Perspectivas del Turismo Cultural II
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales

Propuesta de gestión del sitio arqueológico prehispánico de Bajo la Viña (San Salvador de Jujuy).

Dr. Jorge Alberto Kulemeyer *,
Museo y Centro Cultural, "Jorge Pasquini López", San Salvador de Jujuy, Jujuy, Argentina.
E-mail: grupoyav@imagine.com.ar

* Centro Cultural y Museo Jorge Pasquini López
Casilla de Correo 78 - 4600 San Salvador de Jujuy, Argentina.
Correo electrónico: grupoyav@imagine.com.ar

Resumen:

El sitio arqueológico de Bajo la Viña se ubica al interior del espacio urbano de la ciudad de San Salvador de Jujuy. El asentamiento corresponde al Período agroalfarero tardío y se distingue por la gran cantidad de restos de cultura material que denotan la existencia de una población que debió ser una de las más importantes de su época para la región. El lugar se destaca por su posición en el paisaje, caracterizada por proximidad de ecosistemas muy contrastantes entre sí y, consecuentemente, una gran diversidad de posibilidades de acceso a recursos naturales muy variados. Seguramente fueron las características del ambiente natural las que permitieron la instalación y crecimiento del poblado prehispánico y luego la de la actual ciudad capital.

El conjunto constituye una reserva y recurso patrimonial de singular valor cultural, histórico, educativo y turístico que debe ser considerado como una oportunidad única e irrepetible y que, lamentablemente, no es objeto de una acción de preservación y puesta en valor acorde a su jerarquía. Esta contribución está destinada al desarrollo de una propuesta tendiente a revertir esta situación.

Propuesta de gestión del sitio arqueológico prehispánico de Bajo la Viña (San Salvador de Jujuy)


Ubicación del sitio arqueológico de Bajo La Viña:

El actual casco urbano de la ciudad de San Salvador de Jujuy, en el Departamento Dr. Manuel Belgrano, se encuentra en la zona definida como de Valle, formando parte de la cuenca del río Grande como así también de la unidad morfoestructural Cordillera Oriental. El barrio residencial Bajo La Viña está ubicado en el radio urbano de la ciudad de San Salvador de Jujuy sobre la margen izquierda del río Grande, en el sector sudeste de la ciudad. Para llegar a Bajo la Viña, desde el actual casco céntrico. se cruza el puente San Martín, que atraviesa el mencionado curso de agua, para luego andar un par de cientos de metros en la ruta provincial Nº 56 y pasar el puente sobre el Río Chijra. La misma recta asfáltica conduce a Alto la Viña. Los hallazgos se han realizado a ambos lados de la ruta.

Las coordenadas geográficas aproximadas son: 24º 10' 395" latitud S y 65º 7' 284" longitud Oeste. La altura sobre el nivel del mar es ligeramente superior a 1.200 metros. El clima es Subtropical Serrano, con una precipitación media anual de alrededor de 950 mm, de régimen estrictamente monzónico (con hasta un 80% del total anual de las precipitaciones durante el verano). La temperatura media del mes más cálido es de 21 ºC y del mes más frío de 10,5 ºC. Se producen algunas heladas y nevadas invernales.

En la ciudad pueden apreciarse cuatro niveles de terrazas, con mayor desarrollo particularmente hacia la margen derecha del río. Con pocas excepciones, la población de San Salvador de Jujuy se asienta sobre las terrazas fluviales del río Grande. Los niveles de terrazas generalmente están muy marcados por bordes que permiten individualizarlas fácilmente. El tercer nivel, está dado por la terraza "San Salvador" a la que se suma un subnivel IIIa. En esta terraza, donde se asienta el centro de la ciudad, se encuentran la mayoría de los restos arqueológicos conocidos para el área, incluyendo los de Bajo la Viña. La datación tentativa de la terraza de San Salvador sería del Pleistoceno superior-Holoceno (Alcalde et al., 1992 : 184). Los bosques que cubren las serranías, entre los 1.250 msnm de la ciudad y los 2.312 msnm del Cerro Alto del Pajonal, poseen en su estrato arbóreo especies perennifolias y caducifolias. Desde el punto de vista fitogeográfico San Salvador de Jujuy forma parte de la selva de montaña del bosque de transición de Yungas.


Características principales del sitio:

El descubrimiento del yacimiento se realizó a fines de julio de 1995 cuando, al cavar un pozo para la conexión de la red de agua potable a una vivienda, se encontraron restos humanos y se tiestos cerámicos. Inmediatamente se realizó una tarea de rescate en el lugar que, al año siguiente, incluyó excavaciones sistemáticas (Kulemeyer, 1997a y b).

La posibilidad de un hallazgo aislado se diluyó rápidamente hasta transformarse en una preocupación: la de afrontar el rescate de un yacimiento tan importante no sólo desde la perspectiva del conocimiento científico sino también porque se trata de la historia misma de la ciudad. Rápidamente se comenzó a acumular información sobre hallazgos en prácticamente todo Bajo la Viña y barrios aledaños. Generalmente en todo movimiento de sedimentos aparecen restos arqueológicos. La construcción de viviendas tiene un ritmo febril y en los últimos años la superficie edificada cubierta ha comenzado a caracterizar el paisaje que, al inicio de las tareas de arqueología, era un ambiente semi-rural. Estos significa una veloz destrucción y desaparición de un patrimonio único para la ciudad y la provincia de Jujuy.

En realidad aún no se conocen las exactas dimensiones del territorio ocupado por los restos de este asentamiento prehispánico. Los hallazgos demuestran que puede darse por seguro de que se extienden por los barrios adyacentes a Bajo La Viña ubicados en dirección norte, Campo Verde y Chijra a lo que tal vez se deba sumar de los hallazgos esporádicos conocidos para Los Perales. Tampoco aún se conocen cuales son límites del yacimiento arqueológico en lo que atañe a las partes altas de Bajo la Viña y, aparentemente, algunos sectores de Alto la Viña. Sin embargo, y al sólo efecto de ilustrar provisoriamente sobre las dimensiones del sitio y por lo que se ha podido corroborar al presente, se puede asegurar que el asentamiento alcanzó un tamaño superior a la treintena de hectáreas.

Los restos arqueológicos se encuentran habitualmente a pocos centímetros de la superficie actual y generalmente hasta a unos 8 decímetros de profundidad. Sin embargo en algunos sectores, como en la parte norte del barrio, los hallazgos aparecen a más de 2 metros de profundidad, consecuencia de episodios de inundación del Río Chijra posteriores a la ocupación prehistórica que han cubierto con sedimentos aluviales los niveles arqueológicos. En todos los casos los restos materiales de actividad antrópica están asociados a una capa de color oscuro con abundante material orgánico.

Los terrenos de Bajo la Viña fueron usados para el cultivo intensivo, especialmente de maíz y tabaco, hasta hace unos veinte años atrás. Ello resultó perjudicial para los restos arqueológicos ubicados en los sectores de la secuencia estratigráfica más próxima a la superficie actual dado que, para facilitar la labor, se debieron eliminar todo tipo de restos arqueológicos incluyendo los cantos rodados constituyentes de antiguos pircados (se obtuvieron relatos de protagonistas de esta actividad). En muchos casos resulta posible determinar la manera en que la reja del arado afectó la integridad de vasijas cerámicas hasta una determinada altura.

Los dos fechados con que se cuenta para Bajo La Viña fueron procesados por el Instituto Rocasolano de Madrid (España). Uno (CSIC -1088), a partir de huesos de camélido, 645 ± 45 antes del presente (siglo XIII de nuestra era). Esta datación radiocarbónica fue obtenida sobre restos óseos encontrados en el lugar donde se encontró el primer enterratorio humano, pero en la capa de humus de color oscuro suprayacente. El otro (CSIC-1348), es 511 ± 24 BP, y corresponde a restos de carbón vegetal hallados al interior de un recinto de vivienda.

Síntesis de los hallazgos arqueológicos:

La cerámica arqueológica de Bajo la Viña es abundante en cantidad, formas y decoración. Si bien existe un número interesante de variaciones estilísticas la cerámica de Bajo La Viña puede ser caracterizada como mayoritariamente monocroma, de tipo utilitario, de color anaranjado a gris, con manchas de cocción cubriendo grandes partes de la pieza y pocas variantes de pastas y antiplásticos. La pasta es generalmente compacta de arcilla fina, mal cocida, presenta un núcleo de cocción, el antiplástico fino o mediano es de cuarzo, tiestos o rocas esquistosas triturados. No se observa relación de dependencia entre la granulometría del antiplástico con los tamaños de las vasijas. En algunos casos se encuentra antiplástico de pizarra triturada en granos gruesos (> 3 milímetros), en otros casos los granos miden menos de 0,3 milímetros. También se observan partículas de mica dorada. La técnica de elaboración de la cerámica de Bajo la Viña probablemente fue la de enrollado. Las superficies interna y externa de las piezas fueron alisadas y niveladas. En algunos casos se han observado líneas de fractura horizontales en la parte media de piezas grandes en las que se puede observar la forma redondeada del "chorizo" de arcilla original.

El acabado de las piezas generalmente difiere en ambas caras. En la externa se observa un alisado para lo cual a veces se utilizó una herramienta que deja una impronta en la pasta denominada "rayado o marleado" tras lo cual resultó una superficie mejor preparada. En el interior también se observan líneas paralelas de mayor profundidad ejecutadas mediante un instrumento y pueden visualizarse huellas de dedos o manos que quedaron marcadas en la pasta.

En el caso de las vasijas con decoración pintada o engobada, en la cara externa puede apreciarse un acabado más fino, también la pasta esta mejor trabajada y cocida. De igual modo la cara interna difiere en todos los casos de la externa. Entre ambas caras puede variar marcadamente la aplicación del color y/o la técnica de acabado. En diversos casos se observan ciertos parecidos entre las vasijas en cuanto a la forma, no obstante, cada una de ellas poseen rasgos distintivos (incluyendo el tamaño), que le confiere a cada ejemplar un aspecto que las convierte en piezas diferentes a las demás (Figura 1).

Se ha utilizado una pintura o baño sobre superficies (alisadas o no). Esta pintura, por lo general roja o naranja, fue aplicada luego de la cocción, por lo que hoy se pierde con facilidad. Es así que en muchas de las piezas recuperadas solo se observan pequeñas superficies con restos de pintura ya muy desleída, pero que permiten reconocer que las mismas estuvieron pintadas.

Para el análisis de la decoración se han considerado las técnicas de modelado, las incisiones, y la pintura solamente en aquellos casos en que se observan bandas, o motivos figurativos. Se distinguen los siguientes grandes grupos decorados cerámicos: pintados, incisos y en relieve. Una variedad poco frecuente está dada por tres tiestos grabados y pintados de color rojo (Kulemeyer, Echenique, Laguna, 1997).

Las formas y tamaño de la producción alfarera registra gran variedad. La técnica de ornamentación de la cerámica observa por lo general una relación, salvo contadas excepciones, con las dimensiones de las piezas. De esta manera la decoración pintada se encuentra solamente en las piezas de menores dimensiones, por ejemplo: ollitas, pucos y vasos. La ornamentación por incisiones se observa tanto en piezas chicas, probablemente ollitas, vasos y cuencos como en piezas medianas, vasijas de alrededor de 40 centímetros de altura. La decoración modelada por desplazamiento de pasta se encuentra casi con exclusividad en piezas grandes, vasijas de más de 50 centímetros de altura, o de diámetro también mayor a 50 centímetros. Dado que en la muestra disponible sólo cuatro fragmentos poseen decoración modelada por agregado de pasta, es probable que haya sido de uso muy limitado o, tal vez, fueran piezas de origen alóctono. Algunas piezas poseen decoración digital en el borde.

Los materiales cerámicos presentan generalmente la repetición de un motivo único en toda la decoración. Solo se recuperaron tres fragmentos que presentan una combinación de dos motivos diferentes.

Los diseños reticulados pintados en negro sobre rojo están asociados a pequeños recipientes, ya sea a ollitas de cuerpo globular con cuello y borde evertido decoradas en la cara externa, mientras las escudillas y cuencos de bordes evertidos están pintados en su interior generalmente formando triángulos o un diseño de guardas similares a manos (Figura 2). Objetos similares se han observado en el Museo Interdisciplinario de Tilcara en ejemplares procedentes de Volcán (Figura 3).

La decoración incisa, a diferencia de lo que sucede con la pintada, se encuentra siempre en la parte externa de las piezas cerámicas, ornamentando de preferencia los bordes, asas y el cuerpo. No se ha podido recuperar ninguna pieza completa con decoración incisa. La mayor parte de los acabados de la superficie externa de los tiestos con decoración incisa son alisados. La combinación inciso pintado de rojo aparece poco representada en dos grupos de tiestos: uno muy grueso y con una decoración tipo surco o acanalado y otro más fino en el que la pintura cubre todo el tiesto en un caso y en el otro combina bandas de incisos en los costados y en el medio pintadas.

Se ha registrado en la muestra de decorados incisos de Bajo La Viña un grupo de fragmentos de color más oscuro, probablemente resultado de la aplicación de engobe negro, que confiere a la pieza un color gris-amarronado o negro. Los fragmentos corresponden a pared y borde o pared y base, estarían indicando la presencia de la decoración incisa en toda la pieza. La superficie es pulida, los motivos son geométricos: ángulos, triángulos, rombos formados por grupos de líneas paralelas, con o sin relleno de puntos. Al interior de la muestra de hallazgos con este tipo de decoración se diferencia un grupo en el que el ornamento está dado mediante líneas y otro con decoración realizada con puntos; y, finalmente, una tercera clase cuyo decorado está dado por la combinación de líneas y puntos. Algunas características recuerdan tipos de la Cultura San Francisco tanto los grabados o incisos como la decoración digital (Dougherty, 1975).

Resulta interesante la presencia de numerosas vasijas restringidas de gran tamaño y de diversas formas. La mayoría de ellas poseen una base plana, proporcionalmente de pequeñas dimensiones, el cuerpo globular con un punto de inflexión a diferentes alturas, vuelve a reducir su tamaño en un cuello y borde que suele ser evertido. Un grupo distinto está dado por vasijas no restringidas, de las que se ha logrado la reconstrucción total de una de ellas, el diámetro de la boca es de 110 centímetros y tiene una altura de alrededor de 80 centímetros. Si bien aparentemente originalmente fue concebida con base y, consecuentemente, apta para contener líquidos, luego la olla fue cortada de forma tal que se obtuvo una base que le permitió apoyarse sobre una superficie plana y cumplir una función relacionada con el almacenamiento de elementos sólidos (como puede ser el caso de, por ejemplo, el maíz). Se encontraron fragmentos de otras vasijas de características similares, algunos de los cuales presentaban un par de agujeros (ubicados en forma perpendicular al borde de la pieza y a unos diez centímetros de distancia del mismo), que probablemente estuvieron destinados a reforzar la integridad de la pieza. La fabricación de este tipo de ollas debió requerir de gran pericia técnica y hornos de tamaño muy grande.

La talla de material lítico para el uso cotidiano está muy abundantemente representada en Bajo la Viña aplicando gran variedad de conocimientos técnicos en función de objetivos particulares y la calidad de la materia prima. Se aprovechó de manera habitual y frecuente los cantos rodados de cuarcita que podían encontrarse en el río. Son muchos los fragmentos producto de la talla de la piedra. Las puntas de proyectil sobresalen no solo por su belleza estética y la habilidad con que fueron confeccionadas, sino también por la variedad de formas, su gran abundancia relativa en relación a otros asentamientos de antigüedad semejante de la región y las características de la materia prima (vidrio volcánico) que debió ser aportada desde la Puna. Se distinguen distintos tipos de puntas:

triangulares de base recta;
triangulares de base escotada;
triangulares con pedúnculo;
cordiformes de base escotada.

Muchas de ellas tienen los lados con retoque denticulado que en algunos casos es muy fino.

Los restos de talla de material lítico son abundantes y mayoritariamente se trata de lascas de cuarcita con bulbo muy marcado. Es manifiesta la selección de la materia prima de las lascas que han sido confeccionadas a partir de cantos rodados de una cuarcita de color más claro que el resto de las rocas de características similares que se encuentran en los lechos de los cursos de agua cercanos. Las lascas de cuarcita se caracterizan por preservar prácticamente toda la superficie del talón, presentan en la cara dorsal negativos de lascados anteriores; la cara ventral no ha sido trabajada, y frecuentemente no se presentan retoques en sus bordes pero sí son evidentes trazas de utilización por lo que no necesariamente deben ser considerados como simples restos de talla.

Se encontró un alisador de 10 centímetros de largo realizado a partir de rodado alargado de lutita. Muy característicos son los grandes artefactos realizados a partir de cantos rodados cuyo hallazgo es relativamente frecuente en la zona. Se trata de una especie de enormes "chopping-tool" con los bordes adelgazados mediante grandes lascados bifaciales que abarcan gran parte de este artefacto realizado en cuarcita rosada. Los restos de corteza se conservan en la base del instrumento y sobre la parte central de sus caras planas. La función de estos pesados utensilios debió haber estado ligada con actividades del laboreo de la tierra o de la madera. También sobre cantos rodados de cuarcita se confeccionaron grandes raspadores circulares en tamaños muy grandes (en un caso 14 centímetros de ancho por 7 de alto).

Entre los colgantes en piedra sobresale una representación de tortuga en esquisto y una representación esquemática de un oso hormiguero.

Los enterratorios humanos hallados al presente en Bajo la Viña fueron realizados directamente sobre la tierra, por debajo del piso de ocupación. El sedimento donde se acomodaban los restos (con las piernas dobladas en cuclillas) se diferencia a simple vista por su color más claro. En los dos enterratorios en los que las extremidades distales del individuo están flexionadas ofrecen una diferencia en el grado de flexión muy marcada que reflejan modalidades diferentes en el enterratorio que indudablemente fueron intencionales. Uno de los enterratorios posee una suma de elementos distintivos: las extremidades distales flexionadas con las rodillas a la altura del pecho (a diferencia del ligero grado de flexión que muestra otro ejemplar encontrado), parte de los huesos estaban quemados (a la altura de la parte inferior del cráneo y el tórax) y no se encontró ninguna pieza cerámica asociada, a manera de ajuar, como en los otros casos.

Llama la atención que los cráneos encontrados en Bajo la Viña (al menos siete individuos) posean en todos los casos deformación artificial. Esto parece no ser fruto de la casualidad ya que los mismos estaban en distintos lugares del sitio y no estaban reunidos formando cementerios. Todo ello sugiere que la práctica de la deformación craneal era sino generalizada, al menos bastante común. Se ha comprobado la deformación del tipo tabular, que se aplicaba a los recién nacidos con tablillas y vendas. Las hay de dos tipos en Bajo La Viña: tabular oblicua (sobre el frontal) y tabular erecta (sobre el occipital).

Existen muchos datos cuyo valor aún no puede ser verificado. No se conocen aún si los enterratorios tenían una ocupación especial en la organización del espacio en el asentamiento. Queda por saber si las prácticas aquí detectadas eran iguales en todos los sectores de la instalación prehispánica o, también, si las sepulturas de adultos seguían modalidades propias. Incluso es muy probable que al interior de los límites del espacio que marcan los enterratorios encontrados hayan habido otras inhumaciones.


Los restos de una vivienda

La gran cantidad de restos de actividad humana encontrados presupone una existencia de un buen número de viviendas para cubrir las exigencias propias de un poblado de grandes dimensiones. La crónica histórica (Conti, 1992) redactada en tiempos cercanos al abandono del asentamiento, habla de la presencia de abundantes restos de edificaciones. Sin embargo se deben considerar varias situaciones o factores que actualmente conspiran contra las posibilidades de hallazgos de estructuras habitacionales o cualquier otro tipo de construcciones:

* las condiciones de rápida depositación de sedimentos originadas en las características del clima y la geomorfología;

* en esta zona existía una amplia gama de recursos naturales de carácter perecedero de aplicación masiva en la construcción (vegetales y cueros). También los "adobes" (ladrillos de barro) se diluyen con el transcurrir del tiempo al estar expuestos a las inclemencias del climáticas;

* la abundante vegetación y las viviendas actuales que limitan la visibilidad de estructuras

* las tareas agropecuarias de décadas pasadas que siempre implicaron la tarea de apartar las rocas, en especial aquellas de mayor tamaño como las usadas para la construcción.

Debido a estas circunstancias sólo se ha podido localizar al presente algunos "pircados" (paredes de baja altura construidas por cantos rodados canteados) en distintos lugares de Bajo la Viña. Generalmente son longitudinales y de diversas dimensiones que no sobresalen a la superficie del terreno actual. Hay también pircados que sobrepasan claramente este nivel pero consideramos que debe tratarse en estos casos de construcciones más recientes relacionadas con las actividades agropecuarias.

Se excavaron sistemáticamente los restos de un recinto habitacional del cual se conservaban, bajo la superficie actual del suelo, paredes bajas de grandes cantos rodados que debieron constituir paredes pircadas. Por las características de los hallazgos muebles realizados en su interior y su zona perimetral, se trata de un recinto que fue destinado a la habitación humana. La forma del conjunto es oval alargada donde los cantos rodados algunos cantados, estaban parcialmente dispuestos en doble hilera, separadas entre sí por una distancia de alrededor de 60 centímetros (Figura 4).

Las dimensiones totales exactas de la vivienda no se han podido precisar debido a que el trabajo de excavación no llegó a su término pues el lugar fue arrasado por maquinarias como parte del proceso de construcción de viviendas. Sólo las paredes norte y sur fueron descubiertas por completo y la distancia entre estos dos muros es de unos 3,50 metros de largo. Desde la pared oeste hasta donde se pudo excavar hay 5,80 centímetros de largo. La longitud máxima del recinto tiene una dirección este-oeste. La pared este del recinto que todavía no había sido descubierta al momento de la destrucción del recinto. Probablemente sólo faltaban excavar 3 metros cuadrados para descubrir toda la superficie de la estructura. A través de la reconstrucción del recinto se pudo calcular la superficie que es de alrededor 21 metros cuadrados y de planta rectangular con los ángulos ligeramente redondeados. En el recinto se identificó una entrada que está ubicada en el sector sudeste del recinto. Se considera que se trata de la entrada pues en este lugar se observa una interrupción de la hileras de piedras por un espacio de 80 centímetros. Además en ese corte se observan unas piedras que cierran y unen las dos filas de piedras. Es la única entrada que se ha podido detectar.

Las piedras que dibujan el recinto son grandes bloques de cuarcita, seguramente extraídas del río Grande y de sus afluentes cercanos (Río Chijra, Arroyo de la Escuela y el Arroyo Higuerillas), que discurren próximos al sitio y que durante el período estival son ríos de mucha energía. Prácticamente no se han encontrado rocas de estas dimensiones en la zona excavada que no correspondan a este pircado. Ello está relacionado con una cuestión de funcionalidad y el esfuerzo que significa acarrear estos materiales. Algunas piedras se encontraron derrumbadas de la pared donde originalmente estaban alineadas con respecto a lo que debió ser su posición original. En parte los rodados han sido canteados en su porción inferior para que se apoyen mejor en el suelo o para facilitar el calzado entre las rocas. El ejemplo más claro en este sentido está dado por el canto rodado que ha sido canteado a lo largo de los 51 centímetros de largo que tiene su base con lo cual fue rebajado (o adelgazado) unos cuatro centímetros con lascados cuyos negativos aparecen formando entre 2 y 6 hileras en una franja de unos 6 centímetros de espesor. Los restantes rodados fueron puestos en estado natural, sin ningún otro trabajo aparente.

En el sector este del recinto, a poca profundidad con respecto al horizonte actual y antes de llegar a descubrir la base de las demás piedras que formaban parte de los limites del recinto, se encontraron gran cantidad de rodados (muchos de ellos fragmentados) de hasta aproximadamente unos 10 centímetros de diámetro máximo que estaban agrupados como si hubieran constituido un piso o si se hubieran destinado a cubrir objetos especiales ubicados más abajo (que no se encontraron).

En el sector este del recinto, se descubrieron dos agrupaciones de piedras que estaban alineadas en forma paralela. Las piedras estaban trabajadas y eran un poco más pequeñas (hasta 15 centímetros de diámetro) que las del resto del recinto. No parecen ser parte del derrumbe de las paredes del recinto. Se encontraron gran cantidad de fragmentos de cerámica y restos de talla de material lítico, cuyas características aún no han sido estudiadas exhaustivamente en relación a su ubicación espacial. De todas formas cabe señalar que restos de este tipo se encontraron tanto al interior como al exterior del recinto. Sin embargo, sólo hemos encontrado vasijas de gran tamaño en el interior del recinto. Los hallazgos más destacados son:

* por debajo del recinto se encontró un enterratorio humano. El hallazgo fue realizado al momento en que parte del sitio fuera destruido por una retroexcavadora, la cual dejó al descubierto los huesos, en el perfil, de un relicto de excavación que quedó de las cuadrículas 21/4 y 21/5;

* en el sector sud-sudeste se encontraron restos óseos humanos (hueso parietal), asociados a huesos largos de camélidos y muy cerca de la hilera de piedras.

* dentro del recinto en el sector nor-noroeste se encontró una olla diseminada en un gran número de fragmentos que se logró reconstruir en su totalidad. La altura de esta olla es de 90 centímetros;

* en el sector sudeste del recinto encontramos otra vasija muy fragmentada cuyos restos estaban diseminados en una superficie relativamente reducida, de alrededor de un metro cuadrado. La altura de 78 centímetros aproximadamente. Aparentemente pudo estar apoyada en la pared, ya que, por debajo de algunas piedras derrumbadas se encontraron tiestos de la misma pieza;

* en la pared norte del recinto, formando parte de las piedras que estaban derrumbadas, se encontró un mortero de 24 centímetros de largo, 20 de ancho y 8 centímetros de espesor realizado en un material granítico;

* al igual que en el resto del sitio excavado en el recinto se hallaron puntas de
proyectil de bases pedunculadas y, en mayor medida, escotadas, en gran cantidad. La materia prima predominante es el vidrio volcánico de color negro proveniente de la Puna lo que implica vínculos con un territorio distante y de características ecológicas por demás disímiles con respecto a Bajo la Viña;

* se rescató una parte de un objeto cerámico de color negro, constituye la pared común de tres recipientes circulares de poca profundidad, con agujeros que los vinculan entre si. Los recipientes están bien alisados o casi pulidos por dentro. Dada la fragmentación del hallazgo no es clara su función original pero pudo haber posibilitado que varias personas consuman un mismo líquido simultáneamente (¿de función ceremonial?);

* dientes de Tayassuidae ("chancho del monte");

* en el sector noreste del recinto sobre una piedra se halló una pieza de cobre de unos 3,2 centímetros de largo, 0,4 centímetros de ancho y 0,2 de espesor, que estaba aplastada en uno de sus extremos en forma de espátula y del otro lado presenta un "gancho";

* un mortero realizado a partir de un canto rodado de cuarcita de unos 29 centímetros de largo, 24 de ancho y 12 de espesor.


Hallazgos arqueológicos cercanos a Bajo la Viña:

En prácticamente la totalidad de los barrios de la ciudad de San Salvador de Jujuy se han localizado restos arqueológicos. Seguramente al menos parte de los restos encontrados en Campo Verde, Campo Azul y Chijra corresponden al sitio que aparentemente alcanza su mayor extensión en Bajo la Viña. A los hallazgos de Los Perales conocidos desde hace ya muchos años (Dougherty, 1975) debemos agregar la mención de artefactos localizados recientemente en el Jardín Botánico Municipal. Los restos de materiales agroalfareros observados en la Finca Balut de Alto la Viña aparentemente tienen características distintas en relación a los hallazgos de los sectores más bajos del valle.

De los numerosos hallazgos realizados en terrenos del ejército, en las terrazas más elevadas de Alto Padilla ya ha hecho mención Viana (1991) al igual que de otros en la zona de los barrios de Sargento Cabral y Alto Comedero. A principios de la década pasada se realizaron sondeos que permitieron el hallazgo de materiales arqueológicos líticos, cerámicas y óseos en Mariano Moreno y en Los Huaicos.

De las proximidades al casco urbano se conocen hallazgos de La Almona, Los Alisos, Las Pircas, Las Maderas, entre otros. Recientemente se han realizado trabajos en el sitio Los Molinos que se encuentra en la margen izquierda del endicamiento del río Grande de Jujuy a la altura del paraje Los Molinos y del mismo se conoce un fechado radiocarbónico (Beta-128403) de 270 + 80 BP. El material analizado (carbón vegetal) procede de una reducida excavación arqueológica de rescate realizada en el lugar. El fechado corresponde a tiempos de la colonización española en tanto que los materiales encontrados se asemejan a los encontrados en el sitio de Bajo la Viña con el que registra proximidad geográfica. El fechado puede ser considerado coherente con los hallazgos realizados, en cuyo caso se estaría ante un dato relevante en cuanto a la historia de los asentamientos en el valle de Jujuy. Los trabajos realizados en Los Molinos correspondieron a un sector marginal del yacimiento debido a su proximidad al cauce del río con una situación inestable para una ocupación prolongada, a diferencia de lo que ofrecen los terrenos adyacentes más altos. Esto permite suponer que queda intacta la posibilidad de continuidad de las investigaciones de campo que, en este contexto, se presentan como la llave para quien quiera conocer el destino de los habitantes indígenas en los primeros tiempos de la colonización española y las características de la coexistencia entre los dos grupos. Se considera como prácticamente indudable que los hallazgos que aquí se presentan correspondan a un sector marginal de un asentamiento de mucha mayor extensión y riqueza de hallazgos. El conocer las dimensiones y características reales del sitio daría oportunidad de avanzar grandemente en la historia ocupacional del Valle de Jujuy.


Consideraciones finales:

En la actualidad se conocen gran cantidad de vestigios arqueológicos en San Salvador de Jujuy, los cuales en su casi totalidad parecen corresponder a los tiempos próximos a la llegada del español a estas tierras. Recientemente se han descubierto restos que reflejan una clara influencia incaica. El territorio parece haber tenido, especialmente en lo que respecta a Bajo la Viña, una población importante. La gran abundancia y variedad de hallazgos, incluyendo numerosas ollas de tamaño extraordinariamente grande, testimonian la presencia de una población que ser muy importante en relación a otros asentamientos contemporáneos de la región. El lugar resultaba geográficamente estratégico por su posición en el paisaje que favorecía el intercambio y acceso de bienes característicos de los distintos ecosistemas próximos, absolutamente contrastantes entre sí.

Salvo alguna probable excepción (el sitio ubicado en la terraza alta, próximo al Hospital Psiquiátrico), no se conoce hasta el momento, la presencia simultánea en el registro arqueológico de asociación de restos que indiquen tanto una manifestación indígena como europea. San Salvador de Jujuy fue fundado en tres oportunidades, incluso, se menciona la posibilidad de una toma de posesión anterior a cargo de Hernán Gómez, soldado de Diego de Almagro. Estos hechos hablan tanto de la importancia estratégica que se daba a esta porción de la geografía del antiguo Virreinato del Perú como de las dificultades que había para lograr la posesión y/o dominio del territorio.

La mayoría de las crónicas y los historiadores coinciden en destacar que esta zona fue escenario de frecuentes enfrentamientos étnicos entre grupos de tradiciones culturales muy diferentes como lo eran los habitantes de las tierras altas y los grupos chaqueños. De todas formas existió la posibilidad de un asentamiento de dimensiones muy importantes y estable a lo largo de un lapso de tiempo prolongado. Las dataciones radiocarbónicas disponibles y los hallazgos realizados permiten presumir la posibilidad de una continuidad incluso superior al centenar de años.

Los dos fechados dan cuenta que el asentamiento fue muy extenso por lo necesariamente debemos concluir que para su formación y consolidación debió transcurrir un tiempo prolongado. Se continúa con los trabajos para llegar a datos referidos a las fechas de inicio, apogeo y abandono de la ocupación como así también sobre la caracterización cultural de todo el proceso. A lo largo del tiempo, ¿ha sido siempre el mismo grupo étnico que dominó el lugar?; ¿ha habido alternancia en la posesión de este asentamiento?; ¿cuál es la razón de la presencia de distintos tipos de restos cerámicos que generalmente los arqueólogos han relacionado con grupos de zonas ecológicamente contrastantes?; ¿es posible realizar una asociación de determinados tipos cerámicos y alternativas de la ocupación?; ¿qué sector fue ocupado en primer término?; ¿cómo ha sido la evolución de la extensión territorial de la ocupación? Son preguntas que, sumadas a los intereses prácticos de la comunidad actual, requieren de la continuidad de las investigaciones.

Resulta necesario y urgente adoptar las medidas que permitan la salvaguarda del patrimonio arqueológico de San Salvador de Jujuy y sus barrios. En particular, el yacimiento arqueológico de Bajo la Viña que es objeto de una destrucción descontrolada.


Agradecimientos

A Mónica Echenique, por sus aportes y aclaraciones y correcciones. A Luis Laguna y Johanna Meyer por la realización de los dibujos.

A la SECTER-UNJu y a la Volkswagen Stiftung, gracias a cuyo apoyo se pudo desarrollar la investigación de laboratorio.


Bibliografía citada:

ALCALDE, J. A.; SOLÍS, N. Y KULEMEYER, J. J., 1992. Mapa Geomorfológico de San Salvador de Jujuy. Jujuy. Argentina. Cuadernos 4 : 183-186. San Salvador de Jujuy.

CONTI, V., 1992. Jujuy en sus documentos. Recopilación del Archivo Capitular de Ricardo Rojas. Universidad Nacional de Jujuy.

DOUGHERTY, B., 1975. Nuevos aportes para el conocimiento del Complejo Arqueológico San Francisco (Sector Septentrional de las Selvas Occidentales, Subárea del Noroeste Argentino). Tesis para optar por el grado de Doctor en Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Plata. Manuscrito.

KULEMEYER, J. A., 1997a. El sitio agroalfarero de Bajo la Viña (San Salvador de Jujuy). Informe inédito, 188 páginas. Buenos Aires. Consejo Federal de Inversiones.

KULEMEYER, J. A., 1997b. Una incursión por el San Salvador de Jujuy prehispánico. XUXUY Ciencia&Tecnología. Año 1, Nº 2 : 9-12.

KULEMEYER, J. A.; ECHENIQUE, M.; LAGUNA, L., 1997. La cerámica con decoración incisa y modelada de Bajo la Viña, San Salvador de Jujuy (Argentina). Cuadernos 9 : 87-110.

VIANA, A., 1991. Los asentamientos prehispánicos en el valle de Jujuy (1536-1595). Tesis de licenciatura inédita de la FHyCS, Universidad Nacional de Jujuy. Manuscrito.



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