Perspectivas del Turismo Cultural II
La gestión del turismo y sus problemáticas desde visiones sociales

Turismo Arqueológico en Antofagasta de la Sierra (Catamarca, Argentina): Una Propuesta en Curso

Carlos A. Aschero *
Ricardo F. Haedo **
Jorge G. Martínez *
María del Pilar Babot *
Salomón Hocsman *
Sara M. L. López Campeny *
Víctor H. Ataliva *
Álvaro R. Martel *
M. Lorena Cohen *

(*) Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Instituto de Arqueología y Museo (IAM).

(**) Plan Social Agropecuario, PROINDER.

MARCO DE ACCIÓN

Diversas investigaciones desarrolladas en las últimas dos décadas y en curso, han puesto de manifiesto el alto potencial arqueológico del departamento Antofagasta de la Sierra, el más extenso y menos poblado de la provincia de Catamarca (NOA). Su altitud media sobre el nivel del mar y su biogeografía lo sitúan en el ambiente de la Puna meridional argentina, con acentuadas condiciones desérticas y predominio de los paisajes originados a partir de procesos volcánicos de gran magnitud y de distintas antigüedades. Las tres poblaciones de mayor importancia, Antofagasta de la Sierra, El Peñón y Antofalla, se ubican entre los 3200 y 3500 msnm y están enmarcadas en estos imponentes paisajes en los cuales las vegas fértiles, los volcanes y cerros coloreados juegan distintos contrastes con el fondo del desierto.

A pesar de la escasez y la heterogénea distribución de recursos hídricos, faunísticos y vegetales en este árido ambiente, Antofagasta fue testigo de la ocupación de sus diversos espacios por parte de grupos humanos desde hace, al menos, 10000 años -en los inicios mismos del Holoceno- tal como lo evidencian, por ejemplo, las investigaciones arqueológicas realizadas en el sitio Quebrada Seca 3 (Aschero 2000). Desde estas tempranas ocupaciones hasta la actualidad, se vieron cristalizados diversos procesos de cambio cultural que han marcado la evolución y el desarrollo de las poblaciones locales que se sucedieron en un mismo espacio. En este sentido, el registro arqueológico de Antofagasta de la Sierra refleja la creciente complejidad de las sociedades puneñas, desde antiguos cazadores a grupos agro-pastoriles, quienes bajo nuevas modalidades socioeconómicas modificaron su modo de vida. Tal como ocurrió en todo el NOA, esta cuenta larga de historia en el desierto puneño tuvo como gran quiebre en su devenir histórico el momento de “contacto” hispano-indígena, marcando el inicio del fin de las sociedades indígenas locales.

No obstante este choque cultural, continúan presentes entre los pobladores locales diversas prácticas tradicionales que incluyen la producción, elaboración y uso de múltiples recursos, la transmisión oral de creencias y valores ancestrales que, en conjunto, constituyen aspectos característicos de las poblaciones puneñas y que las diferencian de otras del NOA.  

En el contexto actual del país, en el cual el patrimonio histórico, arqueológico y antropológico ha incrementado exponencialmente su valor como una posible vía para el desarrollo y uso sustentable, las comunidades locales han iniciado un proceso de revalorización de sus recursos culturales y están reclamando una participación activa en su gestión y aprovechamiento, así como la colaboración y asesoramiento de las instituciones y los profesionales pertinentes.

A los fines de dar respuestas a estas inquietudes, y considerando que el manejo de los bienes patrimoniales debe estar enmarcado en una política de manejo de los recursos culturales (sensu Molinari 1998 y Molinari et al. 2001), esta propuesta presenta un plan para el uso público y sustentable de los bienes arqueológicos de un sector de la microregión de Antofagasta de la Sierra (1). Los objetivos más amplios de dicho proyecto son:

- Establecer las bases para un desarrollo local sustentable, a partir del manejo de los recursos naturales y culturales de la microregión de Antofagasta de la Sierra;

- Proveer servicios de capacitación sobre aspectos informativos, de gestión y conservación del patrimonio en el marco de los cuales tenga lugar la circulación turística vinculada con los aspectos histórico-culturales, agro-pastoriles y paisajísticos;

- Generar, a partir del conocimiento de los bienes culturales investigados por la arqueología y la antropología, actitudes creativas en las comunidades que se reflejen en la producción artesanal y agroindustrial; y

- Mejorar la calidad de vida de los pobladores locales -en general- y de los pequeños productores -en particular- a partir del manejo sustentable de los recursos naturales y culturales.

La consecución de estas metas requiere de:

- La realización de tareas de extensión y capacitación en la comunidad en relación con la preservación de los recursos culturales;

- La puesta en valor de sitios arqueológicos e históricos de distintos períodos, los que proporcionarán una visión dinámica del proceso socio-cultural regional;

- El mejoramiento de las actividades de producción agrícola-ganaderas y artesanales;

- La generación de lugares específicos de venta de productos artesanales; y

- La creación de nuevas fuentes de trabajo para los pobladores locales y una mayor estabilidad laboral para las ya existentes.

PROPUESTA EN CURSO

Cuatro aspectos centrales de la economía regional hacen a la problemática que impulsa este proyecto: el primero es que (a) la actividad agropecuaria y la generación de materias primas locales -para la realización de artesanías con marcados componentes tradicionales- tienen fuertes restricciones para su expansión, y esto se agrava cuando se trata de pequeños productores, con exiguos recursos en bienes de capital o ingresos per cápita. El segundo (b) es que, sin embargo, estos productores viven en medio de un paisaje que, tanto desde el punto de vista natural como cultural, tiene un gran potencial de desarrollo turístico. El tercero (c), es que la afluencia turística nacional e internacional interesada en dichos recursos se ha incrementado notablemente en los últimos tiempos. El cuarto (d), tiene que ver con una perspectiva global en la cual el Estado, al no disponer de los recursos necesarios para el cuidado del patrimonio natural y cultural, no ha asumido una política de largo alcance para lograr una protección efectiva  de ese patrimonio (2).

La propuesta del presente proyecto, tiene como meta establecer una alternativa para la expansión de las actividades agrícola-ganaderas (problemática "a"), conjugando la inversión actual de trabajo en la producción agropecuaria con el potencial turístico de los recursos naturales y culturales locales (problemática "b"), mediante la implementación de circuitos turísticos. Esta constituiría una estrategia válida frente a las alternativas de inversión de capital gestionadas (o por gestionar) por la Municipalidad de Antofagasta de la Sierra para lograr una mayor afluencia turística (problemática “c").

Dichos circuitos estarían articulados sobre la base de la visita a emplazamientos productivos y sitios arqueológicos ubicados en su entorno, seleccionando -entre estos últimos- aquellos que muestren la mayor variabilidad de aspectos vinculados con el desarrollo cultural local, en su relación con los recursos naturales y paisajísticos. Estos circuitos serían una oferta complementaria de turismo rural y cultural para aquellos visitantes atraídos exclusivamente por la observación de avifaunas y el marco natural, a la vez que una oferta central para quienes busquen conocer estos recursos del patrimonio cultural en estrecha relación con los paisajes del desierto.

Como una de sus bases fundamentales, el proyecto propone un plan de transferencia de los conocimientos generados por las instituciones científicas mediante la capacitación de miembros de la comunidad de Antofagasta; consecuentemente, serán ellos quienes cumplan con las tareas de control y preservación del patrimonio natural y cultural (problemática "d"). Esto es, poner en manos de los pobladores locales la realización de estas tareas, al mismo tiempo que se generan fuentes de trabajo alternativas a las ya existentes.

La factibilidad de este proyecto radica en las particularidades de una producción agropecuaria que ha mantenido históricamente una coherencia en la explotación de los camélidos andinos -llamas y vicuñas- como ejes de la producción de materias primas para el consumo y la elaboración de productos de intercambio. Ejemplos de esto lo constituyen una serie de hallazgos arqueológicos -resultado de numerosas investigaciones sistemáticas- y que nos ubican temporalmente desde las más antiguas sociedades cazadoras-recolectoras y las sociedades productoras agro-pastoriles iniciales, hasta la presencia de los enclaves de la organización estatal incaica (cf. Aschero 1987 y Olivera 1995). Antofagasta de la Sierra es extremadamente rica en yacimientos arqueológicos de esos distintos períodos y los estudios realizados desde 1982 por distintos investigadores e instituciones (ver Instituciones Participantes), están proporcionando una secuencia cuya profundidad temporal y diversidad de situaciones adaptativas es única en el NOA y relevante para la historia prehispánica del actual territorio argentino.

Sin embargo, el componente arqueológico no puede ser considerado independientemente de la riqueza antropológica que atesora el departamento de Antofagasta de la Sierra (cf. García y Rolandi 2000a y 2000b). La memoria viva de individuos y comunidades que constituyen las líneas de descendencia de las poblaciones originarias, es una parte del patrimonio cultural que debe ser preservado para las generaciones del futuro. Esa memoria vigente es la clave no sólo para acercarnos a los procesos socio-culturales del pasado sino para generar una identidad cultural que sea una herramienta para el futuro de estas comunidades. Arqueología y Antropología, vinculadas en circuitos y en planes de transferencia y capacitación, proponen situar la diversidad cultural como eje temático y como propuesta de rescate de un pasado y presente, cuya riqueza y complejidad de situaciones puedan ser conocidas e instrumentadas por esas comunidades como materia prima de su propia identidad. El contenido de esa transferencia toca de lleno el problema de la preservación de los recursos culturales (problemática "d").

Cada uno de los circuitos estaría conectado con el Museo del Hombre de Antofagasta de la Sierra y con Centros de Interpretación destinados a contener la información básica para la comprensión de los recorridos. Estos funcionarían, a su vez, como lugares de venta de productos artesanales y de la producción agropecuaria local, operando como bocas de expendio para los pequeños productores. Aparte de estas ventas directas, los grupos de productores vinculados a cada circuito recibirían una parte importante de los ingresos devenidos por pago de entradas a centros de interpretación y servicio de guías. Las visitas guiadas se plantean como única alternativa posible para el acceso a los circuitos a los fines de garantizar su preservación, comprometiendo el resguardo de los sitios arqueológicos por parte de los residentes próximos a ellos.

El plan de transferencia y capacitación contempla la realización de cursos en escuelas de las localidades involucradas, formación de guías y custodios locales, edición de folletos informativos de cada circuito y de la cartelería alusiva. Los guías serán alumnos de la Escuela Primaria y Secundaria de Antofagasta de la Sierra, incluyendo también egresados de las mismas, mientras que los custodios serán los residentes rurales de las distintas localidades consideradas en el presente proyecto.

Una parte de los esfuerzos deben ser puestos, asimismo, en recuperar los testimonios orales que dan cuenta de las producciones culturales pasadas, el uso de los recursos naturales o las formas de organización social para convertirlos en documentación escrita, gráfica o audiovisual. Esto equivale a decir que tanto el Museo local como los Centros de Interpretación deberían incorporar elementos de esos testimonios, la historia conocida por los pobladores locales como parte del acervo a exhibir ante el visitante o turista.

La comunidad en general, los niños y jóvenes que están realizando sus estudios y los turistas que visitan Antofagasta, van a acceder a la información disponible desde las investigaciones arqueológicas y, por lo tanto, deben ser destinatarios de mensajes claros y acordes con la diversidad de formaciones y situaciones que ellos representan.

INSTITUCIONES PARTICIPANTES

Para que sea factible la realización de esta propuesta, es necesaria la participación activa de distintas instituciones involucradas con la problemática cultural y rural, capacitadas para gestionar y dar respuestas pertinentes a los diferentes requerimientos del plan:

- Programa Social Agropecuario-PROINDER: Asesoramiento y gestión de proyectos referentes a producciones agrícolas y/o ganaderas locales que pudieran usar los Centros de Interpretación y/o las casas de los productores próximas a los circuitos arqueológicos como lugares de expendio de manufacturas o productos artesanales. Proyección de otros circuitos de visita a actividades productivas tradicionales.

- Dirección de Antropología de la Provincia de Catamarca: Supervisión general del Proyecto aplicando las normas legales vigentes en relación al patrimonio arqueológico y antropológico  provincial.

- Municipalidad de Antofagasta de la Sierra: Co-organización de los grupos de guías capacitados por las instituciones abajo indicadas. Control del ingreso a cada circuito y co-administración de los fondos con participación de los propietarios de campos involucrados en cada circuito. Co-participación anual de los fondos con los propietarios y/o la Asociación de Productores. Reserva de un Fondo de Mantenimiento de los circuitos. Archivo de informes de monitoreos anuales de sitios y administración del Registro de Visitas.

- Instituto de  Arqueología y Museo (IAM), Facultad de Ciencias Naturales e Instituto M. Lillo, UNT (Tucumán): Consecución de los Proyectos de investigación en curso subsidiados por organismos científicos nacionales en el área de interés. Acciones de monitoreo e informes correspondientes a los sitios en estudio. Trabajos de campo y laboratorio vinculados con los mismos. Transferencia y capacitación de guías y custodios de sitios.

- Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), Secretaría de Cultura de la Nación: Consecución de los Proyectos de investigación en curso subsidiados por organismos científicos nacionales. Acciones de monitoreo e informes correspondientes a los sitios en estudio. Trabajos de campo y laboratorio vinculados con los sitios investigados. Nexo con la Secretaría de Cultura de la Nación y -conjuntamente con la Dirección de Antropología de Catamarca- con la Administración de Parques Nacionales en relación al manejo de los recursos culturales dentro del proyectado Parque Nacional y Reserva “Las Parinas”. Transferencia y capacitación de guías y custodios de sitios.

- Fundación TIEMPOS (ONG, Registro Personas Jurídicas Nº 650, San Miguel de Tucumán): Búsqueda y administración de fondos privados para aplicar en la preservación del patrimonio arqueológico, trazado de los circuitos, instalación de cartelería y folletería y realización de los monitoreos en los sitios en estudio desde el IAM.

- Asociación Amigos del INAPL: Búsqueda y administración de fondos privados para aplicar en la preservación del patrimonio arqueológico, trazado de los circuitos, instalación de cartelería y folletería y realización de los monitoreos en los sitios en estudio desde el INAPL.

PLAN DE MANEJO PILOTO DEL CIRCUITO TURÍSTICO CULTURAL PUNTA DE LA PEÑA – PEÑAS COLORADAS

Se propone un circuito de 18 km desde la localidad de Antofagasta de la Sierra, destinado a la visita de sitios arqueológicos de distintos períodos de la historia indígena prehispánica y posthispánica local, ubicados en el curso medio del Río Las Pitas (Figura 1). Este incluye el montaje de un Centro de Interpretación que concentraría -en paneles, como modalidad expositiva- la información sobre los sitios que forman parte de esta visita. La modalidad propuesta es la de visita guiadas a cargo de guías locales, formados por los grupos de investigación activos en el área.

Figura 1. Microrregión de Antofagasta de la Sierra con algunas de las localidades arqueológicas que integran el circuito turístico propuesto. Tomado de Aschero (1999: 98).

Se plantean dos fases para la puesta en marcha del circuito: la primera, incluiría la visita a seis sitios arqueológicos con arte rupestre en abrigos rocosos y a cielo abierto, ubicados temporalmente en el lapso de 4200 a 400 años AP (años radiocarbónicos antes de 1950). La segunda fase sumaría: un sitio con evidencias paleontológicas de fauna extinta finipleistocénica (cf. Powell et al. 2001), un sitio con grabados rupestres correspondiente a grupos agro-pastoriles prehispánicos, un sitio de momentos tardíos de los Desarrollos Regionales y/o Inka y un sitio histórico rural (de fines del siglo XIX y principios del siglo XX), perteneciente al primer asentamiento de la familia Morales, actual propietaria de las tierras involucradas.

Los objetivos del plan son: a) diseñar un circuito que pueda representar una experiencia piloto para la exhibición, comprensión, preservación y manejo del patrimonio arqueológico-antropológico de Antofagasta de la Sierra; y b) dar participación activa a los pobladores rurales residentes en las proximidades del circuito, tanto en los beneficios que resulten de la explotación turística del recurso patrimonial, así como de la preservación del mismo.

Fase 1: Sector Punta de la Peña

Se propone como punto de partida el Museo del Hombre de Antofagasta de la Sierra, donde cada grupo de visitantes deberá contratar un guía local (no más de 10 personas por guía). El trayecto inicial previsto llega hasta la localidad de Punta de la Peña, a 8 km de la población de Antofagasta de la Sierra, donde el guía mostrará la documentación gráfica y réplicas existentes en el Centro de Interpretación montado ad hoc. Para el referido Centro se propone la construcción de una habitación de materiales mayoritariamente locales -basamento de pirca con adobe, techo torteado con incorporación de chapa de fibra de vidrio translúcidas para iluminación cenital- de 8 m x 4 m cubiertos y galería de 8 m x 3 m, utilizando parte de la pared de roca existente. Se lo ubicaría en terrenos de Don Vicente Morales, con consentimiento y concesión de comodato establecida ante juez local. En este Centro, el visitante observará: a) paneles conteniendo información gráfica, fotográfica y escrita sobre los distintos sitios conocidos en este sector, su ubicación cronológica y su importancia en la problemática arqueológica regional; b) información sobre los circuitos pedestres a realizar; c) una maqueta -a escala- en la que estará contemplada la ubicación de los sitios y la información sobre vegetación, fauna, recursos líticos y minerales existentes actualmente en los sectores colindantes y que podrían haber sido empleados por las poblaciones prehistóricas locales; d) información referente a los estilos del arte rupestre que se observará en los distintos sitios del circuito y sus relaciones con otros sitios de la microrregión de Antofagasta de la Sierra; e) información sobre los cambios paleoambientales del Pleistoceno final-Holoceno, y sobre las características físicas y etológicas de las distintas especies de fauna extinta conocidas para los sitios Cueva Seca y Cacao-1.A; f) información sobre la genealogía de los pobladores actuales, la familia Morales, sus asentamientos fijos y puestos de pastoreo y las actividades de producción a través del tiempo. El Centro de Interpretación podrá ofrecer, además, la venta de elementos de factura artesanal durante una segunda fase de habilitación del circuito. No se permitirá el acceso al Centro ni a los sitios a grupos que no lleguen con los guías de Antofagasta de la Sierra.

Desde aquí se realizará -en una primera fase de habilitación del circuito- la visita a tres sitios correspondientes a distintas épocas de ocupación: Arcaico tardío, Formativo, Desarrollos Regionales e Indígena de momentos contemporáneos a la presencia hispánica en los valles mesotermales y tierras bajas, siendo opcional la visita de la oquedad natural que contenía los restos del fardo funerario del "Bebé de la Peña", exhibidos en el museo local. Todos estos sitios están ubicados en un radio no mayor de 500 metros desde el Centro de Interpretación, y son los siguientes:

1. Punta de la Peña 4: es un abrigo rocoso con grabados y pinturas rupestres de distintos estilos y épocas. Se podrán observar testigos expuestos de recintos circulares de piedra de las ocupaciones arcaicas tardías (4200 a 3800 AP) y de los niveles arqueológicos asociados a ellos y superpuestos a los mismos. También quedaran expuestos testigos de los niveles superiores correspondientes a ocupaciones Indígenas posteriores al 500 AP (siglo XVI). En el sitio habrá cartelería alusiva a lo observado y las zonas de circulación estarán delimitadas. Desde el sitio hay una buena visibilidad de la Quebrada y alrededores (cf. Aschero 1999) (Figura 2).

Figura 2. Vista desde el Alero Don Vicente o sitio PP4. Tomado de Aschero (1999: 102)

2. Punta de la Peña 9: es un sitio a cielo abierto que fue ocupado en distintos momentos durante 1500 años, desde el comienzo de la era cristiana hasta -al menos- el siglo XVI. Tiene recintos circulares, con paredes de piedra utilizados alternativamente como viviendas y como corrales. Hay varios bloques con grabados rupestres y morteros (cf. Aschero 1999; López Campeny 2001a y 2001b). Se planea la excavación completa de una vivienda subcircular para ser observada en sus aspectos constructivos y una segunda que se propondría mantener con réplicas de artefactos y ecofactos, reconstituyendo el nivel arqueológico de ocupación inicial del recinto y testigos de las posteriores reocupaciones. En este caso debería disponerse de un cerramiento completo del recinto, de tal manera que no afecte el entorno y preserve los materiales expuestos.

3. Punta de la Peña 3: es un caserío con construcciones pertenecientes, en su mayoría, a los Desarrollos Regionales. Está emplazado al reparo del farallón y faldeo rocoso de la formación de ignimbrita. El visitante recorrerá un circuito acotado entre los distintos tipos de recintos y visitará, además, dos estructuras de piedra cuya excavación se prevé, situados al pié del farallón y del talud, respectivamente. 

Opcional: Punta de la Peña 11. Se trata de una oquedad natural sobreelevada del nivel del piso donde fue dispuesto el fardo funerario del “Bebé de la Peña”. Tiene dos dataciones de ca. 3600 y 3200 años AP. La oquedad se ubica en una cornisa natural, a unos 50 m de altura sobre la pared vertical del farallón de ignimbrita (cf. Aschero et al. 2002).

La duración estimada del circuito pedestre es de 3 a 4 horas aproximadamente, y de 5 horas si se incluye la visita al último sitio mencionado. Las inversiones a realizar son: a) construcción del Centro de Interpretación con una galería techada conteniendo bancos y mesas para descanso y consumo de viandas; b) instalaciones sanitarias; c) demarcación de sendas; d) cartelería y folletería; e) acondicionamiento de un lugar para estacionamiento de vehículos; f) recipientes de basura; y g) inversión en contratos y gastos de documentación para Informes de Base o de Estado de los sitios que posibiliten los monitoreos posteriores.

Fase 1: Sector Peñas Coloradas

Están ubicadas a 2 km desde Punta de la Peña y a 6 km de la población de Antofagasta de la Sierra. En esta primera fase se adecuaría un itinerario de visita a dos de las principales concentraciones con grabados rupestres. Se requieren construcciones de pircas que delimiten los circuitos evitando el acceso a los cultivos de alfalfa por regadío que desarrolla Don Ernesto Morales alrededor de las tres peñas.

Peñas Coloradas 1: visita de tres conjuntos de grabados ubicados en el farallón norte y oeste de la Peña 1. Corresponden a las modalidades estilísticas Río Punilla, Peñas Coloradas, Punta del Pueblo y Derrumbes de los distintos períodos agroalfareros (cf. Podestá 1989; Aschero 1996 y 1999). Los diversos conjuntos presentan figuras de camélidos, camélidos felinizados, rastros o pisadas, figuras humanas, máscaras, cabezas con tocados y cabezas-trofeo.

Peñas Coloradas 3: se visitarían cuatro concentraciones de grabados rupestres destacándose los denominados "sectores 1-2" por Podestá (1990). Comprenden representaciones de las modalidades estilísticas Peñas Coloradas, Punta del Pueblo y Derrumbes (cf. Aschero 1999). Hay una importante concentración de figuras de camélidos junto a diversas figuras icónicas de relevancia en el Área Circumpuneña (Figuras 3 y 4).

Las inversiones a realizar consisten en: a) gastos de pircados; b) cartelería y folletería; y c) preparación de un sector para estacionamiento de vehículos.

Figura 3. Arte rupestre del sitio Peñas Coloradas 3.

GENERALIDADES SOBRE LA SEGUNDA FASE DE ACCIONES PARA LA AMPLIACIÓN DEL CIRCUITO

Esta segunda fase requiere integrar nuevas construcciones para la preservación de: 1) la exposición de niveles arqueológicos dentro y fuera de un recinto subcircular del sitio Punta de la Peña 9 (PP9), incluyendo la confección de réplicas para los vestigios encontrados (calcos en resinas epoxi sobre moldes de silaxtic o materiales equivalentes); 2) la exposición de perfiles estratigráficos del sitio Peña de las Trampas 1.1 (Cueva Seca) con vestigios de megamamíferos extintos y ocupaciones del Arcaico temprano; y 3) la protección de acceso a los sitios Peñas Chicas 3 y Puesto Viejo de la familia Morales.

 

Para la implementación de esta etapa es necesario evaluar el impacto producido sobre los sitios contemplados en la primera fase, como así también evaluar la recepción -por parte de los turistas o de los visitantes- del guión museográfico presente en el Centro de Interpretación y de los discursos empleados por los guías durante la primera fase del circuito.

 

CONSIDERACIONES FINALES

En este trabajo se ha presentado una propuesta para el manejo sustentable de los recursos culturales de Antofagasta de la Sierra. Consideramos que la relevancia de esta propuesta reside en que, por una parte, este sector de la puna argentina es poseedora de un patrimonio cultural y natural de gran valor pero, por otra parte, el mismo está siendo empleado de forma no racional ni sustentable, recayendo el beneficio en unos pocos individuos y acelerándose el proceso de destrucción de los sitios arqueológicos y la pérdida de información sobre las sociedades del pasado, al no implementarse un  adecuado plan de manejo y un control del impacto producido por las visitas turísticas. A esto debemos agregar el hecho de que la comunidad local está reclamando su participación en los emprendimientos turísticos que se realicen en Antofagasta de la Sierra y en los beneficios obtenidos a partir de dichos emprendimientos.

En estas circunstancias la Arqueología, a partir del conocimiento generado sobre el pasado de las sociedades humanas, se constituye en una herramienta para el desarrollo de las comunidades en el presente, ya que mediante la producción de este conocimiento científico y su integración en una estrategia para el uso público del patrimonio arqueológico, se puede dar respuesta a algunos de los requerimientos concretos de una comunidad, de forma tal que ésta pueda beneficiarse a partir del manejo responsable de sus recursos culturales.

Creemos que son las comunidades locales las que deben constituirse en las protectoras del patrimonio natural y cultural, a la vez que sean las beneficiarias del usufructo responsable del mismo. 

Figura 4. Arte rupestre del sitio Peñas Coloradas 3. 

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NOTAS

(1) Presentamos en este trabajo los lineamientos generales del Proyecto, por lo tanto, no vamos a discutir aquí el Plan de Manejo de Recursos Culturales del curso medio del Río Las Pitas. Una versión de este trabajo fue presentado en el Congreso Regional para el MERCOSUR “Preservación y Revalorización del Patrimonio Natural y Cultural como base para el desarrollo turístico sostenible”, 26 al 28 de Septiembre de 2002, Tucumán.

(2) Si bien en la actualidad existe una mayor participación de los organismos estatales, la misma está restringida -principalmente- a las áreas protegidas por la Administración de Parques Nacionales (cf. Ferraro y Molinari 2002).


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