Especial NAyA 2001 (version en linea del cdrom)

INDICADORES ARQUEOLÓGICOS SOBRE EL MILITARISMO ENTRE LOS MEXICAS.

Marco A Cervera Obregón.*

Resumen

El presente trabajo tiene por intención el mostrar diferentes indicadores del militarismo entre los mexicas. Dentro de estos indicadores se proponen tres complejos fundamentales: Las estructuras fortificadas presumiblemente construidas por los mexicas que sirvieron como enclaves militares en todo el territorio dominado, las representaciones escultóricas asociadas a una iconografía militar como la representación de guerreros y sus respectivas insignias militares, armas y atavíos característicos y finalmente los artefactos arqueológicos como prueba del sistema de armamento usado por los aztecas dentro de las guerras y del ceremonial asociado a su cosmovisón mistico-guerrera. Se hace especial reiteración a la falta de estudios sobre la guerra mexica utilizando los indicadores propuestos  ya que la tendencia de los investigadores de esta rama ha imperado más sobre otras fuentes de investigación como son las fuentes escritas y los códices.

    

     Con la caída de los centros rectores del clásico mesomaricano inicia una nueva etapa de desarrollo entre las sociedades asentadas en el territorio mexicano. A partir del año 750 d.C. muchos de los centros políticos de mediana importancia aprovechan el derrumbe de ciudades como Teotihuacan para comenzar su propio desarrollo. En etapas sucesivas los estados comienzan un marcado militarismo pues en palabras de Alfredo López Austin " ahora se arman los gobernantes- se arman hasta los dioses - luchan los Estados y justifican, a posteriori los resultados de sus campañas" (López Austin,1985,200). Si bien este militarismo ya es evidente desde Teotihuacan con los nuevos estados como el tolteca y posteriormente el mexica será aun más clara la necesidad de desarrollar este fenómeno cultural.

     El año de 1111 DC es la fecha oficial  que marcan las fuentes (Davies, 1992,28) del inicio de la peregrinación mexica las situaciones sociales y políticas del momento fueron un gran impedimento para el asentamiento definitivo de este grupo mas por el contrario su dios Huitzilopochtli mucho los alentaba a seguir la búsqueda de lugar donde fundaran la ciudad de Méxcio Tenochtitlan. Para el año de 1325 se da la fundación de la ciudad de Méxcio Tenochtitlan más  no por ello los mexicas eran completamente libres pues recordemos que el lugar donde se asentaron era parte del entonces señorío dominante de Azcapozalco. El yugo de los señores tepanecas sobre los pueblos de la cuenca de México y los mismos aztecas terminara con la rebelión de dicho pueblo en 1428. A partir de esta fecha es que la historia de los mexicas nos marca el inicio de la llamada etapa imperial, momento que se fundamenta ideológicamente en la cosmovisión místico guerrera de los mexicas. (León Portilla, 1961, 48)

     La entronización de dos gobernantes completamente independientes del yugo tepaneca (Izcóatl y Moctezuma Ilhuicamina) inician la consolidación del pueblo azteca y la sujeción de los pueblos basados en dos tipos de guerra. La guerra de conquista impuesta para obtener tributo y tierras para el imperio. El tributo estaba destinado principalmente para el usufructo de la clase poderosa, es decir, los pipiltin. La visión  simbólica del fenómeno armamentista dio por resultado la fuerte necesidad de obtener víctimas para el sacrificio, elemento vital para alimentar a los dioses tutelares mexicas, en especial al sol y a Huitzilopochtli. De igual manera esto representaba la oportunidad de la clase menos favorecida (macehualtin) de acceder a puestos de cierta importancia en la escala social indígena, en función del numero de cautivo obtenidos de las "guerras floridas" (Xochiyáotl).

     La guerra como factor político, económico e ideológico en la sociedad azteca fue de primordial importancia, ya que este fenómeno y estrategia política los llevo a ser de un pueblo conquistado a un pueblo conquistador. Debemos de recordar que mucha de la información que tenemos acerca del mundo indígena de finales del siglo XVI no deviene de las crónicas de los conquistadores europeos  así como de los documentos picrtográficos, más aun es importante reconocer que le ciencia arqueológica sobre el militarismo mexica es bastante reducido en comparación con las fuentes antes mencionadas. En este sentido los indicadores arqueológicos del militarismo azteca están resumidos en los siguientes elementos: Estructuras fortificadas de segura construcción azteca localizadas a lo largo y ancho de la extensión del imperio tenochca, los monumentos escultóricos, y artefactos líticos como evidencia directa de su sistema de armamento.  En el presente trabajo daremos una revisón a cada uno de  estos indicadores y su relevancia así como limitaciones epistemológicas para comprender el militarismo entre los mexicas.

1. LAS FORTIFICACIONES.

    A lo largo y ancho de gran parte de Mesoamérica los mexicas hicieron sentir su poderío militar,  dominio que a sido delimitado anteriormente por algunos autores ( Barlow, 1992), muchas de los enclaves aztecas tuvieron por objeto el prestar servicios militares al imperio actuando como guarniciones establecida en áreas conquistadas (Carrasco,1996,199). Estas provincias militares se ubicaban tanto fuera y dentro de la cuenca de Méxcio a manera de estructuras fortificadas muchas de las cuales se ubicaban en lo más alto de las laderas. Realmente de este tipo de estructuras tenemos muchos antecedentes desde los tiempos epiclásicos como en Xochicalco. Algunas fuentes mencionan que en las fronteras del imperio  mexica contaban con cuatro guarniciones (Bernal Díaz, 1999,164), una de las cuales se localizaba en Michoacán.

Cerca del poblado de Aguacate en el municipio de Teleolopan en Michoacán se alza el Cerro Oztuma,( llamado así por el pueblo chontal conquistado por Ahuitzotl del cual ya no tenemos más referencias) ( Armillas, 165) sobre el cual se encuentra lo que se ha interpretado como un puesto de mando de un sistema defensivo mexica dentro del territorio purépecha.  Explorado por Pedro Hendrichs y el doctor Donald Brand, se reconoce una estructura guarecida por un muro de un kilometro de longitud extendido de noroeste a sudoeste sobre la loma. El material de construcción fue fundamentalmente de lajas. Una de las estructuras de mayor importancia dentro de la ingeniería militar mexica es un fortín a manera de triángulo del cual se desprende un vértice circular ( que es el que miraba al enemigo) ya que en el lado contrario reconocemos la apertura de acceso al fortín ( Armillas 1942, 169).  Es interesante advertir que el acceso principal a las construcciones militares, civiles y religiosas es bastante escarpado lo que nos indica como los mexicas entendían lo estratégico del lugar para crear dicho enclave militar. Algunos de los edificios están protegidos por fosos de cuatro metros de profundidad defendido en la parte interior por parapetos de piedra (ibidem,170). Para Pedro Armillas el valor militar de esta fortificación reside fundamentalmente en las albarradas terminaban en lugares inaccesibles posiblemente para la protección de flancos complementado por murallas naturales de magueyes y plantas espinosas. Los mexicas al parecer conocían algunas técnicas militares interesantes como el colocar una defensa escalonada en profundidad como un dispositivo defensivo de gran eficacia. Otra de las características militares importantes de esta fortificación es que era un centro para la recepción de tributos de una región rica y recién conquistada.

     Para algunos investigadores la misma Tenochtitlan fue una ciudad estratégicamente ubicada desde su fundación y posiblemente fortificada  con petriles, torres de vigilancia y muros. (Palerm,1956 ,131). La evidencia arqueológica en este sentido no ha podido corroborarse del todo ya que nuevamente esta información es fundamentalmente extraída de las fuentes lo cual debe tomarse con premura. Así también se considera que muchos de los templos de dicha ciudad pudieron en algun momento servir como verdaderas fortalezas (Palerm, 1956,132).  A la luz del estudio de las fuentes escritas ha faltado en definitiva un estudio mucho más pormenorizado de los vestigios arqueológicos de las fortalezas mexicas y en su conjunto de las fortalezas en toda Mesoamérica.

 2.LA ESCULTURA.

     Uno de los indicadores arqueológicos con mayor información sobre el militarismo azteca es sin duda  la manifestación escultórica. Sabemos que la escultura en piedra fue el elemento predilecto para plasmar al gremio de los guerreros mexicas. La primer gran escultura monumental de la cual tenemos noticia sobre su iconografía bélica es le famosa piedra de Tizoc,  descubierta a fines del siglo XVIII (1791) y estudiada en primera instancia por Don  Antonio de León y Gama. Al hacer la descripción de la pieza en cierta medida da poca importancia a los personajes representados pues se introduce más en los glifos toponímicos, sin embargo hace especial mención al carácter militarista de la pieza y de los personajes representados así como sus atavíos y armas al decir : "Con solo atender a las acciones de las figuras, que están unas contra otras contendiendo,  y a las lanzas y demás adornos militares que llevan en las manos y en las cabezas, es fácil de conocer que en ella se hacían en honor del sol y de Huitzilopochtli , principales dioses que invocaban en las batallas, y que se dirigía a formar una festiva representación de las victorias que habían conseguido de sus enemigos,...."  (León y Gama, 1832, 72,73).  Posteriores estudios son los de Manuel Gamio quien a principios del siglo XX encuentra las banquetas ceremoniales con imágenes de guerreros portando diversas armas, pero fue realmente Hermann Beyer quien estudia estos relieves haciendo especial mención del sistema de armamento mismo que compara con los relieves de una segunda pieza conocida como la Piedra Mercantil. (Beyer, 1955).  Nuevas investigaciones hicieron reconocimiento de las divisas y armamento dentro de la plástica escultórica como los trabajos de  (Solís 1985),  (Paztory 1988),  (Charles 1998) y  más recientemente (Cervera en prensa).

     Ya hemos dicho que de las manifestaciones artísticas lo mejor logrado por los mexicas fue la escultura en piedra, como resultado de ello encontramos una amplia variedad de trabajos que tratan en forma genérica el tema de la escultura azteca  ( Nicholson 1971, Towsend 1979, Paztory 1988,Solis 1991 ).Sin embargo ya hemos mencionado los cases excepcionales en los cuales se analiza espacialmente la iconografía militar mexica dentro de esta manifestación. 

     Las representaciones de guerreros en el arte mexica realmente no es nuevo ya que de esta manifestaciones también encontramos algunos ejemplos desde Teotihuacan y en mayor medida entre los toltecas. La materia prima con la cual se confeccionar estas piezas son en su mayoría piedra sin embargo tenemos algunos ejemplos interesantes desarrollados en arcilla y es posible que en madera también existieron pero lo perecedero de estos materiales no ha permitido hasta el momento el hallazgo de una pieza tal. Y bajo esta representaciones.  El formato que siguieron fue en dos vertientes básicas. La escultura exenta y el relieve. La mayor parte de las esculturas que tienen por motivo la imagen de estos insignes militares son relieves ya que las esculturas exentas son realmente contadas.

     Las fuentes escritas así como algunos documentos pictográficos encontramos referencias interesantes sobre la jerarquía militar azteca, los uniformes e insignias militares además del sistema de armamento utilizado en combate. De igual manera los  escultores indígenas representaron a la elite guerra del momento bajo las formas de los famosos guerreros águila y jaguar. De ellos debemos recordar las esculturas descubiertas en las exploraciones del templo mayor en el años 80s. Otro caso es la escultura hallada en la avenida Uruguay representado a un joven guerrero jaguar en posición sedente sosteniendo las rodillas y posado sobre un icpalli o asiento, respecto a esta jerarquía militar de guerreros jaguar es hasta el momento un de las pocas representaciones de la estirpe militar mencionada.

    Otra de las aportaciones sustanciales de la escultura en piedra es la manifestación del sistema de armamento empleado por los aztecas dentro del combate, si bien las descripciones de los cronistas y las imágenes en los códices atestiguan bien esto, en las esculturas podemos también apr4eciar parte de a tecnología bélica. En los relieves es común representar a guerreros portando sus armas características como el átlatl, lanzas, escudos, corazas y en menor medida armas contundentes como el macuahuitl. De esta realmente tenemos tan solo una representación en piedra ubicada en la pieza conocida como el Tepetlacalli de los guerreros localizada en las colecciones arqueológicas del Museo Nacional de Antropología, México.1

     Un caso excepcional de la representación de estos guerreros es el caso del Macehual de San Gregorio. Esta escultura se encuentra muy cerca de poblado de Santa Cruz Acalpixca Xochimilco. Fuera de toda colección arqueológica esta escrutar representa la imagen de un joven guerrero portando una lanza y un escudo, a esta figura los lugareños han dado en llamarle el Macehual (Cervera, mecanuscrito en prensa). (FOTO)

     Realmente son muchas las piezas de las cuales haciendo un análisis exhaustivo de sus elementos con los cuales hacer nuevas interpretaciones respecto al sistema de armamento y la jerarquía militar mexica.

3. LAS ARMAS.

     Como ultimo indicador del militarismo azteca encontramos los instrumentos líticos propios de una tecnología militar. El estudio del armamento azteca en este sentido ha sido bastante limitado, de ello podemos mencionar algunos autores como son  Noguera, González Rul 1971-1979, Ress 1989, Pastrana 1998, y más recientemente quien esto suscribe desarrolla un estudio exhaustivo sobre el sistema de armamento entre los mexicas.  Sabemos gracias a las fuentes escritas y los códices que la materia prima con la cual los mexicas y muchos de los pueblos mesoamericanos confeccionaron sus armas fueron básicamente dos: La obsidiana y el pedernal. Con ellos elaboraron gran parte de su armamento ofensivo como son puntas de proyectil, lanzas, macuahuitil (espada de madera con navajas de obsidiana) cuchillos. Con piedra elaboraron hachas y mazos. Y a partir de la madera y otros materiales elaboraron atlatls, cerbatanas, mangos de las diferentes armas mencionadas. Los escudos los elaboraron principalmente de fibras y pieles de animales sobre bases de madera. El caso particular de los ichcahupilles o corazas las elaboraron de algodón endurecido con sal. De todos estas armas el contexto arqueológico ha registrado solo los materiales más duraderos, como la piedra, de ellos tenemos una extensa variedad de puntas de proyectil, representaciones en obsidiana de mazos, cuchillos, puntas de lanza. En otros casos tenemos representaciones de átlatl en hueso. La mayor parte de estos artefactos proceden de contextos rituales como parte de los dones dentro de ofrendas. (López Luján, 139,1993).

      La madera fue otro de los materiales con los cuales los indígenas confeccionaron sus armas, por lo que pocos son los ejemplares de los cuales podemos hechar mano para saber de las armas indígenas. De ellas tenemos dentro de las colecciones en museo del extranjero o nacionales ejemplares de átlatls o lanza dardos entre ellos el Museo Nacional de Antropología (Noguera,1945,217), respecto a las armas contundentes sabemos de la existencia del famosos macuahuitl o espada de madera mexica a la cual se le insertaban navajas de obsidiana. Dentro de los hallazgos arqueológicos reportados por el maestro Mateos Higuera en las excavaciones en el centro de la ciudad de Méxcio fue encontrado un macuáhuitl de cerca de 0.50 cm de largo, (Mateos Higuera, 1979,506) mismo que posiblemente fue a parar a la bodega de arqueología del Nuevo Museo Nacional de Antropología de Méxcio  del cual no tenemos mayor referencia.2 El armamento defensivo azteca ha sido presa del tiempo por lo que la s referencias arqueológicas sobre escudos o corazas son muy reducidas. Un buen ejemplo de ello es el ejemplar de un chimalli o escudo bellamente decorado con plumas de diferentes aves y oro en el cual apreciamos la representación de un coyote emplumado del cual emerge el símbolo de la Guerra Florida (Atl-tlachinolli), ubicado en las colecciones del Museum für Vulkerkunde, en Viena Austria.

     Ya hemos visto que mucho de lo que sabemos de la guerra entre los mexicas es principalmente a las fuentes escritas y  los códices ya que la evidencia arqueológica por si sola nos dejaría muchas lagunas respecto a la institución militar azteca. Queda por mencionar la falta de estudios que centren su atención a estos indicadores arqueológicos por separado para finalmente concatenarlos y estructurarlos de tal manera que los datos que proporcionen estén vinculados con las demás fuentes de información. Finalmente reitero la necesidad de la interpretación sistemática de los indicadores arqueológicos del militarismo en el mundo mexica ya que la tendencia siempre se ha ido del lado de las fuentes escritas y los códices.

    

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NOTAS

*  Arqueólogo. Centro Universitario de Integración Humanística. ( mexicacerv@yahoo.com) Geranios No 17 Jardines de la Florida. México.  Naucalpan. Cp. 53130. Estado de México.

1 Remito al lector a la única publicación de esta pieza en: Nelly Gutiérrez Solana. "Objetos ceremoniales en piedra de la cultura mexica" Méxcio IIE-UNAM, 1983.Fig 124-125. P.p 142-143.

2 Comunicación personal del Prof. Felipe Solís.


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