La otra casa: la de tiempos prehispanicos en la Quebrada de Humahuaca

por Constanza Taboada
Arqueóloga, doctorando Arqueología, Universidad Nacional de Tucumán

Nos incluimos como partícipes en la indagación de una "otra arquitectura" en tanto estudiamos el manejo y uso que de las construcciones y el espacio nos aportan las evidencias arqueológicas. "Otra" entonces por dos motivos: uno que podríamos compartir con las llamadas viviendas naturales o tradicionales en tanto arquitectura espontánea sin mediación de profesionalización, y el otro en tanto arquitectura de ese "otro" antropológico, que en una visión altamente etnocéntrica constituyó por mucho tiempo el indígena.

Nuestras preguntas e inquietudes se dirigen a intentar conocer, entender y explicar cómo era "la vivienda" de los habitantes de la Quebrada de Humahuaca antes de que los conquistadores europeos llegaran por esas tierras 1. O mejor dicho, y aunque parezca una contradicción, ¿podemos concebir en nuestra búsqueda la existencia de "una casa prehispánica"? Desde ya creemos que intentar una extrapolación directa carece de fundamentos y este es uno de los puntos cruciales de nuestra indagación que intenta aislar qué elementos son los que esencialmente hacen a la definición del referente material de la unidad socio-residencial mínima y qué elementos pueden llegar a generalizarse en una definición de la arquitectura que sirvió de habitación, cobijo e interacción social doméstica. Así, el primer objetivo de nuestra investigación es la elaboración de un marco teórico, quizás debamos decir de una adecuación de la teoría del habitar a nuestro problema, y el desarrollo de modelos de uso y construcción del espacio de habitación para contextos prehispánicos. El segundo aspecto es el desarrollo de una metodología pertinente para alcanzar a poner a prueba esos modelos y que supla la imposibilidad de la arqueología de acceder directamente a los sistemas vivientes que generan las evidencias que estudiamos.

Si bien la arquitectura configura una de las evidencias materiales que, hasta cierto punto, mejor preservación muestra para el arqueólogo, el acceso a cierto nivel de conocimiento que involucra aspectos sociales, como puede ser la estructuración interna del ámbito de habitación en relación con el grupo doméstico residente (que en definitiva es el elemento vivo y que da sentido a una arquitectura residencial) no son accesibles directamente al arqueólogo. Metodológicamente debemos buscar entonces los referentes materiales de los aspectos sociales. Esta perspectiva analítica pone él énfasis en el comportamiento de los grupos domésticos, entendiendo que son las actividades que desarrollan estos grupos las que generan residuos que se incorporan al registro arqueológico.

El término doméstico (> Domus , casa) por definición alude a las actividades que se realizan en el ámbito arquitectónico y en el espacio de residencia, más allá de del grupo humano que lo habite, aunque es generalmente éste el que las realiza en su mayor parte. Valga la redundancia para indicar etimología, un espacio domesticado implicaría dos conceptos vinculados: estabilidad espacial de asiento , y dominio y manejo de ese ámbito en cuanto es el sitio controlado que da resguardo, ya por sus características arquitectónicas como por el grupo social y posiblemente económico que lo comparte en el habitar cotidiano. Dentro de este marco entrarían como domésticas todas aquellas actividades que se realicen dentro del espacio de habitación (como dormir, comer, almacenar y otras que pudieran adscribirse al grupo residencial mínimo constituido bajo un mismo techo y que condicionarían recíprocamente las formas construidas y su organización espacial y de funcionamiento). Incluso las que pudieran realizar personas ajenas al grupo efectivamente corresidente en él, o que lo habitan sólo parcialmente durante el día sin dormir en él (si este fuera el término de inclusión primero y necesario para entrar en la definición de corresidencialidad , y por el momento podemos tomarlo como si así fuera).

Así, el primer uso, por su necesidad imperiosa de solución y por su tiempo histórico de aparición debió ser muy posiblemente el de albergue, fundamentalmente durante el descanso diario, contra las inclemencias del tiempo y los peligros de animales, y el de cobijo cuando fuera necesario durante el desarrollo de otras actividades. Podemos tomar el supuesto de la protección como la primera función del espacio construido de habitación donde se posibilita la concentración espacial del grupo social y su interacción, motivando un interjuego continuo de determinación mutua. Para Heidegger , todo construir tiene como meta el habitar en tanto da cobijo al hombre y él lo habita. Todo construir surgiría así de la concientización del hombre de la carencia de un lugar propio, de la evidencia de la necesidad de fundarlo y de erigir una morada donde desarrollar las capacidades de ser hombre en el habitar cotidiano.

El grupo doméstico se convierte entonces, para el arqueólogo, en una unidad operativa de observación y análisis, de la que puede aislar sus referentes materiales (espacios y construcciones de habitación, áreas de actividad, circulación y descarte, posesiones, etc.). Existe cierto consenso en que la co - residencialidad es uno de los indicadores eficientes para tal fin, y nosotros lo adoptamos como unidad de análisis, en tanto una unidad constructiva de uso residencial constituye un elemento material aislable en una investigación arqueológica. Allí cohabitó un grupo social que no requiere ser definido de antemano por ningún vinculo social como podría ser el parentesco, o económico como podría ser la autosuficiencia, sino sólo por el compartir el habitar en este espacio construido. Planteamos además la necesidad de aplicar una visión dinámica de la arquitectura, considerando que cambia y se acomoda a las transformaciones sociales y funcionales que se generan dentro del espacio de vivienda con el tiempo y las diferentes generaciones.

Con base a esto intentamos dar significado funcional a la arquitectura residencial y su entorno de influencia en el uso doméstico, a través de sondeos y excavaciones que se complementen con observaciones superficiales como número, tipo, y distribución espacial de recintos y sus rangos de variación. Más aún, planteamos la necesidad de integración con otras líneas de evidencia que empezamos a analizar (p. ej. bienes muebles y sus contextos de depositación y restos químicos impregnados en pisos o artefactos como indicadores de actividades no observables a través de restos macroscópicos).

Para comenzar hemos planteado un modelo teórico que dé cuenta de las características de perfomaces necesarios para asegurar un desarrollo eficiente de las construcciones en tanto contenedora y posibilitadoras de actividades a la vez que receptoras de estos propios condicionantes y remodeladas por ellos. En un primer intento de aproximación funcional (que luego será complementado analizando a la arquitectura desde otras perspectivas, como por ejemplo la noción de que la arquitectura juega un importante papel simbólico tanto a nivel privado del propio grupo, como hacia el exterior para los de afuera) intentamos señalar las características básicas que debe cumplir dicho ámbito para cubrir esos requisitos, y aquellas otras que puedan influir en su mayor o menor eficiencia. Propusimos así como modelo básico de forma arquitectónica de residencia un ambiente compuesto por:

- un espacio mínimo techado y cerrado lateralmente . Su principal función sería la de ofrecer cobijo y protección total. Sus características de habitabilidad estarían definidas por la anulación, mitigación o aislación de los factores ambientales externos en sus manifestaciones más extremas: viento, precipitaciones, temperatura, luz, ruido, y agresiones biológicas. Estaría destinado en principio a facilitar al descanso diario, a proporcionar el depósito y resguardo de determinados bienes y alimentos, y quizás a asegurar un lugar para la cocción y preparación de alimentos. Sin embargo, ocasionalmente, en situaciones climáticas desfavorables debió servir al cobijo humano para posibilitar el desarrollo de las actividades más urgentes o más fácilmente adaptables a un espacio cerrado restringido 2.

- un espacio mayor descubierto y/o parcialmente cubierto, abierto o cerrado lateralmente . Su rol principal sería de resguardo y contención parcial, física y virtual de agentes externos. Sus características de habitabilidad estarían dadas por la mitigación y/o aprovechamiento controlado de determinadas condiciones como iluminación, ventilación, aireación, asoleamiento , sombra, lluvia, etc. En condiciones climáticas normales sería el espacio apropiado para la realización de la mayor parte de las actividades diurnas.

            Bajo este supuesto teórico realizamos los trabajos de campo. Sobre la base de un análisis superficial aislamos una unidad constructiva compuesta por un recinto mayor vinculada por un vano a otro menor y mediante otro vano al exterior. Esta se repetía de forma modular en un sector bien definido del asentamiento en estudio 3 y consideramos podía ser tomada como un módulo referente del modelo arriba propuesto. Los resultados aún parciales de las excavaciones, fortalecen por ahora la hipótesis que (para el momento de abandono del recinto como lugar de residencia, pues también hay evidencias de usodoméstico anterior y funerario posterior 4) estuvo en funcionamiento un gran recinto descubierto o semi -cubierto, altamente organizado en el uso, subdividido internamente por una serie de tabicados que definen espacios con áreas con registro diferencial de sets de artefactos vinculables a variadas actividades. Ahora bien, la identificación paralela de un nivel anterior de ocupación, claramente distinguible por remodelaciones y agregados constructivos sobre el piso original así como por otras evidencias asociadas, nos llevan a plantear que dicho espacio sufrió en un momento dado un cambio en su estructuración y que pudo responder como decíamos anteriormente a cambios en la morfología del grupo que lo habitaba o en sus usos. Confiamos en que la complementación de los análisis y excavaciones y la realización de fechados nos permitirá avanzar en la contrastación de estas hipótesis.

Tucumán, septiembre de 2001.

 

Descripción ilustrativa del sitio Los Amarillos y área de estudio

El sitio Los Amarillos relevado por Nielsen (1989) cubre 10 hectáreas y constituye uno de los más grandes conglomerados de la Quebrada de Humahuaca . Nielsen ha definido varios sectores con base a la consideración de elementos como la arquitectura. Algunos de ellos parecen haber sido áreas residenciales, mientras un único sector central muestra evidencias claras de actividades rituales y manejo de la arquitectura mediante restricción de acceso y limitación de visuales hacia y desde determinados puntos ( Nielsen 1995).

La arquitectura es mayormente de piedra seleccionada unida con mortero, aunque también hay evidencias de arquitectura de tierra, sea en forma de mampuestos (adobes) o de grandes bloques realizados posiblemente mediante alguna técnica de encofrado similar al tapial. Se han recuperado restos de techo de torta. Las plantas de los recintos son cuadrangulares y desde superficie parecen conformar unidades compuestas por un recinto mayor y otro menor unido mediante un vano y con subdivisiones menores en el interior. Este es el módulo que definimos y tomamos en nuestro estudio.

Bibliografía citada

NIELSEN, A. E. 1989. La Ocupación Indígena del Territorio Humahuaca Oriental durante los Períodos de Desarrollos Regionales e Inka . Tesis Doctoral, Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba.

NIELSEN, A. 1995. Architectural perfomance and the reproduction of social power. Skibo, Walker y Nielsen (Eds.). Expanding Archaeology , pp. 47-66. University of Utah Press. Salt Lake City.

NOTAS

1 Estas investigaciones forman parte del Programa de Investigación Omaguaca que dirige desde hace unos diez años el Dr. Axel Nielsen , y tienen como objetivo el desarrollo de nuestra tesis doctoral en Arqueología.

2 Por cierto que otras actividades particulares que escapan a esta generalización podrían requerir condiciones similares y deberán ser estudiadas para cada contexto en particular.

3 Los trabajos se llevan adelante en el sitio arqueológico Los Amarillos, Quebrada de Humahuaca , Pcía . de Jujuy. El lapso de ocupación conocido cubre desde el 900 d. de C. hasta momento incaicos.

4 Sin embargo creemos que las prácticas rituales, y especialmente las de la muerte, deben ser tenidas en cuenta como una más de las actividades consideradas domésticas, en tanto hacen al transcurrir de la vida del grupo de interacción social. Consideramos entonces que las evidencias funerarias recuperadas no deben ser disociadas a priori como indicadores de una actividad desvinculada con las practicas domésticas cotidianas del recinto en estudio, sino que deberá ser analizada como la posibilidad de una continuación del vínculo con el espacio apropiado.



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