Vivienda y habitat popular en San Carlos de Bariloche

por antropóloga Mariana Caram,
becaria CONICET, Instituto Cordillerano de Estudios y Promoción Humana (ONG), Bariloche,
prov. Río Negro. (participante distante introd. por C.S).

La investigación en curso que tiene lugar en barrios de la ciudad de San Carlos de Bariloche apunta a conocer las diferentes estrategias que los sectores populares desarrollan para resolver la necesidad de vivienda, distinguiendo sus necesidades desde una perspectiva de género. A su vez, acompaña las acciones de un programa de mejoramiento habitacional ejecutado desde una ONG.

Bajo condiciones de clima adversas y en contextos de pobreza, una vivienda adecuada para enfrentar la rigurosidad climática es una de las necesidades más sentidas. Sin embargo, una gran parte de la población, cerca del 20%, habita viviendas con algún tipo de precariedad.

El alto índice de crecimiento que ha tenido la ciudad en los últimos 30 años produjo un corrimiento de los más pobres hacia zonas despobladas y marginales, a su vez trajo aparejado   un déficit de vivienda cuya oferta resultaba insuficiente. Bajo esta demanda se ha desarrollado un mercado inmobiliario orientado a la franja de población más carenciada , ubicándola en zonas delimitadas del casco y produciendo   una distribución social diferencial del espacio urbano. La venta de terrenos, ubicados en barrios de la periferia sud y sudoeste de la ciudad, se realiza de modo financiado. Este representa uno de los recursos fundamentales para adquirir una parcela donde asentar la vivienda. Entre las mujeres, el hecho de acceder a la propiedad y por lo tanto asegurar el techo resulta ser prioritario aunque sea en zonas que por estar alejadas de los lugares de trabajo y servicios hacen más pesada la de por sí cargada jornada laboral.

Las viviendas son autoconstruidas por esfuerzo propio y con mano de obra familiar. Son casillas precarias donde el material predominante de las paredes es la madera, la chapas de cartón en los techos, el cemento en los pisos y carecen de baño interno. El hacinamiento es particularmente crítico bajo las condiciones del clima frío, siendo las mujeres las que más sufren esta situación al estar mayor tiempo en sus casas compartiendo el espacio con un elevado número de hijos.

 

El programa de mejoramiento de viviendas ejecutado desde la ONG, financiado por la Subsecretaría de Vivienda de la Nación, se trata de un sistema de microcréditos orientado a esta franja de población con características de necesidades básicas insatisfechas (NBI) en sus viviendas y que carece de elementos para acceder a sistemas formales de crédito (recibo de sueldo, garantías, título de propiedad). Los requisitos solicitados y la financiación son blandos. Además se brinda asistencia técnico constructiva que aborda los mejoramientos de las casas desde una perspectiva que respeta las diferencias culturales zonales y las necesidades específicas de género. Ya se han otorgado más de 90 microcréditos y se ha comenzado a utilizar el fondo de reintegro para beneficiar a más personas.

Los modos populares de resolución habitacional consisten en mejoramientos pequeños, paulatinos, graduales, en plazos de tiempo prolongados. El microcrédito en materiales permite dar un impulso importante al mejoramiento de las viviendas que de otro modo resultaría imposible realizar. Por otro lado brinda mejoras definitivas y de buena calidad.

Por último, en el marco de la investigación - acción trabajamos en la divulgación de una ley provincial que permite escriturar las tierras a quienes no lo han podido hacer por razones económicas. Esta ley que tiene una antigüedad de 13 años permanecía ignorada. Nuestra intervención promovió la organización y coordinación de los organismos gubernamentales responsables de su aplicación y facilitó el conocimiento de la ley entre aquellos que se pueden beneficiar con la misma. En la actualidad un importante número de personas está realizando su trámite para acceder a las escrituras. Esto significa, desde un punto de vista individual consolidar la tenencia de sus tierras y, desde lo social, legalizar sectores de la ciudad que permanecían hasta ahora privados de ese derecho.

 

FOTOS

Fotos 1-4: La secuencia de fotos 1 a 4 muestra parte del proceso de ampliación, mejoramiento y transformación de la vivienda de una familia habitante de un barrio popular de la ciudad. Se reemplazaron paredes de madera por material y en ese espacio reconstruido se instaló una peluquería. Así la vivienda cumple la doble función de albergar a la familia y a la vez ser lugar de trabajo para alguno de sus miembros.

 

Foto 5: Vista panorámica de la zona sudoeste de la ciudad de San Carlos de Bariloche, denominada Pampa de Huenuleo habitada por los sectores populares. A la izquierda se observa el Barrio El Frutillar y a la derecha el Barrio Pilar 1 y 2.

 

 

Fotos 6-7: Hábitat barrial invernal de un barrio popular.

 

Foto 8: Algunos pobladores acceden a comprar un terreno financiado en un loteo popular. Sobre una base de cemento levantan una casilla de madera con techo de chapas de cartón. Con mucho esfuerzo tratarán de alcanzar mejoras en sus precarias condiciones de vida. Estos austeros 6 x 3 m2, llegan a albergar a ocho o más personas.

 

Foto 9: Una niña se asoma curiosa a la puerta de su vivienda.

 

Foto 10: Muchas viviendas de la zona revisten su interior con papel de diario como aislamiento contra el frío y el viento. En el centro del ambiente, una estufa o tacho sirve para calefaccionarse y cocinar los alimentos.



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