicha... una mirada al pasado" (López Campeny et al. 2002). El mismo consiste en una exposición itinerante diseñada para ser montada en todas las instituciones educativas de Amaicha, que fue inaugurada el 11 de diciembre de 2001 en la Escuela Agrotécnica. Con motivo de la presentación de la muestra a la comunidad, se expusieron los resultados de las encuestas y arqueólogos del IAM y de la Universidad Nacional de Córdoba presentaron los resultados de las investigaciones desarrolladas en los sitios de El Remate y Los Cardones. La exposición fue montada, el 14 de enero de 2002, en el Eco Museo de la Fundación Amauta, donde permaneció expuesta durante las vacaciones por lo que pudo ser visitada por un público integrado fundamentalmente por turistas. Desde el 8 de agosto de 2002 se encuentra expuesta en la Escuela Primaria Nº 50 de Los Zazos. La exposición está compuesta por siete paneles (1) que, en lenguaje sencillo y para un público general, acercan información sobre la historia de los últimos dos mil años de Amaicha. Está integrada por un panel introductorio con la presentación de la exposición y los objetivos de la misma y un segundo panel que introduce al público al mundo de la ciencia arqueológica, los vestigios que quedan del pasado, sus características y la forma en que el arqueólogo obtiene información de ellos en las diferentes etapas de la investigación científica. A continuación, un tercer panel caracteriza en forma general el modo de vida de las sociedades agropastoriles tempranas y tardías del NOA (2000 a 500 años antes del presente) desde diferentes aspectos de su organización social, tecnología, modo de subsistencia y prácticas rituales, inferidos a partir de las evidencias arqueológicas. Los dos paneles siguientes presentan, teniendo en cuenta los aspectos generales desarrollados anteriormente, la información obtenida a partir de las investigaciones arqueológicas realizadas en dos sitios de Amaicha, de diferente cronología de ocupación: El Remate y Los Cardones (2). El panel siguiente fue elaborado a partir de información documental (3) que permitió conocer aspectos de la comunidad de Amaicha cuando fue trasladada -como parte de una encomienda- desde el Valle hacia la llanura tucumana durante el siglo XVII. Finalmente, el último panel sirve de nexo entre el pasado y el presente, al invitar a una reflexión sobre el valor del patrimonio cultural, así como la importancia de su preservación y conservación para las generaciones futuras.   

EL PROYECTO DE CAPACITACIÓN "AMAICHA UN FUTURO CON RAÍCES"

Tanto las diferentes actividades de extensión realizadas hasta el momento por el IAM, el diálogo generado con la comunidad a partir de estas tareas, así como los resultados de la encuesta realizada recientemente, permitieron vislumbrar un interés de la comunidad por obtener información sobre el pasado, contar con asesoramiento sobre el manejo de su patrimonio cultural y lograr beneficios económicos que permitan un desarrollo autosustentable. De esta manera, como una forma de dar continuidad a las actividades iniciadas en el año 1995 y en respuesta a algunas de las inquietudes mencionadas, elaboramos una propuesta de capacitación, en el marco de una política de manejo sustentable de recursos culturales a largo plazo (sensu Molinari 1998b y Molinari et al. 2000). La capacitación pretende generar una participación activa de la comunidad local en la tarea de valoración, preservación, puesta en valor, difusión del conocimiento y uso sustentable de los recursos culturales arqueológicos.

Los objetivos generales son:

1) Capacitar a miembros de la comunidad para su formación como promotores activos para la valoración, protección y preservación de los sitios arqueológicos; y

2) Lograr que la Comunidad de Amaicha del Valle disponga de la Arqueología como una herramienta que contribuya al desarrollo socioeconómico del lugar, a partir del manejo responsable del patrimonio cultural.

Los objetivos particulares de este proyecto son:

1) Brindar a los miembros de esta comunidad una capacitación como guías para la visita al museo local y a los sitios arqueológicos de la zona; y

2) Motivar y asesorar a los jóvenes de la comunidad para la actualización del museo local, la diagramación de los circuitos de visitas guiadas a los sitios arqueológicos y la correspondiente puesta en marcha de estos emprendimientos.

La capacitación está destinada principalmente a los estudiantes de los dos últimos años del bachillerato de la Escuela Secundaria de Amaicha del Valle, ya que la misma cuenta con una orientación en turismo. Además, también podrán participar de la experiencia un grupo de personas interesadas en recibir la capacitación que no sean alumnos de la escuela.

Las actividades que proponemos realizar para lograr los objetivos pueden resumirse en: 1) la capacitación teórica de los alumnos, y 2) el asesoramiento y control durante la elaboración de las propuestas de diagramación de los circuitos de visita (4) a los sitios arqueológicos y sus respectivos guiones.

En relación con la capacitación teórica, los alumnos: a) tomarán contacto con la bibliografía relacionada con la información arqueológica, antropológica, geográfica, geológica, etnohistórica e histórica de Amaicha del Valle, y con bibliografía vinculada con el manejo de recursos culturales en el marco de una política de conservación; b) realizarán entrevistas a la gente de mayor edad acerca del imaginario popular (fiestas, ritos, mitos, creencias en torno al pasado, etc.); c) elaborarán un inventario de las piezas arqueológicas pertenecientes a las colecciones privadas y al museo local; d) visitarán los sitios arqueológicos de Amaicha del Valle que están siendo investigados y que se proponen como posibles circuitos turísticos. A partir de la realización de estas actividades se espera que los alumnos sean capaces de recuperar y manejar información relacionada con el patrimonio cultural (arqueológico, antropológico, histórico, etc.) del área de interés, y de valorar la importancia del rescate de este patrimonio cultural como un recurso potencialmente usufructuable.

La segunda etapa consistirá en el asesoramiento y el trabajo conjunto con los alumnos para la diagramación de las propuestas relacionadas con los posibles circuitos turísticos. Esta parte de la capacitación involucrará las siguientes actividades: a) visita crítica al actual museo de Amaicha del Valle y la correspondiente elaboración de nuevas propuestas que renueven la exposición con información actualizada y pertinente; b) visita crítica a la muestra "América Indígena: Diversidad cultural y Tecnología Antigua" del Centro Cultural Eugenio F. Virla de la UNT, en San Miguel de Tucumán, de manera que la misma sirva a los alumnos como un disparador de ideas para la formulación de las propuestas de actualización de la muestra del museo local; c) elaboración de los guiones para las propuestas de los circuitos turísticos en base a la integración de la información relevada durante la etapa de capacitación teórica; d) creación de una base de datos que contemple, por un lado, el conjunto de recursos culturales que dispone Amaicha del Valle  relevado por los alumnos y reúna, por otro, a las instituciones que pueden brindar financiamiento a emprendimientos relacionados con los circuitos turísticos; y e) diseño y preparación de la folletería publicitaria que acompañará a los circuitos turísticos.

Al término de esta segunda etapa se espera que los chicos puedan: a) elaborar propuestas relacionadas con la puesta en valor del patrimonio cultural, que tiendan a la autogestión y sean sustentables, y b) concretar el funcionamiento de alguno de los circuitos propuestos. Como evaluación final de la capacitación, los alumnos deberán guiar a miembros de la comunidad de Amaicha y a un grupo de profesionales del IAM en uno de los circuitos programados.

CONSIDERACIONES FINALES

Hemos presentado en este trabajo una síntesis de las tareas de transferencia que el IAM ha venido realizando en la comunidad de Amaicha del Valle. Entre estas actividades, la encuesta realizada recientemente ha permitido un acercamiento a distintos aspectos de la comunidad, particularmente aquellos vinculados con la relación entre los amaicheños y su patrimonio arqueológico. También por este medio se han puesto de manifiesto algunas inquietudes y expectativas relacionadas con el rol del arqueólogo en la comunidad. Es en respuesta a algunos de estos requerimientos que surgieron dos propuestas, una de las cuales está actualmente en marcha: la exposición itinerante sobre el pasado de Amaicha (López Campeny et al. 2002). La segunda propuesta, aún no implementada, prevé una capacitación para miembros de la comunidad -especialmente los jóvenes interesados en recibirla- apuntada a la valoración, preservación, puesta en valor y el uso sustentable de los recursos culturales.

Estamos convencidos que deben ser los habitantes mismos de Amaicha del Valle los guardianes y gestores de su patrimonio, disponiendo del uso público de estos bienes. Sin embargo, existen dos condiciones indispensables para un manejo responsable de los recursos culturales en las que el arqueólogo debe tener una participación activa: 1) evitar todo tipo de acciones que pongan en riesgo la integridad del patrimonio arqueológico como fuente de información para el conocimiento sobre el pasado; y 2) que el conocimiento sobre el pasado de la comunidad que se presenta al público no se base en una recreación ficticia de la historia.

Consideramos que la percepción y la interpretación del pasado en el presente influye en las actitudes concretas que se tomarán frente a los vestigios arqueológicos y a las acciones en relación con su preservación y conservación para el uso sustentable a largo plazo. Por lo tanto, pensamos que la relevancia de la implementación de un proyecto de  capacitación como el aquí propuesto radica en que, a partir del conocimiento y la toma de conciencia del valor de los bienes culturales, se generarán conductas coherentes con una estrategia para la conservación del patrimonio arqueológico.     

BIBLIOGRAFÍA

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NOTAS

(1) El diseño gráfico de los paneles fue realizado por Gerardo A. Sosa.

(2) Para la confección de estos paneles se contó con la participación y la información édita e inédita resultado de las investigaciones arqueológicas desarrolladas en el sitio El Remate, por el Arql. Eduardo Ribotta (IAM) y en Los Cardones por el Lic. Gustavo Rivolta (Universidad Nacional de Córdoba).

(3) La información expuesta en este panel fue el resultado de la investigación etnohistórica realizada por la Ms. Estela Noli (IAM).

(4) Para la elección de los sitios que integrarán los posibles circuitos se tendrán en cuenta las condiciones planteadas por Molinari (1998a) para la apertura de sitios al uso público: la existencia de un registro científico previo, condiciones de ubicación y accesibilidad, visibilidad, seguridad para el público, protección de los recursos, posibilidades de administración y control.

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