Taller de Arqueología

Silvia Mónica Gómez

Docente y Estudiante avanzada de la carrera de Ciencias Antropológicas - FFyLL - UBA

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Introducción:

En algunas oportunidades nos sorprendemos al leer en el diario el hallazgo de un nuevo fósil que modificaría los supuestos sobre el proceso de hominización o con la noticia de que un grupo de arqueólogos argentinos realizó descubrimientos en Egipto o que otros están excavando viejos edificios porteños. Muchos son los interrogantes que surgen acerca del hacer de una disciplina, por cierto, poco difundida y a veces confundida con otras ciencias.

Mas, si a la manera de un arqueólogo, indagáramos en ella nos encontraríamos con la riqueza de una ciencia social que se ocupa de la compleja tarea de la reconstrucción del pasado.

Saber ¿qué sucedió? con el modo de vida de los hombres en el pasado y, ¿por qué sucedió? son los interrogantes que se plantea la Arqueología (Binford:1988), y lo hace sobre los restos materiales que han dejado poblaciones que ya no existen. La Arqueología estudia el comportamiento humano; pero con una particularidad, y es que tal comportamiento ya no existe. Sólo a partir de que tales comportamientos o actitudes hayan modificado en alguna medida el mundo material u organizativo de las sociedades podemos obtener un cuadro confiable de la vida de aquellos que nos precedieron en el tiempo.(Yacobaccio:1988)

Pero la Arqueología no es sólo trabajo de campo, rescate de monumentos, tesoros o ciudades perdidas, sino que es fundamentalmente la interpretación de esos hallazgos. La interpretación debe estar orientada por una teoría y debe responder a hipótesis enunciadas previamente. Lo más importante que debemos recordar es que cada visión del pasado es producto de su propio tiempo: las ideas y las teorías evolucionan constantemente (Renfrew y Bahn: 1993)

La relación entre Arqueología y educación se encuentra aún poco desarrollada, aunque se están dando novedosas experiencias de aproximación entre ambas. Siendo una de las disciplinas sociales de la cual provienen muchos los conocimientos relacionados con el desarrollo cultural y la diversidad socio-cultural de las poblaciones del pasado; de las poblaciones indígenas que habitaron nuestro actual territorio y de otros períodos históricos de nuestra nación, así como también del desarrollo del concepto y de la valoración del patrimonio cultural, resulta fundamental su inserción en el ámbito escolar.

El taller de Arqueología: fundamentación y objetivos

El taller de Arqueología está orientado a niños y niñas de entre seis y doce años aproximadamente.

Su finalidad principal es la de aproximar la Arqueología a la escuela desde una propuesta distinta a aquella que asocia a la disciplina con la búsqueda y la acumulación de objetos exóticos. Por el contrario, se fundamenta en una concepción de la Arqueología que relaciona e integra la noción de cambio cultural y de profundidad histórica con los procesos sociales actuales.

Se basa en una propuesta didáctica que comprende a la práctica y a la reflexión como procesos indisociables y necesarios para la construcción de los conceptos escolares cuyo referente son los conceptos científicos. No se trata de enseñar a "hacer excavaciones" sino que en el proceso de realización de una investigación y sus sucesivas etapas se aproximen al proceso único que implica la interpretación del pasado desde las herramientas de la Arqueología.

El taller propone la realización de los procedimientos propios de una investigación científica en Ciencias Sociales contemplados en los contenidos procedimentales para el E.G.B., en un clima de juego y de cooperación.

Sus objetivos pedagógicos generales son el desarrollo de una valoración del patrimonio cultural así como la construcción de una confianza en las posibilidades colectivas e individuales de su comprensión y preservación. En lo personal, se propone que los chicos generen estrategias propias en la elaboración de interrogantes y de respuestas sobre aspectos de la realidad social.

Objetivo y contenidos específicos de un encuentro del taller:

El objetivo específico de la experiencia que aquí describimos a modo de ejemplo es el de utilizar material cualitativo y cuantitativo para obtener información sobre las actividades humanas y ofrecer explicaciones sobre las mismas fundadas en pruebas.

Los contenidos conceptuales trabajados son muchos y aquí realizaremos sólo una selección considerando que la dinámica misma del taller abre la posibilidad de ampliar las temáticas e incluso de relacionarlas con todas las otras áreas curriculares si se realiza en el contexto de la escuela.

A modo de ejemplo, la selección de los mismos corresponderá a la de los años pertenecientes al segundo ciclo del E.G.B.

Los contenidos conceptuales que se trabajan están presentes en los tres bloques del área de las ciencias sociales: LAS SOCIEDADES Y LOS ESPACIOS GEOGRAFICOS; LAS SOCIEDADES A TRAVES DEL TIEMPO. CAMBIOS, CONTINUIDADES Y DIVERSIDAD CULTURAL y LAS ACTIVIDADES HUMANAS Y LA ORGANIZACION SOCIAL.

Los contenidos conceptuales son:

* Las huellas materiales del pasado en el presente objetos, edificios, calles. características y ubicación.

* Las transformaciones operadas en algún elemento o aspecto de la vida cotidiana.

* Las necesidades colectivas e individuales en relación con los modos de vida. Las formas de satisfacerlas. Recursos naturales y culturales.

* El uso sostenible de los recursos naturales y la preservación del ambiente.

Los contenidos procedimentales son:

* Formulación de preguntas y de explicaciones provisorias

* Formulación de interrogantes a partir de la información recogida a través de la observación.

* Reformulación de preguntas a partir de nueva información.

* Planteo de interrogantes que conduzcan a desarrollar indagaciones.

* Anticipación de explicaciones posibles.

* Debate de diferentes propuestas en el grupo y fundamentación de la decisión adoptada.

* Evaluación compartida de resultados y de estrategias de trabajo.

* Selección y tratamiento de la información

* Clasificación de los materiales en relación con la naturaleza de la información.

* Elaboración de informes sencillos sobre las actividades realizadas.

* Utilización selectiva de diferentes recursos expresivos en relación con la información a comunicar.

* Utilización de conceptos básicos de las ciencias sociales.

Descripción del desarrollo:

El taller se realiza en un espacio verde perteneciente al Museo del Carruaje en Quilmes y es coordinado por la arqueóloga Zunilda Quatrin junto a un equipo de arqueólogos . Este espacio, durante los fines de semana, se encuentra abierto libremente al público y los vecinos de sus alrededores utilizan el espacio amplio y arbolado para recrearse.

Durante las horas previas al inicio del taller, los chicos que quieren participar, se anotan voluntariamente. El límite establecido es el de dieciséis personas. Al final de la inscripción queda conformado un grupo con edades que van de los siete a los once años aproximadamente, entre mujeres y varones.

La dinámica se inicia con una presentación mutua entre los chicos y la docente y una exploración por parte de ésta de los conocimientos previos sobre la Arqueología (el taller así había sido presentado). Las respuestas son diversas, priman aquellas que asocian a la disciplina con la paleontología ("Encontrar huesos de dinosaurios").

"¿Quiénes estuvieron aquí antes que nosotros?"

El taller continua con una narración por parte de quien guía el encuentro, que plantea una situación problemática y que genera en los chicos la necesidad de indagar acerca de lo que pasó en ese mismo lugar.

Cómo hacerlo si quienes allí estuvieron ya no están más, es uno de los primeros interrogantes que los participantes se plantean.

Las respuestas o hipótesis que desarrollan son variadas, pero quien orienta la experiencia propone utilizar los métodos o las herramientas de la Arqueología.

"¡A organizarnos!"

La cuadrícula (hecha con palos e hilos) que delimita el espacio en el cual realizarán la excavación está ya armada. Se sabe dónde excavar, pero para hacerlo deben organizar los grupos. Para cada uno de los sectores de la cuadrícula, que son cuatro, se arma la misma cantidad de grupos integrados por cuatro chicos.

A cada uno se le asigna una tarea: está el que excava con cuidado usando una palita y un pincel, respetando mantener un mismo nivel para toda la superficie del terreno en el que se trabaja (Como aconsejaba uno de los arqueólogos que los orientaba en la experiencia: "Hay que hacer como si se cortara una torta, capa por capa") y cuando un objeto aparece debe retirárselo con sumo cuidado una vez que el mismo ya no esté recubierto de tierra; está el que guarda el objeto en una bolsa; está quien registra en una libreta qué se encontró y dónde y también, el que acarrea los baldes. Las tareas son rotativas y todos participan de todo.

"No sólo excavamos"

Las preguntas y las respuestas entre ellos y los coordinadores se suceden una tras otra a medida que van realizando los hallazgos de los distintos objetos. Por ejemplo, una de las cuestiones fue que, en lugar de tierra, encontraron arena. El por qué de ello quedó abierto hasta que en las capas subsiguientes encontraron restos de papeles de golosinas y juguetes. Los chicos decían que quizá "allí hubo una plaza, a donde iban chicos a jugar".

Un nuevo enigma se planteó cuando apareció un paquete de cigarrillos, pero habría posibilidad de resolverlo en el otro momento del taller.

" Yo clasifico, tu clasificas, nosotros..."

La otra etapa marcadamente diferenciada del taller consiste en el proceso de selección de registro arqueológico que implica la reflexión y la evaluación del trabajo hasta aquí realizado. Los coordinadores plantean la necesidad de ordenar y guardar los materiales recogidos para un próximo encuentro. Ello implica realizar una clasificación que está necesariamente orientada por las hipótesis que fueron construyendo en el campo.

Los criterios de clasificación se fueron esbozando a medida que cada uno de los participantes explicitaba y compartía sus ideas acerca de quiénes y qué hacían los que habitaron ese espacio en el pasado.

Los objetos fueron guardados en bolsas según fueran: juguetes, restos de envoltorios de golosinas, restos de tela, etc.

En la medida en que los chicos analizaban el registro material iban construyendo las conclusiones y se aproximaban a una forma de interpretación del pasado.

Los chicos acordaron que el espacio correspondía al de una plaza, posiblemente un arenero. Los restos de envoltorios de golosinas parecían confirmar esta idea. La diversidad de juguetes les permitió afirmar que allí jugaban tanto varones como mujeres. El paquete de cigarrillos pertenecería a un adulto que acompañaba a los niños.

El encuentro concluye pero queda abierta la promesa de la realización de otro que incluye la revisión y el análisis más exhaustivo de lo recolectado, como también el inicio de la excavación en otro sitio en el que se encuentra preparado otro tipo de registro arqueológico.

Reflexiones finales:

La descripción precedente de las principales actividades del encuentro intenta fomentar reflexiones acerca de las posibilidades de una experiencia didáctica semejante y, en definitiva, de los interrogantes que suscita el acercamiento de la Arqueología a la escuela.

Quizá haya mucho por construir, sabemos que traducir en términos de racionalidad escolar el conjunto de saberes de una disciplina como la Arqueología no es fácil porque los contenidos escolares no son una versión simplificada de tales conocimientos. Por el contrario, en el proceso de transformación de un saber científico, erudito, en un saber enseñable, se construyen saberes que resultan verdaderas creaciones didácticas.

La posibilidad de llevar a cabo tal construcción ya está planteada, tanto para los educadores como para los arqueólogos y las experiencias educativas que los integran comienzan a ser mayores.

Espacios privilegiados para tal integración son los que ofrecen los museos. Con el objetivo de fomentar la revalorización del patrimonio cultural y desde una visión no estática del pasado, algunos museos se han convertido en herramientas pedagógicas dignas de ser utilizadas.

Creemos que este es el comienzo de una relación fructífera.

Bibliografía:

Binford, L. (1988) En busca del pasado. Cap. 1: "Descifrando el registro arqueológico" Ed. Crítica, Barcelona.

Ministerio de Cultura y Educación de la Nación (1996) Contenidos Básicos Comunes para el Segundo Ciclo de la E.G.B. en el área de las Ciencias Sociales.

Accomo, Mabel (2000) "Encuentro sobre didáctica general" En: Revista Ser y Expresar, Nro. X ,Ed. Estelar S.A.

* Renfew, C. Y P. Bahn (1993) Arqueología, teoría y práctica, de C. Akal Ediciones Madrid

* Yacobaccio, H. (1988) Arqueología Contemporánea Argentina. Introducción. Ediciones Búsqueda. Bs. As.

* Los fragmentos pertenecientes a ambos textos fueron citados en el artículo "Arqueología: como el presente devela el pasado" de Bellelli, Cristina. En: Garreta, M. Y Bellelli, C.(1999) La trama cultural. Ed. Caligraf. Bs. As.

 

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