LA PROCESION DEL SILENCIO EN QUERETARO.
UN CASO ESPECIFICO
POR EVANGELINA TRUEBA ARAMBURU
ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA (ENAH)
CAPITULO OCHOESTRUCTURA SOCIAL Y PROCESION |
Toda ideología y estructura política requieren del uso de símbolos determinados para crear el consenso entre sus miembros quienes los comparten y se diferencian de aquellos que no participan en el ritual.
Las formas de organización social son uno de los elementos culturales del que requieren y echan mano todas las sociedades para cumplir sus necesidades.
Es por medio de las creencias religiosas donde los grupos participantes crean un instrumento de dominio y control social donde se reafirman sus propios símbolos, valores y normas como medios de impugnación y como una forma de conservar lo que les pertenece como institución.
La religiosidad popular está cumpliendo un papel fundamental en la construcción de identidades colectivas que les permite concebir el mundo de una determinada manera. Es por medio de ella, que la sociedad civil se manifiesta de manera inconforme hacia las instituciones, sea la Iglesia y el Estado. Los símbolos religiosos tienen un papel importante en estos movimientos sociales de impugnación, al funcionar como elementos de unidad de los creyentes, convirtiéndose en sus emblemas de lucha.
El campo religioso es dinámico en donde la institución religiosa junto con sus intermediarios interactua con los feligreses y el mundo social.
La importancia de la religión está en su capacidad de servir para un individuo o para un grupo, como fuente de formas de percibir la realidad, aunque distintas del mundo que les rodea, del yo, y de las relaciones que se establecen entre sí.
De esta forma, la procesión del silencio, es una fiesta que reafirma sus propios valores culturales, y la preservación de la tradición. Confirma la cohesión y hegemonía social justificando así su identidad colectiva.
La iglesia dentro de la estructura expresa una política teológica como unidad institucional eclesiástica.
La iglesia como institución recupera una visión religiosa del mundo por medio de la cultura popular basada en los símbolos y rituales que de ella emanan (sentimientos, pobreza y valores).
La iglesia contiene muchos elementos de la sociedad civil; sin embargo se pueden distinguir ciertos espacios netamente eclesiales pero que tampoco escapan a los fenómenos propios de la sociedad: el clasismo, las pugnas por el poder, las actitudes a favor o en contra del cambio institucional y social. Actualmente la iglesia católica como institución participa abiertamente en la política.
La iglesia católica[30] expresa una conjunción de lo político, económico y social, por lo tanto la institución católica se encuentra involucrada en los procesos políticos y en las transformaciones sociales y culturales de una sociedad determinada.
El poder se emplea para estabilizar y mantener los sistemas de valores, las ideologías y los sistemas de símbolos que en ocasiones se emplea para cambiarlos o redefinirlos, se usa para efectuar transformaciones espirituales, sociales y económicas, es una manera de alcanzar acceso a un poder muy bien definido.
El poder tiene muchas formas: político, económico, retórico, inspiracional, dramático y simbólico.
El poder es la capacidad en cualquier forma, ya sea para cambiar o resistir dentro del grupo.
Se entiende que la fiesta religiosa es una manifestación del uso operativo y constructivo del poder, en la organización y administración, sino que el poder mismo está simbolizado.
Los símbolos no solo condensan significados, sino también valor y poder, los devotos dejan implícito que hay una escala de poder y pureza.
En el papel de poderes, la eclesia (sociedad civil determinada por la cultura propia) manifiesta resistencia al cambio cultural; representa una hegemonía como grupo poderoso por lo tanto, los símbolos eclesiásticos ratifican los principios conjuntivos, pero que conlleva a una alianza de la eclesia con el etnhos (creencias y tradiciones)lo que resalta el dominio de este grupo.
Se hace referencia a una cultura popular relativamente autónoma en oposición a la cultura de la élite social aunque dominada y sobre determinada por ésta.
De este modo la Iglesia como el aparato de Estado intentan controlar de alguna manera este tipo de expresiones para evitar que se desborden, la religión sirve así como control de la multitud.
La fiesta puede entenderse como un ritual[31] del poder necesaria para que el ethnos determine el modo de relación entre civilitas y eclesia.
Los problemas que afrontan sus organizadores consisten en como relacionar una ecclesia jerárquicamente construida con los civilitas (la cultura popular).
Esta división del mundo en dos campos, uno que contiene todo lo sagrado y el otro todo lo profano, es el rasgo distintivo del pensamiento religioso; las creencias, los mitos, los dogmas y las leyendas son representaciones que expresan la naturaleza de las cosas sagradas, las virtudes y los poderes que se les atribuyen se relaciona con las cosas profanas.
Esta concentración produce una exaltación de la vida mental que cobra forma en un grupo de concepciones ideales[32] donde se refleja la nueva vida. Estas concepciones corresponden a este nuevo conjunto de fuerzas psíquicas.
Las representaciones colectivas religiosas son el producto de una inmensa cooperación que se extiende no solamente entre el espacio sino en el tiempo, para hacerlas una multitud de espíritus diversos asociados, mezclados, combinando sus ideas y sus sentimientos, ya que largas series de generaciones han acumulado en ellas su experiencia y su saber. Ello se refiere a la tradición.
Lo que domina a la vida religiosa de la sociedad son los sentimientos colectivos manifestados en diversas fiestas religiosas populares.
ENTIDADES SIMBOLICAS Y TIPOS DE PODER
Las trece hermandades que participan no son poderes puramente espirituales y civiles; además el poder de la dignidad y la influencia de la fuerza legítima del gobierno. Esto se refiere a las cofradías, hermandades y la iglesia y el gobierno. La procesión del silencio confirma su orgullo y dignidad mediante su poder de elevarse desde circunstancias humildes a los asientos de la autoridad.
EL CONTEXTO URBANO
El contexto urbano se transforma, y la ciudad entera se prepara para observar el cumplimento de sus devociones religiosas y ancestrales con el desfile de las congregaciones, hermandades y cofradías, gremios o asociaciones dedicadas a los actos de piedad según el status y reglas que deben seguir.
La Procesión, para la iglesia que la representa, es una verdadera glorificación a La Santa Cruz de Cristo, es un acto público de penitencia y humildad en donde desfilan de incógnito bajo austeras capuchas, hombres, mujeres y niños; ya sea por un voto hecho o por agradecimiento a un favor recibido, y donde se conjuntan todos los niveles sociales distinguidos solo por alguna modalidad. Por medio de estas celebraciones: las procesiones del pueblo para el vía crucis: las tres caídas, las siete palabras, las siete casas y el pésame a la madre de los Dolores, son claros ejemplos de ello.
Cada cofradía o hermandad se agrupan en torno a una imagen de la que toma por lo general su nombre, tiene un objetivo laudable para la iglesia católica, hermanar a un grupo de gente para satisfacer necesidades de orden espiritual y moral, y muchas veces también necesidades materiales.
En el análisis rigurosamente científico, se observa una estratificación de la estructura de clase, bajo un status definido, conformado en una serie de símbolos que expresan, normas y reglas estrictas para poder participar y esto no es más que el difícil acceso a estos grupos de poder, dentro de la communitas. Este tipo de celebración está determinada por la cultura popular y por la representación de la iglesia católica.
TRADICION
Las tradiciones tienen que ver con la costumbre, lo que se debe hacer y lo que se debe ser; y por la continuidad de conductas ancestrales. Es un compromiso de responsabilidad inclusive de una cierta coersitividad social.
La tradición es una serie de costumbres, instituciones, que a través de las distintas formas de comunicación conduce a un grupo humano a crear, transmitir y conservar determinadas conductas, conocimientos y relaciones, dándoles una cierta perentoriedad y obligatoriedad sobre cualquier otra conducta habitual.
Las tradiciones se manifiestan en estas fiestas religiosas que estructuran, organizan, identifican y unifican a un grupo social definido.
Por medio de la tradición, estos grupos mantienen el poder y la identidad propia de la cultura.
LAS PROCESIONES, UNA COMPARACION CON LAS PEREGRINACIONES
Las procesiones al igual que las peregrinaciones, son variadas expresiones de intercambio cultural que entablan relaciones sociales entre la tradición y los grupos populares por una parte, y las instituciones y estratos superiores de la sociedad por la otra.
Son actos de comunicación de actuación y de mediación.
Este tipo de practicas religiosas nos dan información sobre la organización local o regional que las realiza y plantea una forma organizativa de la sociedad.
Al igual que las procesiones, las peregrinaciones se basan en creencias populares y son de gran importancia para los sectores inferiores de la cultura popular.
Sirven para comunicar información sobre el estado psíquico, socio, político y económico; tanto de los participantes como de la estructura social que los engloba.
Estas manifestaciones expresan abiertamente el contenido cultural y la función social que se ejerce en los grupos sociales.
Conforman un complejo drama cultural con diversas implicaciones económicas, sociales, políticas e ideológicas.
Son fenómenos rituales que a través de símbolos transmiten información sobre el universo social de los participantes con el propósito de transformarlo.
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LAS PEREGRINACIONES RELIGIOSAS
El auge de las peregrinaciones ocurrió durante el medievo, después de que el Islam conquistó la Tierra Santa, cerrando el acceso a los santuarios palestinos ubicados en la región donde vivió Jesucristo.
Esto motivó las cruzadas, pero mientras había que peregrinar a alguna parte se popularizaron los lugares sagrados en Europa.
Entre ellas destaca Santiago de Campostela en España, donde la virgen se le apareció al apóstol del mismo nombre, quien convirtió a Iberia.
El susodicho Santiago de Campostela construye una capilla en el lugar, el año 40 D.C., según las leyendas hispánicas.
En el medievo, las peregrinaciones juegan un papel muy importante uniendo a diferentes regiones y comarcas.
Junto a los santuarios surgían mercados, ferias y grandes ciudades; las rutas de los peregrinos se convirtieron así en rutas de comercio, lo que permitió la comunicación entre áreas muy distantes entre sí.
Los santuarios principales recibían hombres de toda Europa, de diferentes culturas, costumbres y lenguas.
La iglesia católica ha aceptado varias peregrinaciones oficialmente, debido a la necesidad de mantener vivas las creencias populares religiosas, como un medio de evangelización y de fe, y para hacer frente a la expansión del pensamiento secularizado contemporáneo.
Las procesiones, como las peregrinaciones son manifestaciones públicas que demuestran fe y un compromiso religioso de los creyentes.
Una pertenencia a un grupo determinado llamado communitas, dentro de las cuales se reconoce una inversión de status; en lo que Turner señala como el estado liminal. Como ya he explicado en capítulos anteriores.
Dentro de ellas se establecen tejidos sociales que se forman con las diócesis de otras comunidades: Celaya, Guanajuato, Aguascalientes, Guadalajara, entre otras.
Las formas de peregrinaje son que el peregrino no es un desconocido, ni tampoco el penitente en la procesión, aún cuando participa de manera anónima para los espectadores, cubriendo el rostro con un capirote o velo en el caso de las mujeres; durante el recorrido reconoce a sus acompañantes como individuos, que tienen en común algo más que el simple hecho de viajar juntos; el hecho de pertenecer a la misma comunidad y el mantener relaciones con otras.
En la estructura social de ambas se expresa un elemento corporativo bien definido. Ya que participan diversos estratos sociales.
En el sentido mágico religioso del ritual son ceremonias formalmente dirigidas hacia lo sobrenatural pero arraigadas en estructuras materiales mediante las cuales la gente transmite sus percepciones de la realidad con el fin de poder transformarla, aunque de forma ilusa.
Que se encuentran muy ligadas con la tradición y la cultura del lugar.
El mensaje de súplica y amparo que llevan los peregrinos en Su marcha y el paso lento y lo pesado de las cruces que cargan los penitentes en la procesión, los dirige hacia sus protectores espirituales, cuyo simbolismo emana solidaridad entre las communitas. Definidos como dramas sociales.
Las procesiones y las peregrinaciones son actos formalizados a dos niveles:
A partir de que funcionan como un elemento organizativo de la sociedad que le da un reconocimiento al peregrinar prop y ajeno, y por el de la iglesia católica, o por lo menos de algunos sectores que esta reconoce.
Las formas de hacer y de sentir, y participar en estos eventos como un papel legitimador de estas fiestas populares.
La procesión y la peregrinación buscan llegar a un espacio hierofanico; casi siempre se busca el contacto con los símbolos sagrados que no se encuentran en un lugar, sino que se encuentran dispersos.
Son actos de habla social, llena de sentidos y mensajes; en las que sus practicantes se comunica, perpetuan y desarrollan a través de la creación y manipulación de formas simbólicas; Su visión del mundo y sus actitudes sobre la vida.
Redondeando, son expresiones culturales e históricas de un sector social determinado inserta en una sociedad de clase.
Cuya posición social se define dentro de la estructura global y sus relaciones con los otros.
Son conceptualizadas como uno de los múltiples vínculos de las comunidades locales a una estructura sociocultural jerárquica en donde la distribución de recursos, poder e influencia es heterógenea y desigual.
A diferencia de la procesión, en la peregrinación el individuo deja Su comunidad, sus actividades cotidianas, viaja a cierta distancia hasta llegar a un sitio sagrado y después regresa a Su lugar de origen como un ser humano purificado.
En la procesión el individuo también deja sus actividades cotidianas, pero no abandona Su comunidad.
Los integrantes manifiestan Su fe, por las principales calles de la ciudad, núcleo del poder político, que toman como pretexto para reafirmar la relación Iglesia- Estado.
Esto es, una forma de recuperar el control político ante la sociedad civil. Aún más, un reconocimiento de poder ante la opinión pública.
Las comparaciones que se generan entre una y otra; son una muestra clara de reorganización de las relaciones sociales, y el desempeño de la religión como legitimación o impugnación del orden establecido(Estado). Es decir, cómo los grupos se organizan en función de estas celebraciones populares.
Por último, el carácter liminal que mantienen las procesiones y las peregrinaciones fomenta la inversión simbólica de las diferencias cotidianas que conforman un espacio y tiempo ritual.
A manera de conclusión, se puede apreciar además la participación de forma importante de las mujeres en estos eventos.
De este modo, estas fiestas religiosas se convierten en una cuestión de poder orgánicamente relacionado con el acontecer de los movimientos sociales y con la producción, circulación y consumo de los símbolos, con los cuales los distintos grupos intentan legitimar sus proyectos y relaciones.
Constituyen un movimiento por distintos espacios físicos que mediante la manipulación de símbolos y el trabajo ritual, han sido convertidos en espacios culturales; el escenario para la comunicación, dentro del cuerpo de creencias y dogmas cristianos; de un conjunto de mensajes relacionados con los deseos milenaristas, llamados dramas sociales.
Por último, son sistemas de intercambio cultural simbólico que facilita la recreación de identidades sociales concretas.
Buscar en esta seccion :