Perspectivas del Turismo Cultural II
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales

ISLA entre el  desarrollo turístico, el patrimonio y la urbanización

Aurora Daniel Villa
Alicante, España

Introducción

 Al igual que tantos otros  localidades de la costa española, Isla ha venido experimentando a lo largo de 30 años atrás una serie de transformaciones económicas, que le han avocado a la explotación turística de su medio natural, su patrimonio y su cultura.

Con este pequeña aportación pretendo dar una visión general de lo que supone el desarrollo del turismo en una zona predominantemente rural y como esto afecta a los distintos aspectos social, cultural, económico; para que sirva de muestra de lo que ha sucedido y está sucediendo en este país, España, con centenares de pueblos costeros, que han tenido procesos similares desde que se produjo el despegue económico en los años 60 del pasado siglo.

Este artículo está basado en un trabajo de campo llevado a cabo durante el mes de julio de 2002 en Isla (Cantabria), como parte de las prácticas incluidas en la “Escuela de Antropología social Julio Caro Baroja” en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en la sede de Santander.

El lugar  y sus características. Los actores y su interacción

Isla es una pequeña localidad de la costa oriental cantabra, se sitúa a unos 43 Km de la capital, Santander y a unos  20 km. de Bilbao (Esukadi). Es una de las cuatro localidades que forman el municipio de Arnuero (Isla, Arnuero, Soano, Castillo)y que ostenta la capitalidad turística del mismo.

Zona eminentemente rural y con una población reducida, sus habitantes se dedicaban a la agricultura, el ganado, la pesca, y manufacturas conserveras; En tiempos más remotos a la caza de las ballenas que quedaban varadas en sus playas, cuando bajaban las mareas de las marismas. También fue zona de grandes canteros, actividad esta que tuvo gran relevancia en la estructura  económica, sobretodo en época medieval, además destacaron oficios  como el de fundidor de campanas, escultures.

 Pero en la actualidad se encuentra en un proceso de trasformación, que comenzó hace unos 30 años y que va encaminado a la explotación turística de su medio.

Para ilustrar este hecho incluyo algunas estadísticas sobre la evolución de visitantes durante los años1993 y 2001, realizadas por la Oficina de Turismo de Isla (1).

PROGRESIÓN ESTADÍSTICA DE VISITANTES ENTRE 1993 Y 2001

 

V. NACIONALES

V. EXTRANJEROS

TOTALES

1993

5600

500

6100

1994

6100

500

6600

1995

7350

561

7911

1996

6847

510

7357

1997

6724

507

7231

1998

8377

938

9315

1999

9736

610

10346

2000

8805

732

9537

2001

8513

616

9129

La división del territorio

Se pueden diferenciar dos zonas en el territorio que abarca el pequeño condado de Isla, arriba y abajo, no sólo como dualidad espacial, sino también simbólica. Hecho este reconocido tanto por los autóctonos como por los visitantes del lugar, ya que se pueden apreciar estos dos espacios nada más entrar en el pueblo por la carretera comarcal que une el interior con la costa.

Si bien ambas partes se comunican y no existe una frontera clara entre ellas, si que podemos caracterizarlas por :

Arriba, núcleo rural donde se ubica el pueblo antiguo, en el cual destacan la Iglesia de los Santos Julian y Basilisa y el Palacio de los Condes de Isla. Ambos edificios son mostrados al turista como patrimonio de la zona  y al mismo tiempo son los aglutinadores identitarios de dicho lugar.

Aquí debemos de hacer un inciso histórico para recordar que esta zona pertenecía en tiempos, y todavía ahora en parte algunos terrenos, a parte del palacio, a los Conde de Isla, que si bien ya no viven de forma habitual, si que pasan temporadas largas en verano, y siguen teniendo cierto peso en el lugar.

Su dominio, en tiempos pasados, de la zona no sólo se extendía a los terrenos del interior, abarcando tanto la explotación agrícola y ganadera; sino también a parte de la costa. Cabe destacar su gran influencia política y económica, con el primer intento de desarrollo industrial potenciando las industrias conserveras como forma alternativa a la economía tradicional, y sobre todo por lo que se le concedió el título de Conde a Don Juan Fernández de Isla, a mediados de S.XVIII, al construir los astilleros de Guarizo.

También la autoridad de la familia llegó al ámbito religioso, financiando la construcción de la Iglesia y dando sustanciosos donativos para el mantenimiento y mejora del colegio-internado religioso del Convento de la Inmaculada (congregación que lleva 118 años instalada en Isla) , que atendía tanto a los niños pobres del pueblo; como a niñas de la alta sociedad Santanderina que eran internadas en él. En la actualidad es colegio concertado tiene servicio de comedor, a él acuden niños de preescolar (3 a 5 años) del municipio de Arnuero.

Volviendo al terreno, arriba también destacan grandes extensiones de huertas cultivadas principalmente de maíz, pimientos, alubias y pastos para el ganado, este último no extensivo, sino pequeños grupos de 3 ó 4 vacas.

No existen servicios de salud, colegios, tiendas, etc., tan sólo hay un bar “La Chata”, como centro de reunión de las gentes del pueblo; así como un par de posadas rurales.

            Las actividades diarias  se basa en las labores de la tierra, el cuidado del ganado y el resto de actividades doméstica.

Abajo, también conocido como barrio de Quejo y  situado en la costa, nos encontramos con un núcleo urbano más moderno en infraestructuras y servicios, caracterizado por la presencia de hoteles, apartamentos, restaurantes, supermercados, tiendas de souvenires, el colegio ubicado en un antiguo convento de la Inmaculada, una oficina de turismo y un consultorio médico.

Aquí la actividad diaria está centrada en los servicios turísticos, que son la base de la economía del lugar desde hace unos 30 años.

Estos dos espacios se encuentran cada vez más unidos; si históricamente la parte de arriba se dedicaba a la agricultura y la ganadería; y la de abajo al cultivo del pimiento y la pesca, proporcionando un intercambio entre ambos de bienes de consumo, siendo pues más bien una economía de subsistencia; actualmente la interacción entre ambos se da por el turismo. La urbanización, tanto de la zona costera como la de montaña, se encamina a la construcción de segundas residencias, hoteles y reconversión de antiguas casas en posadas rurales.

Actividades económicas

La poca rentabilidad económica de las actividades consideradas tradicionales (cultivo, ganadería y pesca), hace que se vayan abandonando éstas, vendiendo los terrenos para la construcción, dedicándose a nuevos oficios dentro de la hostelería; o por el contrario adaptando estas antiguas formas de subsistencia a las nuevas exigencias turísticas y económicas, como ocurre con el cultivo del pimientos de alta calidad en esta zona, y que se vende a los turistas,  en forma de conservas en los establecimientos del lugar, como atractivo culinario típico. A ello contribuye la existencia de una fábrica conservera ubicada en Isla, y que además de dar trabajo a vecinos del mismo pueblo ha sido la pieza clave para poder reconvertir parte de esa economía tradicional  a los nuevos tiempos.

            Tan sólo algunos pocos  continúan viviendo del cultivo, como Tiagín, lugareño y vecino del pueblo de Isla, que dispone de gran cantidad de terrenos, con lo cual su producción es mayor y puede venderla en los mercados al por mayor (Mercasantander); o como el caso de la vaquería de Chani,

también como el anterior vecino del “pueblo de arriba”, única que queda en la zona, pues las demás han desaparecido a favor de grandes estabulaciones en las que hay cientos de vacas y la producción se realiza a gran escala siendo más competitiva en el mercado, sobre todo desde que España entro en la UE (Unión Europea) y los ganaderos han de ceñirse a las cuotas de producción y calidad que ésta establece cada año.

            Pero incluso estos se han visto obligados a entrar en un nuevo sistema económico y modernizar sus formas de explotación para poder sobrevivir en el mercado, uniéndose a cooperativas e instalando nuevas maquinarias.

Los actores

Tras lo anterior podemos clasificar a los autóctonos en dos clases diferenciadas, los dedicados a la explotación turística; y los que todavía lo hacen a las labores tradicionales más los ancianos que ya no forman parte de ninguna de las dos actividades pero que se aproximan más a esta última.

            En cuanto a los turistas podemos dividirlos en dos tipos fundamentales, los visitantes que se acomodan por unos días en algunos de los hoteles, pensiones y casas rurales, o simplemente alquilando algún apartamento. Y los que poseen una casa o apartamento de nueva construcción en propiedad.

Ambos tienen intereses diferentes, los segundos forman parte más activa de la vida en Isla, pero no se les considera como a los vecinos de “toda la vida”; mientras que los visitantes temporales se les tiene en cuenta como posibles clientes, a los que hay que cuidar para que vuelvan al próximo año, y si es posible traigan más turistas.

            La interacción entre los distintos actores, autóctonos y visitantes es aparentemente tranquila pues si que se generan conflictos, generalmente de intromisión en lugares por parte de los turistas, para ilustrarlo relataré dos casos característicos:

v     el que suele tener lugar en la vaquería, pues al estar esta junto a un camino rural, por el que pasa uno de los itinerarios recomendados para hacer senderismo, los visitantes sin pedir ningún tipo de permiso, se suelen adentrar para ver a las vacas, como si este espacio de trabajo para su propietario, fuera una atracción turística más.

v     y el caso de los pimientos, en el que por lo general, hay costumbre en el pueblo de recolectarlos y dejarlos a la vera del camino en sacos, para ser recogidos al día siguiente. Esta confianza en el

prójimo se rompe al aparecer los turistas, que ven este hecho una invitación a “recoger” alguno pimiento para propio beneficio. Esto está empezando a modificar esta costumbre en los lugareños.

Este suceso es importante ha destacar, pues una de las características más apreciadas por los autóctonos es precisamente el presumir de que su pueblo es un lugar seguro, en el que la delincuencia no ha hecho mella todavía, quizás por que su ubicación geográfica no facilita ni el acceso y la salida de personas, además de ser pequeño y de conocerse todos sus habitantes, quedando rápidamente localizadas la personas que son de fuera.

            Pero quizás  el caso más grave sea la urbanización de las zonas consideradas como protegidas por su valor ecológico. Esto ha generado un conflicto entre ecologistas, concretamente de la asociación “El Arca” de Santander, Ayuntamiento, constructoras  y  compradores de segundas residencias y autóctonos que venden sus terrenos como solución alternativa a su precariedad económica.

            El afán de unos por expandirse y de otros por proteger el entorno como identidad del lugar  y como bien natural, ha dejado en medio a los compradores de las viviendas, que se encuentran con que sus ilusiones por tener una propiedad en un lugar privilegiado de descanso, y con fuertes inversiones económicas hechas para ello, no pueden hacer realidad y tan sólo les queda esperar la demolición de algunas de estas construcciones seguir  buscando  una mejor solución para todos los implicados.

Esta problemática queda patente en todos los espacio de Isla, desde la playa hasta el interior, a pesar de que sus gentes prefieren no hablar del tema. Se pueden ver pintadas alusivas en los lugares más insospechados, muros de casas, paradas de autobús, etc. su eslogan es “monigotes de isla”, como alusión a la manipulación y especulación económica y política del terreno supuestamente urbanizable. Están organizados e incluso tienen una página web (www.monigotesdeisla.com) donde queda reflejado el sentimiento de los propietarios de estas viviendas.

            Otro tema es el grupo ecologista que tienen su sede en la capital cántabra, sus intervenciones son dirigidas principalmente a la preservación del medio ecológico natural de la zona. Y su enemistad con vecinos, constructoras y ayuntamiento es patente, ninguno de mis informantes me dio su dirección ni me facilitaron algún contacto con la misma, aún así conseguí su teléfono por la guía telefónica, pero con idéntico resultado.

El turismo en Isla

Está caracterizado por su estacionalidad, principalmente verano y su localización en la costa de Isla, centrado en la gastronomía y la playa, como atractivos fundamentales. Muchos visitantes vienen sólo a pasar el día y comer,  e incluso algunos lo hacen desde otras localidades, no precisamente cercanas, a celebrar su banquete de boda. 

Debemos reconocer que si no fuera por el turismo Isla quizás ya estaría en la lista de pueblos semi-despoblados o abandonados de España.

Empero estos nuevos tiempos traen cambios que en muchos casos no son entendidos, sobretodo por los más mayores, puede recoger varios testimonios de ancianos del lugar que se pueden resumir en que “los tiempos pasados fueron mejores", Celina una de las monjas del Convento y natural de Soano, manifestó los grandes cambios que ha tenido Isla desde que se ha dedicado al turismo, y que mucha e la tranquilidad que había ya no la hay. O como afirma Josefina trabajadora de la tierra desde que era una niña, ".... las cosas han cambiado mucho , los jóvenes se van o se dedican a cosas del turismo, casi no hay niños en el pueblo, los que ves son de los de fuera...".

Como ya he apuntado más arriba las actividades tradiciones hace ya tiempo que dejaron de ser rentables, incluso el propio Conde ha tenido que vender parte de sus propiedades en terrenos para la construcción de hoteles, pues estos ya no quieren ser cultivados por sus arrendatarios, ya que suponen mucho trabajo y poco beneficio, por lo cual  la gente joven prefiere irse a la ciudad en busca de nuevas y mejores oportunidades. Aún en el caso de ser propietarios de los terrenos muchos prefieren vender  antes que remodelar sus casas y habilitarlas como hoteles, pensiones o posadas rurales.

Una de las que prefirió quedarse y adaptarse a los nuevos tiempos es Concha, reformaron la casa en la que vivían y en la que su dedicación era la labor del campo y el ganado. Fue una de las primeras. Su pequeña pensión tiene fama de ser acogedora y de dar muy bien de comer, es visitada asiduamente por familias, principalmente del País Vasco, Castilla-León y Navarra, durante los meses de verano.

Por otra parte el turismo está haciendo resurgir la necesidad de recuperar el patrimonio y la identidad del municipio. Al mismo tiempo que lo recupera lo muestra al turista y lo rentabiliza, integrando en las actividades alternativas al sol y la playa. Algunas de las actuaciones encaminadas a ello son la recuperación de antiguos caminos reconvirtiéndolos para actividades de senderismo, restauración de iglesias, lavaderos y fuentes; así como antiguos oficios y bailes. Estas dos últimas actividades tienen

una importante participación de los lugareños más mayores, que se ven implicados de forma directa en la recuperación de estas artes.

En cuanto a la recuperación de las iglesias tenemos que destacar que no sólo se están incluyendo en itinerarios turísticos con visitas guiadas, sino que se están reutilizando como lugares donde se celebran encuentros musicales. Estas actividades se encuentran en un plan más amplio de fomento de actividades turísticas culturales, elaborado y financiado por el Gobierno de Cantabria Consejería de Cultura y Deporte y desde Patrimonio Artístico Religioso.

Otro situación importante es que las fiestas tradicionales se siguen celebrando y de ellas se hace partícipe al turista pues se celebra en Julio, como la fiesta de la Cruz del Cincho, una de las más significativas que se celebra cada cincuenta años,  coronando la cima del Cincho, el monte más alto de la comarca, como símbolo de unión de los cuatro pueblos  que forman Arnuero

Pero al mismo tiempo están surgiendo otras al margen, que son exclusivas para los visitantes, como sucede con el “día del turista”, en la cual se hacen una serie de actividades encaminadas a entretenerlos, con actuaciones de orquestas invitadas durante la noche en una escenario al aire libre junto a la playa, actividades lúdicas para los niños, mercadillo y la fiesta de la espuma.

Al igual que la recuperación del patrimonio religioso, todas estas actividades de fomento del turismo se enmarcan dentro de un proyecto de desarrollo sostenible llamado Ecoparque(2),en el se pretende dinamizar todas las actividades turísticas, teniendo en cuenta tres cuestiones de importancia a la hora de cualquier intervención en la zona, que son:

La marisma de Joyel y que forma parte de los humedales de la cornisa cantábrica, declarada  como Reserva Natural en 1972, y de la cual se pretenden preservar sus valores naturales, además de explotar su potencial turísticos. En este caso ya se ha comenzado restaurando un antiguo molino, que pretende ser al mismo tiempo aula de la naturaleza, restaurante y rescatar de la memoria colectiva un antiguo oficio.

La segunda cuestión es seguir potenciando la actividad turística localizada en Isla y centrada como ya hemos apuntado antes en la gastronomía y la playa. Esto ocurre principalmente durante los meses de verano, pues durante el invierno la actividad se centra en las labores cotidianas, la atención a visitantes turistas de fines de semana, y algunos viajes del IMSERSO (realizados por jubilados y promocionados por el ministerio de Servicios Sociales).

Por último, procurar que el desarrollo de todas estas actividades fomente la calidad de vida de sus habitantes, respetando el medioambiente y el patrimonio histórico.

Su objetivo principal está pues, en crear un producto turístico que sea atractivo y competitivo, que responda a una política de desarrollo territorial sostenible frente a la especulación, que sea capaza de crear riqueza y empleo a corto, medio y largo plazo, respetando el entorno y que éste vinculado todo ello a la identidad de la zona.

Pero quizás al principal problema que se enfrenten sea al de crear no sólo infraestructuras destinadas al turista, sino también al autóctono o al que tiene su residencia habitual allí. Estas son mínimas, incluso para acudir al hospital o hacer las compras más habituales han de desplazarse a varios kilómetros, a localidades más grandes y con más servicios. Otro problema es el transporte tan sólo hay un autobús que comunique Isla con el exterior y su horario es restringido (salida a las 9 y las 15 hr. y regreso desde Santander  a las 8 o las 13.30 hr.).

Si bien hasta ahora se ha ido funcionando en este terreno sin ningún tipo de proyecto siendo este reciente, es pues un intento de tomar las riendas y de encauzar de la mejor manera, el desarrollo de la actividad turística, implicando a todos los interesados, autoridades municipales, vecinos y empresarios.

Conclusiones

            Podemos decir que en Isla se viene produciendo una resignificación del espacio, un cambio significativo que comenzó hace aproximadamente unos 30 años y que continua su evolución hacia un espacio turístico frente a uno tradicional, que tiende a desaparecer o a adaptarse a las nuevas demandas del mercado.

Esta adaptación pasa por la mostración y venta de la autenticidad local, de la identidad, de su cultura, su forma de ser y hacer, y que se puede resumir en lo que tanto autóctonos como turistas identifican con tranquilidad, descanso, trato amable y familiar, seguridad y buen comer.

Si es verdad que es un cambio que se está produciendo de forma lenta y que puede permitir ir adaptándose a las nuevas necesidades, sin modificar de manera brusca el entorno y la identidad del lugar, a diferencia de otros lugares de la costa como el Levante español. En este punto es importante el papel que juega el proyecto Ecoparque y la intervención en su elaboración y puesta en marcha de todos los actores implicados.

Como todo cambio es inevitable, bienvenido por unos y no tanto por otros. Las identidades se van modificando en el tiempo, no son estáticas, pero para los más mayores es difícil entender esta necesidad de cambio y adaptación de las nuevas generaciones a la situación actual.

Estas modificaciones, que se están produciendo en Isla, hacen que la verdadera identidad quede resguardada de los ojos de los Otros, en este caso del turista, no sólo no queriendo hablar de determinados temas escabrosos, como la especulación inmobiliaria, sino también  dividiendo tiempos y espacios.

En el caso de los espacios los lugares de trabajo y sus faenas más cotidianas y tradicionales frente a los espacios lúdicos y turísticos dirigidos al visitante.

Y en el caso del tiempo dos épocas el verano como tiempo de trabajo de cara al turista, frente al invierno como tiempo de descanso y de reencuentro con amigos y familiares, una vuelta a la identidad.

Como ya mostré más arriba los conflictos entre actores se dan sólo en el caso de que se traspase el umbral del lugar identitario por los turistas, mientras se respetan los límites  la convivencia es tranquila en los espacios compartidos por ambos.

            Es importante destacar como el municipio se está haciendo con las riendas del desarrollo económico de la zona, sobre todo en lo que respecta a la planificación del desarrollo turístico. Pero quizás deberían prestar atención no sólo a la diversificación de la oferta turística, sino a algo más importante para el futuro, la diversificación económica, no centrando la explotación del lugar solo en una actividad como es la turística, que en su caso es meramente estacional, sino ampliando miras y fomentando otro tipo de actividades. Si bien hay explotaciones ganaderas y alguna que otra fábrica conservera, el principal recurso es el turismo, pero debemos de advertir del peligro de centrar todos los esfuerzos en su desarrollo desatendiendo otras posibilidades, y no precisamente las relacionadas con la especulación inmobiliaria.

La diversificación de la oferta turística y de la economía local, así como la mejora de los servicios e infraestructuras, tanto para turistas como para autóctonos,  son retos a los que Isla se enfrenta en este camino dirigido al desarrollo turístico.

 

Notas

(1) Material cedido por Marta Baranda Tejerina, encargada de  la Oficina Turismo Isla (Cantabria) y que se incluye dentro de la memoria de actividades turísticas de Isla durante el año 2001.

(2)  Material cedido por Marta Baranda Tejerina, Instrumentos de análisis de los recursos y oferta turística-cultural del municipio de Arnuero. Proyecto Ecoparque.

(3) Todos los datos son fruto del trabajo de campo realizado durante el mes de julio de 2002 en Isla, como parte como parte de las prácticas incluidas en “Escuela de Antropología social Julio Caro Baroja” en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Se encuentran recogidos los originales en el archivo Fundación Botín de Santander.

 

Bibliografía

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"El espacio turístico de Chadefaud: un entrevero teórico". En Geographicalia, 1989, Vol. 26, págs. 37-44.

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2000 Breve historia de Arnuero, Castillo, Isla y Soano. Siete villas en el antiguo régimen. Edt. Ayuntamiento de Arnuero.

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 1977 "La cultura al peso: perspectiva antropológica del turismo en tanto proceso de mercantilización cultural" en V. Smith, (Coord.),  Anfitriones y Huéspedes. Madrid, Endimión, 257-279.

MacCanell, D.

 1989 The Tourist. A New Theory of the Leisure Class. New York, Shocken Books, 1989.

Santana Talavera, A.

1997 Antropología y  turismo. Ariel Antropología. Barcelona, 1997.

Veblen, Thorstein

1899 Teoría de la clase ociosa.   Fondo de cultura económica. México. 1971.


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