Participación Comunitaria y Patrimonio: Desarrollo Social y Económico.
Parque Nacional El Palmar y sus comunidades aledañas.
Cecilia Iriarte y Paula Werber1
Resumen
Actualmente nos encontramos sumergidos en una profunda crisis de identidad y en una realidad caracterizada por una notable fragmentación y desigualdad social. “Nos enfrentamos con la perpetuación de las disparidades entre las naciones y dentro de las naciones, con el agravamiento de la pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo y con el continuo empeoramiento de los ecosistemas de los que depende nuestro bienestar” (Programa 21). Esto genera serios problemas socio-ambientales que afectan directamente a las áreas protegidas, a las comunidades, y más profundamente a las más vulnerables. Es en este contexto donde se hace necesaria e impostergable la formación de capacidades para el desarrollo sustentable y la creación de condiciones para la conservación. Al integrar las problemáticas vinculadas al ambiente, a la conservación y al desarrollo se podrán satisfacer las necesidades básicas y mejorar la calidad de vida de las comunidades, junto a una mejor protección y gestión de los ecosistemas, logrando, en conjunto, un futuro más seguro y más próspero. En conclusión, se propone integrar la conservación y el desarrollo a partir de la Participación Social.
El caso del Parque Nacional El Palmar (Pcia. de Entre Ríos) se presenta como una muestra de la acciones que se están llevando a cabo en la Administración de Parques Nacionales en torno a estos lineamientos.
Introducción
Este Proyecto se enmarca dentro del Programa ‘Manejo de Recursos Culturales’ dependiente de la Dirección de Conservación y Manejo de la Administración de Parques Nacionales. Nuestros proyectos comprenden tres líneas de acción: conservación, investigación y uso público participativo.
Esta última meta posee un importante potencial para mejorar las condiciones y la calidad de vida de las comunidades, aplicándose directamente a resolver problemas sociales y económicos actuales, sobre la base de un proceso participativo de capacitación y acción para el desarrollo que intentamos hacer posible a través de la Participación comunitaria.
Antecedentes
Las investigaciones históricas desarrolladas en el Parque Nacional El Palmar, Pcia. de Entre Ríos y el consecuente Manejo de Recursos Culturales nos permiten integrar este modelo de manejo a sus comunidades vecinas, las localidades de Colonia Berduc y Ubajay.
Esta perspectiva se adscribe a la concepción de Manejo Biorregional que supone que las áreas protegidas no son unidades aisladas, sino que están vinculadas a las zonas circundantes por diversos factores, a saber, ecológicos, económicos, políticos, culturales e históricos. De este forma los organismos de conservación deben extender las pautas de manejo al exterior de las áreas protegidas favoreciendo el desarrollo sostenible de las comunidades por medio de una producción diversificada, racional y rentable de los recursos culturales y naturales.
Se están llevado a cabo proyectos de similares características en las localidades de Gobernador Gregores, Pcia. de Santa Cruz, Puelches, Pcia. de La Pampa, Capitán Solari, Pcia. de Chaco, y Otamendi y Río Luján, Pcia. de Buenos Aires, que nos han permitido evaluar la experiencia y expandir este entendimiento a otras localidades dentro del área de influencia de diferentes Parques Nacionales. Un breve diagnóstico de la realidad de cada espacio y de las interrelaciones con las poblaciones actuales nos lleva a considerar que la conservación requiere de una estrategia de manejo cuya meta debe apuntar al desarrollo social -y una identificación con el patrimonio- previo de las poblaciones vinculadas a los recursos con el objetivo último de contribuir a mejorar las condiciones y la calidad de vida de la comunidad y sus ecosistemas relacionados.
Fundamentos
Entendemos a la conservación como el uso racional, rentable y sustentable de los recursos culturales y naturales. La conservación, entonces, se encuentra alejada de la idea de algo estático y pasivo, de la preservación absoluta.
El patrimonio cultural forma parte de un patrimonio más amplio junto con los bienes y riquezas naturales. Generalmente ese patrimonio más amplio no es tenido en cuenta como totalidad: es descompuesto en partes, falseando la realidad e impidiéndonos comprenderla. Visto en forma global, el patrimonio tiene un carácter social, participativo y dinámico ya que es un conjunto de significados que continuamente son interpretados por una comunidad.
De esta manera, el patrimonio es la base fundamental, tangible e intangible, de la identidad de un pueblo, los elementos y valores a través de los cuales se reconoce y es reconocido socialmente. Qué se tiene, cuánto se tiene, en qué estado se encuentra, cómo se usa y protege, serían algunos indicadores del grado de construcción y reconocimiento de esa identidad. Patrimonio e identidad se asocian así con la conservación. Esta confirmaría el grado de correlación entre lo que se tiene, se asume que se tiene y se debería seguir teniendo y fortaleciendo.
Partiendo de la idea de que existe una interrelación vital entre patrimonio, identidad y conservación, resulta lógico que el conjunto de recursos que identifican a un grupo humano sólo pueda ser conservado en la medida en que éste decida su mejor uso y aprovechamiento. De esta forma la comunidad posee la responsabilidad y el beneficio primario de los recursos que se encuentran en el ecosistema del cual se sienten parte. El uso del patrimonio, es decir, la toma de decisiones debe realizarse en un marco de participación social y el reparto de los beneficios que genera debe ser equitativamente distribuidos.
Pensamos que la participación abierta a toda la comunidad y el ejercicio de la valoración de los recursos con los que ella cuenta, pueden promover un cambio en las relaciones y en los comportamientos, que se traducirá en el uso racional del patrimonio y en una producción más diversificada de bienes y servicios. Es decir que la participación de la comunidad en la evaluación de las condiciones de su entorno y en las decisiones de manejo de los recursos, conducirá a la recuperación y/o construcción del sentido del lugar y del pasado de ese lugar, reforzará los vínculos, rescatará el sentido de responsabilidad primaria y aportará un entendimiento coherente de la realidad que los rodea. En suma, servirá al desarrollo social, que creemos indisociable del desarrollo económico.
A través de la historia oral los pueblos hacen a un lado su anonimato, recuperando su propia actitud histórica, su posibilidad de participar en una historia que no está escrita en ningún texto, ‘su historia’ más allá de la historia oficial. Es el instrumento que permite lograr un registro permanente e irremplazable de aquellos recuerdos que, si no son compartidos, tienden a perderse, ya que la memoria se caracteriza por ser frágil y efímera. A su vez agrega emoción, sentimiento, superposición de recuerdos y cotidianeidad a la historia lineal de próceres y acontecimientos.
La historia oral se construye a partir de testimonios narrados en el presente, permitiendo a las comunidades construir su pasado, su presente y decidir sobre su futuro pudiendo reflexionar colectivamente sobre su historia.
Así la historia comprende al conjunto de relaciones y procesos que, con el paso del tiempo, formaron al presente tal cual es en la actualidad. De la misma forma, lo que hoy está ocurriendo en la comunidad, está dando forma al futuro. Con este criterio, existe la historia transcurrida: el pasado; la historia que transcurre: el presente; y la historia por transcurrir: el futuro.
De esta manera, la memoria está en permanente construcción, es transmitida de generación en generación; este cúmulo de experiencias compartidas es más que la suma de las memorias individuales, es lo que permite que cada individuo se vea a sí mismo como parte de un todo.
La comunidad como una realidad más amplia, más allá de las particularidades personales, vincula a sus habitantes a través de su vida cotidiana, sus costumbres, su lugar, sus recuerdos, etc. Así, esta historia de la memoria permitirá fortalecer una identidad construida entre todos para proyectarse como comunidad.
Recuperando la memoria del pueblo, muchas veces dejada de lado, es posible preservar su identidad. Es innegable que el pueblo posee una memoria activa, una experiencia compartida que se manifiesta en el día a día. Practicar la memoria, significaría preservar la identidad colectivamente. La identidad de las comunidades es un factor vital que hace al conjunto de sus habitantes menos vulnerables frente a las dificultades que se presentan.
Este reconocimiento colectivo y comunitario de la identidad de una comunidad, les permitirá a sus integrantes fortalecerse y desarrollarse, e intervenir en la realidad y tomar decisiones sobre ella. De esta manera la historia oral no sólo busca la producción de un relato histórico diferente, sino también la posibilidad de producir cambios hacia el desarrollo de la comunidad historiada.
Esto es posible a través de la Participación comunitaria, entendida como la práctica de construir espacios horizontales de reflexión, de carácter colectivo, para la generación e intercambio de conocimientos que puedan permitir a una comunidad dada formar parte activa del proceso de toma de decisiones acerca del manejo de los recursos con los que cuenta.
Así la participación social ambiental está dirigida a evaluar la realidad con que se cuenta - el lugar, sus recursos, el pasado y el presente - para construir en forma más precisa el futuro que se quiere. Se la denomina ambiental ya que comprenden información y conocimiento sobre el medio natural, cultural y social en el que se desarrolla la comunidad. En ese ambiente la sociedad es partícipe de un patrimonio de recursos interrelacionados que son sustanciales para la vida. Mejorar su uso y mantenimiento supone mejorar su comprensión, recuperar o actualizar su información y conocimiento, y así poder mejorar la capacidad para evaluarlos y tomar decisiones.
En otras palabras, apuntamos a optimizar la capacidad de evaluación de los recursos con los que se cuenta en la actualidad para acceder, de esta forma, a un mejoramiento de la calidad de vida de la población y del ecosistema a partir de la recuperación de valores perdidos y de la producción diversificada y sostenible de bienes y servicios, siempre dentro de un marco de uso racional, rentable y sustentable de los recursos culturales y naturales.
Actividad
La actividad está propuesta para que participen alumnos y docentes de escuelas primarias. Se espera, que a partir de la participación de los alumnos se integren en esta actividad sus familias. La participación implica que los diferentes sectores aprendan haciendo, que puedan tomar su propia realidad formando parte activa en todo el proceso.
La propuesta va más allá de la mera recopilación de información: pretende ser un disparador, a través de los alumnos como pequeños investigadores de su historia, de la revalorización de la identidad de la localidad. Poder reconocerse colectivamente permitirá el desarrollo comunitario a través de sus propios proyectos y necesidades. “La historia local, en suma, puede operar sobre la conciencia y la identidad local, en el sentido de hacerla explícita, compartida y reconocida socialmente. Pero puede operar también en los programas sociales encaminados a mejorar la calidad de vida de la población. Es en este último sentido una invitación al cambio, aquel que los sujetos ven necesario o están dispuestos a protagonizar.” (Garcés Mario 1994)
A su vez, la puesta en marcha de este ejercicio de revalorización de la identidad permitirá a los niños reconocerse como actores importantes en este proceso, elevando su autoestima y fortaleciéndolos como personas a largo plazo.
A través de la práctica misma que propone la historia oral se apunta a un conocimiento nuevo, sin barreras. De esta forma se construye una metodología que permite incorporar a las narrativas históricas los aspectos subjetivos de la experiencia de la gente; así la historia es recogida por la gente misma.
Se propone la elaboración de entrevistas como alternativa de relevamiento de la historia oral de la comunidad. El uso de entrevistas para corroborar o ampliar un dato no supone necesariamente estar haciendo historia oral. La historia oral tiene una lógica, un procedimiento, una ética y una rigurosidad propias. La historia oral busca aquello que no se encuentra en las fuentes existentes, busca lo que sólo a partir del relato de la gente y dentro del marco de una entrevista se pueda encontrar. Las entrevistas pueden mostrar algo que se encuentra en la memoria individual y hacerlo así colectivo; incluso el olvido nos informa. De esta manera las entrevistas constituyen una herramienta para la construcción de la historia oral.
Objetivos
-Fortalecer y recuperar la identidad a través del desarrollo de actividades que permitan interrelacionar la memoria individual con la historia colectiva recuperando y actualizando los conocimientos sobre el medio cultural, natural y social.
-Tender a la integración de los elementos del medio ambiente a la historia del área y a la vida de sus habitantes, ya que al ser interdependientes conforman una realidad global, que no debería ser aprehendida de manera fragmentaria.
-Aportar a la comprensión de que la historia no es algo inservible, poco importante, vacío de contenido o valor. Formarnos una idea colectiva de cómo ha sido el pasado y cómo es el presente, sentirnos parte de la historia, mejorando el modo de prever, diseñar y decidir el futuro de la comunidad.
Etapas de la Actividad
1ª etapa
Se estima una duración aproximada de 6 meses, lo cual quedará sujeto al criterio de los docentes que coordinen esta actividad.
Se propone la elaboración de entrevistas como alternativa de relevamiento de la historia oral de la comunidad. Se sugiere elaborar las mismas de acuerdo a los entrevistados y los entrevistadores a saber: puesteros, empleados de estancia, vecinos, alumnos, etc.. De todas formas pueden llevarse a cabo otras vías de recopilación de información adaptadas a las edades de los alumnos y a las particularidades de cada lugar.
Sugerimos la elaboración y desarrollo de las entrevistas como una actividad interparticipativa entre alumnos y docentes.
Se recomienda realizar entrevistas individuales estructuradas, esto significa que el entrevistado sea uno sólo y que las preguntas posean un contenido y un orden preestablecido por el entrevistador. Para comenzar es conveniente realizar las primeras entrevistas a familiares. Este método es conveniente para escolares, ya que les brinda mayor seguridad en el rol, además de facilitar el análisis posterior.
Dado que el marco temporal y temático es muy amplio, sugerimos que los distintos ejes temporales sean repartidos en grupos de entrevistadores para que cada grupo se dedique a un tiempo en particular, aunque esto implique que dos o más alumnos entrevisten a la misma persona. También proponemos acotar la cantidad de preguntas efectuadas a los entrevistados, para que las entrevistas no se tornen demasiado largas.
Trabajo de recopilación de datos acerca de la localidad en la que vivimos y su entorno. Datos que se pueden relevar:
Sus hitos: los acontecimientos más importantes que sucedieron en la localidad a lo largo del tiempo hasta el presente, los cuales podrían reflejar situaciones concretas de un ‘antes’ y un ‘después’.
Sus habitantes: los primeros, los que siguieron y los de hoy. Particularidades y anécdotas de sus habitantes actuales. Recuerdos y registros de los antiguos habitantes de la región.
Sus sitios históricos: valores y acontecimientos reflejados en lugares y sitios, anécdotas, reutilizaciones a lo largo del tiempo, particularidades, datos en general.
Su medioambiente: particularidades que distinguen a esta región de otras. Cambios a lo largo de la historia.
Sus actividades: las que se desarrollan actualmente en las comunidades, quiénes las realizan. Actividades que dejaron de desarrollarse, quiénes las realizaban, por qué ya no se llevan a cabo.
Su registro: materialización de la historia oral a través de fotos, recortes periodísticos, herramientas, utensilios, objetos que den cuenta de los datos recopilados.
2ª etapa
Para la realización de esta etapa se estima una duración aproximada de 2 meses a través de encuentros semanales periódicos, con la posibilidad de extender los tiempos de acuerdo a los requerimientos de los participantes.
Esta etapa es sumamente importante ya que las personas piensan y recuerdan socialmente, a través del intercambio de recuerdos, pensamientos, imágenes, anécdotas y puntos de vista con otras personas.
El trabajo consistirá en la puesta en común de los datos obtenidos con la participación de alumnos, familiares, maestros y demás interesados en la actividad reunidos en grupos. Para la organización de los grupos proponemos considerar la edad de los alumnos, por ejemplo conformar un grupo constituido por niños de entre 6 y 9 años, entre 10 y 14 años y otro de chicos mayores, cada uno de ellos acompañados de los adultos participantes. Es importante que se lleve un registro (escrito, grabado, filmado) de esta actividad.
3ª etapa
La duración de esta etapa estará supeditada a las anteriormente propuestas y a la disponibilidad de tiempo de los participantes y coordinadores.
Integración de los datos obtenidos a través de las recopilaciones de los habitantes con los registros, los archivos, los libros de texto. Esta etapa puede ser coordinada por personas interesadas y especializadas en el tema.
4ª etapa
Elaboración de un documento final que refleje ‘ nuestra historia hasta hoy’, y que pueda ser utilizado más adelante en el tiempo: que pueda dar contenido al Centro de interpretación, como material de estudio escolar, para la diagramación de folletería turística, etc.
Avances hasta la fecha
Actualmente, tanto en la escuela primaria de la localidad de Ubajay como de Colonia Berduc, los alumnos están trabajando en las tareas vinculadas a la recopilación de la historia oral local (1ª. etapa).
Bibliografía
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NOTAS
1 Programa de Manejo de Recursos Culturales –Dirección de Conservación y Manejo. Dirección Nacional de Conservación de Áreas Protegidas –ADMINISTRACIÓN DE PARQUES NACIONALES- Argentina. Buenos Aires. Capital Federal. Alsina 1418 5° piso Of. 515. TEL/FAX (54) (11) 43822140. E-mail: ciriarte@apn.gov.ar y pwerber@apn.gov.ar.
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