HISTORIA y PATRIMONIO CULTURAL

Reflexiones acerca de una experiencia en el ámbito educativo

Graciela Ciselli
Maestrando en Antropología Social (UNaM). Prof. y Lic. en Historia. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. E-mail: gciselli@infovia.com.ar

Resumen:

El artículo plantea algunas formas en las que los docentes -en el proceso de enseñanza y aprendizaje- pueden abordar la temática del patrimonio cultural mediante la articulación de proyectos educativos comunitarios. El lugar en donde se desarrolló la propuesta fue Puerto Deseado, localidad ubicada al noreste de la provincia de Santa Cruz, con algo más de 10.000 habitantes, cuyo pasado se remonta al siglo XVI.

La primera parte de artículo es una reflexión acerca de mi experiencia y la de otros participantes en el proyecto educativo comunitario y su articulación con las instituciones de la localidad; la segunda se centraliza en la ría y el ferrocarril como los dos ejes para abordar el patrimonio cultural y por último se proponen algunas estrategias para que los docentes piensen el patrimonio de su región.

Abstract

The article outlines some forms in those the teachers can approach the cultural patrimony by means of the articulation of community educational projects. The place where the proposal was developed was Puerto Deseado, town located to the northeast of Santa Cruz's county, with something more than 10.000 inhabitants.

The first article part is a reflection about my experience and that of other participants in the community educational project and its articulation with the local institutions; the second are centralized in the creek and the railroad like the two axes to approach the cultural patrimony and lastly we intend some strategies so that the teachers think about their patrimony.

HISTORIA Y PATRIMONIO CULTURAL
Reflexiones acerca de una experiencia en el ámbito educativo

El artículo plantea algunas formas en las que los docentes -en el proceso de enseñanza y aprendizaje- pueden abordar la temática del patrimonio cultural mediante la articulación de proyectos educativos comunitarios. El lugar en donde se desarrolló la propuesta fue Puerto Deseado, localidad ubicada al noreste de la provincia de Santa Cruz, con algo más de 10.000 habitantes, cuyo pasado se remonta al siglo XVI.

Generalmente sostenemos que las Ciencias Sociales enseñadas en las escuelas y mostradas en los libros no se hallan muy relacionadas con la realidad social, por lo cual los alumnos no logran vincular sus vivencias con lo aprendido en las instituciones educativas. No es suficiente conocer la localidad o el barrio sino que es necesario explicar y analizar el proceso histórico que lo atravesó para comprometerse con su presente. Aprender Ciencias Sociales no implica acumular datos (eso puede lograrse simplemente conectándose a Internet) sino la posibilidad de incidir en el futuro. El aprendizaje de conceptos -como el tiempo, el espacio y el patrimonio cultural-, de actitudes y valores permite a los sujetos desarrollar habilidades y convertirse en individuos críticos y conscientes de su realidad. Sabemos, pues, que estos ejes transversales son abordados preferentemente por la histoira, la geografía y la antropología.

La toma de conciencia de la riqueza documental, monumental, patrimonial e incluso natural existente en la zona de Puerto Deseado es el puntapié para la realización de un trabajo conjunto entre docentes y alumnos en el que se pueden articular los contenidos de las Ciencias Sociales con los de las Ciencias Naturales e incluso con otras áreas - por ejemplo las técnicas como veremos en este caso-.

En ese sentido, este trabajo plantea el patrimonio cultural, como, "aquellos elementos y manifestaciones tangibles e intangibles producidas por las sociedades, resultado de un proceso histórico en donde la reproducción de las ideas y del material se constituyen en factores que identifican y diferencian a ese país o región" (Casasola, 1990) en relación a ese proceso. Este concepto sirve como herramienta para analizar diversas producciones culturales -que corresponden a momentos históricos diferentes-, no sólo monumentos y bienes del pasado sino también el patrimonio vivo y las manifestaciones actuales.

Las manifestaciones u objetos patrimoniales interesan según el valor de uso que representa para la identidad cultural de la comunidad. Desde esta perspectiva, los valores a reconocer serán los referidos a vivencias compartidas: a la memoria social, al papel que el objeto ha desempeñado en la historia o a la lectura que de él hace la gente que puede reconocer en ese bien el hábitat de un determinado grupo socio-cultural. (Waismar, 1993: 127).

El potencial de los bienes patrimoniales como recurso cultural -en este caso didáctico- debe ser analizado en relación a contextos determinados, ya que la atribución de valor se produce en función de situaciones socio-históricas concretas. El valor de uso del patrimonio hace referencia a la utilidad que éste brinda a la comunidad; el valor formal responde al hecho que los objetos son apreciados porque despiertan los sentidos y el valor simbólico hace referencia a que los objetos históricos son vehículos portadores de mensajes ya querepresentan ideas, hechos, situaciones del pasado y simbolizan las relaciones entre las personas que los produjeron y los actuales receptores (Ballart, 1997:66). En el artículo se irán mostrando las diferentes atribuciones de valor en relación a los bienes culturales -referidos al tren, a la ría, a la corbeta- y al contexto seleccionado para este estudio -Puerto Deseado-.

La primera parte de artículo es una reflexión acerca de mi experiencia y la de otros participantes en el proyecto educativo comunitario y su articulación con las instituciones; la segunda se centraliza en la ría y el ferrocarril como los dos ejes a enseñar y aprender y por último se proponen algunas estrategias para que los docentes piensen el patrimonio de su región.

El proyecto educativo y la comunidad

Las reflexiones que siguen forman parte de la experiencia como participante en un proyecto educativo comunitario llevado adelante en la localidad de Puerto Deseado. Durante el año 1999 fui invitada como historiadora en el ciclo de charlas, luego mis comentarios fueron incluídos en la actualización del libro reeditado y finalmente fui convocada como especialista para orientar algunas investigaciones acerca del tren como patrimonio cultural que se iniciaron a fines del año 2000 en instituciones educativas.

Para la conmemoración de los 90 años de la inauguración del Ferrocarril Puerto Deseado-Lago Nahuel Huapi (1909-1999), la Biblioteca popular y Municipal "Forentino Ameghino" desarrolló un proyecto denominado "Para no perder la memoria". La biblioteca surgió a mediados de la década de 1910 por iniciativa de un grupo de vecinos -pertenecientes a dos corrientes ideológicas diferentes: los de la Liga Patriótica y los socialistas- con el objetivo de discutir temas científicos e ideológicos. La institución se disolvió en 1926 y se entregó el fondo bibliográfico a la Comisión de Fomento. En 1927, se reorganizó como Biblioteca popular y comenzó a funcionar con una Comisión de Amigos "Ad honorem". La falta de participación de los vecinos discontinuó la atención y el cierre de la misma en varias ocasiones. En 1958 se abrió bajo una figura jurídica mixta: popular (Comisión de Amigos A.H.) y municipal (director y empleados con sueldo). Desde esa fecha hasta 1979 funcionó esporádicamente, cuando el gobierno municipal de facto propuso su reapertura.

En 1980 un decreto del Poder Ejecutivo Municipal reconoció la existencia de la Comisión de Amigos de la Biblioteca. Entre 1980 y 1998, los objetivos institucionales se concentraron en apuntalar la propuesta de la Biblioteca: "la difusión del libro y la cultura general". Pero a fines de ese año, la Comisión elaboró un proyecto focalizado en los 90 años de la inauguración del ferrocarril denominado "Para no perder la memoria" (2da etapa) que consistió en una serie de charlas -que se iniciaron en abril de 1999 y culminaron en el mes de febrero del 2000- y la reedición de un libro histórico sobre temas ferroviarios. Las charlas, a cargo de especialistas - un investigador de las políticas ferroviarias y una historiadora-, políticos -el Director de Planeamiento de la Municipalidad de Puerto Deseado y un diputado nacional- y colaboradores - periodistas del Diario "La Nación", de la Revistas "Rieles", "Tren rodante" y el Presidente de la Comisión Asuntos Históricos de la Comisión de Amigos- fueron realizadas en el Salón de actos de la Biblioteca. El libro fue actualizado con artículos, de corte histórico, escritos por quienes habían brindado las charlas.

Las charlas tuvieron un contenido histórico e informativo, aunque algunas de ellas apuntaron al debate actual del tema ferroviario. En cada uno de los encuentros se abordaron distintos aspectos tales como: el ferrocarril como medio de transporte y vehículo poblador, el marco político de los ferrocarriles patagónicos, las locomotoras, el rescate del "histórico vagón", experiencias laborales y las posibilidades del tendido del Transpatagónico (sistema de transporte multimodal que permitirá la interconexión de las provincias patagónicas con el resto del país).

El libro reeditado había sido escrito en 1991 por el hijo del Director de la construcción de la línea en 1909 Ing Briano y se encontraba agotado, por lo que la Comisión decidió actualizarlo ya que consideraban que debía tomarse conciencia de ese pasado tan reciente que se relacionaba con las historias personales de gran parte de los habitantes del pueblo.

En el mes de septiembre de 1999, la biblioteca exhibió fotografías y estampillas que fueron ofrecidas por los vecinos de la localidad. Las maquetas (de madera y papel), los túneles y las estaciones (de cerámica) fueron los objetos materiales construídos explícitamente para homenajear la inauguración de la línea Deseado-Las Heras. Las maquetas fueron fabricadas por alumnos de diferentes escuelas y Jardines de Infantes de Puerto Deseado, mientras que el resto de los diseños fueron elaborados por jóvenes del Taller de Cerámica de la localidad.

Los objetos presentados por la biblioteca son de dos tipos. Los primeros son bienes patrimoniales, legado de generaciones anteriores y los segundos son objetos creados en el presente como una forma de representar el pasado. En ambos casos poseen valor didáctico ya que constituyen fuentes de conocimiento que facilitan el proceso enseñanza y aprendizaje. El valor de los bienes del patrimonio histórico como fuente para el conocimiento alude a las relaciones sociales y culturales propias que se entablaron en ese contexto. Los objetos creados nacen como consecuencia de la observación minuciosa de los monumentos y de la percepción que de ellos tienen quienes los recrean.

Además de la actividad desplegada por la Biblioteca , la conformación de la "Asociación de Amigos del Ferrocarril de Puerto Deseado" se convirtió en otro de los soportes institucionales del proyecto educativo comunitario. La Asociación comenzó a participar activamente en la semana de septiembre de 1999 colaborando en las diferentes exposiciones y realizando invitaciones. Una de sus primeras actividades fue recorrer algunos kilómetros del ramal con una zorra -reconstruída en la escuela industrial de la localidad- con el objetivo de evaluar el estado de las vías del tramo Deseado-Tellier (distante a 20 km del puerto), ya que la reactivación del tramo Deseado-Las Heras está prevista dentro del proyecto del ferrocarril Transpatagónico y Tellier es su primera estación. La zorrita, reconstruída a partir de la observación de fotografías y por docentes y alumnos voluntarios, demandó tres meses de trabajo.

Un ingeniero-docente de la Escuela Industrial "Oscar Smith" de Puerto Deseado diseñó y construyó una zorra de bomba sobre la base de los restos de un vehículo de empuje que llegó al pueblo en los inicios de la construcción. En la propuesta participaron no sólo alumnos de quinto y sexto año y docentes de la escuela sino también otras instituciones como la Pesquera Santa Cruz que mecanizó un piñón en sus talleres y la Prefectura Naval de Puerto Deseado, la Dirección de Puertos y la Municipalidad local que aportaron diversos materiales y transporte. Nueve jóvenes, dos profesores y dos invitados especiales colocaron sobre rieles el mecanismo cuya impulsión se realiza por tracción humana. Se trata de una simple plataforma de madera, antiguamente utilizada para transportar trabajadores, cargas y materiales, donde se ubica un eje para ser operada por dos personas, quienes en un movimiento de sube y baja, accionan las poleas conectadas a las ruedas, que permiten el traslado.

El primer recorrido de prueba se hizo en diciembre de 1999 y avanzaron alredededor de unos 6 kilómetros mientras que en el segundo viaje se llegó hasta Tellier. La directora de la Escuela Rural de este viejo poblado ferroviario organizó en dicha institución una recepción para quienes habían reconstruído la zorrita e invitó a las autoridades municipales de Puerto Deseado. El objetivo perseguido por diversos sectores es la recuperación y restauración de la vieja estación para convertirla en museo local.

Las relaciones que se establecen entre las organizaciones culturales (instituciones educativas, biblioteca) o sociales (asocaciones vecinales, entidades, asociaciones de amigos) y el público (sectores políticos y productivos, funcionarios provinciales y municipales, docentes, jubilados ferroviarios y jóvenes) puede englobarse bajo el concepto de "historia pública". Una de sus variantes es justamente, la historia de la gente, que alienta el conocimiento de la propia historia. Algunos proyectos de historia comunitaria buscan relacionarse con la comunidad para fomentar la cooperación entre los historiadores profesionales y la gente común, pensar en la historia como vehículo para la construcción de una identidad comunitaria para luego presentarla al público y fomentar la apreciación y el respeto por la participación de grupos que no forman parte de la elite en la historia de la localidad. El proyecto iniciado por la biblioteca abrió algunas de estas líneas e incluso otras.

En diciembre de 1999 logró reeditarse el libro con la inclusión de los aportes de quienes brindaron las charlas y que abordaron diferentes aspectos del tema ferroviario. Mi estudio se concentró en el análisis del ferrocarril como medio de transporte y como vehículo poblador en la zona norte de Santa Cruz entre los años 1909 y 1930. El resto de los trabajos apuntó a diversos aspectos: cuestiones técnicas (tipos de locomotoras), políticas ferroviarias llevadas adelante por el gobierno nacional, proyecto de recuperación de la estación como edificio histórico y rescate del vagón ferroviario Nº 502 (que sucedió en 1980).

A fines del 2000 fui invitada para orientar las nacientes investigaciones surgidas, la mayoría de ellas luego del ciclo de charlas, y debatir acerca de las posibles relaciones entre el patrimonio cultural, la historia local y la identidad en diversas instituciones educativas y distintos niveles (algunos para Educación General Básica, Polimodal y Adultos). Las escuelas plantearon la necesidad de que los ejes temáticos se relacionaran con la currícula de la Provincia de Santa Cruz. En el apartado siguiente se explicitarán los fundamentos de la elección del ferrocarril y la ría como los dos ejes para el estudio del patrimonio cultural y las sugerencias destinadas a los docentes y a los alumnos.

El ferrocarril

Puerto Deseado nació a fines del siglo XIX como un eslabón de la cadena de colonias pastoriles creadas por el estado federal en los territorios nacionales. Desde su fundación en 1884 hasta la construcción del ferrocarril en 1909, el crecimiento poblacional del lugar fue lento, ya que durante ese período sólo se asentaron allí diez familias de origen europeo.

Pero cuando el estado nacional comenzó el tendido de una línea que proyectaba unir Puerto Deseado (Santa Cruz) con el Lago Nahuel Huapi y colonizar desde la costa a la cordillera se produjeron cambios que afectaron la vida social y económica de Puerto Deseado (Ciselli, 1999b). La noticia de una obra de las características mencionadas trajo aparejada la instalación de casas comerciales y de servicios, la creación de nuevos circuitos económicos (Ciselli, 1998) y la llegada de inmigrantes de diferentes nacionalidades. Puerto Deseado dejó de ser una pequeña colonia pastoril para convertirse en un puerto comercial de nivel internacional.

Desde 1909 este poblado fue testigo de la llegada de varios contingentes migratorios -de 44 pobladores en 1895 pasó a 804 en 1912-, del reordenamiento del espacio local preexistente y de la creación de patrones de asentamiento que satisfacieran las necesidades del proyecto ferroviario -reserva de zonas-. La historia local promovida por las organizaciones socioculturales muestra al ferrocarril de 1909 como símbolo de una época gloriosa para el pueblo. Desde el momento de su explotación, en 1915 hasta el de su clausura en 1978 la línea ferroviaria Deseado-Las Heras fue utilizada por los ganaderos para el transporte de materias primas, lanas, ovinos y por los sectores vinculados a la explotación minera.

El progreso edilicio experimentado con la llegada del ferrocarril dio nueva forma a la fisonomía del lugar que se fue concentrando en torno a la estación. El viejo Castillo San Carlos, donde se instalaron los primeros colonos y funcionó la Comisaría durante las primeras décadas del siglo XX, fue demolido. En su lugar levantaron un monumento recordatorio. Sus piedras fueron utilizadas para levantar el nuevo edificio policial, las oficinas de la Comisión de Fomento y algunas casas particulares.

La construcción y el tendido de las vías modificó el sistema comercial y de transporte, facilitó el traslado de lana desde las estancias del interior del Territorio de Santa Cruz hacia el puerto y se convirtió en vehículo poblador. Asimismo marca el comienzo de nuevas vinculaciones comerciales y sociales entre Puerto Deseado y Punta Arenas que dura hasta entrada la década del cuarenta. Este puerto ocupa un lugar estratégico, ya que puede comerciar con la ciudad chilena de Punta Arenas y Buenos Aires, por el cual es escogido por empresarios capitalistas ligados al comercio internacional que expanden sus empresas ganaderas, comerciales y financieras por la Patagonia. De Buenos Aires llegaban mercaderías que a veces se complementaban y otras veces competían con las de Punta Arenas, mientras que desde Chile llegaba ganado, madera y las chapas con las que se edificaban las casas y comercios. En Puerto Deseado se embarcaban los fardos de lana tan preciados en el mercado internacional durante gran parte del siglo XX (Ciselli, 1999a) .

Para colocar a la cabecera de red a la altura de las circunstancias que se le encomendaban se construyó un extraordinario edificio con piedras de la zona, labradas a mano. Este edificio fue declarado Monumento Histórico Municipal en 1990 y de interés Turístico nacional en 1991. Monumentos de esa época aún perduran en Puerto Deseado. Ya se ha mencionado la estación del ferrocarril pero de igual belleza arquitectónica son las alcantarillas y las lápidas esculpidas que pueden apreciarse en la localidad. Con el patrimonio, el pasado se personifica en cosas tangibles, es decir, en objetos que se pueden ver y tocar y que están al acceso de todos. El valor de estos bienes patrimoniales varía en relación a si estamos hablando del pasado o del presente. Si pensamos en la estación podemos atribuírle un valor de uso, ya que en el pasado era la cabecera de la red ferroviaria, mientras que en el presente se discute la conveniencia de convertirla en museo o archivo histórico; pero también un valor formal por la majestuosidad del diseño y las formas, y un valor simbólico porque representa a ese pasado reciente en el que gran parte de los habitantes de la localidad se sienten identificados. Los monumentos, productos tangibles que permanencen en el tiempo y permiten establecer vínculos reales con el pasado funcionan también como símbolos.

La ría

La ría Deseado tiene una extensión de 40 kilómetros desde su boca en el Océano Atlántico hasta el lugar donde se hace más angosta: el paso Marsicano. En la costa norte de su desembocadura se halla emplazada la localidad de Puerto Deseado. La quietud de las aguas cercanas al lugar y los refugios ofrecidos por la ría Deseado lo posicionaron como uno de los espacios geográficos preferidos por los navegantes europeos. Cada isla, acantilado, caleta, elevación rocosa desde el paralelo 46 al sur lleva impreso el nombre de alguno de los exploradores o marinos que visitaron sus costas a través de cinco siglos, de la fauna autóctona o del recorrido de comisiones hidrográficas argentinas.

El primer accidente que se destaca es el cabo Blanco, denominación dada por la expedición de Magallanes y motivada por los manchones blancuzcos que existen en su costa y que se divisan desde mar adentro. El banco Byron en nombre del marino inglés John Byron que realizó una expedición alrededor del mundo entre 1764 y 1766.

A lo largo del siglo XVI, cinco expediciones europeas llegaron a las costas de Puerto Deseado con el objetivo de explorar la zona. Luego de la expedición de Magallanes, portugués enviado por la corona española que llegó a una bahía que el denominó "Bahía de los trabajos forzosos" -se presume que era la ría Deseado- en 1520, el rey Carlos V creó -por Real Cédula- la Gobernación de Nueva León que comprendía toda la región Patagónica.

Antes de ingresar a la ría recorrida por Magallanes se visualiza la punta Cavendish. Este corsario inglés que entró, en 1586, al puerto que anteriormente había sido denominado "Bahía de los trabajos" le cambió el anterior nombre por el de su nave almirante "Desire". Port Desire fue el hidrotopónimo original luego traducido como Puerto Deseado. Muy próxima a Punta Cavendish se ubican una serie de islas y rocas que rememoran a leones, lobos marinos y focas que satisfacían exigencias vitales de los marinos ingleses, franceses, holandeses y españoles.

A partir del viaje de Thomas Cavendish, Puerto Deseado se convirtió en el sitio de refugio y de recalada visitado por navegantes europeos. La necesidad de proveerse de víveres frescos y de reponer agua obligaba a los viajeros a fondear en él, explorar sus alrededores en busca de carne de anfibios y de saciar su sed en los manantiales próximos a la costa.

Ninguna de las expediciones mencionadas intentó establecerse en la región debido a que sus fines fueron meramente exploratorios. Factores tales como la falta de bienes naturales - metales preciosos y especias- y la lejanía a los centros poblados desanimaron a los expedicionarios. Desde el punto de vista geográfico fue una época muy fructífera, ya que se profundizaron los conocimientos acerca de la zona sudamericana, en especial del litoral marítimo que fue extensamente recorrido.

En el siglo XVII, continúa la competencia entre Inglaterra, España y Holanda por el control de las rutas y los territorios americanos. La decadencia naval de España permitió el avance de las naves holandesas e inglesas en el sur argentino. Holanda era uno de los centros financieros más importantes de Europa y no dudó en incrementar su poderío marítimo. Sobre ambas márgenes de la ría se elevan los cerros Van Noort y Clayrac. El primero rememora a Oliver Van Noort, holandés que en 1599 fondeó en la ría y se dedicó a la caza de pingüinos, pájaros y lobos marinos.

A mediados del siglo XVII, el proceso de reconocimiento del territorio por parte de la corona española cobró nuevo interés ante la necesidad de contener las ambiciones de los países europeos en expansión, en especial de los ingleses. Ejemplificativo de la presencia de Gran Bretaña en la zona son los restos de la Corbeta de Guerra H.M.S "Swift". Dicha embarcación, de pequeño tamaño y gran velocidad, construída en astilleros cerca de Londres a principios de la década de 1760 fue utilizada par el patrullaje costero y protección de los convoyes comerciales. En 1770 estaba comisionada en las Islas Malvinas para recorrer las costas patagónicas y realizar cartas navales. En uno de sus viajes exploratorios, el viento obligó a los navegantes a buscar refugio en las costas de Puerto Deseado. El 13 de marzo de 1770 la nave encalló; desestabilizada por la marea bajante y con el casco averiado, la Corbeta se inclinó hacia popa y se hundió. Los restos del naufragio fueron hallados en 1982, aunque en 1998 se iniciaron investigaciones científicas (arqueología subacuática) encaradas por el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) y el Museo Regional Provincial "Mario Brozoski" de Puerto Deseado que siguen su curso. En esta localidad santacruceña se conservan los objetos que lograron ser recuperados.

La presencia del patrimonio en los museos debe ser aprehendida por docentes y alumnos ya que puede contribuir al conocimiento de la historia. Los museos tienen el potencial para que ese conocimiento sea democratizado ya que los objetos del pasado son más accesibles que los libros; pertenecen al mismo tiempo al pasado y al presente lo que añade una sensación de autenticidad e inmediatez (Ballart: 1997:109).

España sólo deseaba controlar el Estrecho de Magallanes, camino utilizado por ingleses y holandeses, para evitar que estos países atacaran su cargamento de metales preciosos -ya que esa era la ruta utilizada por los atacantes- en su viaje desde Perú a Panamá. A tal fin, España encomendó al virrey Vértiz el establecimiento de fuertes y colonias en las costas del Atlántico Sur. Sin embargo, el asentamiento defensivo planeado por España fracasó como consecuencia del desconocimiento de la región, escasez de riquezas naturales, distancia de los centros de población estables, clima adverso e imposibilidad de autoabastecimiento permanente.

Con la llegada de la dinastía de los Borbones al trono español en el siglo XVIII, la situación de las colonias americanas cambió. Una serie de reformas político-administrativas fueron implementadas con el objetivo de centralizar el poder, controlar y frenar el contrabando y obtener más recaudaciones aduaneras. Como freno al contrabando y modo de consolidar la soberanía sobre las tierras de Sudamérica se creó la Real Compañía Marítima -sociedad anónima por acciones- que fundó una población pesquera en Puerto Deseado - en 1789- con defensas en tierra -como el Castillo San Carlos (Deodat, 1945) - y vigilancia en el mar. Para mantener la posesión de Puerto Deseado una Real Orden emanada de la corona española fechada el 1º de febrero de 1792 solicitaba al virrey de Buenos Aires que auxiliara a esta población; pero a pesar de los esfuerzos realizados, la colonia fue abandonada.

Algunos de los topónimos que siguen en el recorrido costero representan a comisiones hidrográficas argentinas. Punta Guzmán, denominada así en 1906 por la Comisión Fliess en honor al alférez de fragata Tulio Guzmán; Falso de los ríos, cerro costero denominado así por la misma expedición; pico de los ríos que es traducción de la palabra inglesa -River- dado al lugar por la expedición de Byron. Cerro Escola proviene del pionero de la aviación argentina alférez de navío Melchor Escola; Cerro Rojí por el ingeniero maquinista que integraba la oficialidad del Azopardo.

Al sur de Puerto Deseado, se ubica la isla Pingüino, nombre que proviene de Cavendish quien realizó en ese lugar una gran salazón de pingüinos para alimento de la tripulación. Más al sur se sitúa la bahía del Oso Marino, por la presencia de muchos de estos animales; la punta Pozos, nombre dado por la Comisión Fliess por haber observado la cantidad y profundidad de grietas del sitio. La bahía de los Nodales en honor a los hermanos Nodal que la visitaron. En el interior de la bahía mencionada se hallan los siguientes accidentes: punta e isla Lobos por la gran cantidad de loberías; arrecifes Burgos por el alférez Carlos Burgos, miembro de la comisión que comandaba el Capitán Cánepa; isla Guano por la acumulación de excremento de aves marinas; punta Ramos en nombre del primer poblador del lugar; arrecife Schwarz por el alférez de navío José Schwarz de la comisión del Capitán Cánepa; isla liebres. Al sur de la bahía de los Nodales se ubica la punta medanosa por la gran acumulación de médanos en la costa. Frente a punta medanosa la isla Shag, nombre en inglés del cormorán.

Ya en el interior de la ría se encuentra la Isla Quiroga, en memoria del jesuita José Quiroga que llega al lugar a fines del siglo XVIII. Muy cerca de ellas ubican la Isla de los pájaros y el islote Burlotti, quien fue uno de los primeros pobladores-comerciantes que ofrecían hospedaje y mercaderías generales. La península de Viedma rememora el paso de Antonio de Viedma, quien cumpliendo órdenes del rey de España llegó a estas costas en 1780. Frente a ella se levanta la península de Stockes, quien fue el capitán inglés que comandaba la Beagle hacia el año 1828. Stockes, Darwin y Fitz Roy fueron tres británicos que con su relevamiento de la costa deseadense, sus cartografías y estudios científicos sobre la fauna y la flora cierran una época de expediciones exploradoras que llevó varios siglos.

Puede afirmarse, entonces, que la ría Deseado ha sido tanto geográfica como históricamente un lugar muy explorado por la diversidad de su flora y su fauna. En las riberas de la ría se hallan restingas. Las de la orilla norte con barrancas de pronunciada altura mientras que las de la orilla sur con rocas de menor tamaño. En la zona ribereña los cañadones y terrazas protegen la vegetación xerófila y esteparia de mata negra, mata guanaco, mata laguna, calafate, molle y gramíneas. En estos estrechos cañadones fluyen algunas vertientes que nutren el suelo semidesnudo de vegetación. Unos pocos cerros rocosos de algo más de cincuenta metros de elevación sobresalen en este suelo accidentado.

La riqueza natural de la ría y el significado que ha tenido en el proceso histórico de la localidad la convierten en uno de los ejes de estudio esenciales para el abordaje del patrimonio cultural.

Repensando la enseñanza del patrimonio cultural

La elaboración de proyectos educativos comunitarios cobra sentido en las currículas que plantean la regionalización de la enseñanza en la que se procura respetar la identidad cultural de un pueblo y favorecer la participación y la toma de conciencia de los diferentes actores sociales.

De acuerdo a lo analizado, existen dos alternativas para encarar un proyecto comunitario. Una posibilidad es que surja de alguna organización cultural (como lo fue en este caso la biblioteca) o social (las asociaciones vecinales o de amigos) y que desde allí se genere la participación de diversos sectores sociales en la construcción de saberes. En este caso se parte de la educación no formal como alternativa para el aprendizaje de contenidos.

La otra posibilidad es plantear el proyecto teniendo en cuenta el diseño curricular provincial para llevarlo adelante en el marco de la educación formal, lo que no quiere decir aprender sólo en el aula.

Deberá partirse del patrimonio cultural como contenido conceptual que debe ser aprendido significativamente, identificando y articulando los atributos con determinados objetos. El segundo paso se relaciona con los contenidos procedimentales que nos permiten analizar, reflexionar y tomar conciencia de la riqueza del medio y de la importancia histórica del lugar a través de los siglos. Estas instancias nos permitirán, mediante actividades de enseñanza, reconocer los sitios históricos y el patrimonio cultural de la región. Para ello podrían realizarse las siguientes actividades:

- visitar los museos o lugares históricos

- dibujar o fabricar los objetos previamente identificados como bienes patrimoniales.

- realizar de entrevistas

- tomar fotografías

- analizar los planos del castillo San Carlos

- buscar fuentes documentales

- recorrer la ría

- identificar la flora y la fauna

- escribir ensayos

Con el patrimonio el pasado se personifica en objetos que se pueden ver y tocar que se pueden ver y tocar. Los objetos de los que se ha hablado valen por la utilizad que brindan como recursos didácticos, porque proporcionan bienestar o satisfacen necesidades o atesoran parte de la historia del pueblo y a los cuales los habitantes de un lugar pueden acercarse de un modo espontáneo y natural. El medio, la comunidad y la educación, en el más amplio sentido, posibilitan que esta temática pueda ser desarrollada dentro del ámbito de las instituciones educativas como fuera de ellas.

Agradecimientos:

Al Lic Martín Vulcaín, docente de Didáctica de la historia, por sus comentarios y sugerencias.

Notas:

Graciela Ciselli. Maestrando en Antropología Social (UnaM).Lic. y Prof. en Historia. Prof Adjunto en Antropología Cultural. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Sede Comodoro Rivadavia. Chubut. E-mail: gciselli@infovia.com.ar

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