MUNDOS ANDINOS PRIMERA PARTE / CIP - NAyA
Publicación del Centro de Investigaciones Precolombinas (CIP) y Noticias
de Antropología y Arqueología (NAyA)
La Educación Intercultural Bilingüe en la Amazonía Peruana:
políticas culturales de un Estado Nacional en crisis, en el
marco de la globalización*
Irene Beatriz Scaletzky
Resumen
El Proyecto de Educación Intercultural Bilingüe se desarrolla
en la Amazonía Peruana desde 1988 como parte de un emprendimiento
educativo nacional, similar al de otros países de la región
y al de países como Alemania. La educación intercultural es
una propuesta socio-cultural que intenta abarcar la diversidad
étnica de la sociedad. Parte de concepciones antropológicas
sobre el carácter multiétnico y pluricultural de las “sociedades
nacionales”. Su objetivo principal es contribuir en
la construcción de sociedades dialógicas en las que los hombres
puedan interactuar democráticamente.
Su puesta en práctica deja entrever la profundización de
la fragmentación de las sociedades americanas y la “crisis
existencial” de los Estados Nacionales producto del
proceso de globalización.
Las políticas culturales del Estado Nacional Peruano se materializan
en este contexto de ruptura/continuidad: la interculturalidad
se constituye como una renovación ante el etnocidio; la institucionalización
de la interculturalidad materializada en los acuerdos político-económicos
globalizados enrarece esa renovación y pone en peligro áreas
y pueblos considerados como “reserva” de la humanidad.
Abstract
The Bilingual Cross-Cultural Education Project is developed
in the Peruvian Amazonian since 1988 as part of a national
educative undertaking, similar to those of other countries
in the region and to countries as Germany. The cross-cultural
is a socio-cultural proposal that attempts to embrace the
ethnic diversity of the society. It parts from anthropologic
conceptions about the multiethnic and pluricultural character
of the “national societies”.
Its main objective is to contribute to the construction of
societies in dialogue in which men can interact in democracy.
Its performance permits to glimpse the deepness of the American
societies fragmentation and the “existential crisis”
of the states as a consequence of the globalisation process.
The Peruvian National State cultural politics materialize
themselves in this context of rupture/continuity: cross-culturality
constitutes itself as a renewal against ethnocide; the institutionalisation
of the materialized cross-culturality in the globalise political
and economical agreements rarefies that renewal and threatens
areas and towns considered as human “reservation”.
Introducción
Los programas educativos que integran el Proyecto
de Educación Intercultural Bilingüe se están desarrollando
en la Amazonía Peruana desde aproximadamente diez años. Su
creación y puesta en marcha son el resultado de un proceso
histórico singular caracterizado por los cambios producidos
al interior de la sociedad peruana, latinoamericana y mundial.
El análisis de sus características denota una complejidad
desbordante, más aun si se pretende cernir la cuestión a una
única variable interpretativa. Y esto es así porque el tan
mentado proyecto educativo involucra diversos aspectos de
la realidad social, económica, política, cultural, educativa
e ideológica.
El fracaso de los modelos culturales homogeneizadores
aplicados tanto en el Perú como en el resto de los países
latinoamericanos ha generado una búsqueda de alternativas
que pudieran hacer frente a las diversas problemáticas puestas
de relevancia a partir de una concepción multicultural de
la sociedad. Las desigualdades estructurales que caracterizan
a la sociedad peruana y latinoamericana, afectan principalmente
a las comunidades indígenas de la región, provocando una presión
aun mayor en la elaboración y aplicación de las nuevas políticas
educativas.
El presente ensayo pretende profundizar en las múltiples
dimensiones que integran la problemática educativa, considerándola
como un fenómeno constitutivo de la cultura, entendida ésta
como producción simbólica. Intenta establecer relaciones con
lo político y lo identitario, concibiendo a ambas dimensiones
como construcciones históricas concretas. Pone el énfasis
en las políticas culturales que desarrolla el Estado Nacional
como parte de un modelo integral cuya continuidad depende
del éxito de su aplicación y de su articulación con los lineamientos
del poder globalizado[1].
El análisis y la comprensión de estos proyectos
educativos orientados hacia las comunidades indígenas de América
Latina, son clave en la construcción de una nueva sociedad
dialógica, entendiendo la importancia del rol que le compete
a las políticas educativas en la producción de discursos diferenciadores
que contrarresten la desigualdad estructural
La Educación Bilingüe Intercultural (E.B.I.)
El Proyecto de Educación Bilingüe Intercultural en la Amazonía
Peruana se inició, como en el resto del Perú y otros países
de la región, en la década de 1980 aunque sus antecedentes
pueden rastrearse hasta las primeras décadas del siglo XX.
En el año 1988, gracias al acuerdo firmado por el Instituto
Superior Pedagógico “Loreto” y la Asociación Interétnica
de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP), se puso en marcha
el “Programa de Formación de Maestros Bilingües de la
Amazonía Peruana” (PFMB).
Unos años después se crearon el “Programa Marco
de Formación Profesional Tecnológica y Pedagógica en Perú”
(FORTE-PE) por Convenio PER/B7-3011/95/004 firmado entre la
República del Perú y la Unión Europea, y el “Programa
de Formación en Educación Intercultural Bilingüe para los
países Andinos” (PROEIB Andes) constituido por instituciones
y organizaciones de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú
en colaboración con la República Federal de Alemania. Cabe
mencionar que durante estos años se han constituido distintas
instancias estatales que dan cumplimiento a disposiciones
oficiales sobre currículo, capacitación, elaboración de materiales
escolares, seminarios de debate, etc.
Si bien excede el marco del presente trabajo
realizar un análisis pormenorizado de los diferentes programas
de educación intercultural que se llevan a cabo en el Perú,
es de suma importancia detenernos en las características
más significativas de los proyectos educativos que se aplican
en la región amazónica.
El “Programa de Formación de Maestros
Bilingües de la Amazonía Peruana” presenta
la particularidad de haberse gestado a partir de una búsqueda
compartida entre los profesionales del Instituto Superior
Pedagógico Loreto y la Confederación de poblaciones
indígenas, respecto de la necesidad de “diseñar
una propuesta educativa que respondiese a las necesidades
y demandas de los pueblos indígenas amazónicos”[2].
En el programa participan los siguientes pueblos indígenas
pertenecientes a la selva baja y selva alta: Ashaninka, Achuar,
Awajun, Bóóraá, Chapara, Kandozi, Kukama
– Kukamiria, Kichwa, Nomatsiguenga, Shipibo, Shawi,
Shiwilu, Tikuna, Huitoto y Wampis[3].
Dentro de los objetivos de dicho Programa podemos
destacar: la formación de maestros indígenas, la capacitación
continua en colaboración con el Ministerio de Educación, el
fortalecimiento del Instituto Pedagógico y la elaboración
de material específico; todo ello enmarcado en una concepción
intercultural de la sociedad peruana, aspecto clave que
analizaremos más adelante. Además, se planifican distintas
estrategias, como por ejemplo: la formación inicial para maestros
con ciclos escolarizados en Iquitos (ciudad capital de la
provincia de Maynas y del departamento de Loreto), y ciclos
no escolarizados en las comunidades indígenas; la profesionalización
de maestros que están desempeñando tareas educativas pero
no poseen título pedagógico, subdividido también en ciclos
escolarizados y no escolarizados; y la capacitación y actualización
docente permanente[4].
Las actividades que se desarrollan en el ámbito
del Programa integran el sistema nacional que dirige el Ministerio
de Educación del Perú, y recibe la colaboración de dos ONG
de origen europeo: la institución italiana de cooperación
internacional Terra Nuova y la Agencia Española de Cooperación
Internacional (AECI).
Luis Enrique López, en su trabajo presentado
con motivo del seminario-taller “Educación e Interculturalidad
en América Latina” realizado en la ciudad de Cuzco en
agosto de 1995, desarrolla algunos de los logros alcanzados
a través de la aplicación de los programas educativos interculturales.
Menciona: el uso de la lengua materna (L1) que “contribuye
al desarrollo de las competencias lingüísticas de los educandos”
generando una mejoría en su rendimiento; “un mayor nivel
de participación en el desarrollo del proceso educativo”
y un mayor grado de fluidez en la relación con el maestro;
aumento de participación de asociaciones indígenas en instituciones
educativas vinculadas a proyectos de EBI; y el aumento de
la relación entre las comunidades en general y las familias
en particular respecto de la escolarización[5]. Juan Carlos Godenzzi Alegre, Director Nacional
de Educación Bilingüe Intercultural del Perú, especifica
los logros de la EBI en cuanto a la elaboración de materiales
escolares y documentos de trabajo para el docente en las áreas
de estudio y el avance en la “normalización
de lenguas indígenas, en especial de aquellas lenguas
de la Amazonía que cuentan con mayor número
de hablantes”[6].
Sin ánimo de ahondar en el debate que desde hace ya varias
décadas se viene dando en el ámbito educativo respecto de
la “educación formal” y su relación con los paradigmas
moderno y posmoderno, creemos necesario plantear algunas cuestiones
relevantes. En primer lugar, ya nadie discute sobre la caducidad
teórico-práctica de los modelos pedagógicos clásicos diseñados
principalmente en el siglo XIX y puestos unilateralmente en
práctica en nuestro continente. Dicho modelo fundacional de
la educación en Latinoamérica, concebía lo educativo como
una pieza clave en la concreción del proyecto nacional, asimilando
lo educativo con “progreso”, “orden”,
“bienestar”, “nación” y “unidad
en el Estado”. Nuestros pedagogos decimonónicos, comprometidos
con la ideología liberal de la época, ayudaron a diseñar y
construir las bases de los Estados Nacionales, articulando
políticas educativas homogeneizadoras que posibilitaron la
organización de sistemas educativos fuertemente centralizados.
“La creencia en el Progreso como dirección indefectible
del devenir histórico fue el motor de todas las corrientes
del pensamiento de la sociedad moderna” (Puiggrós,
1995)[7].
En segundo lugar, aquella relación modeladora del “ser
nacional” ha negado y/o anulado la diversidad cultural
característica de nuestros países. Las políticas culturales
puestas en práctica por los Estados Nacionales sostuvieron
la materialización del etnocidio.
La problemática educativa en nuestras sociedades caracterizadas
por ser multiétnicas y pluriculturales, nos sitúa frente
al desafío de transparentar discursos que posibiliten el diálogo
real y permanente entre las diferentes culturas. Estamos frente
al debate de la interculturalidad.
Interculturalidad, identidad cultural y sociedades dialógicas
El concepto de interculturalidad es asumido por
los científicos sociales desde dos ángulos diferentes no contrapuestos
sino posibles de integración. Para Lucy Trapnell (2000), “La
noción de interculturalidad ha sido básicamente
abordada desde dos niveles: a partir de la descripción
de una realidad marcada por el conflicto y las relaciones
asimétricas del poder, en la cual interaccionan
personas procedentes de diversas tradiciones culturales,
o de la alusión a un paradigma o situación meta. Los
criterios con los que se define el nivel paradigmático difieren.
Mientras algunos prefieren circunscribirse a la afirmación
de las identidades culturales en un proceso de construcción
de sociedades democráticas, y por ende abiertas
al diálogo, otros también incorporan la noción de
equidad (a nivel social, económico, político, cultural)
entre actores sociales procedentes de distintos universos
culturales”[8]. De una u otra manera, la interculturalidad
trasciende el campo de lo meramente educativo para ubicarnos
ante las múltiples dimensiones de lo socio-cultural y lo político.
En la actualidad Latinoamérica está integrada
por una población indígena cercana a los cincuenta millones
de personas. “La presencia indígena no es uniforme
en todas las subregiones ni en todos los actuales Estados
latinoamericanos. En unos países, como Argentina, Brasil,
Colombia, Costa Rica, Guayana Francesa, Venezuela y Paraguay
la población indígena actual no supera el 5% de la población
total (...) en Guatemala y Bolivia la población indígena constituye
cerca del 60% (...) en el Perú y Ecuador (...) de 25 a 35%”[9]. En el caso específico de la Amazonía peruana,
según el Ministerio de Educación del Departamento de Loreto,
hay aproximadamente 40 pueblos indígenas integrados por más
de 300.000 personas agrupadas en 16 familias lingüísticas.
Estas cifras son elocuentes: “la cuestión indígena”
es algo más que un mero formulismo académico o una retórica
romántica.
Estamos frente a la existencia de sociedades
multiétnicas y pluriculturales, lo que nos pone ante un uso
de la “interculturalidad” que, como dijimos más
arriba, penetra las dimensiones de lo cultural, lo social,
lo económico y lo político.
Acordamos con Díaz-Polanco (1995) que lo étnico
involucra “formas específicas de relación, ciertas
características culturales, sistemas de organización social,
costumbres y normas comunes, pautas de conducta, hábitos,
visiones del mundo, lengua, tradición histórica, etcétera”;
es decir que lo étnico refiere a las “variables formas
en que se articula y estructuran concretamente tales elementos
de orden sociocultural”[10].
Los procesos identitarios de los grupos étnicos son fenómenos
de construcción permanente, es decir que se encuentran atravesados
por lo histórico. Por consiguiente lo étnico de las sociedades
multiétnicas se vincula directamente con los procesos históricos
de las sociedades nacionales en las que se hallan inmersos.
Desde esta perspectiva, el rol de la educación y especialmente
de la escuela, ha sido clave en la conformación de las identidades
de los grupos étnicos.
Si la educación intercultural nos refiere a la
construcción de sociedades dialógicas, es porque se parte
de la existencia de modelos cristalizados y hegemónicos de
sociedades pretendidamente homogéneas principalmente en lo
cultural. No se trata de una “novedad” del nuevo
milenio. El sustrato multiétnico y pluricultural de las sociedades
latinoamericanas ha sido negado y silenciado por los proyectos
de organización nacional que las elites criollas de los incipientes
Estados Nacionales supieron construir. El que en la actualidad
dichos Estados cuenten con aproximadamente 50 millones de
indígenas nos habla de un fenómeno de “resistencia cultural”.
La “resistencia cultural” indígena
es uno de los componentes más significativos que caracteriza
los procesos identitarios de los grupos étnicos. Las políticas
culturales de corte asimilacionista pretendieron callar las
voces de la diversidad a partir de la identificación con la
cultura hegemónica. Y es en este sentido que la escuela, siguiendo
las directrices de las políticas educativas en los distintos
momentos históricos, jugó uno de los papeles más destacados.
La dimensión política de lo educativo
Si hay consenso entre los investigadores del
campo social respecto al papel desempeñado por la educación
escolar en la construcción del poder hegemónico del Estado
Nacional en los países de América Latina, hallamos cierto
“descuido” u “omisión” en los análisis
sobre la relación entre lo educativo y lo político, en lo
que respecta a los nuevos proyectos de educación intercultural.
Se nos presenta una cantidad de interrogantes
respecto de la situación planteada: ¿a qué proyecto político
responde la educación intercultural?, ¿es la educación intercultural
un nuevo paradigma educativo?, ¿por qué una educación intercultural
“para indígenas”?, ¿en qué medida la EBI es un
avance respecto de los modelos educativos vigentes?. Estos
cuestionamientos respecto de la propuesta educativa intercultural
tienen de base el convencimiento de la trascendencia del debate
educativo, cultural y político para nuestras sociedades.
En los países de América Latina hay sobrada experiencia
en la elaboración de proyectos educativos, reformas curriculares,
leyes para el ordenamiento del sistema escolar, cambios en
las tendencias de las políticas educativas, etc. Todos ellos
tenían algo en común: auto-constituirse en el modelo
o proyecto por antonomasia. Cada una de estas experiencias
fue sostenida por los gobiernos de turno, fueran éstos elegidos
democráticamente o no, como propuesta definitiva en cuanto
a dar respuesta a las demandas sociales y convertirse en la
clave del progreso históricamente anhelado.
Los estudios comparativos que los especialistas
en ciencias de la educación realizan sobre la aplicación de
estas reformas en los diferentes países del continente, muestran
que además de compartir este singular camino de la “reforma”
y la “contrarreforma” sistemática en la educación,
los currículos desarrollados en cada caso sostienen la continuidad
del modelo educativo y socio-cultural hegemónico, cuyo objeto
principal es el de dar sentido a la sociedad en la
nación, desestimando cualquier diferencia cultural que
posibilite la constitución de La Sociedad Nacional soñada.
Desde fines de los años setenta, las sociedades
latinoamericanas han desarrollado diversos y dispares movimientos
tendientes a encontrar espacios alternativos para la realización
de estos debates, con la mira puesta en la democratización
de los espacios políticos. Los pueblos indígenas han sido
verdaderos protagonistas en esta lucha: su “resistencia
cultural” ha posibilitado el establecimiento de disposiciones
legales en organismos internacionales en donde se reconoce
su condición sociocultural y sus derechos como pueblos. El
Convenio 169 de la OIT firmado en 1989 que revisa el Convenio
107 de 1957, conjuntamente con el proyecto de Declaración
de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas y la Declaración
Universal de Derechos Lingüísticos de Barcelona de 1996, han
fomentado la inclusión de modificaciones en los textos constitucionales
de países como Argentina, Bolivia, Brasil, México, Colombia,
Ecuador, Perú y otros que han atravesado procesos de reformas
constitucionales en los años 90.
Sin embargo, este proceso de cambio es todavía
bastante superficial. Ana Teresa Martínez (1995) plantea que
la reforma constitucional peruana de 1993 si bien incluye
artículos sobre la diversidad étnica, no modifica sustancialmente
el modelo hegemónico del Estado Nacional. “En un
primer análisis podemos observar que no se trata de un Estado
que se reconoce plurinacional: más bien porque la identidad
étnica y cultural es un derecho de las personas, el estado
reconoce y protege una pluralidad que refiere a la Nación”[11]. El Estado peruano, como sucede también en
el resto de los países latinoamericanos, no renuncia a su
rol central de ser garante de la Nación, entendida como un
conjunto integral unívoco constituido en el Estado Nacional.
La pluriculturalidad peruana, boliviana, colombiana, etc.,
deberá encontrar cauces de realización de la diversidad que
no pongan en riesgo lo conseguido en cuanto a unidad nacional.
Aunque estas reformas a nivel nacional e internacional
den muestra de los cambios que estamos viviendo al interior
de nuestras sociedades, no se observa un quiebre en el concepto
integracionista de la sociedad nacional. “La gobernabilidad
de las identidades es tanto un problema desde afuera como
desde adentro de la realización de las identidades. Desde
afuera por el Estado, en un doble movimiento de rodeo (reconocimiento,
diálogo político, consensos de paz, etc.), desde adentro por
la naturaleza que se va dando una identidad (exaltación, abandono,
negación)”[12].
La interculturalidad y la crisis del Estado Nacional
Al igual que en los restantes países latinoamericanos,
Perú se encuentra actualmente atravesando una profunda crisis
de representatividad política. Los cambios que comienzan a
operarse, insistimos, no alteran la estructura organizacional
de la sociedad y del estado. En este contexto de crisis política
y social se está llevando adelante el proyecto de educación
intercultural bilingüe que afecta a los pueblos indígenas;
proyecto con el cual se busca vehiculizar la democratización
de la sociedad. Nuevamente estamos frente a la utilización
de la educación escolar como instrumento de cambio socio-político
que continua haciendo uso de los conceptos de progreso individual
y social.
Consideramos que el debate acerca de la escuela como institución
central educativa cuyo principal objetivo parece seguir siendo
el de construir una sociedad democrática, aunque en este caso
refiere a cierta concepción antropológica de la diversidad,
es de crucial importancia para el establecimiento de verdaderas
alternativas culturales, sociales y políticas.
Para López (1995) “uno de los más grandes desafíos
tanto para la educación intercultural bilingüe como para la
educación contemporánea en general es el relacionado con la
necesidad de construir una oferta educativa de igual calidad
y con iguales oportunidades de acceso, permanencia y de aprendizaje
significativo para todos, pero política y culturalmente sensible
a las diferencias; es decir, andamos a la caza de una escuela
equitativa e igualitaria pero diferente y diversificada”[13]. Sin embargo la propuesta de EBI no está formulada para toda
la sociedad peruana y latinoamericana.
Y es entonces cuando vuelven a surgir los cuestionamientos
sobre esta propuesta educativa en cuanto a su aplicación exclusiva
en sociedades indígenas. Y más aún, no se comprende realmente
qué diferencia existe entre la interculturalidad para indígenas
y la interculturalidad para el resto de la sociedad. A nuestro
modesto entender, esta no es una problemática menor sino todo
lo contrario. Esta parcialización del proyecto educativo es
una clara evidencia de los peligros que debemos enfrentar.
Sin ánimo de incurrir en un pesimismo fundamentalista sobre
el presente y futuro de nuestras sociedades, creemos necesario
abandonar por completo conductas exitistas que nos impidan
observar la realidad, y que nos aparten del camino del análisis
crítico respecto de las políticas educativas que están aplicando
los Estados Nacionales.
La “problemática de la alteridad” devenida en interculturalidad
presenta imbricaciones complejas que refieren a lo “axiológico”,
lo “praxeológico” y lo “epistémico” (Todorov 1987; 195). Tenemos
que destacar que se han producido modificaciones significativas
respecto de las relaciones entre sujetos sociales diferentes,
pero ellas no alcanzan para justificar la existencia de una
sociedad dialógica porque la práctica cultural mantiene los
esquemas fragmentados de la sociedad basados en juicios de
valor negativos y etnocéntricos aunque en la actualidad podamos
hablar de un mayor conocimiento de esa diversidad cultural.
Pretender resolver el “problema de la alteridad” enunciando
e inclusive legislando a favor del respeto de las diferencias,
no resuelve el problema central ni en la Amazonía, ni en el
Perú, ni en ningún otro de los países de Latinoamérica, es
decir, no acerca soluciones a las desigualdades perpetradas
en nombre de las diferencias. “La gestación de la problemática
étnico-nacional tiene una gran profundidad histórica”[14].
Las sociedades indígenas que habitan la Amazonía peruana
son víctimas de un proceso de dominación producido al interior
de la sociedad peruana, agregando una dimensión particular
a la problemática analizada: la dimensión espacial. Cómo acortar
estas distancias y qué rol puede cumplir la educación bilingüe
intercultural en ello, plantea una problemática que exige
una profundización del debate.
La importancia de la “cuestión indígena” ha sido abordada
desde distintos ángulos. Sintetizando, podemos mencionar como
elementos relevantes que caracterizan dicha problemática:
la ubicación espacial de las comunidades indígenas en relación
con posiciones geopolíticas de importancia y en cuanto al
uso de los recursos naturales; la utilización de lo étnico
como fundamento de la tradición histórica; la oposición de
organizaciones indígenas al poder central y hacia los sectores
dominantes locales y regionales; la pertenencia a los sectores
más relegados de la sociedad que patentiza la desigualdad
socioeconómica y la discriminación de las que son víctimas.[15]
La inserción en el mundo globalizado
En una coyuntura marcada por la continuidad de los conflictos
socioculturales, políticos y económicos, donde el Estado Nacional
mantiene su estructura de poder hegemónico, se hace difícil
visualizar a la educación bilingüe intercultural como generadora
de la transformación buscada.
Más aun, si contextualizamos este proceso histórico, debemos
hacer referencia a la globalización. “En su sentido
más general “globalización” refiere al flujo de
mercancías, inversión, producción y tecnología entre naciones”[16].
Desde que América Latina ha adoptado las políticas de la
globalización, se ha dado un proceso de progresivo deterioro
de su economía en cuanto a la capacidad de producción y los
términos del intercambio internacional. La modernización tecnológica
incentivada por las grandes empresas extranjeras que operan
en nuestros países produjo la acentuación de las desigualdades
económicas, una contracción del mercado laboral y una fuerte
caída de las condiciones sociales de vida.
El Estado Nacional ha reducido drásticamente su capacidad
económica, y con ello se potenciaron los conflictos sociales
en distintos sectores de la sociedad. Sin embargo, y a pesar
de la insistencia de los grandes medios de comunicación y
de los teóricos mundialistas respecto de su debilidad y/o
certificado de defunción, el Estado mantiene casi intacto
su poder coercitivo y de reproducción sociocultural.
Nuevamente aparece el discurso de la modernización, del progreso
y del cambio necesario que llevarán mágicamente a las sociedades
“atrasadas” hacia un porvenir de felicidad, bienestar
y equidad. América Latina, dicen, necesita de estas transformaciones
para posicionarse positivamente en el mercado internacional.
¿Qué posibilidades de inserción tienen en este contexto globalizado,
las sociedades indígenas que habitan en nuestros países? ¿Qué
reconversión deben sufrir para salir del “atraso”
en el que se encuentran y participar de los beneficios del
mundo actual? Dar respuesta a estos interrogantes es en sí
mismo un acto creativo.
En el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2000/2001 del Banco
Mundial, que tiene como eje el análisis de la pobreza mundial
y los lineamientos de la institución para llevar adelante
su reducción, se dice:
“La pobreza es consecuencia de procesos económicos, políticos
y sociales que están relacionados entre sí y con frecuencia
se refuerzan mutuamente, lo que agrava todavía más las privaciones
que sufren los pobres. Los exiguos activos con que cuentan,
la falta de acceso a los mercados y la escasez de oportunidades
de empleo les impiden salir de su situación de pobreza material.
Por esta razón, la creación de oportunidades –mediante la
adopción de medidas que estimulen el crecimiento económico,
consigan unos mercados más atentos a las necesidades de la
población pobre e incrementen sus activos- es un factor clave
para el alivio de la pobreza”[17]
Posteriormente, establece una “estrategia para el alivio
de la pobreza”, basada en “la adopción de
medidas en tres esferas: oportunidad, empoderamiento y seguridad”[18].
Efectuar inversiones nacionales acordes al mercado, que generen
mayores y equitativas oportunidades, articular medidas políticas
y sociales integrales que permitan la participación de los
sectores pobres en el gobierno y su mejor posicionamiento
para establecer negociaciones que devengan en beneficios sociales,
reducir la vulnerabilidad de dichos sectores frente a las
crisis económicas, los desastres ambientales, las enfermedades,
etc.[19]
Además, el Informe resalta la importancia de la educación
como herramienta de re-posicionamiento y mejoras comparativas
de los sectores socialmente empobrecidos, frente a los nuevos
desafíos de la globalización. En este aspecto otorga un papel
trascendente a la participación de las ONG en el financiamiento
de las políticas educativas nacionales como forma de optimizar
las inversiones.
¿Qué tipos de inversiones financian las ONG? ¿Cómo se establecen
estas prioridades? ¿Quién o quiénes determinan las obras a
realizar?
La experiencia vivida en la región amazónica peruana nos
ha permitido observar las diferencias entre los distintos
programas educativos según el tipo de financiamiento que éstos
posean. Un ejemplo de ello es el Centro de Capacitación Docente
ubicado en Zungarococha que recibe dinero a través del Programa
FORTE-PE y la AECI, cuya infraestructura dista mucho de las
formas de vida que los indígenas seleccionados para participar
en el programa tienen en sus comunidades. Esta situación no
hace más que sumar una nueva problemática a las ya mencionadas,
por los procesos de cambios de estos indígenas y las dificultades
de reinserción en sus comunidades una vez finalizado el ciclo
escolar.
Este ejemplo nos pone otra vez frente al conflicto de quiénes
deben decidir sobre las políticas que afectan directamente
a las comunidades indígenas, y por añadidura, si es que solamente
estos grupos sociales son los que deben recibir una educación
intercultural.
Como si la cuestión educativa y cultural no fuera lo suficientemente
compleja, debemos considerar el tema del financiamiento externo
como otro factor generador de “diferencias” al
interior de las comunidades indígenas.
Por otra parte, creemos necesario transparentar el discurso
del “empoderamiento” planteado por los organismos
internacionales para los sectores pobres de nuestras sociedades
en las que están incluidos los indígenas. ¿Qué alternativas
reales de mejoramiento se presentan para estos sectores? ¿Qué
posibilidades de negociación equitativa tienen frente al
Estado y los grupos empresariales nacionales y extranjeros?
¿Es la escuela para indígenas la herramienta que permitirá
alcanzar el “empoderamiento”? ¿Es el proyecto
de EBI el cambio que las sociedades indígenas requieren?
Conclusiones
Hablar de sociedades indígenas en Latinoamérica es referir
a desigualdades históricas producto de los intereses de los
distintos sectores que ejercieron y ejercen el poder. Hablar
de sociedades indígenas en Latinoamérica es dar cuenta de
esas desigualdades y de la “resistencia cultural”
en la que han convertido su supervivencia. Hablar de sociedades
indígenas en Latinoamérica es desarmar el discurso de la homogeneidad
de la nación y del poder del Estado Nacional.
El papel de la educación formal en el proceso histórico de
América Latina presenta imbricaciones con lo social, lo económico,
lo político, lo ideológico y lo cultural. La ruptura que pretende
instalarse en este modelo de interrelaciones dimensionales,
no logra echar raíces, demostrando una y otra vez la continuidad
del esquema de dominación.
Que la interculturalidad de las sociedades multiétnicas y
pluriculturales intenta transformarse en un contra-modelo
de referencia histórico, es un aliciente para el presente
cernido por un cielo de fragmentación y postergación.
Sin embargo, creemos que los peligros a los que este proyecto
educativo se enfrenta en cuanto a constituirse en un nuevo
discurso que permita aportar en la constitución de “verdaderas
sociedades dialógicas”, obligan a sincerar y ahondar
las investigaciones, los debates y las comunicaciones entre
los diversos campos de las disciplinas sociales.
Escuchar los reclamos de los pueblos indígenas y transformar
esa voz en actos que se materialicen en políticas interculturales,
es un esfuerzo que debemos realizar entre todos los sectores
de las sociedades nacionales latinoamericanas.
El lugar que le compete a la educación formal en esta búsqueda
deberá construirse desde nuevas perspectivas que le posibiliten
desligarse de su historia de homogeneidad nacional y etnocidio.
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[1] Este trabajo es resultado de la investigación
llevada a cabo en el marco del Seminario “Los Andes
antes de Inka II: Pueblos de la Selva”, sobre la cuestión
social en América Latina. Estudios históricos
y culturales para el siglo XXI, que desde el año
1995 dicta la Lic. Ana María Rocchietti en el Instituto
Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”,
dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en
convenio con la Universidad Nacional de la Amazonía
Peruana y con el Centro de Investigaciones Precolombinas.
Destinado a estudiantes de grado y de pos-grado, tiene como
objetivo entender la historia y sociedad latinoamericanas
desde el mundo precolombino y su perduración cultural
a lo largo de los siglos en la formación social actual
de Perú, Bolivia y Argentina. Como parte del Seminario,
en febrero de 1998, 1999, 2000 y 2001, realizamos viajes
de estudio a la Amazonía Peruana, donde tuvimos la
oportunidad de acceder a la realidad de las comunidades
indígenas ribereñas.
[2] Trapnell, Lucy A, 2000. “Identidad e interculturalidad
en los procesos de reforma curricular de educación primaria:
una propuesta de y para los pueblos indígenas amazónicos”,
en: Interculturalidad. Materiales de referencia para docentes
de los Institutos Superiores Pedagógicos EBI. Serie Bibliográfica
EBI Nº 1. Programa FORTE-PE. Perú. (pág. 70)
[3] Programa de Formación de Maestros Bilingües
de la Amazonía Peruana. 2000. Iquitos-Perú.
[5] López, Luis Enrique, 1995. “No más danzas
de ratones grises: sobre interculturalidad, democracia y
educación”, en: Godenzzi Alegre, Juan Carlos (comp.). Educación
e Interculturalidad en los Andes y la Amazonía. Centro de
Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de las Casas”. Perú.
[6] Godenzzi Alegre, Juan Carlos, 2001. “La Educación
intercultural bilingüe de los pueblos indígenas en el Perú”.
Ponencia presentada en la Primera Feria Hemisférica de Educación
Indígena. Mimeo. Lima.
[7] Puiggrós, Adriana, 1995. “Modernidad,
posmodernidad y educación en América Latina”, en:
Alba, Alicia de (comp.). Posmodernidad y educación. Grupo
Editorial Miguel Ángel Porrúa. México.
[9] López, L.E. y Kuper, W., 2000. “La
Educación Intercultural Bilingüe en América Latina”,
en: La Práctica de la Educación Bilingüe Intercultural y
sus retos. Materiales de referencia para docentes de los
Institutos Superiores Pedagógicos EBI. Serie Bibliográfica
EBI Nº 2. Programa FORTE-PE. Perú. (pág.38)
[10] Díaz-Polanco, Héctor, 1995. “Etnia,
clase y cuestión nacional”, en: Díaz-Polanco,
H. Etnia y Nación en América Latina. Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes. México. (pp.61-62)
[11] Martínez, Ana Teresa, 1995. “Igualdad
de derechos e interculturalidad”, en: Godenzzi Alegre,
J. C. (comp.), ob cit. Pág.83
[12] Rocchietti, Ana María, 2000. La especificidad
latinoamericana: cultura e ideología en la cuestión social
latinoamericana. Revista Memoria Latinoamericana Nº 4. Universidad
Nacional de Río Cuarto. Córdoba
[13] López, L. E., 1995. Ob.cit. pág.25
[14]Díaz-Polanco, Héctor, 1995. “Introducción.
Los pueblos indios en los Estados nacionales”, en:
Díaz-Polanco, H. Ob.cit. pág.15
[16] Petras, James, 1999. Globalización. Revista Herramienta.
Número especial. Buenos Aires. Pp.15-42.
[17] Informe sobre el Desarrollo Mundial 2000/2001.
Lucha contra la Pobreza. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid.
Pág.1
[19] Ibidem,
pp. 6-7
PAGINAS WEB RELACIONADAS
www.minedu.gob.pe.htm
Ensayo publicado en Actas del Congreso de ADHILAC, Pontevedra,
Agosto de 2001
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