Especial NAyA 2003 (version en linea del cdrom)

Apreciaciones Antropológicas para un Estudio de los Imaginarios Urbanos
La ciudad real - imaginada - inventada
Relatos sobre Buenos Aires[1]

Florencia Isola Zorrozúa

I-             Apreciaciones Antropológicas

a- De que estamos hablando

 “...me propongo  estudiar la ciudad
como lugar del acontecimiento cultural
 y como escenario de un efecto imaginario.. . [...]
 vamos a concluir que en una ciudad
lo físico produce efectos en lo simbólico:
sus escrituras y representaciones.
Y que las representaciones que se hagan
de la urbe, de la misma manera, afectan y
guían sus uso social y
modifican la concepción del espacio” (Silva:1992)

Con motivo de la investigación “Cultura Urbanas en América Latina  y España desde sus Imaginarios Sociales” dirigida en el ámbito internacional latinoamericano por el Dr. Armando Silva (Colombia, Bogotá) y en el local de la ciudad de Buenos Aires por la Dra. Mónica Lacarrieu y la Lic. Verónica Pallini, me encontré realizando en el período de julio 1999 a septiembre del 2000 un total de cuarenta y seis entrevistas a habitantes de Buenos Aires.

La intención del proyecto enviado por Bogotá era que en cada ciudad participante[2], se realizasen ciento cincuenta entrevistas con el objeto de dilucidar sus imaginarios. El total de las entrevistas requeridas se distribuía entre sexo femenino y masculino, divididos en cinco franjas etarias: 13-24, 25-40, 41-65, y más de 66; y agrupados en tres niveles socioeconómicos: bajo, medio, alto.

El formulario enviado por Silva consta de cientotreinta y siete preguntas divididas en cuatro secciones: Identificación, Usos (comunicación en la ciudad, tecnologías, tiempo libre y recreación, vida privada), Evocación (caracterización de la ciudad y escenarios urbanos), y Percepción Latinoamericana.

En el equipo local se consideró que las entrevistas propuestas por Bogotá arrojarían datos muy limitados que no darían cuenta de  la complejidad y riqueza de los Imaginarios Urbanos. Por este motivo las directoras locales “abrieron” y sumaron preguntas sin perder la estructura original del formulario. Por ejemplo, en el punto III – Evocación, en el apartado A. Caracterización de la ciudad, el formulario de Bogotá pide que el entrevistado califique su percepción de corrupción de los dirigentes de su ciudad de 1 a 5, las directoras del equipo local consideraron que la forma de hacer esta pregunta sería: ¿Qué es la corrupción para usted? ¿Cree que en la ciudad hay corrupción? ¿Quiénes serian los corruptos? ¿Porqué? (ampliar) ¿Dónde los ubicaría (en qué área)? ¿Cuándo habría empezado la corrupción? ¿Cree que podría terminar? ¿Por qué?, Califique a los dirigentes de su ciudad según el grado de corrupción de 1 a 5.

El objeto del presente trabajo es efectuar algunas apreciaciones teórico – epistemológicas – metodológicas, desde la óptica antropológica, a la propuesta original del proyecto, y comparar el presupuesto de Silva con la práctica de la realización de la entrevista en la ciudad de Buenos Aires. Con respecto a esto último, pondré el ojo en tres preguntas del formulario original que fueron ampliadas en la versión local:

1)     Pregunta original:

¿Con qué color identifica a la ciudad[3]?

Pregunta ampliada:

¿Con qué color identifica a la ciudad? ¿Por qué?

2)     Pregunta original:

Origen:

1-     Nacido en la ciudad con madre y padre de la ciudad.

2-     Nacido en la ciudad sin padres de la ciudad.

3-     No nacido en la ciudad pero vive en ella.

Pregunta ampliada:

¿Dónde nacieron?  Lugar- barrio. Si no es de la ciudad ¿Hace cuanto llegó?.

1-  Nacido en la ciudad con madre y padre de la ciudad.

2-  Nacido en la ciudad sin padres de la ciudad.

3-  No nacido en la ciudad pero vive en ella.

Pregunta original:

¿De dónde cree usted que provienen los habitantes de su ciudad?

1- Nacidos en la ciudad.

2- Nacidos en otras regiones del país, ¿Cuál?

3- Nacidos en otro país, ¿Cuál?

Pregunta ampliada:

¿De dónde cree usted que provienen los habitantes de su ciudad? ¿Por qué cree que provienen de ese lugar?

1 -Nacidos en la ciudad (barrio).

2 -Nacidos en otras regiones del país, ¿Cuál?

3 -Nacidos en otro país, ¿Cuál?

La elección de estas se fundamenta en que, los datos que aporta la número uno permite, con el fin de ejemplificar, la realización de gráficos descriptivos tal como lo propone Armando Silva. La segunda y la tercera, si bien podrían arrojar gráficos del mismo tipo, nos introduce en el universo de discursos variantes –no ponderados por Silva- a cerca de los movimientos migratorios en la ciudad de Buenos Aires, de aquellos inmigrantes  de principio de siglos pasado, y de estos, de los actuales.

La migración, en el contexto del sistema de producción del capitalismo y de las transformaciones políticas – económicas y históricas de nuestro mundo contemporáneo, no ha sido atendida en la investigación propuesta por Silva. A contrapelo de su preocupación, en las entrevistas que he realizado han aparecido los discursos de estos inmigrantes, los discursos xenófobos hacia estos, los discursos de los inmigrantes pobres y los de los otros, los que se mueven con los puestos gerenciales de las grandes transnacionales. No es la entrevista terreno basto para el análisis procesual, pero sí es el lugar para comprender las angustias, los deseos y los proyectos de quienes dejan sus tierras, su gente, sus cotideanidades, para en este caso, imaginar y desear una ciudad, Buenos Aires, una ciudad de quimérico trabajo y supuesto progreso. Y como aquellos, los porteños, reciben, desean e imaginan a estos inmigrantes.

b- Apreciaciones antropológicas para un estudio de los Imaginarios Urbanos

“Una ciudad, entonces,

 desde el punto de vista

 de la construcción imaginaria de lo que representa,

 debe responder, al menos,

 por unas condiciones físicas naturales y físicas construidas;

 por unos usos sociales; por unas modalidades de  expresión;

por un tipo especial de ciudadanos

en relación con las de otros contextos,

nacionales, continentales o internacionales;

una ciudad hace una mentalidad urbana que le es propia.” (Silva:1992)

La propuesta de Armando Silva para el estudio de los Imaginarios Urbanos es fundamentalmente desde la lingüística, la semiótica y el psicoanálisis. Entonces, desde la antropología, lejos de contradecir y desdecir, se puede sumar.

De donde parte Armando Silva

“Nos encontramos en el cruce de muchas contribuciones al estudio de lo imaginario. Autores como Armando Silva incorporan el psicoanálisis, pero hay momentos de su libro Imaginarios Urbanos en que usa la distinción lacaniana entre lo imaginario y lo simbólico, y otros en que no lo hace. Creo que, ante ciertas necesidades de interpretación, a veces es inútil esta distinción pero, en gran parte de los estudios, prevalece otra noción más antropológica de lo imaginario, como algo parecido a los que Lacan llama simbólico, es decir, el conjunto de repertorios de símbolos con que una sociedad sistematiza y legaliza las imágenes de si misma, y también se proyecta hacia lo diferente.” (Canclini: 1999) 

Subyace a la propuesta de Silva el presupuesto que la suma de los ciento cincuenta imaginarios individuales, registrables por medio de la entrevista– encuesta, arrojan como resultado un único imaginario homogéneo y totalizador. Entiendo que este es un presupuesto y no una hipótesis, siendo que alude a un conocimiento que se supone como verdadero. Es la lente por donde el investigador esta mirando los Imaginarios Urbanos, en contraposición, una hipótesis es una conjetura acerca de cómo es la realidad, y cuya verdad o falsedad, indefectiblemente, debe ser sometida a una prueba empírica (Wainerman: 1997).

A Silva los resultados de las entrevistas le permite arrojar una serie de indicadores traducibles a gráficos de tipo descriptivo, ya sea de tortas o de barras. En la ciudad de Buenos Aires el 43% de los ciudadanos dijeron que la ciudad es gris, sin contemplar los diferentes tonos (ver gráfico adjunto). Esta propuesta, quizá responda a alguna fantasía de objetivación ingenua del investigador, y nos deja los interrogantes ¿Para qué?  ¿Cuál es la función de llegar a obtener tales gráficos? ¿Aportan estos en la construcción de estereotipos? ¿Sirven este tipo de datos para la realización de políticas concretas, para mejorar la calidad de vida[4] de los ciudadanos?.

“La representación de una ciudad, pues,
no es sólo una imagen urbana que se encuentra en cualquier esquina,
sino el resultado de muchos puntos de vista ciudadanos,
que sumados, como se suman las cuentas imaginarias,
no los de la teneduría de libros de una empresa contable,
esto es, sumando no para agregar sino para proyectar fantasías,
dan como resultado que una ciudad también es el efecto
de un deseo o de muchos deseos que se resisten a aceptar
que la urbe no sea también el otro mundo que todos quisieran vivir.
Y también el que viven y quieren que así sea.” (Silva:1993)


N= 150 habitantes de la ciudad de Buenos Aires.

Por otra parte, los ciento cincuenta ciudadanos entrevistados en Buenos Aires para la realización del proyecto de Imaginarios Urbanos, fueron seleccionadas, únicamente, por contactos personales, entonces el tipo de muestra con la que se trabajo es de carácter no probabilistico. Es habitual que en ciencias sociales se utilicen estas, que nos permiten, exclusivamente, remitirnos al universo incluido en la misma. Por lo tanto, sostener que de una muestra no probabilistica se pueden inferir los Imaginarios Urbanos de los entrevistados sobre la ciudad que habitan, en este caso Buenos Aires, es falso. 

El trabajo de campo antropológico – Las entrevistas

Plantear la entrevista desde una perspectiva antropológica, cuestión que Silva no consideró, llevó a profundizar la indagación. El trabajo de campo en sí, fue en todo sentido enriquecedor, entrevistas – charlas extensas que versaban sobre Buenos Aires, la vida, los paisajes urbanos, los políticos. Un universo que invitaba a ser indagado, un universo contradictorio que daba cuenta del ‘otro’, pero también de ‘uno’, de historias personales, de provocaciones, de la relación con la ciudad: la que se desea, la que se imagina, y la que se vive. Toda esta riqueza se perdía al encuadrarla en el formulario original.

Las entrevistas que he venido haciendo apuntan a que los informantes emitan respuestas espontáneas; en su mayoría y preferentemente las he realizado en la casa del entrevistado y su duración ha estado en la franja de tres a seis horas. He tomado registros sonoros de cada una de ellas, así como también he confeccionado registros de campo, donde se apunto todo aquello observable (gestos y ropas del entrevistado, su entorno, características del lugar). Estas consideraciones que he tenido, pero que también ha tenido el equipo local con el cual trabajé, no pertenecen al proyecto original enviado por Bogotá.

Fue tarea ardua encontrar a los ciudadanos para ser entrevistados. Cuando eran de nivel socioeconómico medio accedí porque eran conocidos, o conocidos de conocidos, y esta situación los ponía en situación de tener que aceptar. En el nivel socioeconómico bajo la estrategia de acceso al campo fue, para llamarla de algún modo, la de la 'intromisión', es decir, ingresar a la villa, casa tomada, conventillo e interceptar al azar a algunas personas a las que se le ofrecía hacer la entrevista, quienes accedieron tenían alguna movilización social, participaban en alguna comisión, movimiento vecinal,  o  quienes disponían de su tiempo, necesitaban hablar, un poco por la soledad que imponen las ciudades, hablar de cualquier cosa aunque no precisamente de la ciudad de Buenos Aires. En el nivel socioeconómico alto, el acceso fue, por los contactos que me proporciono un estudiante de antropología de “familia patricia” y los que me facilitó una conocida que trabaja en un Centro Cultural privado de la ciudad.

La ciudad – Buenos Aires

La ciudad de Buenos Aires es un espacio contradictorio, ordenado y a la vez desordenado, conflictivo y en transición. Es sobre este pilar en que empecé a reflexionar acerca del papel de la antropología en el estudio de lo urbano, y en los lineamientos de una antropología de lo cercano, capaz de dar cuenta de lo microsocial, pero también del espacio disputado en el que se transforman las ciudades actuales.

La definición de ciudad debe ser el punto disparador, a partir de la cual reformular el concepto de Imaginarios Urbanos. De acuerdo con Signorelli (1999), la entiendo como el espacio heterogéneo de convivencia, antagonismo, negociación e intercambio de quienes la habitan, la usan, la recorren, la planifican. En tanto medio de subsistencia y fuente de poder es un recurso reñido por varios actores con heterogénea injerencia en la toma de decisiones. En la disputa por el espacio urbano están en juego valoraciones diferentes que pugnan por imponerse, construcciones en rivalidad que reflejan y producen sentidos, imaginarios y usos de la ciudad.

El estudio de imaginarios Urbanos – Aportes antropológicos

El estudio de los imaginarios debe comprometer la utilización de herramientas susceptibles de abordar suposiciones, contradicciones, símbolos e imágenes acerca de la experiencia de habitar la ciudad. Así como también, incorporar estrategias cualitativas que amplíen el acceso a sentidos como observaciones y registros visuales de interacciones y acontecimientos, a análisis de políticas urbanas y material periodístico.

A través del estudio de los imaginarios, y de esta acepción de lo urbano, es que se puede acceder al modo en que la ciudad es percibida por sus habitantes, y como es construida e improvisada[5] diariamente y cotidianamente como espacio de disputa y negociación. Para fines analíticos he pensado a los imaginarios en tres niveles:

1.     Los imaginarios y el individuo que imagina (orden psicológico).

2.     La proyección de los imaginarios a la ciudad (orden sociocultural).

3.     La construcción de los imaginarios por distintos dispositivos,  con relación al contexto y embutidos en el sistema mundial contemporáneo de la política económica capitalista[6].  (orden político – económico – histórico).

Ha sido en el nivel uno donde el proyecto original de Silva hizo foco, y es en este donde la antropología sociocultural, estrictamente, sin sesgos psicologistas tiene poco que decir, este es el terreno de la psicología misma. Pero es prudente entender que estos tres niveles son de carácter analítico, y que en las prácticas concretas no se escinden. Ante la pregunta ¿De qué color es la ciudad de Buenos Aires?, la respuesta habitual fue gris. Cuáles fueron las motivaciones personales que a cada individuo le llevo a decir gris, qué representa el gris para éste, y sí haber elegido este color demuestra una personalidad apesadumbrada, sí le produce angustia o es una manifestación del inconsciente no es arena en que un antropólogo tenga mucho para decir[7].

Es en el nivel dos donde el trabajo de campo adquiere protagonismo, y en este es que aparece en escena la entrevista. El terreno mismo de la entrevista es el escenario donde se despliegan los imaginarios. En el vínculo entre entrevistado y entrevistador, que lejos de ser abstracto y/u objetivo esta impregnado de simpatías, empatías, antipatías, cercanías y lejanías, la entrevista en sí es un proceso de construcción situado en un tiempo y espacio concreto, económico, social e histórico. Es la situación de entrevista un espacio contaminado, no un espacio estéril. En este sentido comparto la propuesta de Althabe (1999) al sostener que es imprescindible abordar las lógicas de comunicación y las relaciones sociales comprometidas en la situación de entrevista.

Con relación al nivel tres; que implica impregnarse de  otras estrategias y metodologías y no únicamente de la entrevista- encuesta en sus distinta variantes; en la oportunidad de esta investigación fue desechado. En el encuadre del estudio de Imaginarios Urbanos, disparado por Silva, el análisis no pudo forzarse más que hasta el nivel dos. Este tercer nivel de carácter procesual, y de mayor abstracción que los otros dos es fundamental para entender y explicar a las ciudades de hoy en relación con los intereses y las disputas políticas – económico- históricas que entran en conflicto en la construcción de un determinado imaginario.  

¿Cómo es construido que un individuo diga que la ciudad es gris? ¿Quiénes construyen ese sentido? ¿Qué agentes?, ¿Qué dispositivos? En el momento de la entrevista, por ejemplo, la ciudad estaba inundada de afiches de la Casa de la Provincia de Misiones que decían “Escápate del gris de la ciudad” e ilustraban un verde bosque. Desde una campaña publicitaria provincial se está construyendo la noción del gris urbano de Buenos Aires. Aunque si bien es cierto que esta es más gris que la Provincia de Misiones, y en estos datos existen elementos objetivables, las ciudades son grises por la gran cantidad de cemento, y Misiones ciertamente es una provincia verde, ubicada en el cordón de la selva subtropical, a la altura de donde comienza la selva más extensa del mundo, el Amazonas. No obstante, en los discursos de los entrevistados que dicen: “Buenos Aires es gris”, y de lo muy probable que la ciudad sea efectivamente de este color, existen pugnas y disputas no inocentes que trascienden la discusión de la verdad o la falsedad del enunciado.

II – La ciudad real – imaginada – inventada

Relatos sobre Buenos Aires

a– La ciudad – Buenos Aires

En la mayoría de los relatos, Buenos Aires, y haciendo salvedades sobre las criticas que se le efectúan, aparece como la reina del plata, la París sudamericana, la ciudad soñada, hermosa, esbelta. Buenos Aires se erige a las orillas del río, en plena pampa argentina como una princesa soberbia, distante, prometedora, de intensa actividad cultural, de arquitectura monumental, de formas dionisiacas. Buenos Aires, bellísima, la ciudad deseada, en donde algunos de sus inmigrantes para alcanzarla realizaron auténticas travesías, dejando sus tierras, sus familias, sus costumbres, sus cotidianeidades. Buenos Aires, que de aires buenos le queda poco, surgió en los relatos como una ciudad contradictoria, un amante caprichoso que desata amores y rencores.

b- "La ciudad de Buenos Aires es una ciudad de inmigrantes"

Si se recurre a los datos estadísticos del Indec[8], la inmigración en la ciudad a principios de siglo era del 30 % (censo de 1914) sobre la población total, en la actualidad este índice baja al 5% (censo de 1991)[9]. Sin embargo; excepto una persona, con titulo universitario y de nivel sociocultural medio y que esta estudiando las inmigraciones actuales en la ciudad de Buenos Aires; el resto de los entrevistados sostuvieron que la mayor parte de los actuales habitantes de la ciudad provienen de inmigraciones recientes de países limítrofes y países de Europa del este, y  de las inmigraciones de principio de siglo de los países europeos.

La ciudad de Buenos Aires se construye en el imaginario como una ciudad cosmopolita, un crisol de razas. Las expresiones se repetían una y otra vez:  "Acá vienen todos", "Acá se deja entrar a todo el mundo", y estos 'otros' que vienen son despreciables cuando son originarios de provincias del norte, de países latinoamericanos en general y limítrofes en particular, prestigiosos si son de países del Norte de Europa, familiares si son del Sur de Europa (españoles e italianos) y exóticos[10] si son del Europa del Este. Estos 'otros' cercanos que llegan, según los relatos, son los que disputan las pocas fuentes de trabajo, no son deseables, son los acusados de delincuencia, de poca higiene, de incultos, ese 'otro' no resulta deseable al menos que sea alemán y venga enfrascado en un traje Armani. La mayor acusación que tienen para esos otros es que no son como nosotros, europeizados, blancos, cultos. Estos relatos ponen en evidencia la ausencia de políticas migratorias por parte del estado: “Aquí se deja entrar a todo el mundo”.

Mientras caminábamos con Gustavo, mi interlocutor, de sesenta años, clase alta, profesional, del barrio de Recoleta, me decía, refiriéndose a unos gitanos – rumanos que pedían plata enfrente de la airosa y distinguida embajada de Francia, que en ellos se reflejaba la ausencia de políticas migratorias del menemismo 1989- 1999[11], período en el cual habían ingresado al país refugiados de variados y lejanos puntos cardinales,  aparentemente con respaldo de organismos internacionales, para  luego, llegados al país, las autoridades locales dejarlos a la deriva.

El discurso de Gustavo no es una unidad coherente, sino que son distintas partes que intentan ensamblarse, pero no siempre lo logran. Por un lado, tolerante con las nuevas camadas de inmigrantes, pero por otro hace distinciones que evidencian su xenofobia: “Esta bien si son refugiados de guerra, pero tampoco puede venir cualquiera”, “los gitanos no me gustan”; a la vez que es crítico con la ausencia y deficiencia de políticas por lo que esta gente se encuentra desprotegida. Gustavo pertenece al Patriciado Argentino, motivo que explica[12] porque es que aparentemente no discrimina a inmigrantes de Latinoamérica. Históricamente los patricios han defendido desde el discurso una identidad unificada y esencialista compartida entre los países de habla española del continente americano. 

En los casos de entrevistados inmigrantes recientes de países limítrofes, lo que surgía, contrariamente a lo que el índice de desempleo indica -uno de los más altos de la historia de la ciudad-, es que en  B.A. siempre se puede encontrar trabajo. Victoria, una mujer boliviana de treinta y seis años, que hace seis que está en la ciudad con sus hijas viviendo en un conventillo de chapa del barrio de La Boca y trabajando de doméstica, dijo: "Los extranjeros tenemos más posibilidades de conseguir trabajo porque lo cobramos menos de lo que vale, en cambio los argentinos cobran lo que el trabajo vale". Desde el relato de esta mujer inmigrante, quien se ha sometido a un viaje épico desde Bolivia para llegar al lugar soñado, develamos que Buenos Aires puede, efectivamente, ser una ciudad laboral para la mano de obra no calificada de países pobres y limítrofes. Un albañil colombiano que vive hace cinco años en la ciudad, me dijo: "Me gusta esta ciudad porque siempre consigo trabajo". Los relatos de estos inmigrantes se centran en Buenos Aires como el lugar laboral, donde aún es posible subsistir.

En la última campaña política para elecciones nacionales uno de los eslogans del duhaldismo era "Compre trabajo Argentino". Victoria es víctima del discurso discriminatorio hacia los inmigrantes, y ante esta voz omnipresente responde porque ellos consiguen trabajo y los argentinos no[13].

Antonia, empresaria cultural, cincuenta  y cinco a años, Catalana, hace cinco que está en la ciudad con su marido, gerente de una petrolera, y sus cinco hijos varones, en la entrevista decía lo siguiente:   

“F. ¿La calle o zona con mayor venta callejera cuál te parece que es?

M. Uy, cuando sales de retiro, de donde esta el tren, ahí, un pilón de gente vendiendo cosas.

F. ¿Y con qué relacionas esta venta callejera?

M. Yo creo que son inmigrantes eh, pero también he deducido visto el tiempo que  estoy aquí que si el inmigrante italiano, español arreglaba sus papeles, venía aquí, venía a hacer patria, venía a instalarse, a un nuevo mundo, a trabajar, ahora tenéis una inmigración que no es así, que viene más bien, mira, no quiero decirte los países, porque todos son respetables, pero que vienen aquí en un plan de sacar lo máximo que pueda, y me largo a mi patria, no vienen con la idea de los anteriores que formaron a Buenos Aires, y eso perjudica bastante, claro, tiene que estar ahí, en España hay también mucha migración, y es necesaria, pero estos vienen, y además no tienen los papeles en regla, están ilegales... (silencio)”

El discurso de Antonia es contradictorio con su propia situación, ella también es una inmigrante, no es pobre, ni de un país limítrofe, ni vende baratijas en la Estación Retiro, pero es una inmigrante, que en sus palabras son los que “...vienen aquí en un plan de sacar lo máximo que pueda, y me largo a mi patria, no vienen con la idea de los anteriores que formaron a Buenos Aires...”, como lo han hecho los inmigrantes históricamente en el contexto del capitalismo. Su propio discurso la encierra a ella, y la señala, y cuestiona lo que ha venido haciendo Europa; más allá del discurso de los derechos humanos en el que se enarbola; ejecutivos de petroleras europeas que trabajan en países del tercer mundo, que se aseguran un buen pasar y una jubilación holgada y suficiente para esquiar en los Alpes Suizos.

El relato de otra mujer de clase alta, Analia, 40 años, Licenciada en Artes, asombra por su desconocimiento de los inmigrantes de países limítrofes que han llegado a la ciudad en los últimos años a causa de la búsqueda de trabajo:  

 

“F. ¿De donde te parece que son los habitantes de la ciudad de Buenos Aires?

V. Muchos son de la ciudad de toda la vida, yo diría que casi todos, y hay muchos extranjeros.

F. ¿Extranjeros de donde?

V. Creo que... que de todos lados, o sea,  más que nada... americanos creo que no, porque prefieren irse afuera, norteamericanos, estadounidense...

F. ¿Irse afuera a dónde?

V. A San Isidro, ¿no?, mientras que los europeos creo que se quedan en la ciudad.

F. ¿Y otros países?

V. ¿Latinoamericanos decís?

F. Mnnn.

V. En realidad latinoamericanos, tal vez estén acá, no sé que decirte.”

Lo que dicen los entrevistados sobre su ciudad y sobre quienes la atraviesan suele ser el reflejo, en algunas ocasiones defectuoso otras no, del discurso político dominante y hegemónico emparentado con el pensamiento de derecha, y que en lo superficial se torna difícilmente objetable. Por ejemplo, en las entrevistas que realicé era una constante: “Los inmigrantes (refiriéndose a los inmigrantes pobres de países limítrofes) nos sacan el trabajo”, discurso xenófobo que a sido adoptado y producido/reproducido por los políticos de turno y por los medios de comunicación. Este ignora y niega las deficientes leyes de migración, de las cuales es responsable el estado, el mismo que no proporciona puestos confiables y seguros para estos trabajadores inmigrantes sino que les “permite” vivir indocumentados y de esta forma asegurarse (y asegurarle a los intereses del capital) trabajadores de mamelucos a precios muchos menores que los de un  trabajador local.

El discurso de Luis, treinta y seis años, inmigrante colombiano ejemplifica lo antes expuesto:

“Me gusta Buenos Aires porque acá siempre se puede conseguir trabajo, en la construcción siempre piden inmigrantes... los paraguayos son los mejores albañiles...

¿Por qué en la construcción siempre piden inmigrantes?

Y...  sí sos inmigrante ilegal trabajas en negro, les cuesta  menos, no tienen que pagar seguro, si te pasa algo no importa, quien va a reclamar...  si te matas o te pasa algo, que importa, sí sos ilegal, quien va a ir a hacer un juicio... y si lo haces no lo ganas...”    

c- “De otros territorios”[14]

El mundo es  un todo – totalidad - sistema, no es simplemente una suma de sociedades y culturas autocontenidas; esta totalidad se desarrolló a lo largo del tiempo, entonces hoy podemos ver como  cualquier población abraza la trayectoria de otras. Ya en el año 1400 el globo estaba inundado de conexiones y dispersiones, posibilitadas por las condiciones económicas y políticas que fueron las que generaron y mantuvieron estas relaciones (Woolf:1994).

En el último tramo del siglo XIX, la producción capitalista dio un gran salto hacia delante, creando un mercado amplísimo de alcance mundial y transformando la vida de los pueblos (Woolf: 1994).

“La esencia del capital es su aptitud para movilizar trabajo social comprando fuerza de trabajo y poniéndola a trabajar. Esto  requiere un mercado en el cual la capacidad de los hombres para trabajar pueda  comprarse y venderse como cualquier otra mercancía: los compradores de fuerza de trabajo ofrecen salarios, que son aceptados por los vendedores a cambio de una mercancía, su trabajo. El mercado crea la ficción de que esta compra y venta es un intercambio simétrico entre socios, aunque de hecho la transacción del mercado fundamenta una relación asimétrica entre clases. Por virtud de esta transacción, a los trabajadores se les paga una porción de los productos de su propio trabajo en forma de salario, pero renuncian al resto, que es valor excedente a favor de la clase capitalista... Es así como la acumulación capitalista sigue engendrando nuevas clases trabajadoras en muy diversas regiones del mundo. Recluta a estos trabajadores en una amplia variedad de entornos culturales y sociales y los inserta en jerarquías variables políticas y económicas. En virtud de su sola presencia, las clases trabajadoras cambian estas jerarquías y son cambiadas a su vez por las fuerzas a las que están expuestas. Por ello, en un nivel, la difusión del modo capitalista crea por doquier una unidad más amplia mediante la reconstrucción constante de su característica relación capital – trabajo. En otro nivel, crea también diversidad, pues aunque unifica, acentúa la oposición y la segmentación sociales. Dentro de un mundo más y más integrado, presenciamos el crecimiento de diásporas proletarias más y más diversas.” (Woolf:1994)

En nuestros tiempos la mundialización - globalización[15] ha escenificado un ficticio espacio global, en donde se presume que los progresos científico - tecnológicas contribuyen a que las distancias tiendan a disiparse. Estos cambios también alteran la vida mundial/global, donde las costumbres y las prácticas cotidianas pretenden confundirse, llegándose a  hablar y a teorizar sobre una “homogeneización cultural”. Sin embargo, este proceso trae aparejado múltiples procesos en rumbo adverso. Muchos grupos procuran guarecer sus identidades de este fenómeno extendido; así afloran inéditos patriotismos, grupos étnicos y fundamentalismos que exageran su heterogeneidad en la pesquisa de una identidad propia.

Los movimientos migracionales que se producen desde los países más pobres hacia las de los países más desarrollados no suelen regodearse de los provechos y libertades de la mundialización - globalización. Los condicionamientos y las restricciones cada vez mayores para ingresar a los países en cuestión, y las dificultades para lograr una plena inserción, tanto en lo social como en lo laboral, contradicen de lleno la noción de una mundialización – globalización homogénea e igualitaria.

Buenos Aires, la gran urbe parisina de latinoamerica, se la  promociona hacia afuera como un escenario de multiples vices y posibilidaes, con una considerable propuesta cultural. Los inmigrantes al elegirla como rumbo, bosquejan en ella anhelos y perspectivas de una vida imaginada ¿Por qué es que eligen Buenos Aires? ¿Qué idea previa tienen de esta ciudad? ¿Qué creen que es lo que puede ofrecerles? A veces estas preguntas tienen respuestas sumamente prácticas (puede ser que la elijan porque la visa de estadía y la documentación es relativamente accesible), y otras veces requiere de una reflexión más profunda acerca de motivaciones y desesperaciones.

d- “Alicia en el país de las maravillas”

En el  ex Padelai[16], un caserón ubicado en el histórico barrio de San Telmo -en el sudoeste de la ciudad- y a unas pocas cuadras de la emblemática plaza Dorrego, donde viven unas doscientas familias de bajos recurso y en condiciones edilicias deplorables,  me hallo sentada en el comedor de Marta, mi informante, de cuarenta y tres años, seis hijos, venida del Tucumán hace veinte, ama de casa. Habíamos tenido varios encuentros, este prometía ser el último, la entrevista estaba llegando a su fin.     

Marta interrumpió sucesivamente su relato para atender a las sucesivas familias que golpeaban su puerta en busca de la merienda que la municipalidad aporta una vez a la semana. Mientras le realizaba las últimas preguntas veía como se fraccionaba la miserable ración semanal que el Gobierno de la Ciudad proporciona a los menores de 12 años del ex Padelai, y a otras menores de bajos recursos de la ciudad. Un paquete de azúcar, que su precio en un supermercado no supera los pocos centavos era abierto y distribuido entre varias familias. La situación era patética, el asistencialismo en sí como política no es bueno, pero además un asistencialismo miserable expone a las personas a una humillación, atenta contra ellos como personas, atenta contra los derechos humanos, contra la universalización[17] de los derechos humanos, entonces atenta contra cada uno de nosotros, estas cuestiones nos involucran a todos.

Marta, en el encuentro anterior ante mi pregunta: ¿Con qué personaje identifica la ciudad de Buenos Aires?; respondió: "Con Alicia en el país de las maravillas", como el personaje del libro, el porteño[18] debía realizar malabares para subsistir, saltar trampas burocráticas, enfrentarse a la reina de corazones, nada era sencillo en el país de las maravillas. Hoy, veía a Marta fraccionando la merienda, estirando raciones más que miserables, atendiendo a cada familia con la solidaridad y la amabilidad que la caracterizan, y entonces pienso, ella es como Alicia haciendo maravillas.    

e- San Telmo – el Tango - Gardel

En los relatos de los informantes San Telmo es un referente obligado, San Telmo y específicamente la Plaza Dorrego aparecen como sitios emblemáticos de la ciudad, sitios importantes y representativos, sitios que desde el discurso no se pueden eludir y que hay que nombrar, referenciar, mencionar; por estar relacionados con lo histórico, con el pasado, sitios relacionados con el tango, con la tradición. Lo aún más curioso de los relatos es que se los percibe como escenografías dispuestas para los ojos forasteros, no como sitios reales, sino como inventados, reconstruidos, el tango no es lo que identifica a Buenos Aires, sino la cumbia y el rock. El tango ya no es real como antaño, es un montaje, una puesta en escena, en donde los actores juegan a desplegar cultura, y en donde todos aceptamos el juego, como en el cine, pero cuando salimos de la sala todos sabemos que ha sido ficción.

Cuando le pregunte a Victoria por San Telmo, dijo que solo lo conocía por el relato de otros, a pesar de que ella vivía en el Barrio de la Boca y por lo que decía todos los días atravesaba San Telmo para ir a su trabajo, y en ese mismo momento estabamos sentadas en la mesa de una casa de este barrio haciendo la entrevista.

Contrariamente al lugar de tradición e historia en la que el sentido común, el gobierno y los privados ubican a San Telmo, se puede decir que el mismo es un barrio bien moderno, que asume las características de la modernidad[19], y que esa apelación a la historia, a lo tradicional se hace desde una fantasía bien modernista. San Telmo es un proyecto modernista: a) apela al pasado y se construye sobre las ruinas de aquello mismo que destruye, b) intenta recuperar la historia pero desde el progreso: urbano, infraestructural, de la calidad de vida, c) están todos los sectores disputando un lugar (ONGs, gobierno, privados), negociando, proyectando sus sueños, sus anhelos y sus deseos. Se erige como lugar local que se extiende a lo global,  propone la hibridación, y alberga a nacionales y extranjeros.       

Gardel y el tango son referentes de los habitantes de la ciudad. Carlos Gardel: un personaje que no se sabe bien de dónde es, si es uruguayo, francés o argentino, por otro lado tres sitios que se los asocia al tango, ni se conoce como murió, y de dudosa heterosexualidad encarna el mito porteño, al tipo vivo, de chiste soeces y rápidos.  Gardel desde la contradicción se encarna como el personaje ineludible por los porteños;  los machos de Buenos Aires lo eligen aunque sus delicados rasgos y elegancia poco tenga que ver con la virilidad que se auto atribuyen  los hombres  porteños.

f- Buenos Aires: Tantas!

De los relatos de los informantes se desprende que Buenos Aires no es una, que son tantas, ni para un mismo habitante siempre es la misma, varía, cambia con los días, con el tiempo con el estado de animo, muta. La ciudad frenética, productiva, caótica y contaminada tiene su contratara en la ciudad elegante, apacible, melancólica y tanguera.

Buenos Aires aparece como la contenedora de la cultura, el lugar donde la oferta cultural es amplia y variada, todos los entrevistados han podido observar esto, mas allá de hicieran o no uso de esta oferta cultural. Buenos Aires, por un lado conserva una deslineada tradición parisina, y por otro lado el actual gobierno de la ciudad tiene una fuerte política cultural que parece preocuparse solo por el aspecto, y por lo discursivo, que se diga que Buenos Aires es cultural más allá de que lo sea o no.   

g- De que se quiso hablar.

Este trabajo quiso dar cuenta de mi inserción en una investigación concreta sobre Imaginarios Urbanos, es desde ese lugar que fue construido/producido. No fue intención del mismo dar cuenta de las múltiples omisiones que acarrean estudiar a las ciudades  desde la armonía y la ingenuidad que tientan a Armando Silva.

Me es pertinente la convicción que las disciplinas sociales deben construirse como herramienta critica para el cambio, como acción política  para el logro de una sociedad más justa e igualitaria, pero antes entiendo, por orden de prioridades si se quiere, se deben generar explicaciones contundentes capaces de dar cuenta de la complejidad de nuestras sociedades actuales.

He intentado demostrar que el presupuesto del que parte Silva, de que la suma de los imaginarios individuales da un único imaginario totalizador y homogéneo no es adecuado para la comprensión y la explicación de los Imaginarios Urbanos.

Este es un trabajo en proceso, una reflexión, una lectura que surge a partir de haber contribuido desde un lugar menor en una investigación. Es el espejo distorsionado, por supuesto, de mis inquietudes, de la cotidianidad y de la querella misma del campo.  


Bibliografía citada

§          ALTHABE, G. Y SHUSTER, F.G. (1999) Antropología del Presente. Edicial, Buenos Aires.

§          BERMAN, M. (1989) Todo lo sólido se desvanece en el aire. Siglo XXI, Buenos Aires.

§          GARCIA CANCLINI, N. (1999) Imaginarios Urbanos. Eudeba. Buenos Aires.

§          MARCUS;G. (1993) Ethnography through thick and thin.

§          MARX, K. (1991) El Capital. Siglo XXI. México D.F.

§          RENATO, R. (1991) Cultura y Verdad. Grijalbo. Mexico D.F.

§          REYNOSO, C. (1993) De Edipo a la Maquina Cognitiva. El Cielo por asalto. Buenos Aires

§          SASSEN, S. (1999) La ciudad global. Eudeba. Buenos Aires.

§          SIGNORELLI, A. (1999) Antropología Urbana. Anthopos- UNAM, España.

§          WAINERMAN, C. (1997) Capitulo 1. Introducción: acerca de la formación de investigadores en ciencias sociales. En La trastienda de la Investigación Wainerman, C. y Sautu, R. Comps. Editorial Belgrano, Buenos Aires.

§          WOOLF, (1982) Europa y la gente sin historia. Fondo de Cultura Económica. México D.F.


NOTAS

[1] Este trabajo surge, en un primer momento, de mí participación en el equipo local de Imaginarios Urbanos (Dirigido por Mónica Lacarrieu y Verónica Pallini, e integrado por Paula Yacovino, Florencia Girola, Paula Ruiz de Galarreta, Vanina Vespa, Juan Martelette y Ricardo Sarraga). En un segundo momento, en ocasión de las V jornadas de Jóvenes Investigadores año 2000 que organiza el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, con algunas integrantes del equipo local de Imaginarios Urbanos, Paula Yacovino, Florencia Girola y Vaina Vespa, trabajamos en la presentación de una ponencia que versa sobre la labor y las apreciaciones del grupo en el marco del proyecto de Armando Silva. Por lo tanto, las ideas que se vuelcan en esta oportunidad, son el fruto, fundamentalmente, del trabajo en grupo, de las reflexiones que hicimos con este, y por último, de mi mérito personal.

Los datos identitarios de los entrevistados que se mencionan en el presente trabajo han sido falseados con el fin de resguardar su privacidad. Dichos datos no son relevantes para lo que aquí se trata, no perjudicando la alteración de los mismos el cause del trabajo.

[2] Las ciudades participantes son: Asunción (Paraguay),  Barcelona (España), Bogotá (Colombia), Buenos Aires (Argentina), Caracas (Venezuela), La Habana (Cuba), La Paz (Bolivia), Lima (Perú), México D.F (México), Montevideo (Uruguay), Panamá (Panamá), Quito (Ecuador), Sao Paulo (Brasil), Santiago (Chile).

[3]   “la ciudad” de las  preguntas hace referencia a Buenos Aires.

[4] Entiendo a la calidad de vida  como el  derecho y la posibilidad , igualitaria  y proporcionada por el estado, de todos los ciudadanos de  acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, al ocio  y al bienestar /progreso socioeconómico.

[5]  En cuanto a la cultura, no como sistema, ni como estructura, sino como improvisación cotidiana de las personas se puede ver   Rosaldo  (1991). Este concepto de cultura entra en contradicción con el de Wolf (1994), el cual también rescato en este trabajo, quien la entiende como sistema estructural. Es caminar sobre un filo el manejo de conceptualizaciones opuestas, pero, igualmente no me quiero privar de ello. Apuesto a la intuición  antropológica para conocer en donde utilizar uno u otro. Este posicionamiento implica toda una postura teórica –  epistemológica - metodológica.

[6] Ha sido Marcus (1993) quien  a advertido a los antropólogos de que la producción etnográfica debe  estar embutida en el contexto de la historia, y en el sistema mundial contemporáneo de la política económica capitalista. Una etnografía no se puede permitir ser una isla literaria y  refrescante entre tantas injusticias y desigualdades que produce el sistema.

[7] Los antropólogos Bronislaw Malinowski,  Gregory Batson y  Margaret Mead, por nombrar solo algunos,  han  efectuado grandes aportes a la Antropología Psicológica. En lo personal es un campo en  el que no tengo nada para aportar.  Para una aproximación se puede consultar la obra introductoria de Reynoso, C.  (1993) De Edipo a la maquina cognitiva.  El Cielo por Asalto. Buenos Aires.

[8] Instituto Nacional de Estadística y Censo.

[9]  El censo nacional de 1991 arroja que el número de población total inmigrantes que habita el territorio nacional es de  841.697. Este  se distribuye en un 19.6 % en la Capital Federal, un 48,5% en la provincia de Buenos Aires, y  31.9% en el resto del territorio nacional. En 1914 la distribución de inmigrantes en el mapa nacional, era de 33% en Capital Federal, 29,9 % en Provincia de Buenos Aires, y 37.1 % en el resto del territorio nacional.

Según el censo de 1991, la provincia con mayor inmigración es Tierra del Fuego con un 30 % de población inmigrantes, en su mayoría chilenos, sobre la población total,  mientras que una de las provincias con menos inmigración es Jujuy con un 8% sobre la población total.

En Capital Federal, según el Censo de 1991, los inmigrantes de países latinoamericanos son  118.166,  el  3.9 % sobre la población total, de los cuales el 42,8% son uruguayos,, 15,8% bolivianos,  12,1% chilenos, 29,3% otros.

Para datos más actualizados,  se tendría que consultar los registros actuales de la oficina de Inmigración del estado, o esperar los resultados del censo del 2001.

[10] “Exóticos” en el sentido de aquellos países que la Argentina, hasta la actualidad,  no había recibido inmigración notoria. Los países de la Ex Unión Soviética, Rumania, la Ex Yugoslavia, entre otros. No se conoce a ciencia cierta cuantas personas de estas nacionalidades han ingresado en los últimos diez años al territorio nacional, pero  su presencia, sus distintos idiomas, sus distintas vestimentas se percibe en las calles de Buenos Aires.

[11] Menemismo: refiriéndose al gobierno del presidente Menem (1989- 1999) en la República Argentina.

[12] El concepto “explica” esta utilizado en un sentido laxo.

[13] En el libro de Sakia Sassen  (1999) “La ciudad global” se hace referencia a que en estas  (Tokio, Londres, New York) son los inmigrantes quienes desempeñan las tareas no calificadas y bajo remuneradas que los locales no quieren realizar.  Si bien no podemos considerar a Buenos Aires como una ciudad global, es innegable su importancia regional.

[14] “De otros territorios” parafrasea al título del libro de Renato Ortiz.

[15] Utilizo el término Mundialización – Globalización para de alguna forma dar cuenta  del  proceso,  que comienza con la mundialización (Marx: 1991), y desemboca en lo que hoy  se conoce como globalización.  Proceso inseparable del desarrollo del capitalismo como sistema económico, el cual alteró y modifico la vida de los pueblos y la de su gente.   

[16] Patronato de la infancia.

[17]  La universalización de los derechos humanos es un tema controvertido, en cuanto son producidos y creados por occidente, específicamente por los países que ganaron la segunda guerra mundial. Por lo tanto,  los menciono en este trabajo porque considero que en el contexto del mismo son elocuentes:  occidente (en este caso el estado argentino), es  quien produce pero también quien transgrede  los derechos humanos.   

[18] Porteño: habitante de la ciudad de Buenos Aires.

[19] Entiendo a la modernidad en el sentido en que lo hace  Berman , M. (1982).


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