MOXOS, el país del agua

TEMA 2: ETNOHISTORIA

FICHA 5: La Amazonia y sus culturas

La cultura Arawak

El hombre americano

Los primeros pobladores de América vinieron desde Asia hace unos 30.000 años, y desde el Norte de América fueron avanzando poco a poco hacia el Sur. Encontraron un mundo variado, lleno de animales desconocidos, grandes selvas, pantanos, desiertos, donde no había ningún hombre. En realidad fueron los verdaderos "descubridores" del nuevo mundo.

Al principio vivían en pequeños grupos y se cambiaban de un lugar a otro (nomadismo). Eran buenos cazadores, así que se dedicaron a cazar grandes animales, como elefantes, pericos gigantes ... En poco tiempo, acabaron con estas especies, que desaparecieron de América para siempre.

Poco a poco fueron aprendiendo a vivir en los nuevos ambientes (ecosistemas), aprendieron a pescar, a diferenciar las plantas venenosas de las que se podían comer y a usar las plantas medicinales. Al cabo de muchos siglos aprendieron que las plantas se podían cultivar y que muchos animales se podían criar.

Cuando supieron cultivar la tierra, dejaron de moverse de un lugar a otro y se establecieron en comunidades (sedentarismo).

A lo largo de muchos miles de años la sabiduría de estos pueblos se fue acumulando y se hizo muy grande.

Muchos grupos (por ejemplo los Arawak) desarrollaron sistemas de producción de alimentos que se adaptaban a los lugares en los que vivían. Obtenían suficientes alimentos sin provocar la desaparición de animales y plantas, sin alterar sus ecosistemas.

En 1492, los españoles llegan a América, creyendo haber llegado a Las Indias (a este momento se le llama el "descubrimiento" de América). Desde entonces muchos pueblos americanos desaparecieron o se redujeron mucho. Por este motivo, desconocemos gran parte de la sabiduría acumulada por los antiguos pobladores del continente. Muchos conocimientos desaparecieron para siempre. Otros todavía podemos volverlos a recuperar.

El descubrimiento del gran río de las Amazonas

Cuando, en 1541, Francisco de Orellana, con 50 hombres, parte en un bote del Ecuador y se interna finalmente en el gran río, éste todavía no se conocía como río Amazonas.

Al emprender el viaje, que les llevaba a un destino desconocido, buscaban una salida desde las costas del Pacífico al Atlántico.

La descripción que hace Gaspar de Carvajal (un religioso perteneciente a la orden de los dominicos que acompaña a Orellana y escribe las crónicas del viaje) relata la existencia de una población muy numerosa, organizada y rica a lo largo de los márgenes del río. A izquierda y derecha se sucedía una aldea tras otra, como un rosario de comunidades.

Las orillas del Amazonas, que se inundan durante la época de las aguas altas y son muy fértiles, permitían cultivar muchos alimentos que aquellos pobladores tenían en gran cantidad, así como fruta de muchos tipos, maíz y yuca. Además, los habitantes de aquellas aldeas se dedicaban a la pesca de gran cantidad de peces y tortugas.

Cuando la expedición de Orellana atraviesa navegando por el río el reino de un gran señor llamado Machiparo, Gaspar de Carvajal escribe:

"(...) que tanto tardamos en salir de la población deste gran señor llamado Machiparo, que al parecer de todos duró más de ochenta leguas, estas todas pobladas, que no había de poblado a poblado un tiro de ballesta, y el que más lejos no estaría media legua, y hubo pueblo que duró cinco leguas sin restañar casa de casa que era cosa maravillosa de ver: como íbamos de pasada e huyendo no tuvimos lugar de saber qué es lo que había en la tierra adentro; pero, según la disposición y parecer de ella, debe ser la más poblada que se ha visto, y así nos lo decían los indios de la provincia de Aparia, que había un grandísimo señor la tierra adentro hacia el sur, que se llamaba Ica, y que éste tenía muy gran riqueza de oro y plata; y esta noticia traímos muy buena y cierta."

Más adelante alcanzan la tierra de Omagua, también muy poblada, y allí toman uno de los pueblos, no sin antes luchar durante más de una hora. El relato de Carvajal dice:

"En este pueblo estaba una casa de placer, dentro de la cual había mucha loza de diversas hechuras, así de tinajas como de cántaros muy grandes de más de veinte y cinco arrobas, y otras vasijas pequeñas como platos y escudillas y candeleros desta loza de la mejor que se ha visto en el mundo, porque la de Málaga no se iguala con ella, porque es toda vidriada y esmaltada de todos colores y tan vivas que espantan, y demás desto los dibujos y pinturas que en ellas hacen son tan compasados que naturalmente labran y dibujan todo como lo romano (...)"

Se calcula que, por aquellos tiempos, había de 3 a 4 millones de habitantes sólo en las orillas del Amazonas. Su cultura quedó prácticamente destruida tan sólo 150 años después del viaje de Orellana. En 1848, un naturalista inglés llamado Bates viaja por el Amazonas (en sentido contrario a Orellana, desde la desembocadura del Amazonas río arriba). Su viaje dura 10 largos años. Cuando permanece en Ega, pequeña población situada en la desembocadura del río Tefé, visita los últimos reductos de lo que probablemente fue la cultura Omagua.

Hoy quedan sólo 200.000 de los muchos millones que vivían en esas tierras de las orillas del Amazonas, y habitan en los lugares menos accesibles, sin derecho sobre la tierra. Algo muy parecido ocurrió en el Norte de América, donde, en la actualidad, los indios apaches, pies negros, etc., viven en reservas y prácticamente han desaparecido.

El origen del nombre del río Amazonas

Las amazonas eran, en la mitología griega antigua, mujeres guerreras y cazadoras, muy buenas montando a caballo, y que no acepta-ban a los hombres entre ellas. Gaspar de Carvajal cuenta que encontraron un grupo de 10 ó 12 mujeres amazonas con las cuales lucharon. Las amazonas dominaban sobre muchos pueblos de las orillas del río. Eran, según él, mujeres muy blancas y altas, con el cabello largo y trenzado a la cabeza, y fortísimas:

"Nosotros vimos diez o doce de estas mujeres luchando allí al frente de todos los hombres indios como capitanas. Luchaban con tanto coraje, que los hombres no se atrevían a huir. Mataban con sus palos a cualquiera que se diera la vuelta allí mismo, delante de nosotros, por lo que los indios mantuvieron sus posiciones durante mucho tiempo."

El río Amazonas debe su nombre a estas mujeres guerreras con las que cuentan que lucharon los miembros de la expedición de Orellana.

Los principales grupos étnicos pobla-dores de la Amazonia

En la Amazonia se hablan muchos idio-mas. Casi todos pertenecen a los 3 grupos lingüísticos más amplios: Arawak, Tupí-guaraní y Caribe. Estos tres grupos o familias lingüísticas corresponden también a tres grandes familias étnicas (origen) y culturales (tradición).

Los Arawak

Las naciones Arawak constituyen uno de los troncos étnicos más antiguos del conti-nente. Se cree que, desde sus lugares de ori-gen (algún lugar de las selvas y sabanas tropicales del centro del continente) se expandieron a través de los ríos hacia el Sur, y ocuparon gran parte de la cuenca alta del río Paraguay, incluyendo la zona del Pantanal y extendiéndose a través del Paraná y Uruguay hasta el río de la Plata. Por el Norte llegaron a las islas caribeñas. Estos avances Arawak se pudieron producir porque desarrollaron tecnologías apropiadas de ocu-pación de zonas de inundación.

Es posible que el lugar de origen estuviera cerca de Manaos hace unos 5.000 años, y desde allí los Arawak se extendieron hacia la cuenca del Orinoco, la isla de Marajó, la región de Moxos, el Pantanal del Paraguay, hasta el norte de Uruguay.

En Marajó se han encontrado muchos montículos artificiales (lomas), que a veces eran lugares que servían para enterrar a sus muertos y otras, los lugares donde vivían.

La cerámica de Marajó era muy hermosa, con tiestos decorados con pinturas e incisiones, estatuillas y grandes urnas funerarias.

Tanto la forma de enterrar a sus muertos en urnas como el tipo de decoración de la cerámica son característicos de los antiguos pueblos Arawak.

Los Arawak eran pueblos agricultores que desarrollaron el cultivo de la yuca; eran tam-bién excelentes pescadores y navegantes y, probablemente, desarrollaron técnicas de producción de alimentos adaptadas a medios de inundación parecidos a Moxos.

Los mojeños (trinitarios e ignacianos) así como los baures son pueblos Arawak.

De los 55 lenguajes conocidos de raíz Arawak hay cerca de 50 que todavía se hablan. Otros pueblos Arawak que todavía existen son:

* Los Arawak del Norte: guajiros, de Colombia

* Los Arawak del Orinoco: curipacos, piapocos, en Venezuela

* Los Arawak del Amazonas: apurinâ, baníwa.

* Los Arawak del Chaco-Matogrosso: terenas.

Los Tupí-guaraní

Los Tupí-guaraní eran pueblos migra-torios que practicaban la antropofagia ritual (comer carne humana), al igual que los Caribe. Fueron extendiéndose y presionando a los Arawak. Como los Arawak, eran también buenos conocedores de selvas, ríos y humedales, excelentes canoeros. Durante sus migraciones habían desarrollado un mito de una zona ideal que debían buscar: "la tierra sin mal" o "del abuelo" (los sirionó son tupí-guaraníes).

Los Caribe

Los Caribe eran un pueblo guerrero y con una mitología que promovía las migraciones. Su origen está al Noroeste del continente, pero se extendieron hacia el Sur más allá del río Amazonas y hacia el Norte a través del mar Caribe. Desarrollaron técnicas de nave-gación muy buenas. Hoy no deben quedar más de unos pocos miles en tierra firme, y los de las islas han desaparecido (excepto unos pocos mestizados).

Los pobladores de Moxos

Los primeros historiadores que escribieron sobre la provincia de Moxos mencionaron un gran número de naciones distintas: los Moxos, los Itonamas, los Canichanas, los Movimas, los Cayuvavas, los Itene, los Pacaguaras, los Chapacuras, los Maropas, los Sirionós, los Baures y los Mucheojones, entre otras.

"La sociabilidad y alegría, y una paciencia imponderable, son las cualidades características que distinguen a los Moxos. Mucho se aman entre ellos mismos, siendo susceptibles de un apego extremado para con los extranjeros. Son enemigos de la indolencia, defecto inherente a los moradores de los países cálidos; así es que pasan la vida en continua actividad." (Alcides D´Or-bigny, Viaje por la América Meridional).

"Sus numerosas poblaciones, compuestas de chozas muy bajas, se hallaban situadas por lo regular, sobre las riberas de los anchurosos ríos, al borde de las lagunas, cerca de los bañados, en el centro de las llanuras y en medio de los bosques. Una superstición religiosa los hacía creerse hijos del río, del bosque o del lago inmediatos al lugar donde habían nacido; por cuya razón consideraban a éste como sagrado, y jamás se apartaban de él, viviendo siempre reunidos en grandes familias, y ocupándose acti-vamente ya en la agricultura, ya en la pesca o la caza. Efectuaban sus siembras y plantaciones en medio de los bosques, e iban a cazar y pescar en unas largas canoas, hechas de un tronco ahuecado de las que también se servían para comunicarse, siguiendo el curso de los ríos, o cruzando, en tiempo de lluvias, los llanos inun-dados." (Alcides D´Orbigny, Viaje por la Améri-ca Meridional)

"Diestros navegantes, conocían perfectamente esas sinuosidades interminables de los numerosos ríos de su territorio, y si guerreaban con sus vecinos, se presentaban al combate en sus canoas, armados del arco, de las flechas y de la pesada macana."

 

"En los momentos que les dejaban libres sus graves y laboriosas ocupaciones, gustaban de danzar y divertirse: casi todos ellos eran músicos y tenían unas flautas semejantes a zampoñas, eran largas de más de seis pies." "Las mujeres hilaban, tejían las vestimentas y las hamacas indispensables en un país continuamente anegado, confeccionaban la vajilla de barro, y ayudaban a recoger las cosechas, ocupándose al mismo tiempo de las faenas domésticas."

Actividades:

1. Tema de reflexión: ¿Cuáles crees que fueron las causas de la disminución y desaparición de gran parte de la población de la Amazonia?

2. Tema de reflexión: ¿Crees que las amazonas existieron realmente?

3. ¿Qué lenguas conoces que se hablen en Moxos?

 

FICHA 6: Las "obras de tierra" del antiguo Reino de Moxos

La arqueología en los Llanos de Moxos


India Mojeña (manuscritos de Lázaro de Rivera)

Introducción

El antiguo Reino de Moxos fue famoso más allá de sus fronteras. Los Incas cono-cían la existencia de un gran reino situado a 100 leguas al Este de Cuzco; otros pueblos hablaban de Moxos con admiración y lo describían como una región rica, habitada por mucha gente, donde había ciudades y abundantes alimentos.

Cuando los españoles llegaron a Bolivia por primera vez, ya habían oído hablar de Moxos, al que llamaban también el Gran Paitití, Candire o La Tierra Rica. La fama de la riqueza de este reino hizo que durante mucho tiempo los conquistadores españoles intentaran llegar a este territorio desde el Altiplano o desde la Cuenca del Plata.

Sin embargo, sabemos poco del pasado de Moxos y de cómo era la vida de los "antiguos cambas" (antiguos pobladores de Moxos), ya que se han perdido para siempre escritos y objetos que nos podrían explicar muchas cosas sobre el pasado de la región. La mayor parte de los documentos escritos hasta la expulsión de los jesuitas en 1768 se han perdido y los pocos que quedan no nos dicen mucho sobre la vida de los antiguos mojeños.

Según Lázaro de Ribera, a finales del siglo XVIII había un cronista en cada pueblo que escribía en tablillas o cañas. Éste es el único testimonio que tenemos sobre la existencia de una escritura indígena en Moxos. Pero los jesuitas, que administraron Moxos durante cien años, nunca se refirie-ron a ello, y, por desgracia, tampoco se han conservado restos que demuestren que este pueblo escribía.

Como los antiguos trabajaban con materias como la madera y el barro, hoy nos resulta difícil saber cómo eran los edificios, la forma de los pueblos, los utensilios y herramientas, etc., ya que no se han conservado. Además, el clima húmedo de Moxos ha impedido la conservación de tejidos, utensilios de madera, cestas, vestidos...

Entonces, sin testimonios escritos ni restos de ciudades ni objetos y utensilios de la época precolombina, ¿cómo podemos conocer el pasado de Moxos? Nuestro pasado está "escondido" en los restos de "obras de tierra" que nos dejaron nuestros antiguos: lomas, campos elevados, canales o zanjas, terraplenes y lagunas.

¿Cómo podemos, entonces, conocer el significado de todas esas obras de tierra, saber cuándo y cómo se construyeron, para qué servían y cómo vivían nuestros antiguos? La arqueología, que es la ciencia del pasado, nos puede ayudar a responder muchas de estas preguntas. En las lomas se encuentran urnas, cerámicas, huesos de hilar, ralladores, etc. El estudio de estos restos nos puede permitir saber cómo eran las personas, cómo eran las casas donde vivían y su distribución, cuál es la antigüedad de un esqueleto, cómo enterraban a los muertos (urnas funerarias), cómo cocinaban, qué utensilios tenían, qué animales cazaban, qué comían, qué cultivaban, dónde y cómo producían los alimentos, etc.

Para saber todo esto se utilizan técnicas de laboratorio. Pero existen también otras formas de conocer el pasado como la ubi-cación de terraplenes, canales, campos elevados antiguos... Por esta razón, la infor-mación que puede aportar la gente del lugar es muy valiosa para poder reunir estos conocimientos.

Las primeras noticias sobre la existencia de construcciones u "obras de tierra" precolombinas las conocemos por los escritos de los conquistadores españoles y de los jesuitas que llegaron después. Según los escritos de la época, cuando los jesuitas establecieron las misiones de Moxos encontraron grandes sistemas de cultivo y de producción de alimentos. Pero éstos se hallaban en proceso de abandono dado que la población indígena se había reducido mucho, quizás a causa de las nuevas enfermedades que habían traído los españoles.

En 1957, Kenneth Lee, cuando realizaba vuelos aéreos entre Trinidad y San Ignacio para su trabajo como ingeniero petrolero, descubrió grandes superficies de terreno llenas de "obras de tierra". Lo que le sor-prendió fue que ya había visto obras parecidas en otros lugares de la Amazonia. Este norteamericano, enamorado del Beni, dedicó el resto de su vida a estudiar e interpretar estas obras, a explicar qué eran, quién las construyó y cómo funcionaban. Exploró todo el Oriente boliviano y llegó a conocer los Llanos de Moxos palmo a palmo. Kenneth Lee supo transmitir su curiosidad y entusiasmo a otros estudiosos que siguie-ron buscando respuestas a las preguntas que se había planteado.


Kenneth Lee en Moxos

Las "obras de tierra"

Desde la antigüedad, los habitantes de los Llanos de Moxos fueron adaptando su entorno para poder habitarlo y explotar así su gran riqueza: el agua, los animales y las plantas; elementos esenciales para el desarrollo de la vida humana. Estas adaptaciones que los antiguos mojeños hicieron de su entorno son las "obras de tierra" que se extienden por todo el territorio.

A continuación vamos a examinar las "obras de tierra" con más detalle.

Lomas

Las lomas (o islas de monte) son elevaciones del terreno naturales o artificiales. Su altura es mayor que la del resto del te-rreno, lo que hace que en la época de inundación el agua nunca las cubra. Por eso las lomas fueron los lugares que los antiguos mojeños eligieron para vivir. En ellas también enterraban a sus familiares muertos.

Todo esto lo sabemos gracias a las excavaciones arqueológicas que se han hecho en algunas lomas, y también por los restos de cerámica (tiestos) y huesos que se encuentran con facilidad en el suelo de las lomas.

Una de las formas de entierros que conocemos es el de la loma de la Estancia Moxitania, situada cerca del pueblo de San Ignacio.

Sabemos que se introducía al muerto dentro de un gran tiesto de cerámica, en posición encogida, con los brazos y las piernas doblados, como si estuviera dormido. El tiesto era colocado en un hoyo en la loma que luego volvían a tapar con tierra. Cerca del tiesto que contenía al muerto, depositaban otros recipientes cerámicos de diversos tamaños que formaban parte del "ajuar funerario".

La altura de las lomas iba aumentando a medida que las ocupaban nuevas familias y nuevas generaciones (nuevas casas, nuevos entierros...). Por esta razón el tamaño de las lomas es muy variable: depende de la cantidad de gente que vivió en ellas. Las más grandes pueden llegar a tener hasta 300 m de ancho x 150 m de largo, y hasta 6 m de altura. Aún hoy en día son los lugares preferidos para vivir.

Actualmente las lomas se pueden reco-nocer con facilidad porque están cubiertas por árboles, a diferencia de los pastos de la tierra llana. Hay lomas por todas partes. Es posible que el mismo pueblo de San Ignacio de Moxos esté situado sobre una loma que debió ir aumentando de tamaño a medida que la población fue creciendo.


Loma con árboles

Las lomas existentes en el Beni demuestran que en esta región vivió una población numerosa desde tiempos muy antiguos, antes de la llegada de los españoles.

Campos elevados y canales

En los campos elevados se cultivaba la yuca, el maíz y otros productos necesarios para comer.

Actualmente no es fácil reconocerlos desde el suelo, pero si miramos Moxos desde el aire se pueden ver claramente, sobre todo después de la quema o en zonas recién taladas. En las fotografías aéreas podemos ver numerosas líneas paralelas que forman dibujos geométricos. Estas líneas son campos elevados. En las zonas de monte es difícil distinguirlos. Pero si fuéramos cami-nando a una zona de monte con viejos campos elevados entonces sí podríamos en-contrarlos. ¿Cómo? Es muy fácil: si caminamos por el monte y notamos que el terreno, constantemente, sube y baja de manera suave, significa que allí hay viejos campos elevados, que en tiempos de nuestros antiguos se sembraban y cosechaban para alimentar a la gente que vivía allí. Cuando dejaron de usarse, y después de mucho tiempo, el monte fue creciendo y cubriendo aquellos campos elevados de la pampa.


Fotografía aérea de campos elevados

Los campos elevados permitían el cultivo durante todo el año, ya que la zona más elevada queda por encima de las aguas de inundación. Entre elevación y elevación hay una zona más baja en forma de surco, este surco es lo que llamamos canal. Los campos elevados y canales se alternan sucesivamente: campo-canal-campo-canal... Los campos elevados se construían con la tierra que se sacaba al abrir los canales. Los canales se hicieron con la finalidad de proporcionar agua a los campos y de esta manera regar los cultivos.

La gran cantidad de campos elevados existentes en toda la región del Beni es otra prueba de que estas tierras estuvieron den-samente pobladas en el pasado.


Islas de monte y terraplenes en la zona de Baures

Terraplenes

Los terraplenes, también llamados calzadas por algunos investigadores, son las construcciones prehispánicas mejor conocidas por los habitantes del lugar.

Las vacas de cebú suelen subir allí para dormir durante los meses de inundación, ya que los terraplenes quedan siempre por encima del nivel de las aguas. Los terraplenes son rectos y algunos son muy largos (varios kilómetros). A partir del análisis de fotografías aéreas se ha calculado que existen miles de kilómetros de estas estructuras.

Algunos investigadores creen que los antiguos utilizaban estas obras como caminos para el transporte terrestre en épocas de inundación. Otros, en cambio, piensan que no era esa la función de los terraplenes. No tendría mucho sentido haber construido tantos caminos para el transporte por tierra, por dos razones: en primer lugar, sabemos que los constructores de los terraplenes no tenían animales de tiro ni conocían la rueda como medio de transporte; en segundo lugar, los mojeños, al igual que las otras culturas de la Amazonia, utilizaban los cursos de agua como vías de transporte, tanto humano como de mercancías, todavía hoy el desplazamiento en canoa es un sistema de transporte importante en el Beni.

¿Y entonces, para qué servían los terraplenes? Creemos que eran diques, con los que se conducía el agua tanto hacia las lagunas como hacia los campos elevados de cultivo.

En resumen, los terraplenes formaban parte de un sistema hecho para canalizar las aguas y para el regadío, que fue posible construir gracias a las características específicas (climáticas y geográficas) de la región de Moxos.

Lagunas

Como ya hemos explicado en la ficha 2, las lagunas constituyen el elemento más peculiar de la geografía de Moxos. La mayoría de ellas tiene una forma rectangular o de "pie de pato", son de fondo plano, orien-tadas a 40º-50º Norte y están apartadas del curso de los ríos. Algunos investigadores consideran que este tipo de lagunas se fueron formando de modo natural a lo largo de los tiempos. Sin embargo, CEAM (Centro de Estudios Amazónicos), HOYAM (Centro de Estudios Hoya Amazónica) y otros investigadores han planteado la hipótesis de que fueron construidas por la mano del hombre. La finalidad de estas lagunas era criar animales acuáticos para el consumo humano y almacenar el agua necesaria para mantener los cultivos en época seca.

El recuento de las lagunas aún no ha finalizado, pero se conocen ya más de 500, que cubren una superficie superior a las 150.000 Ha.


Lagunas rectangulares y orientadas de Moxos


Fotografía aérea de los terraplenes en la zona del río Apere y el arroyo Mátire


Imagen satélite donde se ven canales, terraplenes, lagunas y lomas.

Actividades:

1. ¿Por qué es tan difícil conocer el pasado de Moxos y saber cómo vivían los antiguos? ¿Cómo podemos saber más sobre nuestro pasado?

2. ¿Habías oído hablar del Gran Paitití, Candire o la Tierra Rica? Explica lo que sepas.

3. ¿Qué pruebas tenemos de que la región de Moxos fue rica y habitada por mucha gente en el pasado?

4. Examina las imágenes de satélite e intenta imaginar cómo funcionaban las obras de tierra antes de la llegada de los españoles.

5. ¿Te parece que los terraplenes fueron construidos como caminos para el transporte terrestre? ¿Por qué? ¿Crees que las lagunas son naturales o hechas por el hombre?

6. ¿Has visto alguna vez obras de tierra de los antiguos (lagunas, terraplenes, campos elevados, lomas...)? ¿Dónde?

 

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