Perspectivas del Turismo Cultural II
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales

INFORMAR, SENSIBILIZAR Y EDUCAR PARA UN TURISMO SOSTENIBLE.

Lic. Guillermina Fernández
UNCPBA. Instituto Superior del Sudeste

Lic. Aldo Guzmán Ramos
Instituto Superior del Sudeste.

TURISMO Y AMBIENTE

A lo largo del tiempo la relación entre las actividades del hombre y el ambiente no ha sido armónica, y el turismo a pesar de encontrar en este sistema uno de sus más claros atractivos, tampoco se mantuvo al margen en la generación de problemas ambientales.

Por tal razón se pueden establecer una larga lista de efectos y causales generados por prácticas turísticas (de empresarios residentes y turistas) inadecuadas, tanto en sitios de alta fragilidad ecosistémica, como en espacios urbanos, planificados inadecuadamente u otros asentamientos de generación espontanea.

Los efectos del turismo sobre las relaciones sociedad naturaleza están condicionados por las características generales (naturales y artificiales) de cada lugar donde se instala, y de la propia dinámica de la actividad propuesta. Por tal razón si bien existen diferentes tipos de espacio turístico (urbano, rural, natural) y diferentes modalidades (agroturismo, turismo cultural, turismo aventura), con sus características e impactos particulares,  existen lógicas de acción que son comunes a todas y que tienen que ver con la propia concepción del turismo. Esto sin lugar a dudas se asociará a la situación de la población en dichas áreas, su estructura social y productiva y a su propio desarrollo.

Relacionado a esto, y como se analizara en párrafos anteriores en que se caracterizó al sistema turístico, el volumen de flujos de turistas y la intensidad del uso de los atractivos, ha sido a lo largo del tiempo otro elemento que generó sobrecarga y degradación en donde estos adquirieron el carácter de masivos (como es el caso de las actividades de sol y de playa o la visitas a algunas áreas protegidas).

También es cierto que en otras oportunidades las actividades turísticas han sido útiles para recuperar áreas degradadas, o espacios afectados por otras actividades, a partir de la restauración y la puesta en valor de elementos del patrimonio natural y cultural. Allí la actividad se integró en una concepción equilibrada de su relación con el ambiente.  Por tal razón las actividades que se lleven a cabo con sus impactos en el territorio esta directamente relacionado con el tipo de desarrollo que una sociedad asume para sí mismo y las generaciones futuras.

El PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) señala que el principio básico apoyado por aquellos que buscan un equilibrio entre el turismo y el medio ambiente es que el tipo y escala del desarrollo de las actividades turísticas se relacionen con la capacidad de sustentación de los recursos existentes. Por tal razón en esta unidad se analizan los elementos que están asociados a los impactos del turismo y a la concepción del desarrollo sustentable.

IMPACTO AMBIENTAL DEL TURISMO.

Son muchas las clasificaciones que se pueden realizar con relación al impacto que el turismo tiene sobre le ambiente, pero todas ellas han respondido sin lugar duda a la gestión ineficaz de esta actividad que llevó la externalización de impactos negativos sobre el ambiente, y al uso abusivo de los recursos naturales y culturales sobre los que se apoyó. Esto significo, la perdida de calidad de los atractivos y de la imagen final de los destinos, por lo que la ausencia de  una racionalidad ambiental termina afectando al propio turismo.

En tal sentido y siguiendo los lineamientos que propone Roberto Boullón (1993) se registran efectos sobre los atractivos, los empresarios y los mismos turistas.

En relación con los atractivos más afectados estos pueden ser muy variados, Como se analizara mas adelante, pero la responsabilidad del deterioro no es del turista únicamente, sino de quienes planifican y organizan las actividades. También esto trae repercusiones sobre el propio mercado turístico, este observa no solo la calidad de los atractivos específicos sino también de los entornos en donde se mueve, dentro o fuera de una ciudad. La ausencia de calidad puede influenciar en la imagen final del destino y modificarla a tal punto que este termine teniendo una imagen desagradable de todo el conjunto. Tampoco se encuentran ajenos los propios empresarios del sector quienes ante esta pérdida de calidad, ven disminuida la propia rentabilidad de su negocio, lo que lleva incluso ha tener que readaptar la oferta o a desaparecer del mercado.

Considerando los problemas más comunes, y sobre todo los que se generan en los centros turísticos  pueden señalarse que uno de los más importantes modificadores de dichos espacios son la especulación inmobiliaria y la construcción, que generalmente tienen dinámicas muchos más aceleradas que las de las propias comunidades donde se insertan y en  ocasiones generan enormes problemas en la dotación de servicios y en la segregación espacial que determinan respecto de la población residente.

A continuación se presentan algunos de los impactos negativos producidos por el turismo en diferentes elementos del ambiente.

a) Turismo y vegetación: La vegetación es en ocasiones, uno de los atractivos que posee un determinado sitio turístico, ya sea por su magnitud, su belleza, su rareza, etc. Pero diversas actividades turísticas tienen influencia sobre la misma.

- La recolección de plantas, flores y hongos pueden dar paso a cambios en la composición de las especies o perdida de calidad.

- Un uso inadecuado del fuego en áreas protegidas como en otros espacios forestales pueden dañar seriamente tanto los ecosistemas como directamente las especies vegetales.

- La tala deliberada de arboles, para postes de tiendas de campaña o leña, alteran sobretodo las especies más jóvenes.

- La excesiva acumulación de basura, además de ser un impacto visual negativo, y alterar otros elementos de la naturaleza, cambia la condición de los nutrientes, según el tipo de basura, y en ocasiones bloquea el paso del aire y la luz, generando alteraciones en la vegetación.

- El trafico peatonal y de vehículos, así como las áreas de descanso o de camping, generan perdida de vegetación por pisoteo, compactación, etc.

- Otras alteraciones pueden ser los cambios en el porcentaje de cobertura, en la variedad de especies, en el índice de crecimiento, en la destrucción del hábitat, causadas por el agotamiento de la capacidad de carga de un determinado lugar por el número excesivo de turistas, la frecuencia de sus visitas o el tipo de actividades que realizan.

b) Turismo y calidad del agua: Muchos estudios mencionan la contaminación del agua y su calidad como un problema en los sitios de playa, sobretodo para la jerarquización de las mismas. Los problemas están asociados al abastecimiento, a la calidad para el consumo y para la realización de actividades recreativas (natación, buceo, etc.).

- Los principales problemas de contaminación son los agentes patógenos de aguas residuales tratadas inadecuadamente que se arrojan en playas, lagos y ríos y en las que el turismo contribuye a través de las descargas de la infraestructura turística.

- El aumento de nutrientes al agua, acelera procesos que determinan el excesivo crecimiento de algas, dando por resultado la disminución del oxigeno y la alteración de otras especies de flora y fauna muy común en lagos y lagunas.

- La presencia de derivados del petróleo, por el uso de los vehículos recreacionales, o derrames de barcos o cruceros en los puertos, ha disminuido él oxigeno y alterado el color de las aguas.

- La cantidad de turistas en determinados momentos ha generado desabastecimiento y falta del recurso agua en los acuíferos o napas de muchas ciudades o sitios turísticos.

c) Turismo y calidad del aire. Excepto en ocasiones  uy especificas no registran impactos significativos, la mayoría de ellos, se vinculan sobretodo al aumento en el nivel de ruidos de determinadas áreas puntuales, por la mayor circulación de vehículos particulares o por el aumento en el trafico aéreo en lugares cercanos a los aeropuertos.

d) Turismo y fauna: La caza, la contemplación y la fotografía de especies son actividades turísticas importantes que generan diferentes niveles de impacto. La medición de los efectos causados por las perturbaciones generadas a las mismas, como la extinción de especies no esta documentada en términos generales: se centra básicamente en mamíferos y aves, dejando de lado otras especies.

- Muchos de los estudios son solo realizados en zonas protegidas.

- No se han reconocido los impactos generados por la emigración, cambios en la alimentación, comportamiento en la reproducción y adaptaciones al cambio de hábitat, salvo especies muy especificas.

e) Turismo y geología. Se manifiesta una escasa importancia en el análisis de la incidencia de los turistas y de los recolectores de minerales, rocas y fósiles, y el impacto en cavernas, cuevas o manifestaciones geológicas singulares. El impacto esta dado no solo por la extracción sino por el desgaste y ruptura de ciertas estructuras (Por ejemplo: esculpir las iniciales en cuerpos geológicos), esto es importante principalmente por la destrucción de rasgos únicos.

Si bien este análisis se basa principalmente en los impactos de los turistas es necesario destacar que la construcción de infraestructura básica o de apoyo genera alteraciones irreversibles por el movimiento de suelos, la impermeabilidad del mismo, cambios en la circulación del agua y transformaciones de los paisajes.

Teniendo en cuenta el impacto que el turismo tiene en los centros urbanos se citan algunos, los cuales  pueden clasificarse de la siguiente forma:

Contaminación arquitectónica: a menudo se ha fracasado al querer integrar la infraestructura de sitios o de lugares turísticos con las características del medio natural, provocándose así choques entre el medioambiente construido y el propio de la zona.

Perdida de calidad paisajística  por urbanización y postura:  la ubicación y el tipo de organización de la urbanización de un centro turístico responde a los diferentes paisajes. Esto varía si se trata de ambientes costeros (lineal), a lo largo de valles y rutas escénicas o en áreas de tierra interior, no obstante esto es muchas veces alterado, o modificado llegando producir saturación por sobre carga de infraestructura y desequilibrio, sobre todo en la imagen.

Sobrecarga en la infraestructura: se manifiesta  cuando la intensidad de las visitas supera la capacidad de la infraestructura prevista. Esto a su vez trae aparejado contaminación y posibles consecuencias en la salud.

Segregación de residentes locales: la separación espacial de las áreas turísticas del resto del centro turístico o en los alrededores del campo conlleva, en ocasiones, a una segregación social.

Congestionamiento de tráfico: esto ha surgido como una de las consecuencias más significativas del desarrollo de algunos centros turísticos. El incremento del congestionamiento de tráfico y sobrecarga de tráfico. Problemáticas asociadas al acceso y número de los estacionamientos.

Descargas residuales: El equipamiento hotelero y los servicios de apoyo, así como las residencias privadas, son las principales fuentes de descargas residuales en muchos de los desarrollos turísticos. Detrás de esto se identifica la presencia de una sociedad que usando los recursos del entorno como atractivo, les otorga además  la categoría de receptor de sus propios desechos. Los residuos pueden afectar el patrimonio histórico-cultural en forma indirecta (por ejemplo: contaminación visual, olores, etc.).

LOS CAMBIOS FRENTE A LOS IMPACTOS DEL TURISMO.

En definitiva parece que la "vieja forma de concebir al turismo" está siendo reemplazada por otra, en parte por la cantidad de impactos ambientales negativos que  ha provocado la actividad en las últimas décadas.

El turismo convencional o de masas se caracterizaba, en definitiva, por las siguientes situaciones e impactos:

·        Altos niveles de demanda en números masivos y concentrados estacionalmente.

·        Sobresaturación de la capacidad de carga de los atractivos (congestionamiento, falta de recursos, molestias en los residentes).

·        Poco respeto hacia el medio ambiente y hacia el paisaje (no se tiene en cuenta el entorno).

·        Destinos con urbanizaciones de fuerte impacto negativo (desorganización territorial).

·        Alta dosis de artificialidad en el entorno y en el atractivo.

Actualmente se intenta un desarrollo turístico que se encuentre en armonía con el ambiente, adoptando las siguientes características:

·        Respeto hacia el entorno donde se localiza. Poca modificación del paisaje.

·        Destinado a segmentos de demanda específicos y reducidos.

·        Acentúa el interés por los espacios mejor conservados. Muy ligado a la naturaleza.

·        Promueve otra clase de atractivos, más específicos (culturales, históricos, naturales) y más diferenciados.

·        Contacto, por parte de los turistas, más intenso con las poblaciones y entornos locales, que le da un carácter más auténtico a las experiencias y vivencias.

·        No estacional, ó no tan marcada la estacionalidad.

·        Compuesto por actividades turísticas, (deportivas, científicas y culturales) muy diversas y heterogéneas.

·        Desde el punto de vista del turista es mucho más participativo, personalizado y exótico, requiriendo así de servicios altamente especializados.

A partir de estas características surge un Turismo Alternativo y que podemos definir en este punto como:

Aquellas actividades turísticas sustentables, respetuosas con el medio natural, social, y con los valores de una comunidad, y que permite a su vez disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes; y donde éstos últimos tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje.

El análisis de los impactos del turismo en el ambiente y el surgimiento de una modalidad de actividad turística nos lleva necesariamente a los conceptos de desarrollo sostenible y de  turismo sostenible.

EL DESARROLLO SOSTENIBLE.

A partir de la década de los 60, cuando la crisis ambiental empieza a manifestarse con mayor fuerza, la preocupación por integrar la variable ecológica en la economía da lugar al desarrollo de nuevos conceptos, entre ellos: ecodesarrollo, desarrollo integrado, crecimiento orgánico... y múltiples acepciones del término “desarrollo sostenible”. Este debate se mantiene circunscrito, casi exclusivamente, al mundo académico hasta la publicación, en 1987, de “Nuestro futuro común” o Informe Brundtland, documento elaborado por la Comisión Mundial para el Desarrollo y el Medio Ambiente, el cual populariza el concepto. En este documento se define e interpreta al desarrollo sostenible como:

"El desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades."

Pero este término, sin embargo, tiene algunos problemas. Uno es su ambigüedad, lo que ha favorecido la proliferación de interpretaciones. La propia traducción al castellano de sustainable development, por ejemplo, ha dado lugar a una primera confusión, ya que “desarrollo”, en castellano, se usa como sinónimo de “crecimiento”, mientras que el development inglés significa tanto “crecimiento” como “evolución”. El término castellano puede camuflar una de las aportaciones centrales del concepto: el rechazo a la idea base del pensamiento económico ortodoxo, el crecimiento ilimitado. Otro problema radica en su generalidad, traducida en una escasa operatividad. Faltan, por ejemplo, referencias sobre cuáles son las necesidades mínimas de satisfacción universal, con qué criterios deben satisfacerse o qué garantizar a las generaciones futuras.

Pero, a pesar de estas dificultades, el concepto tiene el acierto de esbozar una filosofía, de apuntar una dirección general de actuación que puede ser útil. Éstos son sus rasgos básicos:

·               Deja clara la necesidad de conservar los recursos naturales.

·               Asume la existencia de límites físicos que hacen imposible el crecimiento sin fin.

·               Enfatiza la necesidad de alcanzar objetivos sociales (satisfacer las necesidades de la generación actual y de las futuras), en lugar de objetivos individuales.

·               Está inspirada en la solidaridad intra- e intergeneracional.

Además del mencionado Informe Brundtland, otros documentos internacionales, como la AGENDA 21 (CNUMAD 1992) o el V Programa Comunitario en materia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible” (CE, 1992), han ido desarrollando el concepto y ofreciendo pautas para su aplicación e incorporación a las políticas de gestión. Algunas de las pautas incorporadas son:

1.      Considerar al ambiente en las políticas globales y en los planes sectoriales, regionales o locales de desarrollo.

2.      Compatibilizar el consumo a las posibilidades de producción y a las capacidades de absorción de impactos del ecosistema global.

3.      Redistribución equitativa de los recursos, adoptando modos de vida más austeros, por parte de las sociedades más ricas, para dar opción a una vida digna a las más pobres.

4.      La solidaridad intergeneracional obliga a preservar los recursos y funciones ambientales fundamentales, es decir, la capacidad potencial de alcanzar un bienestar sostenible.

5.      El mejor ejemplo de sostenibilidad lo proporciona la naturaleza: autoorganización, autosuficiencia, descentralización, cooperación y funcionamiento ecosistémico, a escalas local, regional y planetaria.

6.      La economía humana no es más que un subsistema del gran sistema de la economía de la naturaleza, la ecología. En consecuencia, para que la economía humana sea sostenible debe cumplir los principios de la economía de la naturaleza. Una economía sostenible debería basarse en el reciclaje de una misma base de recursos y alimentarse con la fuente inagotable (a escala humana) de la energía solar.

Una vez que se establecieron los criterios generales, es necesario determinar, de forma cuantitativa, qué se entiende por un modelo sostenible que incluya los estándares de salud, las cosechas y capturas aceptables, las capacidades de carga de los ecosistemas, las actividades que provocan daños irreversibles y que deben ser prohibidas o limitadas al máximo, el uso sostenible de los recursos agotables, etc. Y todo esto referido a cada territorio concreto.

Sin embargo, esto no es ésta una tarea que se realiza de una vez y para siempre. El conocimiento sobre el funcionamiento de los ecosistemas mejora de continuo, se suceden los avances tecnológicos, cambian las ideas sobre los derechos de las personas sobre la naturaleza, etc. Todo ello determina la necesidad de revisar y perfeccionar permanentemente el modelo considerado como sostenible.

Después de definir el marco físico de la sostenibilidad, la tarea de la economía será buscar la forma más eficiente de satisfacer, de manera universal y sostenible, las necesidades básicas. Esto apunta al imprescindible debate que tenemos pendiente como sociedad: la definición de esas “necesidades básicas” y, sobre todo, cuáles son los “satisfactores” más adecuados para alcanzar a toda la población.

La sostenibilidad necesitará, además, del cumplimiento de algunos otros requisitos, entre ellos:

·                    La existencia de sociedades cohesionadas y estables, capaces de alcanzar el suficiente consenso para poner en práctica un proyecto de largo alcance como es éste.

·                    La organización “ecosistémica” de las mismas, basada en unidades que evolucionan y se adaptan a su medio para crear los bienes básicos, a la vez que se organizan a niveles regionales, estatales, continentales y mundial.

Finalmente debemos aclarar que el concepto de sostenibilidad no es un dogma ni una receta salvadora, pero tampoco debería ser sólo la etiqueta de moda que se incorpora a cualquier discurso político o científico. En medio del desconcierto que domina nuestra sociedad, la idea de construir una vida sostenible, ecológica y socialmente, aporta elementos de reflexión, algunos criterios sensatos sobre los que empezar a trabajar y un horizonte de cambio hacia el que caminar como comunidad humana.

EL TURISMO SOSTENIBLE

En primer lugar debemos decir que el gran objetivo es el logro de la equidad social, aquella que supone que el turismo ha de generar un reparto, tanto de costos como de beneficios. No existe un proceso de desarrollo turístico equilibrado si aumentan las diferencias sociales y económicas en la sociedad o si se produce el beneficio excesivo de determinados grupos sociales o territorios frente a la marginación o empobrecimiento de otros.

Por otra parte la sostenibilidad ambiental implica la conservación y el respeto de los recursos y valores naturales que son la base de la propia actividad turística, y cuya existencia ha de ser garantizada para el futuro para el propio sostenimiento de la actividad y para asegurar el disfrute del medio por parte de las generaciones futuras.
Por último la eficacia económica implica que el turismo ha de ser ante todo una actividad generadora de ingresos para la sociedad y generadora de empleos dignos y, de ser posible, calificados. No sólo supone la rentabilidad privada, sino el aumento de los beneficios a la comunidad en general.

Todo esto trata, en suma, de impulsar el turismo con respeto al medio ambiente, evitando el deterioro de nuestro capital natural y cultural, pero buscando al mismo tiempo, incorporar a las comunidades locales al desarrollo y fomentar entre los empresarios la idea de que la sostenibilidad es un negocio rentable.

En definitiva el turismo sostenible puede ser definido como la actividad económica productora de bienes y servicios que respetando los limites físicos del espacio en que se desarrolla y los psíquicos de los habitantes y demás actores, son destinados a quienes deciden desplazarse temporal y voluntariamente fuera del lugar de residencia habitual sin incorporarse al mercado de trabajo del lugar de destino, con motivo o no de recreación. (Capece, G. 1997)

La Carta de Lanzarote (Canarias en 1995), producida por los asistentes a la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, expresa que siendo el turismo un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente en la estrategia del desarrollo sostenible. Una buena gestión del turismo exige garantizar la sostenibilidad de los recursos de los que depende.

No debemos creer que un turismo sostenible exige áreas protegidas y vírgenes o que se relaciona exclusivamente con ciertas modalidades de turismo como el ecoturismo, el agroturismo, el turismo aventura, etc.

El turismo sostenible es factible tanto para un producto generalmente masivo y destructor como ha sido el de playa como para el avistaje de ballenas.

La concepción no depende de qué se produce y se vende sino de cómo se produce, con qué y con quiénes se produce y cómo se comercializa. (Capece, G. 1997:71)

El cambio de actitud de la industria turística a escala global comenzó a producirse a finales de los años '80. Creció el interés por la contribución del turismo, a los problemas ambientales, seguido por la petición de colaboración de la misma actividad turística para solucionar los problemas. Este cambio según Capece G. (1997) fue debido a varias razones:

1)      La influencia creciente de la conservación organizada y de los movimientos ambientalistas. La conciencia en aumento sobre el medio ambiente condujo a la intervención de los gobiernos. Se controlaron más estrechamente las actividades del sector turístico y se estimaron sus efectos ambientales.

2)      Los turistas que demandan calidad: los turistas cada vez más no aceptan destinos donde la calidad del medio ambiente pueda ser baja.

3)      Conciencia de los turistas de su acción sobre el medio ambiente: Existe una creciente conciencia de que la industria turística contribuye considerablemente a la contaminación ambiental y en algunas zonas, efectivamente, el máximo contaminador, el turismo destruye al turismo. En el pasado se centraba la atención en las ventajas económicas del desarrollo turístico. Actualmente, se ve claramente que ese desarrollo reduce el valor ecológico de una zona, y de ahí su atractivo para los turistas.

4)      Motivos económicos: gradualmente se hace más rentable hacerse verde. La opinión pública reacciona positivamente ante el deseo de proteger el medio ambiente. El hacerse verde puede reducir también los costos de producción. Además las actividades turísticas basadas en la naturaleza y el medio ambiente constituyen un sector en aumento: el ecoturismo, turismo verde, turismo activo, etc.

Cada vez más se tiene en cuenta que el medio ambiente forma parte de los productos y servicios concretos (sitios de alta calidad ambiental, hoteles con energías alternativas, restaurantes con productos ecológicos, transportes no contaminantes, entre otros), y que estos pueden ser una oportunidad para el desarrollo de actividades altamente rentables. Esto se asocia a la existencia de un mercado que demanda este tipo de productos, por lo tanto hoy se proponen y promueven productos como garantía de entornos no contradictorios desde el punto de vista paisajístico y medioambiental.

De una u otra forma se reconoce que es necesario motivar al sector empresarial a internalizar los costos ambientales o limitar el daño al medio ambiente. Una de las formas de hacerlo es a través de la denominada autorregulación. Esta consiste en iniciativas adoptadas por las empresas para regularse a sí mismas, por ejemplo a través de la fijación de estándares, supervisión y metas para la reducción de la contaminación impulsando por ejemplo sistemas de gestión ambiental en las empresas, con planes de auditorias para revisar el funcionamiento de forma periódica.

En tal sentido, las organizaciones turísticas deberían tener en cuenta el Código de Etica como un punto de partida para el desarrollo de modelos para realizar una mejor gestión. Los planes de Gestión Medioambiental de una empresa de servicios turísticos deben abarcar todos los campos y aspectos de su actividad. Debe estar dirigido a la mejora continua de su comportamiento medioambiental mediante: la conservación y puesta en valor de los atractivos turísticos, el manejo de los visitantes, la reducción progresiva de la contaminación; el ahorro de recursos (como la energía o los insumos); la mayor eficiencia de los procesos para lograr la mejor calidad de su producto y el cumplimiento permanente de los requisitos de la legislación medioambiental vigente.

Por lo tanto hoy en día las empresas turísticas deben conocer la manera de mejorar la calidad de los productos y servicios que ofrecen, siendo conscientes de su relación con ambiente.

Desde esta perspectiva es posible distinguir dos áreas sobre las cuales pueden establecerse el conjunto de relaciones entre turismo y ambiente. Por un lado, los efectos o impactos del turismo sobre el ambiente, y por otro, el efecto de la situación ambiental sobre la competitividad de los distintos destinos.

Las relaciones que se entablan entre turismo y ambiente interactúan en un circulo vicioso y determinan el éxito o el fracaso en el mercado y la mejora o degradación del ambiente local.

El deterioro del ambiente puede no ser la única causa de perdida de competitividad de un destino pero, al mismo tiempo puede ser su efecto. De hecho, la perdida de competitividad de un destino puede generar un proceso de deterioro ambiental.

A escala global los requerimientos ambientales son cada vez más exigentes, el turista será más selectivo y experto y aquellos productos relacionados con el ambiente se tendrán más éxito que otros, por esta razón los productos que no incorporen los estándares mínimos ambientales es de esperar que disminuyan en forma considerable su nivel competitivo.

Con relación a lo expresado se espera que:

a) en las áreas no turísticas se implemente un modelo de desarrollo turístico que garantice la compatibilidad del turismo con el medio ambiente local (recursos naturales, características socioculturales, actividades económicas tradicionales, etc.)

b) en los destinos turísticos se estimulen aquellos procesos que, respondiendo a las necesidades de los consumidores, incorporen al mismo tiempo medidas, proyectos, planes, etc., que revaloricen el medio ambiente local.

Pero para alcanzar un desarrollo turístico sostenible es necesario que los intereses contrapuestos, tanto de actores privados como públicos, sean "eliminados" a través de la "firma de convenios de colaboración y cooperación" entre todos los actores involucrados.

Esto no es tarea sencilla y abre la discusión hacia la identificación de los obstáculos, los que de una manera esquemática se presentan a continuación, en el un cuadro con las principales barreras para alcanzar el turismo sostenible.

1- Existe una falta de entendimiento sobre la conexión entre desarrollo turístico y problemas medioambientales. También existe desconocimiento de "buenas practicas" de gerencia.

2- Se dan problemas institucionales. Bastante a menudo distintas empresas realizan las mismas tareas. Existe una falta de coordinación, integración y acuerdo entre las autoridades. La gerencia apropiada se hace imposible por la falta de investigación, recursos humanos y fondos.

3- Muchos problemas sólo pueden ser resueltos cuando la industria turística coopera con otros sectores. Pero establecer, diseñas e implementa proyectos aceptados por todos lleva largo tiempo, cuando no las posibilidades de acuerdo son demasiadas remotas.

4- No debemos olvidar que el turismo es, ante todo, una actividad económica. Muchas zonas son altamente dependientes de los ingresos por turismo. En los inicios del desarrollo turístico en estas zonas los fines eran la creación de empleo, riqueza y crecimiento económico. Una vez que se han desarrollado las infraestructuras turísticas tiene que ser utilizadas plenamente para conseguir los objetivos marcados. A ello se le une la creciente competencia en los mercados turísticos, frecuentemente, una zonas sólo puede mantener su situación expandiendo y ampliando su campo de acción. Este tipo de carrera económica es incompatible con el desarrollo gradual y sostenible.

5- El turismo es un sector que requiere grandes inversiones de capital. Aunque se diga que para "hacerse verde" muchos negocios también operan sobre la base de "seing is believing" ("si no lo veo, no lo creo"). Además las inversiones corrientes tiene que recuperarse antes de que los cambios en el producto puedan ser, incluso, tomados en cuenta.

Fuente: H. Boers y M. Bosch en 1995

LA EDUCACIÓN AMBIENTAL.

Aunque es difícil encuadrar la educación ambiental dentro de una definición, dada la diversidad de planteamientos y de prácticas concretas, podemos partir de la propuesta en el Congreso Internacional de Educación y Formación sobre Medio Ambiente, celebrado en Moscú en el año 1987.

"La educación ambiental es un proceso permanente en el cual los individuos y las comunidades adquieren conciencia de su medio y aprenden los conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia y también la determinación que les capacite para actuar, individual y colectivamente, en la resolución de los problemas ambientales presentes y futuros".

Aunque, más que una definición, es importante recordar la siguiente frase "la característica más importante de la educación ambiental consiste en que apunta a la resolución de problemas concretos. Se trata de que individuos … perciban claramente los problemas que coartan el bienestar individual y colectivo, diluciden sus causas y determinen los medios que pueden resolverlos". (UNESCO, 1980).

Por lo tanto, el reto de la educación ambiental es promover una nueva relación de la sociedad humana con su entorno, a fin de procurar a las generaciones actuales y futuras un desarrollo personal y colectivo más justo, equitativo y sostenible, que pueda garantizar la conservación del soporte físico y biológico sobre el que se sustenta.

La educación no puede ser desligada del ambiente en que se produce. El aprendizaje es un proceso de construcción del conocimiento que tiene lugar en relación con el medio social y natural. Además, se desarrolla en doble sentido, es decir, cada persona aprende y enseña a la vez; dura toda la vida; y tiene lugar en diferentes contextos: hogar, escuela, ocio, trabajo y comunidad. Estas características apuntan un hecho relevante: el propio medio es educativo en sí mismo. Con todo lo dicho, es evidente que, por educación, entendemos no sólo la educación formal, sino también la educación no formal y la informal, las cuales son fundamentales en este curso.

La educación ambiental es por sobre todas las cosas educación para la acción. Actúa ampliando nuestros conocimientos y conciencia acerca de los impactos de la actividad humana sobre el medio, pero con el objetivo último de mejorar nuestras capacidades para contribuir a la solución de los problemas.

LA EDUCACIÓN AMBIENTAL, TURISMO Y SOSTENIBILIDAD.

Establecer, más allá de un debate teórico, la relación entre el turismo y la educación ambiental en las prácticas cotidianas encierra un proceso muy complejo que involucra una interrelación de agentes asociados al sector, y políticas públicas que incorporan objetivos de equilibrio con el medio ambiente y una mirada a largo plazo. Esto es un proceso que va mas allá de la propia educación ambiental, a la involucra dentro de un proceso de readecuación y de dinamización de actividades  y de espacios.. Es aquí donde aparece la situación a analizar ¿Cómo se contribuye en esta relación de reciprocidad? ¿Cómo el turismo contribuye con los principios de la educación ambiental? ¿Cómo desde la misma se enriquecen las actividades turísticas en general? ¿Cómo el mismo turismo puede iniciar un proceso de cambio en la generación de un nuevo tipo de turista? ¿De qué manera las actividades recreativas, deportivas o culturales se asocian a la formación de una persona más responsable con su entorno, una persona que demanda calidad ambiental?.

Estas y otras preguntas se asocian a la posible generación de actitudes y percepciones de los turistas, que no solo se desarrollan en el destino sino que pueden trasladarse a los sitios de origen de los turistas. Algunos autores sostienen la importancia de la cultura, el cambio en el ser y hacer de una sociedad, como un cambio de paradigma que trastoque el modelo actual. Y contribuyendo con esto en ocasiones el turismo despierta "nuevas formas de ver el mundo” que van más allá de las campañas de "recolección de aluminio de las latas de gaseosa", y que apuntan a la visión más abarcativa del ambiente, con un descubrimiento de nuevas realidades.

 Así, el turismo puede convertirse en un disparador de situaciones que se pueden materializar en "buenas prácticas" (no arrojar basuras, cuidar los árboles, etc.) o nuevas demandas que obliguen al mercado a tomar medidas de control.

ELEMENTOS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL APLICADOS AL TURISMO.

Los elementos a tener en cuenta para general una conducta ambiental en el marco de la educación ambiental y vinculados propuestas turísticas son:

. Pensar en un destinatario concreto para cada tema y ajustar los mensajes y estrategias a éste mercado.

. Establecer relaciones claras entre objetivos, sujetos, medios, alcances... con la metodología y los medios para alcanzar los fines.

. Tener en cuenta todos los aspectos del visitante o turista: su origen, su edad, su motivación, sus emociones y sus experiencias, y sus posibilidades de participación

.  Generar un entorno favorecedor clima de aprendizaje no forzado donde el que analiza los problemas sea el propio sujeto pero como parte de su actividad recreativa

. Desarrollar un sentido amplio que permita ser aplicado tal vez en toros objetos y realidades de tal forma que los sujetos puedan analizar cualquier expresión de la sociedad

Para el logro de esto es necesario el establecimiento de una serie de principios de educación ambiental que acompañen el desarrollo de un proyecto, y que estén asociados a la formación del personal que los va a llevar a cabo. Estos principios pueden concretarse en: la definición de distintas funciones, la asignación de grupos de tareas al nivel de formación, y la definición de grandes ámbitos temáticos que se asocien a la formación especifica de guías, al comportamiento dentro del propio trabajo, a la utilización de recursos, etc.

La formulación de productos turísticos que incluyan el ambiente como una dimensión más de su desarrollo, requiere contar con un grupo humano que perciba dicha dimensión. La crisis ambiental ha propiciado la necesidad de formar profesionales especializados en la protección y conservación del medio. Esa formación sin embargo ha sido deficiente para alcanzar una verdadera comprensión holística de la situación ambiental. La formación ambiental de aquellos que de alguna manera están vinculados con la oferta turística sugiere la:

¨      Identificación de las problemáticas ambientales globales y cotidianas.

¨      Incorporación de un sentido de responsabilidad frente al ambiente.

¨      Capacidad formadora hacia los flujos de turistas.

¨      Generación de actitudes acordes al proyecto.

¨      Creatividad en el desarrollo de sus funciones.

Para esto se requiere de dos herramientas fundamentales: la información y el equipamiento. Cuanto mayor y mejor sea la información con que cuenten los operadores, los profesionales y los trabajadores en general del sistema;  mayor capacidad crítica desarrollarán. En la medida que esto ocurra, lograrán incorporar la dimensión ambiental en la vida cotidiana y podrán actuar en consecuencia, incluso en el trabajo. La información no siempre está  disponible, los municipios no poseen datos actualizados o análisis de su propia realidad, sobre todo en América Latina, no obstante se pueden identificar variables relevantes.

Párrafo aparte merece el equipamiento. Suele ser uno de los problemas más graves en comunidades donde el turismo es una actividad incipiente y de pequeña escala. El desarrollo de este posibilita una mayor capacidad de gestionar con la educación ambiental desde todos los órdenes y desde el turismo.

Muchos emprendimientos han sabido sortear estos obstáculos apostando a la creatividad de productos sencillos pero que incorporan alternativas educativas novedosas.

Dentro de esto se consideran las diferentes formas en que se lleva acabo la interpretación. La misma es fundamentalmente una estrategia para la valoración del patrimonio y para la preservación y comunicación de los bienes. Por tal razón contribuye de manera directa e indirecta con la educación ambiental en sentido amplio y esta prácticamente asociada a múltiples prácticas turísticas. En muchos sitios se han aplicado con éxito como herramienta para crear un sentido de pertenencia de la propia comunidad y modificar acciones en el público.

Es necesario indicar que la interpretación no es solo una forma más activa y personal de guiar al turista, implica muchos mas que eso, y significa un proceso de aprendizaje y de valoración asociado a la toma de conciencia y al fortalecimiento de la identidad

Desde el turismo y las instituciones asociadas a él se debe crear el ámbito adecuado para generar una teoría de la interpretación ambiental asociada a la educación ambiental. No obstante desde las propias actividades se pueden establecer mecanismo para la revalorización no solo del patrimonio sino de la propia relación sociedad-naturaleza.

Así la interpretación puede ser utilizada como herramienta  para la formulación de itinerarios turísticos, ya sean directamente vinculados a problemáticas ambientales o recorridos tradicionales, que contengan algunos elementos.

LOS RECORRIDOS COMO ITINERARIOS DIDÁCTICOS.

Teniendo en cuenta la amplia gama de modalidades turísticas que incluyen pequeños desplazamientos, se señala una opción muy común dentro del sistema turístico y que se asocia a estrategias didácticas capaces de acercar a los sujetos el entorno, desarrollar sensibilidades, construir conceptos, aplicar métodos de trabajo interdisciplinares y provocar actitudes positivas. Los recorridos realizados en determinados paseos pueden ser interpretados como recorridos didácticos, algunos productos ya los incluyen. Consisten en recorridos prefijados por un área, cuyas características son interpretadas por los visitantes con el fin de facilitar el conocimiento de aquellos aspectos y procesos del patrimonio natural y cultural más significativos, o curiosidades de un lugar, a través de la observación directa sistemática y registrada, tratando a su vez de sensibilizar y favorecer el desarrollo de actitudes respetuosas, responsables y de aprendizaje. A lo largo del recorrido se desarrollan actividades que cuentan con un material de apoyo y que están diseñadas por los centros turísticos o por los responsables del lugar de visita En 1976 aparece el primer itinerario impreso de uso masivo (El Bosc de la Santiga, Can Deú), este fue concebido como un conjunto de materiales que tienen en común el hecho de estructurarse en torno a uno o varios recorridos preestablecidos, de corta duración, con el objetivo de estudiar diferentes aspectos de forma más o menos interdisciplinar. Su diseño puede ser el resultado de una actuación aislada o responder a una planificación compleja, en donde varios itinerarios están interconectados y los elementos dentro de este están jerarquizados y poseen un carácter complementario. Pueden clasificarse en dos grupos:

Autoguiados y guiados o dirigidos. Los primeros están basados en el diseño de un paquete central de información significativa, con comentarios descriptivos acerca de elementos, lugares, procesos, servicios e instalaciones, con información complementaria sobre duración, riesgos y permisos. Existen experiencias en donde el docente deja a los alumnos realizar solos la experiencia del recorrido para el que cuenta con información de apoyo y en donde la experiencia esta en evaluar sus descubrimientos. En el segundo caso el guía como educador ofrece educación complementaria y anima propuestas recreativas en el trayecto.

En cuanto a la estructura, los itinerarios se pueden clasificar en abiertos y cerrados. Los primeros plantean observaciones múltiples, diferentes puntos de vista y son flexibles, adaptándose a diferentes estrategias didácticas. Los segundos, más directivos y con información concisa, están programados, se respetan en tiempo y forma y los logros se condicionan con los elementos del recorrido y las observaciones indicadas previamente.

En todos los casos juega un rol my importante el proyecto o la motivación, las características del grupo y la cantidad de información que se tiene para alcanzar las expectativas de logro.

Esto se encuentra relacionado a la propia diagramación de dichos circuitos tanto en la elección de los atractivos, como en la información sobre cada uno de ellos, en la interpretación en sentido amplio, y también en el propio trazado de los itinerarios. En esto también hace su aporte la educación ambiental, en la elección de las mejores y mas equilibradas combinaciones para generar un producto atractivo y a su vez ambientalmente adecuado. Según Roberto Boullón (1993)

En el trazado  de circuitos en áreas naturales es necesario considerar:

·        como se hará la selección de atractivos, en la consulta a los elementos más representativos del patrimonio, los datos de informantes calificados  (agentes de viaje, guías, ciudadanos, biólogos, ecólogos, etc.) y una salida de campo para observar el área. Puede ser que este sector ya este incluido dentro de un itinerario, lo que significa que la observación se hará sobre la capacidad que tiene de adaptarse a  un recorrido en donde se puedan establecer elementos informales de educación ambiental, asociados a la propia revalorización de ese patrimonio o de esos recursos, o de situaciones interesantes de relaciones entre diferentes elementos. Es necesario contemplar los cambios de esos atractivos a lo largo del año, porque esto puede significar una variación o una readaptación de itinerario.

·        Acondicionamiento: es necesario verificar cuál es la mejor forma de aproximación, los mejores senderos, la infraestructura necesaria en las áreas de observación y en las de concentración. Estas últimas se asocian a las oficinas de administración, viviendas del personal, centros de interpretación e información y en algunos casos el propio alojamiento.

·        La definición del circuito: indica la duración de la excursión y el medio de transporte utilizado. En este último caso la elección en el modo de transporte es en si misma una situación a tener en cuenta dentro de un proyecto que tienda a contribuir con la propia educación ambiental del turista.

·        El trazado del circuito: esta ligado también a la propia movilidad y al punto de partida y llegada del itinerario. De acuerdo con el tipo de camino, de paisaje, de demanda, de transporte y la cantidad de atractivos o elementos significativos, será el diseño, el número de escalas, el lugar y la duración.

Esta se puede aplicar también a los recorridos en áreas urbanas, para ello es necesario incluir además estudios de la situación ambiental de los principales atractivos, de su capacidad de tolerar un número determinado de visitas y de la necesidad de equiparlos con otros elementos que permitan valorar de forma más directa, aunque complementaria, elementos relacionados a su valoración ambiental. Otro de los elementos es el análisis de la mejor forma de aproximarse a los recursos, tratando de lograr que el visitante perciba situaciones u objetos que lo lleven a reflexionar sobre la valoración del patrimonio, del equilibrio con el ambiente, del funcionamiento de la ciudad y del respeto hacia las distintas culturas. Estos pueden estar implícitos en el atractivo, lo que no significa que el turista pueda descubrirlos sin la ayuda de un guía o elementos de señalización.

En la programación de itinerarios es necesario considerar el tratamiento que se da la información que se suministra a los turistas, ya sea por folletería, guías de excursión, guías de sitios, recuerdos, etc. Además es importante establecer puntos de control para evaluar si la propuesta permitió que el turista descubriera las características y singularidades del entorno visitado y si el objetivo de educación ambiental (en sus diferentes formas) se ha cumplido.

En sus recorridos por los corredores, en sus visitas a los complejos o en un paseo corto dentro de un centro, el turista se desplaza percibiendo cosas distintas, algunas totalmente desconocidas. En todos los casos estos espacios son interpretados y valorados generando experiencias y recuerdos de dichos elementos. Puede que muchos detalles se le pasen inadvertidos a causa de que el ritmo de viaje no le dio el tiempo suficiente o no llego a observarlos porque tuvo poca información.

Tal como se señaló la educación ambiental es un proceso mucho más abarcativo y complejo, no obstante, desde las actividades recreativas, turísticas y deportivas, se puede educar en el respeto a otras culturas, otras formas de organización social, otros recursos u otras formas de ver el mundo.

Si de esto se trata se puede:

·        Proponer senderos con connotaciones ambientales que ofrezcan leyendas y señalizaciones asociadas a esta.

·        Organizar recorridos que señalen explícitamente situaciones ambientales, en el marco de una visita.

·        Buscar ejemplos de gestión de residuos dentro del viaje o en la Secretaria de Turismo, o en los parques y paseos, haciendo notar la importancia de esto.

·        Desarrollar o contactar servicios que tengan una gestión ambiental dentro de la empresa, ya sea programada o en ejecución.

·        Reutilizar lugares recuperados, señalando las ventajas del proceso de cambio.

·        Explicar los objetivos generales de los parques temáticos, de sus proyectos de ciencia y de sus alternativas.

·        Desarrollar productos asociados a la práctica de deportes que estén en equilibrio con el entorno o que puedan mostrar y señalar situaciones asociadas al ambiente.

·        Diseñar folletería y productos que estén en simbiosis con el ambiente.

La tarea esencial de la educación ambiental es que el espacio se explique y se justifique a sí mismo, de manera que la importancia de la conservación quede clara para las personas que viven allí y que van a visitarlo. Se trata de que al asumir este espacio concreto como patrimonio propio se inicie un proceso que lleve a reconocer la importancia de la gestión ambiental.

La información es indispensable para el logro de una participación efectiva. El objetivo es llevar el mensaje desde la población local a los turistas, como un lenguaje cotidiano. Existe una amplia gama de posibilidades a la hora de programar campañas de información para la formación, aunque estas no estén destinadas a un mercado de ecologistas.

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